SI OYEREIS HOY SU VOZ – PARTE 3
I. INTRODUCCIÓN
Sin importar la clase de vida que tenga una persona, sus creencias, valores u objetivos, de todos modos hay un elemento común en la vida de todo ser humano y ese elemento común es el tiempo. (En una película Super fantástica llamada destino Júpiter… Muestran como el tiempo es lo más valioso que existe)
El tiempo es de tal importancia que podemos decir que el tiempo es casi la vida misma, y por eso la importancia de administrarlo bien, en especial (ya lo vimos) porque absolutamente nadie sabe cuánto tiempo le queda de vida. Por lo tanto resulta absurdo vivir la vida como si tuviéramos todo el tiempo del mundo, como sí no nos fuéramos a morir, pues no hay la más mínima duda nadie escapará de la muerte.
Por esta razón siendo la vida una sola, y teniendo un tiempo establecido o limitado, es importantísimo que tengamos claro qué es lo que queremos hacer con la vida. Por qué no es cierto como han inventado algunos que hay otra oportunidad, pues la escritura nos enseña:
Hebreos 9:27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio…
Lo cual quiere decir que la teoría de la reencarnación, dónde algunos tienen la esperanza de poder rectificar lo que hicieron mal, es realmente un cuento, porque sólo tenemos una vida y por lo tanto una sola oportunidad de hacer lo correcto, antes de estar en la presencia de Dios para ser juzgados.
Por lo tanto, no hay absolutamente nada más importante que vivir de acuerdo al plan de Dios, por supuesto; sí creemos en Dios, porque me parece que hay cristianos que no creen en Dios, y lo evidencian al no creerle a Dios.
Pero también ya vimos que la forma perfecta de administrar bien el tiempo, es decir nuestra vida, se resume en algo muy sencillo, que es oír la voz de Dios y a hacer lo que él nos pide.
Ahora, esto suena muy sencillo, pero en la práctica de manera continua cometemos el mismo error, no sólo cuestionando lo que debemos hacer, sino igualmente grave, lo que Dios hace… Un claro ejemplo de esto lo vemos en el siguiente pasaje:
Juan 11:3 al 5 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. 4Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.5Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. 6Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
Según algunos, aquí Jesús no estaba administrando bien el tiempo pues ha debido salir corriendo al llamado de aquellas personas que amaba, una de las cuales estaba gravemente enferma, pero en lugar de hacerlo se queda dos días más donde estaba. Y cuando toma la decisión de ir…
Juan 11:7-8 Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez. 8Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?
Y nuevamente sus discípulos piensan que no está administrando bien el tiempo, pues está tomando la decisión de ir, cuando en ese lugar los judíos querían asesinarlo. Y todavía piensan que es peor la decisión de ir a donde Lázaro, cuando les dice:
Juan 11:14-15 Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; 15y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él.
Por qué si ya estaba muerto, entonces no había razón de ir a arriesgarse. Y por eso cuando toman la decisión de acompañarlo uno de ellos dijo:
Juan 11:16 Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.
La conclusión según ellos era que al obedecer a Jesús estarían haciendo algo completamente inútil, que podría traer como consecuencia la muerte.
Para la gente del mundo, y para la gente que no vive dirigida por la voz de Dios, las personas que viven bajo la dirección de Dios parecen locas, pues toman decisiones que en lugar de aprovecharles les perjudican y en gran manera. Pero contrario a esto la escritura nos advierte:
Romanos 8:12 al 14 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Si una persona dice que es cristiana pero dirige su vida de acuerdo a los valores, deseos y argumentos de la carne, la escritura dice que morirá. Pero: ¿Qué es ser guiado por la carne? Es dirigir nuestra vida como lo hace cualquier ser humano que no tiene el Espíritu de Dios, que no le interesan los objetivos de Dios, porque para él son más importantes las cosas que el mundo dice que son importantes.
Pero el auténtico cristiano que tiene vida eterna la cual no perderá, es aquella persona que es guiada por el Espíritu de Dios. Y si una persona no está siendo dirigida por el Espíritu de Dios… Y dice que es cristiana, es una contradicción qué es lo más seguro muestra que no es un hijo de Dios.
Tener clara la diferencia entre lo uno y lo otro, y tomar la decisión de dejarse dirigir por Dios debería ser algo muy sencillo, porque la vida cristiana es de extrema sencillez cuando verdaderamente confiamos en Dios, por qué la verdad es que lo único que hace complicada nuestra vida cristiana es nuestra incredulidad, que es la decisión de no creerle a Dios.
Y sabemos por la escritura que no creer en Jesucristo y en el Nuevo Pacto es igual a no creerle a Dios.
Eso fue lo que entendieron cierto grupo de creyentes que buscaron a Jesús buscando recibir provisión material, y al ser exhortados respecto de sus deseos y sus caminos, entendiendo su equivocación preguntaron:
Juan 6:28 al 29 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
Toda la obra que Dios quiere hacer en nosotros, y todo lo que Dios quiere que nosotros hagamos, se realiza cuando creemos en él. Por qué quien cree en él también le oye, y le obedece y al hacer esto, estaremos administrando bien el tiempo, que en otras palabras quiere decir que estaremos viviendo la vida que Dios quiere que nosotros vivamos, y no puede haber mejor vida que la que Dios planeó para cada uno de nosotros.
Los de este grupo cuando tuvieron claridad de que era lo que debían hacer, decidieron tratar a Jesús como mentiroso, y por eso le preguntaron:
Juan 6:30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces?
Eso en otras palabras quiere decir: ¿Quién es usted? Y más específicamente: ¿Qué tipo de autoridad tiene? Y…
Cuando se pregunta acerca de la autoridad de una persona, lo que se trata de establecer es sí debemos o no debemos sujetarnos a esa autoridad, o hasta que límite esa autoridad es realmente autoridad para nosotros.
Y lo que al final de cuentas se está decidiendo es: ¿Debo o no debo hacer caso a lo que esta autoridad está diciendo?
Ese tipo de cuestionamiento es necesario hacerlo y con más sabiduría entre más importante sea el asunto que esté en juego. Por lo tanto debemos cuestionar al médico, al mecánico, al arquitecto, al maestro y a todos aquellos que nos estén dando dirección acerca de qué hacer en cada uno de estos asuntos.
Más aun siendo cierto lo que vimos la semana pasada de que los hombres mienten y no cumplen, sería el colmo no cuestionar lo que otras personas dicen acerca de temas tan importantes que pueden afectar en gran manera nuestra vida. Insisto: Es un pecado no cuestionarlos. La escritura dice:
1 Tesalonicenses 5:16–22 Estad siempre gozosos. 17Orad sin cesar. 18Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 19No apaguéis al Espíritu. 20No menospreciéis las profecías. 21Examinadlo todo; retened lo bueno. 22Absteneos de toda especie de mal.
Todos estos son mandatos muy importantes y en medio de ellos dice que debemos examinar, cuestionar todo. Ahora: Cuestionar las autoridades que hay en el mundo es un proceso que tiene que ver con varias cosas:
Cuestionamos lo buenas o lo malas que puedan ser estas personas refiriéndome a su moral. También debemos cuestionar su conocimiento o su sabiduría respecto de esos asuntos, porque alguien puede ser muy bueno, moralmente, pero muy bruto. Cuestionamos la dirección, los mandatos y las órdenes que estas personas dan, pensando sí son buenas y si convienen, o si son malas y no convienen.
Pero debemos tener mucho cuidado y una claridad absoluta de que eso, qué es obligación hacer con las personas, NO LO PODEMOS HACER CON DIOS.
Los hombres no podemos jamas cuestionar lo bueno o lo malo que es Dios; tampoco podemos cuestionar en ningún momento el conocimiento que Dios tiene, su sabiduría, su omnisciencia y por supuesto tampoco podemos cuestionar ninguno de sus principios, mandatos o sus órdenes.
Lo único que podemos hacer frente a Dios, más específicamente frente a Jesús es decidir si vamos a aceptar si Jesús es o no es Dios. Y si ya lo hemos hecho, si ya lo hemos aceptado deberíamos recordarlo más a menudo, especialmente cuando tengamos ganas de cuestionarlo.
Pero si no creemos que él sea Dios, entonces si lo podemos evaluar con los mismos parámetros que evaluamos a cualquier autoridad, a cualquier ser humano; Pero insisto: Sí él es Dios, ni se nos ocurra tratar de evaluarlo, porque él solo intento de hacerlo es un pecado horrible.
Trate de imaginarse usted a un hombre pecador que en realidad quiere decir, que tiene una naturaleza inclinada hacia el mal que lo lleva a realizar muchas malas acciones razón por la cual el mundo cada vez empeora más.
Siendo el hombre tan malo, la corona de su maldad, es decir lo más malo que el hombre puede hacer, es pensar que tiene autoridad para juzgar a la persona de Jesús. El Señor Jesús hablo de esta maldad en extremo cuando dijo:
Mateo 6:23 Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?
Lo que esta diciendo es que cuando el hombre es malo y se cree bueno, ésa es la máxima expresión de su maldad, y el asunto empeora cuando creyéndose bueno siendo tan malo, cree que tiene autoridad para juzgar a Dios y lo que Dios hace, ignorando por completo que Dios es Dios, es decir perfección absoluta.
Que el hombre siendo pecador pretenda juzgar a Jesús, es peor que coger a alguien como un Garavito (violador y asesino de más de 100 niños) y ponerlo en el bienestar familiar cuidando niños desamparados, porque nos parece que él podría hacer un buen trabajo.
O tomar a alguien como Hitler y colocarlo como puente para tener buenas relaciones con el pueblo judío. O tomar a alguien como Chaves como emisario de EEUU para arreglar los problemas con Irán.
El hombre jamás tendrá autoridad para juzgar el comportamiento de Dios, lo único que el hombre tiene que hacer para relacionarse con Dios, es decidir si cree que Jesucristo es o no es Dios.
Si no cree que sea Dios, cuestione todo lo que él dice, evalúe como le dé la gana y tomé la decisión de obedecerle o no. Pero sí cree que él es Dios, déjeme repetirlo, no se le ocurra evaluar ninguno de sus principios, ninguno de sus objetivos, ninguna de sus órdenes…
Y ninguna de las cosas que hace a través de su soberanía… Recordemos que quejarnos por cualquier cosa que nos suceda, es hablar mal de Dios. Sólo tenemos que limitarnos a obedecer…
Porque el resultado de cuestionar a Dios normalmente es un asunto de rebeldía que al final nos lleva a desobedecerle.
Recuerdo, que una vez estaba insistiendo en recomendar a un cristiano ante el director de una organización cristiana muy grande, e insistía, porque a pesar de todas las recomendaciones y de todas las buenas cosas que yo veía en este hombre, no lo querían aceptar. Y la respuesta que me dio aquel director fue: “No me sirve, porque a pesar de sus grandes cualidades y sus buenos talentos, él no sabe seguir instrucciones”
El principio encerrado en esta declaración es igual a aquel anuncio en el periódico que decía: “Se necesita ayudante de zapatería que no sepa de zapatería”
¿Por qué? Porque respecto de la relación entre las autoridades del mundo, es posible que un jefe de ciertas instrucciones y el empleado aun sin seguir esas instrucciones, gracias a su mayor conocimiento o a sus mejores habilidades y experiencia, logre hacer las cosas mejor de lo que le ordenaron. Insisto, eso puede suceder.
Pero ese argumento jamás lo podemos aplicar en nuestra relación con Dios. ¿Por qué? Porque él es Dios, lo cual quiere decir que no hay en el universo alguien con mayor conocimiento o con mayor sabiduría que Dios, y a eso añádale que no hay nadie con más poder que Dios para respaldar lo que él ha ordenado. Por lo tanto insisto; Dios jamas debe ser cuestionado, Dios sólo tiene que ser obedecido.
Una cosa es cuestionar lo que alguien está interpretando que Dios dijo, eso está bien, de hecho muchos enseñan cosas que Dios no ha dicho y por eso hay que cuestionar lo que se nos enseña, pero cuando tenemos claridad de lo que Dios ha dicho cuestionarlo es un pecado muy muy grave.
Cuando las personas cuestionan a Dios, no están creyendo que él sea Dios, y el resultado indudablemente será la desobediencia… Sé que a algunos decirles que no pueden cuestionar a Dios puede parecerles algo absurdo, pero muchos olvidan que hay muchas personas del mundo al cual no cuestionan, como si fueran infalibles y no lo son.
La pregunta es: ¿Por qué si hay personas del mundo a las cuales no cuestionan… Porque les parece terrible que Dios no pueda ser cuestionado?
Por esto cuando pienso en una persona que dice que,“cree en Dios” pero que no sigue las instrucciones de Dios, esa persona nos está engañando o mínimo se está engañando así misma.
Cuando uno realmente cree en Dios, una de las cosas que uno comienza a hacer es oír con mucha atención lo que Dios nos dice. Pero cuando una persona cuestiona a Dios que es igual a decir que no cree que él sea Dios, al final termina haciendo lo que él cree que debe hacer y no lo que Dios le ha ordenado. Un ejemplo claro de esto lo podemos ver en la vida de el rey Saúl. La escritura nos cuenta:
1 Samuel 15:1 al 3 Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová. 2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. 3Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos
Seguramente con esta orden, muchos que no entienden lo que significa que Dios sea Dios, pueden comenzar a cuestionar la orden que Dios dio al rey Saúl. (Matar niños y aun bebés no parece muy santo)
Pero cuando digo que el hombre no debe ni siquiera intentar cuestionar a Dios, no sólo lo digo porque; ¡COMO SE LE OCURRE JUZGAR A DIOS¡ Sino porque los parámetros que los hombres usan, y su escala de valores con la cual juzgan a Dios están completamente torcidos.
Por eso sí queremos entender a Dios, no juzgarlo sino entenderlo, debemos evaluar lo que Dios hace a la luz de los valores, principios y objetivos que Dios tiene, y no a la luz de los valores, principios y objetivos que los hombres tienen.
Cuando evaluamos a Dios según sus verdaderos principios y valores el resultado es el siguiente:
Proverbios 8:8 Justas son todas las razones de mi boca;No hay en ellas cosa perversa ni torcida.9Todas ellas son rectas al que entiende,Y razonables a los que han hallado sabiduría.
Aquí lo que dice con claridad es que si una persona es recta, razonable y ha hallado la sabiduría que proviene de Dios, entonces va a ver que todo lo que hace Dios es perfecto y bueno en gran manera.
Pero si una persona no tiene el conocimiento que Dios tiene entonces no debe juzgar a Dios, pero puede confiar en que Dios jamás se equivoca y por lo tanto obedecer.
La historia continúa y la escritura nos cuenta:
1 Samuel 15: 9 Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.
Pregunto: ¿Saúl obedeció, o Saúl hizo mejor de lo que Dios le había mandado hacer?
La costumbre era dejar vivo al rey para luego poderlo pasear encadenado mostrando evidencias de la victoria, y también era costumbre guardar lo que era valioso ya sea para ellos o para ofrecerlo a su Dios.
Podemos decir que este hombre se guió por su carne e hizo lo que mejor le pareció… Pero no siguió la dirección de Dios. ¿Pero qué pensó Dios de esta acción de Saúl y el pueblo?
1 Samuel 15:10 al 11 Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo: 11Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras.
La opinión de Dios no fue que Saúl hizo mejor, sino que se volvió en contra de Dios. Mientras que la opinión de Saúl cuando saludó al profeta Samuel fue:
1 Samuel 15:13 Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová.
Samuel entonces le hace un par de preguntas que evidencian que Saúl no siguió las instrucciones de Dios, y a pesar de ser evidente su desobediencia el rey Saúl contestó:
1 Samuel 15:20 al 21 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. 21Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal.
Tan ciego estaba producto de lo quería hacer, que pensaba que había obedecido muy bien a Dios, y en su gran ignorancia menciona que hizo precisamente las cosas que evidenciaban su desobediencia, como si fueran testimonio de su obediencia.
¿Por qué sí era tan clara su desobediencia no lo podía entender? Creo que en primer lugar porque realmente para Saúl Dios no era su Dios, era el Dios de Samuel pero no el de él. Y lo sabemos por las palabras de Saúl a Samuel cuando le dice:
1º Samuel 15:30–31 Y él dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios. 31Y volvió Samuel tras Saúl, y adoró Saúl a Jehová.
Al no reconocerlo como su Dios, lo que le interesaba era quedar bien delante del pueblo…
La verdad es qué cuando Dios no es reconocido como Dios por los hombres, entonces los hombres lo cuestionamos, y cuando lo cuestionamos lo hacemos con parámetros humanos y no divinos, y por supuesto que la conclusión a la que siempre llegaremos es que debemos desobedecerle, engañados pero convencidos que lograremos hacer mejor de lo que Dios ha mandado.
Es algo inevitable que alguien que se relacione con Dios, sin creer que realmente sea Dios lo trate como un hombre, y como las órdenes de los hombres muchas veces se pueden mejorar, eso es lo que intentaremos hacer, cometiendo el grave error de ignorar que Dios es Dios y que sus órdenes no pueden ser mejoradas.
¿Porque el hombre puede llegar a tomar una acción tan falta de razón, tan falta de lógica, tan poco inteligente, tan absurda, tan de locos?
Digo todo esto porque si le preguntamos a cualquier persona: ¿Quién es más grande, quien es más poderoso, quien es más sabio Dios o los hombres? Respuesta de todos es Dios, a no ser que niegue por completo su existencia.
Pensar que podemos más que Dios no es lógico, no es inteligente, no es sensato, pero lo hacemos cuando queremos hacer valer nuestros deseos por encima de los de Dios.
Eso quiere decir que Saúl ya tenía su propia agenda de lo que quería hacer, y por eso cuando Dios le habló a través del profeta sólo oyó lo que quiso oír, sin prestar verdadera atención a lo que Dios le estaba diciendo.
Eso pasa en las discusiones entre personas cuando lo importante no es hallar la verdad sino demostrar qué se tiene razón. Esa mala actitud produce sordera, pero sólo respecto de las cosas que muestran que estoy equivocado, porque las que puedo usar para demostrar que tengo razón si las escuchó bien.
El Señor Jesús menciona estos dos asuntos cuando habla de la sordera del pueblo ante sus palabras:
Juan 8:43-44 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.44Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer.
Al decir que ellos son de su padre el diablo está diciendo que ellos no creen en Dios y esa es la primera razón por la cual la gente no escucha a Dios.
La segunda es que ellos deseaban lo mismo que su Padre el diablo. Es decir ya tenían su propia agenda de lo que querían hacer y por eso no podían escuchar la voz de Dios, y si algo escuchaban no entendían.
NO ENTRARÁN EN MI REPOSO
Volviendo al caso de Saúl, está desobediencia hizo que Dios lo desechara como rey, y esa consecuencia no es sino la repetición de lo sucedido con el pueblo en el desierto, donde vimos cómo no confiar en la provisión de Dios, que es igual a no oír su voz, fue tomado por Dios como tentarlo y como dudar de su presencia en medio de ellos.
Sin embargo a pesar de lo grave de su pecado Dios misericordioso de todos modos les proveyó de lo necesario:
Éxodo 17:6 al 7 He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel. 7Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?
Moisés golpea la peña de acuerdo a la instrucción de Dios y ellos reciben agua.
Después de este evento ellos tienen guerra con Amalec razón por la cual Dios decidió acabar con ese enemigo del pueblo de Israel, irónicamente Saúl el rey de Israel fue el encargado de hacerlo pero ya vimos cómo no cumplió.
Luego el pueblo volvió a revelarse contra Dios, nuevamente por la misma razón, escasez de agua, y nuevamente Dios le ordena a Moisés a darles agua pero sin golpear la peña…
Números 20:8 al 11 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias. 9Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.10Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?11Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.
Moisés desobedeciendo a Dios golpeó la peña dos veces… Dios misericordioso, les dio agua.
Hay muchas formas de no creerle a Dios, el pueblo no creyó en su provisión, Moisés no creyó en la forma como Dios estaba tratando al pueblo, él pensó que merecía más firmeza. En el siguiente pasaje el pueblo no cree que todas las cosas ayudan a bien, y ante un inconveniente con Edom que no los quería dejar pasar, el pueblo nuevamente se revela atrayendo sobre sí como disciplina la muerte de muchos de ellos, por causa de las serpientes….
Respecto del pecado de Moisés continúa diciendo la escritura:
Números 20:13 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.
Lo cual quiere decir que después de haber soportado al pueblo durante 40 años no iba a meter esa congregación a la tierra prometida y el tampoco entraría.
¿Qué simboliza la tierra prometida? Muy sencillo; el pueblo estaba esclavo en Egipto siendo asesinados y subyugados de manera espantosa, claman a Dios y son liberados de manera milagrosa, y el pueblo debe pasar a través del desierto para llegar a la tierra prometida, una tierra que fluye leche y miel.
Eso quiere decir que de la esclavitud de Egipto y del camino en el desierto donde las cosas llegaban con medida sólo para sostenerlos, la gran esperanza era llegar a la tierra prometida.
¿Pero qué pasó? Que así como Saúl fue desechado por desobediente, el pueblo también fue desechado por desobediente, junto con Moisés y Aarón que también por desobedientes fueron desechados para no entrar a la tierra prometida.
Pregunto: ¿Qué hace que la gente no pueda entrar a la tierra prometida? ¿La desobediencia?
No, no es la desobediencia, lo que hace que sean descalificados para entrar a la tierra prometida es la falta de fe o la incredulidad, y la desobediencia es la evidencia de esa falta de fe. Por eso dice la escritura:
Hebreos 3:15 al 19 Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. 16¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? 17¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? 18¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron?19Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.
Resumiendo lo que estamos viendo hoy, podemos decir que cuando no creemos que Dios sea Dios lo tratamos como si fuera un hombre, lo juzgamos, concluimos que hay formas mejores de hacer las cosas.
Y si a esto le añadimos que ya tenemos nuestra propia agenda, eso nos da una motivación más para no poner atención a lo que Dios dice y por lo tanto desobedecerle.
La semana pasada vimos de forma muy sencilla y muy clara como los hombres tomamos la decisión de no creerle a Dios por creerles a los hombres, y tomamos esa decisión porque no queremos abandonar nuestros pecados, es decir nuestra propia agenda.
Además de entender que todo se origina en no creer en Dios, es muy importante que tengamos claro que no creemos en Dios porque no queremos, no porque no podamos.
Eso quiere decir que jamás alguien podrá decir: “Me quedé por fuera de la tierra prometida porque no pude creer” lo que en realidad tendrán que decir es: “Me quede por fuera porque no quise abandonar mis pecados”.
DEBEMOS DECIDIR DEJAR DE PECAR
Ya teniendo claro esa realidad, teniendo claro que debemos decidir confiar en Dios la escritura hace la siguiente advertencia:
Hebreos 4:1 al 2 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. 2Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.
Es importante meternos en el contexto histórico y entender que esta carta fue escrita a los hebreos que habían escuchado el mensaje de Jesús, pero todavía insistían en vivir de acuerdo a la ley, para a través de la obediencia a la ley obtener la salvación y la bendición de Dios.
Por eso el llamado para ellos es que si oyeron la palabra, el evangelio de la salvación, es importante que coloquen fe en lo que han oído no sea que no obtengan la salvación.
Si nosotros ya hemos creído en Jesucristo como Señor y Salvador, y sí Dios ya han realizado en nosotros el Nuevo Nacimiento entonces ya tenemos acceso al reposo de Dios.
Sí han estado poniendo atención notarán que la escritura hace un paralelo o similitud entre la tierra prometida y el reposo de Dios.
Después de Egipto y después del desierto entrar a la tierra prometida era tener asegurado un modo de vida donde había seguridad, estabilidad, abundancia de muchas cosas, todo esto en el sentido material.
La tierra prometida aunque trajo mejoría en este sentido, por causa de la incredulidad Dios más de una vez mandó a otros pueblos a que los tomarán cautivos y los llevaran lejos de la tierra prometida.
Pero hoy bajo el nuevo pacto, la tierra prometida será una completa realidad en el tiempo del milenio, donde el pueblo de Israel gozará de absolutamente todo lo prometido para ellos.
Sin embargo lo más importante de esto, es entender que Cristo es nuestra tierra prometida. Y la escritura nos advierte acerca de no dejarnos engañar respecto de esta verdad, que en Cristo tenemos todo lo que necesitamos. Por eso dice:
Colosenses 2:8 al 10 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. 9Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,10y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
Esto dicho de otra forma podría ser: ¿Si tenemos a Cristo que nos puede faltar? Y si revisamos las promesas del Nuevo Pacto entendemos que en realidad no nos falta nada, sino sólo creer en lo que él nos ha dado, para poderlo disfrutar.
Cristo es nuestra tierra prometida, la falta de fe que viene por causa de no querer dejar nuestros pecados, no nos deja disfrutar de nuestra tierra prometida.
Si queremos disfrutar de nuestra tierra prometida y vivir llenos de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y templanza lo que tenemos que hacer con la dirección, la ayuda y el poder de Dios, es dejar nuestros pecados.
A. EL ENGAÑO DEL PECADO
Si volvemos al texto que llevamos tres semanas estudiando vamos a ver que él nos advierte acerca del pecado de la siguiente manera:
Hebreos 3:12 al 13 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Recordando cosas que ya hemos visto, en primer lugar es maldad no creerle a Dios pues la razón para no hacerlo es que decidimos confiar en los hombres mentirosos que no cumplen.
La segunda razón por la que no confiamos en Dios, es porque no queremos abandonar nuestros pecados.
Al insistir en estas dos malas actitudes nuestro corazón se va endurecer, pero aclara que el resultado de todo esto es el engaño del pecado.
Pregunto: ¿A quién le gusta que lo engañen? Déjeme repetir: ¿A quién respecto de cosas muy valiosas en su vida le gusta que lo engañen?
Por supuesto que el engaño del pecado tiene un autor:
Génesis 3:13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.
La pregunta es: ¿Qué tan conscientes somos de que el diablo nos está engañando haciéndonos en primer lugar creer en él y no en Dios? Y en segundo lugar haciéndonos ver el pecado como algo bueno para nosotros.
Y hemos sido tan tontos y tan ciegos que le hemos creído, y por eso todavía hay pecados que no reconocemos como pecado y los seguimos cometiendo.
Porque a eso se refiere cuando dice que estamos duros por el engaño del pecado, es decir que la práctica del pecado que en la carta de Santiago dice que produce muerte, ha cauterizado nuestra conciencia de tal manera que nos es difícil reconocer que eso que hacemos es pecado.
LA AYUDA DE DIOS… Pero como estamos completos en él, tenemos las herramientas necesarias para solucionar este asunto, por eso continuando con hebreos vemos que dice:
Hebreos 4:11 al 13 Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. 12Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. 13Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
¿Qué dice? Que tenemos la palabra de Dios que entra hasta lo más profundo de nuestro corazón y nos lleva a discernir, a entender nuestros pensamientos, mostrando las motivaciones y las intenciones de nuestro corazón, de tal manera que podemos gracias a ella ver con claridad nuestros pecados.
¿Es eso lo que usted recibe cada semana cuando viene acá? Porque eso es lo que debe ser la palabra de Dios que se predica en las iglesias:
Eclesiastés 12:11 Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor.
¿Y qué es lo que debemos hacer con aquello que la palabra de Dios nos va mostrando? La carta de hebreos continúa:
Hebreos 4:14 al 16 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Él nos entiende, se compadece de nosotros y nos dará lo necesario para salir victoriosos del pecado y disfrutar del reposo, la vida en el espíritu, la presencia del Dios.