MIRAD CUAL AMOR – PARTE 4

De tal palo tal astilla. Igualito que el papa. Son algunas de las expresiones usadas para mostrar que los hijos asumen un comportamiento similar al de sus padres. Por esta razón es que escuchamos que entre los creyentes se dice, que es muy importante que los padres demos un buen testimonio a nuestros hijos, para que ellos tomen el mismo buen camino.

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MIRAD CUAL AMOR – PARTE 4

DIOS TENDRÁ ÉXITO CON NOSOTROS

I. INTRODUCCIÓN

De tal palo tal astilla. Igualito que el papa. Son algunas de las expresiones usadas para mostrar que los hijos asumen un comportamiento similar al de sus padres.

Por esta razón es que escuchamos que entre los creyentes se dice, que es muy importante que los padres demos un buen testimonio a nuestros hijos, para que ellos tomen el mismo buen camino.

También encontramos a otros creyentes que creen en las maldiciones generacionales. Yo no creo en ellas porque la escritura dice que no son ciertas, pero los que creen en ellas las usan para disculpar el mal comportamiento de los hijos, pues argumentan que ese mal comportamiento es producto de los pecados del padre.

Ahora; no hay duda qué el buen o el mal ejemplo de los padres afecta de alguna manera el comportamiento de los hijos. De hecho, muchas veces cuando los padres se quejan por el mal comportamiento de sus hijos, al revisar lo que los padres han hecho es evidente que muchas veces han hecho mal las cosas, tal vez no a los ojos del mundo pero si a los ojos de Dios, y entonces resulta irónico que se quejen por el mal comportamiento de los hijos, cuando ellos son los que le han dado el mal ejemplo.

Si un padre no le enseña a su hijo desde pequeño el respeto y la obediencia, cuando tenga 14 o16 años y comience a ser rebelde, va ser muy difícil detenerlo. Tanto que a veces la opción es decirle que si no cumple las reglas de la casa tiene que irse, no importa lo que nos duela.

Tomar esa acción puede hacer que recapacite y mejore, cómo puede que empeore. Es decir no se puede asegurar un buen resultado de esta disciplina tardía, pero lo que sí es seguro, es que sí lo soporta en la casa con su mal comportamiento el resultado sin duda si será bien malo.

Sin embargo esta no es toda la verdad, es decir el buen ejemplo y la disciplina no aseguran un buen comportamiento de los hijos, como tampoco el mal ejemplo y la falta disciplina no aseguran el mal comportamiento del hijo… Respecto de esto la escritura dice:

Ezequiel 18.20 El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.

En este capítulo Dios explica que padres malos pueden tener hijos muy buenos, e igualmente padres buenos pueden tener hijos muy malos. Y por eso cada uno pagará por sus pecados.

Cuando revisamos la historia de los reyes del pueblo de Israel vemos exactamente eso; padres que buscaron a Dios de manera genuina pero tuvieron hijos que buscaron a los ídolos y corrompieron al pueblo. Y también padres muy malos, que tuvieron hijos que buscaron a Dios genuinamente siendo de bendición para el pueblo.

Eso quiere decir que aunque el buen o el mal ejemplo puede afectar el comportamiento de los hijos, eso no es una ley, pues dependiendo del corazón de los hijos, ellos pueden seguir el buen o el mal ejemplo, como pueden no hacerlo. A veces hemos visto padres que son prácticamente unos miserables con sus hijos, y sin embargo sus hijos los han respetado y cuidado hasta el final de sus días. Y lo mejor de todo recibiendo la bendición de Dios.

Ese buen o mal corazón, tiene relación con cierta actitud previa que hace que los hombres acepten o rechacen a Dios. Dice así:

Juan 3.19–21 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

El pasaje explica que la condenación o la salvación no son cuestión de oportunidad. Porque cuando una persona se condena no es porque no haya tenido oportunidad de escuchar el mensaje, si no porque lo escucho, lo entendió y lo rechazó. Y la razón de rechazarlo está en su amor, su deleite, su deseo de seguir pecando.

Contrario a estos, los que se salvan, los que aceptan el mensaje de salvación, dice la escritura que son aquellos que; “practican la verdad”… Y por esto cuando la luz del Evangelio llega a ellos, ellos se acercan a Dios.

Y cuando estos que practican la verdad, lo cual lo entiendo cómo ese deseo o intención de hacer las cosas de manera correcta, aunque por no conocer a Dios seguramente cometerán muchos pecados por ignorancia. Sin embargo esta buena actitud es lo que hace que cuando se acerquen a Dios quieran obedecerle, y esto hace que Dios produzca en ellos el Nuevo Nacimiento.

Y cuando ocurre el Nuevo Nacimiento… Es cuando es cambiada la naturaleza, y a causa de esa nueva paternidad, este hombre se convierte en un buen árbol que da buen fruto a los ojos de Dios. Y entonces como vimos la semana pasada:

El buen árbol, el auténtico hijo de Dios, construye su vida de acuerdo a las instrucciones de Dios, el mal árbol, el que no es hijo o el falso hijo de Dios, construye su vida con base en el mal juicio, la crítica, la condenación, el orgullo, la ceguera y la hipocresía… Y muchos otros pecados.

Y si ese mal árbol es un líder espiritual, entonces por causa de su egoísmo, su codicia y su amor al mundo, buscara explotar a los demás con su apariencia de cristiano, pero manipulándolos a través de malas doctrinas.

Contrario a estos, el buen árbol busca beneficiar a sus hermanos en la fe, regido por una sana doctrina y un auténtico amor, lo cual hace que los demás aún los incrédulos tengan buen testimonio de el, lo cual es además un mandato del Señor para nosotros. Su palabra dice:

Colosenses 4.5 Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.

Y más aún cuando se habla de los requisitos para ser líder espiritual. Por esto dice:

1 Timoteo 3.7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.

Sin embargo aún cumpliendo esto, eso no asegura que en la iglesia o en una familia no aparezca aquí queda un pésimo testimonio. Lo grave es que la gente sin conocer la iglesia la juzgara mal por causa de estas personas.

Y lo que no saben, y a veces también los creyentes ignoran, es que que por encima del buen o mal ejemplo, y aún por encima de las buenas o malas intenciones de los hombres, lo que determina el comportamiento de los hombres es su naturaleza. El Señor Jesús lo dijo de la siguiente manera:

Mateo 12.33 O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol.

En este texto por tercera vez, el Señor Jesús menciona el principio de la naturaleza del árbol y su fruto, y lo hace por causa de la reacción que algunos tuvieron cuando el hizo un milagro. La escritura nos cuenta:

Mateo 12:22 Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.

No hay duda que este milagro fue hecho de acuerdo a la voluntad de Dios, no como aquellos que leímos que desobedeciendo a Dios, hacen milagros para con ellos engañar a la gente. Y cuando el milagro fue hecho la multitud comenzó a preguntarse:

Mateo 12:23 Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David?

Éstos milagros hechos por el Señor Jesús, a través de los cuales manifestaba su amor y compasión por la gente, tenían un propósito todavía más importante, y era el de revelar a Jesús como el hijo de Dios, para que la gente encontrará la respuesta a algo todavía mucho más importante que su salud física.

Este propósito que es el más importante para absolutamente todos los hombres sobre la tierra es su salvación La cual sólo puede obtenerse cuando respondan de todo corazón: ¿Quién es el Señor Jesús?… Y todos aquellos que lo reconozcan de manera genuina como su Señor y Salvador serán salvos.

El milagro era uno de los muchos que mostraban que Jesús era el Señor, sin embargo estaban presentes allí algunos personajes, muy religiosos, que al ver que la gente se cuestionaba acerca de si Jesús era o no el hijo de Dios, ellos no queriendo reconocerlo, y no queriendo que los demás lo reconocieran, dijeron:

Mateo 12:24 Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.

Era tal la maldad de estos hombres, que al no poder negar la realidad del milagro, en lugar de humillarse y reconocer a Jesús como su Señor, decidieron atribuirle el milagro hecho por Jesus al mismo demonio. Es decir; prefirieron entrar en una serie de graves contradicciones doctrinales y espirituales, que reconocer a Jesús como su Señor.

El Señor les muestra lo absurdo de sus razonamientos, diciéndoles varias cosas a través de las cuales les muestra que el reino de Dios a llegado a ellos, y que ellos por causa de su mala naturaleza están decididos a decir cualquier cosa, con tal de ir en contra de Jesús.

Y por esto mas adelante les dice algo que es muy, pero muy importante y es:

Mateo 12.31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.

El Señor está diciendo que absolutamente todos los pecados y las blasfemias pueden ser perdonadas, pero hay un solo pecado que es la blasfemia contra el Espíritu, que no tiene perdón.

La palabra blasfemar significa ofender, injuriar, escarnecer. Sin embargo se ha usado generalmente para describir la ofensa verbal contra la majestad divina. Si seguimos leyendo el pasaje vemos que dice:

Mateo 12.32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

El Señor insiste en la gravedad de este pecado al decir que este pecado no tiene perdón. Sin embargo hay algo que parece una contradicción, pues está diciendo que usted puede insultar a Jesús y eso le será perdonado, pero si usted habla mal del Espíritu Santo, si dice que el Espíritu Santo es mentiroso, o es falso, o que no cumple su palabra, ese pecado de hablar contra el Espíritu no le será perdonado jamás.

Para entender esto, hay que ser conscientes que hay una realidad física, pero sobre esa realidad física hay una realidad espiritual, comunicada por el Espíritu Santo que es mucho más valiosa.

Ya les he dicho que el único que puede hablar a los hombres las cosas de Dios es el Espíritu Santo. El apóstol Pablo hablando de esta información que recibimos de parte de Dios dice:

1 Corintios 2.10–13 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.

Sólo el Espíritu Santo puede comunicarnos el mensaje de Dios. Nadie más lo puede hacer. Esto quiere decir que cuando usted escucha a una persona que está hablando un mensaje que dice que proviene de Dios, sólo el Espíritu Santo te puede confirmar si es cierto o no, que ese mensaje proviene de Dios.

Este es un principio, y es al mismo tiempo es una promesa importantísima, pues necesitamos saber, qué es lo que proviene de Dios y que no, para que podamos hacer su voluntad.

Los que no tienen el Espíritu de Dios pueden aceptar cualquier mensaje torcido y anti bíblico convencidos que viene de Dios… Y por esta razón hay muchas Iglesias que dan continuamente mensajes anti bíblicos, que sus feligreses no puede discernir por la falta del Espíritu Santo.

Esto es igual a decir; que la gente podía escuchar a Jesús predicar y hacer milagros, pero mientras el Espíritu Santo no les hablará a ellos confirmándoles que Jesús era el Señor, no había ningún problema, es decir; ellos podrían inclusive insultar a Jesús y ese pecado no sería grave y sería perdonado.

Pero cuando una persona escucha un mensaje o ve un milagro, y el Espíritu Santo le habla diciéndole que es Dios quien le está hablando, o que esa manifestación milagrosa es de Dios… Y esta persona rechaza lo que el Espíritu Santo le está diciendo, cuando lo hace es como si esta persona dijera que el Espíritu Santo es un mentiroso, y según leímos quien hable contra el Espíritu Santo ese pecado no le será perdonado.

Que Dios nos diga que cierto pecado no será perdonado jamás pienso que es algo muy muy grave. Pero además de esto como hay personas que prácticamente se acostumbran a blasfemar de manera continua contra el Espíritu Santo, al no aceptar la corrección que él les hace de diferentes maneras, llega el momento en que no escuchan la voz del Espíritu Santo por estar completamente oprimidas.

Eso quiere decir que una cosa es la manifestación física de Jesús en aquella época, la cual podía ser rechazada por cualquiera, pero otra cosa muy diferente es cuando el Espíritu Santo le confirmaba a los oyentes que quien estaba hablando era el hijo de Dios.

Esta realidad espiritual es tan importante, qué aún a las personas que han nacido de nuevo, debemos aprender a verlas ya no según la carne, sino como hijos de Dios que al tener el Espíritu Santo que ha cambiado su naturaleza, pueden tener un comportamiento totalmente diferente del que tenían antes de conocer al Señor. Por esto el apóstol escribe:

2 Corintios 5.14–16 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 16De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.

Una cosa es lo que son las personas que son mal árbol… Y otra muy diferente son aquellas que por haber aceptado a Jesús ahora son un buen árbol.

Esta es la razón por la que, si por ejemplo llega a la iglesia una pareja que tiene una pésima relación por causa de los pecados de ambos, aunque parezca evidente que deben separarse, es importantísimo que antes de tomar esa decisión, tengan la oportunidad de escuchar el evangelio y ver si reciben a Jesucristo como Señor y salvador.

Porque si reciben a Jesucristo el cual cambiará su naturaleza, entonces el cambio de estas personas va a ser milagroso, y el matrimonio se va a salvar.

Lo he hecho con muchas parejas, cuando ambos nacen de nuevo el matrimonio se soluciona, pero cuando sólo uno de los dos nace de nuevo, la vida de esta persona que acepto a Cristo se soluciona pero su matrimonio se destruye, por causa del que todavía tiene una mala naturaleza que le impide cambiar.

Por supuesto estas personas no pueden culpar de su mal comportamiento a su mala naturaleza, porque la razón por la cual su naturaleza no ha sido cambiada es por su incredulidad.

La razón de todo esto, es que aunque hay una realidad en la carne, hay una realidad espiritual que es muchísimo más importante, y que cuando nos es comunicada por el Espíritu Santo no debemos rechazarla.

Esta misma visión espiritual debemos tenerla respecto de las cosas que suceden a nuestro alrededor. Por ejemplo; en este tiempo podemos ver que hay una realidad natural, una plandemía, donde como consecuencia de lo que están haciendo los gobiernos, la pobreza se está multiplicando en gran manera, así como la riqueza de unos pocos también se está multiplicando en gran manera.

Sin embargo el verdadero propósito no es que los ricos se hagan más ricos pues ya tienen dinero de sobra, sino implantar un control absoluto dictatorial sobre los hombres. Lo cual también es una preparación para que el mundo acepte al anticristo, el cual inicialmente los librará de todo temor.

Pero por encima de esa realidad natural, aunque pueda estar auspiciada por Satanás, existe una realidad espiritual muchísimo más importante, y es que nosotros los hijos de Dios que mantengamos la actitud de sujetarnos al Señor y le obedezcamos, seremos enormemente bendecidos… Porque el Señor ha asegurado que todas las cosas ayudan a que se cumpla el propósito que Dios tiene de bendecirnos a nosotros sus hijos.

Negar esa realidad Espiritual cuando el Espíritu Santo nos la comunica, es un grave error.

Imaginemos que una persona llega a la presencia de Dios para ser juzgada, pero aunque ha asistido a esta iglesia no ha hecho caso al mensaje que aquí se predica. El Señor no le va decir: ¿Por qué no escuchaste las palabras de mi siervo German? No. Lo que el Señor le va a decir es: Cuando mi siervo hablaba y yo te confirmaba a través del Espíritu Santo que ese era mi mensaje, tú no hiciste caso a mi Espíritu, tú me trataste como si yo fuera un mentiroso, tú has blasfemado contra mi Espíritu.

Respecto de este tema en el libro de los hechos encontramos la siguiente historia:

Hechos de los Apóstoles 5.1–6 Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, 2y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. 3Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? 4Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. 5Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. 6Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron…

No hay duda que negar lo que el Espíritu Santo nos comunica, o negar estas realidades espirituales trae una enorme pérdida para nuestra vida.

Si pensamos en David; el era un joven muchacho pastor de ovejas a los ojos de los hombres, menospreciado por su padre, menospreciado por sus hermanos, menospreciado por su rey… Pero la realidad espiritual era otra muy diferente, pues era un valiente guerrero de los escuadrones del Dios viviente.

Y esa visión espiritual de la realidad, hizo la diferencia. El pueblo de Israel eran los escuadrones de Dios viviente frente a los incrédulos, pero ellos insistieron en ver la realidad natural, negando la realidad espiritual, y por eso andaban esclavos del miedo.

Queridos hermanos no ignoremos que aunque ante el mundo seamos poca cosa, delante de Dios somos sus hijos amados… Por lo tanto no dejemos de ver nuestra realidad espiritual, o terminaremos esclavos del miedo y del mundo por muchas razones, inclusive por causa de las plandemías que seguramente seguirán una tras otra.

Hay un ejemplo poderoso de lo importante que es recibir esta información que el Espíritu Santo nos da, y lo podemos ver en Jesús cuando estuvo en la cruz clavado como un criminal. Porque así ajusticiaban a los criminales en aquella época, de hecho dos de ellos fueron colocados a lado y lado… Y uno de esos criminales, sordo a la voz del Espíritu Santo vio a Jesús como otro criminal igual a él, y lo insultó, confirmando de esta manera en los últimos momentos de su vida su condenación eterna.

El otro criminal, que humanamente también vio a Jesús en la misma condición de el, siendo ajusticiado como un delincuente, no lo vio como un criminal, sino que aceptando la comunicación del Espíritu Santo puedo verlo como el hijo de Dios, bueno y perfecto, al cual clamarle por su salvación. Y eso lo salvo eternamente!

Sólo el Espíritu Santo puede mostrar estas realidades espirituales, y cuando las personas rechazan lo que el Espíritu Santo les está mostrando, el Señor Jesús dice que es porque son un mal árbol. Y por esto cuando Jesús ve el rechazo que estos hombres están dando al milagro al través del cual el Espíritu Santo estaba mostrando que el era el hijo de Dios, les dice:

Mateo 12:33 al 34 O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol.

Como quien dice; ustedes no pueden decir que se hizo algo bueno, algo que es la voluntad de Dios y al mismo tiempo decir que quien lo hizo fue el mismo demonio. Pero como eso es exactamente lo que ellos estaban diciendo, les dice también:

Mateo 12:34 ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Confirmándonos nuevamente el Señor, que el problema del pecado esta en la naturaleza del árbol.

Contrario a ellos, el buen árbol en este contexto, es aquel que reconoce no sólo la auténtica obra de Dios, sino que reconoce la autoridad de quien está haciendo la obra. En ese caso Jesús. En nuestro tiempo el buen árbol reconoce la obra que el Espíritu Santo hace a través de sus hijos.

El mal árbol es aquel que viendo que la obra de Dios está siendo realizada, insiste en pensar que quien hace la obra está dirigido por el demonio, y por lo tanto no está dispuesto sujetarse a su autoridad. Por supuesto que no es eso lo que piensan de manera consciente, pero ese es el resultado cuando escuchando el mensaje de Dios, no hacen lo que tienen que hacer.

Podemos decirlo así: El hijo de Dios reconoce los tratos y la obra de Dios. El falso hijo de Dios en lugar de ver tratos de Dios para su vida, lo que ve es problemas y enemigos, y como a Cristo tratará de crucificarlos.

La pregunta para nosotros es: ¿Qué estamos viendo al alrededor de nuestras vidas? ¿Estamos viendo la acción del Espíritu Santo a través de las personas, de las circunstancias, de los tratos de Dios? O ¿Estamos viendo enemigos y circunstancias que nos hacen daño todo el tiempo, de tal manera que no sólo nos andamos quejando, sino que cada vez desconfiamos más de las promesas y de la soberanía de Dios?

Por esto contrario a negar lo que el Espíritu Santo nos comunica, lo que necesitamos es mucho más revelación de estas cosas extraordinarias, ya que la falta de revelación se nota por el fruto, es decir por el mal comportamiento y por las malas actitudes que manifestamos ante las responsabilidades, (lo que Dios nos manda a hacer) y ante las circunstancias que rodean nuestra vida. (La forma como enfrentamos los conflictos)

No quiero decir con esto que estamos andando en pecado consciente de una manera continua. Si así fuera no seríamos hijos de Dios. Pero si nuestra fe en la revelación de Dios aumentara, nuestro comportamiento mejoraría.

Pero si nuestra revelación de la grandeza de Dios no aumenta, lo más seguro es que perderemos bendiciones, porque la vida cristiana implica una continua batalla, y cuando derrotamos a ciertos enemigos, van a aparecer otros, por la sencilla razón de que ese es el proceso normal de crecimiento espiritual.

La buena noticia respecto de esto, es que tenemos la victoria asegurada, qué es igual a decir que Dios tendrá éxito con nosotros.

Porque para vencer estos enemigos tenemos una serie de promesas maravillosas… El problema es que no siempre las creemos, y por eso en un pasaje donde menciona algunas de estas promesas maravillosas, se nos hace la siguiente pregunta:

Romanos 8:31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

Frente a todos los ataques que podamos recibir, frente a todas las situaciones difíciles que tengamos que sobrellevar, frente a los enemigos más poderosos que tengamos que enfrentar la pregunta es… ¿Habrá alguien más poderoso que Dios de tal manera que lo prometido por Dios no tenga valor para nosotros?

Esta plandemia, el encierro, la crisis económica, la pérdida de libertad, el secuestro de la verdad en los noticieros… ¿Acaso son cosas tan poderosas que Dios no podrá defendernos frente a esas circunstancias?

Es evidente que nada tiene el poder que Dios tiene para defender a nosotros sus hijos, sin embargo hay un enemigo del cual el Señor Jesús nos advirtió….

Y la advertencia no se refiere a que este enemigo tenga más poder que Dios porque eso no existe… La advertencia tiene relación con el peligro que implica para nosotros escuchar su voz y creerle, pues al hacerlo, el plan maravilloso que Dios tiene para nosotros puede ser atropellado. Este enemigo es el ladrón. Dice así:

Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Durante muchos años escuché que este ladrón era Satanás, que quería hurtar, matar y destruir nuestra vida espiritual. Pero si pensamos que este enemigo es Satanás entonces ya estamos cayendo en sus redes de mentira. ¿Porque? Porque más adelante Jesús explica:

Juan 10.11–13 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.

El lobo si es Satanás que quiere arrebatar y dispersar a los cristianos. Pero los ladrones a los que se refiere Jesús son los malos pastores… Que son capaces de hurtar, matar y destruir la vida abundante que Dios quiere que disfrutemos.

Sin embargo unos versos atrás dice también algo muy muy importante, y es que las ovejas, es decir los verdaderos hijos de Dios no oyen a los malos pastores. Lo dice así:

Juan 10.8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.

Cómo está hablando de quién es el buen pastor, al decir esto se refiere a todos esos pastores que vinieron antes de El… Que según la escritura también después de el seguirían viniendo.

¿Por qué los auténticos hijos de Dios no oyen a los malos pastores? Porque los auténticos hijos de Dios tiene al Espíritu Santo que les confirma o no, cuando un mensaje proviene de Dios.

Y por esto mismo un poco más adelante el Señor Jesús dice:

Juan 10.27–28 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

A leer solo este último pasaje, uno podría pensar que las ovejas oyen la voz de Jesús pero también pueden oír otras voces. Que es igual a decir que un auténtico hijo de Dios podría oír la voz de Dios y la voz del diablo y confundirlas como si fuera una sola cosa… Pero de acuerdo a lo que vimos en el pasaje anterior, Jesús dijo sus ovejas no escuchan la voz de los ladrones y asaltantes.

Siendo esto cierto: ¿Será posible que un auténtico hijo de Dios esté enredado en una iglesia de mala doctrina, oyendo tranquilo y confiado en esas malas enseñanzas? Por supuesto que no.

He oído testimonios de personas que han sido invitadas a una iglesia de mala doctrina, pero al poco tiempo estas personas sin que otros les digan, por la sola lectura de la escritura, descubren que lo que se le está enseñando en esa iglesia, no está de acuerdo con la palabra de Dios, con el nuevo pacto, y entonces se retiran y buscan una buena iglesia.

Pero también es cierto que conozco personas que yo creo que son auténticos cristianos… Pero que permanecen en estas malas iglesias, donde se enseñan cosas buenas y cosas malas al mismo tiempo que no es lo que Dios desea… yo creo que hay estas personas el espíritu Santo les manda a confrontar a sus maestros… O a salir de la iglesia. Pero: ¿Están escuchando la voz del Espíritu Santo o acaso escuchándola han decidido no hacer caso?

Y la pregunta podría ser: Siendo la escritura tan grande; ¿Como puede una persona que está comenzando su vida cristiana en una iglesia, descubrir que lo que le están predicando no es lo correcto? Muy sencillo:

Romanos 8:31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

Dios, el creador del universo, el todopoderoso está de parte de sus ovejas. Y eso es suficiente para solucionar cualquier ataque, cualquier inconveniente, de cualquier clase, que el ladrón quiera colocar a uno de sus hijos. ¿O será que el todopoderoso no es capaz de librar a sus ovejas de manos de los ladrones?

Por supuesto que sí, y lo hace a través del Espíritu Santo… Del cual también su palabra dice:

Juan 16.12–13 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

Pero Dios no sólo está pendiente de nuestra vida espiritual, por supuesto que tenemos que vivir en este mundo, y por eso también nos ha dado promesas respecto de los asuntos materiales, el dinero, el trabajo, la provisión, para que podamos vivir con lo necesario y estar tranquilos.

Este tipo de promesas también son muy importantes porque el afán y la angustia por las cosas materiales, es lo que hace que muchos se desvíen y dejen de escuchar al Espíritu Santo.

Por supuesto hay que tener cuidado con estas promesas porque algunos dando muchísimo mas importancia al asunto material han caído en la avaricia, justificando que como hijos de Dios, Dios les va a dar de todo. Y por esto su palabra dice:

Hebreos 13:5 al 6 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; 6de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.

No a la avaricia. Si al contentamiento… Porque Dios no nos desamparara mi nos dejará!

La pregunta es: ¿Esa promesa dada por Dios te permite estar tranquilo? ¿Te permite trabajar de manera honesta, diligente, inteligente, y luego descansar en que Dios se encargará de darte la provisión necesaria?

Imagínese que usted tiene enemigos en el trabajo, o en cualquier lugar. Según esta promesa: ¿qué debe hacer usted respecto de esos enemigos? No temer. No debe asustarse y no debe preocuparse.

Si revisa otras porciones de la escritura va a entender que no solo debe tener esta buena actitud de confianza en Dios, sino que esa actitud debe llevarle a ayudar a su enemigo sí tiene necesidad. (Sí tiene necesidad, no por lambonear, pues sería falta de confianza en Dios)

¿Y qué hará Dios por usted en medio de esa situación llena de enemigos, si usted sigue sus sencillas y claras instrucciones? Dios no lo desamparará, ni lo dejará. Dios sin ninguna duda lo ayudará.

Y si eso es lo que Dios va a hacer. Como dice el pasaje que estamos viendo:

Romanos 8:31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

Yo les pregunto: ¿No creen ustedes que esta promesa creída de corazón con la imagen de un Dios majestuoso debe ser suficiente para que vivamos con plena tranquilidad?

O dicho de otra forma: ¿Si esta promesa no le produce tranquilidad respecto de su futuro, entonces que persona o qué cosa le puede dar esa tranquilidad que necesita? Es decir: ¿Habrá algo con lo cual reemplazar á Dios que sea más efectivo que Dios?

Lo absurdo es que ante esta pregunta a pesar de que la respuesta sea de que el Señor es el más poderoso, la realidad para muchos que responden esto, es que hay personas que les producen más tranquilidad con sus promesas, que la tranquilidad que le producen las promesas hechas por Dios.

Es decir nuevamente la ceguera frente a las cosas espirituales, y por esto hay personas que confían más en su pastor que en el Señor, razón por la cual aceptan enseñanzas que ni siquiera están en la escritura.

Recuerdan la frase que algún día les dije: EL SEÑOR ES SU PASTOR SU PASTOR NO ES EL SEÑOR

Sin embargo para algunos pareciera que su pastor, me refiero al instrumento, fuera el Señor.

Y eso es absurdo. ¿Por qué? Muy sencillo, coloque a esa persona que le produce a usted seguridad, en algunos casos son ustedes mismos. Su seguridad está en sus capacidades. Colóquese allí, o coloque la empresa que le produce seguridad, o lo que sea que le produzca a usted seguridad y al otro lado de la balanza coloque a Dios. ¿Qué tiene más peso? ¿Qué es más grande? ¿Qué es más poderoso? ¿Qué debería darle más seguridad?

La palabra gota, no gotas, la palabra gota aparece sólo una vez en la traducción de la Reina Valera y se usa para comparar a Dios con todas las naciones de la tierra diciendo así:

Isaías 40:15 al 17 He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo. 16Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. 17Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es.

Si absolutamente todas las naciones son como nada y como menos que nada comparadas con Dios. ¿Qué tan saludable cree que resulte confiar en cualquier cosa que no sea en Dios?

Se dice que un hombre con una fe enorme, comenzó a caminar sobre un lago que estaba congelado, el problema es que llevaba poco tiempo el invierno y la capa de hielo del lago era todavía muy delgada, por eso a pesar de la enorme fe de que el hombre tenía, el hielo se quebró y el hombre se ahogó.

Un mes después cuando la capa de hielo estaba muy gruesa, llegó un hombre con muy poca fe, por esta razón antes de caminar sobre hielo tiro algunas piedras, lo golpeó con un palo, y a la final decidió meterse gateando para no quebrar el hielo… El resultado fue que el hielo resistió, pues estaba tan ingreso que hubiera soportado meterse allí hasta con un vehículo.

Hay algunos que tienen una enorme fe en cosas que Dios no ha dicho, así como hay otros que tienen mucha fe en un Dios insignificante, pobre, débil, falto de sabiduría… Por esto no logran ni obedecerle ni vivir en paz.

Respecto de esto el Señor Jesús dijo:

Lucas 17.6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.

El grano de mostaza era la semilla más pequeña conocida por el hombre… Y sin embargo esa fe microscópica colocada en un Dios inmensamente poderoso podría trasladar montañas.

Queridos hermanos… Cuando tú lees que Dios está de parte tuya, que Dios es quien te defiende de aquel que te quiere robar la vida abundante. O que Dios es el que se encargará de darte la provisión necesaria porque tú estás buscando su reino… ¿Qué tan seguro te sientes al saber que Dios está de parte tuya?

Pero no sólo podemos estar tranquilos gracias al enorme poder de Dios para cuidarnos, protegernos, defendernos darnos todo lo necesario… hay algo todavía más importante que es su amor por nosotros.

Es decir: ¿De qué sirve un Dios poderoso que no me ama? Pues no de mucho la verdad, sin embargo podemos leer:

Romanos 8:31 al 32 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Cuando leo esto me quedo pensando en cómo lograr comprender lo que realmente significa que Dios padre haya entregado su hijo por nosotros…

Seguramente hemos escuchado muchos ejemplos como el de aquel Padre que por amor a ciertos criminales sacrifica a su hijo amado para salvar la vida a esos hombres. O el amor de aquella Madre que por rescatar a su hija de ser quemada se quemó las manos y luego al crecer su hija la menosprecia por sus manos cicatrizadas… Pero la verdad es que no hay ni un solo ejemplo que nos pueda mostrar lo que significa que Dios Padre haya entregado a su hijo por amor a nosotros.

Sólo el mismo Dios nos puede mostrar lo que significa esa muestra de amor…

Cuando nosotros decimos que el Nuevo Pacto es infalible, que el que está involucrado por la gracia de Dios en él, Dios cumplirá en él su propósito y hará de él una persona espectacular, porque es imposible que Dios falle….

También estamos diciendo que Dios va a coger nuestra poca fe, y la va a probar y va a hacer que sea hallada en alabanza gloria y honra cuando Jesucristo sea manifestado.

Algo así como que Jesucristo va decir a su Padre, he aquí mis hijos con una fe probada, con una fe a prueba de todo, con una fe que les permite disfrutar y servir en perfecta obediencia por la eternidad.

Así es de que no perdamos de vista la realidades espirituales, no dejemos de escuchar lo que el Espíritu Santo nos comunica, no dejemos que los dardos de fuego del maligno nos hagan pensar que Dios es un inútil o un incapaz de ayudarnos… Y por favor miremos bien qué estamos haciendo, y la actitud con la cual lo hacemos… Porque la incredulidad que nos lleva a hacer las cosas de mala manera y con mala actitud, eso si detiene la bendición de Dios.

Gracias Dios por ser tus hijos amados…

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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