EL CONOCIMIENTO DE DIOS – PARTE 2

EL CONOCIMIENTO DE DIOS – PARTE 2

I. INTRODUCCIÓN

En esta época de navidad y fin de año parece que el tiempo se acortara, por supuesto no es cierto, pero la percepción de la gente es que el tiempo y el dinero, no les alcanza para todas las cosas que tienen que hacer, y por esta razón, además de andar en afanes comienzan a seleccionar y a dejar de hacer ciertas cosas.

Algunos por ejemplo dejan trabajar o toman vacaciones para poder hacer otras cosas que desean… Otros trabajan mucho más, especialmente aquellos que están emocionados por la cantidad de dinero que puedan ganar. Otros lamentablemente les toca trabajar mucho más porque son los empleados de estos que quieren disfrutar de la Navidad con mucho dinero, aunque eso implique que no dejen disfrutar a sus empleados.

Y por supuesto no faltan aquellos que toman vacaciones de la iglesia, y hasta de su vida cristiana, por causa del mundo que está en oferta en esta época… Compras… Fiestas, feria.

Algunos para limpiar su conciencia pueden tomar un pasaje de la escritura que dice:

Eclesiastés 3.1–3 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. 2Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; 3tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar…

Diciendo que no hay que ser tan legalista, oh que Dios te entiende, que no hay que exagerar, sin embargo deberían hacerse la pregunta que hace el escritor de este libro en el verso nueve:

Eclesiastés 3.9 ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?

¿Cuál va ser el verdadero provecho de todas estas cosas que voy hacer, especialmente cuando tengo que dejar a Dios a un lado para hacer algunas de ellas?

¿Qué esperamos recibir a cambio de lo que vamos hacer en este mes? ¿Esperamos recibir cosas buenas? Ojalá así sea, porque hay quienes espera recibir mucho guayabo, deudas, aún problemas producto del desenfreno.(Porque recordemos que es una época de muchísimas criminalidad)

El escritor del libro, después de un inteligente y profundo análisis de la vida del hombre sobre la tierra, concluye que el resultado de todas las cosas que hace el hombre, es que es una enorme pérdida de tiempo, que además trae mucha injusticia y mucho dolor.

Y entendiendo esa realidad concluye su análisis diciéndonos:

Eclesiastés 12.13–14 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. 14Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.

Parafraseando dice: Hay que tener temor de Dios, un temor y una reverencia lo suficientemente grande para vivir haciendo su voluntad, porque nadie escapará al juicio de Dios.

1000 años después, frente a todo este afán que controla el mundo, el Señor nuestro Dios a través del apóstol Pablo nos dice:

1 Corintios 7.29 Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto…

Y sabemos por lo que hemos estudiado, que no se está refiriendo a que tenemos poco tiempo para hacer muchas cosas, sino más bien a que estamos dedicando mucho tiempo para esas cosas, cuando la realidad es que tenemos muy poco tiempo para conocer a Dios.

Esto es igual a decir que por causa de ciertos objetivos a los cuales nos entregamos demasiado, llámese familia, trabajo, diversión, etc. Estamos perdiéndonos la oportunidad de vivir la auténtica vida cristiana que fue descrita por Jesús de la siguiente manera:

Juan 17:3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

La auténtica vida cristiana puede incluir que hagamos o dejemos de hacer muchas cosas, pero siempre el gran objetivo, la gran prioridad, nuestra máxima necesidad, es poder conocer al Dios verdadero.

Si este objetivo no se cumple a través de las cosas que hacemos, nos estamos engañando al creernos buenos cristianos.

Y es por eso, por la vital importancia de lograr este objetivo, que el Señor en su palabra nos insiste de manera continua acerca de esto.

El apóstol Pablo ora por los convertidos de Colosas, de la siguiente manera:

Colosenses 1.9–10 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

En su oración le está pidiendo a Dios, que estos hombres puedan seguir el proceso necesario para crecer en el conocimiento de Dios. Donde lo primero que pide es que ellos puedan conocer la voluntad de Dios, pero con sabiduría e inteligencia espiritual.

La aclaración no sobra, he visto a muchos que dicen estar haciendo la voluntad de Dios pero están llenos de sabiduría e inteligencia natural, mundana y aun diabólica… Y por supuesto la conclusión a la que llegan acerca de cuál es la voluntad de Dios, es completamente equivocada.

Pero cuando se obtiene el conocimiento de la voluntad de Dios de manera inteligente y espiritual, podemos dar el segundo paso que es; hacer caso.

Y digo “podemos” porque muchas veces entendiendo cuál es la voluntad de Dios, aún así a veces no le hacemos caso.

Pero si hacemos la voluntad de Dios, si le agradamos en todo, dice que daremos fruto en toda buena obra, y lo más importante de todo creceremos en el conocimiento de Dios.

Así como el apóstol Pablo nos habla claro del proceso para conocer a Dios, podemos ver que el apóstol Pedro nos motiva a hacer lo mismo. Y para hacerlo nos habla de que la tierra será destruida. Dice que los elementos se fundirán dando a entender que será una guerra nuclear lo que destruirá la tierra, de tal manera que no quedara absolutamente nada…

Y partiendo de esta realidad de que no quedara absolutamente nada, deberíamos entender que lo más tonto que podemos hacer es dejarnos seducir por un mundo que será destruido, de tal manera que perdamos la oportunidad de conocer al Señor. Y por eso nos dice:

2 Pedro 3.17–18 Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano,(que el mundo será destruido) guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. 18Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

No debemos dejarnos arrastrar por el mundo, que en esta época es cuando con más fuerza pretende hacerlo… Antes bien dice el, debemos crecer en el conocimiento de Dios.

Todo esto quiere decir; que nuestra experiencia en este mes de Navidad y fin de año debe llevarnos a que en enero seamos conscientes de haber conocido un poco más a Dios. No como otros que en este tiempo lo que logran conocer es su codicia, su desenfreno, y su amor al mundo.

Pero no sólo aumentar nuestro conocimiento de Dios (No de la escritura sino de Dios) debe ser un buen indicativo de una auténtica vida cristiana. El conocimiento de Dios también es una evidencia de verdadera salvación.

Muchos equivocadamente piensan que lo que asegura su salvación es su comportamiento. Por supuesto no puede alguien que practica el pecado asegurar que es salvo porque la escritura dice que no es cierto.

1 Juan 3.8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

Porque aunque parezca increíble, entre estos que practican el pecado no faltan aquellos que digan que conocen a Dios, y que por supuesto creen que tienen asegurada la salvación. Pero es muy claro en la escritura que no todo el que dice conocer a Dios, en realidad lo conoce, y la evidencia es su mal comportamiento. Dice así:

Tito 1.16 Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.

Así que es claro que una de las evidencias de no conocer a Dios, es una desobediencia consciente y continúa a la voluntad de Dios.

Es decir; en realidad la vida de estas personas no cambia, lo único que cambia es su manera de hablar, pues dicen que son cristianos, y aunque algunos van a la iglesia, porque otros son cristianos en su casa, en realidad su vida no ha cambiado, siguen deseando las mismas cosas que deseaban antes de involucrarse en la iglesia, y por eso cuando hay que desobedecer para tener lo que desean, no tienen ningún problema en hacerlo.

No hay duda, los desobedientes evidencian que no conocen a Dios. Eso es muy claro, lo que es complicado, que estaba diciendo, es que muchos qué están haciendo ciertas cosas que la escritura dice que hay que hacer, creen que sus obras son una evidencia de su salvación.

Pero esto no siempre es cierto. Por supuesto no es una apreciación o conclusión personal, es lo que claramente nos muestra Jesús, de un grupo de personas que seguramente se llamarán así mismo cristianos, y que estarán seguros de su salvación por haber hecho milagros, por predicar en el nombre de Jesús, y hasta por echar demonios…

Sin embargo al llegar a la presencia de Dios, lo que escucharan de la boca del Señor es:

Mateo 7.23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

A eso me refiero con que no todo aquel que se porta como un cristiano es salvo. A eso me refiero con que las obras que hacemos no pueden darnos la certeza de que somos salvos.

Y entonces, si haciendo cosas como estas, milagrosas y poderosas no se puede asegurar que seamos salvos, que podemos decir de aquellos que no hacen prácticamente nada por la obra del Señor…¿Suena grave verdad?

Por esto la pregunta importantísima es: ¿Por qué si hacían todas estas cosas que dice la escritura qué hay que hacer… Porque fueron rechazados?

La clave está en que él Señor les dice: “Nunca os conocí”… Y: ¿Por qué no los conoció si parecían estar haciendo lo correcto? Si miramos lo que Pablo dice acerca del conocimiento de Dios:

Gálatas 4.9–10 mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? 10Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años.

La explicación es que cuando un creyente conoce a Dios, es igualmente conocido por Dios. Lo cual confirma que estos que no fueron conocidos por Dios, hicieron muchas cosas que debían hacer, pero a pesar de hacer esas cosas no lograron obtener el conocimiento de Dios, y por eso serán condenados.

Y entonces la pregunta es: ¿Será importante conocer a Dios? Y la respuesta es: Que no hay nada más importante que el conocimiento de Dios, de eso depende nuestra vida y eternidad.

Pero: ¿Por qué si están obedeciendo no están obteniendo el conocimiento de Dios? Y la respuesta es, que los hombres pueden cambiar su comportamiento, y actuar como las personas más santas del planeta, pero ese cambio puede suceder por muchas razones que no son válidas delante de Dios.

Las personas pueden cambiar por orgullo, por odio, por miedo, por envidia, por ambición o codicia, y por supuesto aún para manipular a los demás… Y esas malas motivaciones que no son agradables delante de Dios les impiden conocerlo.

Si pensamos en Judas, el traidor. ¿Cuánto tiempo estuvo con el Señor Jesús viéndolo hacer poderosos milagros y escuchando sus enseñanzas? Estuvo tres años con Jesús, salió con los otros discípulos a evangelizar, también estuvo echando demonios con ellos y sin embargo no logró conocer al Señor. No logro entender que era el hijo de Dios, Dios mismo. Y por eso lo traicionó.

Y si pensamos en que le llevó a traicionarlo… No hay duda que fue su amor al mundo, representado en 30 monedas de plata.

La escritura habla muy fuerte contra aquellos que su motivación para buscar a Dios es la prosperidad material.

1 Timoteo 6.5–6 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. 6Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;

Donde nuevamente el amor al mundo es el gran problema. Y si recordamos que el amor al mundo no sólo es amor al dinero, sino también a la vanagloria de la vida, vamos a encontrar personas que se involucran en el cristianismo para obtener más vana gloria. Por ejemplo:

Hechos de los Apóstoles 8.18–22 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 20Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón;

Este hombre quería sentirse importante repartiendo el don de Dios, buscaba ser apreciado, que le echarán flores, y a lo mejor, así como creía que pagando lo obtendría, seguramente luego cobraría…

Pero no sólo el amor el mundo impide conocer a Dios y nos lleva a hacer cosas incorrectas, el amor al mundo también hace que los hombres, recibiendo la misericordia y el favor de Dios, aún así no conozcan al Señor.

La escritura nos cuenta que 10 leprosos se acercaron al Señor, todos pidieron lo mismo, y todos recibieron lo mismo. Sin embargo:

Lucas 17.14–19 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. 15Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. 17Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

Cuando la escritura aclara que este era samaritano, está dando a entender que no era de esos judíos recalcitrantes pegados a los rituales y cosas por el estilo. Sin embargo este hombre dando muchísima más importancia a; “quien le había dado” que ha; “que había recibido” obtuvo la salvación.

A través de lo recibido conoció a su Salvador… ¿A través de lo que nosotros recibimos conocemos cada vez más a nuestro Salvador? O: ¿Es tan importante lo que recibimos que nos olvidamos del Salvador?

Los otros que fueron leprosos, si siguieron igual, es decir aunque a lo largo de toda su vida sigan recibiendo el favor de Dios, si no ponen atención a “quien les está dando” terminaran en el infierno.

La pregunta es: ¿Dónde estamos nosotros respecto de este asunto? Es decir: ¿Realmente es más importante el Señor qué las cosas que él pueda darnos. O son tan importantes las cosas que nos da, que cuando no recibimos lo que creemos necesitar, nos alejamos y aún nos disgustamos con el Señor?

Ahora si pensamos en este hombre que fue sanado, sanidad que le llevó a conocer a su salvador, podemos ver que; nuestro conocimiento de Dios debe comenzar por un reconocimiento de su Señorío.

Este hombre al ser sanado reconoció en primer lugar la autoridad del Señor sobre su enfermedad, y junto con el reconocimiento del Señorío, también conoció la misericordia de Dios.

Y podemos ver que el reconocimiento del Señorío y de la Misericordia de Dios le otorgó la salvación. Esto mismo lo podemos ver en las palabras del apóstol Pablo cuando dice:

Romanos 10.9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Reconocemos su señorío cuando lo reconocemos como Nuestro Señor. Y reconocemos su misericordia cuando entendemos y aceptamos su perdón. Sin estos dos requisitos nos sería imposible acercarnos a Dios para conocerle.

Si nos preguntamos: ¿Un creyente que dice reconocer el señorío del Señor pero que vive desobedeciéndole de manera continua, en realidad ha reconocido el Señorío de Cristo? Por supuesto que no.

Ahora: La escritura dice que Dios es amor. Es decir no sólo dice que nos ama mucho, más que eso, Dios es amor, lo cual quiere decir que aquel que verdaderamente conoce a Dios conocerá el amor de Dios.

Cuando reconocemos su señorío y recibimos su perdón, allí comenzamos a conocer el amor de Dios. De allí en adelante habiendo reconocido su señorío el Señor Jesús nos dice:

Por supuesto obtener este conocimiento de Dios es algo qué obtenemos por revelación, que tiene un inicio o un momento crítico, pero que luego debe aumentar de manera progresiva. Es por eso que el apóstol Pablo lo explica de la siguiente manera:

Romanos 5.5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

Lo primero que dice es que al Nacer De Nuevo, el Espíritu Santo ha derramado el amor de Dios en nuestros corazones. Pero: ¿Comprendemos el gran amor de Dios? La respuesta es no, pero tenemos la oportunidad de conocerlo. ¿Cómo? El apóstol dice:

Efesios 3.17–19 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

La idea es que ese poquito amor que entendemos que Dios tiene por nosotros, nos lleve a permanecer en el, estoy hablando de obediencia… El Señor Jesús lo dijo así:

Juan 15:10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor;

Si por amor a Dios guardo sus mandamientos permanezco en su amor…

Dije anteriormente que un cambio de comportamiento no asegura nuestro conocimiento de Dios, porque este cambio puede venir por muchas razones equivocadas. El cambio que verdaderamente vale a los ojos de Dios, es el cambio motivado por el amor de Dios, que es igual a decir que la única razón válida para cambiar, es el cambio que viene como consecuencia del conocimiento de Dios y de su amor.

Efesios 3.19 Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Y a través de una obediencia con la actitud correcta podremos conocer el amor de Dios que excede a todo conocimiento, donde el resultado será ser llenos de; “toda la plenitud de Dios”.

Notemos que las verdades se repiten de manera continua. Arraigados y cimentados en amor, podemos ir progresando en conocer el amor de Cristo que excede a todo conocimiento…

“El amor de Cristo que excede a todo conocimiento”. Algunos lo interpretan como no hay nada más importante que pueda ser conocido, lo cual es cierto. Otros lo interpretan como, es un amor tan grande que es imposible lograr comprenderlo todo, lo cual también creo que es cierto.

Y nuevamente mostrando que la clave está en conocer a Dios, dice que el resultado de conocer ese amor es “Ser llenos de toda la plenitud de Dios” Lo cual implica un cambio completo de nuestro ser.

Ahí está lo que he venido repitiendo, que el objetivo de la vida cristiana es conocer a Dios, porque el conocimiento de Dios es lo que nos transforma…

Si volvemos a hacer la pregunta: ¿Por qué muchos de los que están obedeciendo no están obteniendo el conocimiento de Dios?

Ya mencioné que el problema es que están obedeciendo pero con actitudes equivocadas, que no les permiten obtener el conocimiento del amor Dios.

Pero: ¿Cuál es la raíz de esas actitudes equivocadas? Que es igual a preguntar: ¿Cuál es el gran enemigo de conocimiento del amor de Dios? Y la respuesta es:

1 Juan 2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

Repito la pregunta de manera diferente: ¿Y cómo sabe uno que una persona está haciendo el viaje de su vida en compañía de Dios, porque Dios es soberano, pero no está conociendo el amor de Dios?

Y la respuesta es: Porque ama al mundo, y el amor al mundo le impide conocer y permanecer en el amor de Dios.

¿Los nueve leprosos porque no reconocieron el amor de Dios? Porque para ellos era más importante su sanidad física que Dios. Y eso es amar al mundo.

¿Porque Simón el mago no pudo conocer el amor de Dios? Porque quería usar el don de Dios para ser más amado del mundo.

¿Porque los que predicaron en el nombre de Jesús, hicieron milagros y echaron demonios no pudieron conocer el amor de Dios? Porque hacían todas esas cosas para obtener el reconocimiento y el amor del mundo. (Lo he dicho muchas veces, un pastor orgulloso o prepotente no está conociendo a Dios)

La semana anterior que que expliqué que el objetivo del cristianismo no es tener un cambio de vida u obtener las cosas del mundo que necesitamos. El objetivo es conocer a Dios el cual cambiará nuestra vida y nos darán las cosas que necesitamos. Esto no se puede invertir.

Sin embargo estamos en el mundo, tenemos que trabajar, tenemos que comprar ropa, tenemos que alimentarnos, tenemos que hacer muchas cosas y estudiamos que debemos hacerlas de la mejor manera como para el Señor.

Respecto de esto la pregunta es: ¿Cuál es el límite? ¿Cuál es el límite de lo que debo poseer?¿Cuál es el límite de cuanto debo trabajar?¿Estaré trabajando más de lo que Dios quiere por causa de la codicia, o menos de lo que Dios quiere por causa de la pereza?

Consciente de este peligro, porque el mundo tratará de conquistarnos a toda costa, y sabiendo que es imposible que nos aislemos del mundo, la oración del Señor Jesús por nosotros fue:

Juan 17:15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Ciertamente los cristianos también comemos, también necesitamos ropa, un techo, una familia, etc. Por esa razón no podemos ser sacados del mundo. Pero si necesitamos ser guardados del mal.

Si volvemos a la carta del apóstol Juan, continúa diciendo:

1 Juan 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

Una cosa es que necesitemos comer, otra que deseemos comer las cosas más exquisitas, y nos sintamos mal de no poder hacerlo, una cosa es vestirnos, otra que tengamos que vestirnos con la ropa más exclusiva y estemos aburridos de no poder hacerlo, una cosa es que necesitemos trabajar, otra que no paremos de trabajar. Una cosa es tener esposa, otra es desear la mujer más linda del mundo y estár frustrado por no conseguirla…

Es evidente que el amor al mundo nos controla cuando estamos aburridos por no obtener ciertas cosas. Porque lo correcto ante esas situaciones contentamiento. Así que teniendo sustento y abrigo debemos estar felices.

Pero hay otro problema que puede surgir y es cuando si podemos obtener aquellas cosas, y entonces podemos caer en el pecado de la gula o la codicia.

¿Como saber que no estamos comiendo por gula… Como saber que querer cambiar el celular por el último modelo no es codicia?

Que es igual a preguntar: ¿Cuál es el valor máximo que podemos pagar por estas cosas sin caer en pecado?

¿Cuándo es lícito pagar por una camisa? ¿Cuánto es lo justo pagar por un automóvil? ¿Cuál es la cantidad de la cual no nos podemos pasar para que no sea una evidencia de nuestro amor al mundo y por supuesto un pecado?

Algunos por ejemplo pueden tomar el siguiente pasaje:

1 Timoteo 2:9 al 10 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, 10sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.

Según esto ¿Creen ustedes que si un millonario recibe a Jesucristo debe deshacerse de toda su ropa costosa, de sus relojes finos, de todo lo que tenga oro y perlas, y si es mujer no debe volver al salón de belleza?

Usted puede pensar que eso es lo que dice allí la escritura. Ciertamente que es lo que dice pero hay que entenderlo dentro del contexto cultural de aquella época.

Por ejemplo; si usted va un poco más adelante, hablando de las mujeres dice lo siguiente:

1 Timoteo 2:15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.

¿Según este pasaje la mujer que no tenga hijos se va a ir para el infierno? Por supuesto que no.

Pero algunos no entendiendo el sentido de lo que la escritura dice, por no tener en cuenta el contexto histórico y cultural han terminado pensando que el camino de la santidad es el camino de la pobreza y la abstinencia.

Sin embargo la escritura dice en otro lugar:

1 Timoteo 4:1 al 3 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 2por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, 3prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.

Alguna vez escuché a un predicador que dice que le costó trabajo convencer a la iglesia que usar un computador para dar un mensaje, pues no era algo ostentoso o pecaminoso. Igualmente que cuando salió la película de Jesús, la de Mel gibson el recomendaba que la vieran, el problema es que muchos pensaban que ir a cine o ver televisión era pecado.

Igualmente he escuchado pastores que dicen que si el feligrés no lleva la Biblia a la iglesia es un pecador, y entonces yo pregunto: ¿Ver los versículos en el vídeo será pecado? Será que nos pasamos de la raya y estamos siendo ostentosos, que he debido decirle al que me lo regaló. No muchas gracias no lo puedo recibir.

¿Cuál es entonces la medida adecuada? Esta pregunta es igual a decir:

¿Y cómo sabe usted que está amando al mundo? La escritura dice:

1 Juan 2:17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Esa es la medida. Cualquier cosa que yo quiera hacer en el mundo que me impida hacer la voluntad de Dios, está mostrando que ya no estoy sólo viviendo en el mundo, si no que estoy amando al mundo.

Por ejemplo si una persona no tiene tiempo para asistir a la iglesia, o si no tiene tiempo para leer la Biblia, o si no tiene tiempo para orar. Evidentemente esta persona está amando al mundo. Ama tanto las cosas que hace que no está dispuesto a sacar tiempo para hacer la voluntad de Dios.

Si unos Padres tienen hijos y no tienen tiempo para edificarlos en la fe cristiana, eso evidencia que aman tanto al mundo que no están dispuestos a sacar tiempo para hacer la voluntad de Dios.

Si un cristiano tiene problemas financieros, tiene deudas, y no cumple ni siquiera con el Señor, eso también es evidencia de que ama al mundo.

Ciertamente en estas normas puede haber excepciones, pero cuando la excepción es que de vez en cuando cumplan con Dios, evidentemente el amor al mundo le está impidiendo conocer a Dios.

Y cuando el amor al mundo nos está impidiendo conocer a Dios: ¿Qué podemos esperar que haga Dios por nosotros para ayudarnos?

Seguramente ni siquiera pensamos en que Dios deba hacer algo, porque nos estamos sintiendo bien aunque estemos perdiendo el tiempo y no estemos conociendo a Dios.

¿POR QUÉ EL CAMINO DE LA ESCASEZ?

Jeremías 22:20 al 21 Sube al Líbano y clama, y en Basán da tu voz, y grita hacia todas partes; porque todos tus enamorados son destruidos. 21Te he hablado en tus prosperidades, mas dijiste: No oiré. Este fue tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz.

El hombre no aprende de la historia… La escritura nos cuenta la historia del pueblo de Israel para que aprendamos a no hacer las cosas que ellos hicieron.

Resumiendo la historia del pueblo de Israel podemos decir que cuando Dios escogió a Abraham, lo hizo para enseñarle a confiar en Dios. El fue elegido a causa de la incredulidad del mundo.

Ciertamente Dios trata la vida de Abraham y este hombre aprende a confiar en Dios, tanto que llega a estar dispuesto a sacrificar lo más preciado que tiene, su propio hijo porque esa era la orden de Dios.

Su amor a Dios le llevó a desprenderse del mundo…

A él y a sus descendientes Dios les da un lugar. La tierra prometida y por supuesto cuando Dios le da un lugar al hombre, Dios también le da la provisión para que el hombre pueda vivir en ese lugar.

Pero cuando Dios ve que el hombre pierde el sentido de la vida, y se enamora del mundo olvidándose de que la única razón válida para vivir es conocer a Dios. Dios puede mandar escases.

¿Qué hace el hombre cuando comienza a vivir en escases?

Básicamente el hombre tiene dos opciones: Trabajar mucho más para lograr salir de esa escasez. O buscar a Dios para que Dios supla su necesidad.

El pueblo busco a Egipto y aunque Dios les dijo que se fueran para Egipto, ese en realidad era el camino largo y doloroso para al fin de todos modos terminar clamando a Dios.

La escasez y la pobreza son en realidad la insatisfacción que el hombre siente en la vida. Por eso hay personas que teniendo todo materialmente son supremamente pobres.

Y la idea es que el hombre viva en pobreza sobre el mundo, hasta que pierda la confianza en el mundo, pierda el amor al mundo, y comience a buscar a Dios.

¿Cómo puedes conocer a Dios?

Conocer a Dios es algo que está al alcance de todos.

Conocer a Dios comienza cuando respondes al llamado que Dios hace a tu vida. Conocer a Dios comienza cuando tú de todo corazón le dices a el que te perdone por haberle ignorado tanto tiempo y que le quieres conocer.

Las herramientas para conocer a Dios a tu disposición son:

La Biblia: debes estudiarla con alma vida y sombrero. (Para poder saber lo correcto y poder detectar todos esos barbaridades que hemos visto)

La oración: es la conversación que debes tener con Dios donde le debes consultar absolutamente todo lo que haces.

La iglesia: es el cuerpo de Cristo al cual eres adherido cuando naces espiritualmente y qué debes frecuentar, por poco semanalmente para aprender de él lo que Dios le quiere enseñar.

La obediencia: por supuesto a Dios, lo cual incluye de carambola que obedezcas a tus pastores.

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