¿CUAL ES LA VERDADERA BENDICIÓN? – PARTE 1

Gracias a Dios no fueron muchas las cosas equivocadas que llegue a creer, que me fueron enseñadas en las iglesias cristianas donde he estado. Y cuando en determinado momento de mi vida teniendo más conocimiento de la escritura, comencé a revisar a la luz de ella todo enseñado, entonces entendí...

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¿CUAL ES LA VERDADERA BENDICIÓN?

PARTE 1

  1. INTRODUCCIÓN

Gracias a Dios no fueron muchas las cosas equivocadas que llegue a creer, que me fueron enseñadas en las iglesias cristianas donde he estado.

Y cuando en determinado momento de mi vida teniendo más conocimiento de la escritura, comencé a revisar a la luz de ella todo enseñado, entonces  entendí que las maldiciones generacionales no existen, también entendí la mala interpretación del poder de la palabra hablada del que dan enseñanzas absurdas, también descubrí que era falsa la enseñanza de que los cristianos podrían ser poseídos por los demonios, y esta corrección me llevo a aceptar algo que es muy claro en la escritura, y es que no todo el que hace una oración o asiste a una iglesia es un verdadero cristiano…  Es decir la cizaña que es aquel creyente que tiene fe, pero que no ha nacido de nuevo si existe.

Pero lo más importante de todo ese proceso de corregir mis creencias, fue entender la superioridad del Nuevo Pacto, pudiendo hacer una clara separación entre las promesas del viejo pacto, que en su vigencia cuando se cumplían sus requisitos permitían una gran prosperidad, y las promesas del Nuevo Pacto, que para este tiempo son  básicamente espirituales.

Ver con claridad de esta diferencia nos lleva, si le creemos a Dios a cambiar los objetivos de nuestra vida.

Pero el Nuevo Pacto no sólo cambia los objetivos de aquellos que fueron mal enseñados a  confiar en las promesas del viejo pacto, en realidad el nuevo pacto cambia los objetivos de cualquier ser humano sobre la tierra.

Pero: ¿Cuáles son esos objetivos que tienen los hombres para sus vidas?

La lista podría ser bastante larga, pero se puede resumir en que todo hombre en la tierra desea ser feliz. Y si hay alguno que ya no quiere ser feliz porque no cree que la felicidad exista, al menos desea tener las cosas suficientes para sobrevivir con el mínimo de conflictos y con el mínimo del sufrimiento.

La siguiente pregunta es: ¿Cuáles son esas cosas que la gente cree necesitar para ser felices?

La respuesta de la mayoría de las personas tiene que ver con algún tipo de prosperidad, es decir tener suficiente dinero, una buena salud, una familia que los ame, una gran capacidad intelectual o física o unos buenos talentos, o unas buenas relaciones que le puedan ayudar…  creen que esas cosas les permitirán divertirse, les permitirá ser amados y les darán seguridad.

Esta creencia de que esas cosas son necesarias para la felicidad, es lo que hace qué las iglesias que ofrece prosperidad tengan una tasa de crecimiento muy alta, porque insisto, el pensamiento de la mayoría es: “Si somos prósperos entonces seremos felices

Pero buscar a Dios por esta razón plantea un problema muy serio que muchos se demoran años en descubrir, y otros nunca lo descubren. Buscar a Dios por esta razón en realidad quiere decir que la voluntad de Dios para nosotros no es importante, lo importante es que Dios nos ayude a cumplir nuestros deseos.

El Señor Jesús, a este respecto dijo a un grupo que lo seguía con cierta diligencia:

Juan 6.26–27 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. 27Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

Es un error buscar al Señor por el pan, en primer lugar porque Dios también da pan a los que no le buscan, es decir no es necesario buscarlo para eso.

En segundo lugar porque la obsesión por el pan con la creencia de que tenerlo en abundancia nos hará felices, es lo que hace que no busquemos la comida que a vida eterna permanece, que si nos hará verdaderamente felices.

Además, parte del engaño, es pensar que como Dios es bueno por supuesto que me quiere dar cosas buenas, y como creen que la prosperidad es buena, entonces no hay duda de que Dios que es bueno los quiere hacer prósperos.

Y a través de esta mentira, de que la prosperidad es buena y da felicidad, terminan concluyendo que la voluntad de Dios es la prosperidad para el hombre. Pero eso no es cierto, y cuando Dios hace a alguien muy próspero el objetivo va mucho más allá de esa simple prosperidad.

Una pregunta importante respecto de este asunto es: ¿Es verdad que la prosperidad nos puede hacer felices?

Como cristianos con cierta madurez seguramente responderemos que no… pero si somos honestos: ¿Cuántos de nosotros rechazaríamos el ofrecimiento de ser inmensamente ricos? O ¿Cuántos de nosotros rechazaríamos ser completamente sanos de todos nuestros males? O ¿Cuántos de nosotros rechazaríamos el ofrecimiento de cambiar todos los defectos del conyugue o de los hijos?

En nuestra mente con una sana doctrina podemos aceptar que como todas las cosas ayudan a bien, las cosas como están están bien, pero en nuestro corazón a ratos quisiéramos que esas cosas cambiaran.

Es decir; en el fondo seguimos creyendo que la prosperidad en todo sentido nos hará felices o mas felices.

La siguiente pregunta es: ¿Qué es en realidad la prosperidad?

Y la respuesta es, que él considerase bendecido, próspero y feliz, es algo completamente subjetivo, es decir es algo que no tiene relación con las cosas, ni con la cantidad en que se poseen, de hecho hay muchos que tienen mucho y son muy infelices.

La razón es, porque considerarse bendecido tiene íntima relación con los objetivos que los hombres tienen para sus vidas.

Piensen por un momento: ¿Que cosas quisieran lograr que los haría mas o muy felices? (Preguntar)

Es decir las personas creen que su felicidad está en alcanzar sus sueños, pero los sueños de cada persona puede ser completamente diferentes, tanto que lo que a unos los haría felices a otros los haría sufrir mucho.

Hace tiempo vi una película en la que un joven tenía el anhelo de matar a los demás, por eso teniendo secuestrada a una familia, le decía a una de las víctimas que ese era el día más feliz de su vida…  ¡Estaba cumpliendo su sueño!

Violadores, secuestradores, asesinos, políticos ladrones, y toda clase de hombres malvados son felices logrando sus objetivos. La escritura dice:

Romanos 1.32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

Haciendo cosas dignas de muerte se complacen cuando otros hacen lo mismo…

¿Somos iguales a ellos? La respuesta es no, no nos consideramos tan malos como ellos porque pensamos que nuestros sueños no son malos, sino que nosotros deseamos buenas cosas, y aún podemos tomar la escritura, especialmente el viejo pacto, para decir que Dios está de acuerdo con nuestros sueños.

El error de pensar que estamos en lo correcto se descubre cuando leemos un pasaje como el siguiente:

Efesios 2.10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

El texto dice con claridad que Dios tiene un plan bastante detallado para cada uno de nosotros, lo cual debe llevarnos a preguntarnos: ¿Sueño con vivir lo que Dios planeó para mi, o tengo sueños diferentes?

Muchos no piensan en esto, o no quieren responder esta pregunta,  porque para muchos, lo importante es que se sientan bien haciendo lo que están haciendo.

Y cuando una persona se siente bien, se siente contenta con su vida, piensa que no hay nada que cuestionar.

Pero esto que parece bien a muchos no es lo correcto, por ejemplo; Eva en el paraíso seguramente se sintió bien cuando tomó la decisión de comer del árbol prohibido, porque lo vio bueno y agradable.

A los cristianos les pasa lo mismo, cuándo se sienten bien, cuando están contentos con su vida, no revisan si sus sueños son los mismos sueños que Dios tuvo para ellos, eso no parece importante.

Cuándo es que la gente se pregunta: ¿Qué es lo que Dios quiere que yo haga? Sólo cuando viviendo en pos de sus sueños las cosas no salen bien, y entonces después de luchar mucho por lograr esos sueños, es que terminan buscando a Dios para que les ayude, o para preguntarle si es el camino correcto o no.

Se casó feliz…  Pasa el tiempo, las cosas ya no están bien… ¿Si era con esta persona que me debía casar, será que me equivoque, la puedo cambiar?    Cambio de trabajo feliz, pasa el tiempo, las cosas ya no están bien… ¿será que me equivoque?

Pensar que estoy en el camino correcto porque me siento bien haciendo lo que estoy haciendo, es un error.

De hecho a veces cuando decidimos hacer exactamente lo que Dios quiere, no nos sentimos muy bien. (Alguien me dijo; voy a hacer algo terrible… Le pregunté; ¿qué? y me dijo; ser fiel con mis diezmos!  A más de uno le duele ser fiel con sus riesgos y por eso no cumplen.  A otros les duele ser fieles en su matrimonio, a otros les duele ser honestos, a otros les duele dejar los vicios… hacer las cosas de manera correcta produce dolor cuando estamos acostumbrados a pecar.

Pero hay que hacer lo correcto aunque nos duela, para que Dios viendo nuestra confianza que nos lleva a obedecer, aumente nuestra fe de tal manera que podamos gozarnos y ser muy felices haciendo su voluntad.

Porque si no hacemos lo correcto porque nos duele hacerlo, eso con toda seguridad con el tiempo va traer mucho más dolor.

Entonces la pregunta es: ¿Confiamos en que haciendo la voluntad de Dios al final seremos felices?  O ¿Seguimos pensando que la realización de nuestros sueños es lo que realmente nos hará felices?

El Señor a través del profeta le dijo a su pueblo, que estába en pos de sus sueños y no de los de Dios, lo siguiente:

Isaías 29:8  Y les sucederá como el que tiene hambre y sueña, y le parece que come, pero cuando despierta, su estómago está vacío; o como el que tiene sed y sueña, y le parece que bebe, pero cuando despierta, se halla cansado y sediento; así será la multitud de todas las naciones que pelearán contra el monte de Sion.

En la última frase, al decir que así les sucederá a los que pelean contra el monte de Sion, está hablando de aquellos que viven sus vidas sin tener en cuenta, y aun peleando contra Dios por lograr sus sueños.

Y les dice: Que sus vidas son como un sueño donde todas las cosas están muy bien… Hasta que despiertan y descubren la terrible realidad… de no tener nada, al menos nada valioso.

Pero vivir de esta manera no es algo exclusivo de los que no tienen en cuenta a Dios, pues también puede ocurrir que un creyente, un siervo de Dios tenga sueños equivocados… Y entonces termine al igual que estos, perdiendo lo que Dios tiene para el.

Ese fue el caso de Jeremías y por esto Dios le dice:

Jeremías 15.19 Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.

Este siervo de Dios necesitaba ser restaurado, este hombre estaba mal porque sus sueños no se cumplían, y como creía que sueños o anhelos eran los correctos entonces termino peleando con Dios.

Sin embargo sus ”correctos sueños” fueron descritos por Dios como pensamientos viles. Y la vileza significa; modo de comportarse y de hablar infame y despreciable.

Seguramente si le preguntáramos a Jeremías, el no vería sus objetivos como viles, infames o despreciables… Pero lo que Dios quiere hacer con nosotros es tan, tan espectacular que cualquier cosa diferente es despreciable y es infame.

¿Cuándo podría ser restaurado Jeremías? Cuando cambiará sus pensamientos que cambiarían sus sueños.

Dios le está dando la oportunidad de despertar a tiempo para cambiar sus sueños…  Porque el problema de muchos es que despertaran a la realidad en la presencia de Dios, y ya será tarde pues no habrá como corregir.

Como el de la parábola al que el Señor le dijo: Necio esta noche te mueres y no tienes nada en el reino de los cielos.

Pero esta triste realidad, de buscar la felicidad a través de la abundancia no sólo fue cierta bajo el viejo pacto, en el Nuevo Pacto aparece la misma sentencia y advertencia para nosotros los creyentes, pues dice:

Apocalipsis 3:17  Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

Estas son las palabras para una de las iglesias, que pensaba estar viviendo de manera muy espiritual, siento ricos, prósperos, sin ningún tipo de necesidad…  Pero tan ciegos por causa de sus sueños y sus objetivos cumplidos, que no podían ver que a los ojos de Dios eran desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos.

Descubrir esa realidad tiene que ser algo terrible! En la tierra la gente puede descubrir verdades terribles acerca de su familia, sus hijos, socios y muchas cosas más, pero pensar que tenemos una vida súper espiritual y maravillosa, y que estamos la voluntad de Dios, y descubrir que a los ojos de Dios nuestras vida es espantosa, es algo supremamente serio… Que muchos se niegan a aceptar.

¿Por qué no quieren o no pueden reconocer esta verdad?  Porque están rechazando la verdad de Dios. La escritura dice:

Romanos 1.28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;

No sólo el rechazo a Dios embrutece a las personas llevándolas a tener sueños equivocados, también podemos tener sueños equivocados aceptando a Dios pero no amándolo sobre todas las cosas, o aún habiendo perdido el primer amor.

Ese rechazo de Dios lleva a la idolatría,  la cual usa satanás para embrutecer de tal manera a las personas que no logran ver su error, de tal manera que con facilidad terminan yendo en contra de Dios para conservar sus ídolos.

Ante esto, otra de las disculpas o argumentos que usamos es: “yo estoy convencido que estoy en lo correcto”.  Pero el estar plenamente convencido de algo, esa convicción no hace verdad lo que es falso, ni convierte en bueno lo que es malo.

 Pero: ¿Que es lo que debe entender una persona que obstinadamente piensa que en la abundancia está la felicidad? Lo primero que debe entender qué es:

¿QUIEN ES SU PROVEEDOR?

Siendo más amplio en la pregunta para asimismo responderla. ¿Cuando una persona recibe riqueza incluyendo dentro de esa riqueza cosas como la salud, las personas que ama, etc.  Cuando recibe riqueza sin importar la actitud de su corazón, o los métodos como la consiga, quien realmente le está dando esa riqueza?

Al hacer la pregunta estoy incluyendo tanto a los creyentes, como a las personas que aunque no conocen de Dios han trabajado y han negociado de manera honesta, pero también incluyo a las personas que hacen trampa, a las personas que hacen negocios ilícitos, a los que roban y aún a aquellos que buscan a través de la brujería o del satanismo enriquecerse.

¿Quién les da a todos ellos lo que ellos tienen? ¿Será Dios, o el diablo, o lo han conseguido por sí solos, o a otros, otros se lo han regalado… Cuál es la verdad?

Creo que la pregunta básica para saber quien me ha dado lo que tengo, es averiguar quién era el dueño de lo que tengo.

DIOS ES EL DUEÑO DE TODO

¿De quién era lo que ahora tienen los cristianos? ¿De quién era lo que ahora tienen los incrédulos?  ¿De quién es todo lo que existe?   Pues la escritura dice:

Salmos 24:1 al 2.   De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. 2 Porque él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos.

La respuesta es que absolutamente todo y todos son propiedad de Dios. Y la razón que nos da la escritura de la cual no hay duda, es que la tierra y su plenitud ha sido creadas por su poder.

Pero más aún, si nos fijamos bien, el texto no dice algo así como que originalmente la tierra era de Dios, pero ahora su propiedad está repartida entre los hombres más ricos de la tierra. No. Lo que realmente dice es que todas las cosas siguen siendo de Dios.

Por esta razón es Señor le dijo a su pueblo:

Levítico 25.23 La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.

Si la tierra no se vende a perpetuidad quiere decir que la tierra sólo se puede arrendar porque el dueño sigue siendo Dios.

Hoy en día cuando muchos a boca llena dicen “esto es mío” Aunque puedan argumentar razones que ante las autoridades de la tierra son 100% válidas, de todos modos la verdad, es que Dios sigue siendo el dueño de la tierra y su plenitud.

Una de las evidencias que más me gusta de la realidad de la propiedad de Dios de todas las cosas, es la incapacidad del hombre para retenerlas, cuando a Dios le place quitárselas.

Isaías 43:13 Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?

Y ante esta realidad la pregunta es. ¿Si usted es el dueño absoluto de tal o cual cosa, por que no logró retenerla, porque sin su consentimiento, porque aún en contra de todos sus esfuerzos le fue quitada?

Y para no alargarnos en el asunto y poner punto final a la cuestión de la propiedad de las cosas, preguntémonos, ¿De quién es su vida?

 

Si su vida fuera suya usted podría hacer con ella lo que le venga en gana sin ninguna consecuencia porque usted no tiene que responderle a nadie, pero eso no es cierto aunque pareciera que si, sobre todo por que lo que usted considera su vida, le será quitado en el momento en que Dios quiera. (Ni siquiera los suicidas definen cuando morir)

Y si ni siquiera la vida nos pertenece, mucho menos las cosas adheridas a esa vida, como lo es la propiedad material y la prosperidad en el mundo.

La verdad aunque no lo reconozcamos, es que somos “administradores de la gracia de Dios”  Buenos administradores o pésimos administradores pero no hay opción, eso somos. Por supuesto las recomendación de Dios para nosotros es:

1 Corintios 4:1 a 2.  Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. 2Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.

Dios no solamente es dueño de las cosas materiales, también es el dueño de cosas de las que cuesta trabajo entender su propiedad, por ejemplo:

1 Crónicas 29:11  Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.

Aquí dice que Dios el dueño de la magnificencia, el poder, la gloria, la victoria, y el honor. ¿Cómo debemos entenderlo?

Será que se refiere solamente a las cosas hechas por Dios, donde ha mostrado su poder, su gloria, su victoria. Y no incluye las cosas magníficas hechas por los hombres, al poder, la gloria, la victoria de los hombres, al honor que estos reciben?

Para contestar quiero referirme a un pasaje muy corto pero con una contundente lección:

Hechos de los Apóstoles 12:20  Herodes los citó para un cierto día, en el que, vestido con ropa de ceremonia, ocupó su asiento en el tribunal y les dirigió un discurso. 22La gente comenzó entonces a gritar: “¡Este que habla no es un hombre, sino un dios!” 23En el mismo momento, un ángel del Señor hizo que Herodes cayera enfermo, por no haber dado honor a Dios, y murió comido de gusanos.

¿De quién es el honor la gloria y la victoria que los hombres disfrutan?

Al mejor cantante, a la reina más hermosa, al hombre más poderoso, al más sabio de todos, en un solo instante Dios puede venir por lo que es suyo, y el hombre queda reducido a nada, por la sencilla razón de que él, Dios, es el dueño de absolutamente todo lo que existe. Continúa el pasaje de crónicas:

1 Crónicas 29:12. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.

No hay aquí ningún tipo de exclusión, no importa la clase de persona que sea, no importa los métodos que use, aunque en apariencia parezca que el hombre ha conseguido, o que el mismo Satanás le ha dado, la realidad es que, es Dios quien da absolutamente todas las cosas, porque él es el dueño de las cosas, y no el hombre que se cree de dueño aunque no tiene un control absoluto.

Dios si tiene control absoluto sobre sus cosas, y él las presta a quien el quiere, cuando quiere, y por el tiempo que quiere.

Esta declaración de la propiedad de Dios y del control absoluto no es otra cosa que el reconocimiento la soberanía de Dios. Por supuesto esta soberanía nos lleva a hacernos ciertas preguntas bien interesantes, como por ejemplo:

Siendo Dios el dueño absoluto de todas las cosas, y siendo el, el que las da a quien el quiere, cuando quiere, como quiere, y por el tiempo que quiere… entonces:

III. ¿PORQUE DIOS DA A LOS MALOS ESAS COSAS?

¿Cuál es la idea o la enseñanza que el mundo, la religión, y aún a veces los cristianos nos dan a este respecto?

En el mundo vamos a encontrar que hay muchos que piensen que Dios no tiene que ver nada con el asunto. Los hombres consiguen las cosas porque son tenaces para trabajar, lo cual incluye ingenio, disciplina, empuje, buenas relaciones, y cuando las cosas les salen a los malos por trabajar, y no les salen a los buenos por trabajar, una de sus explicaciones es, la buena o la mala suerte.

En cambio entre los creyentes de cualquier tipo de religión, la idea generalizada es que Dios bendice a los buenos creyentes y Dios castiga a los malos creyentes.

Es tan común este concepto, que cuando algún creyente tiene problemas respecto de las cosas materiales, lo que se deduce es que algo está haciendo mal. Por eso le va mal.

Algo está haciendo mal el creyente y por eso tiene problemas respecto de las cosas materiales, y tiene problemas precisamente porque Dios como dueño de todo, no se las quiere dar, o se las quitó.

Este concepto tiene parte de verdad. Repito; sólo tiene parte de verdad. Es decir es cierto solo en ciertas ocasiones, y el problema precisamente esta en no saber definir con claridad cuando la escasez es consecuencia de estar haciendo algo mal.

Es por esto que a veces, algunos creyentes en escasez, revisan y corrigen todos aquellos aspectos en los que creen estar mal…  Pero eso no cambia los resultados. Siguen experimentando cierta escasez.

Allí hay otro asunto que hay que tener en cuenta y es que la escasez es relativa!  La escasez de un millonario no es la misma escasez de un pobre!

Ahora este mismo concepto de que a los buenos Dios da buenas cosas y a los malos malas cosas, esta tan metido en el corazón del hombre que el pueblo de Israel llegó a cambiar la palabra de Dios acomodándola a sus creencias.

Cuando viene Jesús corrige esta mala interpretación diciéndoles:

Mateo 5:43  Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.

Enseñaban esto como un mandato de Dios, pero lo que el mandato en realidad dice es:

Levítico 19:18  No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.

Aunque no menciona el enemigo, la venganza y el rencor lo manifestamos contra aquellos que nos hacen mal (aún a veces con los que nos hacen bien) Y aunque aquí dice que no me debo vengar ni guardar rencor, ellos lo cambiaron considerando que era justo aborrecer al enemigo, y por supuesto al que me ama yo también lo debo amar.

Así espera la gente del mundo que se porten con ellos, si yo te hago bien tú debes hacerme bien, si te hago mal pues es justo que hagas igual.

Y con base en este pensamiento piensan que Dios se porta de la misma manera con los hombres, pero no es cierto. El Señor Jesucristo les corrige al decirles:

Mateo 5:44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

No sólo debemos amar a los que nos  aman, también debo amar y tratar bien a los enemigos, a los que nos maldicen, nos aborrecen, nos ultrajan, y nos persiguen.

¿Cómo está tu lista de enemigos que debes tratar bien? ¿Los estás tratando bien?

¿Como hacemos para clasificar a alguien como enemigo?

En términos generales un enemigo es aquel que me daña, me quita, o me impide obtener… ¿qué cosas?

¿Las cosas que son mías? ¿Cuáles cosas son mías? Ninguna verdad pues todas son de Dios…. Entonces un enemigo es en realidad aquel que me quita las cosas que Dios me dio. ¿Verdad?

Siendo eso cierto, cuando él me quita las cosas que Dios me da, directamente, por mano de otro, con la ayuda de Satanás, etc. ¿Qué es lo que en realidad está pasando? ¿Quién es, el que en la cima de la cadena le está dando lo que a mi me fue quitado? ¿Quién es el soberano sobre la tierra? ¿Qué fue lo que leímos?

1 Crónicas 29:12. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.

¿Humanamente vemos que alguien te está quitando las cosas pero la realidad es que Dios te está quitando y le está dando a él?   ¿O Dios no es soberano?  Por supuesto que si.

¿Estoy diciendo que Dios da todas las cosas a los malos?   Si, por supuesto que si, pero no lo digo yo, lo dice con toda claridad la escritura.

Continúa el pasaje de Mateo:

Mateo 5:45  para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Para que seáis hijos… debe entenderse. Porque debes comportarte lo mismo que tu padre Dios se comporta.

¿Y cómo actúa nuestro padre Dios?    Dándoles a los a justos e injustos las cosas que ellos necesitan.

Acaso usted ha visto que cuando sale el sol… ¿A los injustos no les llega? ¿O que la lluvia a los injustos no les moja?

Las riquezas, la gloria, el poder, la magnificencia, la victoria, y el honor, más todas las cosas materiales Dios las da a los justos y a los injustos.

Y si las da a los justos y a los injustos, quiere decir que no se las está dando ni por ser buenos, ni por ser malos.

Pregunto… ¿Cuántos de ustedes han creído que si andan espirituales Dios los bendice con este tipo de cosas y si andan rebeldes Dios los disciplina quitándole ese tipo de cosas?

Usted puede pensar. En el viejo pacto cuando el pueblo judío hacía caso a Dios, Dios les daba estas cosas y cuando desobedecía Dios se las quitaba.

Eso es absolutamente cierto. Como también es cierto que también Dios daba a otros pueblos, a pesar de su maldad e idolatría, las riquezas de los judíos. Es decir bajo el viejo pacto los malos también recibían y no precisamente por portarse bien.

Además de esto, lo que estamos leyendo es, que esto con la venida del señor Jesucristo cambio.  O ¿hay algún pasaje o promesa del nuevo pacto que bien interpretado enseñe que los espirituales y obedientes a Dios serán ricos y los carnales o desobedientes serán pobres? No lo hay.

¿Y porque Dios hizo cambios a este respecto?  Eso lo veremos en el siguiente estudio… pero con lo visto hasta ahora es importante que nos preguntemos y que tengamos claro…

Si Dios da prosperidad tanto a los buenos como a los malos… Y si Dios deja de dar a los buenos y a los malos para que experimenten escases…  entonces no hay duda que aunque Dios es el proveedor de todas las cosas, la abundancia o la escases no siempre son el resultado de un buen o mal comportamiento.

Ojo con lo que estoy diciendo, no siempre son, pero a veces sí lo son.  Es decir si es cierto que a veces cuando no cumplimos con ciertas cosas que Dios desea, Dios puede mandar escases…  mas no siempre es cierto, porque a veces vemos a otros desobedecer y su situación económica sigue igual, o a veces vemos que otros obedecen al pie de la letra y no mejora su situación…

Dos: ¿Es esta una excusa para que hagamos como sea que de todos modos Dios va a proveer o de todos modos Dios no va a proveer?  Por su puesto que no. Pero entonces:

¿Por qué sucede de esta manera, porque Dios nos trata de esta manera?  Continuamos la próxima semana…

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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