SI OYEREIS HOY SU VOZ – PARTE 2
I. INTRODUCCIÓN
La idea que la gente común y corriente tiene acerca del pecado, es una idea bastante diferente de lo que la escritura nos enseña que es el pecado. Y tal vez lo más serio es que los hombres piensan que el pecado a los ojos de Dios es algo sencillo o trivial, cuando la realidad es que el pecado es algo supremamente grave, tan grave que el que no obtiene a lo largo de su vida el perdón de Dios, sufrirá de un castigo tan grande que es difícil de imaginar, porque no sólo será horrible sino ademas eterno.
Por ejemplo; el pecado o el mal en el mundo tiene relación con códigos de ética o de moral que la gente infringe. Estos códigos de ética y moral, están basados en las creencias que los hombres tienen acerca del bien y del mal. Y por esta razón por cuanto se trata de las creencias que los hombres tienen, es que encontramos que lo que para unos es pecado para otros no.
Para solucionar los problemas que esas diferencias traen en la relación de los hombres, es que sean inventado leyes que tienen el propósito de permitir que la gente disfrute de sus derechos, pero sin atropellar los derechos de los demás. De allí el dicho: “Su libertad termina donde comienzan los derechos de su prójimo”.
El problema con estas leyes es que ignoran el pecado, y siendo este tan destructivo cuando los hombres legislan a favor del pecado de tal manera que los hombres pueden pecar como si fuera algo bueno, el resultado final es que destruyen el buen propósito que Dios tiene con el hombre, y por esto no es equivocado decir que muchas leyes humanas son abominables a los ojos de Dios.
En cierto país están autorizando que los adultos tengan sexo con los niños si es una costumbre en ese lugar, y si los niños consienten con tener sexo. Y yo pensaba que si un adulto viola a un niño según la ley del mundo debe ir a la cárcel, pero si el adulto convence al niño de tener esta relación sexual u homosexual, es decir si lo corrompe para que este niño acceda voluntariamente, entonces éste corruptor de menores goza de toda la protección de la ley de los hombres.
Y es por esta razón, porque la ley protege este tipo de comportamientos que la gente está aceptando cada vez de manera más normal cosas que a los ojos de Dios son perversas. No sólo toda la degradación que hay en el sexo con esto de la identidad de género, la perversión de los niños, los abortos, la eutanasia… Que son según ellos ”logros de la humanidad en favor de los derechos de los hombres” por lo tanto si usted llega a criticar ese comportamiento el que se mete en problemas es usted por ir en contra de la ley de los hombres.
Pero esto que a los hombres parece normal es muy diferente si lo vemos desde el punto de vista de Dios, pues según la ley de Dios, es peor convencer a alguien de volverse homosexual, que violarlo.
¿Por qué? Porque la escritura enseña que el que practica la homosexualidad no entrara al reino de los cielos, mientras que los que han sido violados el ser víctimas no los excluye de poder obtener la salvación.
Por supuesto, no entrar al reino de los cielos o condenarse, no es un problema sólo de los homosexuales, también de los injustos, los idólatras, adúlteros, afeminados, ladrones, avaros, borrachos, mal hablados, etc. Cualquiera que practica cualquier pecado tampoco entrará al reino de Dios. La escritura dice:
1 Corintios 6:9 al 10 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
Resumiendo podemos decir que la lista de las cosas que los hombres aprueban y Dios desaprueba es muy pero muy larga.
También es cierto que algunas cosas que los hombres llaman pecado, igualmente es pecado a los ojos de Dios… Sin embargo hay algo que a los hombres les parece incomprensible y que marca una diferencia radical y fundamental, entre lo que los hombres creen que es pecado y lo que es pecado según Dios.
Cuando el Señor Jesús vino a dar testimonio de la verdad para librar a los hombres del engaño, es decir de su propio concepto del pecado, él dijo lo siguiente:
Juan 16:8 al 11 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9De pecado, por cuanto no creen en mí; 10de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
Se refería a que el Espíritu Santo sería el encargado de mostrarles a los hombres las verdades de Dios, como por ejemplo; que el comportamiento de Jesús en la tierra fue tan justo que ahora está en la presencia de Dios. Que el príncipe de este mundo, Satanás ha sido juzgado y su sentencia se le aplicará un poco más adelante.
Pero lo primero que menciona este texto es que la función del Espíritu Santo es convencer a los hombres que: El pecado es no creer en Jesús como el hijo de Dios.
No creer en esta verdad, no reconocer a Jesús como el hijo de Dios es el pecado básico y el más grave que todo ser humano pueda cometer. Sin embargo hay muchísimos que no reconocen a Jesús como el hijo de Dios, y no creen que eso tenga la más mínima importancia, precisamente porque su forma de evaluar el pecado es muy diferente.
Pero la realidad es que absolutamente todas las cosas que los hombres hacen mal (Que en su gran mayoría no reconocen como maldad ) son consecuencia de no creer en Jesús como el hijo de Dios, por eso la solución a todos estos males es comenzar a creer en Jesús como el hijo de Dios.
¿Pero cómo es posible que todo esté centrado solo en ese aspecto? Muy sencillo, porque la incredulidad respecto de Jesús como el hijo de Dios, también los lleva a no creer lo que él dice, ni a creer en sus principios, ni en sus leyes, ni sus planes, mucho menos creen en la salvación o la condenación que recibirán los hombres.
Pero: ¿Qué ha llevado a los hombres no sólo a ignorar, sino a ir completamente en contra del Dios todo poderoso creador de los cielos y la tierra?
En este último tiempo, viendo lo que está pasando en el mundo, conociendo lo que publican no los medios oficiales sino los independientes, he sido cada vez más consciente de una verdad que es aterradora y que creo que aún nosotros los cristianos no entendemos a cabalidad, aunque hace cerca de 2.000 años fue dicho por Dios en su palabra… ¿A qué verdad me refiero? A que la escritura dice:
1 Juan 5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
No es sólo una parte del mundo, es el mundo entero, y con esto debemos entender que quien no está de manera genuina de parte de Dios está bajo la influencia del maligno… Y ojo, no hay neutrales, no hay un punto medio, o somos de Dios o somos del maligno.
Y lo que Satanás ha logrado gracias a la confianza que los hombres han colocado en el de manera directa o indirecta, es corromper sus corazónes de la misma manera que corrompió el suyo. La escritura nos cuenta:
Ezequiel 28:17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.
En lugar de agradecer lo que había recibido de parte de Dios, lo usó para enaltecer su corazón, para llenarse de orgullo, prepotencia, altivez… De tal manera que llegó a pensar que no necesitaba de Dios, que él por sí mismo podía lograr sus objetivos. Y esto mismo es lo que le ha enseñado a los hombres los cuales también han enaltecido sus corazones, y por eso también creen que pueden vivir sin tener en cuenta a Dios.
También es cierto que hay personas que dicen que Dios no existe, pero esto plantea un problema supremamente serio porque no pueden explicar el origen de todas las cosas, y por eso, aunque niegan la existencia de Dios han hecho de la naturaleza misma un Dios, que se creó así misma, y que evolucionó hasta lo que vemos hoy, lo cual aunque no lo reconozcan es una creencia netamente religiosa porque no hay forma de corroborar su veracidad. La escritura confirma esta manera de pensar cuando dice:
Romanos 1:21–23 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Pero aparte de los de la religión de la evolución que tal vez son los peores, también están aquellos que no están tan embrutecidos como para negar a Dios, pero que por causa de la altivez y el orgullo que Satanás ha sembrado en su corazón, han llegado en ciertos aspectos a creerse iguales a Dios.
Por supuesto esto también es una burrada muy grande, pero es la forma como pretenden apaciguar su conciencia al estar viviendo ignorando a Dios.
Pero claro no llegan a pensar que son tan poderosos como Dios obviamente, pero sí creen que moralmente Dios es igual a ellos, y por lo tanto lo que ellos hacen seguramente Dios también lo haría.
Eso es igual a decir que: “Sí Dios hubiera estado en mi lugar hubiera hecho lo mismo que yo hice”.
Pensar de esa manera la verdad me parece que es una completa locura, es gravísimo, pero el problema es que el hombre no lo ve con esa claridad, pues cuando el hombre hace algo que no está bien, lo que normalmente piensa es que a Dios eso no le importa mucho, o qué Dios no se mete en esos asuntos, o qué Dios entiende la situación, es decir que el asunto no está mal o está justificado.
Pero la realidad es que cuando el hombre piensa que Dios es como él, se está subiendo al nivel de Dios, y eso sin querer ser ofensivo, es una muestra clara de arrogancia y estupidez al máximo nivel.
Ya hemos visto historias como la de Job, que cuando creyó estar al nivel de Dios para discutir con él, Dios le reveló parte de su grandeza y este hombre entendió que no era nadie para discutir con él. O como la historia de Nabucodonosor donde Dios también trata a este hombre, y lo lleva a entender su verdadera condición delante de Dios…
En los primeros años de mi vida cristiana, entendiendo el trato que Dios me daba para colocarme en mi lugar, algo que es necesario que Dios haga con cada uno de nosotros para facilitarnos que podamos creer en él, había ciertos pasajes en la escritura que me producían, y todavía me producen alegría, pues muestran la determinación y el poder de Dios para ayudar al hombre a salir de este engaño que lo puede llevar a la perdición eterna. Por ejemplo:
Jeremías 49:16 Tu arrogancia te engañó, y la soberbia de tu corazón. Tú que habitas en cavernas de peñas, que tienes la altura del monte, aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender, dice Jehová.
Esta sentencia es dada a un pueblo que creía tener el poder suficiente para no hacer caso a Dios, pero Dios le mostraría lo equivocado que estaba. Este otro:
2 Reyes 19:28 Por cuanto te has airado contra mí, por cuanto tu arrogancia ha subido a mis oídos, yo pondré mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.
Estas son palabras contra el rey de asiria, que pensaba que después de haber destruido tantos pueblos haría lo mismo con Jerusalén, e ignorando el favor de Dios por su pueblo, les mandó cartas amenazantes diciéndoles que así como los dioses de los otros pueblos no los habían podido ayudar, igual pasaría con ellos. Pero leemos más adelante:
2 Reyes 19:35 al 37 Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos. 36Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, y volvió a Nínive, donde se quedó. 37Y aconteció que mientras él adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer sus hijos lo hirieron a espada, y huyeron a tierra de Ararat. Y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo.
Dios no sólo acabó con su arrogancia y necedad, también con su vida. A otro personaje, el rey de Tiro que sufría del mismo mal de la arrogancia, la escritura nos cuenta:
Ezequiel 28:2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios….
Creerse Dios o tener corazón de Dios, es pensar que somos suficientes para gobernar nuestra vida, para tomar decisiones, y para proveernos todo lo que necesitamos para cumplir con nuestros objetivos sin la ayuda de Dios, y aun contra los deseos de Dios. Pues a este también Dios le habló:
Ezequiel 28: 9 al 10 ¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador. 10De muerte de incircuncisos morirás por mano de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor.
Al pueblo de Israel cuando huyendo de los tratos de Dios buscaba apoyo en el pueblo de Egipto, Dios le aclara:
Isaías 31:3 Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.
Creo que el mensaje es muy claro, subirse al nivel de Dios, es la más grande locura que al hombre se le pueda ocurrir. Pero otra locura igual de grande es:
El hombre bajando a Dios al nivel del hombre. Y por esto encontramos que en la escritura el Señor después de mencionar una serie de pecados que están cometiendo, les anuncia que los va a reprender y les va a mostrar la realidad. Dice así:
Salmos 50:21 Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.
En otra versión dice:
Salmos 50:21 Todo esto has hecho, y me he callado; pensaste que yo era igual que tú. Pero voy a acusarte cara a cara, ¡voy a ajustarte las cuentas!
Fijémonos que el origen del mal comportamiento del hombre, tiene relación con el concepto que el hombre tiene de Dios, en este caso Dios dice: Usted actuó mal porque pensaba que yo era como usted.
El resultado es prácticamente el mismo; colocar a Dios al nivel del hombre ya sea subiendo al hombre o bajando a Dios, le hace creer al hombre que puede vivir como le venga en gana. En este caso, cuando el hombre rebaja a Dios colocándolo a su nivel, por supuesto que lo está menospreciando o tal vez debería decir despreciándolo.
Pero Dios nuevamente buscando ayudar al hombre le aclara que no son iguales y le explica:
Números 23:19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?
Ahora estas dos malas actitudes de los hombres plantean un problema básico y es qué LOS HOMBRES NO LE CREEN A DIOS POR CREERLE A LOS HOMBRES.
Cuando el hombre baja a Dios al nivel del hombre lo hace para relacionarse con él como si fuera otro hombre, pero: ¿Cómo es la relación entre los hombres y cuál es la diferencia con Dios?
Muy sencillo, cuando Dios dice que no es hombre, el punto principal en el que Él quiere marcar la diferencia en este pasaje, es que Dios no miente, que Dios sí cumple.
Y al hacer esta diferencia indudablemente está diciendo que los hombres si mienten, y los hombres no cumplen. (Aún los cristianos tenemos mucho que aprender a este respecto, pues en muchos creyentes su si no siempre es si, por esta razón son tan incumplidos lo cual por supuesto es pecado.)
Ahora, si Dios dice que los hombres mienten: ¿Que nos va a pasar a nosotros si creemos todo lo que los hombres nos dicen? Pues que siendo engañados nos van a perjudicar.
Es increíble ver al mundo creyendo todas las mentiras que los hombres continuamente dicen, aún acerca de temas tan importantes como la creación, la religión, la salud, y muchos otros temas en los cuales los hombres de manera continua simplemente repiten lo que han escuchado, sin tener ninguna prueba de la veracidad de esos asuntos…
Es decir gracias a la enorme capacidad que Dios nos ha dado para confiar, cometemos el grave error de decidir creer cualquier bobería o necedad que los hombres digan para tratar de justificar no creerle a Dios.
Pero si Dios dice que los hombres son mentirosos. Pregunto: ¿Está bien que nosotros creamos lo que los hombres nos dicen? Por supuesto que no. ¿Acaso no hemos tenido serios problemas por creerles a los hombres? Por supuesto que sí.
Pero los hombres somos tan necios, que cuando escuchamos esto que Dios dice, qué los hombres son mentirosos y no cumplen, nos parece que Dios nos está dañando el corazón perjudicando nuestra relación con los hombres.
¿Acaso no debo creer en mi esposa, acaso no debo creer en mi marido, acaso no debo creer en mis hijos o en mis empleados? La respuesta es; pues no siempre.
Es más, me imagino que algunos pueden sentirse ofendidos cuando se les diga que Dios dice que ellos son mentirosos y que no cumplen… Pero el asunto de la mentira de los hombres es tan serio, que cuando alguno se ofenda porque usted no le cree al pie de la letra lo que le está diciendo, recítele el siguiente versículo:
Jeremías 17:5 Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
Y pregúntele: ¿Cree usted esto que Dios dice o no lo cree? Y yo le pregunto a ustedes: ¿Creen ustedes lo que Dios dice, o no le creen?
Pero el problema no es sólo que tenemos la tendencia a creer lo que nos dicen los hombres porque nos gusta lo que nos dicen, el problema se vuelve más serio porque aún somos capaces de creer aún lo que no nos han dicho.
Y entonces la muchacha le dice al joven, “La verdad tú no me interesas, no me vuelvas a llamar búscate a otra, déjame tranquila”…. Y él sale pensando; “ella va a cambiar y al final si me va a querer” y entonces, aunque ya le han dicho que no, sigue soñando con ella… A eso me refiero cuando digo que el hombre cree hasta lo que no le ha dicho.
Y todo esto junto, como dice el versículo, lleva al hombre a hacer algo todavía más grave que es: No confiar en Dios y apartarse de él. En conclusión…. No hay duda que cuando los hombres no le creemos a Dios es porque decidimos creerle a los hombres, aún lo que no nos han dicho.
Piense bien en lo que está escuchando, la única razón por la cual los hombres no creen en Dios y no le creen a Dios es porque prefieren, creer a los hombres,
Es decir; se niegan a creer que Dios dice que los hombres son mentirosos, y cuando Dios les habla piensan que Dios si es mentiroso, y que no cumple.
ESE ES EL PECADO, Y ES LA RAÍZ DE TODO EL MENOSPRECIO HACIA DIOS, HACIA SUS PRINCIPIOS, HACIA SUS PLANES, Y HACIA SUS MÉTODOS.
¿Cómo se soluciona esto? La pregunta si hemos entendido lo anterior resulta tonta en extremo. Si el pecado es no creer en Dios y no creerle a Dios, la solución obviamente tiene que ser creer en Dios y creer lo que él ha dicho. (Estoy diciendo cosas redundantes para asegurarme que me entiendan)
¿Creemos todo lo que la escritura dice o todavía vivimos creyéndoles a los hombres y negando las verdades de Dios?
En la escritura hay versículos extraordinarios que encierran o resumen tantas verdades, uno de ellos que tiene que ver con nuestro tema es este:
Juan 6:27 al 28 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. 28Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?
Jesús los está exhortando porque por causa de su incredulidad le están buscando para que les dé cosas materiales. ¿Si oyeron bien? Buscar a Dios para qué nos de cosas materiales no es una señal de fe sino de incredulidad.
Esto puede parecerle absurdo porque la escritura dice que él es nuestro proveedor y que por lo tanto creer que él me da la provisión no puede ser pecado.
Ciertamente creer que él me da la provisión no es pecado, pero buscarlo para que me de la provisión si es una señal de incredulidad, porque Dios ya dijo que nos iba a dar lo necesario para vivir, por eso pensar que Dios no nos va a dar lo necesario es tentar a Dios, y es una señal de incredulidad.
Y además cuando la gente busca a Dios para que les de lo que el ya prometió que les iba dar, cometen la grave equivocación de no buscarlo por lo que si deberían buscarlo… Y esto también es incredulidad.
No estoy seguro que éstos hombres hayan entendido lo que Jesús les dijo, sin embargo preguntaron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?
Y la pregunta nos permite entender qué al menos si entendieron el jalón de orejas, y que la razón de buscar a Jesus no debía ser para recibir pan, sino por las cosas eternas, qué él como hijo de Dios les daría.
Y tal vez acostumbrados a los rituales ellos esperaban recibir ciertas normas para cumplir y poder así recibir las cosas eternas, sin embargo el Señor les contestó:
Juan 6:29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
Eso es todo. Por supuesto que se refiere a creer con una fe verdadera en él, el Jesús verdadero, no a creer con una fe muerta, fingida o débil en una imagen distorsionada de Jesús, que ofrece cosas que Dios verdaderamente no ofrece.
Pero cuando ellos escucharon que todo se resumía en creer en él, y por supuesto en lo que él diga, lo cual les daba a ellos claridad acerca de cual era la voluntad de Dios … Hicieron la siguiente pregunta:
Juan 6:30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces?
Es decir cuando tuvieron claridad acerca de cuál era la voluntad de Dios, lo que hicieron aunque de forma poco disimulada fue decirle a Jesús… MENTIROSO. Y es por eso porque creen que él está mintiendo, que él debe demostrar que está diciendo la verdad haciendo alguna señal o milagro, de tal manera que ellos le crean.
Pero prueba de la mala actitud y la incredulidad de estos hombres, es que ellos estaban allí precisamente porque habían visto el milagro de la multiplicación de los panes y los peces… Es decir; ese milagro si los convenció de qué debían pedirle más cosas materiales, pero no fue suficiente para convencerlos de buscar las cosas eternas, de hacer la voluntad de Dios.
Los hombres son capaces de creer en Jesús si es para obtener lo que ellos desean, pero cuando se trata de hacer la voluntad de Dios ahí si no hay suficiente fe.
Algo parecido pasa cuando las personas entienden que la escritura es la palabra de Dios, y que lo que ella diga es la máxima autoridad para nuestra vida. Cuando entienden esto entonces preguntan: ¿Cómo sabemos que la Biblia es realmente la palabra de Dios? O ¿Cómo sabemos que está bien traducida?
Y al ver estas malas actitudes comprobamos lo que la escritura enseña, que por creer a los hombres que son mentirosos el hombre llama mentiroso a Dios que es verás.
Pregunto: ¿Necesita el hombre pruebas para creer en Dios? Déjenme contestar con otra pregunta: ¿Necesita el hombre pruebas para creer en el hombre?
Y entonces descubrimos que para creer a los hombres que son mentirosos el hombre muchas veces no pide pruebas aún en asuntos importantes, pero para creer en Dios que es veraz, sí.
¿Por qué? Porque lo que el hombre le dice al hombre le permite seguir viviendo en su pecado, mientras que lo que Dios dice, si el hombre lo cree, le ayudaría a salir de su pecado.
Según esto así, la pregunta entonces es: ¿Quiere el hombre salir de su pecado o no quiere salir de su pecado?
En el evangelio de San Juan leemos:
Juan 3:16 al 18 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Y al continuar entonces aclara:
Juan 3:19 al 21 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Si le creemos a Dios: ¿Qué es lo que nos debe quedar supremamente claro al ver todo esto en la escritura?
Que para salir de nuestro pecado lo único que necesitamos es creer en Jesús y su palabra. Y que creer o no en Jesús no es cuestión de si podemos creer o no podemos creer, si no de si queremos salir del pecado o no queremos salir del pecado.
Es por eso, y lo leímos la semana pasada, que la escritura dice:
Hebreos 3:7 al 8 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, 8No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto…
Esto mismo dicho en lenguaje bien popular quiere decir que sí Dios le dice a usted algo, créalo.
Porque si usted no cree lo que Dios le dice, entonces su corazón se va endurecer hasta el punto que luego ni siquiera podrá oír la voz de Dios, y eso es todavía muchísimo más grave. Y para que no nos pase esto es que la escritura dice:
Efesios 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención
En otra versión dice:
Efesios 4:30 No hagan que se ponga triste el Espíritu *Santo de Dios, que es como un sello de identidad que Dios puso en ustedes, para reconocerlos cuando llegue el día en que para siempre serán liberados del pecado.
Cuando Dios nos habla, que por supuesto lo hace para nuestro beneficio, de hecho si ya nos ha perdonado y no tiene nada contra nosotros debería ser fácil aceptar que nos habla para nuestro beneficio. Pero cuando no le escuchamos, y cuando no hacemos como él dice, el Espíritu se entristece. Pero también dice:
1 Tesalonicenses 5:18-19 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 19No apaguéis al Espíritu.
Pero también habla de que el Espíritu se puede apagar. Y no sólo ocurre cuando no hacemos caso a lo que él nos dice, también puede ocurrir cuando no agradecemos a Dios por absolutamente todo lo que sucede.
Cada vez que no le agradecemos a Dios por todo, estamos diciéndole que es mentiroso… Por qué si él dice que todas las cosas ayudan a bien y no le agradecemos de todo corazón en todo, entonces le estamos diciendo que nos está mintiendo.
Un espíritu apagado entiendo que es un espíritu que cada vez se hace más sordo a la voz de Dios:
¿Llegará el hombre a ser completamente sordo a la voz de Dios? No lo sé… Pero dejar de oír su voz es grave.
Sabiendo lo beneficioso que es oír y hacer la voluntad de Dios, sabiendo lo grave que es oír la voz de Dios y no hacer caso, sabiendo también que no es cuestión de capacidad si no de decidir si deseamos o no salir del pecado, la pregunta es: ¿Qué estamos esperamos?
¿Qué esperamos para comenzar a ejercer autoridad de Dios sobre nuestra familia? (Eso también es para las Madres especialmente para las alcahuetas)
¿Qué esperamos para comenzar a tratar a nuestra esposa o a tu esposo como lo más importante de tu vida después de Dios?
¿Qué esperamos para andar verdaderamente sujetos a las autoridades?
¿Qué esperamos para comenzar a compartir lo que Dios nos ha dado?
¿Qué esperamos para comenzar a ser fieles con Dios y con los hombres respecto de las finanzas?
¿Qué esperamos para ser responsables con los estudios y con cualquier otra responsabilidad que Dios nos haya dado?
Es decir: ¿Qué esperamos para creerle a Dios? ¿Qué hace falta? En el salmo 50, donde vimos que el hombre se hace igual a Dios para seguir pecando, el versículo que sigue dice:
Salmos 50:22 al 23 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, no sea que os despedace, y no haya quien os libre….. 23El que sacrifica alabanza me honrará; Y al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios.
Ciertamente este es un pasaje del viejo pacto, sin embargo nos muestra lo grabe que es no oír la voz de Dios. Bajo el Nuevo Pacto si ya sé es hijo de Dios por supuesto no podemos perder la salvación, pero… ¿Se ha preguntado usted por qué Dios tomó la acción que tomó con Anas y Zafira?
Es por eso que para no hacernos difícil la vida la escritura nos dice:
Hebreos 3:12 al 13 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
¿Qué dice allí? Que es maldad que no le creamos a Dios, más aún cuando ha hecho todo lo que ha hecho por nosotros sin merecerlo, para que podamos vivir una eternidad espectacular.
Y por eso, porque los planes de Dios son sólo buenos para cada uno nosotros, es que dice que el engaño del pecado puede endurecer nuestro corazón, puede apartarnos de Dios si no nos reunimos a la luz de su palabra, para motivarnos a creer cada vez más en Dios.
Es por esto qué digo, que sin lugar a dudas no importa la disculpa que tengamos para no hacerle caso a Dios hoy. Si pensamos que nuestra disculpa es válida estamos completamente engañados, y la solución está en revisar a la luz de su palabra que hay razones de sobra para obedecerle a Dios… Pero ¿Estamos oyendo la voz de Dios o ya no escuchamos nada?
Este pasaje que nos insiste en la importancia de oír la voz de Dios también menciona:
Entre tanto que se dice hoy. ¿Qué significa? Cuando no se diga hoy, es porque ya no hay tiempo. Y no hay tiempo porque el Señor llegó o porque nos mandó a recoger. Es decir este pasaje vuelve a recordarnos lo valioso del tiempo y lo valioso de oír la voz de Dios.
Hebreos 3:16 al 19 ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? 17¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? 18¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? 19Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.
Hebreos 4:1 al 2 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. 2Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.