Imaginémonos a Noé y su familia construyendo un arca, un barco en un monte, recibiendo la oposición de todos aquellos que pensaron que estaba loco, y sin embargo el continuó según algunos cálculos como 100 años en el proyecto que Dios le había encomendado. No hay duda que para esto se requirió de mucha paciencia.
Y esos cien años de espera también fueron de parte de Dios, una espera paciente para que otros muchos tuvieran la oportunidad de salvarse junto con Noé. Pues la escritura dice:
1 Pedro 3:18 al 20 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 19en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,20los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.
No es como mal interpretan algunos que Cristo bajo a los infiernos a predicar para dar oportunidad de salvación a los que vivieron antes, en la época de Noé. Lo que realmente hizo, es qué fue a proclamar su victoria sobre el pecado, confirmando con esto la condenación de aquellos que en otro tiempo le desobedecieron, obviamente porque no creyeron.
Por eso aclara; “Los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca” En otra versión más fácil de entender dice:
1 Pedro 3:20 Estos habían sido desobedientes en tiempos antiguos, en los días de Noé, cuando Dios esperaba con paciencia mientras se construía la barca, en la que algunas personas, ocho en total, fueron salvadas por medio del agua.
Cien años pregonando un mensaje de salvación, Dios esperando con paciencia, pero sólo ocho se salvaron…. En el día de hoy la paciencia de Dios sigue siendo un medio para proveer salvación, pues la escritura dice:
2 Pedro 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Esta paciencia que creo que nos falta, no es simplemente para esperar hasta que el Señor venga, sino para esperar haciendo lo que Dios nos manda respecto de los perdidos, hasta que el Señor venga.
Es decir la verdadera paciencia en este aspecto se demostrará porque hacemos algo de manera continua para que la gente conozca de Cristo. Y se requiere paciencia para insistir en este asunto porque la escritura nos muestra cómo será el tiempo del fin. Dice así:
Lucas 17:26 al 29 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.27Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.28Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; 29mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
Lo que nos enseña este pasaje es que los que se perderán estarán todos ocupados en su vida terrenal, comiendo, bebiendo, casándose, teniendo hijos, etc. Y el engaño en que muchos caerán es que están dedicados a esta vida terrenal pero con la ayuda de Dios, lo cual parece que fuera lo correcto, el problema es que estos que se perderán no tienen como prioridad hacer la voluntad