EL AMOR FRATERNAL
I. INTRODUCCIÓN
Cuando se dice que las mujeres son de Venus y los hombres son de Marte, algunos quieren con esto comunicar que los hombres y las mujeres son tan diferentes, que es imposible que hombres y mujeres se puedan entender entre sí, y entonces el consejo para los hombres es: “Ame a su mujer pero jamás trate de entenderla”
Pero: ¿Creen ustedes que afirmar esto, va de acuerdo con lo que enseña la palabra de Dios? Es decir: ¿Creen ustedes que Dios formó al hombre y a la mujer para que anduvieran juntos hasta que la muerte los separe y que nunca se pudieran entender? Pensar que esto sea de esta manera no parece ser la obra de un Dios razonable, práctico, sensato y sobretodo amoroso.
Es más; si pensamos en que Dios dice que la mujer es la ayuda idónea del varón… ¿Será que el plan de Dios es que una mujer que no logra ser entendida por el hombre, sea la que le vaya a ayudar a vivir el plan que Dios tiene para la familia? ¿Será que esa es en realidad la concepción de complemento perfecto o ayuda idónea? La respuesta es no, por supuesto que no. Si leemos en la escritura ella dice:
Génesis 2:22-23 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.
La figura, es decir el hecho de que ella haya sido sacada de una parte viva del varón, da a entender que el hombre sin la mujer que Dios tiene para él, está incompleto, casi que me atrevería a decir herido, porque faltarle una costilla no es una situación normal.
Por otro lado cuando Dios trajo esa mujer a Adán, su reacción le llevó a decir; “carne de mi carne y hueso de mis huesos” mostrando nuevamente, que la mujer es una parte de él, lo cual da a entender que puede haber entre ellos, entre el hombre y la mujer, una complementación perfecta.
Más aún; sí vamos unos versos atrás podemos ver la razón y la intención de Dios al crear a la mujer:
Génesis 2:18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Como era malo que el hombre estuviera sólo, Dios creó a la mujer para que fuera su complemento, y Dios dice que este complemento seria la ayuda que el hombre necesita, por supuesto para vivir de acuerdo al plan de Dios.
Al ver todo esto que dice la escritura (es decir Dios) respecto de la relación del hombre y la mujer en el matrimonio, no podemos aceptar por ninguna razón que están condenados a no entenderse, pues sería algo completamente opuesto a la razón y al propósito de Dios.
¿Entonces porque en el mundo se insiste en que los hombres y las mujeres no pueden entenderse?
La respuesta es que el pecado daño el corazón de los hombres y las mujeres, y este malvado corazón que aparenta ser bueno, es lo que hace que la relación entre hombres y mujeres sea algo supremamente difícil, y a la vez muy destructivo. Es por eso que el escritor de el libro de Eclesiastés, que analiza lo que pasa en el mundo dice lo siguiente:
Eclesiastés 7:26–29 Y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará en ella preso. 27He aquí que esto he hallado, dice el Predicador, pesando las cosas una por una para hallar la razón; 28lo que aún busca mi alma, y no lo encuentra: un hombre entre mil he hallado, pero mujer entre todas éstas nunca hallé. 29He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.
Un hombre en las redes de una mujer que quiera aprovecharse de él es su peor desgracia, es tanto el poder que puede tener una mujer sobre un hombre, es tanto el control, que dice qué sólo Dios podría liberarlo.
Pero no sólo la mujer se a pervertido, él dice que buscando entre mil sólo ha hallado un buen hombre, y que entre muchas mujeres ninguna… Y concluye que no fue así como Dios nos hizo, sino que nosotros al no confiar en Dios nos pervertimos
Ya estando los hombres y mujeres con este corazón de piedra como dice la escritura, lo que podía suceder de allí en adelante era una guerra entre los sexos, que seguramente acabaría con la especie humana. Y para que esto no sucediera tan pronto, Dios colocó sobre ellos una forma de gobierno para que la familia y por lo tanto la especie sobreviviera. Y por esto le dijo a la mujer:
Génesis 3:16 y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.
Otra versión dice: “y desearás controlar a tu marido, pero él gobernara sobre ti”.
Por supuesto este tipo de gobierno ha traído menosprecio sobre la mujer y muchas desgracias para ellas, pero como quien escoge de varios males el menos dañino, estoy convencido, porque es Dios quien lo dispuso así, que este tipo de gobierno ha logrado preservar por muchos años la institución matrimonial que permite la conservación de la especie.
Y una prueba de esta verdad, es que en el tiempo actual con este asunto de la liberación de la mujer, de la ideología de género y de muchas otras perversiones más, los hombres ya no se quieren casar y los que se casan cada vez duran menos, trayendo como consecuencia que cada vez la especie se reproduce menos…
Y a esto se le suma la enorme locura que enseña el mundo de qué los hombres pueden convertirse en mujeres y las mujeres en hombres, y todo esto trae cada vez más oposición y destrucción de la institución matrimonial creada por Dios.
Y entonces encontramos a muchos hombres que ya no quieren y no saben cómo ejercer autoridad sobre la mujer, y encontramos mujeres que en su necedad no entienden ni quieren sujetarse, o aún prefieren estar bajo la autoridad de otra mujer.
Pero el problema no sólo está en la forma de gobierno del matrimonio que se ha ido perdiendo, el problema también está en los objetivos que los hombres tienen en la vida.
Cuando leemos en el génesis de una ayuda, perfecta, idónea, creada por Dios para funcionar con el hombre como una unidad, esto sólo puede ser realidad si se vive de acuerdo a los principios, mandatos, normas y consejos de la palabra de Dios, y cuando alguna de estas dos cosas falta, cuando falta la forma de gobierno diseñada por Dios o cuando faltan los objetivos para los cuales Dios creó al hombre, entonces es cuando los hombres se vuelven Marcianos y las mujeres Venusinas.
En el mundo ellos no creen que esto tenga solución, pero nosotros los hijos de Dios sabemos que este problema se arregla cuando confiamos en Dios. Por qué cuando un matrimonio reconoce al Señor Jesucristo como su Señor y su Salvador, y Dios por causa de su fe produce en ellos el Nacimiento Espiritual, quedando involucrados en el Nuevo Pacto, entonces dependiendo de la disposición de la pareja de hacer la voluntad de Dios, las oportunidades de un buen matrimonio son muy altas.
Y uno de los resultados de esta salvación, es que el gobierno de enseñoreamiento del hombre sobre la mujer debe terminar, para ser reemplazado por un gobierno totalmente diferente. El apóstol Pedro menciona algunas características de esta nueva forma de gobierno cuando dice:
1 Pedro 5:2 al 3 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
La autoridad que emana de Dios, muy diferente de la autoridad que el mundo está aplicando, es una autoridad que tiene como objetivo amar, servir, beneficiar, ayudar, enriquecer y hacer prosperar a los demás.
Y esto tiene que ser hecho voluntariamente, no pretendiendo sacar ganancia deshonesta, y como se trata de servir y no de aprovecharse, por eso dice que debe ser hecho de manera diligente, porque algunos cuando no ven ganancia entonces tampoco quieren servir…
Y por último aclara, y es muy importante porque es lo que puede dañar todo este ejercicio de la autoridad, es que no debe haber señorío. No nos podemos enseñorear de los que están bajo nuestro cuidado, sino que debemos cuidarlos siendo ejemplos para ellos.
Y aunque el pasaje está hablando del cuidado que los cristianos maduros debemos tener sobre aquellos que comienzan su vida cristiana, no podemos olvidar que el orden establecido por Dios es, que la persona más importante para todo hombre es su esposa, lo cual quiere decir que ella debe convertirse en su primer discípulo, luego siguen los hijos, y sólo sí el hombre está comprometido con su responsabilidad en su hogar, puede ir a discipular a otros hombres, a enseñarles que discípulen a sus mujeres e hijos.
Si un hombre no está cumpliendo con esta función de discipular a su mujer y a sus hijos, entonces se está portando peor que un incrédulo, está negando la fe, y queda por lo tanto descalificado para servir en el liderazgo de la iglesia de Dios, como lo confirma el apóstol Pablo al mencionar los requisitos de los pastores y diáconos. Dice así:
1 Timoteo 3:4 – 5 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)
Si miramos bien, no está hablando de falta de disposición, sino de falta de capacidad, pues si no ha podido edificar a su familia, porque le falta conocimiento y dirección de Dios, ¿cómo con esos faltantes podrá cuidar a la iglesia de Dios?
Y si el hombre cree tener el conocimiento y la dirección de Dios pero no está edificando a su familia por falta de disposición, entonces el asunto es muchísimo más grave, por lo tanto tampoco debe estar dando afuera de su casa lo que debería estar dando con prioridad para su familia.
Respecto de esta norma muchas iglesias no han hecho caso, parece que les importan mucho más los números que hacer las cosas como Dios lo desea, y entonces encontramos que el marido que tiene una mujer que no le hace caso, discípula a otras persona inclusive mujeres que si le hacen caso…?
Algunos hombres se disculpan diciendo que han hecho todo lo posible, pero su mujer no se deja discipular. Eso puede ser verdad, aunque la mayoría de las veces cuando dicen que han hecho todo lo posible no es cierto, a veces hay falta de interés, o un mal método como el enseñoreamiento, o el miedo y la idolatría que le tienen a sus esposas, y esto los lleva a desistir de cumplir con su responsabilidad delante de Dios.
Pero aun si aceptamos que han hecho todo lo posible y su esposa no ha respondido de forma adecuada, normalmente son mujeres que por no haberse convertido son falsas creyentes, o como enseña la escritura son mujeres carnales.
Pero de todos modos él que su mujer o sus hijos no caminen espiritualmente, eso los descalifica para discipular en la iglesia, pues la escritura, no dice que los que han tenido la intención de dirigir bien su casa pueden dirigir la iglesia, sino los que muestran resultados, son los que pueden ayudar a cuidar la iglesia de Dios. Si volvemos a mirar el texto:
1 Pedro 5:2 – 3 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
Este pasaje en realidad nos está dando instrucciones para que cumplir con el propósito que Dios tiene de salvar el alma lo hagamos por amor. Por qué aunque no se nombra la palabra amor, no hay duda de que la salvación es una obra que tiene como columna principal el amor. Y por eso podemos leer:
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
No hay duda que el amor ha sido la motivación principal de Dios para salvarnos. Y el apóstol Pablo entendiendo esto, también dice que la clave en lo que hacemos por la gente está en el amor. Dice así:
Gálatas 5:6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
La clave no está en si se cumplían todos los ritos de la ley o si no se cumplían, sino en la confianza en el amor de Dios, que nos lleva a amar a los demás para que también disfruten de la salvación y del amor de Dios.
Igualmente el escritor del libro de Hebreos asegura, que Dios no olvidará nada de lo que hayamos hecho por amor. Dice así:
Hebreos 6:10 Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
El amor como motivación tiene que ser la razón para proveer salvación, pues cuando no hay amor las cosas pueden desviarse de tal manera, que el Señor Jesús advirtió:
Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Y contrario a lo que muchos han enseñado, el ladrón no es Satanás, cuando el Señor Jesús habló del ladrón se estaba refiriendo a los malos pastores, a los ladrones y salteadores que tienen interés en las ovejas, pero no para amarlas, sino para beneficio propio llegando a un a explotarlas.
En algunos casos la motivación equivocada es evidente, en otros casos Dios será quien juzgue, pero lo cierto es que la escritura nos advierte que si algo hacemos sin amor, entonces estaremos perdiendo el tiempo, pues sólo haremos bulla, no seremos nada y de nada nos servirá cualquier cosa por buena que parezca, si no la hacemos motivados por el amor.
Ojo con esto porque puede ocurrir que muchas veces el esposo corrija a la mujer pero porque sus faltas le molestan, le hacen sufrir, le agotan la paciencia, más no lo hacen por amor. Y esta falta de amor es lo que hace que pueda tratar de enseñorearse o de corregirla de mala manera.
Igual ocurre a los padres con los hijos, cuando no hay amor entonces comienzan a corregir a los hijos con dureza, llegando a maltratarlos, a humillarlos, y aunque estén pidiendo que hagan cosas correctas de todos modos no lo están haciendo por amor.
La pregunta obligada cuando entendemos la importancia del amor en todo lo que hacemos es: ¿Y qué es amor?
Y aunque todo mundo cree saber con claridad que es el amor, la verdad es que de las muchas definiciones de lo que es el amor, la gran mayoría no podemos aceptarlas como verdadero amor, pues estas diferentes clases de amor no están beneficiando a las personas amadas, aunque quienes lo dan insistan en pretender que hacen todo eso por amor.
Para hablar del amor la escritura usa tres diferentes palabras que son: Eros, Fileo o filial y Ágape.
El amor Eros, es el amor que tiene que ver con la pasión, el sexo, y ciertamente podemos decir sin temor a equivocarnos que por causa de la pasión muchos han hecho cosas terriblemente dañinas, espantosas e injustas. (Hasta asesinatos por causa de la pasión hemos visto)
El amor filial, es el amor que debe existir entre padres e hijos, o entre hermanos y demás familiares, donde por supuesto todo lo que tenga que ver con la pasión o el sexo queda excluido por completo.
Sin embargo también podemos escuchar testimonios de cómo el amor filial, por ejemplo el amor de una madre que la lleva a consentir a sus hijos y a malcriarlos de tal manera, que indudablemente les está haciendo mucho daño.
A diferencia de estas dos clases de amor, está el amor ágape, que es descrito en la Biblia como el amor de Dios, y por supuesto, si es el amor de Dios es un amor perfecto, lleno de sabiduría, misericordia, buenos métodos y buenos propósitos, y por esto el amor de Dios es un amor que verdaderamente beneficia al ser amado.
Sin embargo éste amor es el mas incomprendido, porque para cumplir su objetivo de beneficiar verdaderamente al ser amado, siendo el ser amado un pecador, requiere de una continua corrección, porque sin ella el hombre no sería beneficiado.
Y el problema es que cuando los hombres no tenemos sabiduría ni buena actitud hacia Dios, la corrección que Dios nos hace por amor, la mal interpretamos como si fuera falta de amor.
Sin embargo a pesar de ser malinterpretado Dios insiste en seguir amando al hombre que ha creado. Y nosotros los auténticos hijos de Dios también tenemos que seguir amando con ese amor, aunque también seamos mal interpretados. El apóstol Pablo vivió esta experiencia y por eso escribió:
2 Corintios 12:14 al 15 He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos. 15Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.
Podemos ver que comienza advirtiendo que no quiere aprovecharse, que no quiere ser gravoso y no quiere quitarles lo que ellos tienen, y estas aclaraciones evidencian que ellos tenía mala actitud hacia el apóstol, aunque él estaba dispuesto a perderlo todo por seguir amándolos, sin importar si ellos entendían o no, que él hacía todo esto porque los amaba con el amor de Dios.
La situación es similar a la de un padre que descubre que su hijo pequeño ha cogido una cuchilla de afeitar que pretende meterse a la boca, situación donde sin importar cuánto lloré el niño de todos modos le quitará la cuchilla.
Igual hace Dios con nosotros para cumplir su objetivo, y por eso nos habla con claridad, nos dice la verdad aunque ésta pueda ser muy dolorosa, y nos exhorta, reprende y disciplina cuando sea necesario. Aunque estas acciones normalmente no son recibidas con buena actitud.
Este amor ágape o amor de Dios es tan importante, qué tiene que ser el que de dirección tanto al amor Eros, como al amor Filial, para que éstos no produzcan daño cuando sean aplicados sin sabiduría.
La pregunta que nos podemos hacer es: ¿Estamos amando de manera correcta con el amor de Dios? Para responder esta pregunta podemos evaluar nuestro amor teniendo en cuenta el siguiente pasaje que dice:
1 Juan 5:1 al 3 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. 2En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. 3Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.
Lo primero que anota el apóstol es que el amor entre unos y otros es resultado de ser hijos del mismo Padre. Y eso en otras palabras quiere decir que el amor entre los cristianos es un resultado obligatorio, pero también dice el pasaje, que la forma en que podemos evaluar nuestro amor, es revisando si estamos guardando los mandamientos que Dios nos ha dado.
Es muy común encontrar a los padres siendo muy generosos con sus hijos por causa del amor filial, pero al mismo tiempo fallando gravemente por no enseñarles a vivir de acuerdo a los principios y mandatos de Dios. El resultado de este desequilibrio o falta de sabiduría, es hijos consentidos, rebeldes, mañosos, orgullosos, petulantes…
Pero también existe otro desequilibrio que lo podemos ver al revisar el pasaje, en que se nos cuenta qué el Señor Jesús mandó a sus discípulos a preparar el camino pues iba a Jerusalén, y en una aldea de samaritanos no fueron recibidos, por lo cual los discípulos del Señor dijeron:
Lucas 9:54 – 55 Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? 55Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois;
Si nos preguntamos: ¿Qué merecen todos aquellos que rechacen al Señor? Sabemos que la respuesta es la condenación eterna. ¿Entonces porque Jesús no permito que fueran quemados aquellos que le menospreciaron? El Señor Jesús continuó diciéndoles:
Lucas 9:56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
Cuando el objetivo es salvar las almas por amor, ese amor nos llevará a aplicarle paciencia y misericordia para esperar lo máximo que sea posible, dando oportunidad de salvación.
Al comenzar mi vida cristiana cuando compartía de Cristo y las personas no aceptaban el mensaje, con facilidad les demostraba que eran unos brutos. El resultado es que no solo no aceptaban a Cristo, sino que se formaban una mala imagen de los cristianos, y quedaban resentidos y prevenidos contra el mensaje.
Esta misma falta de sabiduría al actuar la vemos en algunos esposos, que cuando su mujer no les hace caso lo primero que mencionan es: “yo soy la autoridad” y aunque puedan conseguir que sus esposas les hagan caso, ellas tienen que estar bien espirituales y ser muy maduras para no quedar resentidas.
¿A dónde quiero llegar? A que no podemos simplemente enseñar o aún exigir y esperar que la gente haga caso a los principios de Dios, y que los no quieran caminar que se pudran en el infierno. No, tenemos que aplicar paciencia y misericordia, y esa paciencia y misericordia a la final se traduce en amor fraternal.
Esta falta de amor fraternal también la podemos ver en algunos miembros de la iglesia, y a veces ocurre con aquellos cristianos “obedientes”, que tienen conocimiento de las cosas de Dios y están guardando sus mandamientos, es decir según ellos, no están haciendo nada incorrecto, no se meten con nadie, y tienen el mínimo de relaciones necesarias en la iglesia, pero no están cumpliendo con el amor fraternal.
Digámoslo de esta manera. Son muy buenos cristianos en todo, pero al no involucrarse con los demás cristianos, al no saludarlos, al no ser cariñosos con ellos, al no interesarles los problemas de ellos, aunque crean que no están haciendo daño a nadie, están faltando al amor. La escritura dice:
1 Tesalonicenses 4:9 Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;
Ya vimos que para amarnos unos a otros verdaderamente debemos cumplir los mandamientos, pero además de eso el apóstol está diciendo que el amor fraternal es una obligación incluida dentro de amarnos unos a otros. Es decir el amor fraternal es también un mandamiento que tiene que ser obedecido.
A veces cuando confrontamos a algunos con este asunto, la respuesta es que en su casa cuando hijos nunca recibieron muestras de afecto de sus padres, ahora como esposos y como padres están cometiendo el mismo pecado de no ser cariñosos, y ese pecado lo trasladan a la iglesia.
Pues bien, es muy importante que los que cometen este pecado de faltar al amor fraternal entiendan que no hay disculpa, que no se pueden disculpar en su temperamento, ni en las situaciones que están viviendo, pase lo que pase tienen que aprender a amar con amor fraternal. Otro texto dice:
Romanos 12:9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. 10Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
El amor debe ser sincero, no es que como ahora en la iglesia dijeron que todos nos tenemos que saludar, hay que saludar a todos por parejo así me caigan gordos, y aunque no me importe que es lo que pasa en la vida de ellos.
No. Si usted se propone saludar a todos para parecer espiritual, pero no le pide a Dios que cambie su corazón para amar genuinamente a los demás, pues se está engañando.
Tampoco es aceptable aquellos que dicen que como a mí no me saludan entonces yo no saludo, porque a mí me gustan las cosas claras, yo no soy como los hipócritas, etc. Pero esto no es aceptable porque la escritura también dice:
Lucas 6:32 al 36 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. 33Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. 34Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. 35Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. 36Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
Esto quiere decir que aún para con aquellos que nos han tratado mal, que han sido ingratos, que han hablado mal de nosotros, con ellos también podemos ser misericordiosos, bondadosos, manifestando un amor fraternal, sin que esto implique que no podamos hablar las cosas con claridad. También la escritura dice:
Filipenses 4:4 al 5 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 5Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.
Cuando estamos dependiendo verdaderamente de Dios, es posible ser gentiles aun con aquellos que humanamente no merecen ni el saludo. Pero cuando nos volvemos religiosos, cuando nos jactamos de algunas cosas que hacemos bien, creyéndonos mejores que los demás, una de las consecuencias es que comenzamos a faltar con el amor fraternal.
El verdadero amor a Dios se traduce en amor fraternal. A veces me cuentan que mis discípulos han sido enormemente bendecidos por Dios, y entonces ahora son inalcanzables, ya no saludan a cualquiera, no tienen tiempo para la gente… Y cuando escucho esas cosas, estoy seguro que no han sido bendecidos por Dios, porque están faltando al amor fraternal.
Sin embargo también tenemos que aceptar que algunos no pueden dar de lo que no tienen, algunos por maltrato, otros por una vida de escasez que los ha vuelto muy egoístas, otros por orgullo, otros por la obstinación de cumplir con sus objetivos se han vuelto maltratadores, faltando no sólo al amor fraternal sino a toda clase de amor, otros por sus complejos y falta de aceptación no se atreven a manifestar su amor fraternal.
Pero sin importar la causa por la cual su alma está enferma, y entendiendo que amar con amor fraternal es una obligación de delante de Dios, sabemos que Dios hará lo necesario para sanar nuestra vida y enseñarnos amar con amor fraternal. La escritura dice:
1 Pedro 1:22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;
El objetivo final es que terminemos amándonos unos a otros entrañablemente con un corazón puro. Esta clase de amor incluye que debe haber un amor fraternal, un cariño y un interés manifestado que no puede ser fingido.
Para lograr esto, el método es la obediencia a la verdad, Jesús es la verdad, por lo tanto lo que tenemos que hacer es vivir haciendo la voluntad de Dios, en el poder del Espíritu Santo, y el resultado será la sanidad de nuestra alma, que nos permitirá a amar con un amor fraternal, no fingido, para coronar todo esto con un amor entrañable y puro.
Aunque pueda sonar duro, el que no es capaz de amar con amor fraternal está enfermo en su alma, y obviamente el propósito de Dios es sanarlo para que pueda cumplir.
Los cristianos que llevan más tiempo en la iglesia son los que más amor fraternal deben manifestar. Pero ese amor fraternal no puede ser sólo para los de su familia o su pequeño círculo de cristianos conocidos. Ese amor fraternal es para todo el que entre por la puerta de la iglesia.
El siguiente salmo muy bien puede aplicarse a lo que debe suceder en la iglesia, este dice:
Salmos 133:1 al 3 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía! 2Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras; 3Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, Y vida eterna.
El salmista nombra cosas deliciosas como un buen óleo sobre la cabeza o el rocío de la mañana, y entonces la pregunta es: ¿Te sientes así con tus Hermanos en la fe? Es decir que rico compartir con mis hermanos cristianos, que rico hacer programas con ellos, que rico llegar temprano a la iglesia e irme un poquito tarde para quedar hablándome con ellos…
La pregunta y quiero que se hagan es: ¿Si en la iglesia programamos actividades para que haya oportunidad de practicar el amor fraternal, como almuerzos o tardes deportivas, o paseos al río, paseos en bicicleta… Cuál sería tu actitud ante esos eventos? Será que no vendrías a ninguno porque eres un cristiano muy recto y muy ocupado.
Pero esto tiene su orden como todas las cosas de Dios, y aunque muchos aprenden en la iglesia lo que tienen que hacer en su casa, es muy importante que las cosas comiencen a ser hechas en casa. La escritura dice:
1 Timoteo 5:8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
Y aunque está hablando del asunto financiero, no creo que sea equivocado aplicarlo al amor fraternal.
Hay muchos hogares donde los padres, especialmente los señores son conocidos en el medio como buenas personas. Son cultos, son respetuosos, son amables, y hasta generosos, pero en su casa son unos completos ogros. Es decir poco, poco de amor fraternal.
Pero no son los únicos, a veces tambien hay esposas que son groseras, sarcásticas, contestonas, y eso tampoco es una manifestación del amor fraternal.
Pero no sólo ocurre con los padres, a veces entre hermanos el trato no es un trato que manifieste un verdadero amor fraternal.
¿Si en casa no podemos cumplir con el amor fraternal, que hacemos afuera manifestando un amor que con prioridad tenemos que manifestar en la casa?
Por lo tanto los esposos son los responsables delante de Dios de cultivar el amor fraternal con sus esposas y con sus hijos y entre ellos.
El ser generosos, el hacerse favores, el hablase con cariño, aun en medio de las diferencias o discusiones puede haber una actitud muy fraternal, de respeto y cariño, lo cual hace mucho más fácil la relaciones.
Proverbios 15:1 La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.
Y la idea es que toda esa ternura, todo ese cariño, todo ese genuino interés, luego sea compartido en la iglesia.
Hay muchos testimonios de personas que con sólo haber sentido el cariño de cómo lo saludan al llegar a la iglesia, eso les ha motivado a permanecer en la iglesia, aunque al comienzo no entiendan nada de doctrina.
Y tristemente también hay testimonios de iglesias con pésima doctrina, cuyos feligreses reciben a los nuevos con mucho amor fraternal, lo cual los convence de quedarse en una mala iglesia.
Ese mismo amor fraternal debe ser manifestado en los grupos de oración. Es cierto que la idea es que la gente comprenda el gran amor que Dios tiene por cada uno de ellos, pero también es cierto que los canales para manifestar ese amor somos todos y cada uno de nosotros. Por lo tanto como dice la escritura, que permanezca el amor fraternal entre nosotros.
Por lo tanto, si es necesario ore para que Dios a través de su obediencia en el Espíritu sane su vida, y pueda de una forma normal y natural, amar fraternalmente a cada uno de sus Hermanos en la fe.