LA NECECIDAD DE LA ADORACIÓN – PARTE 2 | DOS CLASES DE ADORACIÓN

 LA ADORACIÓN 2
DOS CLASES DE ADORACIÓN

I. INTRODUCCIÓN

No hay duda que lo que todos los seres humanos, o al menos la gran mayoría de ellos no queremos pasar por situaciones difíciles, pérdidas irremediables, tragedias, la muerte de los seres queridos y muchos ni siquiera su propia muerte, y por esta razón los hombres tratamos de cuidar, y de cuidarnos para evitar este tipo de eventos.

Es también por esto mismo que para muchos creyentes el salmo 91 se a convertido en un tesoro, inclusive hay quienes tienen la costumbre de dejar las escrituras abiertas en este salmo, lo cual demuestra su deseo de recibir la protección que allí se menciona. Por qué este salmo dice cosas como las siguientes:

Salmo 91:3–4 El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. 4Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.5 No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, 6ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. 7Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará.

Un poco más adelante dice:

Salmo 91:11–13 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. 12 En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. 13Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.

No hay duda que es un cántico muy hermoso donde se manifiesta una confianza muy grande en la protección de Dios, pero no podemos decir que esto se haya cumplido en todos los creyentes, ni tampoco podemos decir que nunca se cumple, porque ciertamente Dios ha hecho prodigios portentosos cuidando a su pueblo.

Pero en otras ocasiones los ha dejado a merced de sus enemigos, no porque no haya podido protegerlos, sino porque hay algo más importante que la vida temporal que estamos viviendo en la tierra, eso mas importante es la vida eterna, en la cual Dios trabaja a través de las circunstancias para podernos bendecir grandemente.

Pero si llegará el tiempo en que toda esta proteccion se cumplirá al pie de la letra, sólo que primero tienen que suceder una serie de cosas para prepararnos para ese tiempo, y eso lo podemos leer en la escritura:

Apocalipsis 21:2–4 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Y entre esas primeras cosas que ya pasaron, está ese trato amoroso de Dios para bendecirnos, aunque muchas veces implique que tengamos que pasar por situaciones difíciles, como hemos visto qué sucedió en la vida de Job.

La semana pasada vimos la reacción que tuvo este hombre frente a circunstancias, que creo que jamás ha sufrido hombre en la tierra en un solo día. Y leímos:

Job 1:20 al 22 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, 21y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.22En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.

A pesar del dolor tan grande, reconoció que absolutamente todo lo que tenía, aun la vida misma le pertenecía Dios…. Por lo mismo reconoce que Dios como dueño de absolutamente todo, puede disponer de ello dándole o quitándole a los hombres cuando el lo considere mejor…

Y que la reacción que los hombres debemos tener ante este mover de Dios, debe ser de alabanzas, porque, y este es el punto más importante, cuando Dios hace cualquiera de estas cosas lo hace solamente para bendecirnos con la bendición espiritual que sobrepasa en valor todas las cosas materiales.

Y no hay duda que recibir las circunstancias difíciles con la convicción de que Dios a través de ellas nos va a bendecir, hará mucho más fácil pasar esos tiempos, que si los recibimos con queja, amargura, resentimiento, rabia y otras muchas malas actitudes con las cuales responden aquellos que no creen o no confían en Dios.

Sin embargo, a pesar de la buena respuesta de Job, al seguir leyendo vemos que la situación siguió empeorando todavía más…

Job 2:7 al 10 Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. 8Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.9Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. 10Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

Y en principio vemos que este hombre insiste en pensar bien de Dios… Sin embargo dice algo que si no es bien entendido, puede hacer mella en la imagen que tenemos de Dios. ¿Qué fue?

Job 2: 10 ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

Cuando el profeta Jeremías se queja por las tragedias sucedidas al pueblo, Dios para hacerlo consciente de qué él tenía el control de lo que estaba pasando, le dice que; de Dios recibimos lo bueno y lo malo… Sin embargo la escritura dice que de Dios jamás recibimos nada malo, y por eso cuando Dios le dice que lo malo también lo recibimos de él, Dios se refiere a lo que a los hombres nos parece malo, pero que Dios va a usar para bendecirnos.

Entiendo que Job en su integridad está diciendo lo mismo. Esas cosas que a los ojos del mundo son muy agradables como las que son terribles, todas las recibimos bajo la soberanía de Dios, y por eso dice la escritura que Job no pecó al reconocer esta verdad.

El problema es que cuando el dolor aumenta podemos cruzar esa delgada línea, y comenzar a pensar que realmente estamos recibiendo cosas de malas de parte de Dios, y eso es lo que vemos en la vida de este hombre, que aunque al comienzo habló bien de Dios, con el tiempo su actitud cambió, y lo encontramos en el siguiente capítulo prácticamente maldiciendo a Dios. Primero de una forma indirecta:

Job 3:1 al 5 Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su día. 2Y exclamó Job, y dijo:3Perezca el día en que yo nací, y la noche en que se dijo: Varón es concebido.4Sea aquel día sombrío, Y no cuide de él Dios desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca.5 Afeenlo tinieblas y sombra de muerte; Repose sobre él nublado Que lo haga horrible como día tenebroso.

Al maldecir el día de su nacimiento está prácticamente maldiciendo a Dios aunque sea de forma indirecta… Pero al paso del tiempo el tono fue subiendo y terminó hablando de manera directa mal, muy mal de Dios:

Job 6:4 Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; Y terrores de Dios me combaten.

Ya está convencido que Dios le está tirando flechas envenenadas como si la intención de Dios fuera destruirlo. Pero esa forma de pensar es solo la mitad del problema, lo que hace que esto sea muy grave es que este hombre estaba convencido de estar haciendo las cosas bien, qué es igual a decir que no merecía el trato que estaba recibiendo, y al recibirlo era evidente la injusticia de Dios.

Y esto mismo es lo que piensan muchos cuando les sucede alguna tragedia, algo difícil de sobrellevar, pues piensan que no son tan malos como otros que sí lo son, y no les pasan las cosas tan graves que le están pasando a ellos. La eterna queja de; porque a los malos les va bien y a los bueno les va mal.

Sin embargo la verdad es que ignoramos qué hay un pecado llamado idolatría, que lo comentemos cuando valoramos algunas cosas de las que tenemos muy por encima de Dios… Y esto ocasiona que en lugar de hacerle caso a Dios preferimos hacerle caso a esos ídolos, y por eso para podernos bendecir se hace necesario que soltemos estos ídolos y coloquemos a Dios en primer lugar.

Y para lograr este propósito a veces Dios usa esos ídolos para que nos hagan sufrir de tal manera que nos desprendamos de ellos. El Señor Jesús confirma la necesidad de hacer esto en nuestras vidas y por eso nos dice:

Lucas 14:33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

Y si con sólo decirnos que los dejemos no lo hacemos… Entonces Dios en su amor, por su misericordia, por su enorme deseo que tiene de bendecirnos, nos colocará en situaciones complicadas para que abandonando a estos ídolos coloquemos a Dios en primer lugar.

Ahora: Cuando decimos que por encima de todas las cosas tiene que estar Dios como lo más importante para nuestra vida, también estamos diciendo que; hacer la voluntad de Dios tiene que ser lo más importante y valioso en nuestra vida.

Pensemos por un momento… ¿El hacer la voluntad de Dios es lo más valioso para cada uno de nosotros? O: ¿Todavía somos capaces de no hacer la voluntad de Dios para poder mantener buena relación con nuestros ídolos?

Y si todavía somos capaces de evadir la voluntad de Dios para conservar u obtener nuestros ídolos, entonces no hemos entendido qué hacer la voluntad de Dios vale más que nuestra vida, vale más que todo lo que poseemos, y vale más que todo lo que podamos lograr. Su palabra confirma esto cuando dice:

1 Juan 2:16–17 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

El solo hecho de qué lo que hagamos fuera de la voluntad de Dios será temporal, muestra el supremo valor de la voluntad de Dios cuya ganancia permanecerá por toda la eternidad.

Y si no entendemos esto, como ya mencioné, lo más seguro es que frente a ciertas circunstancias para no perder eso que amamos o para conquistarlo dejaremos de hacer la voluntad de Dios, y eso traerá para nosotros una pérdida tan grande, que si la pudiéramos ver, entonces le rogaríamos a Dios que viniera y nos quitara todo para aprender a valorar su voluntad.

Unos han aprendido está importante verdad de forma dramática como fue el caso de Job y de otros hombres de Dios. Otros de forma lenta; a unos Dios ha tenido que quitarles algunas cosas por largo tiempo para que aprendan la lección, a otros Dios lo ha hecho por etapas, es decir les quita, les da, luego vuelve y les quita, luego les da… Y les repite el trato hasta que aprendan la lección. Y por último hay otros que con sólo amenazarles, han aprendido la lección.

Aquí la pregunta importante es: ¿Cuándo tú has sido tratado por Dios a través de esas circunstancias, has entendido que el propósito de Dios es: Que adorándolo te rindas ante su perfecta voluntad?

Yo recuerdo que cuando nuestros hijos pequeños se enfermaban, entre más nos preocupábamos y orábamos por su sanidad más grave se volvía la enfermedad. Hasta qué el riesgo de perder a nuestros hijos, mas la impotencia ante esa situación, nos llevaba a reconocer que nuestros hijos no eran nuestros sino de él. Y cuando aún con mucho dolor se los entregábamos de forma sincera, entonces se recuperaban.

Algunos han tenido esta misma experiencia con otras cosas, con el trabajo, con la familia, con la salud, y mientras han luchado por conservar esas cosas el asunto se empeora, pero cuando deciden aceptar que Dios haga lo que quiera, las cosas milagrosamente se componen.

Algunos cuando viven estas situaciones creen que la lección es que si confían en Dios las cosas saldrán bien. Pero esa no es en realidad la lección completa. Recordemos al pueblo de Israel que aunque estaban convencidos de qué al tener el arca iban a obtener la victoria,… De todos modos fueron derrotados. Su fe, su pensamiento positivo, y su alegría no les sirvió.

¿Por qué? Porque la verdadera lección no es confiar que el asunto va a salir bien para que salga bien, si no confiar en que NO IMPORTA LO QUE SUCEDA, de todos modos seremos bendecidos. ¿Si perciben la enorme diferencia?

Una cosa es que confiemos en que las cosas saldrán como nosotros las deseamos, y otra cosa muy diferente es que confiemos en que como salgan, serán de bendición para nosotros porque es la voluntad de Dios.

Aclaro: Eso no quiere decir que no debemos hacer nada. Esto lo qué quiere decir es que ante estas circunstancias difíciles debemos hacer lo que está a nuestro alcance, dentro de lo permitido por Dios para solucionarlas… Pero después de haber hecho lo que está a nuestro alcance, debemos descansar en que las cosas saldrán como Dios lo desea, y por eso debemos alabarle y adorarle.

¿Qué es adorar? Normalmente tenemos la idea que la adoración es un momento en el cual con los ojos cerrados, las manos levantadas, o postrados le decimos cosas bonitas a Dios.

El problema es que algunos que hacen esto, son bien necios para aceptar la voluntad de Dios, por eso es importante que entendamos que la verdadera adoración en nuestra vida, debe ser el resultado de reconocer que cualquier cosa que suceda, siendo la voluntad de Dios, es perfecta, pero perfecta no porque sea algo bueno o agradable a los ojos del mundo, sino porque sea lo que sea será lo mejor para bendecir nuestra vida espiritual y nuestra eternidad.

Esta adoración es el resultado de creer en la promesa que dice que todas las cosas ayudan a bien para el propósito que Dios tiene nuestra vida… Y como esa es la verdad, sin importar lo que suceda debemos alavarle y adorarle porque confiamos en sus buenos propósitos para nosotros.

La semana pasada: ¿Ante las circunstancias difíciles, fue esa nuestra actitud?… ¿O será que nos hace falta ser tratados como Job para que aprendamos esta importantísima verdad?

La escritura nos cuenta de un hombre conforme a su corazón, el rey David, quién estaba en una crisis muy difícil por la enfermedad de uno de sus hijos, y por esta razón llevaba siete días ayunando, y orando postrado en tierra pidiendo por la salud de su hijo… Y cuando su hijo murió, sus siervos tenían temor de darle la noticia pensando en la reacción que podría tener el rey. La escritura nos cuenta:

2 Samuel 12:19 al 20 Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. 20Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró.

David reconoció que aunque su hijo había muerto, la voluntad de Dios era lo mejor que podía suceder, porque Dios es bueno y por eso lo adoró. Vuelvo y preguntó: ¿Es ésa la actitud que estamos teniendo ante la vida y las diferentes circunstancias?

Ahora respecto de la fe para recibir las cosas materiales, es necesario hacer otra aclaración que la podemos ver en el siguiente pasaje:

Mateo 14:29 al 31 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

Si nos hacemos la pregunta: ¿Por qué funciono y luego porque no funcionó? La respuesta es: Porque confío funciono y cuando desconfío dejó de funcionar.

Muchos tomando este y otros pasajes similares dan la enseñanza de que el Señor nos pide que confiemos para que las cosas salgan bien. Pero esa es una verdad incompleta pues IGNORAN que Dios nos pide que confiemos SÓLO en lo que él ha determinado como su voluntad…. Y ellos equivocadamente enseñan que lo importante es que haya fe, mucha fe, en lo que nosotros deseamos, en nuestros sueños, ignorando por completo la voluntad de Dios.

El resultado de esta mala enseñanza, es que muchos hombres han depositado su fe, una fe enorme a una serie de asuntos confiando en que las cosas saldrán bien, pero no salen bien por la sencilla razón de que eso no es lo que Dios ha determinado como su voluntad.

Hay una promesa espectacular que nos muestra cuál es el camino para recibir respuestas afirmativas de parte de Dios. Dice así:

Juan 15:7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

La promesa es muy clara; si permanezco en El y su palabra permanece en mí, entonces voy a querer sólo lo que Dios quiere, y por eso al orar siempre recibiré respuestas afirmativas.

Cuando la gente me dice que Dios no le escucha, es porque; o están pidiendo cosas equivocadas, o de la manera equivocada, o en el tiempo equivocado. Porque el Señor ha asegurado que lo que sea conforme a su voluntad, él lo responderá.

¿A dónde nos lleva a esto? Volvemos a lo mismo. A que no hay absolutamente nada más importante que la voluntad de Dios.

Y para llevarnos a entender eso, Dios, si es necesario, viene y quita o destruye lo que nos estorba para que comprendamos esta valiosísima verdad… Y cuando entendamos y creamos esta verdad, entonces alabaremos y adoraremos a Dios sin importar lo que esté sucediendo a nuestro alrededor.

En la escritura encontramos que los hombres de Dios adoraban en diferentes circunstancias, pero quiero que veamos una en particular, que es la de Saúl, aquel mal rey de Israel, que adoro al Señor aceptando la represión del profeta:

1 Samuel 15:30 al 31 Y él dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tú Dios. 31Y volvió Samuel tras Saúl, y adoró Saúl a Jehová.

La petición que hace el rey Saúl es una petición bastante equivocada. La noticia que le trajo el profeta a Saúl era que Dios lo había desechado como rey por desobediente, pero lo que le preocupaba a Saúl era su imagen delante de los ancianos, y de su pueblo, por eso le pide al profeta Samuel que vayan juntos a adorar a Dios.

Y aunque desde nuestro modo de ver la actitud es completamente equivocada, pues a este hombre debería importarle mas la opinión de Dios que la opinión de la gente, de todos modos la escritura nos cuenta que Saúl adoro a Jehová.

Pensando en esto podemos hacernos dos preguntas: ¿Qué clase de adoración es ésta y que tan efectiva es para mantenernos en el camino de Dios?

Y la respuesta es que hay básicamente dos clases de adoración. Una es la adoración que podemos ver en estos hombres de Dios, y en otros que como Saúl no son tan de Dios. Que es una adoración que el Señor Jesús describió como insuficiente. Por esto le dijo a la samaritana:

Juan 4:21 al 22 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.

En este pasaje Jesús acepta que de parte del pueblo ha habido adoración, sin embargo es un pueblo que en términos generales ha menospreciado a su Dios al menospreciar su voluntad.

En segundo lugar, aunque hay una disputa acerca del lugar donde se debe adorar, el Señor Jesús insiste en que la clave no está en el lugar.

En tercer lugar el Señor le dice, que ellos han estado adorando lo que no saben… Y por último le dice:

Juan 4:23 al 24 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Que la adoración de los verdaderos adoradores será en Espíritu y en Verdad. Y que Dios está buscando ser adorado de esa manera.

Todo esto nos muestra que la adoración que normalmente vemos en ciertos hombres de Dios, que vimos en Saúl, qué vimos inicialmente en Job, es una adoración que aunque por supuesto es válida pues por allí se comienza, sin embargo no es suficiente. La escritura dice:

1 Corintios 14:15 ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.

Y lo mismo que ocurre con la oración y la alabanza ocurre con la adoración, comenzamos con la adoración con el entendimiento, que es la misma adoración que vemos en Job el cual se postró y adoró a Dios reconociendo que Dios como dueño podía hacer lo que él quisiera, y que sin importar lo que fuera debía ser alabado porque él es bueno.

Eso es lo mismo que algunos hemos aprendido a hacer cuando cualquier cosa nos sucede, especialmente cuando no nos gusta, en lugar de dar rienda suelta a una cantidad de pensamientos negativos, preferimos ceñir los lomos de nuestro entendimiento para mantenernos pensando de manera razonable, de manera real acerca de Dios.

Nuestro diálogo interno puede ser: Dios es bueno, Dios me ama, Dios es poderoso, Dios sabe lo que tiene que hacer, él no quiere hacerme sufrir innecesariamente, esto que Dios está haciendo es necesario, Señor te doy gracias por esta situación, o te pedido perdón porque aunque entiendo todas estas cosas pero no logró tener paz en mi corazón, Señor ayúdame a creer en tus hermosas promesas….

¿Qué tanto funciona pensar de esta manera? Pues será más efectivo entre más confianza tengamos en Dios. Si no hay suficiente confianza es posible que no logremos tener contentamiento, gozo y paz en el corazón, pero de todos modos tomar esta actitud de pensar bien de Dios y de lo que hace, es muchísimo mejor que comenzará pensar:

Qué desgracia la mía, sólo a mí me tenía que suceder, es que Dios no está viendo lo que yo estoy sufriendo, porque no me defendió, y el otro desgraciado si le va bien, mejor dicho ni para que sigo yendo a la iglesia, ni para que sigo siendo fiel…

Lo peligroso de tomar esta actitud producto de pensar mal de Dios, es que lo más seguro seguiremos o comenzaremos a pecar, es decir a ir en contra de la voluntad de Dios y eso con el tiempo puede hacer que la situación se vuelva mucho más difícil.

Y mucho cuidado con lo que voy a decir. Cuando digo qué es la situación se volverá más difícil, no es necesariamente que las cosas empeoren, sino que los malos sentimientos en el corazón crecerán cada día más, y eso hará que la misma situación sea cada vez más difícil.

A muchos les ha pasado que entre más se cargan contra una persona, cada vez les es más difícil de soportarla, aunque se esté portando bien. Igual sucede con cierta situación, que entre más empeora nuestra actitud se vuelve más insoportable, pero no por la situación misma sino por el corazón envenenado.

Otra cosa muy importante que deben tener claro, es que cuando adoramos a Dios eso no significa que la situación va a mejorar, lo que realmente debemos esperar de la adoración, es que nos lleve a vivir en medio de esa difícil situación con esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

Esa sí es una verdadera victoria espiritual, mientras que si las cosas mejoran y nos sentimos bien porque las cosas mejoraron, eso no es síntoma de haber crecido espiritualmente, y si la situación vuelve a empeorar entonces volveremos a sentirnos mal.

Y por esto mismo, por lo importante del crecimiento espiritual, es que también es posible que como consecuencia de la adoración la situación empeore, para que nuestra confianza en Dios siga creciendo.

Eso fue lo que leímos en el caso de Job. E igual que le pasó a él podemos caer en el mismo pecado de comenzar a pensar mal de Dios, no porque la prueba vaya más allá de nuestra capacidad espiritual, sino porque nos dejamos engañar.

Algo así como que nuestro hijo enferma gravemente, y logramos mantenernos espirituales pensando que Dios sabe lo que está haciendo, por lo tanto le agradecemos… Pero resulta que nuestro hijo muere, y todos esos pensamientos positivos no nos sirven de nada ante la tragedia, y dudando de Dios comenzamos a pensar lo peor.

He colocado el ejemplo de un hijo que puede parecer para algunos lo más doloroso, pero para otros su dinero es el asunto más importante, para otros es su salud, para otros sus relaciones familiares, para otros su matrimonio, para otros su imagen, su trabajo, ministerio, etc.

Esto en otras palabras quiere decir que la adoración que estábamos rindiendo a Dios, cuando Dios toca fuertemente aquellas cosas que adoramos, que amamos, que consideramos supremamente importantes para nuestras vidas, cosas por las cuales hemos pagado a veces costos altísimos, entonces se nubla la razón y dejamos de adorar a Dios con nuestro entendimiento.

Y cuando esta adoración llega a su punto crítico donde no funciona, allí los hombres pueden ser seducidos no sólo a dejar de adorar a Dios, sino a comenzar a adorar a algún Baal.

Es por esta razón que aunque el pueblo adoró a Dios, también por causa de aquellas circunstancias en que no pudo mantenerse adorando a Dios, término adorando a Baal:

2 Reyes 21:3 Porque volvió a edificar los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a Baal, e hizo una imagen de Asera, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército de los cielos, y rindió culto a aquellas cosas.

Cuando una persona rinde culto a Baal, los pensamientos con que estas personas adoran a su Baal son completamente diferentes de los pensamientos con los que debemos adorar al Dios verdadero, porque si los pensamientos fueran los mismos no tendríamos necesidad de buscar a otro Dios.

Por ejemplo: Sí un cristiano adora a Dios aceptando que lo que Dios haga en su área económica está bien, los que adoran a Baal no aceptan eso, ellos en su adoración piensan e insisten: Dios me va a enriquecer, Dios me va a enriquecer, Dios me va a enriquecer.

Si un cristiano adora a Dios aceptando que Dios haga lo que él considere mejor con su enfermedad, los que adoran a Baal no aceptan eso, ellos en su adoración piensan e insisten: Dios me va a sanar, Dios me va a sanar, Dios me va a sanar.

Y además de esto, para recibir respuesta afirmativa a su petición, comienzan a hacer cosas completamente opuestas a lo que Dios desea. En ese tiempo llegaron al extremo de sacrificar a sus hijos pasándolos por fuego, en este tiempo la gente paga bajo el engaño de una ofrenda, o un pacto o una siembra para asegurar la respuesta de Dios.

LA ADORACIÓN EN EL ESPÍRITU

Pero el Señor Jesús habló de otra clase de adoración, una adoración en Espíritu y en Verdad. ¿Cuál es la diferencia entre esta nueva adoración y la adoración hecha por Job?

Lo primero que yo diría es que esta nueva adoración si nos permite caminar con Dios independiente de cómo sean las circunstancias, mientras que la vieja adoración sólo nos permite caminar hasta cierto límite.

Esto quiere decir que los adoradores en espíritu y en verdad le hacen caso a Dios en todo, mientras que los adoradores con el entendimiento sólo le hacen caso en ciertas cosas.

Esto también quiere decir que los adoradores en espíritu y en verdad cuando caminan con Dios lo hacen llenos de gozo y paz en el espíritu, mientras que los adoradores con el entendimiento sólo lo pueden hacer hasta cierto límite, y luego dejan de adorar y comienzan a buscar culpables de sus sufrimientos sin reconocer que es su propio pecado el que los hace sufrir.

Pues bien, allí tenemos a Job, quien cuando a pesar de su adoración las cosas se volvieron peor entonces dejo de adorar a Dios y comenzó a quejarse, y de manera progresiva terminó hablando mal de Dios convencido que Dios era malo con él… Cómo dije en lugar de reconocer su pecado culpa del pecado a Dios.

Sin embargo hay varias cosas importantísimas que hay que rescatar en la actitud de Job, que le sirvieron para llegar a adorar a Dios en espíritu y en verdad.

Estas cosas que por ahora sólo voy a mencionar son las siguientes:
No perdió de vista que su pelea era con Dios…

Su integridad. El insistía en hacer las cosas bien y lo que hacía mal lo hacía por ignorancia…

No busco a los Baales…

Mantuvo el diálogo abierto. Quería saber la verdad y escuchó a Dios…

Gracias a estas actitudes que veremos más adelante, nos cuenta la escritura:

Job 38:1 al 6 Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo: 2¿Quién es ése que oscurece el consejo Con palabras sin sabiduría? 3Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me contestarás. 4¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. 5¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? 6¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular…

El Señor comienza diciéndole algo así como: ¿Quién es el que es tan burro, tan ignorante, tan falto de sabiduría, que las cosas que yo estoy haciendo que son maravillosas el se atreve a decir que son una desgracia?

A veces a algunos cuando escucho todas sus quejas y toda su miseria les he dicho: Entonces lo que tú me está diciendo es que tú eres el único en este planeta al cual Dios no ha amado, al cual Dios trata mal, con el cual Dios se equivocó.

A todos los demás los trata con justicia pero Dios sólo contigo es injusto, a todos les tiene misericordia pero a ti Dios te quiere destruir. Es eso lo que me está diciendo: ¿Qué tú eres el único pobre desgraciado al cual Dios quiere destruir?

¿Lo que me estás diciendo es que Jesucristo murió por todos en la cruz menos por ti? Lo que me estás diciendo: ¿Es que tú no tienes ni un solo pecado pero Dios los está cometiendo todos contigo? Lo que me está diciendo: ¿Es que todas tus decisiones a lo largo de tu vida han sido correctas pero qué Dios si ha tomado pésimas decisiones respecto de ti?

Déjeme decirles esto mismo de otra manera más sencilla: Cualquiera que llegue a pensar que Dios se ha equivocado en lo más mínimo por las cosas que le han sucedido, o por las cosas que no le han sucedido en su vida entonces debe colocarse de último en la fila de los más burros del universo.

Después de la introducción, Dios continúa hablándole de una gran cantidad de cosas espectaculares, majestuosas, cosas que el hombre jamás podrá hacer ni en la más mínima proporción, cosas que muestran la grandeza, el poder, la enorme sabiduría de Dios, y luego Dios le da una perla preciosa pues se le dice:

Job 40:1 al 2 Además respondió Jehová a Job, y dijo:2 ¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto.

Si llegar a pensar que Dios ha cometido el más mínimo error es muestra inequívoca de la más grande falta de sabiduría: ¿Qué podemos decir de aquel que pretende contender contra el omnipotente? ¿Qué podemos decir de aquel que decide vivir en rebeldía contra Dios? ¿Qué podemos decir de aquel que decide no hacerle caso a Dios? ¿Qué podemos decir de aquel que decide no creerle a Dios?…

Afortunadamente para Job, el comienza a entender que el malo es otro y entonces dice:

Job 40:4 al 5 He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. 5Una vez hablé, más no responderé; Aun dos veces, más no volveré a hablar.

Y entonces el Señor le da otra perla preciosa pues le dice:

Job 40:6 al 7 Respondió Jehová a Job desde el torbellino, y dijo: 7Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me responderás. 8¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú?

¿Sabía usted que cada vez que decimos que fulano, o que tal situación es la culpable de que no seamos felices, estamos condenando a Dios? ¿Cuántos andamos viviendo la vida con una continua actitud de condenación hacia Dios? Y: ¿Condenando a Dios de manera continua queremos experimentar el fruto de su Espíritu? Imposible.

Pero no es necesario nombrar a fulano o la situación para condenar a Dios, las quejas, el aburrimiento, la falta de propósito, la falta de contentamiento, cada una de estas actitudes condena a Dios, es decir lo hacemos culpable de nuestra falta de felicidad, a no ser que estemos entendiendo que nuestro sufrimiento se desprende de nuestro pecado y no de la situación en que Dios nos coloca para sanarnos.

Y como para que Job entienda un poquito más quien es Dios, ya no le da razones sino que habla del poder de Dios, pero como introducción dice lo siguiente:

Job 40:10 al 14 Adórnate ahora de majestad y de alteza, Y vístete de honra y de hermosura. 11Derrama el ardor de tu ira; Mira a todo altivo, y abátelo. 12Mira a todo soberbio, y humíllalo, Y quebranta a los impíos en su sitio. 13Encúbrelos a todos en el polvo, Encierra sus rostros en la oscuridad; 14Y yo también te confesaré que podrá salvarte tu diestra.

El pobre está hecho una porquería, maloliente, sentado en una piedra rascándose con una teja, y Dios le dice que se levante cómo un rey… Es una forma de decirle aterrice, usted no es nadie, y es menos que nada comparado con Dios…. Y se atreve a pelear conmigo!!!

Pero no siendo nada nosotros los hombres comparados con Dios, el Señor Jesús fue a la cruz por nosotros para proveernos salvación. Y si eso no produce que nosotros le adoremos entonces estamos graves, estamos muertos.

Insisto… El solo hecho de no ir para el infierno debería ser motivo de continúa adoración.

Por favor queridos hermanos, alabar y adorar a Dios con nuestra mente es algo bueno, es algo que puede traer muchos beneficios a nuestra vida, pero no podemos olvidar que Dios es muchísimo, muchísimo, muchísimo más grande que lo que nosotros podamos imaginar.

Déjeme repetir esto que es supremamente importante: DIOS ES MUCHÍSIMO MUCHÍSIMO MUCHÍSIMO MÁS GRANDE, PODEROSO Y AMOROSO QUE TODO LO QUE NOSOTROS PODAMOS IMAGINAR.

Por lo tanto para adorar a Dios en espíritu y en verdad es necesario que Dios se revele a nuestras vidas y nos muestre aunque sea un pequeño pedacito de su enorme grandeza.

Sólo esa revelación que recibimos de parte de Dios nos permitirá adorarlo en espíritu y en verdad.

Y el resultado será, una paz que sobrepasa todo entendimiento, un gozo inefable, un deseo ardiente de hacer su voluntad, un agradecimiento enorme por el privilegio de conocerle… Independiente de cómo sea nuestra situación, independiente de si tenemos salud o no, independiente de si tenemos dinero o no, independiente si tenemos una buena o una mala familia, o si estamos moribundos o no, si estamos vivos debemos adorarle… Y si le adoramos viviremos felices pero si nos quejamos viviremos infelices.

Siendo esto así de importante no hay duda que debemos clamar a Dios para que nos muestre su grandeza…. Hay muchas otras cosas que decir acerca de este tema continuamos la próxima semana.

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