UNA VISIÓN CORRECTA – PARTE 6

UNA VISIÓN CORRECTA – PARTE 6

I. INTRODUCCIÓN

Quiero insistir con algo que mencioné brevemente la semana pasada. Lo hice leyendo un pasaje donde Jesús dice, que aquellos que Pilato mató o que aquellos a los que le cayó una torre, no eran más malos que todos los demás, sino que todos, absolutamente todos debían arrepentirse para no ser destruidos.

Con base en esto dije e insisto, que este tiempo y lo que ocurre no es un castigo de Dios, solo es un llamado de atención para arrepentirse, especialmente para los hijos de Dios que tenemos más conocimiento de su voluntad que los demás.

Sin embargo esta semana escuche un audio que esta circulando en las redes, de un pastor que llorando dice que Dios le hablo y que esta airado y muy, pero muy molesto por el mal comportamiento de los hombres, de los cristianos, y especialmente de los pastores que están predicando lo que la gente quiere oír y no la verdad. Que se han juntado al gobierno, que han aceptado el aborto, la homosexualidad, etc.

Y lee un pasaje de Isaías que tiene como título “El juicio de Jehová sobre la tierra”. Algunos versos de este pasaje dicen:

Isaías 24.1,3-4,6,19-21… He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores. 3La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada; porque Jehová ha pronunciado esta palabra.4Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra.6Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres.19Será quebrantada del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la tierra, en gran manera será la tierra conmovida. 20Temblará la tierra como un ebrio, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará. 21Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.

El pasaje habla de destrucción total, pues toda la tierra será enteramente vaciada, destruida, consumida, quebrantada, desmenuzada, conmovida y removida… Dando como resultado que el pecado aumentará. Y por esto la tierra nunca más se levantará, sino que en aquel “día” Dios castigará al ejército de los cielos y a los reyes de la tierra.

Frente a esto por supuesto que la pregunta importante es: ¿Será cierto que esto es lo que está pasando en este tiempo?

Para responder quiero que tengamos en cuenta que una cosa es lo que alguien dice que Dios le dijo… Lo cual puede ser cierto pero también puede ser falso. Y otra muy diferente lo que con claridad dice la escritura que va a suceder. Y cuando lo que alguien dice que Dios le dijo no concuerda con lo que la escritura dice, por supuesto no hay la más mínima duda que debemos confiar en lo que la escritura dice.

Y eso es lo que he hecho frente a este mensaje, y frente a todos los que recibo, y también hago lo mismo con los libros que leo. Y en este caso al ceñirme a lo que la escritura dice, no puedo aceptar que este sea un mensaje que provenga de Dios.

Sin embargo si dice algunas verdades, y si a los que están haciendo lo que él dice, este mensaje los anima a arrepentirse y comienzan a predicar la verdad, si es que la conocen, pues Gloria a Dios sería muy bueno… (Perdóname que sea un poco escéptico, porque estuve siete años metido con ellos luchando por corregir las malas doctrinas, y en términos generales no había ningún interés en predicar la verdad.)

Ahora; ciertamente en otras épocas Dios ha manifestado su ira, castigando a los pueblos y castigando al pueblo de Israel por su pecado.

Pero las razones bíblicas por las cuales no creo que en este tiempo estemos siendo castigados o bajo la ira de Dios, son las siguientes.

La muerte y resurrección de Jesucristo ha dado comienzo al Nuevo Pacto. Este Nuevo Pacto deja atrás el viejo pacto que fue dado a través de Moisés, donde el propósito era que a través de la ley y del intento de cumplirla, los hombres reconocieran que son pecadores… Y este reconocimiento los llevara a aceptar a Jesucristo como su Señor y su Salvador, obteniendo así su salvación. Es por esto que la escritura dice:

Gálatas 3.24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.25Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo…

Es muy importante entender que el Nuevo Pacto da comienzo a la época de la gracia, en donde Dios de manera muy paciente está dando oportunidad a que todos los hombres se arrepientan y se acerquen a él obteniendo su salvación.

Conocemos de memoria el pasaje que dice: ”Porque por gracia somos salvos por medio de la fe”…

Eso quiere decir que ésta época de la gracia, no está caracterizada por el castigo o la ira de Dios sobre los hombres. Todo lo contrario; Dios en este tiempo está mostrando su misericordia y su paciencia para con todos.

Esto que estoy diciendo se puede confirmar, al ver la respuesta que da la escritura, a la pregunta que hicieron algunos cristianos acerca del regreso del Señor por su iglesia. La pregunta la hicieron porque pensaban que el Señor se estaba demorando mucho en volver por ellos. El apóstol Pedro les respondió así:

2 Pedro 3.9–10 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

No hay duda; Dios esta teniendo paciencia con la humanidad, porque no quiere que ninguno perezca. Y entonces pregunto: ¿Está lleno de ira o está muy molesto el Señor, como dice aquel hombre… O esta, en este tiempo teniendo paciencia con los incrédulos y los falsos creyentes, a ver si por fin se arrepienten, tal como dice la escritura?

No hay duda que es más sensato creer lo que dice con toda claridad la escritura, que lo que algunos hombres dicen que Dios les dijo…

No hacer esto, es lo que ha llevado a muchísimos llamados creyentes a creer una gran cantidad de doctrinas completamente equivocadas.

Sin embargo está paciencia de Dios con los hombres en esta época de la gracia, terminara con el comienzo de la gran tribulación, la cual comienza con la confirmación de un pacto…

Daniel 9.27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

En ese tiempo, sin lugar a dudas porque lo dice la escritura, allí si todos los hombres comenzarán a experimentar la ira de Dios.

Esa época de la gran tribulación también es mencionada en la escritura como: “El día de Jehová”. Lo leímos en el pasaje que este hombre menciona:

Isaías 24.21 Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.

La expresión, “aquel día” no se refiere a un solo día, si no en realidad a siete años, o como dice la escritura a una semana. El profeta Joel hablando de ese tiempo dice:

Joel 1.15 ¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso.

El profeta Isaías también lo menciona…

Isaías 13.9 He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores.

A la pregunta: ¿Es palabra de Dios lo que este pastor lee? Por supuesto que sí es palabra de Dios.

Pero el gran error que está cometiendo, al igual que muchos cuando hablan de la doctrina de la prosperidad material, es el de aplicar pasajes que no corresponden a este tiempo de la gracia, sino que han sido dados para otros tiempos.

Lo segundo que quiero decir respecto de esta época con esta pandemia, es que esto que está ocurriendo qué hace que este señor no pueda parar de llorar, y que tiene a muchos asustados, no es nada comparado con lo que ocurrirá, cuando realmente la ira de Dios se manifieste para castigar la maldad de los hombres.

Cuándo los discípulos le preguntaron a Jesús que cuando ocurrirían estas cosas, él les dijo:

Mateo 24.15–22 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 16entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;* 21porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 22Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

Notemos que dice que va a ser tan terrible la manifestación de la ira de Dios, que cuando comience, la gente debe salir huyendo, y ni siquiera debe regresar a tomar algo de su casa, y si esta en el campo tampoco se debe devolver a buscar su capa.

Y las que estén en cinta o criando bebés o niños, para ellas va a ser terrible… Porque lo que sucederá será tan, pero tan espantoso que que no se puede comparar a nada que haya ocurrido, y nunca jamás habrá algo tan terrible y espantoso como lo que va a suceder.

Ahora; Leímos que el Señor está teniendo paciencia en este tiempo con los hombres, pero esa paciencia terminará cuando el regrese por nosotros su iglesia, y nos lleve a su presencia lo cual debe ocurrir antes de comenzar la gran tribulación. Eso quiere decir que nosotros los que hemos nacido de nuevo no estaremos en este tiempo terrible y espantoso.

Esto es claro en muchos pasajes como por ejemplo, en aquel que dice lo que los cristianos debemos estar esperando.

Filipenses 3.20–21 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

Los auténticos cristianos no estamos esperando la gran tribulación, lo que debemos estar esperando es que el Señor venga por nosotros, y transforme este cuerpo de humillación para tener un cuerpo semejante al de la gloria de el.

Esta misma verdad, de que los cristianos no vamos a experimentar la ira de Dios, también se confirma en el siguiente pasaje:

1 Tesalonicenses 5.8–9 Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. 9Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,

Si Dios no nos a puesto para experimentar su ira, por lo tanto es un error pensar que este coronavirus es una manifestación de la ira de Dios, más aún cuando cuenta este pastor que pastores y cristianos están muriendo por esta epidemia.

Más adelante en el libro de Apocalipsis, encontramos otro texto que dice que seremos guardados de esta época en que se manifestará la ira de Dios. Dice así:

Apocalipsis 3.10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

La iglesia, los que por su fe han obedecido a Dios en medio de las diferentes circunstancias, eso es guardar la palabra de su paciencia, no van a estar en la tierra cuando la ira de Dios se manifieste, y la razón es muy obvia. Jesucristo recibió el castigo de nuestros pecados, y por eso ninguna auténtico creyente puede estar bajo la ira de Dios.

Hay otra profecía que tiene relación con esta promesa de que no estaremos en la época de la ira, que dice:

Isaías 26.20–21 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. 21Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.

No hay duda que no estaremos en esta época tan terrible, donde sera tan grande la mortandad que ni siquiera habrá cómo enterrar los cadáveres… Sino que por montones se van a descomponer en las calles.

Si volvemos al pasaje de Mateo que leímos, en el verso 22 dice:

Mateo 24.22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

Será tan espantoso ese tiempo, que si los días no fueren acortados nadie sobreviviría. Y los escogidos por los cuales el Señor acortara este tiempo, (No somos nosotros) pues serán todos aquellos que no eran cristianos auténticos a la hora del rapto, razón por la cual se quedaron en la gran tribulación.

Eso quiere decir que en esa época tan terrible, todavía los hombres tendrán la oportunidad de aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador. La enorme diferencia entre ellos y nosotros, es que nosotros aceptamos el sacrificio de Jesucristo en la cruz en la época de la gracia, cuando Dios tenía paciencia, mientras que ellos se convertirán en la época de la ira, lo cual quiere decir que si sufrirán en carne propia por no haber aceptado a Jesucristo, mientras tenían oportunidad de hacerlo bajo la gracia.

Y es por estos que se convierten en esta terrible época, que Dios acortara esos días, o si no ninguno sobreviviría hasta el final.

Ahora: Todos los que en esa época no crean en el Señor inevitablemente serán muertos. Y los que crean y sobrevivan pasarán al milenio, donde la humanidad tendrá su última oportunidad de confiar en Jesús.

En ese tiempo nosotros no estaremos al mismo nivel que ellos, pues tendremos un cuerpo como el que tuvo Jesús cuando resucitó, para vivir eternamente. Y según la escritura…

Apocalipsis 20.4-6 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Ahora: Cuando uno lee lo que va ser la manifestación de la ira de Dios, y lo compara con lo que está pasando en este tiempo, uno entiende que en este tiempo no está pasando nada.

Vamos a leer algunas partes, pero antes de comenzar a leer quiero que veamos una promesa que esta en el libro de Apocalipsis. Está dice:

Apocalipsis 1.3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

Serán bienaventurados los que escuchan, los que leen y los que recuerdan las cosas escritas en el libro Apocalipsis… Porque no hay la más mínima duda que sucederán, y tener eso en nuestro corazón nos dará una visión adecuada de cómo debemos vivir la vida.

¿Cómo será la gran tribulación? La escritura en este libro nos describe el orden de éstos eventos, contándonos qué habrá siete sellos, siete trompetas, y siete copas de la ira.… Los sellos:

Apocalipsis 6.1–2 Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. 2Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.

Este caballo blanco representa al anticristo quién recibe la autoridad para gobernar y para vencer. El hecho de que venga en un caballo blanco con una corona, da a entender que engañando al pueblo de Israel los convencerá de que él es el mesías esperado, cuando en realidad es el anticristo.

Este hombre logrará la paz entre la tierra de Israel y las naciones, esta paz les permitirá vivir de acuerdo a la ley dada por Moisés, y entonces volverán a los sacrificios de los corderos y por tres años y medio el pueblo de Israel estará feliz. Pero luego…

1 Tesalonicenses 5.2–3 Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; 3que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.

Cuando estén tranquilos y estén felices entonces serán traicionados… pero: ¿Porque la manifestación del anticristo que inicialmente traerá paz en la tierra, es también la manifestación de la ira de Dios?

La escritura nos explica:

2 Tesalonicenses 2.9–12 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, 10y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

La manifestación del anticristo da comienzo a la ira de Dios, porque con su mensaje va confirmar la condenación de aquellos que se perderán eternamente, por no haber querido aceptar el mensaje de salvación.

Eso quiere decir que cuando él aparezca con su mensaje muchos de los falsos creyentes que no han querido aceptar la verdad, van a pensar que este hombre si está predicando la verdad, le creerán, se dejarán marcar, y estarán así confirmando su condenación. Y que se confirme la condenación de alguien, es en realidad comenzar a experimentar la manifestación de la ira de Dios.

Apocalipsis 6.3–4 Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. 4Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.

El segundo sello quita la paz sobre la tierra. Imaginen que si ahora hay tanta maldad, tanta violencia tantos asesinatos, tantos crímenes. Que va pasar cuando se abra este segundo sello y se quite la paz de la tierra… Pues que la gente comenzará a matarse de manera espantosa, por cualquier cosa.

Y a eso añadámosle que no habrá ningún creyente sobre la tierra qué actúe como sal… Todos serán malos reconfirmados. Y si a eso le añadimos que el siguiente sello traerá escasez de alimentos y como consecuencia hambre sobre la tierra… ¿Hasta dónde llegará la maldad de estos hombres para sobrevivir?

Apocalipsis 6.5–6 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. 6Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.

Este sello hará que los alimentos sean supremamente caros, de tal manera que la gran mayoría no podrá conseguirlos, y la lucha por la sobrevivencia va traer muchos muertos, tanto que el siguiente sello permite la entrada de un personaje que tiene el nombre de Muerte…

Apocalipsis 6.7–8 Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. 8Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.

Este personaje llamado muerte tendrá potestad, autoridad o permiso sobre la cuarta parte de la tierra para matar a los hombres. Y el Hades que lo sigue, en la escritura representa el lugar de los muertos sin Cristo.

Pero no sólo los hombres que no han recibido a Cristo morirán, también morirán muchos de aquellos que en esa época se conviertan al Señor. Por eso el siguiente sello nos cuenta del clamor de los primeros mártires en la gran tribulación.

Apocalipsis 6.9–11 Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.

Sin embargo a pesar de clamar por la venganza de quienes los mataron, la respuesta que reciben es, que tendrán que esperar, a que muchos de sus hermanos en la fe, es decir de los cristianos que están en la tierra mueran como mártires, al igual que ocurrió con ellos.

Apocalipsis 6.12–17 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 14Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. 15Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

Un gran terremoto, el sol se oscurecerá, la luna tendrá el color de la sangre, las estrellas que caen del cielo ha sido interpretado por muchos como las bombas atómicas que caerán, por eso habla de que el cielo como un pergamino se enrolla, lo cual es similar al hongo que se produce cuando las bombas atómicas explotan… Y por eso también habla que la gente se esconderá en las cuevas de las peñas para tratar de huir de la ira de Dios.

Cuando comparamos lo que está sucediendo hoy con el coronavirus y con toda la maldad que podamos ver:¿Creen ustedes que se pueda comparar con lo que la escritura nos muestra que será la manifestación de la ira de Dios? Por supuesto que no.

Lo que estamos viviendo no es nada comparado con lo que la humanidad tendrá que experimentar, y eso que sólo vamos por el sexto sello. Es decir faltan las siete trompetas y las siete copas de la ira…

Apocalipsis 8.1–3 Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. 2Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. 3Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

Será tan terrible lo que ocurrirá con las trompetas… Que cuando se abrió el séptimo sello, hubo silencio total en el cielo por media hora… Y siete ángeles recibieron siete trompetas… Y por ser tan espantoso lo que seguía se necesitará mucho incienso.

Este incienso representa un gran aumento en las oraciones, qué serán necesarias por los santos que tendrá que soportar en la tierra lo que está pasando.

Y entonces comienzan las trompetas…

Apocalipsis 8.7 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.

Granizo, fuego, sangre… Que al ser lanzado sobre la tierra, la tercera parte de los árboles y toda la tercera parte de la hierba se quemara. Y si a algunos les parece terrible el daño ecológico que está sufriendo la tierra en la actualidad, imagínese cuando la tercera parte de los árboles y de la hierba desaparezca…¿Pueden imaginarse las terribles consecuencias de ese solo hecho?

Luego le toca su turno al mar.

Apocalipsis 8.8–9 El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. 9Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida.

Algunos lo interpretan como un asterisco que al caer al mar causa la muerte de la tercera parte de los seres vivientes, y la destrucción de la tercera parte de las naves.

Luego de esto, lo que sigue ha sido interpretado como una gran bomba atómica que contamina la tercera parte de las aguas… trayendo como consecuencia la muerte de muchísimos hombres.

Apocalipsis 8.10–11 El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. 11Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas.

Después de esto vendrá oscuridad sobre la tierra tanto en el día como en la noche…

Apocalipsis 8.12 El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche.

Hasta aquí van cuatro trompetas. Las trompetas que siguen al ser peores están anunciadas como un Ay, dando entender mucho más quebranto que el que hasta ese momento habrá recibido la tierra.

La verdad no alcanza la imaginación para entender cómo será de terrible la manifestación de la ira de Dios, y por eso es que digo que lo que está sucediendo en este tiempo bajo la paciencia de Dios, no es nada comparado con lo que sucederá cuando su ira se manifieste.

Apocalipsis 8.13 Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!

Apocalipsis 9.1–6 El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. 2Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. 3Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. 4Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. 5Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. 6Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.

Será tan espantoso el tormento producido por estas langostas para aquellos que no se hayan convertido, que los hombres buscarán la muerte pero no la hallarán. Durante cinco meses todo aquel que quiera suicidarse para no sufrir mas, no lo podrá hacer, es decir no habrá forma de evitar el dolor tan espantoso que experimentaran.

Ese fue solo el primer ay, luego viene el segundo…

Apocalipsis 9.13–16 El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, 14diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates. 15Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. 16Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número.

Luego vendrá una guerra, cuyo ejercito estará compuesto por 200 millones de guerreros. Se cree que el único que pueda tener un ejército de ese tamaño son los chinos, que cruzarán el río Éufrates que según la profecía se secara. Y producto de esta guerra morirán aproximadamente 2.000 o 2.500 millones de personas.

La gente como mencioné antes, no podrá ser enterrada… La situación será muy grave, y la pregunta que nos podemos hacer es: ¿Será que al recibir todas estas cosas los hombres ahí si se acordarán de Dios? La escritura nos responde:

Apocalipsis 9.20–21 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; 21y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.

No sé qué tan cierto sea, en este tiempo es difícil corroborar la verdad de algo, pero están diciendo que el alcalde de Nueva York dice que Dios no está haciendo nada. Es decir en lugar de arrepentirse se están yéndose más contra Dios. Y eso que no está pasando nada en comparación con lo que pasará.

No siendo suficiente luego vienen las copas de la ira… Donde la primera copa traerá una úlcera maligna y pestilente. La segunda copa aniquilara todo ser vivo que esté en el mar. La tercera copa contaminará todos los ríos y las fuentes de agua volviéndolas sangre…

Luego de esto el sol quemara a los hombres, luego la más densa oscuridad, luego de esto vendrán granizos del tamaño de un talento que mataran a la gente…. Y todo esto sucederá en un corto tiempo de tres años y medio…

Respecto de este tiempo bajo la ira de Dios, nos dice el Señor a través del profeta Zacarías:

Zacarías 13.8–9 Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella. 9Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.

Sólo una tercera parte de la humanidad se salvará y reconocerá a Jesús como su Señor… Pero dos terceras partes de la humanidad serán eliminadas. Si actualmente la población que se calcula es de 7.800’000.000 de habitantes, la escritura nos dice que 5.200,000.000 millones de personas morirán…

Pero antes de morir sufrirán de una manera espantosa, para luego cuando mueran terminar en el infierno sufriendo sin ninguna esperanza por toda la eternidad…

Esa si es la manifestación de la ira de Dios. Esta pandemia por grave que nos pueda parecer no es nada. Y sin embargo los hombres están asustados, y los cristianos están descubriendo que no han aprendido a confiar en Dios como debieran.

Esta mañana el informe decía que iban 2,232.946 de infectados en el mundo. Y sólo 155.279 muertos.

Por favor cada persona es valiosa, cada vida es valiosa, cada muerte es una gran pérdida sobre todo cuando va a condenación eterna, pero cuando digo que sólo van 155.279 muertos, lo hago en comparación con 5.200,000.000 de personas que morirán e irán para el infierno.

Van solo 155.279 muertos. Pero sabían ustedes que cada año mueren más de 17 millones de personas mientras que nacen aproximadamente 27 millones.

Es decir los muertos en la actualidad por el coronavirus son sólo el 0,9% de los muertos en un año.
Y si los comparamos con los muertos que habrá bajo la ira de Dios, los muertos en la actualidad son 33.488 veces menos de los que habrá en aquella época.

Es decir tome los muertos en la actualidad multiplíquelos por 33.488 y dará más o menos los que morirán en la gran tribulación

Insisto lo que dije la semana pasada, nadie está siendo castigado en esta época, es sólo un pequeñísimo llamado de atención, y si tenemos aunque sea una pequeña idea de lo que será la ira de Dios, no hay duda que si de algo debemos asegurarnos, es de ser auténticamente cristianos.

Por esto al comenzar esta pandemia, y a ver el pánico de la gente ante la muerte me pareció que era urgente y muy apropiado hablar de la importancia de la salvación.

En estos días vi que alguien escribió algo así como, “Las cosas realmente valiosas no se consiguen fácilmente” Son las palabras de alguien que parece que está pasando por situaciones muy difíciles para lograr lo que anhela… Pero cuando lo leí, lo primero que pensé fue…

Que no que hay nada tan valioso como la salvación ofrecida por Dios y es completamente gratis.

Ahora esa frase puede ser verdad en el mundo, aunque no siempre. Pero cuando se trata de las cosas de Dios el asunto funciona muy diferente, porque precisamente nuestro esfuerzo personal, nuestra gran confianza en nosotros mismos, nuestras fortalezas, son las barreras que impiden recibir las cosas tan valiosas que Dios nos quiere dar.

¿Por qué? Porque la confianza en nosotros mismos es precisamente lo que nos impide confiar en Dios.

Porque el concepto que tenemos de Dios que se originó en el mundo, es la barrera que impide creer lo que la escritura dice de Dios.

Porque el concepto que tenemos de lo bueno y lo malo que se originó en el mundo, es la barrera que impide creer lo que la escritura dice que es realmente bueno o malo.

Porque la fortaleza que hay en nosotros, es la barrera que impide experimentar el poder sobrenatural de Dios.

Porque lo sabios que creemos ser, es lo que nos impide recibir la sabiduría de Dios…

Es por esto que el apóstol Pablo, que llegó a ser inmensamente sabio en el conocimiento de Dios, escribió:

1Corintios 3.18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.

Hoy hay muchísimos que se cree muy sabios en el conocimiento de Dios, y no hacen sino enseñar barbaridades. Últimamente he visto que muchos llamados cristianos se están dejando judaizar… Creyendo que por fin encontraron la verdad, cuando en realidad está cometiendo el mismo error que por un tiempo cometió el apóstol Pedro.

Esta importante verdad de aprender a reconocer lo insignificantes, débiles e ignorantes que somos delante de Dios, fue algo que Pablo vivió y nos lo explica de la siguiente manera:

El comienza a experimentar una situación que lo atormenta o aflige de tal manera, que cree que no puede hacer la voluntad de Dios. Por esta razón le ruega al Señor que cambie esa situación, pero la respuesta que recibe de Dios, es que esa situación es precisamente la que necesita para experimentar el poder de Dios. Dice así:

2 Corintios 12.8–10 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

En pocas palabras lo que el Señor le dice es. “Que es necesario que reconozca su incapacidad para que Dios pueda capacitarlo con su poder”

Y por esto, al entender está importantísima verdad, es que dice que ahora se va a gozar en sus debilidades, se va a gozar cuando lo insulten, cuando experimente necesidades, cuando lo persigan, cuando sienta miedo… Porque precisamente esas incapacidades, esas debilidades son las que le permitirán experimentar el poder de Dios.

Hay historias muy hermosas y muy claras en la escritura donde Dios nos muestra esta importante verdad. Por ejemplo:

Jueces 7.2 Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.

Si ustedes estudian la historia completa verán, que parece absurdo que Dios le diga que 32.000 hombres eran demasiados, cuando los guerreros de su enemigo eran como langostas en multitud y sus camellos innumerables como la arena en la rivera del mar.

Dios le da unas pautas para seleccionar a sus guerreros, y al final sólo le quedan 300 hombres. Y Dios le dice:

Jueces 7.7 Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.

Y efectivamente así sucede, de tal manera que siendo muy pocos hombres, al obtener la victoria tuvieran que reconocer que solo gracias a Dios habían vencido.

Esta pandemia en la que estamos es necesaria, para que frente a esta crisis reconozcamos nuestras incapacidades… Pero no para quedarnos allí, sino para experimentar el poder de Dios sobre nosotros.

Esta pandemia con su crisis económica es necesaria para que frente a la incapacidad de obtener recursos, experimentemos el poder de Dios al ver como suple nuestra necesidad.

Esta pandemia es necesaria para que frente al temor a la enfermedad y a la muerte, revaluemos nuestras prioridades, y entendamos que no hay nada tan importante como la salvación.

Ahora; cuando el Señor dice al apóstol Pablo, “Bástate mi gracia” No le está diciendo que se esfuerce, sino que reciba aquellas cosas tan valiosas que Dios le quiere dar que son completamente gratis.

Alguien decía alguna vez, que no hay palabras tan dulces para el Señor que cuando decimos; “no puedo”… Porque precisamente eso es lo necesario, para poder hacer eso qué estamos convencidos que no podemos, pero con su poder.

El fracaso de muchos es que solamente llegan al punto de reconocer su incapacidad, pero no creen que Dios los pueda capacitar. Por esta razón al final no hacen la voluntad de Dios… Y solo terminan quejándose, lamentándose o creyendo sus propias mentiras para justificarse.

A la pregunta: ¿Quienes no pueden recibir la salvación que Dios ofrece forma gratuita? No hay duda que los primeros en la lista son los que no creen en Dios, que son en realidad los mismos que creen en un Dios a su manera. Y seguido a ellos están los que creen que pueden obtener la salvación con su buen comportamiento.

La salvación ha sido, es, y siempre será, un regalo de Dios para todos aquellos que reconociendo su maldad y su incapacidad para salvarse, crean en la misericordia de Dios que les otorga la salvación.

Insisto con esto: La salvación en la época de Abel, de Noé, de Abraham, de Moisés con la ley, en esta época, en la gran tribulación, y en el milenio… Siempre será un regalo de Dios para aquel que reconociendo su maldad, crea en la misericordia de Dios que le otorga la salvación.

Respecto de la ley, a la que algunos llamados cristianos están volviendo, la escritura dice:

Romanos 3.20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

Según esto los llamados cristianos que están volviendo a la ley, a los rituales, a celebrar las fiestas judías, a buscar vivir de acuerdo a las sombras y no de acuerdo a la realidad, es porque se creen buenos… Sin embargo la escritura es muy clara cuando dice:

Habacuc 2.4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.

Y entonces, estos orgullosos por su religiosidad necesitan tratar de cumplir la ley, hasta que entiendan el verdadero propósito de la ley, el cual Pablo nos explica, y que ya leemos:

Gálatas 3.24–27 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

La ayuda, el ayo fue necesario para llevarnos a Cristo, pero estando con Cristo ya no es importante, a no ser que no aprecien la salvación, entonces la ley volverá a tomar importancia.

Esta pandemia, este riesgo de contraer la enfermedad y morir… Lo primero que debe llevarnos es a asegurarnos de haber nacido de nuevo… Lo cual se va a evidenciar en un deseo genuino de vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.

Lo segundo, no hay duda, Dios está probando nuestra confianza en él. No sólo respecto de si aceptamos su voluntad para cada uno de nosotros, también respecto de la provisión material que ha prometido para todo aquel que hace su voluntad.

Esto, el que nuestra fe sea probada, lo he repetido varias veces en este tiempo, es una tremenda bendición, pero solo es vista así por quienes aprecian la salvación.

Porque aunque la salvación comienza con el nacimiento espiritual, debe continuar con la transformación de nuestro ser a través de la obediencia, para el final vivir en la presencia de Dios gobernando con el.

Pero cuando no se aprecia la salvación que es igual a decir que cuando no consideramos importante dejar de pecar… Entonces las pruebas y las situaciones difíciles son un estorbo para hacer nuestra voluntad.

Hay varias cosas en las que debemos poner cuidado para no perder la bendición en este tiempo.

En primer lugar no comience a ver culpables… Pues aunque en realidad los hay, eso puede hacernos perder de vista que es Dios tratando nuestra vida… Y como consecuencia de ignorar la soberanía de Dios, vamos a pensar que no tenemos nada que revisar, y nos vamos a enfocar en ver cómo nos defendemos, como cambiamos la situación, o aún como hacemos pagar a los culpables.

Tampoco busque culpables espirituales… Como el pastor que dijo que esto venía por causa de los pecados de los homosexuales… Y luego el se enfermo.

Recordemos lo visto hoy. Esta no es la ira de Dios castigando a los malos, es simplemente un llamado de atención para que todos nos acerquemos más a Dios.

En tercer lugar, no deje que producto del temor, en lugar de pedir a Dios perdón por ese temor, que es consecuencia de no disponerse de corazón a hacer la voluntad de Dios, termine apropiándose de promesas que no corresponden a esta época, para sentirse tranquilo. Como por ejemplo:

Salmo 91.3–6 El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. 4Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. 5No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, 6Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya.

En cuarto lugar, si Dios producto de nuestra infidelidad nos esta disciplinando para que aprendamos a ser fieles… No menos preciemos la disciplina. Porque lo único que lograremos es que se agrave más, o pasado un tiempo vuelva y la repita. Recuerda que la obediencia a Dios es mucho más valiosa en los momentos de crisis.

En quinto lugar, si en la misericordia de Dios logras entender lo que debes corregir… No hagas compromisos que no vayas a cumplir. Muchos en la cárcel se convierten al Señor…. Hasta que salen de allí y siguen en lo mismo.

Es mejor que le digas al Señor, no te creo, no me importa lo que tú digas, no te quiero obedecer… A qué te engañes diciendo: ”Sí Señor te voy a hacer caso” y luego no hagas nada.

Para terminar quiero recordar un mandato dado por el Señor a su pueblo, mandato que es vigente para cualquier época, pero especialmente en momentos como estos, donde tratando de buscar culpables de lo que está pasando podemos encontrar cierta información que indica que hay una tremenda conspiración, que tiene como objetivo disminuir la población mundial, para que sólo quede una cuarta parte, por eso se promociona el aborto, la identidad de genero, la homosexualidad.

Hay quienes dicen que el objetivo es acabar con los pobres que cada vez son menos necesarios por causa de la automatización, y también acabar con los viejos porque ya no son productivos y son un riesgo para la economía mundial.

También hay quienes dicen que a través de esta epidemia se logra endeudar más a los países con el Fondo Monetario Internacional, cuyo objetivo es mantener a los países lo más pobres posibles porque así es más fácil manejarlos.

También hay quienes dicen que para lograr esto trabajan coordinadamente varios organismos mundiales dirigidos por los amos del mundo, donde la prensa, la comunicación, la televisión, los noticieros y aún Hollywood son son la herramienta número uno para manipular a las masas…

¿Es todo esto verdad? O ¿Son exageraciones de algunos paranoicos? O ¿No sólo es verdad sino que es muchísimo peor?…

Sin importar la respuesta, hay algo que debemos tener supremamente claro, y es que absolutamente nada se ha salido de la soberanía de Dios, y por eso el Señor en su palabra nos dice:

Isaías 8.11–13 Porque Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo: 12No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. 13A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.

Debemos confiar en el Señor para no tener miedo de cualquier cosa que pueda venir. Y si de algo debemos tener miedo es de no hacer la voluntad de Dios, que como he dicho antes, se vuelve valiosísima en momentos de crisis.

¿Podemos hacer su voluntad? Por supuesto que sí porque cuando somos débiles entonces somos fuertes.

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