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CRISTIANOS INCRÉDULOS – PARTE 1

I. INTRODUCCIÓN

Hay muchísimas personas que dicen ser cristianas, pero cuando evaluamos su comportamiento y creencias a la luz de las escrituras, notamos que es un cristianismo bastante extraño. Ahora no hay duda que el problema de estos cristianos es que no están escuchando adecuadamente el mensaje de Dios, no están estudiando como debieran su palabra, y al no entender la voluntad de Dios, pues están haciendo lo que ellos creen que es la voluntad de Dios… Pero eso les hace perder bendiciones.

Alguna vez un discípulo confrontando a un pastor respecto de las malas enseñanzas que estaba dando en la iglesia, el pastor después de escucharlo un tiempo le dijo: “Tu problema es que sólo crees lo que dice la escritura”

Pero para los que confiamos en la escritura como palabra de Dios, esa frase que es la frase más absurda que un cristiano pueda pronunciar, lejos de ser una crítica destructiva es una flor. Porque nuestra lucha no es sólo buscar creer al pie de la letra todo lo que la escritura dice, sino además enseñar a los demás a creer en la palabra de Dios. Por lo tanto ser criticados por creer sólo en la palabra de Dios en realidad es algo que nos anima, que nos muestra que vamos por buen camino.

Pero no confiar en la palabra de Dios no es nuevo, en la escritura encontramos que a pesar del Señor habiendo aclarado al pueblo acerca de su grandeza, de su poder, de su sabiduría, su justicia y aún su ira… El pueblo insiste en hacer cosas que no tienen sentido, por no escuchar atentamente lo que Dios dice en su palabra. Y por esto en cierta ocasión les dice:

Isaías 66:1 Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?

El pueblo ignorando la grandeza de Dios cree que puede construirle una casa, y que Dios por tal razón va a quedar muy agradecido…. Pero cuando entendemos la grandeza de Dios es obvio que lo que el pueblo está pensando hacer es ridículo… El Señor continúa:

Isaías 66:2 Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

Si Dios ha hecho el universo y lo ocupa todo, qué valor puede tener que el hombre le construya una casa que no es capaz de contenerlo… Más aún usando aquellas cosas que Dios ha creado de las cuales él es el dueño absoluto.

Por eso Dios les da a entender que eso que hacen es inútil, y nuevamente les dice lo que es verdaderamente importante, y es que el hombre sea humilde y que acepte la palabra de Dios como algo valioso, ante la cual al sólo pensar en desobedecerla el hombre debería temblar.

Aquí es importante que nos preguntemos… ¿Temblamos ante la palabra de Dios? Es decir: ¿La consideramos algo de respeto, entendemos su autoridad, creemos en ella, y por consiguiente estamos todo el tiempo dispuestos a obedecerla?

¿O somos de los que sabiendo que estamos haciendo o vamos a hacer algo en contra de la palabra de Dios, lo hacemos con toda tranquilidad, como si estuviéramos ignorando las palabras del vecino y no del Dios todopoderoso?

La respuesta a esta pregunta es muy importante porque quien no tiene este debido respeto por la palabra de Dios, quien no cree en su autoridad, aunque esté metido entre el pueblo de Dios, aunque sea llamado cristiano y asista con regularidad a la iglesia, al no tener respeto por la palabra de Dios, terminara haciendo cosas que Dios no ha mandado y que no le agradan.

O aun puede hacer cosas que Dios pide, pero no con la correcta actitud con qué deben ser hechas, y por eso continúa diciéndoles:

Isaías 66:3 al 4 El que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo….

Cosas que Dios mandaba hacer bajo el viejo pacto o pacto de la ley, al hacerlas lo estaban ofendiendo por la clase de pensamientos que tenían al realizarlas… Donde el problema básico si seguimos leyendo…

Isaías 66:3 al 4 Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones, 4también yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada.

No había en ellos el deseo de hacer la voluntad de Dios, amaron su pecado… Y como consecuencia Dios trajo para ellos situaciones muy complicadas y muy dolorosas.

Pero eran el pueblo de Dios, y esto lo podemos comparar con aquellos cristianos que a pesar de cumplir con ciertas cosas que pide el Señor, como leer la escritura, asistir a la iglesia, orar… De todos modos insisten en hacer las cosas que ellos quieren, ignorando por completo la palabra de Dios.

Y cuando se ignora su palabra y su voluntad, lo que se haga termina siendo un ritual que desagrada a Dios, pues el propósito de prácticamente todo lo que Dios nos manda hacer, es para que entendamos y podamos hacer su voluntad.

Contrario a estos que menosprecian la palabra de Dios, están los que tiemblan a su palabra, y a ellos Dios les dice:

Isaías 66:5 Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos.

Aunque parezca absurdo, nosotros los que creemos en la autoridad de la palabra de Dios seremos criticados y aún aborrecidos por aquellos que no creen en la palabra. Y cuando lo hagan dirán que lo hacen en el nombre de Dios… Pero Dios dice que después de eso, nosotros disfrutaremos de la bendición de Dios para nuestra alegría, mientras que ellos que no creyeron su palabra serán confundidos.

La escritura dice que toda la escritura es inspirada por Dios, y es útil para que el hombre aprenda a ser un hombre de Dios… Sin embargo cuando veo la incredulidad de estos llamados creyentes, veo que ignoran pasajes supremamente importantes como por ejemplo el siguiente, qué es una profecía que fue dada a través de Moisés y dice así:

Deuteronomio 18:18 al 19 Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. 19Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.

El pueblo necio buscando razones para no obedecer a Dios, le dijeron a Moises que estaban cansados de escuchar el mensaje a través de Moisés, y que querían escuchar el mensaje directamente de parte de Dios. Aunque no sabían lo que pedían, Dios aceptó esta petición, y cuando fue a presentarse delante del pueblo, fue tanto el terror, el miedo, el pánico que el pueblo sintió ante la presencia de Dios, que salieron despavoridos y dijeron que no querían que Dios les volviera a hablar directamente, sino que lo siguiera haciendo a través de Moisés…

En respuesta a esto Dios a través de Moisés da esta profecía, que habla de Jesús, el cual al venir comunicaría el mensaje de Dios, y cualquiera que no escuchara las palabras de Jesús tendría que soportar el juicio de Dios.

Jesús vino, comunicó lo que tenía que comunicar, hizo lo que tenía que hacer, y luego confirmando la suprema importancia de escuchar el mensaje de Jesus, leemos en el libro de hebreos que dice:

Hebreos 1.1-2 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo…

Donde menciona que Dios a dado podríamos decir, su último mensaje a través de su hijo Jesucristo, quien también es el creador del universo. Es decir; menciona las dos cosas que considero muy importantes para tener una buena relación con Dios, que son, la grandeza de Dios y su último mensaje. Para luego en el capítulo dos hacer una muy seria advertencia. Dice así:

Hebreos 2:1–3 Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?

Diciéndonos que debemos poner mucho cuidado al mensaje de Jesús, porque si el mensaje del viejo pacto dado a través de los profetas, cuando fue desobedecido trajo justos y muy fuertes castigos… ¿Como escaparemos nosotros de la condenación si descuidamos el mensaje de salvación que nos da Jesús?

Pero este mensaje del libro de hebreos tan importante también a sido mal interpretado, dado a entender que se refiere solo al cambio de los sacrificios, cuando en realidad se refiere a que el viejo pacto ha sido dejado atrás para ser reemplazado por el Nuevo Pacto, el cual contiene las promesas y las instrucciones para relacionarnos adecuadamente con Dios.

Sin embargo a pesar de tan serias advertencias, podemos encontrar a muchos llamados, cristianos no teniendo en cuenta ni la grandeza de Dios ni el mensaje de Jesús, y por esto están viviendo un cristianismo lleno de rituales y conceptos equivocados, tanto en la escala de valores, (el conocimiento del bien y del mal) como en los objetivos que pretenden alcanzar. Y todo esto es consecuencia de la incredulidad hacia la palabra que tienen estos “cristianos” que pretenden relacionarse con Dios.

Esto quiere decir en otras palabras, que cuando tomamos lo que dice la escritura y lo comparamos con lo que ellos están diciendo y haciendo, no concuerda lo uno con lo otro, porque no están haciendo lo que Dios le dice, sino lo que ellos creen que debe hacer.

La verdad yo pasé por las mismas, pues cuando comencé mi vida cristiana lo hice en una organización que tampoco tenía mucha claridad al respecto, y hacía una combinación del viejo pacto y el Nuevo Pacto como si fuera lo correcto. Pero no sólo no es lo correcto a los ojos de Dios, sino que es algo que le desagrada porque termina al final menospreciando el mensaje de Jesús.

Es importante que nos preguntemos: ¿Creemos en todo lo que la escritura dice, o menospreciamos o ignoramos lo que no nos parece?

Hago la pregunta por qué no sólo es un problema muy serio no creer en la escritura, también lo es creer sólo algunas partes de ella, e igualmente es un problema creer en ella, sin entender y aceptar que hay un orden en el plan de salvación.

Y de acuerdo a lo que leímos en el libro de hebreos, el plan de salvación comienza desde el viejo pacto, pero luego continua con el Nuevo Pacto. Para dar claridad respecto de esto Jesús hace lo siguiente:

Mateo 17:1 al 3 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; 2y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. 3Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.

La transfiguración de Jesús era una clara evidencia en primer lugar, de qué era Dios mismo. Y la aparición de Moisés y Elías hablando con Jesús muestra que toda la escritura es el mensaje de Dios. Pero hay algo más muy importante que se revela a través de este evento.

Moisés y Elías representan dos columnas importantísimas en la comunicación de Dios con el hombre, que son la ley del viejo pacto dada por Moisés el más grande gobernador del pueblo, y Elías el mayor de los profetas.

En la parábola del rico y el pobre Lázaro, cuando el rico va a parar al lugar de tormentos ruega porque alguien vaya y le testifique a su familia, para que no terminen como él en el infierno…

Lucas 16.27-29 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.

La respuesta de Abraham es que tenían a Moisés y a los profetas y a ellos deberían oír, pues a través de ellos Dios ha hablado. Sin embargo el rico insiste:

Lucas 16:30 al 31 Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.

Pero Abraham también insiste que si no tienen fe en lo dicho por Moisés y los profetas, tampoco oirían a Jesús cuando se levantara de los muertos.

Esto nos enseña un principio muy importante, y es que cuando hay una buena actitud delante de Dios, se escucha la voz de Dios a través del que Dios quiera usar. Pero cuando no hay buena actitud no importar quién le hable, no importa que sea el mismo Dios la persona no escuchara.

Puede ocurrir que a usted le hablé a cierta persona, y esta persona no le crea a usted, y usted piense en llevar a su pastor pensando que a él si lo escuchara, pero si hay mala actitud, no importa a quién le lleve, tampoco escuchará.

Pues allí en la transfiguración con Jacobo y Juan, esta Pedro escuchando cómo Moisés y Elías hablaban con Jesús… Y entonces dice:

Mateo 17:4 al 5 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 5Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.

La sugerencia del apóstol Pedro (tres chozas) da a entender que para él, Moisés que representa la ley, Elías que representa los profetas, y Jesús el hijo de Dios son lo mismo. Sin embargo es interrumpido mientras aún hablaba, como quien dice; está hablando tonterías, y en lugar de hablar lo que tenía que hacer era oír a Jesús.

Eso no quiere decir que a través de Moisés o a través de los profetas Dios no hablo, porque vimos que en la parábola Jesús habla acerca de la importancia de escuchar a Moisés y los profetas. Pero esto sí quiere decir que después de lo que Dios habló a través de ellos, ahora hay que oír a Jesús.

Qué es lo mismo que nos confirma la escritura más adelante en el libro de hebreos. Qué fue lo mismo que también dijo Moisés, cuando profetizó acerca de la venida de Jesús.

¿Qué pensaría usted de un empleado al que usted le manda órdenes a través del gerente de su empresa de la cual usted es dueño, y el empleado es muy obediente a lo que el gerente le dice, pero que cuando usted le habla directamente no le presta atención?

És lo mismo que le pasa a aquellos que dicen creer en Moisés y en los profetas, y luego viene Jesús y lo menosprecian. No hay duda que quien haga esto está cometiendo un error supremamente grave, porque el Señor Jesucristo, es quien encarna la profecía dada por Moisés y por todos los profetas, acerca del Hijo de Dios que vendría y al que todos deberían oír, y al que todos tendrán que dar cuenta. Las palabras de Jesús confirmando esto fueron:

Juan 5:21–23 Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. 22Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, 23para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.

Es por esto que el menosprecio que muchos cristianos tienen respecto del Nuevo Pacto, que se evidencia en la ignorancia que tienen de el, es en realidad un menosprecio a la obra y mensaje de Jesús… Y al hacer esto también están menospreciando a Dios. Además si la escritura dice en hebreos:

Hebreos 8:13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.

Muy claro que este primer pacto de la ley dado por Moisés se ha dado por viejo… Y cuando dice que está próximo a desaparecer, es que poco a poco las personas deben dejar atrás el viejo pacto para pasarse al nuevo…. Pero en su obstinación por no escuchar y dar prioridad a Jesús, creen que deben conservar ambos pactos, por supuesto ignorando que tienen diferencias enormes, ignorando también qué las promesas del nuevo pacto son muy pero muy superiores, y que las promesas del viejo pacto ya no funcionan.

Esto es muy contradictorio, porque los que insisten en creer en el viejo pacto deberían creer el mensaje dado por sus profetas, y el mensaje apunta hacia Jesús. Pero en lugar de hacerlo, aún han llegado a inventar que no es un pacto que ha sido reemplazado sino renovado, como sí se pudiese tomar de ambos pactos para relacionarnos con Dios. Pero la escritura dice:

Hebreos 7:18–19 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

La definición de abrogado es… “Suspender o dejar sin vigor una ley o una costumbre mediante una disposición legal”. Y precisamente porque nada perfecciono la ley, fue suspendida y dejada sin vigor, y esa esperanza mejor es el Nuevo Pacto el cual dice:

Jeremías 31:31 al 32 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.

En otras palabras y como explica este pasaje, desde cierto punto de vista el pacto hecho por Dios para bendecir al pueblo no funcionó, porque el pueblo lo invalidó con su pecado, por lo cual se hace necesario un Nuevo Pacto que si funcione y pueda traer bendición al hombre.

Alguien podría preguntar: ¿Qué importancia tiene esto para los que no conocimos el viejo pacto? Pues muy sencillo. El viejo pacto con sus condiciones lo que hace es motivar al hombre a que se esfuerce por cumplir para obtener la bendición de Dios.

Y esto es lo mismo que viven todos aquellos, que creen que gracias a su esfuerzo personal o a sus capacidades, van a lograr una buena vida, es decir van a vivir con la bendición de Dios.

Pero precisamente lo que demuestra el viejo pacto, es que si la bendición de Dios depende de la capacidad del hombre, entonces el hombre no podrá ser bendecido por Dios.

Por eso aunque la escritura dice que el viejo pacto no funcionó por causa del pecado del hombre, si funcionó respecto de qué Dios quería demostrarle al hombre su incapacidad para obtener la bendición, para que cuando viniera el Nuevo Pacto, el hombre entendiera que eso era lo que necesitaba.

Repito esto que es muy importante: Si la bendición de Dios depende de lo que el hombre haga, de su esfuerzo, de su capacidad, de su deseo de hacer la voluntad de Dios, entonces el hombre no podrá ser bendecido por Dios.

Entender esta realidad es indispensable para poder disfrutar del Nuevo Pacto. Y por eso podemos leer en la escritura:

Gálatas 3:23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.

¿Qué significa esto? “Pero antes que viniese la fe” Esta frase de acuerdo al contexto se refiere específicamente al Nuevo Pacto, a la confianza que los hombres debemos tener en Jesucristo.

Esta frase no se refiere a la fe en general con la que el hombre debe relacionarse con Dios, porque si fuera así, sabemos por la escritura que desde la época de Adán y Eva el hombre ha debido confiar en Dios, y por no hacerlo entró el pecado en el mundo.

Cuando esto ocurre, cuando el hombre desconfía de Dios, El hace la promesa del Nuevo Pacto, al anunciar qué la simiente de la mujer, que es Jesús y los que al creer en él nos convertimos en hijos de Dios, entraría en batalla con la simiente de Satanás, qué son todos aquellos nacidos físicamente pero que siguen muertos espiritualmente… (La Verdadera Iglesia contra el mundo, los hijos de Dios contra los hijos del diablo.)

Muchos años después Dios toma a un hombre que vive en un mundo pagano, y le enseña a confiar en Él, convirtiéndolo en el Padre de la fe. Ese hombre es Abraham. Y es en realidad el comienzo del Nuevo Pacto anunciado, donde los hombres debían confiar en las promesas de Dios.

Pero los descendientes de Abraham no confiaron en Dios, por supuesto tampoco lo reconocieron, por lo cual terminaron esclavos en Egipto.

En otras palabras el pacto hecho con Abraham que es el inicio del Nuevo Pacto, estaba siendo desperdiciado por la incredulidad de los hombres.

Dios 430 años después toma a este pueblo, lo saca de Egipto y hace el pacto de la ley con ellos, para hacerlos conscientes de que ellos, por sí mismos, no serían capaces de cumplir la exigencia de la ley, y si no cumplían, lo justo es que no merecían la bendición de Dios.

El asunto crucial es éste: Si no hay en nosotros la capacidad suficiente para obedecer a Dios y recibir su bendición estamos muertos, por lo tanto necesitamos otra opción. Esa otra opción es Jesucristo y eso es precisamente lo que dice el pasaje.

Antes de que viniese la oportunidad de creer en Jesucristo, estábamos bajo la ley, dependiendo de nuestro esfuerzo personal, es decir; sin opción a la libertad del pecado, y por lo tanto condenados irremediablemente.

Si reconocíamos esta realidad, la de nuestra condenación inminente y nuestra incapacidad para librarnos de la condenación, cuando llegase el mensaje de Jesucristo, es decir; “aquella fe que iba a ser revelada” veríamos en Él, en Jesucristo, la opción que necesitamos. Por eso dice que la ley nos ha ayudado a llegar a Cristo:

Gálatas 3:24 Así fue como la ley nos condujo hasta Cristo para que recibiéramos la salvación por medio de la fe.

El viejo pacto funciona cuando nos lleva a reconocer nuestra incapacidad para obedecer a Dios, y nos acerca a Jesucristo para ser justificados al creer en él.

Es por esta razón que todos aquellos que creen que todavía estamos bajo las leyes del viejo pacto, en realidad están manifestando su incredulidad hacia la palabra de Dios, hacia Jesús.

Y es lo mismo que viven aquellos que aunque no creen en el viejo pacto, si creen que dependiendo de su esfuerzo personal obtendrán la bendición de Dios.

Ahora: ¿Cuál es el proceso para dejar de estar confinado a la ley, para dejar de vivir dependiendo de nuestro esfuerzo personal, y poder así recibir la bendición de Dios? La escritura dice:

Gálatas 3:25 al 26 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;

Teniendo la oportunidad de confiar en Jesús, al hacerlo dejamos de estar bajo la ley, o de vivir tratando de obtener la bendición de Dios con nuestro esfuerzo personal…Cuando nos convertimos en hijos de Dios.

Éste dice la escritura es de una importancia muy grande, pero es uno de los asuntos que menos creen los cristianos. Y a eso me refiero cuando digo que muchos cristianos no tienen fe. Déjeme preguntarles:

Si alguien te dijera que tienes que obedecer a Dios para recibir la bendición… ¿Cuál sería la diferencia con el viejo pacto? Ninguna! Pues aunque las normas sean diferentes, de todos modos la bendición dependería de nuestro esfuerzo, y eso es vivir bajo el viejo pacto. Y eso es menos preciar a Jesús.

Si estás mal financieramente porque no obedeces a Dios, y crees que obedeciendo tu vida financiera será restaurada… ¿Cuál sería la diferencia con el viejo pacto? Ninguna!

Si tu matrimonio va mal porque no obedeces a Dios, y crees que obedeciendo a Dios tu matrimonio será restaurado… ¿Cuál sería la diferencia con el viejo pacto? Ninguna!

En conclusión: Si pensamos que para obtener la bendición de Dios tenemos que obedecer, todavía estamos viviendo bajo el viejo pacto, y por lo tanto estamos menospreciando a Jesús.

Y si la bendición no se obtiene a través de la obediencia, entonces: ¿Cómo se obtiene la bendición?

Si no tenemos la respuesta correcta a esta pregunta, podemos llegar a pensar, que si la bendición no viene a través de la obediencia, entonces no hay razones para obedecer a Dios.

Pero si no tienes la respuesta esta pregunta, es porque no estás poniendo atención a lo que estoy diciendo, porque ya lo expliqué…

Repasaremos; ¿Cuál es la razón que da el apóstol por la cual no estamos bajo la ley?

Gálatas 3:25 al 26 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;

La razón por la cual no estamos bajo la ley, es que ahora somos hijos de Dios por haber confiado en Jesucristo como nuestro Señor y nuestro Salvador.

Esto es muy importante y tiene que ser muy claro. Ya no estamos bajo la ley del viejo pacto, ya no necesitamos obedecer la ley del viejo pacto para obtener la bendición, y ahora la bendición de Dios no depende de nuestra obediencia porque somos hijos de Dios, por supuesto si realmente somos hijos de Dios por haber nacido de nuevo.

Para tener más claridad en este asunto nos puede ayudar muchísimo revisar cómo ha sido el comportamiento de Dios con su pueblo Israel… Y también con nosotros.

Pues bien. El pueblo de Israel por no haber confiado en Dios, ha recibido a lo largo de la historia los mas grandes castigos que pueblo alguno pueda recibir. Algunos sólo recuerdan las infamias a manos del pueblo alemán, pero en épocas anteriores otros pueblos hicieron cosas similares con el pueblo de Dios.

Parte de estos castigos para el pueblo de Dios, fue el ser esparcido en medio de todas las naciones. Sin embargo, Dios en su misericordia tenía planeado restaurar este pueblo, y esa restauración es parte del Nuevo Pacto. La profecía dice:

Ezequiel 36:24 Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país.

Efectivamente el pueblo de Israel estaba esparcido por toda la tierra, y ni siquiera existía el estado de Israel. Pero Dios cumpliendo su promesa de recoger a su pueblo, hizo que en las naciones unidas se le diera un territorio a los judíos, y ellos regresaron a su tierra en 1947.

La pregunta importante respecto de esto es: ¿Porque Dios cumplió su promesa? Acaso: ¿Lo hizo porque Dios vio un pueblo que era obediente, o a pesar de la desobediencia de su pueblo? Y la respuesta es, que lo hizo a pesar de la desobediencia…

¿Saben cómo se llama eso? Se llama la gracia de Dios. Qué es igual a decir que a Dios le dio la gana de reunir a su pueblo, y llevarlo a su tierra, a pesar de lo desobedientes y malos que son.

Eso que Dios hizo, si usted pregunta al pueblo de Israel, es para ellos la más grande bendición, el haber podido regresar a su tierra. Y no fue por su obediencia.

¿Y qué más va a hacer Dios con su pueblo por pura gracia? La profecía continúa:

Ezequiel 36:25 al 27 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Dios los va a limpiar, el agua representa su palabra. Les va a dar un corazón sensible a Dios, colocara su Espíritu dentro de cada uno de ellos, y Dios hará que ellos le obedezcan.

Es importantísimo tener en cuenta el orden… Y lo que la profecía enseña es que llegará el momento en que ellos reconocerán a Jesús, nacerán de nuevo, y Dios hará de ellos un pueblo obediente.

La obediencia no es el comienzo, ni la obediencia es el requisito para la salvación, la obediencia es el resultado de haber sido salvado.

Por esto que cuando los padres obligan a los hijos a obedecer, a ir a la iglesia, esto no funciona y cuando el líder trae a los discípulos a la fuerza a la iglesia, tampoco funciona, pues de nada sirve obedecer si no hay fe.

Y si alguien me dice que si le funcionó obligarlos, no es por la obediencia que funcionó sino porque el obligado terminó colocando su fe y eso es lo que le permite recibir la bendición de Dios.

Pero continuemos con el pueblo de Israel y miremos lo que Dios hará con el, a pesar de lo malo que el pueblo es. Es decir; la escritura no muestra que Dios por las buenas cualidades de su pueblo lo haya escogido para bendecirlo. La escritura dice que es por pura gracia de Dios, porque a Dios le complació, a Dios le dio la gana. Continúa la profecía:

Ezequiel 36:28 al 32 Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. 29Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre. 30Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones. 31Y os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras que no fueron buenas; y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones.

Dice con toda claridad que Dios los va a bendecir, primero en su vida espiritual y luego respecto de su vida material, pero insiste, no por lo buenos que son, sino para que se acuerden de lo malos que fueron, de lo inicuos y de lo abominables que han sido a los ojos de Dios.

La pregunta que quiero que se hagan ustedes es: ¿Cuántos de ustedes creen que están siendo bendecidos por Dios por lo buenos que son? Y si alguno de ustedes cree que está siendo bendecido por lo bueno que es… Déjeme decirle que está completamente equivocado.

La semana pasada vimos que somos usados por Dios cuando reconocemos que no servimos para nada… Hoy quiero que entendamos, que somos bendecidos por Dios no por buenos, ni por obedientes, sino porque Dios en su gracia y su misericordia ha decidido bendecirnos.

Y si acaso les queda alguna duda de la razón por la cual Dios va a bendecir a su pueblo Israel, y a nosotros bajo el Nuevo Pacto, veamos el versículo que sigue:

Ezequiel 36:32 No lo hago por vosotros, dice Jehová el Señor, sabedlo bien; avergonzaos y cubríos de confusión por vuestras iniquidades, casa de Israel.

Jamás alguien podrá decir teniendo razón que ha sido bendecido por Dios por lo bueno que es o por lo obediente que es… Que diga eso no tiene ni idea de cuán pecador es… Por qué lo correcto según la escritura es que cuando disfrutemos de la bendición de Dios nos dé vergüenza estar siendo bendecidos a pesar de los malos que hemos sido.

Acabamos de leer que Dios no lo hace por nosotros, en el siguiente texto que está 10 versículos atrás, repite que no es por nosotros, y da la razón del porque lo hace.

Ezequiel 36:22 Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado.

Esto quiere decir que nosotros, los hijos de Dios, no recibimos la bendición de Dios por causa de nuestro comportamiento, sino por causa del nombre de Dios. Listo; no por nuestro comportamiento sino por haber depositado nuestra fe en Jesucristo que hizo que él nos convirtiera en hijos suyos.

Los que hemos creído en Jesucristo como nuestro Señor y nuestro Salvador, al recibir el nuevo nacimiento comenzamos a participar de las bendiciones espirituales del Nuevo Pacto, tan cierto es esto que el apóstol Pablo escribió que Dios:

2 Corintios 3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.

Nosotros comenzamos a participar de la bendición espiritual del Nuevo Pacto, y ademas hemos sido convertidos en ministros competentes, pues nuestra competencia proviene de Dios.

¿Y porque nosotros estamos participando de este Nuevo Pacto?

¿Será porque hemos sido obedientes a la ley de Dios? O ¿Por qué desde pequeños teníamos un gran amor a Dios y por eso le hemos buscado en obediencia?

No. Nosotros participamos del Nuevo Pacto por la misma razón que los judíos participaran del Nuevo Pacto. Por la pura gracia de Dios.

La escritura explica esto de muchas formas como la siguiente que Pablo explica:

Efesios 2:1 al 3 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Dice que nosotros los que ahora tenemos vida espiritual, los que hemos nacido de nuevo, recibimos esa vida de Dios cuando estábamos muertos, viviendo de acuerdo a la dirección de Satanás en los deseos de nuestra carne…etc.

Pensemos en esto: ¿Sabe usted qué es lo que se puede hacer con un muerto para darle vida? Mejor dicho: Cree usted que sí a un muerto le decimos: Por favor báñese que huele como a podrido, aliméntese bien, haga un poco de ejercicio, por favor vístase, para que pueda recibir la bendición de Dios. ¿Creen ustedes que eso funcionará?

Verdad que no. ¿Por qué? Porque un muerto no puede hacer absolutamente nada por sí mismo, por lo tanto es imposible que un muerto haga méritos para recibir la bendición de Dios.

Y la escritura dice que nosotros estábamos muertos, por lo tanto es imposible que hayamos hecho algún mérito para poder recibir la bendición de Dios, de ser hechos hijos de Dios a través del nuevo nacimiento.

Peor aún; cuando dice que estábamos muertos, se refiere a muertos delante de Dios pero vivos para vivir de acuerdo a “el príncipe de la potestad del aire” es decir de acuerdo a Satanás. Por eso dice que por naturaleza éramos hijos de irá lo mismo que todos los demás.

Y eso que está diciendo, es que estar muertos es un problema, pero estar vivos para seguir a Satanás es todavía más grave que estar muertos, lo cual quiere decir que si un muerto no puede hacer nada para obtener la bendición de Dios, un hijo de Satanás menos puede hacer.

¿Y si no pudimos hacer ningún mérito para poder ser salvados, qué fue entonces lo que nos salvó? Continúa el apóstol explicando:

Efesios 2:4 al 5 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)…

Lo que nos salvó fue la misericordia, el amor y la gracia de Dios, que lo llevó a darnos vida juntamente con Cristo. Y continúa:

Efesios 2:6 al 7 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

¿Qué es lo que ha hecho con nosotros? Nos resucitó, y nos hizo sentar en lugares celestiales. Pero… ¿Lo creemos?

¿O somos cristianos incrédulos de la palabra de Dios, y tal vez sólo creemos lo que creemos que nos conviene, pero no toda la palabra de Dios?

¿Y porque Dios nos ha bendecido de esa manera además de las razones anteriores? Dice que para mostrar en los tiempos venideros, lo bueno, lo misericordioso, lo generoso que ha sido Dios con nosotros… Es decir para mostrar quién es Él.

Y luego para que no quede ninguna duda que no depende de nuestro comportamiento, ni de los buenos o malos que somos, el apóstol vuelve y repite dónde está la clave para obtener la bendición de Dios y escribe:

Efesios 2:8 al 10 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe. 10Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Por gracia hemos sido salvos. Ha sido también por medio de la fe, y se refiere a la fe que tú y yo hemos depositado en Jesús, sin embargo aclara que ha sido un regalo de Dios… Y vuelve y dice que no es por las obras de tal manera que nadie se puede jactar.

¿Pero será que esto quiere decir que entonces no es importante obedecer a Dios? Por supuesto que no. Pues hay un pasaje muy claro y que me parece terrible que dice:

Mateo 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Donde es muy claro que los desobedientes se condenan. Y cuando digo terrible es porque dice que estos personajes predican hacen milagros echan demonios y sin embargo se van a condenar.

¿Por qué? Por lo que estoy explicando, que es: Que cuando obedecemos a Dios sin fe estamos perdiendo el tiempo, peor aún lo estamos ofendiendo pues a obedecer sin fe estamos diciendo que él no cumple sus promesas y que no vale la pena seguirlo.

Lo contrario es que cuando creemos en él y en sus promesas, con gusto le obedecemos. Pero no recibimos la bendición por haber obedecido sino por haber creído.

Ahora. Alguien puede decir que si ha hecho algo porque ha depositado su fe en Jesús… Eso tiene parte de de verdad y parte de mentira. Lo falso es que no ha hecho nada. Lo cierto es que si a depositado su fe en Jesús. Pero resulta que…

1. La fe que depositamos en Jesús fue un regalo que Dios nos dio por gracia a nosotros y a todo ser humano sobre la tierra. Es decir: Dios mismo nos dio la capacidad de creer. O sea que estamos entregando lo mismo que hemos recibido y a veces mucho menos de lo recibido.

2. La información que recibimos acerca de Jesucristo y el desafío de creer en él, es comunicado a todo ser humano sobre la tierra a través del espíritu Santo. En otras palabras la información que recibimos acerca de la deidad de Jesucristo también la recibimos por gracia.

Y entonces por la enorme cantidad de fe que Dios ha dado al hombre, y por la información que el espíritu Santo le ha dado a cada ser humano, es muchísimo más fácil tomar la decisión de confiar en Jesús que negarlo.

Tomar la decisión de confiar en Jesús es tan fácil como responder la siguiente pregunta. Si estando de noche yo le pregunto: ¿Cree usted que está de noche? ¿Acaso será una gran hazaña o algo de mucho valor el que usted simplemente reconozca que es de noche y diga que sí?

Lo que quiero decirles es; que cuando una persona se niega a creer en Jesucristo está haciendo la cosa más absurda, abominable, estúpida e inmoral, por que por causa de su amor al pecado es capaz de ir en contra de su conciencia, de la justicia, de la bondad, del amor, y por eso niega a Jesucristo para poder seguir pecando.

Es decir, es muchísimo, muchísimo más fácil entregarle la vida que no entregársela, por lo tanto no hay mérito en entregarle la vida a Jesucristo. Y por haber hecho algo que no tiene absolutamente ningún mérito, hemos recibido toda la bendición de Dios.

Y si nada de eso lo obtuvimos por nuestra obediencia, y todo fue por la gracia de Dios; ¿De dónde sacamos ahora de que es por la obediencia que seremos bendecidos? Ojo; no estoy diciendo que no hay que obedecer, lo que estoy diciendo es que lo importante es la fe, que nos lleva a obedecer.

El cristiano que cree que debe esforzarte y obedecer para recibir la bendición de Dios, no está viviendo bajo la norma del Nuevo Pacto, está en el Viejo Pacto, está menospreciando la gracia y la misericordia de Jesucristo…

Hay otros pasajes que muestran que nosotros hemos sido bendecidos de una forma maravillosa no por haber obedecido sino por haber creído. Uno de ellos que es maravilloso dice así:

Efesios 1:3 al 6 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,

Dice que ya nos bendijo con toda bendición espiritual… También dice que nos escogió antes de la fundación del mundo, eso quiere decir que nos escogió para bendecirnos cuando ni hablamos nacido, mucho menos habíamos hecho algo… Y la razón; fue su amor, el puro afecto de su voluntad .

Y va a hacer de nosotros personas maravillosos para que Él sea alabado por su gracia para con nosotros. Y nosotros al ver todo eso nos vamos a avergonzar por lo malos e incrédulos que hemos sido.

Por esto la pregunta no es: ¿Cómo hago para ser bendecido por Dios? La pregunta correcta para muchos debía más bien ser: ¿Cómo hago para ver la bendición que Dios ya me han dado?

Qué le diría usted a una persona que le dijera: Yo quiero vivir como la gente del mundo, yo quiero caminar, comer, dormir; ¿Qué debo hacer para obtener vida y hacer todo eso?

Qué le diría a usted a un hombre casado que le pregunta: ¿Qué debo hacer para casarme y tener una esposa?

Que le iría a usted a un hombre que está dentro de un cuarto y le pregunta: ¿Cómo hago para entrar al cuarto?

Lo mismo que hay que decirle a un cristiano que le pregunta a uno: ¿Qué debo hacer para recibir la bendición de Dios?

La respuesta es; nada. Usted no puede hacer absolutamente nada para recibir la bendición de Dios porque usted si ha creído en Jesucristo y ha nacido de nuevo, ya tiene toda la bendición de Dios. Y es imposible que reciba más.

Y entonces la pregunta es: ¿somos conscientes de la bendición que hemos recibido? O será que todavía no creemos en la palabra de Dios…

Si no obedecemos lo que Dios dice es porque no hay fe, pero no sólo hay que revisar aquellas cosas en las que no hacemos caso, sino aquellas en que hacemos caso…¿ Las estamos haciendo con fe?

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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