ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL PECADO – PARTE 1
I. INTRODUCCIÓN
Cuando los hombres piensan en los problemas que tienen que enfrentar para vivir, la lista que ellos hacen menciona el sustento, la injusticia o la desigualdad, las enfermedades, las guerras, los conflictos matrimoniales o con los hijos, y el más grande de todos la muerte. Sin embargo como cristianos en la medida en que vamos conociendo a Dios, sus promesas y propósitos, esa lista va desapareciendo, de tal manera que aunque esas cosas hacen sufrir mucho a los hombres cuando entendemos lo que realmente es la vida que Dios diseñó para nosotros, esas cosas dejan de ser un problema, para convertirse en instrumentos o herramientas para una vida mucho mejor.
Esto mismo dicho de otra manera quiere decir que el verdadero problema no está en todas aquellas cosas que consideramos un obstáculo, sino en una visión completamente equivocada de lo que es la vida. La escritura confirma esto cuando dice:
Romanos 14:17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
La vida que Dios tiene para nosotros en su reino, y no se está refiriendo sólo al reino después de esta época sino al reino de Dios presente en nuestro tiempo, no depende de la comida, ni de la bebida, es decir no depende de las cosas materiales, sino que tiene íntima relación con la justicia qué es en realidad hacer la voluntad de Dios, lo cual trae una paz que sobrepasa todo entendimiento y un gozo que el mundo no nos puede quitar.
Por supuesto está correcta visión de lo que es la vida no es aceptada por los hombres, por la sencilla razón de qué al no creer en Dios, ni en el testimonio de su hijo Jesucristo, el hombre entonces insiste en seguir viendo la vida con la visión que el mundo le enseñó, y no como Dios dice.
Un texto que complementa el que acabamos de leer que dice que el reino de Dios es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo es el siguiente:
Lucas 12:15…Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
Pero esta verdad que también define lo que no es la vida, tampoco es aceptada por los hombres y por esto la gran mayoría de los hombres hacen lo que piensan que es lo normal y aún lo correcto, que es luchar por obtener o por darle a los que aman, más y más cosas materiales, por qué están convencidos que entre más cosas tengan, sus vidas serán más felices.
Esto está tan metido en el corazón de los hombres, que cuando a la gente y aún a los cristianos se les pregunta si la riquezas son indispensables para ser felices, la gran mayoría contesta que no, pero luego hacen chistes diciendo que las riquezas no dan felicidad pero como ayudan.
Y en muchos estas palabras no son un chiste, por qué aunque digan que las riquezas no da felicidad, de todos modos sus vidas están dedicadas a obtener cada vez más y más.
Y no hay duda que esa forma de vivir muestra que las riquezas son una parte muy importante en sus vidas… Ciertamente la escritura dice que el dinero sirve para todo, y por esta razón los hombres lo buscan como algo muy importante, porque creen tener en el las herramientas para enfrentar las dificultades de la vida.
Sin embargo la realidad es que el dinero no sirve para todo, pues a veces a pesar de las muchas riquezas que alguien pueda tener le suceden cosas que muestran la inutilidad de sus riquezas. Un evento como la muerte de un familiar o un hijo… Son cosas que el dinero jamás podrá arreglar…
Y aún la escritura muestra un aspecto muchísimo más importante que los hombres ignoran, frente al cual no hay riqueza que pueda solucionarlo. Dice así:
Salmo 49:6–9 Los que confían en sus bienes, y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan, 7Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate 8(Porque la redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás), 9para que viva en adelante para siempre, y nunca vea corrupción.
La Iglesia Católica en cierto tiempo me imagino que por sus necesidades económicas comenzó a vender la salvación… Por supuesto quienes creyeron que eso era posible y pagaron con tierras tesoros o mucho dinero, pueden tener la absoluta certeza de qué fueron todos estafados.
También es cierto que dentro de las riquezas que el hombre cree que necesita para ser feliz, están cosas como la salud, el buen hombre o la buena fama y la familia, pero también son cosas que de la noche a la mañana se pueden perder.
Recuerdo una familia que en determinado momento cayó en desgracia, fueron acusados de traficantes, y uno de ellos decía que su apellido que abría muchas puertas, ahora las cerraba todas.
Y cuando estas cosas suceden los hombres se sienten impotentes, y para no morir de tristeza comienzan a darse consuelo de la siguiente manera, y digo esto porque lo he visto aún en personas que dicen ser creyentes.
Cuando pierden el dinero, o el trabajo o los negocios van mal dicen; lo importante es la familia, y cuando pierden la familia dicen; lo importante es la salud; y cuando no tienen salud dicen; lo importante es estar vivos… Y cuando se mueren entienden que lo importante hubiera sido conocer a Dios, pero ya es tarde.
El Señor Jesús habló de la necedad de vivir la vida de esta manera a través de una parábola la cual dice:
Lucas 12:19–21 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. 20Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? 21Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
Hace tiempo vi un documental de la India de cómo cuando las grandes compañías pusieron sus call center para atender a las necesidades del mercado mundial, esto abrió a una gran cantidad de jóvenes la oportunidad de tener un ingreso muchísimo más alto del que habían soñado tener alguna vez.
Esto ocasionó un desajuste en el tradicional núcleo familiar, y la vida de mucha gente cambió radicalmente, pero la pregunta que nos podemos hacer es: ¿Estos jóvenes tuvieron una vida mejor?
Y entonces la gente responde: Claro! Como no va a ser mejor que una persona tenga oportunidad de una mejor salud, mejor vivienda, mejor indumentaria, mejor tecnología, etc.
La respuesta a esta pregunta es mucho más efectiva cuando la hacemos mostrando a gente que vive en condiciones infrahumanas, y entonces es mucho más evidente que el tener oportunidad de tener cosas mejores, va a mejorar la vida de estas personas.
Éste planteamiento parece ser muy correcto, y por supuesto Dios no está en contra de que las personas tengan cubiertas sus necesidades básicas, de hecho esa es una de las promesas que Dios hace para sus hijos.
Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Y según el contexto de este pasaje las cosas que serán añadidas son materiales. Pero también el Señor Jesús dijo algo respecto de la cantidad. Y fue lo siguiente:
1 Timoteo 6:8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
Que si tenemos comida, abrigo, un lugar donde descansar, eso es suficiente para estar contento. Pero esa no es la realidad de la mayoría de la gente, que como yo decía hace mucho tiempo, están tomando un caldo y no lo disfrutan por estar mirando el pollo que el vecino se está comiendo.
Y por esta razón los hombres insisten en tener más y más creyendo que eso va a traer más felicidad, y es tal la obsesión por estas cosas que muchos que buscan a Dios, son engañados con una facilidad enorme, cuando se les predica que Dios los quiere hacer ricos. Esas iglesias que predican esto crecen muchísimo gracias a la codicia de quienes predican y de quienes escuchan.
Pero lo cierto es que aunque Dios tiene el poder de mejorar todas esas cosas, y aunque Dios muchísimas veces lo hace, esa no es la clave para ser feliz. (Más de una vez he visto personas infelices que han sido prosperados económicamente y siguen siendo infelices)
La escritura dice que el dinero, las riquezas, son el otro señor que quiere esclavizarnos para mantenernos lejos del verdadero Señor, y por esta razón a veces Dios se ve obligado a soplar sobre nuestras riquezas de tal manera que no logramos alcanzar lo que deseamos, porque en nuestro empeño por lograrlo, terminamos descuidando lo importante que es nuestra relación con Dios y la salvación de nuestra alma.
Una clara evidencia de lo que estoy diciendo lo vemos en el libro de Hageo, donde se nos enseña que la escasez que vivía el pueblo era producto de qué Dios soplaba, porque ellos no estaban colocando la debida atención a Dios y su obra.
Por otro lado, si fuera cierto que tener la oportunidad de obtener cosas mejores, más riqueza, más tecnología, hace que la gente sea mas feliz, entonces también sería cierto que las generaciones anteriores cuando no había oportunidad de tener esas cosas… ¿Esos pobres eran infelices?
Repito: ¿Si esas cosas les dieron la felicidad, todos los que no han podido tener esas cosas, han sido infelices? ¿Es esa toda la verdad? Porque si eso es cierto: ¿Entonces quiere decir que cuando no existía la televisión, el internet, los computadores y celulares, toda la gente era infeliz?
Y sí esto fuera cierto entonces tendríamos que decir que la verdad es que Dios creó a la gente para ser infeliz, y que sólo 6.000 años después cuando la tecnología aumento, por fin gracias a los hombres, por primera vez los seres humanos tuvieron la posibilidad de ser felices.
Y si seguimos el mismo planteamiento, entonces también sería cierto que en este mundo de desigualdad social, solamente los ricos podrían ser felices, porque son los que tienen a su alcance las cosas costosas que ofrece el mundo… Y entonces tendríamos que decir que el 90% de la población del mundo está condenada irremediablemente a ser infeliz.
Pero como el dinero no es la única riqueza que valora el hombre, tendríamos que seguir mencionando que los feos y las feas están condenadas a ser infelices, y los bonitos y bonitas a ser felices, los altos felices y los bajitos infelices, las flacas pero no mucho felices, las gordas infelices, los que logran estudiar serán felices y los que no logran estudiar serán infelices, etc.
Pero esa no es la realidad que vemos en el mundo, porque la verdad es que hay de todo, es decir hay ricos y pobres felices e infelices; hay bonitos y feos felices e infelices… Pero hombres lejos de ver esto con objetividad, por absurdo que sea decir que absolutamente todos los ricos son felices y los pobres infelices, de todos modos en la práctica, la gente por la forma en que vive y por sus objetivos siguen demostrando que creen que la vida depende de las cosas que obtengan.
Y aunque en el mundo hay suficientes cosas para todos, como algunos no se contentan con su parte, han tomado la parte de los demás, y cuando alguien te quita lo que tú crees que necesitas para ser feliz, pues más infeliz te vuelves…
Ese es el mundo en que vivimos; entre mas tienen unos menos tienen otros. Y es tal la convicción de que esta abundancia da felicidad, que se matan los unos a los otros, y aún están matando el planeta que Dios nos dio como hogar.
Y a la pregunta: ¿Por qué los hombres insisten en vivir de esta manera absurda, que además trae tanta maldad en la tierra? Y la respuesta es porque los hombres no quieren reconocer que el único problema que tiene es el pecado.
Para mí el capítulo más triste de la escritura es aquel que narra el pecado del hombre. Allí se narra como el hombre desobedeció, pero aunque no se menciona para nada la palabra fe, de todos modos es evidente que el problema no es la desobediencia sino la falta de confianza en Dios.
Cuando digo que la desobediencia no es el problema, lo que quiero que entendamos es que la desobediencia es la consecuencia de no confiar en Dios. Porque cuando el hombre no confía en Dios, no confía en su amor, no confía en su sabiduría, no confía en que los planes que Dios tiene para él sean buenos, entonces el hombre desobedece como un mecanismo de protección contra ese Dios que no me quiere dejar vivir una buena vida.
Unos creen que Dios les prohíbe hacer lo que es bueno para ellos, lo que les da felicidad, otros creen que Dios no les da lo que ellos necesitan. Y la respuesta que ambos grupos dan es desobedecer a Dios como un mecanismo de protección, para poder vivir la vida que creen que los hará felices.
En conclusión aunque los hombres no sean conscientes, la verdad es que: “Los hombres se protegen de Dios viviendo la vida a su manera”. Es por esto que en cierta ocasión Dios dijo a su pueblo desobediente:
Jeremías 2:5 Así dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se hicieron vanos?
Por supuesto jamás ha habido maldad en Dios, pero el hombre cree que sí, por eso no confía en Dios y le desobedece.
Tuvieron que pasar 22 años de mi vida, una vida difícil, (cada uno cree que la vida de uno sido la más difícil), para que entendiera que el único problema que yo tenía en mi vida era yo, y que ese problema era solamente mi incredulidad acerca del amor de Dios, y de su capacidad para amarme, es decir; no creía que Dios quisiera o pudiera hacerme feliz.
Entonces así como había creído en muchas cosas que no me habían dado buenos resultados, tome la decisión de creerle a Dios… Porque tenía la esperanza que las cosas iban a mejorar.
Eso que entendí y decidí remediar a los 22 años, hay muchos que dejan pasar la vida y se mueren sin descubrirlo, porque aunque el pecado produce un enorme daño en la vida de las personas, como ya mencioné el problema no es realmente el pecado, sino la terrible obstinación o terquedad de no querer reconocerlo.
¿Por qué siendo el pecado tan grave digo que ese no es el problema? Porque el Señor Jesús tiene solución para el pecado.
Pero no es posible arreglar aquello que está dañado, si primero no se reconoce el daño, y eso es lo que el hombre no quiere hacer. Y no lo quiere hacer porque cree que intentando e insistiendo en el mismo camino en que ha vivido, cree que al final logrará ser feliz. Es decir otra vez la incredulidad tomando control de sus vidas para mantenerlos lejos de Dios.
Imaginemos tener una enfermedad mortal para la cual hay un único remedio, pero cuando nos lo ofrecen no creemos que sea la solución… ¿Cuál será el resultado de nuestra incredulidad?
Eso mismo le sucede al hombre con Dios, y es por eso que cuando muchos logran entender que su vida está mal, al no creer que Dios sea la solución rechazan el ofrecimiento… La escritura dice que la paga, o sea el salario o el resultado del pecado es la muerte… Y las evidencias de la muerte son preocupación, angustia, tristeza, desolación, aburrimiento, codicia, envidia y todas aquellas malas actitudes que nos hacen sufrir.
Ahora, si el único problema que tenemos es el pecado es muy importante que tengamos claro: ¿QUÉ ES EL PECADO?
El pecado es definido en la escritura de muchas formas, pero el meollo central, el punto importante es que la razón de todo pecado es solamente una: No confiar en Dios. Eso quiere decir que cualquier cosa, que cualquiera haga, que no se origine en su confianza en Dios, es pecado. El apóstol Pablo lo dijo así:
Romanos 14:23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.
Lo que no proviene de fe significa que lo que Dios no te ha dicho que hagas, o cualquier cosa que hagas con la duda de si Dios la quiere o no, es pecado.
Y para darles una idea de lo pecadores que somos, piense en cuantas cosas hacemos que Dios no nos ordenó hacer, o que no le preguntamos a Dios, o qué la verdad ni siquiera nos importa lo que Dios piense de lo que hacemos.
Es tan importante este asunto de la confianza en Dios, que ella, la fe, es la única que determina lo buena o lo mala que es una persona. El escritor del libro de Hebreos lo dice así:
Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Cuando no hay confianza en Dios es imposible agradarle, porque cuando no creemos que el existe y que premia a todo aquel que le busca, lo estamos ofendiendo pues ser incrédulo respecto de lo que él promete es pensar que él es injusto, malo o perverso.
Entonces; si pecado es hacer cualquier cosa sin la dirección y la confianza en Dios, pecado también es toda actuación en la que creamos que nuestro éxito depende del poder de la carne. Pablo lo dijo así:
Romanos 8:8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Vivir según la carne no es sólo buscar agradar a la carne en todos aquellos deseos que no son buenos, sino que también es buscar agradar a Dios, haciendo la voluntad de Dios pero en la capacidad de la carne.
Algo así como: “Te voy a demostrar lo bueno que yo soy” o aun: Te voy a demostrar que no soy tan malo como fulano” Esa y cualquier otra actitud de la carne desagrada a Dios.
Es por eso que para ayudarnos a dejar de ser pecadores, Dios tiene que quitarnos el piso, y proveer circunstancias que nos lleven a reconocer nuestra incapacidad, de vivir una buena vida sin la dirección y protección de Dios.
Algunos después de tanto recibir golpes por andar por sus propios caminos manifiestan que no quieren recibir más palo, y que por eso ahora han decidido confiar y ser obedientes a Dios. Eso es correcto.
Y Dios en su misericordia nos recibe y nos acepta a pesar de ser pecadores, pero no hay duda que el deseo de Dios es que dejemos de ser pecadores.
Después de esta introducción quiero que revisemos algunas cosas que dice la escritura acerca del pecado. La primera:
¿SON TODOS LOS PECADOS IGUALES?
No, absolutamente no. Todos los pecados son diferentes. No sólo son diferentes porque las personas son diferentes y las circunstancias son diferentes, también los pecados que comete una sola persona son diferentes porque no es lo mismo pecar una vez, que hacerlo por segunda vez o por décima vez.
Cada pecado es diferente, y me atrevería a decir que no hay pecados iguales, porque no hay personas iguales, en idénticas circunstancias, a las cuales se les haya dado las mismas oportunidades.
Sin embargo hay muchos cristianos que creen que todos los pecados son iguales. Pero: ¿De dónde sale esta idea? Pues de mal interpretar algunos asuntos por ejemplo:
A. Todos los pecados son iguales en esencia; porque todos se originan en la desconfianza del hombre hacia Dios. El Señor Jesús dijo:
Juan 16:8 al 9 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9De pecado, por cuanto no creen en mí
No dice de pecados, sino de pecado porque la raíz es sólo una. Pero aunque todos sean iguales en esencia u origen, de todos modos no son iguales, porque la desconfianza de los hombres hacia Dios no es igual, y aunque encontráramos dos que desconfían de Dios de la misma manera, tendríamos que revisar si ambos han recibido las mismas oportunidades para creer, porque si no las han recibido entonces eso haría diferencia en la gravedad del pecado.
B. Todos los pecados son iguales cuando se busca la justificación. Cuando las personas creen que portándose obedientes a Dios puede obtener su justificación y como consecuencia la salvación, los pecados son iguales en el sentido en que cualquier pecado, sin importar lo grande o lo pequeño que sea, es suficiente para descalificar por completo al hombre y condenarlo.
La razón por la cual esto es cierto, es porque Dios sólo acepta justicia absoluta, lo cual quiere decir que un solo mal pensamiento ya no es justicia absoluta, por lo tanto la persona merece ir a los infiernos por un solo mal pensamiento. El apóstol Pablo nos explica:
Gálatas 3:10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
Siendo la condición permanecer en todas las cosas escritas en la ley, él solo intento de cumplir la ley para salvarse, deja bajo la maldición de Dios a quien lo intente, pues es imposible que alguien cumpla desde el nacimiento hasta la muerte, y de principio a fin toda la ley de Dios.
Entonces aunque todos los pecados sean diferentes, cuando se busca la salvación a través del buen comportamiento, todos los pecados son iguales en el sentido en que cualquiera descalifica por completo. En la carta del apóstol Santiago dice:
Santiago 2:10 al 11 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. 11Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.
El que transgrede la ley merece la condenación, no importa con cuál pecado lo haya hecho, da igual si es por adulterio, asesinato, mentira o por un mal pensamiento.
C. Todos los pecados son iguales porque todos produce en daño. Aunque todos los pecados son diferentes, todos producen daño en la persona que los comete. La escritura dice:
Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Pero aunque todos los pecados son iguales respecto de que todos producen daño, como todos los pecados son diferentes, el daño producido es diferente. No es lo mismo el daño a nuestra alma cuando mentimos que cuando matamos a alguien.
D. Todos los pecados son iguales respecto del trato que recibimos de Dios. Una de las promesas incluidas dentro del Nuevo Pacto dice:
Ezequiel 36:25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
Si vamos a ser limpiados de absolutamente todos los pecados, quiere decir que Dios siempre tomará acción contra el pecado que comentamos. Pero como todos los pecados son diferentes de muchas formas, al igual que las personas que los cometen, la respuesta de Dios ante nuestros pecados, aun ante pecados que parecen similares, puede ser muy diferente.
¿QUÉ HACE DIFERENTE UN PECADO DEL OTRO?
Aunque todos los pecados se originan en la falta de confianza en Dios, que es prácticamente lo mismo a decir que en el desconocimiento de Dios, debemos entender que todos los pecados son diferentes. Por ejemplo no es lo mismo ser un mentiroso que ser un violador. O ser desordenado que ser sicario, etc.
A. Según las consecuencias. Una de las cosas que hace diferente un pecado de otro son las consecuencias que ese pecado puede traer. Por ejemplo; alguien puede mentir diciendo que él preparó una comida que no preparó, y la consecuencia de ese pecado puede ser mínima.
Pero otro puede mentir en un juicio y gracias a su mentira llevar a un grupo de personas a la pena de muerte. Y entonces tendríamos que reconocer que hay mentiritas, mentiras y mentirotas… Aunque todas puedan tener el mismo origen todas son diferentes respecto de su magnitud. La escritura dice:
Juan 8:44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
B. Según lo recibido materialmente. Otra de las razones por las cuales un pecado es diferente de otro a los ojos de Dios, tiene que ver con lo que cada uno ha recibido. Y el principio es; que los que han recibido más, mas se espera de ellos.
Una persona ha sido rodeada de circunstancias muy difíciles para conseguir el sustento para su casa, mientras que otra ha recibido la provisión generosamente. Si ambos no proveen para las necesidades de su casa, es más grave el pecado en aquel que ha recibido más. Por eso también dice la escritura:
Santiago 5:1 al 3 ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. 2Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. 3Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros.
La responsabilidad de ayudar a los hermanos en circunstancias difíciles es más grande para los ricos que para los pobres, por eso el juicio para los ricos que no lo hacen, será más fuerte que el de los pobres. Y también el Señor Jesús dijo:
Marcos 12:41 al 44 Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. 42Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. 43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; 44porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.
Algunos no entendiendo esto me han dicho; es que mi diezmo es tan pequeño que por eso o no lo doy o cuando lo doy no uso el sobre o pongo nombre… Pero quienes piensan de esta manera están ignorando que Dios juzga de acuerdo a lo que cada uno ha recibido.
C. Según lo recibido espiritualmente. Pero los pecados no sólo son diferentes porque todos hemos recibido cosas diferentes respecto de lo material, los pecados son diferentes porque todos hemos recibido diferente respecto de lo espiritual. El Señor Jesús lo expresó así:
Lucas 12:47 al 48 Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.
D. Según el fruto. Los pecados también son diferentes según el fruto que se espera de cada uno de nosotros. Jesús dijo:
Juan 15:1 al 4 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.4Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
No tener discípulos o no tener grupo de oración, o no hablar de Cristo, no es el mismo pecado en todos, pues aquellos que han recibido más, su pecado es más grande.
E. Para los que se aprovechan de los demás… Esta misma clasificación que Dios hace de la gravedad del pecado según lo que cada uno haya recibido, es algo que trasciende a la eternidad, pues Jesús también dijo:
Mateo 23:14 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.
El evangelio nos fue dado para a través de él proveer salvación, pero estos lo usan para estafar a la gente y hacerse ricos, por esa razón Jesús les dice; Ay, que es una expresión de, pobrecitos ustedes van a recibir mayor condenación. Y mayor condenación quiere decir que en el infierno sufrirán más que otros, porque su pecado ha sido más grave que el de otros.
F. Para los que predican… Cuando lo hacen mal, cuando enseñan lo que no es correcto, cuando tuercen la doctrina el castigo es mayor porque el pecado es más grave. Es por eso que la escritura nos advierte:
Santiago 3:1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
En otra versión este mismo texto dice que los que enseñan la palabra de Dios serán juzgados con mucho más severidad…. Por lo importante del mensaje, por el daño tan grande que puede producir dar un mensaje que no es correcto. El apóstol Pablo entendiendo el sentir del Señor escribió lo siguiente respecto de aquellos que estaban torciendo el mensaje del evangelio:
Gálatas 1:7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
Y más adelante:
Gálatas 5:12 Pero esos que los andan perturbando a ustedes, ¡ojalá se castraran a sí mismos de una vez!
¿Y por qué habla de castrarse? Porque ignorando la importancia del Nuevo Pacto algunos insisten en ritos del viejo pacto como la circunsición…
G. Para los que escuchan. También para los que escuchan los pecados son diferentes porque aquellos que han tenido oportunidad de escuchar el mensaje con mas claridad, para ellos el juicio será más severo que para aquellos que no tuvieron la oportunidad de escuchar un mensaje claro. Jesús lo dijo así:
Marcos 4:24 al 25 Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís. 25Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
Este pasaje también nos habla de que debemos ser conscientes de lo que hemos recibido, pues esa inconciencia puede hacer que Dios nos quite lo que ya nos ha dado. Es similar a cuando recibimos enseñanzas que no aplicamos, y al pasar el tiempo lo que encontramos es un corazón duro respecto de esas enseñanzas.
DIFERENTES GRADOS DE SALVACIÓN Y DE CONDENACIÓN
Esto por simple lógica nos lleva a entender que cuando una persona se condena, el castigo que recibirá será diferente de varias formas con el castigo que otra persona que se condena recibe. Jesús también dijo:
Lucas 10:13 al 15 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! que si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que sentadas en cilicio y ceniza, se habrían arrepentido. 14Por tanto, en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón, que para vosotras. 15Y tú, Capernaum, que hasta los cielos eres levantada, hasta el Hades serás abatida. 16El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.
Este pasaje enseña con claridad que el juicio será más tolerable para aquellas ciudades que no tuvieron la oportunidad de tener a Jesús predicándoles.
Pero como quien nos desecha a nosotros también desecha Jesús, quiere decir que entre más claro le hayamos hablado a una persona, si esta persona no acepta el regalo de la salvación, su condenación será más fuerte que aquel que no haya tenido la misma oportunidad.
Este mismo principio de diferente grado de condenación, se aplica también a la salvación. Hay mejor salvación para aquel que haya vivido más tiempo haciendo la voluntad de Dios, pero este asunto también será medido de acuerdo a lo que cada uno ha recibido y ha hecho.
No es lo mismo haber nacido en un hogar creyente que haber nacido en un hogar incrédulo y no aceptar el regalo de la salvación.
Pero no es sólo cuánto hemos recibido, sino cuánto hemos hecho, y la escritura nos habla de que seremos premiados con coronas y galardones dependiendo de: El dominio del viejo hombre, la tentación soportada, el sufrimiento soportado por la obra, almas ganadas para el Señor, almas cuidadas y el anhelo de su venida.
PECADO MORTAL Y PECADO VENIAL… Quedan bastantes consideraciones acerca del pecado, seguiremos en la próxima ocasión, pero quiero terminar leyendo la siguiente promesa qué habla de Jesús y dice:
Hechos de los Apóstoles 10:43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.
Lo cual quiere decir que todos nosotros los que hemos creído en Jesucristo, que hemos nacido de nuevo, que estamos involucrados en el Nuevo Pacto, hemos recibido un absoluto y completo perdón de todos nuestros pecados, pasados, presentes y futuros, lo cual nos da la oportunidad de relacionarnos con Dios, de ser tratados por él, y ser preparados para vivir con él por la eternidad.