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FE MUERTA – PARTE 2

I. INTRODUCCIÓN

 

Hemos visto como las Escrituras nos enseñan que todo el amor de Dios y toda la bendición que Él tiene para los hombres, solo puede recibirse completamente gratis pero solo cuando depositamos toda nuestra fe en el Señor Jesucristo.

Sin embargo, uno de los asuntos graves que los hombres tenemos que corregir, es que no valoramos adecuadamente las bendiciones, Y por eso muchas veces buscamos a Dios, por cosas que tienen muy poco valor comparado con la gran bendición que Dios tiene para nosotros.

Podemos decir que lo buscamos por la añadidura que muy, pero muy poco puede cambiar nuestra vida en lugar de buscarlo por la bendición que nos transformaría por completo dándonos una bendición completa y duradera.

Por esto cuando en cierta ocasión un grupo de personas busco a Jesús por la comida que perece, el los exhorto a buscarlo por la comida que a vida eterna permanece. Y ellos al sentirse confrontados le preguntaron, que debían hacer, y él les contestó:

Juan 6:29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

Toda la obra de Dios, todo lo que Él quiere hacer en cada uno de nosotros, toda la bendición y la herencia reservada para nosotros, depende exclusivamente de que creamos en El.

Y como equivocadamente muchos hombres han depositado su fe en falsos salvadores que prometen bendición, por esta razón, llegó el momento en que Juan el bautista quiso asegurarse de si Jesús era el verdadero mesías. Y el señor Jesús le contestó:

Mateo 11:4 al 6 Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. 5Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; 6y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.

Nunca a través de todas las épocas habido un personaje con un poder tan grande y espectacular para sanar, liberar, y aún resucitar a los muertos como lo fue el Señor Jesús.

Y cuando Jesús le manda a decir esto es porque había una serie de profecías que al ser cumplidas mostrarían que Jesús era el hijo de Dios. Una de ellas aparece en Isaías 53 la cual ha sido mal interpretada por muchos creyentes que enseñan que estar enfermo es pecado. Sin embargo la verdadera interpretación de esta profecía es al venir Jesús el hijo de Dios, el sanaría a absolutamente todos los enfermos, no sólo de enfermedades físicas sino también y espirituales, para que a través de todos estos milagros se fuera reconocido como el mesías, el hijo de Dios.

La confirmación de esto que estoy diciendo, la podemos encontrar en el evangelio de Mateo el cual dice:

Mateo 8:16 al 17 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; 17para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

Pero lo más importante de estas señales milagrosas hechas por el Señor Jesús, no eran precisamente las sanidades, resurrecciones o liberaciones de demonios. Lo más importante era que fuera reconocido como el señor y Salvador, y por eso al final del mensaje para Juan el Bautista Jesús dice:

Mateo 11:6 y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.

Bienaventurado… que puede ser traducido como tres veces feliz, sería el resultado de aquel que creyera en Jesús como su Señor y Salvador, y su confianza en el Señor no tuviera ningún pero, ninguna inquietud o mal pensamiento.

La pregunta es: ¿Cómo podría la gente que estaba viendo que Jesús sanaba y liberaba de los demonios, a absolutamente todos los enfermos que traían a el… Cómo podrían pensar mal de el?

Pues aunque parezca increíble si sucedía, y por esta razón los fariseos que no podían negar los milagros que Jesús estaba haciendo que confirmaban el cumplimiento de la profecía que afirmaba que Jesús era el Señor, el hijo de David, al cual ellos y todos deberían estar sujetos, cómo no querían obedecerlo, dijeron:

Mateo 12.24 Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.

Increíble verdad. Como no pudieron negar el tremendo poder milagroso del Señor, sanando, resucitando y liberando, terminaron diciendo que el sanaba a todos por el poder de Satanás.

Lo cual nos enseña no que estos fariseos eran más malos que todos nosotros, si no que nuestros deseos pueden llevarnos al negar las verdades más absolutas, si estas verdades se oponen a nuestros deseos.

Es por esta razón que para entender y reconocer la verdad de Dios, es necesario estar dispuesto a hacer la voluntad de Dios, porque si no lo estamos entonces el entendimiento se embotara.

Y esto es lo que ha sucedido a muchos, y por esto aunque el Señor ha venido ofreciendo su amor desde el principio, que es igual a decir que el Señor ha venido ofreciendo su amor a cada ser humano, a causa de los deseos de los hombres, más el orgullo y su altivez, han rechazado este ofrecimiento, lo cual como ya hemos visto resulta en algo supremamente ofensivo para Dios.

Y por esto, aunque Dios es un Dios de un infinito amor y una inmensa misericordia y paciencia, sin embargo llega el momento, en que Él toma acción justa contra este rechazo continuo a su persona y a su amor. La escritura dice:

Proverbios 29.1 El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.

Y también dice:

Isaías 55.6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.

Porque cuando una persona que no ha reconocido al Señor Jesús como su Señor y Salvador se muere, esta persona se pierde eternamente. Por supuesto Dios podría mantener con vida a estas personas por muchísimos años mas, para seguir dándoles oportunidad de convertirse… Pero siempre habrá un límite, y por eso llegará el momento en que de tanto rechazar el amor de Dios, llegue el momento del juicio, el cual ocurre para cada persona al momento de su muerte.

Y esto mismo que ocurre a nivel personal va ocurrir con toda la humanidad. Es decir terminada la paciencia de Dios sobre los hombres, la escritura nos cuenta lo que sucederá en los últimos tiempos:

2 Tesalonicenses 2:8 al 10 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; 9inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, 10y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.

Las escrituras nos hablan de la manifestación del anticristo, con todo su poder, señales y prodigios mentirosos, (para engañar) y todo esto vendrá con el respaldo de Satanás. Que es igual a decir que no habrá poder en ningún hombre para detener a este personaje, porque no hay duda que el poder de Satanás es superior al poder de los hombres.

Por supuesto que Dios sí puede detenerlo y en su momento lo hará, pero dice que lo dejará funcionar por un tiempo, porque a través de este personaje, Dios quiere confirmar la condenación de aquellos, que no aceptaron la verdad y e insistieron en rechazar el amor de Dios para ser salvos.

Es decir; está manifestación no viene para aquellos que no tienen ni idea del amor de Dios ni de la verdad de Dios. Esta manifestación viene para aquellos que oyendo del amor de Dios y oyendo la verdad, no la quisieron aceptar, por insistir en vivir de acuerdo a sus deseos, deseos que saben que Dios no aprueba. Es por esto que el pasaje continúa diciendo:

2 Tesalonicenses 2:11 al 12 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

El verso comienza diciendo “por esto” Por cuanto los hombres no recibieron el amor de la verdad para ser salvos, por eso Dios les envía un personaje que les dirá muchísimas mentiras, mentiras que creerán todos aquellos que se complacieron en la injusticia, qué vivieron de acuerdo a sus deseos aunque eran conscientes de que no agradaban a Dios. Y al creer en estas mentiras estáran confirmando su condenación.

Es por esto que el cristianismo cada vez van a ser más atacado, porque el cristianismo le muestra a los hombres que están haciendo cosas terriblemente injustas, inmorales y aun depravadas… Y como no quieren dejar de hacerlas, tratan de desacreditar y aún de destruir a los cristianos.

Lo cierto es que así funcionan los hombres. Es decir; dependiendo de los deseos que tengan, los hombres decidirán creer o no creer en la información que reciben. Pero ojo, no importa la procedencia de la información, tampoco importa la veracidad de la información, ni importan cuantas pruebas se puedan aportar, de todos modos la gente decidirá creer o no creer dependiendo de sus deseos, no dependiendo de la información que reciben o que esté a su alcance.

Por ejemplo; hay gente muy asustada con esta plandemia, temen morir, y por eso anhelan la vacuna la cual por supuesto creen que será muy efectiva. Pero hay otros que no están asustados, que no desean la vacuna, y que se inclinan a creer en los perjuicios tan grandes que muchos dicen que la vacuna traerá.

Exactamente igual funciona cuando la gente recibe el mensaje de salvación. No importa cuantas evidencias se puedan aportar acerca de la veracidad del Evangelio, si el evangelio dice que estoy actuando mal y no deseo cambiar, entonces rechazare el Evangelio como si fuera falso.

Lo mismo sucede con ciertas enseñanzas que denuncian nuestro pecado. Si no estamos dispuestos a cambiar diremos que el mensaje es malo, pero si estamos dispuestos a cambiar veremos esa enseñanza como una bendición.

Pues bien, lo que estamos leyendo dice que aunque el anticristo viene por obra de Satanás, hay un poder por encima de el, que es el de Dios, el cual dice que envía a este personaje para confirmar la condenación de aquellos que decidieron no creer en Jesús.

Y si una persona por no aceptar el amor de Dios le toca recibir la ira de Dios, entonces no queda ninguna duda de que no confiar en Jesucristo como el Señor y Salvador, es el pecado más grande que alguien pueda cometer.

II. LA RESPUESTA DE LA FE

La semana pasada vimos el pasaje donde un padre ruega por la liberación de su hijo y Jesús le dice: “Si puedes creer al que cree todo le es posible”. Confirmándonos que la clave para recibir el amor y la bendición de Dios depende de la fe. Veamos nuevamente el pasaje:

Marcos 9:20 al 22 Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. 21Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 22Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.

Unos versos atrás, el pasaje nos muestra que este Padre ya había llevado a su hijo donde los discípulos de Jesús, y ellos no pudieron liberarlo. Eso había causado una discusión con los escribas y la multitud se habían amontonado, y en eso llegó Jesús.

Al ver todo esto no creo que sea equivocado pensar que para este padre, Jesús era la última esperanza, además, porque el problema no tenía que ver con la salud física, sino que se trataba de un demonio que desde pequeño quería asesinar a su hijo. (En ese mismo momento el muchacho estaba como un animal revolcándose y echando espuma por la boca. Traten de imaginarse la escena.)

Y entonces Jesús voltea el asunto. Es decir; este hombre venía diciendo: “tus discípulos no pudieron echarlo” y cuando digo que Jesús voltea el asunto, lo digo porque Jesús hace responsable a este padre de lo que le pueda pasar a su hijo.

El Padre culpó a los discípulos de no haberlo podido liberar. Pero Jesús coloca la responsabilidad de la liberación del demonio sobre el padre, pues les dice:

Marcos 9:23 al 24 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 24E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.

Eso, más o menos es lo que le pasa a mucha gente cuando quiere que algo sea resuelto en su vida, cuando quiere alcanzar cierto objetivo, y le dicen que Dios le puede ayudar en eso.

Y digo más o menos, porque este padre que inmediatamente dijo que creía, seguramente por el enorme deseo de recibir respuesta. Afortunadamente algo le hizo entender que algo andaba mal con su fe, y por eso, sabiamente añadió: “ayuda mi incredulidad”

En este caso, siendo la voluntad de Dios liberar a este muchacho para que se cumpliera la profecía de Isaías de que el llevaría todas las enfermedades, al ver la honestidad de este hombre y su deseo de creer, sano a su hijo. Y lo más posible es que este milagro le llevo a creer en Jesús como su Señor y Salvador.

Ciertamente no tenía la suficiente confianza de que el Señor sanaría a su hijo, pero si tuvo la suficiente confianza para ser honesto con Jesús, reconociendo su pecado, y eso le llevó a recibir el milagro.

En este caso este padre quería confiar en que Dios haría algo que es la voluntad de Dios, y por eso el asunto funcionó…

La pregunta que nos podemos hacer es: ¿Pero qué pasa si nosotros depositamos una enorme confianza en algo que no está dentro de la voluntad de Dios?… Es decir: ¿Cuál será el resultado?

Lo que la escritura nos cuenta es que cuando el anticristo venga muchos confiarán en el, y su confianza en él les permitirá obtener lo que ellos desean. Y por esto se dejarán poner la marca de la bestia, la cual les permitirá vivir, comprar, vender y participar de todo lo establecido en esa época.

Es decir; su confianza en el anticristo les dará los resultados esperados… Pero lo que ellos ignoran es que la escritura dice:

1 Tesalonicenses 5.2–4 Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; 3que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. 4Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón.

Cuando estén contentos, tranquilos, sintiéndose seguros de que todo está y estará bien, vendrá sobre ellos destrucción repentina, los dolores irán aumentando de manera irremediable, y entonces terminarán recibiendo la ira de Dios.

Cuando el texto dice que nosotros los cristianos no estamos en tinieblas, es porque sabiendo cuál será el fin de aquellos que viven de acuerdo a sus deseos, nosotros no viviremos de la misma manera, porque seremos conscientes de que tarde o temprano tendremos que dar cuentas a Dios.

Por qué no estár en tinieblas también significa que entendemos que no podemos burlarnos de Dios. Tal como dice la escritura en la carta a los Gálatas:

Gálatas 6.7–8 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

Los verdaderos hijos de Dios también podemos sembrar en la carne, y lo hacemos cuando no hacemos la voluntad de Dios, o aún cuándo hacemos lo que Dios dice pero con mala actitud.

Eso quiere decir que aunque le pongamos mucha fe a lo que hacemos, cuando el objetivo es equivocado o fuera de la voluntad de Dios, aunque obtengamos lo que deseamos, al final siempre recibiremos las malas consecuencias.

Esto es igual a decir que no toda fe trae bendición. Y por eso encontramos que la escritura nos enseña, que la fe recibe diferentes nombres o apellidos, dependiendo en que o en quién la estemos depositando.

Insisto: la fe es la misma, pues es la capacidad de confiar que Dios mismo nos ha dado. Pero somos nosotros los que elegimos en que o en quien depositarla, y dependiendo de eso la fe recibe diferentes nombres.

A. FE MUERTA

Uno de los grandes engaños cuando se habla de que la salvación y que todo el amor de Dios se puede recibir con tan sólo creer en Jesucristo. Cosa que es cierta. Es que la gente que quiere recibir esto dice que tiene fe. Y entonces, no sólo en este tiempo sino aun desde la antigüedad, encontramos a muchos que dicen tener fe en Dios, pero su comportamiento no es el comportamiento de alguien que realmente tiene fe en Dios.

En las Escrituras leemos la exhortación del apóstol Santiago, para aquellos que dicen tener fe pero que es su modo de vivir evidencia que no es cierto, que están mintiendo o se están engañando. Dice así:

Santiago 2:17 Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta….. Versículo 20 ¿Pero quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras está muerta?…. Versículo 26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

El escritor repite una y otra vez que la fe sin obras está muerta. Y como ya hemos visto, por supuesto se refiere a aquellas obras que debemos hacer en obediencia a la voluntad de Dios. Como quien dice; si no hay obediencia no hay fe verdadera, sino solamente una fe muerta, porque es una fe que aunque pueda estar depositada en Dios no produce vida.

Lo opuesto a esta fe muerta es la fe real que si da vida, y que nos lleva a obedecer a Dios. Uno de los ejemplos más grandes de esto es la fe de Abraham, quien ha sido llamado el padre de la fe. Título que obtuvo porque su fe le llevó a obedecer a Dios, en una circunstancia completamente opuesta sus deseos, que podría llevarle aún a pensar que Dios no cumpliría su promesa. Por esto la escritura dice:

Romanos 4.18 El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.

Y gracias a ésa fe, fue capaz de ir a sacrificar a su hijo de cual dependían las promesas, y por esto la escritura dice:

Santiago 2.21¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?

Ser justificado delante de Dios significa haber sido perdonado por Dios y por lo tanto recibir la salvación. Y la escritura nos dice que cuando Abrahán obedeció al mandato de Dios de ir a sacrificar su hijo, esa acción le dio la salvación.

Pero ojo esto no quiere decir que las obras nos salvan porque no es posible. Lo que nos salva es la fe verdadera que está depositada en Dios, y que produce obediencia. Y por eso continúa diciendo:

Santiago 2.23–24 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 24Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.

Aunque la escritura nos dice que Abrahan fue justificado cuando obedeció al ofrecer a su hijo, en este siguiente párrafo dice que la razón por la cual recibió el perdón y la salvación, es porque le creyo a Dios… Y le obedeció.

Pero insisto el énfasis no está en qué las obras salvan sino en que las obras son una evidencia de que la fe es real. Que es igual a decir que cuando no hay obediencia es porque no hay fe real, es decir no hay confianza en Dios, y por esta razón tampoco hay salvación.

Déjenme hacerles una aclaración. Cuando en la escritura leemos que el hombre está muerto espiritualmente. No quiere decir que el hombre no tenga espíritu. Pues la escritura nos enseña que el hombre que está muerto espiritualmente esta comunicado y energizado por el espíritu de la potestad del aire.

Esta es una verdad terrible y espantosa que la humanidad y a veces los cristianos ignoran… Pero la escritura dice:

Efesios 2:1 al 3 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Eso quiere decir que cuando la escritura dice que el espíritu del hombre está muerto, en realidad se está refiriendo a que está esclavizado por el espíritu de la potestad del aire, por Satanás, el cual opera o trabaja a través de los hombres.

Y cuando nacemos espiritualmente gracias a la fe verdadera, lo que realmente pasa es que Dios saca el espíritu del mal, el espíritu de muerte de nuestro espíritu, y coloca allí su Espíritu el cual nos da vida espiritual y por lo tanto salvación.

De la misma manera la fe muerta no es ausencia de fe. La fe muerta es la fe que los hombres depositan en el mundo, en los hombres, o en si mismos. Y como el mundo entero esta bajo el maligno, quiere decir que la fe muerta es en realidad la confianza que depositamos en Satanás aunque no seamos conscientes.

Y ojo con lo siguiente; el engaño más terrible es el que ocurre cuando los hombres depositan su fe en Jesucristo, pero para obtener las cosas que el mundo ofrece. Y digo que es un engaño terrible porque al estar buscando que sea Dios quien les de estas cosas, no son conscientes de su falta de confianza en Dios, que los lleva a buscar las cosas del mundo, pero a desobedecer a Dios.

Y por esto aunque digan tener fe en Dios, cuando no hay obediencia que es la evidencia de una fe auténtica, entonces tampoco habrá salvación. El escritor de la carta confirma esto a través de la siguiente pregunta:

Santiago 2:14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarlo?

Notemos que el pasaje no dice que si alguno tiene fe y no tiene obras. Lo que dices si alguno dice que tiene fe… Y no tiene obras. ¿Podrá esa fe muerta salvarlo? Y la respuesta es no. La fe muerta no salva.

Pero aunque la fe muerta no salva, esa confianza si les puede permitir obtener lo que el mundo enseña como bueno y necesario para ser felices.

Por ejemplo, en la calle escuché a alguien que decía: “mientras haya salud todo está bien”. Y este pensamiento lo comparten muchísimos, por qué estar enfermo es algo que no permite ser felices, peor aún si es una enfermedad incurable o terminal.

Estas personas enfermas comienzan depositando su fe en los médicos, en la ciencia, en cierta clase de remedios… Y cuando no logran su sanidad a veces como último recurso buscan a Dios.

¿Pero acaso es malo que busquen a Dios para obtener su sanidad? Por supuesto que no, el problema es que sólo lo buscan para obtener sanidad, no para hacer su voluntad.

¿Y que hace Dios en estos casos? Pues Dios en su gran misericordia muchas veces responde afirmativamente a la petición de los hombres. Por ejemplo, la escritura nos cuenta de 10 leprosos que se acercaron a Jesús pidiendo sanidad.

Lucas 17.12–14 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos 13y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! 14Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.

Así como estos hombres, Dios a través de los tiempos a venido sanando a muchísimas personas que se acercan a El rogando por su salud. Y muchísimas de estas personas reconocen haber sido sanadas por Dios.

¿Pero cuántas de estas personas sanadas por Dios, han decidido reconocer al Señor Jesús como su Señor y Salvador? Pues la gran mayoría no. ¿Por qué? Porque lo importante para ellos es lo que el mundo enseña, y el mundo enseña que la salud es algo muy valioso. El pasaje continúa diciendo:

Lucas 17.15–18 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. 17Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?

Aunque este hombre seguramente también suplico por su sanidad al igual que los demás, al ser sanado entendió que había algo mucho más importante que su sanidad, y eso era el Señor, ante el cual se postró para agradecerle. Y el resultado de reconocer la importancia del Señor para su vida, lo podemos ver en las palabras de Jesús el cual le dijo:

Lucas 17.19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

¿Cual fue le otorgo la salvación? La respuesta es que no fue la que le permitió tener sanidad, sino la fe que le permitió reconocer a Jesús como su Señor.

Es por esta razón que los otros nueve que también se sanaron, sólo eso recibieron; su sanidad, y si siguieron igual entonces terminaron sanos pero en el infierno.

Y esto que pasa con la salud también puede pasar con la provisión material. Y por eso la escritura también nos muestra que muchos se acercaron a Jesús buscando la provisión material… Y la recibieron. Pero cuando volvieron por mas, porque el hombre nunca se sacia, el Señor Jesús les dijo:

Juan 6.26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.

No hay duda que través de todos los tiempos es Dios quien ha dado la provisión al hombre. La gran mayoría no lo reconoce, pero entre los que reconocen que reciben la provisión de Dios, y aún cuentan testimonios, también hay muchísimos que no desean hacer la voluntad de Dios.

Por esto el regaño del Señor Jesús es porque recibieron lo material, pero no quisieron ver la señal milagrosa que mostraba que Jesús era el Señor, al cual debían obedecer. Y por eso les dice:.

Juan 6.27–28 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. 28Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?

Y pareciera que reconociendo su pecado preguntan, que es lo que tienen que hacer. Y el Señor les contesta:

Juan 6.29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

Esta respuesta para ellos significaba que Dios había enviado al Salvador prometido para que lo siguieran y le hiciera caso, no esperando como recompensa las cosas materiales, es decir la comida que perece, sino la comida que a vida eterna permanece.

En otras palabras si su fe en el Señor era auténtica, entonces debía llevarlos a seguirle y a obedecerle… Pero ellos al ser confrontados con la obediencia respondieron:

Juan 6.30-31 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces?31Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.

Así como ellos hay muchos. Dicen aun de de forma muy sincera que ellos creen en Dios, que creen en Jesucristo, y hasta que creen en las escrituras. Pero no están dispuestos a obedecer a Dios, o peor aún, están solo dispuestos a obedecer lo que a ellos les parece conveniente y lo demás no.

Y es por esto que estos hombres cuando fueron confrontados con la obediencia, comenzaron a pedir una señal o un milagro que los convenciera de verdaderamente creer y obedecer.

Esta pandemia por supuesto que nos ha enseñado muchas cosas a los cristianos además de que está probando la fe de muchos de ellos.

Por ejemplo cuando se habla de tomar algún medicamento que no está aprobado por la FDA, la entidad americana que aprueba o no los medicamentos, algunos se rasgan las vestiduras diciendo que no se puede tomar eso porque no está aprobado por la FDA.

Pero estos mismos si están dispuestos a ponerse una vacuna, aunque ninguna vacuna hasta el momento ha sido aprobada por la FDA. Se calcula que más o menos en dos años dependiendo de los experimentos se pueda aprobar.

Si me entienden, cuando el hombre quiere algo no importa que no haya pruebas,lo acepta como verdad o cómo bueno. Y cuando no lo quieren, no importa todas las pruebas que haya, igual lo van a rechazar.

Pues bien cuando el Señor Jesús les dijo que la vida se trataba de creer verdaderamente en el, entonces ellos que no estaban dispuestos a seguirle, preguntaron que señal o qué milagro iba a hacer para que ellos pudieran ver y creer.

Pero como he mencionado en el caso de la vacuna, cuando la gente pide una señal para creer, aunque la señal les sea dada de todos modos no va a creer. Prueba de esto es, que estos que lo estaban buscando por la comida, son los mismos que el día anterior vieron el milagro de la multiplicación de los panes y los peces.

Es decir ya habían visto un poderoso milagro, al igual que los nueve leprosos ya habían recibido el beneficio de su sanidad de parte de Dios, pero sólo eso querían, porque lo que en realidad les importaba era la provisión material. Y por esto también mencionan… “Nuestros padres comieron el Maná en el desierto” Como dando a entender que ellos ya tenían una religión y no necesitaban mas.

La pregunta que nosotros nos debemos hacer es: Cuando somos sanados por el Señor o cuando recibimos la provisión de Dios, más aún cuando esa provisión es generosa… ¿Eso que Dios hace por nosotros que produce en nuestro corazón?

¿Reconocemos su protección y su provisión y eso nos lleva a ser más obediente a el?… O ¿Nos sentimos sobrados por nuestra buena salud y nuestros bienes, de tal manera que comenzamos a ignorarlo?

Es decir lo recibido de parte de Dios nos lleva a: ¿Confiar en Dios con una fe real, o con una fe muerta que no nos motiva a obedecerle?

Pero no sólo la gente se acerca a Dios buscando sanidad o provisión, también hay quienes se acercan a causa de su religiosidad, pensando en hacer cosas para Dios, pero con una fe muerta, es decir con una fe que no los lleva a seguir las instrucciones de Dios, sino a trabajar para Dios a su manera.

El resultado de esta clase de fe en los que intentan servir a Dios es el siguiente:

Mateo 7.21-23 No todo el que me dice: “¡Señor, Señor!”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?”. 23Entonces les declararé: “Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, hacedores de maldad!”.

El pasaje da a entender que muchos de estos hombres que estuvieron predicando, haciendo milagros y echando demonios, al no dejárseles entrar al reino de los cielos, ellos insistirán en que merecen ser salvados, sin embargo el Señor Jesús les dice que ni siquiera los conoce, y que lo que ellos hicieron aunque a ellos les pareció muy bueno, en realidad estaban haciendo maldad.

Y aunque el pasaje podría prestarse a muchas malas interpretaciones, es muy claro que la razón por la cual estos hombres no se salvarán, es porque la fe que tenían no les llevo a hacer la voluntad de Dios.

Y ese es el resultado de la fe muerta: Tuvieron fe suficiente para predicar, fe para hacer milagros, fe hasta para echar demonios… Pero no tuvieron fe para obedecer al Señor.

Y esta es básicamente la misma enseñanza que vemos en las palabras de Samuel a Saúl cuando fue desechado como rey.

1º Samuel 15.22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.

No es lo gordo de los carneros, no es lo difícil de los sacrificios lo que agrada a Dios, lo único que le agrada es un deseo genuino de obedecerle.

Ahora; algunos se pueden confundir, porque estos hombres estaban predicando, haciendo milagros, y echando demonios, que son algunas de las cosas que Dios manda hacer. Entonces la pregunta es: ¿Si estaba haciendo estas cosas porque el Señor dice que no fueran obedientes?

Para entender esto es necesario aclarar, que según la escritura hay varias clases de obras. En la carta a los Hebreos podemos leer:

Hebreos 6:1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas…

Aquí dice que parte de la doctrina básica, de los rudimentos que debe entender el creyente que comienza su relación con Dios, es que debe arrepentirse de las obras muertas.

Y si es lo primero que debe saber el nuevo creyente, entonces debemos preguntarnos: ¿Ya nos arrepentimos de las obras muertas?… Porque si no nos hemos arrepentido es muy seguro que todavía sigamos haciendo obras muertas… Que por buenas que parezcan, desagradan a Dios.

¿Saben ustedes a que se refiere? Pues bien, las obras muertas son aquellas cosas que hacemos para Dios, sin que Dios nos las haya pedido.

Veamos un pasaje que nos sirve para aclarar lo que son las obras muertas, aunque es un pasaje que me parece muy triste y aterrador:

Jueces 11:30 al 31. Entonces Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: «Si entregas a los amonitas en mis manos, 31cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová y lo ofreceré en holocausto».

La primera pregunta que debemos hacernos es: ¿De dónde sacó este hombre semejante ideota?

De los pueblos paganos que había a su alrededor, que acostumbraban a sacrificar a los seres queridos por obtener la bendición de algún dios como como Baal o Moloc.

Un claro ejemplo de nuestro tiempo de lo que es una obra muerta, es el estar haciendo pactos con Dios para que conteste a nuestras peticiones.

Ante esta práctica acostumbro a preguntar: ¿Acaso Jesús cobraba para contestar las oraciones o peticiones que le hacían? ¿Qué Biblias tendrán los que esto enseñan y hacen?

No dice acaso la escritura:

1 Juan 5:14 al 15. Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

Según este pasaje de la clave para recibir respuesta a una petición, es hacer la petición con fe pero lo que pedimos debe estar de acuerdo a la voluntad de Dios.

La pregunta es: ¿Cree usted que si hace a Dios una petición que no es su voluntad, pero la acompaña de 1.000 dólares entonces ese dinero convencerá a Dios de responder afirmativamente?

¿O será que si los 1.000 dólares son para el pastor… El pastor si logrará convencer a Dios de cambiar su opinión y responder algo que no desea responder?

Cualquiera que haga algo similar a esto, que Dios no ha pedido, está haciendo una obra muerta de la cual tiene que arrepentirse.

Y si usted piensa que los que hacen esto sólo están perdiendo dinero. Creo que se equivoca, pues yo creo que quien le page dinero a Dios para recibir su favor, no es un hijo de Dios y si lo es, esta grave, muy grave. Por supuesto está todavía mucho peor el que pide dinero como condición para buenas por la petición.

Tan grave es esto, como lo que hizo este hombre del cual estamos leyendo que ofreció la vida de un ser humano por su victoria.

Este hombre debía conocer la escritura, y en ella en ninguna parte dice que el hombre debe ofrecer un sacrificio humano para obtener una victoria. Todo lo contrario, más bien advierte que no vayan a hacer como hacen los pueblos vecinos:

Levítico 18:21 »No darás un hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no profanarás así el nombre de tu Dios. Yo, El Señor.

Ciertamente nos perdemos bendiciones por no hacer como Dios nos ha mandado a hacer. Pero también nos perdemos bendiciones por hacer lo que Dios no nos ha mandado a hacer. Así lo hagamos para él.

El final de la triste historia de este hombre, que ofrece lo que no tiene que ofrecer es:

Sale este hombre a la guerra y Dios le da una total victoria… Por supuesto no por el ofrecimiento absurdo, porque sería el colmo que Dios le respondiera a una petición, cuando este hombre hizo todo lo contrario de lo que Dios ordena.

Dios le dio la victoria porque eso ya estaba en los planes de Dios. Y cuando este hombre regresa a su casa, dice la Escritura:

Jueces 11:34 Cuando volvió Jefté a Mizpa, a su casa, su hija salió a recibirlo con panderos y danzas. Ella era sola, su hija única; fuera de ella no tenía hijo ni hija.

Más tremendo aún, es que ni aun así logra entender lo grande de su error. Como logró la victoria, como alcanzó los objetivos planteados, cree que lo que hizo estuvo bien.

Ese es otro de los errores que cometen los que hacen obras muertas, que como el asunto les funciona, creen que está bien hecho. Que han recibido el respaldo de Dios.

Por ejemplo enseñan malas doctrinas, hablan de que Dios quiere prosperar materialmente a todos y sanarlos a todos, y al ver que la Iglesia se llena, entonces creen que están haciendo bien y que tienen el respaldo de Dios.

Hablando con una enfermera en un hospital donde yo llevaba 20 días, le dije que la iglesia a la que ella asistía tenía mala doctrina, y entonces ella me dijo: Pero cómo no va a ser de Dios si la Iglesia crece.

En respuesta le dije; los musulmanes son la religión que más crece en el mundo. Además el comunismo ha crecido de una manera absurda conquistando medio planeta. Y en Brasil el espiritismo crece también de manera asombrosa… Así como está creciendo el homosexualismo, la corrupción y el narcotráfico… ¿Y de verdad crees que el crecimiento de estos movimientos muestra el respaldo de Dios?

Pero al igual que muchos el éxito de este hombre en la batalla le hizo pensar que estaba haciendo lo correcto, al haber ofrecido una vida a cambio de la victoria… Y este horror, el de no lograr comprender su pecado… Hace que la pérdida se convierta en irremediable. Para muchos es perder la oportunidad de salvarse. Para este hombre, dice la escritura:

Jueces 11:35 Cuando él la vio, rasgó sus vestidos, diciendo: —¡Ay, hija mía!, en verdad que me has afligido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor, porque le he dado mi palabra a Jehová y no podré retractarme.

Y aquí al otro terrible pecado de obstinación y terquedad. Será que si usted le promete a Dios algo, que luego descubre que es pecado, y por lo tanto pide perdón a Dios y se retracta… ¿Dios se molestara porque usted corrigió y no peco más?… ¿Acaso no fue a la cruz para quitar el pecado?

Y más terrible aun, no sólo él no logra ver su pecado, también su hija bajo su responsabilidad no lo ve. (De lo cual yo culpo a su padre)

Ella le pide dos meses de vida para llorar ya que no ha conocido varón y no ha tenido la oportunidad de tener hijos, lo cual es una desgracia en el pueblo de Israel… Pasados dos meses la asesinó.

Este es el horror de las obras muertas, de las cuales hay que arrepentirse y no volverlas a hacer jamás.

Acostumbro a dar ejemplos que pueden parecer exagerados como el siguiente:

Los de Mateo siete, que alegarán a la puerta del cielo que merecen entrar y será mandados para el infierno. Han hecho milagros pero no han hecho la voluntad de Dios.

Imagínese que usted tiene el don de hacer milagros, y al salir de su casa ve que un carro atropella a su vecino y lo mata. ¿Qué debe hacer usted en esta situación?

¿Salir corriendo y orar para que Dios lo resucite o preguntarle a Dios si debe orar por él?

Supongamos que usted no le pregunta a Dios, y sale corriendo y orar por él y lo resucita.

Todo el mundo lo aplaude, en la iglesia lo felicitan, y regresa a su casa feliz. Y cuando le va a dar gracias a Dios por haberlo usado, Dios le dice: ¿Por qué resucitaste a este hombre sin que yo te lo ordenara?

Este hombre salió de su casa para comprar veneno de ratas y envenenar a todos sus hijos pequeños y a su esposa, y por eso lo hice invisible para que el carro lo atropellara, y ahora usted lo resucitó.

Por su culpa este hombre va a asesinar a toda su familia…. Vaya y arregle el problema!!!

Cuántas veces escuchamos a los cristianos que declaran una cantidad de cosas pensando que lo importante es la cantidad de fe que tienen, pero ignorando por completo la voluntad de Dios.

¿Cuántos cristianos han declarado que el virus no les llegará sin tener ni idea cuál sea la voluntad de Dios? Y que va a pasar cuando los que los oyeron declarar vean que se enferman….

Ese es el resultado de todas estas declaraciones hechas sin la dirección de Dios, que dejan a Dios como mentiroso. Lo declaran sano y luego tienen que ir a orar al entierro. Lo declaran próspero y luego tienen que ayudarlo económicamente, y otras muchas cosas más.

Cuando alguien declara algo debe tener la absoluta certeza de que es la voluntad de Dios, y eso que declara tiene que cumplirse al pie de la letra. Si no se cumple, quiere decir que quien lo declaro ni siquiera sabe distinguir cuál es la voluntad de Dios.

Y yo no seguiría a una persona de esas… ¿Lo haría usted? ¿Es decir si usted quiere hacer la voluntad de Dios seguiría las enseñanzas de alguien que no sabe distinguirla?

Más adelante y nuevamente en el libro de hebreos dice:

Hebreos 9:14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

Nuestra conciencia tiene que ser renovada para que entendamos que sólo lo que se hace en obediencia a Dios tiene valor en el cielo… Mientras que lo que se hace por iniciativa propia es una obra muerta y es pecado.

Podemos resumir que la fe muerta produce obras muertas, que son obras de incredulidad, porque no están basadas en lo que Dios dice, no están basadas en sus órdenes, sino más bien en desobedecerlas. La fe muerta es una fe que ayuda al que la posee, a hacer su propia voluntad.

Y no creo que sea difícil de entender, que hay una enorme diferencia entre una persona que pretende utilizar la fe en Dios para hacer su propia voluntad. Fe muerta. A una persona a la cual su fe en Dios le lleva a hacer la voluntad de Dios. La diferencia entre lo uno y lo otro es tan grande como la diferencia entre el cielo y el infierno.

El problema es… Que los de la fe muerta hacen algo todavía más espantoso, para justificar su forma de vida… Pero lo veremos la próxima semana.

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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