LA IMPORTANCIA DE LA FE | LA FE – PARTE 1

LA IMPORTANCIA DE LA FE | LA FE – PARTE 1

I. INTRODUCCIÓN

La palabra evangelio significa buenas noticias. Eso quiere decir que en las Escrituras están las buenas noticias de Dios para el hombre. Y esas buenas noticias son el deseo y el plan que Dios tiene para bendecir a todos los hombres. Qué es igual a decir que las buenas noticias son la manifestación del amor de Dios por nosotros.

Sin embargo; también en las Escrituras encontramos la historia del hombre rechazando el amor de Dios, a causa de su incredulidad. Estos dos asuntos; el deseo de Dios de bendecir a todo hombre y el rechazo del hombre por su incredulidad al amor de Dios, no sólo corresponden al tiempo de la escritura, es decir; desde antes de ser escrita y aún después de haber sido acabada, el hombre insiste en rechazar el amor de Dios.

Como ya hemos visto en otros estudios, el Nuevo Pacto es prácticamente la última oportunidad de acercarse a Dios, de una manera sencilla. Sin embargo, las escrituras nos muestran como el Señor Jesucristo fue rechazado en su época, y aún en esta época sigue siendo rechazado por muchos, de tal manera que les es imposible disfrutar del amor de Dios… Y todo nuevamente por causa de la ignorancia o mala imagen que tienen los hombres acerca de Dios, razón por la cual no creen en El.

Si tan sólo los hombres entendieran el maravilloso y eterno amor de Dios, la humanidad daría un vuelco total. Pero no sólo la humanidad cambiaría su forma de relacionarse con Dios, también si nosotros los cristianos entendiéramos a cabalidad el amor de Dios, si tuviéramos presente en todo momento la intención de Dios de bendecirnos, con seguridad nuestra relación con Dios mejoraría, de tal manera que viviríamos llenos del poder del Espíritu Santo.

No es una simple opinión, lo dice la escritura, y lo podemos ver en esta oración que hace el apóstol Pablo por la iglesia de Efeso. Dice así:

Efesios 3.14–19 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, 16para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; 17para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Ora para que el Espíritu Santo en nosotros nos lleve a comprender la magnitud del amor de Cristo, de tal manera que seamos llenos de toda la plenitud de Dios.

Porque solo la comprensión del amor de Dios puede hacer que nosotros sus hijos seamos llenos de toda su plenitud… Pero no sólo necesitamos comprender, sino creer en ese gran amor, y allí precisamente está el obstáculo, nuestra gran incredulidad acerca de Dios y sus promesas para con nosotros.

Si perseveramos en esa incredulidad que detiene la bendición de Dios, el resultado final será que aunque conservaremos la salvación, perderemos la posición que Dios inicialmente planeó para cada uno de nosotros, es decir nuestra herencia en los cielos y nuestra posición de autoridad se va a reducir.

Eso puede en este tiempo presente parecernos que no es muy importante, pero al llegar a su presencia descubriremos lo importante que era haberle creído.

Es como el joven que teniendo oportunidad no estudia porque no le parece importante, y al pasar los años nota que los amigos que si estudiaron tienen mucha más facilidad de obtener los recursos para sostenerse, gracias precisamente a sus estudios.

En el caso nuestro, si somos auténticamente cristianos nacidos de nuevo, ciertamente no perderemos la salvación, lo cual es muchísimo mejor que lo que pasará con aquellos que no son cristianos, o que son falsos cristianos, pues la escritura dice:

2 Pedro 3:7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos…

Quiere decir que aquellos que por su falta de confianza en Dios, no sean convertidos en hijos de Dios, se perderán eternamente… Sin embargo, es tan grande el deseo que Dios tiene de que todos los hombres se salven, y que disfruten de su amor, que continúa diciendo:

2 Pedro 3:8 al 9 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

La promesa a la que se refiere el apóstol es el regreso del Señor por nosotros la iglesia. Y como ese evento da fin al tiempo que los hombres tienen para arrepentirse, y recibir la salvación de una manera sencilla, por esta razón es que el Señor dice que está demorando este evento para dar oportunidad de salvación a los que todavía no la han obtenido.

La verdad a mí me falta paciencia respecto de esto, porque hay momentos en que anhelo que el Señor venga pronto para que termine con tanta maldad, tanta manipulación, tanta mentira y tanto daño que el hombre le hace al hombre…

Ahora; cuando menciono que tendrán oportunidad de salvarse de una manera sencilla, me refiero a que luego de ese evento comenzará la gran tribulación, donde los que no han creído tendrán la última oportunidad, pero no será nada fácil obtener y conservar la salvación en aquella época.

La Escritura nos cuenta lo que sucederá producto de la persecución que habrá en aquella época, contra los cristianos que se conviertan después que el Señor haya venido por su iglesia, y dice:

Marcos 13.12–13 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán. 13Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

Aún entre las familias habrá esta terrible división entre los que creen y los que no creen en el Señor, Y la misma familia incrédula acusará a los creyentes para que los cojan presos para obligarlos a renunciar a Cristo, y si no lo hacen morirán…

Eso quiere decir que muchos tendrán que pagar con la vida y soportar persecuciones terribles y espantosas, pues Satanás estará a través del anticristo y sus siervos buscando que la gente deje de confiar en Dios, y los que producto de la persecución no perseveren no se salvarán.

Pero no es el deseo de Dios que los hombres vivan en esta época tan terrible y espantosa, y por eso dice el verso que leímos que él está esperando, para dar oportunidad a que todos procedan al arrepentimiento.

El Señor hacer esta aclaración en su palabra, porque los cristianos a través de diferentes épocas han pensado que el Señor se está demorando, el dice que no, que no está retardando su promesa, sino que en su paciencia a determinado un tiempo, para dar oportunidad a que todos, absolutamente todos tengan la oportunidad de arrepentirse.

Pero en este texto hay un detalle muy importante que a veces los cristianos nos vemos con claridad. Y es que el escritor dice, que el Señor es paciente para “con nosotros” Y la pregunta es: ¿A quienes se está refiriendo al decir que es paciente con nosotros?

Otras traducciones dice que es paciente para con “ustedes”, pero si tenemos en cuenta que la carta fue escrita para los creyentes, como costa en el saludo de la misma, entonces quiere decir que Dios está dando tiempo, para que muchos que creen ser cristianos y no lo son, se arrepientan genuinamente, de tal manera que no se pierdan eternamente.

Ojo con esto iglesia. De hecho son muchos los mensajes en que yo insisto que nuestro cristianismo debe ser genuino, es decir que debemos asegurarnos que realmente somos hijos de Dios o nos perderemos.

Esto que acabo de decir es catalogado por algunos como la quinta ley. Y dicen que no es una ley que los cristianos debemos aplicar al compartir el mensaje.

El argumento que dan, es que los hombres debemos buscar a Dios para disfrutar de su amor y no por el miedo al castigo. Yo estoy 100% de acuerdo con que la mejor motivación es disfrutar de su amor, pero no puedo ignorar, que quien no lo haga, se perderá eternamente.

Y es de eso de lo que nos está hablando este pasaje. Jesús viene al mundo y muere en la cruz para proveer un camino de salvación. Los hombres debemos aceptar su amor, por supuesto para esto es necesario creer en él. Pero todo aquel que no crea en él, y no busque vivir bajo la cobertura de su amor entonces como dice la escritura: Quedará reservado para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.

Por supuesto estoy de acuerdo que al dar el mensaje de salvación el énfasis que debemos hacer es el amor de Dios. Pero si la escritura habla de la condenación para aquel que no acepte el mensaje de salvación, creo que nosotros como hijos de Dios no podemos ocultar esta terrible realidad.

Y lo otro que considero muy importante, es que como ya mencioné, este mensaje no es solo para aquellos que no conocen al Señor, sino también como nos muestra la carta, para aquellos que creen conocerlo, que por lo tanto también creen que son hijos de Dios, pero que en realidad no lo son, y su manera de comportarse lo confirma. La escritura dice:

Tito 1.16 Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.

La pregunta que nos podríamos hacer es: ¿Si los hechos de estas personas muestran que no son cristianos porque insisten en decir que conocen a Dios?

Si es un cristiano mentiroso, si es un cristiano incumplido, si un cristiano que da rienda suelta a su orgullo, si es un cristiano con malos manejos financieros, si es un cristiano que acostumbra abusar de la gente, si es un cristianos que de manera continua roba a Dios, si es un cristiano que se la pasa juzgando mal a los demás… ¿Porque insiste en creer que es cristiano?

Y creo que parte de la respuesta está, en que muchos de estos falsos cristianos, están acostumbrados al mismo comportamiento del mundo que describe el libro de Eclesiastés, el cual enseña que hay que ser santo pero no tanto. Dice así:

Eclesiastés 7.16–17 No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de destruirte? 17No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo?

Este consejo es dado por un hombre que cree en la existencia de Dios pero no lo conoce, y por eso da semejante consejo, qué lleva a quienes creen en Dios pero qué tampoco le conocen, a vivir una vida cristiana mediocre.

Es decir hay muchos que creen en la existencia de Dios, y aún creen ser cristianos porque dicen creer en Jesucristo, pero no están dispuestos a hacer todo lo que Jesucristo les dice, sino sólo aquellas cosas que a ellos les parecen adecuadas.

Lo que no saben quienes se portan de esta manera, es que su comportamiento mediocre o a medias tintas, lo que hace es evidenciar que no son verdaderos hijos de Dios.

No estoy diciendo que todo aquel que comete pecados no es un hijo de Dios. No. No me estoy refiriendo a los cristianos que todavía cometemos pecados, pero que cuando lo hacemos nos arrepentimos y pedimos a Dios perdón, y que nos ayude a no cometerlos más… Es decir; frente a nuestros pecados aplicamos lo que la escritura dice acerca de confesarlos para dejar de pecar.

A los que me refiero es a aquellos creyentes que han decidido tener un comportamiento tibio, mediocre, medias tintas, respecto de su cristianismo.

Es decir a aquellos que son conscientes de ciertos mandatos de Dios, pero han decidido no hacer caso. Decidió no ser fiel en su matrimonio, decidió no ser honesto en el manejo de sus finanzas, decidió no ser de palabra, no ser cumplido, decidió seguir diciendo mentiras cuando le convenga, decidió no compartir de Jesucristo a los demás, decidió no estudiar las escrituras, decidió no ser fiel con los diezmos, o no honrar a sus padres, o seguir siendo perezoso, etc.

Y si el Señor ha decidido tener paciencia con esta clase de creyentes, por supuesto debemos insistir en su arrepentimiento, para de manera continua estar dándoles la oportunidad de salvarse. Pero el asunto no es nada fácil porque estos falsos creyentes están convencidos que ya son verdaderos hijos de Dios, y que tienen la salvación asegurada pero no es cierto.

Esto que digo lo confirma el siguiente pasaje donde el Señor Jesucristo hablando a cierta iglesia les dice:

Apocalipsis 3:15 al 16 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Cuando de manera consciente escogemos que mandatos de Dios obedecer y cuáles no obedecer, estamos siendo tibios, estamos siendo un vomitivo para el Señor.

El Señor Jesús en otra ocasión confirmó lo mismo acerca de este comportamiento, cuando dijo:

Lucas 11:23 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.

Pero a pesar de lo claro de las palabras del Señor, algunos creen que si hacen caso a Dios recibirán bendición, y si no le hacen caso no pasará nada. Y al pensar de esta manera están ignorando que el Señor Jesús está diciendo, que cuando no le hacemos caso, estamos yendo en contra de El.

Y no hay duda que cuando vamos contra Dios por supuesto que recibiremos las consecuencias de lo que hacemos.

Otro claro ejemplo de la importancia de ser íntegros con Dios, que muestra que caminar a media marcha con Dios no tiene nada de bueno, lo encontramos en la vida del hombre más importante que existió, antes de la venida de Jesús. Ese hombre fue Juan el bautista. La Escritura nos muestra que su ministerio era muy claro a este respecto. Dice así:

Mateo 3:1 al 3 En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, 2y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. 3Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.

Aunque no tenemos constancia de que Juan hablara con énfasis del amor de Dios, sí debemos tener en cuenta que para el pueblo de Israel la venida del Señor o el Mesías, estaba acompañada de promesas que anunciaban un cambio que implicaba bendición en todo sentido. Es decir la venida del Señor implicaba la manifestación del amor de Dios para ese pueblo.

Sin embargo, esta manifestación del amor de Dios no sería aprovechada sí los hombres no se arrepentían, y por eso, vemos que lo que la escritura nos registra de la predicación de Juan el bautista, es la insistencia en que los hombres debíamos arrepentirnos genuinamente.

Cuando se está hablando de arrepentimiento se está hablando del reconocimiento de una vida equivocada. Y si nos preguntamos: ¿Qué es lo más equivocado que el hombre está haciendo? ¿Cuál es el peor pecado que el hombre está cometiendo? Y ¿Qué es lo que más daño va a producir al hombre?

Pues no hay la más mínima duda que lo más equivocado, el pecado más grande que el hombre está cometiendo, y lo que más daño va a producir en el hombre, es el hecho de no confiar en Dios.

La semana pasada insistía en que la clave no es la obediencia sino la fe, pues muchos obedecen sin fe y no obtienen la bendición de Dios.

Hoy digo lo mismo de diferente manera. El problema no son los pecados que los hombres cometemos, el verdadero problema es nuestra falta de confianza en Dios, porque esa falta de confianza en Dios es la que nos lleva a cometer pecados.

Más aún. Usted puede estar haciendo todas las cosas bien, pero por no estar confiando en Dios le puede ir verdaderamente mal.

No entender el daño tan grande de una vida cristiana tibia o mediocres, ha hecho que en muchas iglesias hayan tomado la decisión, de no hablar con claridad acerca de lo grave que es el pecado, para no espantar a los nuevos feligreses.

Eso les ha dado resultado, las iglesias están creciendo alrededor de un mensaje lleno de motivación y de buenas noticias. A ellos les parece muy bueno ir a la iglesia y escuchar que les va a ir muy bien en el trabajo, en la familia, y en todas las cosas sí confían en Dios.

Es decir están enfocando la fe de las personas en que Dios les va a dar muchas cosas buenas en este tiempo, pero no están aclarando que la verdadera fe nos aleja del pecado. Y esa clase de enseñanzas, o la falta de una clara enseñanza es la que lleva a los llamados cristianos a vivir un cristianismo mediocre.

Diferente a ellos el apóstol Pablo al hablar del evangelio, de las buenas noticias que debemos comunicar dice:

Hechos de los Apóstoles 20.26–27 Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; 27porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.

Al leer esto es muy claro que nosotros no solo debemos predicar lo que a la gente le gusta oír, sino que debemos anunciar el Evangelio completo, pues si no lo hacemos y la gente vive en pecado porque voluntariamente ignoramos enseñarle la verdad, entonces somos en parte culpables del pecado de ellos.

Qué es igual a decir, que somos culpables de que su cristianismo no prospere, pues la escritura dice:

Proverbios 28:13 El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

Y la pregunta es: ¿Qué clase de prosperidad podrán tener aquellos que dicen tener una enorme fe en Dios, pero que siguen viviendo su vida cometiendo los mismos pecados de siempre, porque sus pastores no son capaces de enseñarles lo que está bien o lo que está mal, o porque habiendo recibido claras enseñanzas han decidido no dejar esos pecados?

Y cuando pregunto qué clase de prosperidad lo hago porque la Escritura nos habla de varias formas de prosperidad. Por ejemplo dice el salmista:

Salmos 73:2 al 3 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. 3Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos. 4Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero.

La prosperidad de los impíos podemos definirla como aquella prosperidad que les permite tener cada vez más poder, más cosas, más riqueza, pero que los mantiene completamente ciegos respecto de su muerte espiritual, de los pecados que están cometiendo, y de la condenación que se cierne sobre ellos si no se arrepienten.

Van rumbo al infierno, anestesiados con la prosperidad del mundo. De esta ignorancia, dice la escritura:

Proverbios 1:32 Porque el desvío de los ignorantes los matará, y la prosperidad de los necios los echará a perder;

Esta prosperidad material sin una conciencia de lo importante de la vida espiritual, y por supuesto sin la conciencia, de cuán grave es no confiar en Dios, terminará llevándolos a la condenación eterna.

Por esto tengamos mucho cuidado con la envidia a la prosperidad de los impíos. Eso puede hacernos perder mucha bendición. Pues esa envidia nos va a llevar a desear cosas materiales ignorando la importancia de nuestra vida espiritual.

Por esta razón, vemos a Juan bautista insistiendo en la importancia del arrepentimiento, como el requisito básico para poder disfrutar del amor de Dios.

Y cuando digo que Juan bautista insistía en el asunto del arrepentimiento, es porque para él no era suficiente que producto de su mensaje muchos vinieran a él. Nos cuenta la Escritura:

Mateo 3:7 al 10 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.

Sí notan la insistencia de Juan el bautista. Predicaba de manera supremamente fuerte según la opinión de muchos, (pocos se atreven hoy a predicar con la claridad que Juan bautista lo hacía) y cuando la gente se acercaba como si no fuera suficiente la claridad con que había hablado, volvía y les insistía, en cuál era la razón por la cual se estaban acercando a Dios…

Lo que podemos entender de esto es que no es suficiente que una persona se acerque la iglesia, porque puede haber muchos muy cumplidos, muy pegados a las actividades de la Iglesia, pero que todavía no se han arrepentido genuinamente.

Y precisamente por esto es que Juan Bautista hablaba de esta manera. Y ojo, insisto el mensaje no era para los de afuera, no era para los que no se acercaban, sino para los que se acercaban a él.

Su mensaje era tan claro y tan fuerte que algunos podrían pensar que no quería que se acercaran a él…. Pero si eso quisiera entonces ni siquiera se ocuparían en predicar.

Sin embargo la verdadera razón de su forma de predicar, que a muchos les parece difícil de entender, es en realidad una muestra clara del verdadero amor. Juan el bautista no quería que la gente se perdieran del amor de Dios, y por eso insistía en un arrepentimiento genuino.

¿De qué debemos o de que debe la gente arrepentirse? Cuando se dice esto la mayoría piensa en las malas acciones que comete. Sin embargo están equivocados, porque en el mundo hay muchos que sin conocer a Dios se arrepienten de cosas que han hecho, y eso no les dará la salvación.

De lo que realmente debe arrepentirse el hombre es de no confiar en Dios. Y eso quiere decir que un verdadero arrepentimiento es que en realidad, tomar la decisión de confiar en Dios.

Esto lo confirma la escritura cuando dice que sin fe, sin confianza en Dios, es imposible agradar a Dios…

Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan.

La fe, según este pasaje, nos lleva a obedecer la voluntad de Dios, con la certeza de que existe y que recompensará mi obediencia.

Pero si no hay fe, no importa que hagamos muchísimas buenas obras, o que tengamos las más grandes y mejores intenciones, o que donemos todo el dinero que tenemos y qué hagamos enormes sacrificios personales… Todo lo que hagamos no tiene valor si no lo estamos haciendo porque confiamos en Dios. La escritura aclara:

Romanos 14.23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.

¿Qué que significa que lo que no proviene de fe es pecado? Para aclarar esto podríamos decir que Dios no quiere que seamos buenos sino que seamos obedientes.

Una persona buena puede hacer muchas cosas para ayudar a los hombres y para pretender agradar a Dios. El problema es que si esta persona buena, esta haciendo muchas cosas buenas que Dios no le ha mandado hacer, dejando de hacer las que sí le ha mandado hacer… Entonces está pecando.

Y si esta persona está pecando con lo que está haciendo, ¿será que podemos insistir en que es una buena persona?

Y a eso me refiero con que Dios no quiere que seamos buenos sino que seamos obedientes. Lo único que vale a los ojos de Dios es lo que hacemos en obediencia a El, porque ese es el verdadero resultado y es la evidencia de que si estamos confiando en Dios.

El rey Saúl recibió una orden, pero él prefirió hacer según el mejor…. Pero fue desechado como rey por su rebeldía, por no poner atención a lo que Dios le había ordenado. Las palabras del profeta fueron:

1º Samuel 15.22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.

Cuando no se hacen las cosas en obediencia, no importa lo bueno que parezca a los ojos del mundo lo que hacemos, eso no nos podrá acercar a Dios. Peor aún, no sólo no nos podemos acercar a Dios sino que quedamos frente a él en una posición desagradable. ¿Y qué pasa cuándo alguien es desagradable para usted?… ¿Qué hace usted con aquellos que le desagradan?

¿Porque nuestra incredulidad desagrada a Dios?

a. Porque nuestra incredulidad niega el amor y el buen carácter de Dios, colocándole características de maldad.

A veces cuando uno habla con algunas personas, al contarles algo estas repiten “¿verdad?” como queriendo decir, ¿es cierto lo que usted está contando?… O, manifestando que les cuesta trabajo creer lo que están oyendo.

Como vivimos en un mundo lleno de mentirosos, esta expresión no se recibe como una ofensa, sino como algo normal en un mundo lleno de mentirosos.

Pero en un mundo donde todos dijeran la verdad, sí alguien al recibir cierta información, usará esta expresión; ¿verdad?… Eso sería ofensivo.

Alguna vez con alguien que usaba de manera continua esta expresión le pregunté: ¿Acaso te he mentido alguna vez?… ¿Entonces porque me preguntas si es verdad?… (Porque al hacerlo me trata de mentiroso) por esto es muy importante entender que…

Cuando cualquier persona no le está creyendo a Dios, le está diciendo que es mentiroso.

Si Dios nos dice que nos ama y no creemos en su amor, le estamos diciendo mentiroso.

Si Dios nos dice que va a proveer para nuestras necesidades y no le creemos le estamos diciendo mentiroso.

Si Dios nos dice que hay bendición en obedecer a sus principios y no le creemos le estamos diciendo mentiroso.

Y creo que no hay duda que si usted le dice alguien que es un mentiroso pues lo está insultando. Eso quiere decir que cuando no honramos a nuestros padres estamos insultando a Dios. Cuando no nos sujetamos al padre o al esposo estamos insultando a Dios. Cuando como Padres no cumplimos con ser el sacerdote del hogar estamos insultando a Dios. Cuando no manejamos las finanzas de manera correcta o no cumplimos con Dios, le estamos insultando.

El decir: ¿No sólo nos estamos dañando como creación de Dios lo cual ya es desagradable a Dios, sino que además lo insultamos? Pero…. ¿Cree usted que estoy exagerando?

¿Se acuerda que al comienzo hable de los tibios que son un vomitivo para Dios?

Esta es la razón por la cual cada vez que no le creemos a Dios y no le obedecemos, no podemos pensar que estamos neutrales, o que no le creí, pero bueno es asunto mío. No. No creerle a Dios definitivamente es ofenderlo.

Y no sólo es decirle mentiroso. Lo cual considero que ya es bastante grave. Imagínese que usted va a pedir un favor donde una persona y comienza diciéndole que es un mentiroso. ¿Qué cree que recibirá?

Más aún: ¿Qué es un mentiroso?

Un mentiroso, es alguien que no acepta lo que hace por cuanto es consciente de su maldad y por eso miente. Por lo tanto decirle a Dios que es mentiroso es igual a decirle que es malo. Y si usted le dice malo a aquel que se ofrece para salvarlo, entonces también le está diciendo que es hipócrita. Y cínico, y muchas cosas más desagradables.

Usted puede pensar: ¿Yo no soy consciente de que cuando no le creo a Dios le estoy insultando de esa manera, es más, esa no es mi intención?

Perfecto, no somos conscientes, tampoco es nuestra intención, pero lo estamos haciendo. Y de eso es de lo que tenemos que arrepentirnos.

Es por esto que para Juan bautista no era suficiente que vinieran a bautizarse y a formar parte del grupo. Y por eso les decía:

Mateo 3:7 al 8 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,

Debemos preguntarnos: ¿Cuál es la diferencia entre usted o yo que no le creemos a Dios, y un fariseo de estos que tampoco le creía a Dios?

Y con todo el respeto que nos merecemos los seres humanos; ¿Si ellos por no creer en el Señor eran unas víboras, que somos nosotros cuando no le creemos al Señor? ¿Culebritas lindas o gusanitos tiernos?

Por otro, lado cuando habla de frutos dignos de arrepentimiento. Está mostrando que hay una gran diferencia entre decir que creó en el Señor, y la forma en que vivimos.

Es decir: ¿De qué sirve confesar mí fe en el Señor si todavía me preocupo por mi sustento? ¿Si nos preocupa el futuro habrá confianza en el Señor? ¿Si nos preocupa el futuro de nuestros hijos habrá confianza en el Señor?

Los frutos dignos de arrepentimiento son las acciones y las actitudes que deben ser congruentes con la fe que manifestamos tener.

Es decir; imagínese que usted le dice a alguien algo, luego le pregunta si le cree, y esta persona le contesta que sí pero hace cara de que no le cree. Y además luego va y actúa de tal manera que confirma que no le creyó. ¿De qué vale todo eso?

El segundo lugar nuestra incredulidad desagrada a Dios porque…

b. Nuestra incredulidad nos impide disfrutar de lo que Dios ya nos ha dado.

Y el asunto no es simplemente que Dios nos ha dado algo maravilloso….. Él asunto va más allá, porque para Dios darnos eso maravilloso tuvo que pagar un costo tan alto, que además nadie jamás podría pagar. Dice su palabra:

Salmos 49:7 al 9. Ninguno de ellos podrá, en manera alguna, redimir al hermano ni pagar a Dios su rescate (pues la redención de su vida es de tan alto precio que no se logrará jamás)

O sea que nuestra incredulidad no sólo le ofende porque es (1) pensar mal de Él… Sino porque (2) también impide que Dios cumpla su profundo y sincero deseo de bendecir nuestra vida… Bendición que tiene que ver no con lo transitorio y pequeño de la vida, sino con la eternidad. (3) Además nuestra incredulidad también hace despreciable su entrega hasta la muerte en la cruz por nosotros.

Se imaginan despreciar la más grande muestra de amor de Dios por nosotros… es por todo eso que dice que si no confiamos en Dios nos podemos serle agradables… Y esto por supuesto trae todavía más malas consecuencias:

c. Millones de oraciones absurdas.

Si la promesa dice:

Juan 15:7 Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho.

El pasaje asegura de que si estamos permaneciendo en el bien sus palabras toda petición que hagamos será contestada afirmativamente.

Pero: ¿Cuánta gente en el mundo le ora Dios? ¿Pero cuantas de esas oraciones son contestadas afirmativamente por Dios?

Muchísimas de las oraciones hechas a Dios no son contestadas, por estar llenas de incredulidad, pues son oraciones que se hacen como consecuencia de no entender, ni creer lo que Dios ya nos ha dado.

Cuando así oramos, esas oraciones resultan totalmente desagradables a Dios…. Pues por esa falta de fe, terminamos pidiendo gran cantidad de cosas que no sirven para nada, menospreciando así las que son muy valiosas y que ya nos las ha dado…. Esto está registrado en la escritura:

Isaías 58.3–5 ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. 4He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. 5¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?

CAMINAMOS ALEJÁNDONOS CADA VES MÁS DE ÉL

El resultado final de todo esto es, que como Dios no responde a nuestras necias peticiones… En lugar de reconocer lo equivocados que estamos y desistir… Más bien buscamos por nuestros propios medios lograr aquellas cosas que consideramos que realmente necesita nuestra vida, aunque esto implique alejarnos cada vez más de Dios.

Sin embargo muchos hacen esto de forma disimulada, es decir torciendo la interpretación de las escrituras para caminar lejos de Dios, pero pareciendo que se están andando con Dios.

LA RESPUESTA DEL HOMBRE A LA EXIGENCIA DE LA FE.

¿Pero es éste un problema exclusivo de la gente religiosa que no conoce a Dios?…. No, desafortunadamente no….También los cristianos cuándo creemos entender la importancia de la fe en nuestro futuro…. Respondemos a esta exigencia de creer, pero en realidad no lo hacemos con una fe adecuada. Por ejemplo si la escritura dice::

Juan 3:18 El que en él cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Juan 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Si por no creer en el voy a ser condenado…. Y la ira de Dios caerá sobre mí…. Entonces yo si tengo fe.

Más aún cuando leemos que la escritura dice ” Conforme a vuestra fe os sea hecho. ” O ” Y no hizo allí muchos milagros debido a la incredulidad de ellos “

Cuando leo que dependiendo de mí fe voy a recibir… Entonces nace fe instantánea.

Marcos 9.23–24 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 24E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.

No ha visto acaso todos esos programas en televisión donde motivan a todo el mundo a creer… porque si creen van a recibir aquello que anhelan, que necesitan, que han soñado, etc… Y es tanta la gana de tener aquellas cosas y la ingenuidad de la gente, que hasta pagan para que oren por ellos y sus peticiones.

Éste hombre, afortunadamente alcanzó a confesar que su fe no era genuina…. Por eso después de su afirmación ” creo ” continua diciendo ” ayuda mi incredulidad “… Ayúdame a creer.

Es muchísimo mejor que reconozcamos muestra gran falta de fe, y que clamemos a él para que nos ayude a creer, que vivir engañados pensando que tenemos fe, perdiéndonos la oportunidad de disfrutar de su amor.

Más aún, si con tan poca fe hemos recibido tanta bendición de Dios, qué tal si aprendemos a creerle con todo nuestro corazón.

¿Y cómo hace el para que nuestra fe crezca? La escritura nos cuenta de Abraham:

Santiago 2.21–23 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.

Cuando dice que la Fe se perfeccionó por las obras quiere decir que tenemos que dar esos pasos de fe y actuar creyendo para que en la medida que nos relacionemos con Dios nuestra fe vaya creciendo…

Así es de que, queridos hermanos debemos tomar la decisión de creerle a Dios, y frente a toda circunstancia que se nos presente, debemos obedecer como la consecuencia y la evidencia de que nuestra confianza en Dios es cierta.

Porque todo tipo de desobediencia es en realidad una ofensa al infinito amor de Dios por nosotros.

Sin embargo tenemos que actuar con una fe verdadera… Lo cual comenzaremos aclarar la próxima semana.

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