Hablamos la semana pasada del costo que es necesario pagar para vivir la auténtica vida cristiana. Y por un lado dijimos que el precio a pagar es ínfimo o muy pequeño comparado con el beneficio tan enorme que vamos a recibir.
La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.