TEMOR A LA MUERTE

Hace 42 años y seis meses comencé mi vida cristiana. Y tal vez por lo complicada que era mi vida cuando comencé; en lo económico, en la salud, en asuntos del corazón... Recuerdo que lo primero que comencé a sentir después de haber hecho una oración, en la que me comprometí a obedecerle a Dios para que el me demostrará que podía hacerse cargo de mi. Cambiando mi vida... El sentimiento que comenzó a predominar en mi fue la esperanza...

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TEMOR A LA MUERTE

I. INTRODUCCIÓN

Hace 42 años y seis meses comencé mi vida cristiana. Y tal vez por lo complicada que era mi vida cuando comencé; en lo económico, en la salud, en asuntos del corazón… Recuerdo que lo primero que comencé a sentir después de haber hecho una oración, en la que me comprometí a obedecerle a Dios para que el me demostrará que podía hacerse cargo de mi. Cambiando mi vida… El sentimiento que comenzó a predominar en mi fue la esperanza.

Aunque en ese tiempo no lo entendía, la verdad es que estaba siendo probado, porque por causa de mis malas decisiones, estaba viviendo una situación supremamente complicada, pero a pesar de no haber cambios inmediatos a mi alrededor, de todos modos mantenía firme la decisión de obedecerle. Muchos al comenzar cuando no ven respuestas rápidas desisten…

Pero yo obedecía porque era muy claro para mí, que la consecuencia de hacer siempre lo que yo quería había hecho mi vida cada vez más difícil, y por eso, porque tenía la esperanza de que Dios podía cambiar mi vida, por eso insistía en obedecer.

Esa esperanza en la respuesta de Dios qué era lo que me sostenía haciendo todo lo que entendía que Dios pedía. Leía la escritura todo el tiempo; asistía sin falta a toda la reunión de la iglesia; tomaba los cursos bíblicos; asistía a la célula. Y en todo esto era extremadamente puntual, pues no dejaba que nada (ni el mal clima) se interpusiera con lo que consideraba era mi responsabilidad delante de Dios. Además de esto, desde el inicio fui fiel en los diezmos, cosa que a muchos cuesta mucho trabajo.

Respecto de esa esperanza la escritura dice:

Romanos 5.5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

Ahora entiendo que esa obediencia no era el resultado de mi carácter, porque si hubiera habido en mi esa tenacidad de sostenerme haciendo lo correcto, pues no hubiera desperdiciado tantas oportunidades, y no hubiera llegado a vivir de manera tan deplorable… Esa decisión de obedecerle a Dios fue el resultado de como dice el pasaje: De recibir su Santo Espíritu que me convenció de su amor…

Porque cuando de verdad estamos convencidos del amor de Dios por nosotros entonces insistimos en hacer las cosas de manera correcta… Pero cuando vemos el cristianismo como un código de ética al cual debo sujetarme para no ser castigado, allí las cosas no funcionan. Somos tan necios que si el castigo por desobedecer a Dios no es inmediato, y normalmente no lo es, entonces no nos importa.

En esa época uno de los textos que más me impresionaba… Porque entendía que eso explicaba lo que había pasado en mi vida, era el siguiente:

Juan 5:25, De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán…

Al leer esto la primera ves, pensé es que se trataba de la resurrección que ocurriría cuando después de muertos el Señor regresara por nosotros… Pero no; no está hablando de eso. Porque el Señor lo que está haciendo es llamar “Muertos” a todos los vivos, que no han escuchado o qué habiendo escuchado su palabra no creen en ella.
Es decir entendía que yo estaba muerto, pero al escuchar su palabra y al recibir esa vida eterna eso era lo que me capacitaba para poder obedecer a Dios.

Además me parecía increíble que esos vivos muertos, con sólo escuchar con fe el mensaje de Dios, pudieran pasar de ser vivos muertos a vivos vivos.

Me imagino que a los que le escucharon decir estas palabras, le debió parecer algo complicado de entender que estaban muertos espiritualmente. Y para ayudarles a entender unos versos más adelante si les habla de la resurrección. Y les dice:

Juan 5:28-29 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

No se maravillen de que los muertos necesitan creer en Jesús para recibir la vida… Pues llegará el tiempo cuando también por mandato de Dios todos resucitarán físicamente, pero tendrán diferente destino.

Ese destino como dice el pasaje, dependerá de si hicieron lo bueno o hicieron lo malo. Pero lo que hay que entender es que: Si siguen como vivos muertos jamás podrán hacer lo bueno delante de Dios, pues sólo los vivos vivos pueden hacer la voluntad de Dios.

Eso quiere decir que en este pasaje Jesús está hablando de dos clases de muerte, una muerte mala, la muerte espiritual realmente mala por las consecuencias que trae, y una muerte buena, la muerte física, Y digo buena porque si se está vivo espiritualmente cuando ocurra, que decís si hemos obtenido salvación los resultados serán espectaculares.

El gran problema de la humanidad es que los hombres no son conscientes de esta mala muerte, y esta ignorancia los lleva a tener muchísimo miedo de la muerte que podría ser muy buena…

Lo complicado es que cuando tratamos de hacer conscientes a las personas de la gravedad de estar muertos espiritualmente; es decir si nosotros les preguntamos si están muertos. Lo más seguro es que pensaran que estamos locos de remate, por eso la pregunta que les hacemos para facilitar la comprensión de este asunto, es; si tienen o no la salvación asegurada.

Una vez mi madre buscando compartir de Cristo le preguntó a una campesina: ¿Si usted se muere para dónde se va? Cuando los cristianos hacemos esta pregunta estamos tratando de evaluar si esta persona está viva o muerta espiritualmente.

Muchos contestan: No se. Otros no creen que haya algo más después de la muerte por esto hablar de la salvación o la condenación les parece algo ridículo. Otros dicen: En esas estamos, dando a entender que están portándose bien para no ser condenados. Otros dicen: Al cielo. Porque yo soy una persona que no le hago mal a nadie… Pero todas estas respuestas confirman que la persona está muerta espiritualmente.

Ahora: Estar muerto espiritualmente no es un problema porque hay solución. El problema realmente está en que la gente ignora su muerte espiritual, y no tienen ni idea que si no arreglan esto, entonces al morir físicamente morirán también eternamente.

Morir sin conocer a Dios es gravísimo porque ya no tiene solución, mientras que la muerte del que conoce a Dios es una gran bendición. Pero como los hombres no entienden nada de esto, para ellos no hay muerte buena, y por eso es muy común sentir un gran temor y un gran respeto hacia la muerte.

Y para no andar andar asustados ante algo tan trágico que no tiene remedio, lo que la mayoría de los hombres hace es negarse a pensar en la muerte. Es más común hacer esto en los países del occidente.

Es mas; si nos encontramos a una persona que anda pensando y hablando de la muerte, lo más seguro es que la veremos como una persona negativa, oscura, rara. Como alguien que debe estar mal de la cabeza, porque pensamos que no es normal que una persona saludable se la pase pensando en la muerte.

Este temor a la muerte es tan grande que ni aún la religiones que normalmente hablan de un mas allá que comenzará después de la muerte… No logran eliminar este temor. Porque cuando los hombres no piensan en la muerte, peor aun cuando nos resistimos a pensar en la muerte, obviamente no estamos creyendo en el ofrecimiento de esa otra vida maravillosa.

Y cuando no tenemos una verdadera esperanza de una vida maravillosa después de la muerte, es decir cuando tenemos temor a la muerte entonces no habrá el poder necesario para vivir haciendo la voluntad de Dios.

Esta esperanza es tan poderosa, que aún en religiones completamente absurdas, como la de aquellos que creen que al llegar al paraíso encontrarán 72 vírgenes a su disposición, eso es suficiente para colocarse una bomba sacrificándose para matar a otros.

Pero en los que no tienen esta esperanza, el pensamiento acerca de la muerte es como lo describe el escritor de el libro de Eclesiastés:

Eclesiastés 9:4 al 6. Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto. 5Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. 6También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.

Lo que se plantea es que no hay nada tan importante como estar vivo… El vivo tiene esperanza, el vivo sabe que está vivo porque sabe que va morir… Pero el muerto no sabe nada, no recibirá más salario, se olvidarán de él, y todo aquello en que se convirtió, ya sea una persona amorosa o llena de odio y envidia, todo eso desaparece y no queda nada. Ya no tiene parte en este mundo.

Por eso según la mayoría es mejor decir: Aquí corrió un cobarde. Qué decir: Aquí murió un valiente.

Pero cuando hay esperanzas, así sea una esperanza equivocada, ésta esperanza elimina el temor a la muerte, es por eso que muchos orientales tienen un concepto diferente de la muerte porque creen en la reencarnación, y ven en la muerte un ingrediente necesario para su escala evolutiva.

Resumiendo esto: Cuando los hombres piensan en la muerte creo que hay una división básica: Los que creen que la muerte es el fin de todo. Y los que creen que la muerte es la puerta de entrada al más allá, a otra vida, donde según lo que hayan hecho, recibirán ya sea un premio o un castigo.

Pero: ¿Cuál debe ser el pensamiento de los cristianos respecto de la muerte física?

Algunos inmediatamente contestan: Es el momento de mi encuentro con el Señor, el momento de recibir el premio. Y como esto es cierto es que el apóstol Pablo escribió:

Filipenses 1:21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

No hay duda que al decir que morir es ganancia, esta diciendo que es muchísimo mejor morir que seguir vivo aquí en la tierra.

Pero: ¿cuantos de nosotros podemos hablar con la misma convicción acerca de este asunto? Es decir: ¿Cuantos podemos decir que estamos felices de estar vivos, pero qué bueno seria que nos muriéramos pronto?

¿Cuántos estamos seguros que nos vamos a encontrar con el Señor, pero para ser premiados no para ser condenados? Y gracias a esta esperanza: ¿Cuantos de nosotros nos alegraríamos de saber que nos vamos a morir pronto?

Esta pregunta a la gente del mundo, a los que están muertos espiritualmente les debe parecer una completa locura… lo cual está bien porque el Evangelio es locura para los que se pierden.

El problema es que si somos cristianos y no somos capaces de alegrarnos al pensar en nuestra muerte, entonces quiere decir que algo está mal en nuestra vida.

Porque como es posible que el remate final, el momento maravilloso de nuestro encuentro con Dios para ser premiados y comenzar una eternidad maravillosa, no lo veamos como una tremenda bendición sino como una pérdida.

Pero: ¿Cuál puede ser la razón de no ver la muerte como una verdadera bendición? Si volvemos a leer vemos que antes de decir que morir es ganancia dice:

Filipenses 1:21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

“Porque para mí el vivir es Cristo”… Eso quiere decir que si en realidad no estamos viviendo para Cristo, tampoco podremos ver la muerte como ganancia.

Mucho ojo: ¿Le tienes temor a la muerte? Mucho cuidado, eso quiere decir que no estás viviendo para Cristo, no estás en realidad haciendo la voluntad de Dios. Es más, puede que estés haciendo muchas cosas que hacen los cristianos pero no con la actitud correcta, y por esto no puedes pensar en la muerte como algo deseable.

Y si no ves la muerte como algo deseable para tu vida, tampoco puedes ver la muerte como algo deseable para los seres que tú amas. Pregúntate: ¿Deseas la muerte de los seres que amas? Como nos explicaban en el estudio anterior no lo deseamos porque somos egoístas es decir no estamos viviendo para Cristo.

Ojo, no estamos hablando de los que desean la muerte de lo aburridos que están, ni los que desean la muerte de sus enemigos. No, esa no es la razón para ver la muerte como una bendición.

El apóstol continúa diciendo:

Filipenses 1.22–24 Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; 24pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.

Notemos que al vivir para Cristo, aunque tiene el deseo de morir para estar con Cristo, hay también el deseo de seguir viviendo para Cristo pero por causa de la obra.

Y por esto manifiesta que quisiera partir para estar con Cristo, pero quedarse trabajando por sus discípulos también es algo que también desea continuar haciendo…Y por eso habla de estar en estrecho. Es decir son dos cosas que disfruta muchísimo y no sabe qué escoger.

Siendo esto así creo que la siguiente pregunta es: ¿Cómo van tus discípulos, como va tu ministerio, como va tu trabajo en la obra de Dios?

Lo he explicado más de una ves, no se trata de que todos tienen que ser pastores, porque compartí de Cristo, invitar a la iglesia, insistir con la asistencia, enseñar a otros, ser fiel financieramente con Dios, todo esto es parte de lo que hay que hacer en la obra de Dios.

Es Decir si alguno no se quiere morir todavía porque está emocionado con la obra de Dios, eso está bien. Lo que está mal es que algunos no se quieren morir todavía porque están enamorados del mundo.

Y cuando estamos enamorados del mundo, no hay duda, no podemos ver a muerte como algo bueno.

Más aún, llegaremos a pensar que se están muriendo los que no debieran, y los que debieran morirse bien pero bien rápido no se mueren. Cuando así pensamos, la escritura nos muestra que este pensamiento es por falta de entendimiento. Dice si:

Isaías 57:1 al 2. Perece el justo, y no hay quien piense en ello; y los piadosos mueren, y no hay quien entienda que de delante de la aflicción es quitado el justo. 2Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan delante de Dios.

Cuando muere una persona justa, y entendemos que es justa no por su propia justicia sino porque ha sido salvada y justificada por Dios… Los que no confían en el ofrecimiento de Dios, los que no saben lo que significa la salvación, no entienden lo que está pasando.

Y cuando el pasaje dice que: ”De delante de la aflicción es quitado el justo” No se refiere necesariamente a que los que hacen lo correcto están sufriendo… Lo que quiere enfatizar el pasaje es que por buena que sea a la vida de una persona sobre la tierra, por por feliz, por dichosa que pueda ser, llegar a la presencia de Dios es algo tan espectacular, que una buena vida en la tierra parece un sufrimiento comparado con lo que te experimentaremos en su presencia.

Pero en lugar de creer esto, lo que la gente dice es: Tan joven que se murió, tan bueno que era, en cambio los malos en lugar de morirse se salvan de unas… Cuando la realidad es que también hay justos que viven muchos años y malos que mueren temprano.

Ósea que el justo cuando muere va a disfrutar de la presencia de Dios. Y cuando justo no muere es porque estás siendo útil en la obra de Dios.

Esto que acabo de decir puede ser tomado como una justificación al estar vivo. Es decir algunos puede pensar según eso: Si estoy vivo es porque estoy siendo útil a la obra de Dios.

Ojalá esa sea la razón en tu vida, que el señor no te quiere llevar todavía porque eres muy útil en la obra de Dios…Pero el Señor nos da otra razón por la cual algunos no se mueren todavía…

Ezequiel 33:11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?

¿Cuál es? Algunos no se mueren todavía porque de alguna manera están siendo útiles en la ahora de Dios… Pero otros no se mueren todavía, porque si se murieran se condenarían, y por esto Dios los mantiene vivos deseando que en verdad escuchen con fe el mensaje de Dios y reciban la vida eterna.

Para los que no entienden la importancia de la salvación les es fácil pensar que el malo debería morirse pronto para que su maldad sea detenida… “Pena de muerte para los violadores” Pero para Dios, que por supuesto entiende lo que significa la muerte eterna, el asunto es diferente.

En este y en otros pasajes Dios manifiesta que no quiere que el impío se condene… Y por eso nos manda a orar diciéndonos:

1 Timoteo 2.3–5 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 5Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,

Cuando alguien dice que dios creo a una persona para condenarla quiere decir que el deseo de Dios es que se condene y esto está en completa oposición a lo que dice la escritura. En otro pasaje dice:

2 Pedro 3.13–15 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. 14Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. 15Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito,

Pensando en la paciencia Dios, si hacemos cuentas entendiendo que para el Señor un día es como mil años, como no va a dar oportunidad al impío, esperando según el tiempo del Señor unos minutos…

Según esa proporción cuándo Señor espera un segundo, eso equivale a cuatro días y cinco horas, cuando espera un minuto es igual a ocho meses y medio, si esperara media hora seria 20 años, si tiene paciencia por una hora serían 41 años…. ¿Será problema para el Señor esperar una hora al impío para que éste se arrepienta y reciba la salvación?

Volviendo al asunto: Imagínese que usted acaba de salir de donde el médico, y éste le ha dicho que le queda un mes de vida. ¿Cómo se sentiría? ¿Qué pensaría hacer en ese mes que le queda? ¿Estaría realmente contento? O ¿Cuántos reconocen que les falta fe?

Algunos dicen: No, no es falta de fe, el problema no es morirse, sino dejar a los seres queridos que tanto me necesitan. Sin embargo: Eso también es falta de fe. Ellos, los que se quedan, tienen al mismo Señor que nos ha cuidado a nosotros para cuidarlos a ellos… ¿Siendo así cual sería el problema?

Además: Dios nunca se equivoca. Y eso por duro que a usted le parezca quiere decir: Que la muerte de un ser querido siempre debe traer bendición para los que le conocieron.

Es más, la realidad es que algunos vivirían mucho más tranquilos si otros se murieran. Hay Padres y hay hijos tan espantosos que si el Señor se los lleva traería descanso.

Otros; no quieren morir sin ver los nietos… El problema es que luego también quieren ver a los bisnietos, y porque no a los tataranietos, y al final nunca se quieren morir por viejos y deteriorados que estén.

Otros, especialmente algunos Padres por sus grandes temores, les gustaría morirse todos juntos… Porque no quieren hacer sufrir con su muerte a nadie, ni sufrir con la muerte de nadie. Si nos morimos todos juntos el asunto se soluciona. Hay quienes por esta forma de pensar han asesinado a su familia y luego se han suicidado…

Pero: ¿Cómo ver la muerte como lo que es, como una verdadera bendición?

Pues lo primero que hay que hacer es: Debemos pensar de manera regular en la muerte.

¿Cuántos de nosotros pensamos de manera regular en la muerte como un evento para el cual hay que prepararse?

Ante la muerte muchos sufren del síndrome del avestruz, la cual cuando es perseguida y no logra escaparse entierra la cabeza, y cree que el asunto está solucionado.

En nuestro caso: ¿Como puede tener alguien un buen entendimiento de lo que es la muerte si nunca piensa en ella? Además; negarnos a pensar en la muerte no soluciona nada. Igual nos vamos a morir. Igual la gente que está a nuestro alrededor se va a morir. Y cuando cualquiera de estas cosas ocurra, la realidad será que no estaremos preparados lo cual traerá afición y pérdida para nuestra vida

Esa misma mala actitud de no pensar en la muerte, es lo que hace que muchas cosas en nuestra vida no se solucionen, porque nos negamos a pensar en ellas.

Resentimientos, amarguras, rencores, traumas… Que afectan grandemente nuestro comportamiento como cristianos, no son solucionados porque hemos aplicado la fórmula de olvido pero no perdono. De… Sólo me da rabia cuando me acuerdo; sólo me cae mal cuando lo veo; cuando no lo veo no tengo problemas con el, etc.

El resultado de no confrontarnos con esos asuntos es que se detiene en nuestro crecimiento espiritual, esto trae también malas relaciones familiares, malos matrimonios. Y sin embargo la gente insiste en negarse a pensar qué es lo que realmente está viviendo y por eso sigue igual.

Pensar en la muerte es tan importante que en el libro de Eclesiastés escrito por un creyente que no conoce a Dios pero que fue muy inteligente, el concluyó:

Eclesiastés 7:1 al 2 Mejor es la buena fama que el buen ungüento; y mejor el día de la muerte que el día del nacimiento. 2Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón.

El que vive lo pondrá en su corazón… Es decir: Lo va a tener en cuenta mientras vive.

No pensar en la muerte, es tan necio como pensar que nunca seré juzgado Dios. Y quien piensa que no será juzgado por Dios, normalmente tiene un pésimo comportamiento. Dice la escritura:

2 Pedro 3:3 al 4. Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.

El pensamiento de ellos es que como el Señor no va a regresar entonces no hay problema de como estén viviendo, porque no serán juzgados por Dios.

No hay duda que debemos pensar en la muerte. Pero debemos hacerlo con SABIDURÍA

Normalmente cuando pensamos en la muerte pensamos en varias cosas, una de ellas: El como.

¿Cómo quiere morir usted?… De un infarto, estando completamente dormido de tal manera que no sienta nada… Pareciera que cualquier otro tipo de muerte fuera espantosa.

Es decir cuando pensamos en la muerte nos centramos en nosotros mismos de manera egoísta y no pensamos para nada en todo lo que Dios puede hacer a través de nuestra muerte.

¿Cómo murieron los discípulos del Señor Jesús? Murieron como mártires. Pero: ¿Eso fue de bendición? El testimonio de la que murió lentamente en armero mientras su familia se convertía.

Eso puede parecer bastante dramático, pero cuantas veces producto de una larga enfermedad… Los familiares del enfermo terminan clamando a Dios para que se lo lleve, mientras que sí la muerte es repentina les parece terrible que Dios no haya hecho algo para evitarla. Pero sí es de larga y dolorosa convalecencia de esa manera hasta el enfermo se quiere morir.

Los que quedan.

Lo otro que pensamos normalmente de la muerte es lo triste que quedan los familiares cuando alguien muere, y en este pensamiento hay dos cosas en las cuales nos podemos equivocar grandemente.

En primer lugar, cuando alguien se alegra de la muerte de un familiar, normalmente lo oculta. Luego con el tiempo es que le van diciendo a uno… El tipo era una caspa… Si quiera se murió. Que descanso.

Pero nadie se atreve a hacer esos comentarios en voz alta… Le tienen tanto respeto a la muerte y como ninguno está exento de pecado por eso prefieren callar… No vaya a ocurrir que por hablar así también se mueran!

El dicho popular dice: Que no hay muerto malo. Aún las madres de los criminales dicen que su hijo era bueno.

El que se va.

En segundo lugar no pensamos en el muerto. No pensamos lo que la escritura dice del justo cuando muere.

Isaías 57.2 Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan delante de Dios.

Cuando un auténtico creyente muere, comienza a gozar de una manera tan extraordinarias que sentir tristeza porque se fue, es lo más necio que podemos hacer.

En lo necesario.

En tercer lugar no pensamos que es absolutamente necesario. Dice la escritura:

1 Corintios 15:53 al 55. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 54Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

La muerte es necesaria para vestirse de inmortalidad. Y esto qué va a ocurrir es lo que hace que la muerte sea derrotada.

No querer morirse es como decir que usted tiene una ropa inmunda, maloliente, asquerosa, y le ofrecen un traje completamente nuevo, precioso, para que disfrute de un banquete espectacular… Pero usted no se quiere quitar sus harapos. ¿Qué pensaría usted de alguien que se portan así?

O tiene un auto viejo que ya ni camina y le ofrecen completamente gratis un último modelo pero no lo quiere cambiar.

Cuando alguien hace eso, está alargando su sufrimiento y retardando el momento del verdadero deleite. La realidad es que:

Todo tiene su tiempo.

Eclesiastés 3:1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. 2Tiempo de nacer, y tiempo de morir;

Salmo 31.14–15 Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. 15 En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.

Pero retardar el momento de recibir el premio no sería el único mal, pues no aceptar morirse cuando Dios quiera, empeorará las cosas. La escritura nos muestra eso en la siguiente historia:

2 Reyes 20:1 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.

Sin embargo en lugar de alegrarse de que llego el tiempo de encontrarse con su Señor para ser premiado.

2 Reyes 20:2-3 Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo: 3Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.

¿Si había vivido con integridad y había hecho cosas que agradaban a Dios, que podía esperar este hombre de Dios como recompensa?

La escritura nos cuenta de otros hombres a los cuales Dios, no sólo les dijo que iban a morir, más que eso, les ordenó morir:

Números 20:25 al 29 Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor, 26y desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá. 27Y Moisés hizo como Jehová le mandó; y subieron al monte de Hor a la vista de toda la congregación. 28Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte.

Aarón ya había cumplido con la función que Dios le había delegado… El hecho de quitarle las vestiduras y pasárselas a su hijo era una muestra clara de que había cumplido su función, y otro debía realizarla en lugar de el.

Estaba listo para recibir su premio. No nos cuenta la escritura que tuvieron que subirlo a rastras, o que tuvieron que engañarlo, o que al llegar a la cima no quería entregar la ropa. Otro caso:

Deuteronomio 32: 48 al 50. Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo: 49Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel; 50y muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así como murió Aarón tu hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo;

¿Qué hubiera hecho usted?… ¿Alejarse lo más posible del monte?… Más adelante nos cuenta la escritura:

Deuteronomio 34:5 Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová.

Sin embargo leemos del rey Ezequías…

2 Reyes 20:4 al 6 Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: 5Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. 6Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.

El Señor le sano… Pero luego de eso el rey Ezequías le mostró a los enviados del rey de Babilonia absolutamente todos los tesoros, la plata, el oro, las armas y todo lo que había en su casa y en sus dominios… Cosa que Dios no le había mandado. Y producto de eso vinieron los de Babilonia y arrasaron con todo llevándose cautivo al pueblo. El Señor lo salvó del rey de asiria y el invito a los de Babilonia a invadirlo, producto de su pecado

Resumiendo: No fue buena la decisión de negarse a ir a la presencia de Dios cuando Dios lo solicitaba. Y estoy seguro de que una de las razones por las cuales Dios acepto su petición fue para enseñarnos qué El jamás se equivoca.

Ciertamente es importante pensar en la muerte con sabiduría, es decir de acuerdo a lo que su palabra dice que es, pero también es necesario vivir con sabiduría. La frase completa del apóstol es:

Filipenses 1:21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

Ojo… El morir es ganancia… por que vive para Cristo.

La conclusión es fácil de sacar… Si no vivimos para Cristo veremos la muerte como algo infortunado, como un castigo, como una desgracia.

¿Y si no estamos viviendo para Dios entonces para quien estamos viviendo?

Desafortunadamente no queda otra respuesta que decir que estamos viviendo para nosotros mismos, para nuestra carne, por nuestro egoísmo y por nuestra incredulidad.

Seguramente podemos aparentar ser muy buenos delante de los demás, seguramente los demás no tendrán queja de nosotros, y seguramente y hasta los podemos engañar, y hasta regañar, hablando de que conocemos y servimos a Dios.

Pero esa clase de vida en la que no se vive para Dios de una manera genuina y sin fe, no trae ningún fruto para la eternidad.

Y como no se está viviendo para la eternidad… Por supuesto que no se quiere llegar a ella.

Imagínese que a usted le dijeran: Dentro de un año se tiene que ir a vivir otra casa, pero no puede llevar absolutamente nada de lo que tiene en la casa en que vive ahora. Lo que debe hacer es ahorrar para que cuando llegue a su nueva casa, compré todo absolutamente nuevo y lo disfrute.

Y en ese año, en lugar de ahorrar, usted se dedica a comprar una gran cantidad de cosas valiosísimas… ¿Qué pasará cuando llegue el momento de ir a su nueva casa? ¿Qué actitud tendrá usted sabiendo que no se puede llevar nada y que no tiene nada halla?

Si realmente estamos viviendo para Dios entonces debemos tener la certeza de tener tesoros en el cielo… Pero si no tenemos la certeza de tener tesoros pues no nos vamos a querernos ir. Y si no tenemos la certeza es porque no estamos viviendo para El.

NO SOLUCIONAR EL ASUNTO DE LA MUERTE PROLONGARA NUESTRA ESCLAVITUD

La escritura hablando del Señor Jesús nos dice:

Hebreos 2:14 al 15. Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

Quiero insistir en esto: ¿Qué nos hace ser esclavos de Satanás?…. El miedo a la muerte.

Para muchos aún cristianos, el mensaje que estoy dando puede parecerles exagerado. Piensan: Hay que tener fe en Dios, pero tener tanta fe como para estar feliz por que uno se va a morir, es exagerado.

Es decir, ellos tienen mucha fe en Jesucristo para solucionar los asuntos de esta vida, y les está yendo bien. Sin embargo la escritura dice:

1 Corintios 15:19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.

¿Qué entiende usted? No hay ninguna duda que todos debemos aprender a depender del Señor. Sin embargo aquí dice que sí solamente dependemos del Señor para los asuntos de esta vida, somos los más dignos de lástima.

¿Como solucionar el asunto? Unos versículos más abajo el apóstol escribió:

1 Corintios 15: 31 Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero.

Es necesario aclarar que el significado de la palabra muerte y de muertos en la escritura depende del contexto. Y en este caso lo que el apóstol está diciendo es: Que está dispuesto a negarse a sí mismo en todo momento para hacer la voluntad de Dios.

Eso es estar dispuestos a correr la milla extra, es estar dispuestos a colocar la otra mejilla, es estar dispuestos a dar la túnica y la capa… Es estar dispuestos aun a entregar la vida por causa del Señor.

Pero cuando un cristiano es desobediente, esa falta de disposición a morir a su carne hará que su miedo a la muerte permanezca, y por lo tanto su esclavitud al pecado también.

Lo irónico del asunto, es que los que no quieren morir a su carne son los mismos que siguen muertos espiritualmente, pero llegará el tiempo en que su deseo de no morir cambiará por completo, anelaran la muerte con todo su corazón… Pero ya será tarde, por eso dice la escritura:

Apocalipsis 9:5 al 6. Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. 6Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.

Dios les demostrará que no haber querido morir a su carne para hacer la voluntad de Dios, fue la peor decisión de su existencia… Porque el mensaje del Señor nuestro Dios es::

Lucas 9:23 al 25. Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. 25Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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