¿ESTÁN ABIERTOS NUESTROS OJOS? – PARTE 2

¿ESTAN ABIERTOS NUESTROS OJOS? – PARTE 2

I. INTRODUCCIÓN

Pienso que a través de los tiempos siempre ha habido pueblos que no están conformes con el gobierno que tienen, y por eso piensan en rebelarse contra esos gobiernos, sin embargo esos deseos se quedan en deseos, porque para rebelarse no sólo hay que tener las ganas, también hay que tener el poder suficiente para hacerlo.

Por esta falta de poder es que muchos han tenido que soportar durante muchísimo tiempo malos gobiernos. Ejemplo de eso en la actualidad es Venezuela, y para no ir tan lejos, hay muchos que no están de acuerdo con el manejo que el el mundo y muchos países le está dando a esta pandemia…

Pero una cosa es no estar de acuerdo, otra querer rebelarse, y otra mucho más difícil es tener el poder suficiente para hacerlo.

Esto mismo pasa en las familias, donde hay esposas que tienen que soportar malos maridos porque no tienen cómo librarse de el. Y también a muchos hijos que están esperando la oportunidad para poder salir de su casa, en la cual tienen que aguantar, porque no tienen el poder suficiente para librarse de ese control.

Pero esto no fue lo que pasó con Adán y Eva, pues cuando ellos recibieron el ofrecimiento de Satanás, de abrir sus ojos como consecuencia de rebelarse contra Dios, es indudable que si ellos tomaron la decisión de hacerlo, es porque pensaron que tenían los medios necesarios para hacerlo. Si miramos el pasaje que habla de esto:

Génesis 3.6  Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

También podemos ver que cuando ella decidió comer del árbol, lo hizo pensando que también tenía la capacidad o el poder de convencer a su marido de hacer lo mismo. Y así fue.

Esto quiere decir que cuando el hombre tomó del árbol no sólo lo hizo buscando el conocimiento que lo separaría de Dios, si no que también busco obtener el poder necesario para ésa nueva clase de vida.

Y es por esto que cuando uno revisa la raíz de las palabras con que se habla del árbol, la palabra conocimiento no se refiere solamente al conocimiento intelectual, sino que también puede implicar las ideas de elección, discernimiento, e incluso de dominio o poder.

Es muy sabido en el mundo que el conocimiento implica poder. Y por esto algunos relacionan el árbol con las palabras; calidad, lo mejor posible, prosperidad, lo mas fino, lo más abundante, lo más hermoso, lo más favorable, lo bueno, lo rico, lo valioso…

Es decir con todas aquellas cosas que representan la riqueza. Y también es sabido por todos que la riqueza tiene íntima relación con el poder.

Hay otras cosas que tiene mucho poder como por ejemplo la belleza, especialmente la de la mujer. Y están belleza en los seres humanos tiene también íntima relación con el sexo, el cual es usado de forma poderosa para manipular, controlar, subyugar. Lo cual quiere decir que también hay poder en el sexo y es por esto que la escritura nos advierte acerca de su poder diciéndonos:

Proverbios 6.25–26  No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos; 26 Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.

Y en otro texto dice que la hermosura de la mujer es un tesoro, pero que esta riqueza puede ser usada de mala manera. Y por eso también nos advierte:

Proverbios 11.22 Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa y apartada de razón.

Lo que quiero que entendamos es que cuando Dios le prohibió al hombre tomar en sí mismo el conocimiento del bien y del mal, para con este dirigir su vida según sus deseos, estaba implícito que también estaba prohibido tomar el poder dado por Dios para hacer la voluntad de Dios, y usarlo pana rebelarse contra Dios.

La escritura nos muestra que Dios como creador y sustentador del universo, es el dueño absoluto de todas las cosas aun de nuestra propia vida. Sin embargo nos ha dado una serie de riquezas que implican poder, con el propósito de que administrando esas riquezas de buena manera, ellas nos permitieran hacer su perfecta voluntad.

Sin embargo lo que en realidad pasó es que después de que el hombre se reveló contra Dios, dejo de reconocer la propiedad que Dios tiene sobre todas las cosas, y en lugar de funcionar como administrador de la riqueza dada por Dios, se apropió de ella y comenzó a manejarla a su antojo.

Pero este apropiarse de la riqueza dada por Dios es algo que sólo ocurre en la mente del hombre, pues la realidad es que a pesar de la rebeldía del hombre y a pesar del mal manejo que está haciendo de la riqueza dada por Dios, está riqueza sigue perteneciendo a Dios.

Hay muchos pasajes que hablan de la propiedad de Dios de todo lo que existe, aún de nuestra vida,  pero les quiero mostrar un mandato que me parece especial, pues el hombre ha llegado a creerse dueño absoluto aún de la tierra. Y por eso el Señor a su pueblo le dijo:

Levítico 25.23 La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.

No vender la tierra a perpetuidad quiere decir que la tierra sólo puede ser alquilada. Es decir los hombres pueden alquilar la tierra que es propiedad de Dios pero no pueden venderla porque no es de ellos.

Sin embargo es común y muy normal que la gente incrédula crea ser la dueña absoluta de las tierras, ignorando por completo que Dios en su generosidad, es quien le ha dado al hombre todo lo que tiene para que lo administre, pero el hombre ignorando la propiedad de Dios, se ha robado toda esta riqueza y al creerse dueño absoluto cree también que tiene el derecho de utilizar esta riquezas cómo aire le provoque.

Por ejemplo; uno de los argumentos que están usando algunas mujeres para abortar, es que el cuerpo es de ellas, y por eso tienen derecho de hacer con su cuerpo lo que ellas consideran mejor.

Pero allí hay una doble mentira, porque el cuerpo que tenemos es de Dios, y porque el bebé aunque está dentro de su cuerpo, es otro cuerpo que tampoco le pertenece. Por lo tanto tampoco tiene derecho de hacer lo que le parezca mejor con su cuerpo, sino que debe hacer lo que Dios dice que debo hacer con su cuerpo y con el cuerpo del bebé.

(Por allí publiqué un anuncio que dice que las que así piensan deben sacarse el útero, que es parte de su cuerpo para que no puedan quedar embarazadas.)

No reconocer la propiedad de Dios sobre todas las cosas, hace que los hombres ignoren que son administradores de estas riquezas, Y al ignorar esto terminan administrándolas de manera completamente diferente a lo que es la voluntad de Dios, trayendo mucho dolor y mucha desolación entre los hombres.

Por ejemplo; estoy absolutamente convencido que los recursos que hay en el mundo, si se administrarán como Dios desea, no habría hambre en el planeta, ni tampoco el planeta estaría poco a poco siendo destruido, ni las diferentes especies desapareciendo.

Pero como el hombre a robando a Dios toda su riqueza y la está administrando como a él le parece, el resultado es que vemos a los hombre que tienen más riquezas, explotando y asesinando a los demás hombres, para seguir obteniendo riquezas.

Y aunque nos parezca increíble, el hombre a causa de su gran corrupción y maldad ha llegado a considerarse dueño de la vida de los demás.

Cuando un hombre maltrata una mujer; cuando una mujer se quiere separar de un mal marido y él no la deja, ayer el hombre está actuando como si fuera dueño de la vida de su mujer.

Esta misma depravación la podemos ver en el mundo, y por eso es que desde tiempos atrás escuchamos acerca de la esclavitud de la raza negra. No han sido los únicos que ser esclavizados el hombre ha practicado a través de los tiempos la compra de seres humanos para esclavizados. En los Estados Unidos el proceso para abolir la esclavitud fue muy largo y hasta fue necesaria una guerra civil.

Sin embargo en la actualidad está esclavitud, este considerarse dueño de la vida de otras personas continúa siendo practicado de muchas maneras.

El capitalismo es una forma disimulada esclavitud, y dentro del capitalismo aparecen cosas todavía mas terribles como la trata de blancas para prostitución. Ejemplo de este secuestro y esclavitud lo vemos en la guerrilla colombiana, donde ellos se apropian de la vida de los niños y las niñas para utilizarlos en la guerra y para disfrutar sexualmente de ellos… Esta es una realidad innegable que la guerrilla niega como si fuera posible tapar el sol con un dedo.

Pero eso que nos puede parecer terrible es poco comparado con lo que actualmente está pasando en China, donde hay entre un millón y 2 millones de presos o más bien esclavos, que están siendo obligados a trabajar en la industria de la confección. Y grandes empresas muy famosas los usan con este propósito. Por eso para contrarrestar esta esclavitud en estados unidos el presidente Tromp  prohibió la importación de productos hechos con algodón y productos provenientes del tomate.

Igualmente en China a los seguidores de la religión de falum gong, los están cogiendo presos y le están sacando los órganos para venderlos. Pulmones, riñones, corazón, hígados, ojos, etc. Y para sacar los órganos lo hacen cuando la persona está viva y sin anestesia, porque eso hace que sean de mejor calidad… El testimonio de una doctora que los sacaba, dice que no pudo hacerlo más porque las pesadillas no la dejaban dormir.

Insisto: El creerse dueño de las riquezas y aún de las personas, es lo que hace que los hombres se desborden en maldad producto de su codicia, para tener cada día más y más.

En Colombia no estamos tan mal como en China, gracias a que el comunismo no es lo que nos gobierna, sin embargo también encontramos políticos que se roban la plata del desayuno de los más pobres… Y pensar en hacerme rico a costillas del hambre de los niños me parece bastante perverso.

Todo esto nos muestra, que cuando el hombre rompió vínculos con Dios no sólo creyó que tenía todo el derecho de hacer con su vida lo que quisiera, sino que además cuando robó la propiedad de Dios la codicia lleno su corazón en tal magnitud, que no le importa cuanta maldad pueda cometer con tal de obtener más riquezas.

Y estos dos asuntos tienen íntima relación, pues no puedo hacer mi voluntad si no tengo poder. Y no tendré poder si no logró obtener riquezas.

Es también por esto que el pobre pierde en los tribunales, mientras que el rico se sale con la suya.

Y es por esto que el Señor Jesús enseño con mucha claridad, que cuando el hombre coloca las riquezas por encima de Dios, eso hace que sea imposible que pueda hacer la voluntad de Dios. Sus palabras fueron:

Mateo 6:24  Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Esto quiere decir que mientras el hombre no reconozca la propiedad de Dios sobre todo que tiene, aún sobre su propia vida, no podrá vivir para Dios, que es igual a decir; que la esclavitud a las riquezas le impedirá vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.

Y vivir de esta manera es tan grave, que lleva a quien lo hace, a menospreciar y aun a aborrecer a Dios. Y la evidencia de este menosprecio y este aborrecimiento, es que el que vive para las riquezas no tiene problemas en desobedecer los principios de Dios, para conservar o aumentar sus riquezas.

Diferente de este, el que verdaderamente reconoce que absolutamente todo lo que tiene proviene de Dios, es decir que Dios es su proveedor, y que todo lo que Dios le da sigue siendo de Dios, quien reconoce esto no tiene problema en sujetarse a Dios y obedecer lo que el nos ordena en su palabra.

Como quien díce, los unos por amor a las riquezas menosprecian a Dios y su voluntad, y los otros por su amor a Dios son capaces de hacer la voluntad de Dios así pierdan su riqueza… ¿Porque? Por qué tienen claro lo que mencioné en el sermón anterior, acerca del juicio de Dios. Y saben que el resultado será…

1 Juan 2.17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Conozco cristianos que pierden la oportunidad de obtener contratos porque no aceptan pagar sobornos a los políticos para obtenerlos… Y que aún han aceptado llegar a la quiebra por no hacer cosas qué saben que desagradan a Dios.

Para el que realmente tiene los ojos bien abiertos el asunto muy sencillo.  Porque entienden que es mejor estar bien con el proveedor y dueño de todo, que alejarse de El, y tratar por sus propios medios de obtener el sustento o las riquezas.

Y por esto, para ayudar a los hombres a salir de su codicia, así como vimos la semana pasada que Dios les dio ciertos mandatos, hay uno de ellos muy importante, que fue dado muchísimo antes de la ley, y es el principio del diezmo.

Este tema del diezmo es muy conflictivo para muchos, porque el dinero representa poder, y los hombres en su falta de confianza en Dios no quieren perder este poder, ya que no confían lo suficiente ni siquiera para entregarle su vida a Dios, mucho menos su dinero.

Mientras que el que confía en Dios, que a entregado su vida a Dios y está dispuesto a hacer su voluntad, no tienen ningún problema en ser fiel con sus diezmos y ofrendas.

Ahora; ciertamente el asunto del diezmo y las ofrendas se ha malinterpretado en muchas iglesias, de tal manera que lo que enseñan no agrada a Dios, pues lo que ellos pretenden con sus enseñanzas que no son bíblicas es tratar de obtener mucho más dinero del que les corresponde.

Y entonces aquellos que por su amor al dinero no quiere cumplir con Dios, se apoyan en estas malas enseñanzas y en estas malas prácticas, aún en los malos testimonios de muchos pastores para justificar el no obedecer a Dios.

Sin embargo la escritura dice:

Romanos 3.3–4 ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? 4De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito:Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado.

Los pecados de los demás jamás son una justificación para que nosotros cometamos otros pecados.

Si el pueblo judío menosprecio la palabra de Dios, eso no quiere decir que nosotros también debemos menospreciar las escrituras.

Y si muchos han dado malas enseñanzas acerca del diezmo, y por esta razón hay muchos creyentes que no cumplen con Dios, esos pecados no nos justifica para hacer lo mismo.

¿Si alguien usa la Biblia para dar malas enseñanzas entonces no debemos usar la Biblia? Por supuesto que debemos usar la Biblia, pero usarla bien. Y si otros usan mal el dinero de Dios, eso tampoco nos disculpa de no cumplir con Dios.

¿Qué es el diezmo?

Dios como dueño absoluto de todas las riquezas del universo, le han dado a cada hombre una microscópica parte de sus riquezas, para que las administre haciendo la voluntad de Dios. Con la condición de que el hombre saqué la décima parte de lo que Dios le ha dado, y la reserve para Dios.

¿Por qué? Será porque a Dios le hace falta algo de dinero para pagar la nómina de los ángeles o el mantenimiento del cielo, la luz, el agua, seguro médico o algo más.

Por supuesto que no. La razón por la cual el hombre debe ser fiel a Dios con sus diezmos y ofrendas, no es porque Dios necesite, todo lo contrario, el hombre es el que necesita ser fiel con Dios.

Es por esto que cuando el apóstol Pablo le habla a los Filipenses acerca del buen manejo financiero, incluido el dinero para la obra, les dice que la razón por la cual deben ser fieles, no es porque él necesite, sino porque ellos necesitan la bendición de Dios. Dice así:

Filipenses 4.17–20 No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. 18Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. 19Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. 20Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Gracias a Dios puedo decir exactamente lo mismo. En esta época de pandemia, con la iglesia virtual no faltan quienes hayan dejado de ser fieles con Dios, sin embargo la fidelidad de unos pocos y la bendición que Dios les ha dado a ellos, ha sido suficiente para llenar nuestras necesidades.

De tal manera que la razón de hablar de este tema no es porque la iglesia este en crisis económica, Sino porque todo auténtico hijo de Dios debe ser fiel reconociendo la provisión de Dios, la propiedad de Dios, y al ser fiel con Dios estará librando su corazón de la codicia.

Pero si alguna persona está completamente convencida que lo que tiene y lo que recibe no proviene de Dios, sino que es gracias a su capacidad que logra conseguir todo, sin la ayuda de Dios, ¿esta persona será fiel a Dios con los diezmos? Por supuesto que no.

Cuando en la escritura se menciona que Abran el Padre de la fe cumplió con los diezmos, lo hace precisamente como un reconocimiento de la propiedad y la provisión de Dios. Y por eso el sacerdote Melquisedec quien representa Dios le dice:

Génesis 14:19 al 20  y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; 20y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. 

Si un creyente le pide a Dios, y le agradece a Dios por la provisión, pero no es fiel con sus diezmos, es como el esposo que dice amar a su esposa, que le dice que ella es lo más importante para su vida, pero al mismo tiempo se gasta el dinero en lo que no debe, de tal manera que no cumple con las necesidades de su esposa.

Y cuando la esposa le pregunte que porque gasta lo que le corresponde a ella en otras cosas… Cómo respondera él para justificar falta de fidelidad y amor?

Sí no entregamos el diezmo, que a propósito, no es el nombre que se le da a la acción de darlo sino a la cantidad, porque el diezmo es la décima parte de lo que Dios nos da, si no lo entregamos es porque definitivamente no reconocemos a Dios ni como nuestro dueño, ni como nuestro proveedor.

Podría decirle muchísimas cosas acerca del importancia del diezmo, de las bendiciones de cumplir con Dios, de como la escritura muestra qué es el deseo de Dios que lo sigamos haciendo, pero ese no es el tema de hoy.

El tema de hoy es; no debemos tomar el conocimiento del bien y el mal en nuestras manos, y no debemos tomar el dinero de Dios en nuestra mano como si fuera nuestro. Porque estos dos pecados son la base de la rebeldía del hombre contra Dios.

Tan claro es en la escritura que el diezmo, es decir que la 10ª parte de lo que Dios nos da para administrar, tenemos que devolverlo a Dios para su obra, que cuando el hombre no lo hace, Dios no lo reprende por tacaño o por falta de generosidad, Dios lo reprende por ladron. Y por esto podemos leer:

Malaquías 3:7 al 9 Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.

Podemos ver que cuando el hombre no reconoce que Dios es su proveedor y se adueña de todas las cosas, pues tampoco reconoce que sea un pecado no cumplir con Dios con el diezmo. Por esto estos hombres no entendían cual era su pecado, ni que era lo que tenía que cambiar.

Y entonces por esto es que Dios les dice que lo están robando en los diezmos y ofrendas, y que eso les trae una maldición sobre sus vidas.

Si el dinero fuera del hombre, el hombre podía hacer lo que quisiera con su dinero. Pero si el dinero es de Dios, entonces tenemos que hacer con el dinero lo que Dios nos dice.

Y como el dinero si es de Dios, aunque el hombre no lo reconozca, por eso es que Dios les dice que no diezmar es robarlo. Y la pregunta es: ¿Qué merece vivir aquel que roba a Dios de manera conciente y continua?

Usted puede pensar que este pasaje no aplica porque estamos viviendo bajo el Nuevo Pacto, y por lo tanto la ley de Moisés no se aplica para nosotros los hijos de Dios.

Eso puede sonar muy razonable pero déjeme decirle varias cosas. La primera es que en el viejo pacto o en el Nuevo Pacto, o en la tribulación y el milenio, de todos modos Dios sigue siendo el dueño absoluto de todo. Es decir cambiar de pacto no ha cambiado la propiedad que Dios tiene de las cosas.

Igualmente no importa la época, si es viejo o nuevo pacto o milenio, Dios sigue siendo el proveedor de todas las cosas que recibimos.

Si el diezmo es un reconocimiento de la propiedad de Dios de todas las cosas y de su provisión para nosotros y eso no cambia, entonces tampoco hay razón para dejar de ser fieles con el diezmo.

Y lo otro que deben entender quienes piensan que el diezmo no corresponde a esta época, porque la ley ha sido dejada atrás, es que eso podría ser cierto si el diezmo hubiese sido una norma dada solamente para la época de Moisés, pero ya leímos que Abraham, muchísimos años antes de la ley, ya era obediente a lo que Dios había estipulado. La escritura dice:

Gálatas 3:16 al 17 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. 17Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. 

Según este pasaje nuestro cristianismo comienza con la promesa hecha a Abraham y a su simiente la cual es Cristo, es decir lo que se le prometió a Abraham y lo que él hacía, incluido ser fiel con sus diezmos, sigue siendo vigente para nosotros.

La ley que vino 430 años después no elimina la promesa, y el hecho de que no estemos bajo la ley tampoco cambia el asunto.

Decir que el diezmo ha sido eliminado al haberse quitado la ley es como decir que como Abrahán fue justificado por medio de la fe, ahora que no estamos bajo la ley la justificación no es por fe. ¿Será cierto esto? Por supuesto que no.

De igual manera el diezmo sigue siendo un acto de obediencia con el cual reconocemos que Dios es nuestro dueño y nuestro proveedor.

Ahora: si usted me pregunta, si Dios bendice económicamente a los que son fieles con el diezmo, le contestaría, depende. Depende de si usted realmente necesita o no necesita más dinero.

¿Y de qué depende que usted necesite o no necesite más dinero? Pues depende de lo que esté dinero produzca en su corazón, y de la forma cómo lo valla a invertir.

Y si me preguntan que si por no diezmar Dios puede disciplinarlo económicamente. La respuesta es sí. Por supuesto las disciplinas para corregir los pecados son exclusivas de los hijos de Dios, a los hijos del diablo Dios no los disciplina por no cumplir con Dios. Pero nosotros sí podemos ser disciplinados por no ser fieles con el diezmo, al igual que podemos ser disciplinados por cualquier otro pecado que cometemos y no queremos dejar de cometer.

Pero la solución para dejar de cometer este pecado, es la misma solución que para dejar de cometer el pecado de dirigir nuestra vida sin tener en cuenta a Dios.

Ya leímos que el apóstol escribió:

Gálatas 5:24  Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

Si usted hace lo que el apóstol dice, entonces no tendrá problemas para vivir haciendo la voluntad de Dios y poder así experimentar el fruto del Espíritu Santo. Y si en la cruz colocamos nuestras pasiones y deseos, entonces tampoco tendremos problemas para administrar el dinero como Dios manda, y cumplir así con el diezmo para no seguirlo robando.

Pero eso sólo es posible sí tienes suficiente fe en él.  El apóstol también escribió:

Gálatas 2:19 al 20  Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. 20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. 

Si queremos vivir una vida completa y permanente en el Espíritu, experimentando de manera continua el fruto del Espíritu Santo, debemos entregarle nuestra vida. Y si entregamos nuestra vida no tendremos problema en entregarle todo lo demás, aún el dinero.

Y déjeme repetir lo que ya les he enseñado. Entregarle todo a Dios o renunciar a todo, no es deshacerse de las cosas, sino hacer con todo lo que Dios nos ha dado, su perfecta voluntad.

Ahora, cuando hablamos de abrir verdaderamente nuestros ojos, vimos que la clave está en entender que lo que Dios ha ordenado, por haber sido Dios quien los ha ordenado, es exactamente lo que tenemos que hacer.

Quienes están ciegos y creen que ven muy bien, son aquellos que cuestionan todo lo que Dios ordena, llegando a la conclusión de que no es bueno obedecer. Que es lo mismo que hicieron Adán y Eva al ser manipulados por el Diablo.

Igual sucede respecto del poder. Quienes están ciegos creen que el poder está en ellos y en la riqueza que ellos puedan obtener.

Pero los que realmente ven, entienden que el poder está en el Espíritu Santo, y que este poder sólo puede experimentarse cuando le entregamos de todo corazón a Dios, lo que somos y lo que poseemos.

Sin esta entrega total es imposible experimentar el poder del Espíritu Santo.  El apóstol Pablo escribió:

Colosenses 1:27  Él decidió darles a conocer este plan tan grande y maravilloso para todas las naciones, y que es el siguiente: Dios envió a *Cristo para que habite en ustedes y les dé la seguridad de que van a compartir el poder y la *gloria de Dios.

El Señor Jesucristo, (y/o el Espíritu Santo) que está en nosotros, es lo único que puede hacer posible que logremos vivir la vida cristiana, para hacernos partícipes del poder y la gloria de Dios.

Pero sin él, sin el Espíritu Santo, así supiéramos cuál es la dirección que debemos tomar para alcanzar la gloria de Dios, no tendríamos ni la más mínima oportunidad, porque nos faltaría el poder para lograrlo, mientras que con él, podemos expresar como dijo el apóstol… Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Y si el Espíritu Santo está en nuestra vida, entonces como ya vimos, también como consecuencia de ello debe manifestarse el fruto del Espíritu Santo. El cual es:

Gálatas 5:22 al 23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 

Siendo esto lo que normalmente debe manifestarse en nuestra vida, deberíamos tener bien claro lo que significa cada una de estas palabras, para revisar de manera más o menos continua si andamos o no realmente en los caminos de Dios.

Y no me refiero tanto a lo que hacemos, porque eso es más fácil de revisar, (no mentir, no robar, no levantar falso testimonio, etc.)  Sino a las motivaciones y a lo que sentimos cuando estamos viviendo nuestra vida cristiana.

Lo que sentimos cuando vivimos la vida cristiana es supremamente importante, pero ojo, no para decidir qué hacemos con nuestra vida, pues nuestra vida debe estar dirigida por Dios, no por nuestros sentimientos.

Pero cuando realmente Dios dirige nuestra vida respecto de acciones y actitudes, y cuando es gracias a la fe que tenemos el poder de obedecer a Dios, el fruto del Espíritu Santo tiene que manifestarse.

Sí un cristiano no experimenta el fruto del Espíritu Santo en su vida de una manera más o menos regular, así logre ciertos cambios por estar obedeciendo lo que entiende que dice la palabra, de todos modos no resistirá. 

Ese es el caso de la esposa o el hijo que están sujetos a su esposo o padre, pero por dentro viven un infierno, porque piensan que quien los dirige están abusando de su autoridad, por lo tanto, aunque andan obedeciendo no disfrutan de lo que hacen. Casi que a más obediencia mas rabia.

Es también el problema de cualquiera que entiende el principio del contentamiento, y aunque se programa para obedecer viviendo con lo que tiene, aun siendo fiel a Dios con sus diezmos, por dentro está lleno de sueños irrealizables y en el fondo se siente frustrado.

O el del joven que sabe que debe crecer, madurar y tener ciertos recursos económicos antes de elegir la novia o el novio que será su esposo, pero que al obedecer y estar esperando el tiempo de Dios, se siente como si sus padres con la ayuda de la iglesia le estuvieran impidiendo vivir lo que otros jóvenes viven con toda libertad.

Esa es más o menos la clase de vida que están viviendo los que no están experimentando el fruto del Espíritu Santo, y eso la mayoría no lo soporta, y los que la soportan, miren de forma tan miserable, que se convierten en esos cristianos que están pendientes de los pecados de los demás para caerles encima.

Es decir no corrigen a sus hermanos en la fe porque los aman, sino porque en el fondo sienten envidia de que disfruten de sus pecados.

No experimentar el fruto del Espíritu Santo es una de las principales razones por la cual, aunque estos cristianos andan en obediencia, en cualquier momento el mundo les ofrecen pajaritos de oro y salen volando a toda velocidad.

Pero lo que no saben, es que esa no es una auténtica vida cristiana, porque en la vida cristiana normal, el fruto del Espíritu Santo se debe manifestar, y espero no ofender a Dios con lo que voy a decir, porque la llenura el Espíritu Santo es como una droga, es como un elixir que te permite vivir tranquilo, satisfecho y feliz en medio de circunstancias que a la gente del mundo, y a los cristianos carnales, les parecen que son invivibles o muy difíciles de aceptar.

Recuerdo que en una época para mostrar la importancia de la vida cristiana, acostumbraba decir a las personas como si fuera un adivino: Piensa por un momento qué fue lo último que te hizo sufrir y yo te diré que fue. Piénselo…

Lo último que hizo sufrir a cualquiera de ustedes, fue que ante ciertas responsabilidades o circunstancias de la vida, a usted le faltó el fruto del Espíritu Santo para asumir esa situación y responder adecuadamente.

Lo ofendieron y no tuvo amor, ni paciencia, templanza o mansedumbre… Para responder con esas buenas actitudes ante el agresor. Y entonces se llenó de resentimiento, amargura u odio, sentimientos que luego le enfermaron a usted.

Se enfermó y no tuvo paz, ni paciencia o templanza, y entonces se llenó de angustia, quejas y dolor en el alma, y con toda esa mala actitud término sembrando discordia y problemas en la familia.

Algún familiar tuvo una crisis emocional o económica, y usted no tuvo benignidad, ni bondad, mucho menos amor, y entonces actuó con indiferencia… Y ese egoísmo le hizo sentirse vacío en lugar de satisfecho, y esa insatisfacción le aumento su amor al mundo.

Piensen en cualquier situación por difícil que sea, y verán que alguna de estas cualidades que son el fruto del Espíritu Santo le van a permitir sobrellevarla, de tal manera que esa circunstancia traera más riqueza espiritual para su vida, y por lo tanto una mayor resurrección.

Y cuando piense en estas situaciones difíciles y crea que no es posible vivir disfrutando el fruto del espíritu Santo, acuérdese de la promesa de que Dios no dejará que usted sea probado más de lo que pueda resistir. Es decir no se mienta, no le sirve, no le ayudará.

Algunos que insisten en que su situación es la peor, y por eso justifican no sentir el fruto del Espíritu Santo y por lo tanto pecan, con su aburrimiento o sus quejas… A veces comienzo a decirles: Si a usted Dios le cogio bronca, a usted Dios no lo quiere, la sangre de Cristo no alcanzo para usted. Definitivamente Dios lo quiere torturar, porque a todo el mundo ama y por todos murió, menos por usted…

Por favor abramos los ojos. Porque cuando los ojos realmente están abiertos creemos en las promesas de Dios, y las promesas de Dios dicen que si podemos vivir llenos del Espíritu Santo.

Por ejemplo; miremos el siguiente testimonio no como algo fuera de este mundo, sino como parte del cristianismo real, porque eso mismo podemos vivir si le creemos a Dios.

Hechos de los Apóstoles 7:54 al 55, 59  Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él. 55Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios… 59Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.

¿Pueden acaso imaginarse una situación más difícil que está, o una respuesta más amorosa de la que dio este hombre que estaba lleno del Espíritu Santo?

Por eso insisto: Si no experimentamos el fruto del Espíritu Santo de una manera regular, por no decir continua, entonces no sólo seremos un cristiano anormal, sino que Dios no logrará cumplir su propósito con nosotros, y en el mejor de los casos terminaremos viviendo con la letra que mata. Es decir una vida cristiana obediente pero miserable.

Por eso debemos preguntarnos: ¿Andamos experimentando de manera continua el fruto del Espíritu Santo? Es decir: ¿Estamos vivos espiritualmente?

Ahora si usted es de las personas que desobedece a Dios de manera conciente, no tiene que preguntarse si está experimentando fruto del Espíritu Santo por que la respuesta es no. La desobediencia no permite experimentar el fruto del Espíritu santo

Pero si usted es de las personas que anda obedeciendo a Dios, si debe hacerse esa pregunta, porque algunos aunque obedecen a Dios no están experimentando el fruto del Espíritu Santo. Y no lo experimentan porque no han podido tener claridad  acerca de que es realmente el fruto del Espíritu Santo, y con esto me refiero a que lo confunden con la alegría y la tranquilidad del mundo.

La semana pasada explicábamos, como algunos se engañan sintiendo tranquilidad y alegría porque las cosas del mundo, su riqueza, salud y familia andan bien. Y el engaño esta en que creen que esa paz y tranquilidad que están sintiendo es el fruto del Espíritu Santo, porque esas cosas se las han entregado a Dios, o porque dan gracias a Dios por cada cosa que sucede. Pero no siempre es cierto que ese sea el fruto del Espíritu Santo.

¿Y cuál es entonces la diferencia? La diferencia está, en que el fruto del Espíritu Santo depende de lo que Dios es, mientras que la tranquilidad y la alegría del mundo dependen de cómo nos está yendo en el mundo.

Es decir; experimentamos paz porque sabemos quién es Dios, sabemos que nos ha perdonado. Experimentamos gozo porque sabemos que tiene un plan maravilloso para nosotros, experimentamos amor porque hemos conocido el amor de Dios, experimentamos paciencia porque hemos conocido la paciencia de Dios para con nosotros. Y así con cada característica del fruto del Espíritu Santo…

Pero cuando un cristiano tiene problemas con su economía, salud, familia, o con algún asunto y pierde el gozo y la paz, entonces no estaba experimentando el fruto del Espíritu Santo, porque si lo estuviera experimentando, entonces sería capaz de sostenerse con paz y gozoso independiente de que las cosas estén de cabeza. Otro ejemplo:

Hechos de los Apóstoles 5:41  Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.

¿Esto que ellos vivieron, lo recibiríamos de la misma manera? Sí otros, especialmente sus familiares lo insultaran por su fidelidad en la asistencia, o por su fidelidad en el diezmo, o por su compromiso con la obra del Señor.

¿Se sentiría orgulloso de haber sido tenido por digno de padecer por el nombre de Jesús?  ¿O contrario a esto, prefiere hacer caso a su familia y no al Señor, precisamente para no perder su paz y alegría, que a la final no dependen de Dios sino del bienestar que experimenta con su familia?

Y si nos preguntamos: ¿Por qué algunos que quieren experimentar el fruto del Espíritu Santo no logran hacerlo?

La respuesta es, porque es importante entender que el fruto del Espíritu Santo viene íntimamente ligado a una nueva manera de pensar. A la manera de pensar de los hijos de Dios que han renovado su mente. En este caso, ellos dicen que salieron felices de haber sido tenidos por dignos de padecer por causa de Jesús

Estos cristianos gozosos, es decir llenos del Espíritu Santo no pensaron lo que pensaría otros estando en la misma situación. Porque muchos seguramente dirían: “Que embarrada, qué desgracia, que asunto tan desafortunado, pero tratemos de tomarlo con gozo”. No. Hacer eso es absolutamente equivocado.

No se trata como dice el refrán “al mal tiempo buena cara” No. No se trata de ver cosas malas y tratar de alegrarse con ellas. Es más, si usted ve cosas malas y logra alegrarse con ellas, usted se está volviendo una persona supremamente malvada o se volvió loca.

Lo que hemos visto en los estudios bíblicos, es que uno no da gracias a Dios cuando le sucede algo malo. Hacer eso es como mutilar la conciencia. Para hacer eso con sinceridad, para dar gracias por las cosas malas que nos suceden, tendríamos que desarrollar un perverso gusto por la maldad y la desgracia, y eso no es lo que Dios desea, sino todo lo contrario.

Es por eso que la clave para andar lleno del Espíritu Santo, está en lograr ver cada cosa como Dios la ve.

Cuando vemos las cosas como Dios las ve, no tenemos que pensar en qué tenemos que alegrarnos. Cuando vemos las cosas como Dios las ve, nos alegramos al ver como la bendición de Dios fluye todo el tiempo hacia nuestra vida, a través de todas las circunstancias que nos rodean.

Si andamos llenos del Espíritu Santo, pensando como Dios piensa, viendo como Dios ve las cosas, entonces veremos que esta plandenia y todos los encierros y las prohibiciones, están bendiciendo nuestra vida…

No sé cuántos se acuerden del ejemplo del papa que tenía dos hijos, uno muy positivo y el otro muy negativo …

Pero no por favor, no se trata de ser positivos, lo he enseñado muchas veces, los cristianos no somos positivos, los cristianos somos seres realistas, que al ver cómo las promesas de Dios se cumplen al pie de la letra, nuestra vida se llena del  fruto del Espíritu Santo.

Más aún. La sola conciencia de saber que usted es un hijo de Dios, amado por su Padre con el mismo amor con que ama a Jesucristo, debe producir en usted la manifestación del fruto del Espíritu Santo.

“Oh Dios me ama con el amor de Jesucristo que machera, que tranquilidad, qué bueno saber que podre enfrentar la vida cristiana con todas sus circunstancias acompañado del amor de Dios”.

Que sentiría usted si una persona super millonaria viniera y le dijera que cualquier cosa que usted necesite solo con llamarlo inmediatamente vendrá y le dará lo que sea… Si usted creyera en la promesa de esa persona, por supuesto que su actitud ante los problemas cambiaría por completo, porque sabría que con sólo una llamada el asunto se solucionaría.

Y si eso podemos sentir al creer en la promesa de alguien supermillonario… Que deberíamos sentir a leer la siguiente promesa:

Romanos 8:31 al 32   ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Pues no son las palabras de un supermillonario. Son las palabras del Dios todopoderoso creador de los cielos y la tierra. Son las palabras de aquel que entregó a su hijo a morir en la cruz, porque nos ama. Son las palabras de aquel que ha prometido qué nos dará todo lo que realmente necesitemos.

Y entonces la pregunta es: ¿Cómo se siente usted al pensar en lo que Dios le ha prometido?

Y si usted no siente una enorme paz y un increíble gozo es porque usted no le está creyendo a Dios.

Y hasta a lo mejor trata de creerle, pero al mismo tiempo no le hace caso… Y no hacer caso hace que nuestra incredulidad crezca. Es mas; ¿cree usted que la persona que roba mes a mes a Dios, su fe va a crecer?… ¿Será que su confianza en la provisión de Dios aumentara? La respuesta es no. Lo que más bien puede ocurrir es que su fe cada vez sea más pequeña… Pues así como la obediencia puede hacer crecer nuestra fe, la desobediencia la hace menguar.

El pasaje continúa diciendo:

Romanos 8:33 al 34 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

¿Como debemos sentirnos sabiendo que Dios nos defiende, nos justifico, y además de la actualidad ora por cada uno de nosotros.  Y continúa diciendo:

Romanos 8:35 al 39  ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.  37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Definitivamente hay muchos cristianos que no están experimentando el fruto del Espíritu Santo, porque no creen en lo que Dios nos ha dicho en su palabra. No creen en sus promesas.

Es como si cualquiera de nosotros tuviéramos una gran necesidad y recibiéramos promesas de alguien que las va a solucionar… Pero no creemos en esas promesas.

Ahora si usted me dice que si cree en Dios pero que a pesar de ello no experimenta el fruto del espíritu Santo, me sería imposible darle la razón, porque si fuera cierto lo que usted dice, entonces tendríamos que decir que Dios está mintiendo.

¿Por qué? Porque su palabra dice:

Gálatas 3:5  Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?

La respuesta a esta interrogante del apóstol, es que Dios actúa regalando la salvación y haciendo maravillas, lo cual incluye producir el fruto del Espíritu Santo, cuando oímos con fe.

Por eso, porque es imposible que Dios mienta, lo dice la escritura. No queda otra opción que decirle a aquellos que dicen que confían, pero que no experimentan el fruto del Espíritu Santo, que lo que pasa es que ellos en realidad no confían.

Están engañados creyendo que confían pero no es cierto. Pues si fuera cierto, Dios dice que manifestarían el fruto del Espíritu Santo en su vida. Y por favor no es esta una conclusión… Son las palabras de Jesús cuando dijo:

Juan 7:37 al 39 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 39Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él;

Por eso sí usted es de los que cree tener fe y no experimenta el fruto del Espíritu Santo a pesar de estar obedeciendo a Dios, pídale a Dios que le muestre su incredulidad. Por qué no hay duda que no le está creyendo a Dios.

Y déjenme añadir algo, cuando no hay fe normalmente no hay obediencia. Lo cual quiere decir que también es posible que por su falta de fe usted no le esté obedeciendo a Dios aunque crea que si.

Recuerda el pasaje que leímos:

Malaquías 3:7 al 9 Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.

Estaban convencidos que no estaba desobedeciendo a Dios. Pero estaban equivocados.

Lo mismo le pasó al rey Saúl cuando fue confrontado por el profeta…

1º Samuel 15.19–20 ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová? 20Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas.

No sólo no reconoce su desobediencia sino que piensa que hizo mejor. Sin embargo sus acciones muestra su desobediencia, porque la orden era no traer prisioneros. Pero él pensó que era mejor de esa manera.

Igual pasa con muchas cosas en las que no hacemos caso porque pensamos que es mejor lo que estamos haciendo… Pasa a muchos que usan el diezmo para otras cosas, porque creen que es mejor… Así es de que pidamos a Dios que abra verdaderamente nuestros ojos, porque no experimentar el fruto del Espíritu Santo, no andar con gozo y con paz, es consecuencia del pecado de incredulidad que puede estarnos llevando a desobedecer.

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