¿CUAL ES LA VERDADERA BENDICIÓN? – PARTE 3

Entre mas pasa el tiempo cada vez veo con más claridad, la enorme dificultad que causa en nuestra relación con Dios el creernos buenos. Pensar esto de nosotros, que somos buenos, no nos permite entender el amor de Dios, la justicia de Dios, los tratos que Dios tiene para nuestra vida. Y por supuesto todo esto afecta negativamente nuestra confianza en él.

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¿CUAL ES LA VERDADERA BENDICIÓN?

PARTE 3

    1. INTRODUCCIÓN

 

Entre mas pasa el tiempo cada vez veo con más claridad, la enorme dificultad que causa en nuestra relación con Dios el creernos buenos. Pensar esto de nosotros, que somos buenos, no nos permite entender el amor de Dios, la justicia de Dios, los tratos que Dios tiene para nuestra vida.  Y por supuesto todo esto afecta negativamente nuestra confianza en él.

Al decir esto, por supuesto no estoy evaluando lo buenos que son los hombres con la escala de valores que los hombres se inventaron, sino con la que nos da la perfecta justicia de Dios. Porque los hombres consideran que algunas personas son tan buenas que hay que canonizarlas… Y a otras tan malas que quemaban en las hogueras.

Sin embargo la realidad es que muchos de los que fueron canonizados no lo merecían, y muchos de los que fueron a las hogueras eran auténticos cristianos, como lo fueron los discípulos de Jesús que también fueron torturados y asesinados por estar haciendo la voluntad de Dios.

Aun los pueblos religiosos como los judíos han caído en este terrible error, como nos lo cuenta la escritura, en el discurso de Esteban por el cual también fue asesinado. El les dijo:

Hechos de los Apóstoles 7.51–52  ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. 52¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores;

Los profetas que anunciaban la venida del Salvador fueron asesinados, y como corona de su maldad también a Jesús su salvador, lo torturaron y asesinaron. ¿Porque? Porque les pareció bueno hacerlo, por eso murió como un criminal.

Este proceder de los hombres a sido descrito lo largo de la escritura, por ejemplo el profeta Isaías dijo:

Isaías 5.20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

El concepto que el mundo tiene acerca del bien y del mal está invertido. Y es tan grande la maldad del hombre, que los malos han llegado a creerse buenos. El Señor Jesús habló de la maldad del hombre cuando dijo:

Mateo 6.23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?

Uno de los problemas para los hombres que viven de acuerdo a la escala de valores del mundo, es como mencioné en el estudio pasado, que como se creen buenos creen merecer buenas cosas.

Pero al pensar así están doblemente equivocados, porque a los ojos de Dios por causa de su incredulidad merecen la condenación eterna, y porque lo que ellos creen que merecen recibir, que son las cosas materiales en abundancia, familia, salud… No son en realidad cosas valiosas, ni mucho menos buenas cuando nos impide recibir la salvación ofrecida por Dios.

Como el concepto del bien y del mal que tiene el hombre está invertido, cuando se habla de la soberanía de Dios, de control absoluto de todas aquellas cosas que pasan a nuestro alrededor, es normal que el hombre piense que hay maldad en Dios.

Tal vez no lo digan directamente pero cuando pasa algo horrible la pregunta de los hombres es: ¿Por qué Dios permite estas cosas?

A un pastor que le costaba trabajo aceptar la soberanía de Dios en aquellos eventos dolorosos o trágicos, lo confronte diciéndole: ”Tú que crees en la salvación y en la condenación eterna, si Dios te dijera que la única forma en que tu hija aceptaría al Señor y se salvaría, era a través de un evento muy trágico…  ¿Si Dios te diera opción de decidir entre una muy buena vida para ella y al final la condenación eterna, o un evento muy trágico para salvarla del infierno… tú qué responderías? (Aunque se demoro en contestar al final prefirió la salvación eterna sin importar el costo.)

El problema con la maldad no reconocida por el hombre, es que no le permite entender que merece la condenación, y si creen no merecer la condenación tampoco creen en la necesidad de salvación.

Pero: ¿Qué hace Dios con este hombre pecador al que ama, que no sabe ni donde esta parado para llevarlo a entender que necesita salvarse?

Pues Dios trata su vida usando las cosas materiales; o a través de su salud o de sus relaciones familiares, para que el hombre en medio de sus conflictos y sufrimientos se humille, y termine buscando la ayuda de Dios.

Es decir, Dios a través de manipular cosas que no tienen valor en la eternidad, está tratando de que ellos reciban lo más valioso que pueden recibir, que es la salvación.

No es posible entender a Dios ni las cosas que Dios hace con los hombres, si no somos conscientes de la urgente y valiosa necesidad de la salvación.

Cada vez que no entendemos la forma en que Dios nos trata, es porque no somos conscientes del pecado que Dios quiere erradicar de nuestra vida.

Igualmente por causa de la salvación que Dios quiere dar al hombre, es que aunque la escritura dice:

Proverbios 22.29 ¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará; No estará delante de los de baja condición.

Pero este principio bíblico, del que pensamos que quien lo cumpla deber gozar de su beneficio, por causa de la salvación no siempre se cumple… Porque si Dios ve que necesita empobrecer, enfermar o colocar en conflictos serios al hombre con su prójimo, para que estas difíciles circunstancias lo humillen y pueda reconocer a su salvador, pues Dios lo hará.

Es por eso que bajo el nuevo pacto no existen promesas de prosperidad material, ni te que Dios nos defenderá de los enemigos, ni idea que no nos enfermaremos, porque si Dios ve necesario que nos ocurran esas cosas para que nos podamos acercar a Dios,  pues Dios lo hará.

Y es por eso que aunque la escritura enseña que quién trabaja diligentemente logrará sus objetivos, también encontramos que la escritura dice:

Salmo 127.1–2   Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad,

En vano vela la guardia.2 Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño.

¿Qué es lo que está diciendo este pasaje? Que no importa la capacidad de los hombres, ni su diligencia, ni su fortaleza, pues el lograr los objetivos que el hombre desea al final depende exclusivamente de Dios, quién puede frenar los resultados de aquel que se esfuerza y trabaja con sufrimiento, y puede dar en abundancia a aquel que confía y descansa en él.

Esta misma verdad está expresada de forma diferente en el libro de Eclesiastés, y en algunas biblias esta porción aparece bajo el título de ”las injusticias de la vida” el pasaje dice así:

Eclesiastés 9.11–12 En este mundo he visto algo más: que no son los veloces los que ganan la carrera, ni los valientes los que ganan la batalla; que no siempre los sabios tienen pan, ni los inteligentes son ricos, ni los instruidos son bien recibidos; todos ellos dependen de un momento de suerte. 12Por otra parte, nunca sabe nadie cuándo le llegará su hora: así como los peces quedan atrapados en la red y las aves en la trampa, así también el hombre, cuando menos lo espera, se ve atrapado en un mal momento.

Y cuál es la razón por la cual estos principios básicos no se cumplen? La razón es el amor de Dios que le lleva a meter su mano para  tratar de salvar al hombre?

Esta misma acción de atraer a los hombres por medio de las cosas que no tienen valor, para darles algo muy valioso, lo encontramos en un pasaje con la expresión: “Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor

Pero al mirar en detalle el pasaje donde dice esto, podemos descubrir cosas tremendas. Dice así:

Oseas 11.1–2 Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. 2Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios.

Lo primero es que el amor de Dios por el hombre no es por mérito del hombre, pues aún desde pequeños Dios a decidido amarnos.

Lo segundo que muestra la maldad del hombre, es que entre más los llamaba Dios mas se alejaban, buscando que los ídolos le dieran las cosas que necesitaban, a cambio de sacrificios y sahumerios. Es decir pecando contra Dios pensaban llenar sus necesidades.

Al ver esta actitud del pueblo, lo que uno pensaría es que Dios con mano fuerte les quitara o les impidiera obtener lo que deseaban, sin embargo… Lo tercero que me parece increíble y que muestra la gran misericordia de Dios, es que dice:

Oseas 11.3–4 Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. 4Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.

Qué a pesar de que ellos buscaban resultados yendo en contra de Dios, en realidad era Dios quien les daba lo que necesitaban!

Pensemos bien en esto, porque lo que está diciendo es como que usted está caminando bien con Dios, pero en determinado momento quiere algo, y al no poder obtenerlo, para conseguirlo busca un brujo, o va y roba, o aún va y niega a Dios, y el resultado es que a pesar de ir en contra de Dios logra sus objetivos…

Pero: ¿Puede suceder esto? La respuesta es sí, aún los  creyentes cuando van en contra de Dios pueden lograr sus objetivos... Pero solo porque Dios hace lo necesario para que alcancen esos objetivos.

Este proceder de Dios podría parecernos como que Dios está trabajando para el diablo. O que Dios está respaldando la rebeldía y la incredulidad de sus hijos. Pero sucede y no lo podemos negar, y por eso escuchamos testimonios de personas que se alejan de Dios, qué lo niegan, que no lo honran con sus bienes y a pesar de eso son grandemente prosperados.

Y si nos preguntamos: ¿Cuál puede ser el resultado de esta acción de parte de Dios?  Pues gracias a la libertad que el hombre tiene de creer lo que quiera creer, pueden suceder dos cosas.

La primera, la escritura la describe así:

Salmo 92.7  Cuando brotan los impíos como la hierba, y florecen todos los que hacen iniquidad, es para ser destruidos eternamente.

Dios les da a todos los que no creen en El todas las cosas en abundancia, pero si al pasar el tiempo ellos no reconocen ni la propiedad de Dios de lo que tienen, ni que es Dios quien les ha dado lo que tienen, entonces van a ser condenados por la eternidad.

La expresión de Jesús ante esta terrible y mala decisión producto de su ceguera voluntaria, es:

Mateo 16.26  Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Aún si alguien lograra apoderarse de todo el mundo a costa de perder su alma, eso ni sería de provecho, ni lo podría remediar cuando al morir descubra que está condenado.

En el pasaje que leímos sobre Israel, dice que a pesar de buscar a los demonios (Baales) para obtener prosperidad…

Oseas 11.3–4 Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba.

Dios a pesar de ellos no merecer nada, en su misericordia les dio lo que ellos buscaban, pero como no reconocieron a Dios como el dueño, ni como su proveedor, la escritura continúa diciendo:

Oseas 11.5–7 No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir. 6Caerá espada sobre sus ciudades, y consumirá sus aldeas; las consumirá a causa de sus propios consejos. 7Entre tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer.

Después de recibir por mucho tiempo la misericordia de Dios manifestada a través de la abundancia, llegará el momento en que reciban la misericordia de Dios manifestaba en la calamidad.

¿Por qué llamo misericordia a lo que los hombres llamarían castigo? Porque castigo será lo que reciban si mueren sin sujetarse a Dios. Por eso digo que es misericordia, porque mientras estén vivos ya sea usando la abundancia o la calamidad, Dios les está dando la oportunidad de buscarle de corazón.

En el caso de los que no quieren conocer a Dios, la prosperidad o la pobreza que Dios les da al final los echará a perder… En el caso de los que si conocemos a Dios, no importa si Dios nos da mucho o poco, el objetivo es si estamos rebeldes que dejemos la rebelión, y si estamos caminando con Dios que crezcamos en salvación.

Esto que estoy diciendo es 100% congruente con la promesa que dice: “Todas las cosas ayudan a bien”, razón por la cual también hay que “dar gracias por todo y en todo”. Porque absolutamente todo lo que sucede a nuestro alrededor, ya sea que Dios nos haga vivir en la abundancia o en la escases, está diseñado para ayudarnos a acercarnos más a Dios, si es lo que realmente queremos.

El propósito de Dios con la riqueza o la pobreza es ablandar los corazones de los hombres para que pueda acercarse a El…

PROBANDO NUESTRA FE

Pero esta riqueza o pobreza también se constituyen en una prueba a nuestra fe. Hay algunos que la prosperidad no los deja acercarse a Dios, creen no necesitarlo o no creen que deben ser “tan” obedientes por qué les está yendo bien. Es decir cómo les está yendo bien siendo desobedientes a Dios en ciertos aspectos, creen que pueden seguir así.

En otros la pobreza, incluida la enfermedad, las malas relaciones familiares o en la iglesia, el trabajo, etc. Los lleva a resentirse y a alejarse de Dios.

Pero en ambos casos, lo que en realidad se está probando es nuestra confianza en Dios.  El profeta entendiendo que la abundancia en cualquier sentido no es realmente la bendición, se hacía el siguiente propósito:

Habacuc 3.17–18   Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo,

Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales;

18 Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

La verdadera bendición esta en la salvación, que comienza con el perdón al recibir el nuevo nacimiento y que continúa a lo largo de nuestra vida.

Pero son más los que se alejan por causa de la riqueza que por causa de la pobreza, de hecho Jesús dijo que de los pobres era el reino de los cielos, y que era muy difícil que un rico que confía en la riqueza se pudiese salvar…

El apóstol Pablo siendo consciente de que su ”riqueza o abundancia” podía constituirse en un estorbo para conocer a Dios, le dio a estas cosas su verdadero valor, y como resultado declaro:

Filipenses 3.7–8 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

RESPECTO DE LA ORACIÓN

Mencionaba en el estudio anterior que la palabra basura en el original es estiércol, y por eso decía que cuando oramos pidiendo este tipo de cosas es como si estuviésemos orando por estiércol para nuestra vida…   Sin embargo la pregunta es: ¿Es legítimo o no orar por el estiércol? ¿Qué dice la escritura acerca de esto? Pues dice:

Santiago 4.2–5 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. 4¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

Podemos aquí ver varias cosas. Lo primero es que los hombres por su codicia y envidia caen en múltiples pecados para lograr alcanzar sus objetivos. Algunos como hemos visto logran sus objetivos por un tiempo con la ayuda de Dios que no logran reconocer, otros no lo logran porque Dios los detiene con el  objetivo de que entiendan que tienen que pedirle a Dios, pero cuando le piden no reciben porque piden mal.

Y piden mal dice la escritura, porque la motivación es satisfacer su amor al mundo y quien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios…

En nuestro caso como creyentes, cuando Dios no responde a esas peticiones ”Basura”, es porque dice que su Espíritu que están nosotros nos anhela celosamente, por lo tanto no va a contestar ninguna oración que definitivamente nos aleje de Dios.

Al ver esto nuevamente surge la pregunta: ¿Puedo pedirle a Dios estas cosas o no puedo pedirle? Es decir: ¿Si esas cosas terminan siendo perdida y basura comparado con el conocimiento de Dios, debo orar por esas cosas?

La respuesta es: Depende… ¿Por qué depende?  Porque si Dios que hace las cosas a la perfección, nos da o nos quita esta “basura” buscando que nos acerquemos a El, entonces yo puedo orar con la misma motivación, es decir para que Dios me dé o me quite estas cosas, pensando en que la respuesta de Dios me permitirá acercarme mas a Dios.

Dios sana a un señor de una muerte inminente y eso hace que él busque a Dios. ¿Entonces yo puedo orar por la sanidad de alguien para que esa sanidad le permita acercarse a Dios? Por supuesto que sí.

Es por esto que cuando llega una persona persona por primera vez a la iglesia, y tiene alguna necesidad de trabajo, salud, relaciones familiares… por supuesto que oramos por ello, para que al ver la respuesta afirmativa, entienda que se está acercando a un Dios que es capaz de llenar sus necesidades.

Por supuesto no debemos asegurarle que Dios va a responder afirmativamente, pero normalmente Dios lo hace, para como dice su palabra, con cuerdas humanas atraerlo hacia el.

Sin embargo como ya hemos visto, a pesar de la respuesta afirmativa de parte de Dios, eso no siempre funciona haciendo que los hombres se acerquen a él… La escritura nos cuenta:

Lucas 17.17–19 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

Y por eso, porque no siempre la respuesta afirmativa de Dios trae el resultado esperado, es que a veces Dios dice no a ese tipo de peticiones.

Por eso antes de orar pidiendo basura deberíamos orar preguntándole a Dios: ¿Que ayudará a esa persona a acercarse más a Dios, ser sanado de su enfermedad o prolongar su enfermedad? ¿Qué ayudará a esa persona a acercarse más a Dios, que le salga ese negocio fabuloso o que lo echen del trabajo? ¿Qué ayudará a ese marido a acercarse más a Dios, la esposa que tiene o cambiársela?

Quién sabe cuál es la respuesta a estas preguntas? Sólo Dios, y a quien Dios se lo revele.

Por eso mientras Dios no nos revele que es lo que da mas oportunidad de acercarse a Dios, nuestra oración tiene que ir acompañada de un genuino ”Si es tu voluntad” Entendiendo que lo que es la voluntad de Dios es lo que más puede favorecer nuestra vida espiritual y la de los demás, y por lo tanto podemos descansar confiados en su respuesta porque aunque sea afirmativa o negativa, será la respuesta que necesitamos.

LA SOBERANÍA DE DIOS

Sin embargo, para poder aprovechar el beneficio de la respuesta de Dios, especialmente cuando la respuesta es negativa o cuando trae calamidad o sufrimiento, es necesario estar consientes de la absoluta soberanía de Dios.

Más de una vez he escuchado a los predicadores decir: ” La enfermedad procede del diablo, la pobreza procede del diablo; pero Dios nos ha hecho victoriosos”.

Y a ellos les parece que es una verdad hermosa porque están declarando que Dios nos ha dado la victoria sobre estas cosas. Pero cuando escucho esto recuerdo que la escritura los contradice. En ella podemos leer que dice:

Hechos de los Apóstoles 12:23  En el mismo momento, un ángel del Señor hizo que Herodes cayera enfermo, por no haber dado honor a Dios, y murió comido de gusanos.

La enfermedad que mató a este hombre no provino del diablo sino de un ángel enviado por el Señor. Sin embargo otros argumentan que en el libro de Job es el diablo quien aparece como el causante de su desgracia. Ciertamente la escritura nos cuenta:

Job 1:12 Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él.

Y como consecuencia de esto los Sabeos mataron a los criados, fuego cayó del cielo y consumió a los pastores y las ovejas, los Caldeos se llevaron a los camellos, un fuerte viento derrumbó la casa matando a sus hijos… y luego de eso leemos

Job 2:7 Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.

Pero aunque esto que leemos es absolutamente cierto, y aunque en esto que leemos es Satanás quien con su poder produjo todo este mal contra la vida de Job. Seríamos unos necios si ignoráramos la autoridad que Dios todopoderoso tiene sobre Satanás.

Pues con toda claridad también podemos ver en el libro de Job, que Satanás tiene que obtener permiso de Dios para actuar. Y que Dios le dice hasta dónde exactamente puede llegar.

Job 1:12  He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él.

En la primera ocasión Dios no le dio permiso de tocar a Job, en la segunda le permitió tocar a Job pero tenía que guardar su vida.

Job 2:6  He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.

Según esto ¿Quién es el culpable de lo que le pasó a Job?  En la justicia humana un hombre puede ser juzgado y condenado así no haya sido el actor material del crimen, si se comprueba que es el actor intelectual.

Y ojo, el actor intelectual no puede obligar al actor material a que cometa el crimen, como tampoco lo puede impedir. El simplemente actúa como el motivador y sin embargo es castigado por esto.

¿Si un simple motivador es castigado, que podemos decir de la culpa que tiene Dios cuando Satanás actúa con su permiso? más aún, cuando Dios a diferencia del hombre, si puede detener u obligar a Satanás a hacer o no, lo que hace.

Por esto no podemos decir sencillamente que el diablo hizo esto o aquello. La idea completa es; Satanás hizo esto porque Dios le dio permiso. Más aún, yo me atrevo a decir que no sólo le da permiso, a veces le da la idea, lo motiva, y lo manda.

¿ES DIOS RESPONSABLE DE LO MALO?

Reconocer la autoridad y soberanía de Dios en todo lo que sucede en el mundo, aún en lo que Satanás hace, lleva a muchos a pensar que Dios es responsable de la maldad que sucede en el mundo.

¿Es Dios responsable de lo malo que sucede en el mundo? O: ¿Será que Dios sólo es responsable de lo bueno porque el responsable de lo malo es Satanás?  Es decir: ¿Será verdad que Dios no es soberano porque el diablo se sale de su control?

Allí es donde muchos creyentes entran en conflicto al no poder contestar la pregunta dejando bien la imagen de Dios. Porque creen que si aceptan que Dios es el responsable de las cosas malas que pasan, es igual a decir que Dios es malo. Por eso terminan diciendo… “Dios no lo hace, Dios sólo lo permite” queriendo dar a entender que hay una gran diferencia entre hacer u ordenar, y permitir. Pero: ¿Qué nos enseña la escritura?

Lucas 22:31  Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;

En este caso el deseo de zarandear a Simón aparece como iniciativa de Satanás, sin embargo está pidiendo permiso.

Si está pidiendo permiso, siendo satanás un ser que actúa en rebeldía contra Dios, no está pidiendo permiso por el deseo de ser obediente, sino por que está obligado por el poder de Dios, qué es igual a decir que está limitado por el poder de Dios, y por eso Dios es quien dice la última palabra.

Si cuando Satanás quiere hacer algo contra alguien la última palabra depende de Dios… ¿Quién es entonces el responsable de todo lo que sucede? Indudablemente es Dios.

Ante esta verdad no falta quien diga o pregunte: ¿Entonces es cierto que Dios está permitiendo cosas malas?  Y la respuesta es si y no.

Al decir si y no, no estoy evadiendo reconocer que Dios es responsable de las cosas que suceden, lo que estoy evadiendo, es contestar una pregunta que está mal formulada.

El profeta Jeremías en el libro de lamentaciones, se lamenta por la situación tan espantosa que ha tenido que vivir el pueblo de Israel.

Desde tiempos muy antiguos, cada vez que el hombre es sometido a una enfermedad, calamidad o tragedia, una de las cosas que normalmente el hombre hace, es buscar identificar la fuente de su desgracia.

Es difícil concebir que alguien no trate de identificar la raíz del mal. ¿Porque me echaron del trabajo?  ¿Porque me enferme?  ¿Por qué mi marido o mi mujer me abandono?  ¿Porqué mis hijos son tan rebeldes?  ¿Por qué el negocio no funciona?

El pueblo judío ha pasado por situaciones supremamente espantosas, y producto de ellas, de la evaluación que a hecho de ellas, ha tomado decisiones para prevenir que eso vuelva a suceder.

No sólo el pueblo judío se ha armado, sino que además todos los hombres y mujeres prestan servicio militar creo que hasta los 50 años y lo hacen tres meses cada año, es decir se mantienen actualizados, listos y dispuestos a ir a la guerra.

Algunos de ellos creen que lo que les pasó en los campos de concentración, donde fueron exterminados 6 millones de judíos, les sucedió porque el mundo no se estaba enterando de lo que estaba sucediendo. Piensan ellos que si el mundo hubiera conocido lo que estaba sucediendo, lo hubiera impedido. Por eso se han dedicado a que el mundo conozca lo que en realidad sucedió, para que no les vuelva a suceder.

Sin embargo la pregunta que yo me hago y que ellos parece que no se la hacen, es: ¿Dónde estaba Dios cuando estas cosas sucedían? ¿Dios no pudo proteger a su pueblo? ¿Qué pasó con las promesas de protección y amor de Dios para con ellos?

Cientos de años atrás cuando el profeta se preguntaba acerca de las calamidades que sufría su pueblo, recibió como respuesta lo siguiente:

Lamentaciones 3:37  ¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?

Y esta respuesta de Dios, quiere decir que cuando nos sucede algo, es un error pensar que eso nos sucedió porque fulano es malo, o porque tiene poder, o porque yo soy débil y por eso se aprovechan de mi, o por qué tan de malas, o tan de buenas. La respuesta que Dios nos da acerca de todo lo que nos sucede es; que El lo ordenó. En otra versión dice:

Lamentaciones 3:37  Cuando algo se dice, cuando algo pasa, es porque el Señor lo ha ordenado.

Si usted se enferma y dice: el diablo me enfermó, si lo echan del trabajo y dice: el jefe me tienen bronca, si lo rajan en la universidad y dice: el profesor es malo, si su cónyuge lo deja y dice, es una mala persona, etc. Estas respuestas pueden tener algo o mucho de verdad, pero no es la respuesta que usted necesita.

¿Por qué?   Porque la escritura nos dice que Dios ordenó al diablo, al jefe, al profesor, al cónyuge, y a todos los demás que hicieran esas cosas contra usted. Por eso si usted no se pregunta… ¿Porque Dios mandó eso en contra mía? Entonces usted no va a aprender nada.

Y no sólo no aprende nada, le coge miedo al diablo, le coge bronca el jefe, le coge bronca al profesor, puede odiar a su cónyuge, y el resultado final será la destrucción de su alma.

¿Siempre que sucede algo, cualquier cosa, se pregunta usted porque Dios lo dispuso de esa manera?

¿Se da cuenta lo necios que podemos ser al ignorar esta verdad?

Dios es absolutamente responsable de todo lo que nos ha sucedido, mas no de manera arbitraria, sino como una respuesta de amor al pecado que hay en nosotros y que quiere eliminar.

¿Qué es lo que hace que la gente no pueda reconocer está verdad y declarar… Dios me hizo esto?

¿Porque les cuesta trabajo decir?   “Dios me enfermo” “Dios me robó a través de fulano” “Dios quiso que me echaran del trabajo” “Dios se llevó a mi hijo” “Dios me quitó a mi novia” ” ios hizo que mi negocio quebrara” “Dios me avergüonzo ante los demás” etc.

Y sin embargo no tenemos tanto problema en decir… “Dios me sano” “Dios me devolvió lo que me robaron” “Dios me dio otro trabajo” “Dios me resucitó a mi hijo” “Dios me dio novia” “Dios hizo que mi negocio prosperara”

Será porque si de frente declaro que fue Dios quien me enfermó, la siguiente pregunta debe ser; ¿por qué? ¿Y la respuesta al por qué, es algo que no queremos reconocer?

El Señor continuó respondiéndole al profeta Jeremías:

Lamentaciones 3:38  Tanto los bienes como los males vienen porque el Altísimo así lo dispone.

¿Porque creen ustedes que Dios le respondió así? ¿Porque no simplemente le dijo: todo sucede porque yo lo ordeno? Por qué desgloso: ” Tanto los bienes como los males”

Lo hace por la tendencia equivocada y enfermiza de pensar, que en de las cosas que nos suceden, lo bueno procede Dios, y lo malo procede del diablo.

Cuando alguien cree que lo bueno procede Dios y lo malo procede del diablo. Cuando le sucedan cosas malas le echará la culpa al diablo, y como el diablo es malo, no tengo que preguntarme que estoy haciendo mal, no tengo que revisar mi conciencia. Es evidente que el que está haciendo mal es el diablo y lo que tengo que hacer es aprender a defenderme.

Usted puede prepararse, armarse y cuidarse en extremo para que no le vuelva a suceder… pero si Dios ve necesario seguir tratando su vida con lo mismo, le volverá a suceder. Nada lo impedirá.

Por otro lado cuando hice la pregunta ¿Entonces es cierto que Dios está permitiendo cosas malas? Dije que la respuesta era si y no, porque la pregunta está mal formulada.

Absolutamente todas las cosas que suceden las ha ordenado Dios, aún aquellas que a los hombres le parecen de lo más espantosas. Y es allí donde la pregunta está mal formulada.

El hombre de acuerdo a sus sueños, de acuerdo al concepto de bendición y prosperidad, ha definido las cosas en buenas y malas, y esta definición es completamente equivocada.

Nosotros creemos que algo es bueno porque nos acerca a los resultados que queremos obtener. Dios hace cosas buenas de acuerdo a los resultados que el quiere obtener en nuestra vida, pero cuando nosotros no deseamos hacer la voluntad de Dios, lo que Dios háce nos estorba y por eso llamamos malo lo bueno que Dios hace por nosotros.

La semana pasada dije: “Todas, absolutamente todas las cosas que Dios nos da o nos quita lo hace con el único propósito de que nos acerquemos mas a Dios, le conozcamos, le entendamos, y le creamos”

Si todas las cosas tienen ese propósito, entonces todas las cosas que suceden, de las cuales Dios es absolutamente responsable, son todas buenas para el propósito que Dios tiene en nosotros.

En otras palabras, Dios jamás ordena algo que no nos pueda favorecer, pues todo lo que nos sucede, así sea doloroso o que no nos guste, es ordenado por Dios para través de esas cosas producir una gran y verdadera bendición en nuestra vida.

Cuando entendemos y creemos esta verdad, entonces entendemos lo grave, lo absurdo, lo malo que es quejarnos por cualquier cosa. Toda queja en realidad es un rechazo al amor de Dios que quiere a través de las circunstancias transformar nuestro corazón.

Las quejas no son aceptables ni siquiera en la situación que nos pueda parecer más trágica o absurda.

Es por eso que el Señor continúa diciéndole a Jeremías, respecto de las cosas que considera malas y que Dios ha ordenado que sucedan:

Lamentaciones 3:39   Siendo el hombre un pecador, ¿de qué se queja en esta vida?

En otra versión dice:

Lamentaciones 3:39  ¿Por qué se lamenta el hombre, si está vivo a pesar de su pecado?

¿Cómo debemos entender esto?

EL PROBLEMA DEL PECADO DE LA QUEJA…

Siempre que uno se lamenta, o se queja por alguna situación, la queja se origina por qué no esta sucediendo lo que yo deseo, y aún llegamos a pensar que no está sucediendo lo que yo merezco.(Otra vez el problema de creernos buenos y merecer)

No es lo mismo que usted trabaje todo un mes y al final no le paguen el sueldo, a que alguien le ofrezca un dinero regalado y luego se retracte.

No es lo mismo recibir algo de Dios a pesar de ser pecador, a recibir algo de Dios por qué creo que me lo merezco.

Jeremías es conocido como el profeta llorón, siempre que aparece quejándose en la escritura por alguna situación, siempre termina regañado, porque siempre que se queja, es por qué ha torcido completamente los objetivos que Dios tenía para su vida, y está caminando en otra dirección.

Siempre que nos quejamos por cualquier situación, leve o terrible, la queja se origina en que nos desviamos de los objetivos de Dios para nuestra vida.

Además… normalmente nos quejamos para dar a entender que otros están mal…  pero las quejas siempre indudablemente aseguran, que nosotros estamos mal con Dios.

No sólo las quejas… La mala cara, el aburrimiento, la pereza, la falta de motivación, la desilusión, la falta de gozo, son todas actitudes que evidencian que estamos mal en nuestro caminar espiritual.

Lo más cruel es, que cuando nos quejamos de alguien, aparece el burro al lado que nos apoya. Que nos da la razón en su ignorancia y en su pecado, sin entender que lo que está diciendo es, que Dios se equivocó.

Y si creemos que Dios se equivocó por lo que está sucediendo a nuestro alrededor, razón por la cual creemos que la queja es justa, ¿Se imagina cuán equivocados estamos? ¿Cuán lejos de Dios?

Yo creo que para cortar el problema de tajo, para no ponerse dar un poco explicaciones que a lo mejor el profeta no quería entender, el Señor simplemente le dice que el hombre por su pecado merece la muerte. Y si está vivo, en realidad está recibiendo muchísimo más de lo que merece, por lo tanto no hay razón para levantar una sola queja.

El pasaje continúa:

Lamentaciones 3:40 Escudriñemos nuestros caminos, busquemos y volvámonos a Jehová;41 levantemos corazón y manos al Dios de los cielos.

Cuando sintamos el deseo de quejarnos, en lugar de hacerlo lo que debemos hacer es escudriñar nuestro corazón, para corregir esos malos pensamientos y objetivos que tenemos, y poder así enderezar nuestro caminar.

Pero si no revisamos los corazones, y simplemente nos quejamos, lo que se hará muy evidente ante los cristianos espirituales es que estamos muy mal.

Para hacer lo correcto debemos entender como debe ser nuestra batalla contra Satanás…  Continua…

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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