EL NUEVO PACTO
¿Para quién son hechas estas promesas que leímos? Para la casa de Israel y la casa de Judá, Para su descendencia, para los hijos de Israel…¿Entonces porque decimos que el Nuevo Pacto es para nosotros si aquí dice con claridad que es para el pueblo de Israel? El gran error que produce grandes horrores en la interpretación de la escritura, es tomar pactos, mandatos o promesas que no nos corresponden, para hacerlos parte de la vida cristiana. ¿Para quién son hechas estas promesas que leímos? Para la casa de Israel y la casa de Judá, Para su descendencia, para los hijos de Israel…¿Entonces porque decimos que el Nuevo Pacto es para nosotros si aquí dice con claridad que es para el pueblo de Israel? El gran error que produce grandes horrores en la interpretación de la escritura, es tomar pactos, mandatos o promesas que no nos corresponden, para hacerlos parte de la vida cristiana. Eso hace que la gente confíe en promesas que Dios no ha hecho, razón por la cual tampoco se cumplirán, lo cual llevará con el tiempo a que la persona dude de la fidelidad de Dios. (No sin antes caer en el engaño de los malos pastores) Por ejemplo: ¿Podemos los cristianos aplicarnos la siguiente promesa?
Deuteronomio 28:1 al 8 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. 2Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. 3Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.
No. Es una promesa de la ley, no corresponde a nosotros y su cumplimiento depende exclusivamente de la obediencia a todos los mandamientos escritos en la ley. ¿Podemos los cristianos aplicarnos la siguiente promesa?
Josué 1:5 al 8 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. 6Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. 7Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. 8Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien….
No. Ciertamente hay principios espirituales que podemos sacar de esta promesa y aplicarlos a nuestra vida, pero tomar esta promesa y aplicarla por ejemplo a un negocio con la convicción de que seremos prosperados es un error. Puede ser que Dios no quiera que tengamos ese negocio sino otro, o que no tengamos ninguno sino que le sirvamos. Etc. Y entonces Dios al ver que no le entendemos, o que no queremos hacer su voluntad, así nos aferremos a ciertas promesas con toda la fe que tengamos, de todos modos Dios podría decidir hacernos fracasar en esa empresa. ¿Podemos aplicar los cristianos la siguiente promesa para este tiempo?
Isaías 54:15 al 17 Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. 16He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir. 17Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.
Nuevamente no. De hecho vemos que en la realidad hay mucho creyente que es destruido y aun asesinado…¿Porqué? Porque esta es una promesa dada al pueblo de Israel para el tiempo del milenio.
Cuando Pedro en el mar le dijo a Jesús “Si eres tú permite que vaya, el Señor dijo ven”… ¿Esa promesa de caminar sobre el agua la podemos aplicar para nosotros?. O cuando mandó a un discípulo a tirar una anzuelo y sacar un pez y sacar dinero de la barriga el pez: ¿También la podemos aplicar para nosotros? Por supuesto que no.
VI. LO QUE NOS CORRESPONDE DEL NUEVO PACTO
El Nuevo Pacto es para los judíos, se cumplirá en su parte material y espiritual a cabalidad en la época del milenio, (Aunque su cumplimiento comienza en la gran tribulación) sin embargo como ya hemos visto, cuando Dios hizo a Abraham la promesa de la simiente, le aclaró que a través de esa simiente (que es Jesucristo) serian benditas todas las naciones de la tierra, Y allí si estamos incluidos nosotros. Teniendo en cuenta esta promesa de Dios de bendecir a todas las naciones a través de la simiente de Abraham, que es Jesucristo, es que el apóstol concluye que los que hemos creído en Jesucristo estamos involucrados en este Nuevo Pacto. Dice así:
2 Corintios 3.4–6 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 6el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
Y no es como algunos interpretan tomando el libro de romanos que es un cambio de última hora, (como los judíos despreciaron al Señor nosotros fuimos puestos en su reemplazo; eso es cierto para otro asunto del Nuevo Pacto, pero no respecto de ser involucrados en el Nuevo Pacto) pues desde el libro del Génesis se menciona como nosotros estábamos incluidos en la promesa de justificación que Abraham recibió. El apóstol Pablo lo menciona así:
Gálatas 3:6 al 9 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. 7Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. 8Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.
Aclarando que la bendición que recibimos, que también recibió Abraham es la justificación por fe y la promesa del Espíritu. (“Hay promesas de las cuales participamos todos; promesas para Abraham y sólo para Abrahán; promesas para la descendencia de Abraham en la carne, el pueblo de Israel y promesas para la simiente o descendencia de Cristo, que es la iglesia.”) El siguiente pasaje lo confirma:
Gálatas 3:13 al 14 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), 14para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Esta promesa del Espíritu es en realidad la primera promesa que se cumplirá del Nuevo Pacto, en todos aquellos que acepten a Jesucristo como Señor y Salvador. Esta misma promesa la menciona el libro de hebreos mostrando con claridad que pertenece a nosotros gracias a la obra de Jesucristo. Dice así:
Hebreos 10.14–19 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 15Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: 16Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, 17añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. 18Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. 19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo…
El escritor del libro de hebreos menciona el cumplimiento de esta promesa en los hijos de Dios, y toma como referencia la promesa del Nuevo Pacto dada al pueblo de Israel, que dice:
Ezequiel 36:25 al 27 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Por lo cual no hay duda que esta promesa corresponde a la parte espiritual del Nuevo Pacto, y por lo tanto corresponde a nosotros. Además en este pasaje podemos ver la razón más importante por el cual el viejo pacto fue reemplazado por el nuevo, y tiene que ver con: ¿Quién es el responsable de que el pacto funcione? En el pacto de la ley o viejo pacto el responsable de cumplir obedeciendo los mandamientos era el hombre, y de eso dependía la bendición o la maldición de Dios sobre su vida.
Deuteronomio 28:1, 15 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra…. 15Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.
Y precisamente porque el hombre era responsable de cumplir es que el pacto no funcionó. En el Nuevo Pacto la enorme diferencia está, en que después de haber creído y haber sido involucrado en el pacto, es Dios quien se hace responsable de que el hombre cumpla. El pasaje dice que: Dios esparcirá agua limpia (representa su palabra) que limpia nuestra vida de pecado e idolatría. Dios nos dará un corazón nuevo, sacando el de piedra que no escucha a Dios y colocando uno de carne sensible a su voz. Dios pondrá su Espíritu dentro de nosotros, (lo cual implica sacar de nuestro espíritu el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia) realizando el llamado nuevo nacimiento, para que el Espíritu de Dios habite en el creyente, dándole la sabiduría y el poder necesario para obedecer a Dios. Si Dios es el encargado de que nosotros cumplamos… La pregunta es: ¿Qué probabilidad habrá de fracaso para aquel que verdaderamente es un hijo de Dios? La respuesta es; ninguna.
Dios se encargara de que nosotros como cristianos vivamos el cristianismo como a él le agrada, al igual que hizo con Abraham para que pudiera recibir lo prometido por Dios. Es decir nuevamente vemos que el pacto con Abraham y el Nuevo Pacto en esencia son iguales, pues ambos son incondicionales porque Dios asegura que él hará que se cumpla. Más adelante veremos en detalle las promesas que Dios ha hecho para que el Nuevo Pacto funcione, pero por ahora podemos comparar este “Dios hará” con la promesa de Jesucristo que dice:
Juan 10:27 al 30 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30Yo y el Padre uno somos.
Donde dice que por haber oído la voz del Señor, (Oir con fe) hemos sido conocidos por él, le hemos comenzado a seguir, el nos ha dado vida eterna (justificación por fe y la promesa del Espíritu o nacimiento espiritual) y asegura que de allí en adelante, absolutamente nada ni nadie nos podrá separar de su amor en Cristo Jesús. Texto de la palabra “yo las conozco” en otro pasaje dice:
Mateo 7.23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Los que no son conocidos por Dios no se salvan, pero los conocidos por Dios seremos indiscutiblemente salvados. El apóstol Pablo nos muestra cuán amplia y segura es esta promesa dada por Jesús y dice:
Romanos 8:38 al 39 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Y también en el libro de hebreos muestra como la verdadera vida cristiana depende de Dios:
Hebreos 13:20 al 21 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Es él quien nos hace aptos, es él quien hace lo que es agradable delante de él por medio de Jesucristo, y por supuesto la gloria es solamente para él.
A. QUÉ TANTA CERTEZA PODEMOS TENER DEL CUMPLIMIENTO DE LAS PROMESAS DE DIOS
En primer lugar debemos recordar que el pacto que Dios hiso con Abraham, fue un pacto de muerte en el cual fue Dios quién pasó en medio de los animales sacrificados, haciéndose responsable de su cumplimiento, y si el pacto no se cumple entonces Dios debe dejar de existir…
Luego cuando Abraham acepta entregarle a su hijo, Dios jura, por si mismo de que le cumplirá, y allí nuevamente se menciona que nosotros los gentiles estamos involucrados.
Génesis 22:16 al 18 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; 17de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
La carta a los hebreos nos explica la inmutabilidad de la promesa y el juramento:
Hebreos 6:13 al 18 Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, 14diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. 15Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. 16Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. 17Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; 18para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.
Luego en jeremías 31, uno de los pasajes que menciona el Nuevo Pacto, Dios para asegurar el cumplimiento del pacto dice:
Jeremías 31:35 al 37 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: 36Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente. 37Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová.
Dios dice que sí llegarán a faltar las leyes del sol, el día, la luna, los astros, el mar, entonces Dios no cumplirá, y también dice que sí se logra medir la extensión de los cielos o explorarse los fundamentos de la tierra, él no cumplirá. Y ya bajo el Nuevo Pacto el apóstol explica que además de lo ya prometido, a esto se le suman que Dios nos ha dado su Espíritu como una garantía del cumplimiento de sus promesas:
Efesios 1:13 al 14 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
El sello o garantía de que Dios cumplirá el Nuevo Pacto a cabalidad y nos llevará a su presencia a recibir la herencia prometida, es el Espíritu de Dios, por tal razón si Dios no cumple llevándonos al final de nuestra vida en la tierra a su presencia, entonces Dios deberá a perder la garantía que es su Espíritu. Es decir para que las promesas para Abraham y las promesas del Nuevo Pacto para nosotros no se cumplan, tendría que desaparecer el cielo, la tierra, y además Dios tendría que perder su Espíritu y dejar de existir. Eso quiere decir que no hay en todo el universo una promesa más respaldada que la que Dios nos ha hecho con el Nuevo Pacto, por lo tanto todo aquel que ha sido involucrado por Dios en el Nuevo Pacto, puede tener la absoluta certeza de que vivirá la eternidad en la presencia de Dios, como también puede tener la certeza de que Dios hará que viva como un verdadero cristiano.
B. CUANDO SE CUMPLEN ESTAS PROMESAS EN NOSOTROS
La promesa de la justificación por fe, dice la escritura que se cumplirá en todos aquellos que crean en Jesucristo, como nos lo confirma el libro de los hechos cuando dice:
Hechos de los Apóstoles 10:43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.
Por supuesto supone una fe autentica en una imagen real de Jesucristo y su evangelio, y no una fe muerta, fingida, falsa o débil, ni una fe por auténtica que sea depositada en el viejo pacto, sino depositada como dice el apóstol, en el Señorío de Cristo y en su obra de salvación por nosotros.
Romanos 10:8 al 10 Esta es la palabra de fe que predicamos: 9que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Cuando esto ocurre, no sólo Dios nos otorga el perdón a todos nuestros pecados haciéndonos completamente justos delante de él, sino que además, Dios produce en el creyente el nacimiento espiritual, (lo veremos en detalle más adelante) el cual nos involucra en el Nuevo Pacto
C. IGUAL SUCEDE CON LA IGLESIA
Siendo esto verdad para cada auténtico creyente, tenemos que decir que esto también es verdad para la iglesia que está compuesta por todos los creyentes Nacidos De Nuevo. El Señor Jesucristo profetizó sobre Pedro y la iglesia lo siguiente:
Mateo 16:18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Así como Dios hará que el Nuevo Pacto se cumpla en cada creyente, esta verdad también es cierta para la iglesia, por esto, como nos lo aclara esta profecía, la victoria de la iglesia está asegurada a pesar de todo lo que podamos ver de malo en el cristianismo de la actualidad. Aunque es necesario aclarar qué; se refiere a la verdadera iglesia y a la verdadera victoria de la iglesia, victoria que también es mencionada a través de todos los tiempos cuando se habla del Nuevo Pacto. En el libro de génesis cuando se menciona por primera vez la promesa del Nuevo Pacto dice que la simiente de la mujer:
Génesis 3:15 ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
La herida en la cabeza es una herida mortal, que anuncia la destrucción de su misterio. Mi vida en el calcañar es una herida que no es mortal, que sabemos que representar la muerte de Jesucristo pero también su resurrección. Luego en la promesa hecha a Abraham dice:
Génesis 22:18 En tu simiente SERÁN benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
No es una probabilidad que sean bendecidas todas las naciones de la tierra, es una declaración que Dios hace de que se cumplirá. (Sólo Dios puede declarar los hombres no a no ser que declaremos exactamente lo mismo que Dios ha declarado) Esta bendición se cumplirá través de la justificación por fe y la promesa del Espíritu, promesa que el Señor Jesucristo confirma a la iglesia antes de partir, diciéndoles:
Hechos de los Apóstoles 1:4 al 5 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
Luego la escritura nos narra lo que pasó el día de Pentecostés:
Hechos de los Apóstoles 2:1 al 4 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Las señales usadas por Dios en este evento muestran en primer lugar que el Espíritu Santo llegó como un viento recio, pero no menciona que el Espíritu se fue de la misma manera, dando a entender que llegó para inundar la iglesia, y permanecer con ella de acuerdo a lo prometido. Las lenguas de fuego representan la presencia de Dios, y el hablar en otras lenguas de tal manera que todos los presentes oían en su propio idioma, puede entenderse como un evento opuesto a la confusión de las lenguas, dando a entender que el mensaje del Evangelio es un mensaje universal para salvación a todo hombre. Cuando este evento ocurrió los discípulos entendieron que se trataba de la promesa del Espíritu. El apóstol Pedro aprovechando la ocasión menciona la profecía de Joel del derramamiento del Espíritu, mencionando todo lo que proféticamente va a suceder hasta al fin de los tiempos, y concluye diciendo que eso que ellos están viendo, es el cumplimiento de la promesa del Espíritu.
Hechos de los Apóstoles 2:33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
El Señor Jesucristo después de su muerte y resurrección, habiendo sido exaltado por la diestra de Dios, ha derramado en la iglesia el Espíritu Santo de la promesa. De allí en adelante cada persona que acepta a Jesucristo como su Señor y su Salvador, al recibir la justificación por fe, Dios opera el Nuevo Nacimiento, y esto lo involucra en la iglesia, que esta “sumergida” en el Espíritu Santo.
VII. ¿COMO ES NUESTRO CAMINAR DESPUÉS DE HABER RECIBIDO A JESUCRISTO Y ESTAR INVOLUCRADOS EN EL NUEVO PACTO? Aquí nuevamente podemos continuar haciendo un paralelo entre lo ocurrido a Abraham y lo que ocurre en el nuevo creyente. Ya hemos dicho que cuando Abraham recibió la justificación por fe al creer en la promesa de un hijo, es similar a cuando alguien deposita su fe en Jesucristo como Señor y Salvador, recibiendo también la justificación por fe y el nuevo nacimiento. ¿Qué pasó con la vida de Abraham después de que fue justificado? Pues pasan los años y cuando ven que el hijo prometido no llega, la mujer de Abraham le dice:
Génesis 16:2 al 4 Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. 3Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido. 4Y él se llegó a Agar, la cual concibió….
Efectivamente ese hijo llega, y aunque Abrahán pudo haber pensado que era el prometido; es difícil saberlo pues cuando nos obstinados por algún asunto es difícil reconocer que estamos andando en la carne y no en el espíritu, pero la escritura nos cuenta que fue un error producto de no creer y no haber esperado con paciencia la promesa de Dios. Pasa el tiempo y luego Abraham vuelve y comete con Abimelec el mismo error que cometió con faraón, al decir que su mujer era su hermana. Y Dios nuevamente actúa para proteger a Abraham y el cumplimiento de la promesa:
Génesis 20:3 al 4 Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido. 4Mas Abimelec no se había llegado a ella…
Y nuevamente a pesar de haber vuelto a fallar, Dios ayuda y bendice a Abraham:
Génesis 20:14 al 16 Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer. 15Y dijo Abimelec: He aquí mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca. 16Y a Sara dijo: He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es como un velo para los ojos de todos los que están contigo, y para con todos; así fue vindicada.
Pero ya hay algo diferente:
Génesis 20:17 al 18 Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su mujer, y a sus siervas, y tuvieron hijos. 18Porque Jehová había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimelec, a causa de Sara mujer de Abraham.
El hombre que todavía dudaba de que Dios pudiese darle un hijo, al menos ha tenido un crecimiento en su fe, suficiente para orar para que Dios le dé hijos a Abimelec y funciona. Luego, a pesar de que la vida de Abraham pareciera no haber cambiado mucho, Dios cumple la promesa a Abraham:
Génesis 21:1 al 2, 5 Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado. 2Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho…. 5Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo.
Igual sucede con la vida del creyente bajo el Nuevo Pacto. Es decir después de recibir la justificación por fe, de haber nacido de nuevo, no quiere esto decir que el cristiano no vuelve a pecar, sino más bien que entra en un proceso donde Dios poco a poco, lo hace consiente de las promesas que le ha dado, y lo coloca en situaciones para que su fe vaya creciendo, Y en la medida en que entiende y cree en el Señor, su propósito y las promesas para cumplirlo, su vida va siendo transformada como consecuencia de esa fe.
A. LA LUCHA DE LA CARNE Y EL ESPÍRITU
Esta lucha y esta trasformación tienen relación con las cosas que hemos hecho en la carne, como lo podemos ver en la vida de Abraham. Después de que nace Isaac todo parece muy bien pero:
Génesis 21:9 al 12 Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac.10Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo. 11Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. 12Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia
Dios le ordena que cumpla a la petición de su esposa, y echar a Ismael y a su madre era echarlos prácticamente a la muerte, de hecho fue Dios quién milagrosamente les salvó la vida. Y respecto de Isaac Dios le repite que llegara la descendencia. La lección espiritual es; que lo que hicimos en la carne con nuestro poder, sabiduría y nuestros recursos se constituye en la base para confiar en nosotros mismos, pero la confianza en nosotros mismos es precisamente lo que estorba la obra que Dios quiere hacer en nuestra vida, porque la confianza en nosotros y en el mundo es lo que nos impide confiar en Dios. El apóstol Pablo aplica este evento a nuestra vida de la siguiente forma:
Gálatas 4:28 al 29 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. 29Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
Las cosas que hemos hecho antes de ser cristianos son como un enemigo en potencia pues cuando no andamos en el Espíritu es fácil volver a cosas que sabemos hacer y caer en ellas… Qué fue lo que hizo Abram cuando nuevamente se enfrentó a que su mujer era hermosa y volvío y mintió. Sin embargo echar a la egipcia y a su hijo Ismael sólo solucionó por un tiempo el problema entre Isaac e Ismael. La escritura nos cuenta que Abraham estaba muy preocupado por el futuro de ellos, pero Dios le había prometido a Agar:
Génesis 16:10 al 12 Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. 11Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. 12Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará.
Abraham considero importante que el producto de su pecado siguiera existiendo… Pero: ¿Qué fue en realidad lo que consiguió Abraham al tratar en la carne de ayudar al cumplimiento de la promesa de Dios? La descendencia de Ismael sería incontable, y serían hombres fieros que pelearían contra todos especialmente contra la descendencia de Isaac, su hermano. Y esa es la realidad que hemos visto a través de la historia, y en los últimos tiempos la pelea es más encarnizada. Si Abrahán hubiese sabido el conflicto que vivirían los descendientes de Isaac y los de Ismael (judíos y árabes o palestinos) asesinándose de generación en generación por siempre, y que esa enemistad no tendría solución, con toda seguridad este hombre hubiera esperado que Dios le proveyera lo prometido en el tiempo de Dios. Igual pasa con nosotros; toda esa fuerza y confianza en nosotros mismos que obtuvimos antes de conocer al Señor, se constituye en un estorbo para confiar verdaderamente en Dios, y debemos con la ayuda de Dios aprender a echar fuera toda aquella confianza en nosotros y en lo que él mundo enseña. Pero no sólo lo que hicimos antes de conocer a Dios se constituye en un estorbo, en el caso de Abraham vemos que después de haber sido justificado, al actuar en la carne lo que logró fue conseguirse un enemigo espiritual. De la misma forma puede suceder en nosotros cuando ya siendo cristianos actuamos en la carne, por eso la escritura nos ordena:
Gálatas 5:16 al 17 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
B. LA ENTREGA TOTAL
Bueno, teniendo ya todo esto pensaríamos que el asunto estaba concluido, y que de allí en adelante se esperaría que en un comportamiento normal, Isaac se casara y comenzara a crecer la descendencia de Abraham. Pues no, hay algo más importante y mucho más valioso, y Dios quiere llevarnos a vivir en esa dimensión de verdadera prosperidad. Y esa bendición de la que estoy hablando la podemos entender al ver lo que Dios le pidió a Abraham, cuando él pensó que ya todo estaba solucionado. Dice la escritura:
Génesis 22:1 al 2 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
Por supuesto lo primero que podíamos pensar a leer semejante petición es que Dios se enloqueció. ¿Por qué? Porque después de estudiar todo lo que Dios tuvo que hacer, para que Abraham aprendiera a confiar en que Dios le daría un hijo y una descendencia para habitar en la tierra, ahora resulta que Dios le pide sacrificar a su hijo Isaac.
En la petición vemos que Dios le dice “tu único, Isaac, a quien amas” ya gracias a Dios Ismael no cuenta, porque el mismo Abraham lo despachó, pero, ahora Dios le pedía hacer lo mismo con Isaac. Es fácil entender porque Dios le dijo a Abraham que echará a Ismael, pero; si Isaac había sido obtenido por la confianza en la promesa; ¿Por qué debía deshacerse de él? Y la respuesta es: Que no hay nada, absolutamente nada que sea más importante que Dios. Eso quiere decir que si por haber creído, caminado y confiando en Dios, Dios te dio una linda familia, o una buena empresa, o una buena salud, o un lindo ministerio, ninguna de estas cosas es más valiosa que Dios, por lo tanto si Dios nos pide deshacernos de cualquier cosa, o sí Dios toma la decisión de quitarnos cualquier cosa, debemos estar dispuestos a aceptarlo, pero no como un castigo o una disciplina, sino como lo mejor que puede ocurrir en nuestra vida, para disfrutar cada vez más de Dios a través de las promesas del Nuevo Pacto. ¿Qué hizo Abraham?
Génesis 22:3 al 5 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. 4Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. 5Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.
La pregunta es: ¿Cuánto confiaba Abraham en Dios y en el cumplimiento de las promesas que le había hecho, que estuvo dispuesto a obedecer? Ahora si usted mira la última frase de este texto, notará que Abraham está diciendo; “y volveremos a vosotros”, la pregunta es: ¿Cómo iba a volver con su hijo si lo iba a sacrificar? Acaso: ¿Abraham estaba mintiendo para no aparecer como malo ante sus siervos y para que Isaac no saliera corriendo? No. Abraham lejos de estar mintiendo lo que está haciendo es confiar en la promesa de Dios de un hijo, una descendencia y una tierra. Y es tal su confianza en Dios, que no importa lo que Dios le pida hacer, él confía en que Dios cumplirá su promesa. La escritura dice:
Hebreos 11:17 al 19 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, 18habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; 19pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.
¿Qué nos cuenta la escritura? Que Abraham pensó, yo hago lo que Dios dice, pero Dios para cumplirme su promesa lo resucita, porque Dios no dejara de cumplir sus promesas. La lección supremamente importante en este asunto es; Que la obra de Dios debe ser hecha tal como Dios dice, no importa que no parezca práctico, no importa que parezca no funcionar, no importa cuánto tiempo se demore, la obra de Dios sólo puede ser hecha tal como Dios desea que sea hecha.
El apóstol Pablo hablando de su trabajo en el ministerio dice: 2 Corintios 2:14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. El apóstol habla de triunfo continuo, pero no al estilo del mundo, sino al estilo de Dios, lo cual quiere decir que está haciendo la voluntad de Dios, (ese es el verdadero triunfo) y el resultado es que a través de él se está manifestando el conocimiento de Dios. Cuando verdaderamente se manifiesta la presencia y el conocimiento de Dios hay dos tipos de reacción:
2 Corintios 2:15 al 16 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 16a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? Cuando dice que para esto quien es suficiente, está reconociendo que solo Dios puede hacer la obra, y en eso debe descansar.
Pero hay quienes no contentos con los resultados…
2 Corintios 2:17 Nosotros no andamos negociando con el mensaje de Dios, como hacen muchos; al contrario, hablamos con sinceridad delante de Dios, como enviados suyos que somos y por nuestra unión con Cristo.
Negociar el mensaje de Dios es igual a dar un mensaje que sea agradable a la carne, para que los hombres se acerquen a la iglesia, eso es lo que muchos están haciendo para “hacer crecer la obra de Dios” porque cuando se habla del evangelio tal como Jesús nos lo enseño, los resultados son muy diferentes. Por supuesto cuando esto se hace la obra de Dios no crece, las iglesias pueden llenarse de gente pero lejos de ser un avivamiento es un amontonamiento de personas que tratan de usar a Dios en lugar de buscar servirlo. Dios no desea eso, el quiere que prediquemos el verdadero evangelio, pero para esto es necesario que el Señor sea la prioridad por encima de cualquier cosa, aun de la vida misma. Eso es entrega total. ¿Y cuál fue el resultado de esta entrega total a Dios en la vida de Abraham? Pues después de esta entrega fue como ya vimos, que Dios juró por sí mismo que cumpliría la promesa de bendición Abraham, pero más importante que esto, es lo que Jesús menciona a los judíos que no creían en él:
Juan 8:56 al 58 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. 57Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? 58Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
A qué se refería el Señor Jesús: pues otras escrituras del pueblo judío cuando hablan del sacrificio de Isaac mencionan que Isaac tenía 33 años cuando fue llevado por su Padre al monte para ser sacrificado. También ellas relatan que Isaac cargo la leña, y estuvo dispuesto a entregar su vida por obedecer a su padre, que quería obedecer a Dios. Lo mismo nos cuenta la escritura acerca de Jesús:
Juan 10:17 al 18 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar.
Jesús entrega su vida en la cruz y al tercer día resucita, y la resurrección es un paralelo con la vida de Isaac por eso la escritura dice:
Hebreos 11:19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.
¿De qué se gozó Abraham? Abraham entendió la disposición del Hijo a ser sacrificado, para recibir un castigo de magnitud incomprensible por nosotros (por nada) Abraham entendió la inmensidad del amor de Dios.
Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Pero no solo el amor del hijo, también el amor del Padre.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Y ESO MISMO ES LO QUE CADA HIJO DE DIOS ENTENDERÁ DE UNA MANERA PROGRESIVA, EN LA MEDIDA EN QUE LE ENTREGUE SU VIDA A DIOS. Y el resultado será:
Efesios 3:17 al 19 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Continua….