UN ENEMIGO REAL – PARTE 4

UN ENEMIGO REAL – PARTE 4

INTRODUCCIÓN

En estas últimas semanas hemos estado hablando de un tema que creo para muchos es muy difícil de aceptar y creer, y por supuesto al no creerlo con certeza se vuelve muy difícil llevarlo a la práctica. Pero claro, difícil no porque Dios pida algo imposible, sino como ya mencioné, por nuestra gran incredulidad.

Me estoy refiriendo a que hemos estudiado que la escritura enseña que tenemos un enemigo real, pero esa no es la parte difícil de entender, lo realmente difícil es entender y aceptar que; sólo hay dos reinos espirituales.

Y si solo hay dos reinos entonces sólo hay dos clases de siervos… Y siendo esto cierto, entonces los hombres debemos entender que estamos en uno o en otro, pero no podemos estar en los dos al mismo tiempo, como tampoco podemos decir que no pertenecemos a ninguno.

Y creo que ese es el gran problema, que pretendemos estar en los dos o en ninguno, que es igual a decir qué las cosas no son blancas o negras sino que también hay mucho gris.

En el mundo se ha generalizado esa posición donde no todo es blanco o negro, sino que hay muchas cosas que son grises. Y ese pensamiento les permite frente a ciertas circunstancias, hacer cosas malas como si fuera lo correcto, como si los objetivos dieran permiso a hacer cosas malas con tal de lograrlos.

El típico ejemplo son las; ”mentiras piadosas”. Que como son piadosas entonces no sólo son válidas sino correctas. Y comenzando de esta manera llegan al punto de asesinar a una persona o cometer genocidio porque el objetivo lo justifica. Esto ocurre continuamente en el mundo, y también está registrado en la escritura como lo vimos la semana pasada:

Juan 11.49–50 Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; 50ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.

Si hay que matar al fulano por obtener un beneficio, matémoslo. Y pensando de esta manera matan un joven por un celular, o como leí en las noticias hace años; ”Asesinado por 1.000 $”

Pero todo inicia cuando negamos que sólo hay dos reinos espirituales. Uno bueno y otro perverso.

O como ya mencioné cuando pensamos que las cosas no son blancas o negras sino que hay mucho gris.

El escritor del libro de Eclesiastés, qué es considerado una persona que no sólo experimento con todas las cosas que vinieron a su mente, sino que analizo cada cosa que hizo con gran sabiduría… Una de sus conclusiones al ver el comportamiento y los resultados que los hombres obtenían en el mundo, fue:

Eclesiastés 7.15 Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.

¿Es esto cierto? Por supuesto que sí. Más aún, a veces estas personas de bien sufren precisamente por causa de las malas personas, de tal manera que aquí en la tierra son más los que triunfan por su maldad, que los que triunfan por su justicia. Por esta razón el cree que un justo y sabio consejo es:

Eclesiastés 7.16- No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de destruirte? 17No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo? 18Bueno es que tomes esto, y también de aquello no apartes tu mano; porque aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo.

Allí está esa tremenda mentira que es tomada como una verdad dada por Dios. No todo es blanco, no todo es negro, las cosas también son grises! Y no sólo dice que no hay que ser ni tan malo ni tan bueno, sino que da entender que Dios aprueba qué hagamos tanto el bien como el mal, y que de todos modos si hay temor de Dios todo nos saldrá bien. Algo así, como el que peca y reza empata y obtiene la bendición de Dios.

No hay duda, en el mundo la mayoría de la gente vive de esta manera. Y los cristianos a veces conservan esta misma manera de actuar, y como dice el pasaje, convencidos que Dios de todos modos los bendecirá.

¿Pero es esa la misma enseñanza que da el Señor Jesús? Por supuesto que no, el llamado de Dios jamás ha a sido a la mediocridad, o a la doble moral, o a la hipocresía, pues con toda claridad Jesús dijo:

Mateo 12.30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.

Y eso es precisamente lo que a muchos, incluyendo los cristianos les cuesta mucho trabajo creer. La expresión de algunos llamados incrédulos es: “Yo no tengo nada contra Dios, sólo no lo sigo”

Reconocen no estar de parte de Dios, pero no entienden que están contra El, por qué no hay otra opción.

Cuando un cristiano no entiende esta verdad, entonces tampoco logra entender que cuando no hace las cosas como Dios dice, están en contra de Él, peleando contra El, dañando su obra, siendo tropiezo para sus hermanos, impidiendo la salvación de otros, etc. En otra ocasión Jesús dijo:

Marcos 9.40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.

No sólo aclara que sólo hay dos reinos, dos bandos, dos posiciones opuestas, sino que mirando el contexto de este pasaje podemos ver que añade, que no hay nada tan bueno como estar de parte de El pues dice:

Marcos 9.41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.

Que cualquiera que por causa del Señor ayuda a un cristiano, no perderá su recompensa… Lo cual quiere decir que lo mejor que puede hacer un incrédulo, es ayudar a un cristiano. Y pienso que si aún no se salva, de golpe en la eternidad no sea tan terrible su condenación porque ayudo a un cristiano.

Pero como ocurre con las cosas de Dios, precisamente porque las cosas son malas o buenas no regulares, la otra parte de la moneda también es cierta, por eso continúa Jesús diciendo:

Marcos 9.42 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.

Muy, muy fuerte, es mejor que una persona se quite la vida, a que le haga daño a un cristiano.

¿Cuántos de nosotros somos conscientes de lo grave que es hacerle daño a un hermano en la fe? Un hermano en la fe está levantando un ministerio y otro viene a estorbarle, a atacarle, a difamarle, a robarle los discípulos…¿Qué dice Dios que debería hacer esta persona en lugar de estar atacando a su hermano?

Un hermano en la fe está tratando de sostener a su familia, y viene otro a engañarle, a robarle, a no pagarle lo que le debe…¿Qué dice Dios que debería hacer esta persona en lugar de estar haciendo daño a un creyente?… Y para no caer en este terrible pecado, continúa diciendo:

Marcos 9.43–44 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, 44donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.

Es mejor perder aquello por lo que estamos luchando, (Dinero, comodidad, placer, aceptación, orgullo) que por tenerlo o por conservarlo terminar faltando o agrediendo a un hermano en la fe, y que como consecuencia terminemos en el infierno.

Porque lo que obtengas de esa manera, lo que obtengas faltando con tu hermano en la fe jamás valdrá la pena por causa de lo grave que es hacer esto delante de Dios. Por eso es mejor desistir de ganar aquello y hacer lo correcto con el hermano.

¿Por qué son tan graves las consecuencias? Porque el que no está a favor de nosotros los cristianos, y por supuesto de Dios, entonces está en contra de Dios. Lo cual quiere decir que cuando faltamos o hacemos daño a nuestro hermano, lo estamos haciendo contra el Señor, por eso es tan grave.

Pero: ¿Será esto una exageración de mi parte o lo enseña con claridad la escritura? El Señor Jesús dijo:

Mateo 25.41–46 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 44Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

No hay duda que debemos poner mucho cuidado con lo que hacemos con nuestros hermanos en la fe. Peor aún si son también familiares en la carne, llámese padres, llámese hijos, llámese hermanos… Ojo mucho ojo en cómo los tratamos.

Si miramos el contexto del otro pasaje que mencioné, que da la misma enseñanza:

Mateo 12.30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.

En los versos anteriores a éste dice:

Mateo 12.28–29 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. 29Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.

Después de haber sacado el demonio a una persona que estaba ciega y muda, al ser criticado por los fariseos, les aclara que esa expulsión de demonios es evidencia de que el reino de Dios ha llegado, haciendo énfasis en la necesidad que las personas tienen de ser liberadas de la opresión de Satanás, el hombre fuerte, para que puedan conocer a Dios.

Y es después de esto es que dice: “El que no está con Él, está contra El”.

Las cosas sí son o blancas o negras, las cosas no son grises. Pero es tan grande nuestra incredulidad que aún como cristianos a veces no somos conscientes de esta realidad…

Y al no creerlo entonces preferimos adoptar aquella mala enseñanza del libro de Eclesiastés, donde creemos que el término medio esta bien, qué las cosas a medias están bien, que la obediencia a medias esta bien, que la santidad a medias esta bien, y que aún la asistencia a la iglesia a medias esta bien. Y a pesar de hacer las cosas así de mal insistimos en creer que Dios nos bendecirá.

Pero contrario a eso, lo que estamos viendo que dice la escritura es, que cuando no hacemos como Dios dice, estamos haciendo como Satanás dice. Y eso es lo que no queremos aceptar.

Pregunto: ¿Cuántos de nosotros cuando no hacemos lo que Dios dice, si nos preguntan qué pasó, somos capaces de responder?… ¡Es que decidí hacerle caso al diablo y no a Dios!

¿Y porque no llego a tiempo? Porque decidí hacer caso al diablo por eso no me preparé diligentemente. ¿Y porque mintió? Porque en esta ocasión decidí ir contra Dios y hacerle caso al diablo. ¿Y porque no pago lo que debía? Ah, porque decidí que era mejor hacerle caso al diablo para poder tener más para mis gustos.

No respondemos así. Y si lo llegamos a pensar, rápidamente lo borramos de nuestra mente para dar lugar a las justificaciones, que no sólo no nos hagan sentir mal, sino que nos dejen convencidos que estamos haciendo lo correcto.

Cuando el apóstol Pedro estaba tratando de convencer a Jesús de que no hiciese la voluntad de Dios, sino la del diablo, por supuesto que no lo presentó de esa manera. Sino de tal forma que pareciera que Pedro tenía las mejores intenciones para Jesús. Sin embargo la reacción de Jesús ante semejante invitación, muestra con claridad cuál es el problema:

Mateo 16.23 Jesús se volvió y le dijo: —¡Pedro, estás hablando como Satanás! ¡Vete! Tú no entiendes los planes de Dios, y me estás pidiendo que los desobedezca.

Lo primero que podemos corroborar al ver las palabras de Jesús, es que no hay un término medio. No es que Pedro se desenfocó un poquito y no estaba hablando como Dios deseaba… No. Estaba hablando como Satanás.

¿Y si Pedro lo amaba, si deseaba colaborar en el reino, porque estaba hablando como mensajero directo de Satanás? Si miramos en otra versión vemos que dice:

Mateo 16.23 Jesús se dirigió a Pedro y le dijo: —¡Aléjate de mí, Satanás! Representas una trampa peligrosa para mí. Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios.

Pedro estaba viendo las cosas “desde el punto de vista humano”. Lo cual quiere decir según la forma de pensar del mundo, y esto lo fue lo que lo convenció de que lo que estaba pidiendo era una maravilla.

Igual nos pasa a nosotros, cuando desobedecemos a Dios lo hacemos porque mirando las cosas desde el punto de vista humano, creemos que es lo mejor que podemos hacer. Y tan convencidos estamos que cuando nos preguntan, que por qué no hicimos caso a Dios, damos razones humanas que justifican nuestro “buen proceder”.

Pero: ¿Qué estamos ignorando? Que sólo hay dos reinos. Que el que no está con Jesús está contra Jesús. ¡Que el que no hace lo que Dios dice, está haciendo lo que Satanás dice!… Y si decidimos hacerle caso al diablo: ¿Qué podemos esperar en esta vida y en la eternidad?

Es decir no podemos ver la vida como que no le hacemos caso a Dios y ya, listo, no hay problema.

Algunos quieren convencerse o están convencidos de esta mentira, y entonces dicen; No está bien que si yo no le hago caso a Dios, me tenga que condenar. ¿Por qué? ¿Porqué si no le hago caso a Dios me tiene que mandar una maldición, o una tribulación o un castigo?… Y a través de esto tratan de presentar un Dios malo, que debería dar libertad que el hombre haga lo que le dé la gana… y que Dios no se meta!

Es decir nuevamente el mismo engaño. No es blanco o negro, no es Dios o diablo, también existe el gris. Y cuando no hago la voluntad de Dios, es la mía, no la del diablo. Por eso no es justo que sea castigado por no hacer la voluntad de Dios.

Ojalá fuera así para que no les fuera a ir tan mal. Pero la verdad es muy diferente. Déjenme darles un ejemplo:

Imaginemos que un día usted se levanta y al respirar se da cuenta que huele maluco… Resulta que no hay nada que hacer, a cualquier parte que va huele igual de maluco, y entonces usted, un día cansado de respirar maluco decide no respirar. Y no respira.

Y comienza a colocarse verde, luego morado… Pero no respira, porque nadie tiene porque obligarlo a respirar maluco, y por lo tanto usted simplemente no va a respirar más… Y se muere. La pregunta es: ¿Por qué se murió? ¿Porque lo castigaron, por qué le mandaron una maldición, porque Dios es malo o injusto… O porque dejó de respirar?

La verdad es que no puede culpar a nadie por su muerte. Se murió porque tomo una mala decisión. Y tomó esa mala decisión porque no entendió que ni siquiera olía maluco, lo que en realidad pasaba es que tenía sucia la nariz, por eso el mal olor, y en lugar de reconocerlo le echo la culpa al aire, y se reveló contra el y se murió.

La escritura dice:

Romanos 1.28–29 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades….

Cuando una persona no quiere tener en cuenta a Dios para vivir la vida con su dirección… Dios le da la libertad de hacerlo, pero lo que no saben las personas que toman esta decisión, es que como sólo hay dos bandos, cuando no están de acuerdo con Dios automáticamente comienzan a estar de acuerdo con Satanás.

Entonces Satanás les enseña toda una gran cantidad de pecados, que se convierten en las herramientas para lograr sus propósitos, de tal manera que entre más pecan y más logran sus propósitos, más se corrompen, y como consecuencia más maluco les huele Dios.

Esto es inevitable porque sólo hay dos bandos, y por eso cuando el hombre ignora a Dios, está en el bando contrario, un bando que detesta a Dios, y por eso quien está en este bando, le huele maluco Dios.

Esto que digo no es un simple ejemplo, la escritura dice:

2 Corintios 2.14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.

¿Qué clase de olor se percibe cuando Dios se manifiesta a través de sus hijos? Continúa:

2 Corintios 2.15–16 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 16a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida.

Hay cristianos que sin necesidad de hablar, la gente que tiene buena actitud hacia Dios percibe en ellos un olor fragante. Su comportamiento, su rectitud, su puntualidad, su paciencia, su misericordia, etc. Son manifestaciones de la presencia de Dios en sus vidas… Que insisto, resultan en un olor grato para el qué está dispuesto a hacer la voluntad de Dios.

Pero hay otros que dicen ser cristianos, que se la pasan hablando de su espiritualidad, de lo buenos que son, de los entregados a la obra, del mucho tiempo que llevan, de lo mucho que saben, sin embargo sus muchas palabras no logran esconder lo que en realidad son, lo que su comportamiento comunica, y por eso se percibe en ellos olor a muerte… Aunque ellos están convencidos que convencen a otros de que son santos…. Cuando en realidad les hacen pensar muy mal del cristianismo. El apóstol continúa diciendo:

2 Corintios 2.16 Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?

Otra versión dice: “¿Y para estas cosas quien esta capacitado?” En otra: ”¿Quién se encuentra a la altura de semejante labor?”

En otras palabras: ¿Quien puede o tiene la capacidad de manifestar el verdadero olor agradable del conocimiento de Dios?

Es decir: ¿Puede una persona que huele a diablo oler a Dios? … La respuesta es no. Es un asunto espiritual que no se puede camuflar. Para los que tienen discernimiento de espíritus es muy clara la manifestación del olor de cada uno…

A veces llegan personajes de otras iglesias, y me hablan de que ellos son los hombres más espirituales y más tenaces del Evangelio, que la iglesia prácticamente ha funcionado por ellos, que son los siguientes sucesores del apóstol, pero que allá no los quieren reconocer y valorar… Y yo los escucho de manera muy imparcial, pero me huelen a muerte. Es más, entre más orgullosos y prepotentes mas a muerte huelen.

Por supuesto esta clase de personajes si impresionan a otros que también huelen a muerte… Y como su deseo es ese, el de figurar, el de ser importantes, el de obtener ganancia personal… El apóstol continúa y aclara:

2 Corintios 2.17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.

Lo que está diciendo es que estos personajes, para lograr que la gente los siga, obviamente que los muertos los sigan, porque los espirituales se alejaran de ellos, lo que hacen es; medrar falsificando la palabra de Dios.

La palabra medrar significa; crecer, desarrollarse, mejorar, prosperar, florecer. Qué es lo opuesto a descender, disminuir, arruinarse, languidecer, debilitarse.

Es decir; estas personas para buscar aceptación y ser seguidos por aquellos muertos, lo que hacen es, mejorar el Evangelio.

Y entonces yo pregunto: ¿Es posible mejorar el Evangelio? Evangelio significa la buena noticia de Dios para el hombre. Pero vuelvo y pregunto: ¿Es posible mejorar esas buenas noticias dadas por Dios para el hombre?

La respuesta es no, absolutamente no. Por eso dice que mejoran el Evangelio “Falsificando la palabra de Dios” Ya los hemos oído: Ellos enseña qué todos deben ser ricos, todos prósperos, todos sanos, peque rece y empate y sea bendecido por Dios, no todo es blanco o negro también es gris, haga las cosas de manera regular, obedezca sólo cuando quiera, tranquilo, Dios lo bendecirá…

Aún he visto personas que salen de una buen iglesia con una sana doctrina, y terminan en una iglesia chueca, pero se quedan allá porque allá logran ser alabados, logran ser importantes y tenidos en cuenta… menospreciado las buenas enseñanzas que recibieron… Es decir prefieren respaldar una mala iglesia y una mala doctrina, porque la verdad les gusta el olor a muerte.

Contrario a esto Pablo le dice a su discípulo Timoteo:

2 Timoteo 4.3–5 Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que solo les enseñen lo que ellos quieran oír. 4Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos. 5Pero tú conserva siempre el buen juicio, soporta los sufrimientos, dedícate a anunciar el evangelio, cumple bien con tu trabajo.

Notemos que es claro, que hablar la verdad del Evangelio trae sufrimiento. Una persona a la que ayudo me pregunto por la iglesia, y le conteste que es una iglesia pequeña por que a la gente que no está dispuesta a hacer las cosas de manera correcta, no le gusta que le digan la verdad… Pero el que realmente quiere seguir al Señor, aprecia que le digan la verdad aunque le duela.

Contrario a aquellos que falsifican el Evangelio el apóstol dice:

2 Corintios 2.17 Nosotros no andamos negociando con el mensaje de Dios, como hacen muchos; al contrario, hablamos con sinceridad delante de Dios, como enviados suyos que somos y por nuestra unión con Cristo.

Sólo hay dos reinos. O hacemos la voluntad de Dios o la del diablo… La pregunta es: ¿Aprecia usted esta verdad que con toda sinceridad le comunico?

Déjeme darle dos pasajes más que muestran, que cuando no hacemos la voluntad de Dios no hay duda que estamos controlados por el enemigo.
Santiago 3.8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.

Este texto muestra con claridad que los hombres no podemos controlar nuestra lengua, a no ser que Cristo esté en nosotros y andemos sujetos a su voluntad. Pero ojo, dice que al no ser controlada se convierte en una herramienta llena de veneno mortal. La razón de que sea tan horrible esto es:

Santiago 3.6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.

O Jesucristo controla nuestra lengua o el infierno. Por supuesto lo mismo pasa con nuestra manera de pensar. O Cristo controla nuestra manera de pensar o dice la escritura:

Santiago 3.13–16 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

Y entonces vuelvo y pregunto: ¿Aprecia usted esta verdad que con toda honestidad le comunico, de que solo hay dos reinos?…

Y si aprecia esta verdad: ¿Quiere usted dejar de vivir de esa manera? Ojo, no le estoy preguntando si cree que puede, sí no si quiere!

Y no pregunto que si pueden, porque gracias a la obra de Jesús en la cruz, y a nuestra confianza en El, somos librados de la influencia espiritual que Satanás tenía sobre nuestra vida. La Escritura dice:

Colosenses 1.12–14 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Fui esclavo de la droga muchos años, pero cuando entendí y creí esta verdad, creí que gracias a esto tenía poder para resistir y dejarla. Y así fue.

Los cristianos nacidos de nuevo debemos tener la certeza, que la única razón por la cual no dejamos algún pecado… No es porque no podamos, sino porque no queremos. Y no queremos porque no creemos en su poder que nos libra ni en lo grave que es vivir en pecado.

Es por esto que después de haber nacido espiritualmente y habiendo sido librados de la influencia de Satanás, lo siguiente que debemos hacer es, librarnos de esa manera de pensar del mundo, aprender a no pensar sólo en lo terrenal. La escritura nos ordena:

Efesios 4.22–24 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Debemos despojarnos de todas esas mentiras que creíamos que eran verdad. No debemos creer mas, que lo que el mundo dice que es necesario para ser felices es verdad. No debemos creer mas en los beneficios que el pecado trae a nuestra vida, porque al final descubriremos que son deseos ”engañosos” que sólo traerán mal a nuestra existencia.

¿Porque es indispensable la renovación en el espíritu de nuestra mente? Porque el espíritu que nos enseñó las supuestas verdades no era el de Dios. Y por eso al adoptar su forma de pensar de manera natural nos hicimos enemigos de Dios. Aunque esa no fuera nuestra intención. La Escritura dice:

Colosenses 1.21–22 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;

Extraños y enemigos de Dios por la forma de pensar… Pero gracias al perdón hemos sido reconciliados. Y habiendo sido reconciliados el siguiente paso si queremos disfrutar de la bendición de Dios para nuestra vida, es cambiar nuestra forma de pensar.

Al hacerlo cambiaran nuestros objetivos, cambiarán los métodos a través del cual logramos lo que deseamos, y por supuesto cambiará el olor que manifestamos. Pero insisto, esto sólo es posible si reconociendo a Jesús como el Señor y nuestro Salvador nacemos espiritualmente.

¿Pero qué pasa cuando una persona lleva tiempo en la iglesia y no logra cambiar su manera de pensar? Lo más seguro es que esta persona por su falta de confianza en Dios no ha nacido espiritualmente, por eso todavía sigue enredado en sus mismos pensamientos y pecados. Digo esto porque la escritura dice:

1 Juan 5:18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.

Si la persona no ha nacido de nuevo, seguramente no habrá podido tampoco renovar su manera de pensar, sigue pensando sólo en lo terrenal, y mientras piense así es inevitable que deje de pecar.

Pero cuando dice: “El maligno no le toca” si ponemos atención al contexto, esta frase la usa el escritor, para dar a entender que aquel que ha nacido de nuevo no puede ser influenciado por Satanás para practicar el pecado. En otras palabras no es válido que un cristiano diga que pecó porque Satanás lo obligó, cosa que sí sucede con el incrédulo que es obligado por Satanás a pecar.

Por supuesto algunos no usan este lenguaje, no dicen Satanás me obligó a pecar, lo que dicen es; me hicieron brujería, hay una maldición sobre mi vida, etc. Justificando su pecado.

Si no es posible que Satanás toque a un nacido de nuevo porque Dios le guarda, mucho menos podemos pensar o aceptar que el maligno pueda habitar o poseer a un nacido de nuevo. Por lo tanto aquellos que digan que un cristiano tiene un demonio en su vida, o que le sacaron un demonio a un cristiano, esta mintiendo, pues no solo están hablando sin base escritural, sino que esta contradiciendo la escritura que nos enseña que no es posible.

Victoria sobre los hijos de Satanás

No sólo tenemos completa libertad y por supuesto victoria sobre los ataques de Satanás en nuestra vida, sino que esa victoria se extiende también sobre todos aquellos que tienen el espíritu del anticristo, es decir sobre los hijos de Satanás. Como lo muestra el siguiente pasaje:

1 Juan 4: 3 al 4 y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 4Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

Lo cual quiere decir que por más de que alguien oprimido por Satanás te insista con sus razones humanas para llevarte a pecar, tu tienes el poder de Dios para resistir esos ataques… A no ser que tú desees pecar por obtener esos beneficios terrenales o mundanos.

Somos el templo del Dios viviente

El nacer espiritualmente nos convierte además en el templo del Dios viviente. Es decir el mismo Señor nos habita, por eso se nos manda no unirnos en yugo con los incrédulos pues en ellos habita Satanás. El apóstol escribió…

2 Corintios 6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente,

La razón que el apóstol da en este pasaje para no realizar tal unión en yugo desigual, es que Dios no tiene ningún acuerdo con Satanás. Esto quiere decir que jamás Dios permitirá que en su templo, (en el creyente) entre Satanás. Por esto decir que un nacido de nuevo, que tiene a Cristo en su corazón, que es templo del Espíritu Santo… Tiene un demonio, es lo más absurdo y contradice completamente la palabra de Dios.

Piense en esto… Si El mismo Dios nos ordena no unirnos en yugo desigual con los incrédulos… ¿Como nos daría tan mal ejemplo al permitir que en su casa habitara junto a El, Satanás?… Verdad que no tiene ninguna razón de ser.

Victoria sobre la tentación

Esta misma libertad obtenida gracias al nuevo nacimiento, es una de las razones por las cuales Dios nos hace la siguiente promesa.

1 Corintios 10:12 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

Es indudable que el hombre sin la ayuda de Dios no podría librarse de los ataques de Satanás, pero esta promesa de que en cualquier tentación siempre tendremos una salida victoriosa, asegura que nunca la influencia de Satanás sobre el cristiano lo puede hacer pecar, si el cristiano no quiere pecar, y se apropia de la salida dada por Dios.

Toda autoridad para hacer ministerio

Por todas estas razones, garantías, y promesas es que tenemos la suficiente autoridad para hacer ministerio.

Mateo 28:18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,

Esta autoridad no es dada sólo sobre algunos creyentes, todos los creyentes tenemos esa misma autoridad, la cual es suficiente para vencer a los demonios.

Hechos de los Apóstoles 26:18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

Lucas 10:19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. 20Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.

Si tenemos autoridad para hacer ministerio, y el ministerio incluye liberar a todos aquellos que están bajo la esclavitud de Satanás…

Sin embargo, a pesar de la claridad de estos pasajes que nos muestran el poder y la victoria que tenemos sobre Satanás y sus ataques… Todavía algunos se dejan oprimir con facilidad, y otros hasta llegan a creer que los cristianos necesitan una liberación…

NO SABEN O NO CREEN

Por supuesto es posible que alguien no creyendo en está libertad ya recibida, ya sea porque no se le ha enseñado, o se le a enseñado una doctrina equivocada, o por incredulidad, o por que desea pecar se sujete nuevamente a la influencia de Satanás, más es algo que ocurre sólo por su ignorancia, o su decisión, no porque este bajo el poder de Satanás, pues Satanás, ya no tiene ningún derecho ni poder sobre el cristiano nacido de nuevo.

Y por supuesto lo que hay que hacer en estos casos es edificar en la palabra al creyente, para que conozca lo que en realidad ha sucedido en su vida al nacer espiritualmente… Al conocerlo y creerlo, si quiere, vivirá en la libertad que Dios le ha dado a todo aquel que ha nacido espiritualmente.

Por supuesto no estoy ignorando las maquinaciones de Satanás, o que Satanás lanza dardos de fuego, o qué Satanás puede usar a otras personas para oponerse a que hagamos la voluntad de Dios, sin embargo por espantoso que pueda ser el ataque del maligno, cualquier creyente nacido de nuevo lo puede resistir, y hacerlo huir.

Hay muchísimas promesas además de las ya mencionadas que muestran esta realidad…

Efesios 6:16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

Santiago 4:7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

1 Pedro 5:8 al 9. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.

2 Corintios 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

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