EL NUEVO PACTO
III. ABRAHAM Y EL NUEVO PACTO
Eso quiere decir que después de dar Dios al hombre la promesa de salvación, para poder cumplirla era necesario que Dios escogiera un pueblo, (la mujer que habla el apocalipsis) de la cual vendría la mujer (la virgen María) de la cual vendría el Salvador, el Señor Jesucristo. Y sabemos por las escrituras que la elección de esta primera mujer, el pueblo de Israel, comienza con Abraham. Ciertamente conocemos personajes más antiguos que Abraham, y podemos decir que toda la humanidad incluido el pueblo de Israel, son descendencia de estos hombres, por ejemplo todos, absolutamente todos descendemos de Noé, (aún de Adán) sin embargo, en las escrituras, en el evangelio de Mateo el Espíritu Santo al comunicarnos la genealogía de Jesucristo, el personaje más antiguo nombrado allí es Abraham.
Mateo 1:1 -2 Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. 2Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos….
También por las escrituras sabemos que el pueblo de Israel remonta su origen sólo hasta Abraham, a quien consideran como su padre, y como el primero del pueblo con el cual Dios se relacionó, como nos lo confirma el discurso de Esteban ante los sacerdotes cuando dice:
Hechos de los Apóstoles 7:2 Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia…., Y partiendo de allí Esteban hace un condensado resumen de la historia del pueblo de Israel mencionando que Moisés profetizó acerca de la venida de Jesús…
Hechos de los Apóstoles 7:37 Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis.
Esta profecía se refiere al Señor Jesús, y fue dada después de la experiencia en el monte, donde el pueblo de manera osada quiso hablar directamente con Dios, y cuando Dios comenzó a aparecer salieron aterrorizados y le pidieron a Moisés que por favor siguiera siendo el intermediario entre Dios y ellos, y entonces Moisés profetiza acerca de la venida del Señor Jesús a quien todos deberían oír. Y la promesa de la venida de Jesús es en realidad la promesa (del Nuevo Pacto) que encontramos en el génesis de una simiente que dará victoria sobre Satanás, y esto lo hace Jesús a través del sacrificio en la cruz que es parte del Nuevo Pacto. Pero Esteban en este discurso también menciona algo acerca de la actitud de esta mujer que me parece importante que consideremos:
Hechos de los Apóstoles 7:51 al 55 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. 52¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; 53vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis. 54Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él.
El pueblo de Israel siempre persiguió y mato a los profetas que hablaban del Nuevo Pacto, es decir de la venida de Jesús, y cuando Jesús llegó, lo crucificaron. Es como si el pueblo de Israel no rechazara la ley, pero sí una relación con el dador de la ley, tal vez porque es más fácil tener una mala relación con la ley (de incredulidad) aparentando estar bien, mientras que es imposible aparentar una buena relación con Dios, y por eso cuando llegó Jesús, Dios hecho hombre, lo crucificaron. De manera similar muchos creyentes quieren tener relación con las promesas de la ley que les permiten cumplir sus objetivos personales, pero no quieren tener una relación basada sólo en el Nuevo Pacto con su creador, por eso su cristianismo es una mezcla de ambos pactos lo cual resulta en un cristianismo tibio. (Yo hago la diferencia en estos estudios entre creyente y nacido de nuevo) Cuando veo esta historia hay dos cosas muy fuertes y completamente opuestas: La primera no en importancia, que quiero mencionar, es la increíble maldad del hombre que insiste en rechazar a Dios y su ofrecimiento de salvación. (El Nuevo Pacto) Y lo que parece inaudito es que esta maldad producto de la incredulidad, se hace evidente aun en el pueblo escogido por Dios para traer al Salvador. (Los judíos rechazaron a Jesús) Y si nos preguntamos: ¿Por qué a pesar de la oposición del pueblo elegido, el plan de salvación triunfó? En primer lugar porque Dios es soberano y absolutamente nadie puede oponerse a lo que Dios ha planeado. Y en segundo lugar porque aunque la gran mayoría no confía en Dios, de todos modos Dios se ha procurado a través de todos los tiempos hombres a los que enseña a creer en él, los forma y terminan siendo fieles instrumentos que se dejan usar por Él en su plan de salvación. La escritura dice:
Romanos 9:27 al 28 También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo; 28porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud.
Esta misma realidad se ve en la iglesia en el día de hoy, pues la iglesia encargada de promover el plan de salvación, es la que en su gran mayoría está siendo usada por Satanás para que la gente no se salve. Me refiero a esa iglesia que no cree en el Nuevo Pacto aunque digan que creen en él, me refiero a una iglesia altiva que cree que va a conquistar y cambiar el mundo, cuando lo que está anunciado es su destrucción para luego ser renovado, me refiero a una iglesia que ama al mundo por eso sus doctrinas enseñan cómo conquistarlo, me refiero a una iglesia que le tiene miedo a los faltantes y por eso no le importa pecar de muchas formas, aún torciendo la doctrina para conseguir más, y a una iglesia que con esa mala doctrina justifica todo lo que está haciendo mal. En el mensaje del libro de apocalipsis a las iglesias: ¿Cuántas están bien?… Y el mensaje a la última iglesia es:
Apocalipsis 3:15 al 18 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 18Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
Pero al igual que en el pueblo de Israel, Dios siempre ha encontrado a los pocos, muy pocos que de verdad le creen, y predican una sana doctrina ajustada a lo que predicaron el Señor Jesús y sus apóstoles. Y la segunda cosa que me impresiona al ver la oposición del mundo hacia su propia salvación, es la increíble misericordia de Dios, expresada en insistir e insistir para dar oportunidad de salvación al hombre.
Salmos 103:8 al 11 Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia. 9No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo. 10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. 11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
Esta misma misericordia expresada en otras palabras dice:
Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
A. EL PADRE DE LA FE
A la pregunta: ¿Por qué Abraham es mencionado como el origen del pueblo de Israel? Es decir; ¿por qué no mencionar a Jacob, con sus doce hijos que dieron origen a las doce tribus, o a otros personajes que también fueron muy importantes? No podemos decir que es porque a Abraham fue el primero que se relaciono con Dios, porque otros hombres antes de él también se relacionaron con Dios. Pero aunque otros hombres se relacionaron con Dios, Dios ha querido que Abraham sea mencionado como el primero, porque es él, con quien Dios “pacto”, haciéndole la promesa de salvación, que es en realidad la promesa de salvación del Nuevo Pacto. Sé que esto puede sonar raro para algunos que creen que el Nuevo Pacto sólo se menciona con los profetas como jeremías o Ezequiel, pero la realidad mirando las escrituras, el Nuevo Pacto comienza con una declaración hecha a Satanás, donde se habla de que la simiente de una mujer, simiente que sabemos que es Cristo, dará un golpe mortal a Satanás. Pero volviendo con Abraham, es con él con quien esta declaración de la salvación que vendra, se convierte en un pacto hecho entre Dios y Abrahán. Sin embargo es necesario anotar, y esto me parece muy hermoso pues es muestra de la misericordia de parte de Dios, que no fue que Abraham oyó la voz de Dios y le creyó de inmediato y Dios hizo un pacto con él. No. Al revisar la historia de Abraham podemos notar que él fue llamado, pero inicialmente no hizo caso al llamado, sino que fue su padre quien lo llevó en la dirección en que Dios lo había llamado.
Génesis 11:31 al 32 Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí. 32Y fueron los días de Taré doscientos cinco años; y murió Taré en Harán.
No menciona que fue Abran quien salió y lo acompañaron los demás, fue iniciativa de su padre. Y cuando su Padre se quedó a vivir en Harán, también Abraham se quedó allí hasta que su padre murió.
Luego de esto la escritura nos recuerda la promesa hecha a Abraham:
Génesis 12:1 al 3 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
El “pero” se refiere a que Abraham no estaba cumpliendo, no va hacia la tierra prometida y tampoco ha dejado a su parentela. Sin embargo gracias a la muerte de su padre toma rumbo hacia la tierra prometida. Pero quiero que miremos que lo básico de la promesa incluye una descendencia, (una gran nación, que es la mujer que nombra el libro de apocalipsis y que Dios se procura, de la cual vendría el Salvador) y que a través de esta descendencia serian benditas todas las familias de la tierra. (Allí estamos incluidos nosotros) El cumplimiento de esta promesa la vemos en el Señor Jesús el cual dijo:
Marcos 14:22 al 24 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. 23Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. 24Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.
El Señor Jesús derrama su sangre, entre otras cosas como requisito para confirmar el cumplimiento del Nuevo Pacto, con el cual se da oportunidad de salvación para todos, entre todas las naciones de la tierra. Sin embargo aunque Dios había dado su promesa a Abraham, tuvo que repetirla en varias ocasiones, la siguiente vez que lo hizo fue cuando por fin Abraham llegó a la tierra prometida, aunque seguía en compañía de Lot.
Génesis 12:7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. O sea que Dios insiste en que le dará una descendencia, que será la que poseerá esa tierra. Eso quiere decir Abraham debía programarse para morar en esa tierra; pero pasa el tiempo y…
Génesis 12:10 Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. Cuando hubo escasez Abraham abandona la tierra para ir “a morar a Egipto” lo cual muestra nuevamente que no está creyendo en la promesa de la tierra y la descendencia…
Es decir si Dios me promete una tierra y una descendencia que va a habitar esa tierra: ¿Será que Dios incluirá el sustento para poder vivir en aquella tierra? Sin embargo Abran no creyó en el sustento y por eso salió corriendo a Egipto. Y si comparamos la promesa a Abrahán con la siguiente:
Lucas 12.29–31 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. 30Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. 31Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.
La pregunta es: ¿Cuántas veces los cristianos cuando tienen problemas respecto de su sustento en lugar de confiar en la promesa de Dios, salen corriendo a “Egipto” es decir comienzan a cometer aquellos pecados que antes cometían para obtener su sustento? Cuando Abraham va a Egipto miente respecto de su mujer, (adopta comportamiento mundano para conseguir la provisión) a faraón le gusta la mujer de Abran y lo favorece por causa de ella, dándole ovejas, vacas, asnos, siervos y siervas, asnas y camellos etc. Pero Dios interviene hiriendo a faraón y a su familia con grandes plagas y el resultado es que el creyente es regañado por el incrédulo y obligado volver a la tierra prometida:
Génesis 12:19 al 20 Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete. 20Entonces Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía. Y en todo esto Lot con él, (es decir sigue desconfiando en lo bueno de la voluntad de Dios y en lo poderoso de su respaldo qué que nos da el poder para obedecer) pero para llevarlo a obedecer, Dios provee una situación de conflicto económico entre ellos, de tal manera que para evitar problemas al fin Abram se separa de Lot.
Y cuando lo hace, Dios insiste con su promesa:
Génesis 13:14 al 15 Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Dios vuelve y le dice a Abraham que le dará una descendencia, y que esa tierra será para que habiten para siempre.
Luego hay un evento donde Lot es secuestrado y Abram se va rescatarlo. Luego del rescate tiene un encuentro con Melquisedec quien lo bendice, Abram diezma, rechaza una oferta del rey de Sodoma, y dice la escritura:
Génesis 15:1 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Sin embargo cuando Dios le dice que él será su protector y que además recibirá un gran galardón…
Génesis 15:2 al 3 Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? 3Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.
Lo que Abraham manifiesta es que no cree en la promesa de Dios de darle un descendiente, lo cual parece hacer que Abraham no le dé importancia a la promesa de protección, ni a la de la entrega de la tierra para siempre. Es decir a Abraham insiste en no creer, aunque la escritura registra que Dios ya se le había presentado al menos tres veces a decirle, que le daría descendencia. Si Dios se nos presentara tres veces a prometernos lo mismo: ¿Lo creeríamos?… Y entonces Dios tal vez por cuarta vez (según lo registrado) le dice a Abraham:
Génesis 15:4 al 6 Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
Esta es la primera vez que habiendo recibido (nuevamente) la promesa de Dios de un heredero, la escritura registra que Abraham le creyó a Dios. Es decir aunque el llamado de Dios y las promesas para este hombre fueron hechas tiempo atrás, vemos que Abraham obedece a medias, pero las escrituras no registran que su obediencia sea por causa de su fe en Dios, sino porque las circunstancias. Lo que las escrituras nos muestran es que Dios usando su soberanía lo fue presionando y el terminó viendo que lo mejor era hacerle caso a Dios, pero cuando esta vez Dios le insiste con el ofrecimiento de un heredero, si nos dice la escritura por primera vez, que Abraham le creyó a Dios la promesa de un descendiente, y aclara que por haber creído, esa fe le fue contada por JUSTICIA. Si revisamos en las escrituras la vida de Abraham desde este momento hacia atrás, no vemos que el asunto de la justificación fuera una preocupación de Abraham, a él realmente le preocupaba su descendencia y por supuesto la tierra donde su descendencia habitaría, sin embargo cuando creyó en la promesa de la simiente, Dios le hace el regalo de la justificación que es algo que nadie jamás podría conseguir por sus propios medios. El apóstol Pablo nos confirma este hecho aclarando que la justificación no viene por las obras sino por la fe:
Romanos 4:3 al 5 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. 4Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; 5mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia
La explicación que el apóstol da, es que Abraham creyó en aquel que justifica al impío, y por haber creído fue justificado delante de Dios, y ser justificado en realidad quiere decir que en ese momento Abraham recibió el perdón y la salvación, sólo por haber creído en lo que Dios le había prometido.
B. EL PACTO CON ABRAHAM
Después de recibir la justificación por fe Abraham le pregunta al Señor:
Génesis 15:8 al 9 Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar? 9Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino….
Notemos que aunque no hay absolutamente nada más valioso para el ser humano que ser perdonado por Dios lo cual asegura su salvación eterna… La noticia de haber sido perdonado por Dios no parece un asunto importante, tanto que en lugar de insistir en si ha sido perdonado, él lo que quiere saber es si realmente le va a dar un hijo. A la mayoría de los cristianos les pasa lo mismo, lo primero que reciben de parte Dios es la salvación, y es lo que menos les interesa pues están obsesionados con las cosas de esta tierra, al igual que lo estaba Abraham Ante la pregunta de Abraham, para asegurar su cumplimiento, Dios le da instrucciones para hacer un pacto entre ellos dos, y cuando está todo preparado Abraham se duerme, el Señor le anuncia parte del destino de su descendencia y dice la escritura:
Génesis 15:17 Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.
Cuando se celebraba un pacto, las personas que pactaban pasaban cada una en medio de los animales partidos, comprometiéndose a cumplir el pacto bajo la condición de que si no cumplían, debían morir como esos animales en medio de los cuales habían pasado. Sin embargo en este pacto con Abraham, sólo Dios pasó en medio de los animales, dando a entender, que el cumplimiento del pacto dependía solamente de Dios y no de Abraham. Este punto es muy importante tenerlo claro, pues como veremos más adelante el Nuevo Pacto funciona de la misma manera, es decir después de haber creído en Jesucristo y habiendo recibido del el nuevo nacimiento, es Dios quien se hace responsable de que vivamos una auténtica vida cristiana. Podemos decir que ambos pactos se inician con la condición de creer (aunque también vemos que Dios trato, y trata la vida de los hombres para llevarlos a creer) pero después de recibir la justificación por la fe, el pacto se convierte en incondicional para Abraham y también para nosotros bajo el Nuevo Pacto.
En la carta a los Gálatas, el apóstol Pablo nos sigue mostrando la íntima relación que hay entre el pacto con Abraham y el Nuevo Pacto, y lo hace aclarando quién es en realidad la simiente que recibió las promesas: Gálatas 3:16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente.
No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. En este texto dice que las promesas fueron hechas a Abraham y a Jesucristo, y excluye de las promesas a la descendencia de Abraham, es decir al pueblo de Israel. Eso para muchos puede sonar como una locura decir que las promesas no fueron hechos para el pueblo de Israel, Y más grave les debe parecer cuando los cristianos tienen la tendencia de volverse como los israelitas llegando cumplir sus leyes… Sin embargo cuando miramos el contexto del pasaje a los Gálatas notamos que el apóstol Pablo está hablando de dos promesas en particular: La justificación por fe y de la promesa del Espíritu.
Por esto podemos decir que aunque hay una descendencia en la carne de Abraham que disfrutará de la tierra prometida, y luego del milenio y de muchas cosas más, y aunque ésta descendencia saldrá de los lomos de su hijo Isaac, hay que tener en cuenta que el hijo prometido (Isaac) representa a Cristo, y que la justificación por fe y la promesa del Espíritu son solo para la simiente de Cristo. Es decir para todos aquellos, judíos o gentiles que acepten a Jesús como su Señor y su Salvador. ¿Qué son estas promesas? La justificación por fe.
Gálatas 3:6 al 9 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. 7Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. 8Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.
A través de todos los tiempos todos aquellos que han creído en aquel que justifica al impío se han salvado, aun antes de la muerte y resurrección de Jesucristo. Es decir unos se han salvado poniendo la mira en lo que iba a pasar en el calvario, y otros nos salvamos poniendo la mira en lo que ya pasó en el calvario, porque siempre la salvación ha sido por fe. La promesa del Espíritu.
Gálatas 3:13 al 14 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), 14para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
La promesa del Espíritu la recibimos al tiempo con la justificación por fe, y esta promesa habla de la presencia de Dios por su Espíritu en nuestra vida. Si al no confiar en Dios por confiar en Satanás el hombre se convirtió en hijo del diablo, y esa paternidad lo enfermo y lo controló durante toda su vida, la presencia del Espíritu de Dios en una persona que ha sido salva, trasforma la vida de esta persona permitiéndole vivir haciendo la voluntad de Dios. (Más adelante ampliaremos todos los beneficios de la promesa del Espíritu) Es muy importante que entiendan, que no hay dos promesas más grandes y valiosas en la escritura que estas dos, es decir; ser perdonado por Dios para poder ser habitados por Dios en el Espíritu, y llegar a ser esos hijos de Dios que la creación anhela ver, es la bendición más grande que un hombre sobre la tierra pueda recibir. Eso quiere decir que hay promesas de las cuales participamos todos; promesas para Abraham y sólo para Abrahán; promesas para la descendencia de Abraham en la carne, el pueblo de Israel y promesas para la simiente o descendencia de Cristo, que es la iglesia. A esto podemos añadir que el apóstol Pablo interpretando la seriedad y el alcance de este pacto, y sabiendo que el Nuevo Pacto es una continuación del pacto hecho con Abraham dice:
Gálatas 3:17 Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
Podemos ver dos cosas supremamente importantes en este texto, la primera es que el apóstol interpreta que el pacto hecho con Abraham y su simiente, es en realidad un pacto hecho por Dios con Cristo. Es decir Dios Padre le hizo promesas a Jesucristo (el Nuevo Pacto) que se cumplirán en nosotros, por lo tanto podemos tener la absoluta certeza que Dios ciertamente cumplirá. Y la segunda es que el apóstol aclara en este texto que (el pacto de) la ley que vino 430 años después, no afecta el cumplimiento de este pacto hecho con Abraham, o mejor dicho con Cristo. Eso quiere decir que haber recibido la ley y obedecerla o desobedecerla, no afecta el cumplimiento de las promesas que Dios nos ha dado a través del pacto hecho con Abraham. Es decir del cumplimiento o la desobediencia a la ley no afecta en nada las promesas dadas a Abraham, ni tampoco afecta las promesas del Nuevo Pacto.
C. EL VIEJO PACTO
La ley que menciona el apóstol es la ley de Moisés, y se refiere a las leyes dadas después de la salida de Egipto. Estas leyes han sido entendidas por todos como un pacto condicional, que quiere decir que la respuesta de Dios hacia el hombre dependerá de si cumple o no con la ley. Mientras que el cumplimiento del pacto con Abraham y el cumplimiento del Nuevo Pacto con nosotros dependen exclusivamente de Dios. Este mismo concepto de la ley, de que hay que cumplir para que Dios le bendiga se extiende también hacia la justificación, es decir; la enseñanza es que sólo será salvo el que cumpla con la ley de Dios, pero ante este planteamiento, que en realidad enseña que el hombre es bueno y por lo tanto tiene la capacidad de salvarse cumpliendo la ley, el apóstol enseña:
Gálatas 3:10 al 12 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
Quiere decir que el solo intento de salvarse cumpliendo la ley, deja a la persona bajo la maldición de Dios, porque para salvarse a través del cumplimiento de la ley, hay que cumplir con absolutamente toda la ley, todo el tiempo, sin ninguna falla. Confirma esto en otro pasaje la escritura:
Santiago 2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.
Hay dos cosas básicas que cuando los hombres las niegan, eso los lleva a la condenación, una es no reconocer lo pecadores que son, y la otra, no entender que Dios sólo acepta perfección absoluta en el cumplimiento de la ley, para otorgar la salvación. Pero precisamente por la incapacidad del hombre para salvarse es que Dios nos da la oportunidad como a Abraham, de ser salvados por la fe, el en la promesa de una simiente, nosotros en lo que esa simiente espiritual vino a hacer, es decir en la obra de Jesucristo. La escritura dice:
Romanos 10:8 al 9 Esta es la palabra de fe que predicamos: 9que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
La pregunta podría ser: ¿Si el pacto de la ley no sirve para ser salvos, entonces para qué sirve la ley? Esa misma pregunta la responde el apóstol Pablo diciendo:
Gálatas 3:19 al 22 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue dada después, para poner de manifiesto la desobediencia de los hombres, hasta que viniera esa “descendencia” a quien se le había hecho la promesa. La ley fue proclamada por medio de ángeles, y Moisés sirvió de intermediario. 20Pero no hay necesidad de intermediario cuando se trata de una sola persona, y Dios es uno solo. 21¿Acaso esto quiere decir que la ley está en contra de las promesas de Dios? ¡Claro que no! Porque si la ley pudiera dar vida, entonces la justicia realmente se obtendría en virtud de la ley. 22Pero, según lo que dice la Escritura, todos son prisioneros del pecado, para que quienes creen en Jesucristo puedan recibir lo que Dios ha prometido.
Como ya mencione, no reconocer nuestros pecados impide que aprovechemos la salvación ofrecida por Dios, por esta razón Dios dio la ley no sólo para que el hombre pudiera ser consciente de sus pecados, sino de su esclavitud al pecado, es decir de su incapacidad para cambiar. Eso quiere decir que la ley fue dada no precisamente para que el hombre la cumpliera, sino para que en su intento de cumplirla el hombre pudiera reconocer su pecado, y al reconocer su pecado y su incapacidad para dejar de pecar, entonces el hombre, si quiere en realidad dejar de pecar, reconocerá que necesita un Salvador. Por eso el apóstol dice:
Gálatas 3:24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
Pero luego de creer en Jesucristo y Nacer De Nuevo, ya no estamos bajo la ley, ya no la necesitamos por haber cumplido con su propósito:
Gálatas 3:25 al 26, 29 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús…. 29Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
IV. BAJO EL NUEVO PACTO ES POR GRACIA NO POR LEY
Es importante entender que el concepto de; “si cumplo la ley, Dios me trata bien” o “si me porto bien, Dios me trata bien” teniendo la idea de que, ser tratado bien se refiere a los asuntos materiales de esta vida, es uno de los asuntos más importantes que el Nuevo Pacto ha cambiado porque el nuevo pacto es un pacto espiritual. Piénselo bien; quien insiste en que portándose bien va a recibir la bendición de Dios, no está reconociendo su incapacidad de portarse bien. Y si una persona insiste en que cumpliendo con la ley de Dios obtendrán su bendición, entonces además de lo que ya dije, está diciendo que el sacrificio de Jesucristo en la cruz no sirve para nada. (Porque él no necesita de Cristo para cambiar) Y entonces la pregunta es: ¿Qué merecerá aquel que desprecia lo más importante que Dios ha hecho para él? Por eso el apóstol escribe:
Gálatas 5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
Pero contrario a la ley lo que enseña el Nuevo Pacto, y lo veremos en detalle más adelante al revisar las promesas, es que cuando creemos en Jesucristo y somos involucrados en el Nuevo Pacto, después de nacer de nuevo, no importa lo que hagamos, Dios no nos dejara practicar el pecado, y aun si pecamos Dios siempre responderá con amor, y eso quiere decir que siempre nos dará lo que nosotros necesitemos. (Ojo no lo que creemos necesitar sino lo que realmente necesitamos para cumplir su plan de salvación, no nuestro plan personal) Si usted se porta bien Dios le dará lo que usted necesita, si usted se porta mal Dios, le dará lo que usted necesita.
A. EL OBJETIVO ES LA ETERNIDAD
Lo otro que tiene que ser cambiado por completo bajo el Nuevo Pacto, es el concepto del bien y del mal respecto de esta vida, y para hacerlo, es necesario colocar toda nuestra esperanza en la eternidad.
1 Pedro 1:13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;
Cuando se espera por completo en la eternidad entonces se entiende que el propósito de Dios en esta vida, con absolutamente todo lo que nos ocurre, es formarnos para llevarnos a ser santos.
Continua….