EL NUEVO PACTO – SEGURIDAD DE QUE DIOS TRABAJARA HASTA EL FINAL EN NUESTRA VIDA – PARTE 18

NUEVO PACTO

 

M. SEGURIDAD DE QUE DIOS TRABAJARA HASTA EL FINAL EN NUESTRA VIDA.
En la promesa anterior vimos como Dios asegura darnos la provisión necesaria, en abundancia para que la disfrutemos y para que podamos hacer su voluntad, sin embargo dijimos que no es una promesa incondicional, pues recibir la provisión para vivir disfrutando de la abundancia, requiere ciertos requisitos:

1 Timoteo 6.17 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.

Éste mismo texto muestra que la altives o poner la esperanza de la riquezas es un error.
Por otro lado: ¿Qué es abundancia? Pues lo que cada persona considerada abundancia es algo relativo, pues respecto de cierta cantidad, no es lo mismo lo que piensa una persona que ha aprendido contentamiento, a lo que piensa una persona que es codiciosa.
Eso en otras palabras quiere decir que es posible que Dios le esté dando a alguien las cosas en abundancia para disfrutar pero su codicia, su ambición o su insaciabilidad no le dejan disfrutar.
Además de esto hay que tener en cuenta, que Dios dará en abundancia para que disfrutemos, siempre cuando lo que nos de, no vaya a producir deterioro espiritual. Si Dios que todo lo sabe percibe que cierta cantidad nos haría daño, pues solamente nos dará lo que podamos manejar bien, para crecer espiritualmente.
Y cuando decimos que cierta cantidad de riqueza nos hace daño, lo que estamos diciendo es que esa situación económica está reforzando malas las actitudes. (Creerse más que los demás, orgullo, deshonestidad, falta de contentamiento, etc.) Contrario a esto lo que Dios desea con cada uno de nosotros es cambiar esas malas actitudes, que no sólo impiden nuestro crecimiento espiritual sino que además estas malas actitudes son las que nos llevan a invertir mal la riqueza, o a traer pobreza a nuestra vida.  Algunas de estas buenas actitudes que Dios quiere promover en nosotros son: la diligencia, la inteligencia, la fidelidad no sólo con los hombres sino también con Diós, la responsabilidad, la honestidad, la dependencia hacia Dios, la generosidad, el contentamiento y otras más.
Lo cierto es que Dios como buen administrador que es no da puntada sin dedal, y por eso aprovecha las necesidades de sus hijos incluida la necesidad financiera, para dar lecciones espirituales que trascienden esta vida, donde lo importante sobre las riquezas no es la cantidad, sino el manejo justo y fiel de ellas. Si no somos fieles Dios nos advierte:

Lucas 16.11–12 Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? 12Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?

Dios nos advierte que si no somos fieles respecto del manejo de las riquezas materiales, que además de ser injustas ni siquiera nos pertenecen pues somos administradores, entonces no tendremos lo verdadero, ni lo que es nuestro que Dios ha preparado para nosotros, y al final de todos modos perderemos absolutamente todas las riquezas, pues a la hora de la muerte nada podemos llevar.
Este uso espiritual que Dios da a nuestra necesidad material, al igual que otros muchas promesas del Nuevo Pacto, muestran con claridad que el propósito de Dios con nosotros no es que
simplemente vivamos la vida contentos teniendo necesario, pues el propósito que Dios es que cada vez nuestra vida sea trasformada mas y mas a la imagen de su hijo Jesús.
Si recordamos la promesa que dice:

Romanos 8.28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Esta espectacular promesa que habla de la soberanía de Dios, soberanía que usa para ordenar todas las cosas a nuestro alrededor de tal manera que cada una de ellas se convierta en bendición para nuestra vida, aclara de cada cosa que sucede, es decir que Dios ordena, tiene el propósito de lograr el objetivo para el cual fuimos llamados, y para que no haya duda respecto de cuál es ese objetivo, continúa diciendo la escritura:
Romanos 8.29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos

Ese objetivo si lo pensamos bien, es de las cosas más maravillosas pero a la vez más difíciles que se puede tratar de hacer con el hombre. Por esto la pregunta que podríamos hacernos es: Será que Dios, tal vez a causa de tanta incredulidad, terquedad y desobediencia de nuestra parte… ¿Se cansará de trabajar en nuestra vida para lograr el propósito que tiene con nosotros?
Y como respuesta a esta pregunta podemos contestar lo que el apóstol Pablo escribió a sus discípulos, de quienes conocía su fidelidad:

Filipenses 1:6 Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

La promesa dice que si Dios comenzó la buena obra, entendiendo por esto si Dios te salvó a través de un nuevo nacimiento haciendo de ti una nueva criatura, el promete qué ”Perfeccionará” esa obra hasta el día de Jesucristo.  El día de Jesucristo que bien puede referirse al momento de su regreso en la tierra, también debe ser entendido como el día en que cada uno de nosotros llegará a su presencia gracias a la muerte física.
Esta palabra; ”perfeccionará” aunque determina un objetivo que es llegar a la perfección, dentro del contexto cuando dice: ”la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” de lo que está hablando es del proceso para llegar a la perfección y debe entenderse como que; “Dios trabajará de manera continua para llevarnos a la perfección, hasta el día de nuestra muerte o hasta el día en que el Señor Jesús regrese”.

1. ¿PARA QUE USA EL HOMBRE SU CONFIANZA?
Pero para entender lo importante de esta promesa, quiero que nos devolvamos un poquito sobre algo que ya hemos estudiado, y nos preguntemos, aunque la pregunta puede sonar muy simple; ¿Para qué usa el hombre la confianza obtenida?
Y entonces podemos decir que el hombre usa la confianza obtenida para básicamente dos cosas que están íntimamente relacionadas, que son; proteger las cosas que considera valiosas o las cosas que ama y por lo tanto son importantes para él, y en segundo lugar, para de alguna manera tratar de asegurar el cumplimiento de los objetivos que tiene, o quiere realizar a lo largo de su vida.
Estoy seguro que si pregunto, si a ustedes les gustaría tener la absoluta certeza de que nada malo le va a pasar a sus hijos, o a sus padres, o a ustedes; la respuesta a no ser que su corazón este tremendamente enfermo es que sí. Que le gustaría tener la certeza absoluta de que nada malo les va a pasar.   Sin embargo la pregunta no es una pregunta fantástica o irreal, porque eso es precisamente lo que Dios nos ha permitido cuando dice:

Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Sin embargo esta preciosa promesa, por nuestra inmadurez espiritual, es decir por falta de renovar nuestra mente y de creer en esa nueva información, esta tremenda promesa todavía no la podemos creer de corazón, pues no nos parece que las cosas que estén sucediendo sean realmente buenas para nosotros, prueba de eso es que si nos dijera que para bendecir a nuestros hijos es necesario que pasen por un secuestro… la verdad en lo profundo de nuestro corazón quisiéramos más bien tener la certeza de que nuestros hijos no serán secuestrados, o no van a morir jóvenes, o no tendrán un mal matrimonio, etc.

2. LOS VALORES EQUIVOCADOS…
¿Que dificulta creer, experimentar paz y aun gozarse con esta promesa? El problema está en que todavía tenemos valores equivocados, es decir completamente diferentes de los valores que Dios tiene.
Hace muchos años me contaron la historia de un campesino que se encontró en una guaca indígena una olla de barro con un polvo amarillo dentro de ella, el ni corto ni perezoso tomó la olla, la llevó al río lavo ese polvo amarillo y se fue feliz para su casa porque ya tenía en que cocinar el sancocho.
Estos valores equivocados hacen que nosotros deseemos proteger las cosas, que nosotros queremos proteger, y por esto muchos cristianos han hecho lo posible por apropiarse de promesas que aunque no les corresponden, se las aplican de forma completamente errónea para obtener seguridad. Por ejemplo:

Isaías 54:17 Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.

La promesa habla de protección total contra cualquier ataque y además victoria contra cualquiera que se levante contra nosotros.
Sin embargo al cometer el error de aplicar mal la escritura sobre cosas que no tienen verdadera importancia, el resultado es que tristemente muchos caen en la desilusión de ver como Dios no responde a sus expectativas y peticiones que fueron hechas para proteger las cosas que más aman, a pesar de existir una promesa de protección.

La pregunta cuando cae en semejante desilusión es: ¿Entenderán que están esperando de Dios cosas que Dios no ha prometido para este tiempo? Y que por no tener claridad en este asunto estaba pensando equivocadamente que Dios no cumple, Y por eso su confianza en Dios es cada vez más pequeña.
También por esta misma razón, por el deseo de proteger las cosas que nosotros consideramos valiosas, es que cuando leemos ciertos pasajes de la escritura pasamos de largo como si esas cosas no fueran para nosotros, casi como que no es posible que Dios permita, que esas cosas nos llegasen a suceder a nosotros. Por ejemplo:

Mateo 5:10 al 12 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.11Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

¿Cuántos de nosotros hemos pensado alguna vez; “qué bueno que me persiguieran y dañaran la imagen mía ante la gente, y me insulten y me toque salir corriendo para que no me maten, para que Dios me dé un galardón más grande en el cielo”?   Pues no; no he visto al primero que exprese algo como esto. Contrario a eso, muchos han caído víctimas de enseñanzas como pactar o sembrar para asegurar la respuesta de Dios acerca de su protección, y también respecto de la protección de los planes que quieren realizar.
Y cuando digo víctimas, lo hago con la absoluta certeza de que pagar a Dios dinero para obtener una respuesta afirmativa a nuestras peticiones es una ofensa a Dios y un menosprecio al sacrificio de Jesucristo en la cruz.    Es como si dijéramos que la entrega de Jesucristo en la cruz no fue suficiente pago por lo tanto algo de dinero puede cambiar la opinión de Dios respecto de nuestras peticiones.
Ahora; esta ofensa a Jesucristo, este menosprecio al valor que Jesucristo debería tener en nuestra vida, es igual al menosprecio que sentimos por las cosas espirituales, pues lo uno y lo otro van cogidos de la mano.
Es decir, cuando una persona es capaz de pagar para obtener una respuesta de parte de Dios es porque menosprecia la obra de Jesucristo e igualmente menosprecia su voluntad, y la evidencia de este menosprecio es el apego a un plan personal y el deseo de asegurar de alguna manera su cumplimiento.
Esto es tan cierto que uno encuentra que la motivación a muchos encuentros cristianos es: “Dios cumplirá tus sueños” y este eslogan, más; hijo del rey de reyes; derecho a vivir como príncipes. Son frases con las que insisten para darle legalidad a los sueños del hombre y proporcionarles seguridad acerca del cumplimiento de los mismos.
Y entonces las promesas que sí son para nosotros, las promesas del Nuevo Pacto que hemos estudiado en detalle, promesas que deberían darnos verdadera seguridad acerca de lo que realmente es valioso, no nos satisfacen y llegamos a vivir como si no existieran. Por ejemplo:

La seguridad de salvación. La seguridad de que toda situación será para bendición.
La seguridad de que toda oración bien hecha será contestada. La seguridad de que nada nos podrá separar del amor de Dios. La seguridad de que no nos dejará practicar el pecado. La seguridad de que seremos probados en nuestra fe si es necesario. La seguridad de la dirección de Dios para nuestra vida. Etc.
La razón por la cual esas promesas valen tan poco para nosotros y para algunos no tienen ningún valor, es porque no tenemos la misma escala de valores que Dios tiene, razón por la cual tampoco tenemos los mismos objetivos que Dios tiene para nosotros.
Pensemos por un momento en lo siguiente; ¿Si eres el objeto del amor de Dios y momento a momento Dios esta trabajando de manera perfecta para ayudarte… y no eres feliz, que entonces se te puede dar para que seas feliz?
Si el amor de Dios no llena nuestra vida: ¿Que entonces podrá llenar nuestra vida?
(Cuando uno lo piensa bien creo que lo que da es ganas de dar una patada, un puño o un golpe en la cabeza)

3. FALTA MUCHA PERO MUCHA ORACIÓN
¿Qué debemos hacer? En primer lugar debemos reconocer que falta muchísima oración. Pero ojo con lo que voy a decir; no estoy hablando de cantidad de oración sino de calidad de oración.
Si una persona lleva años orando por su situación económica, o por su trabajo y todavía sigue haciendo las mismas oraciones; “dame dinero” “dame trabajo” Es evidente que esa persona tiene serios problemas respecto de la oración.
¿Por qué? Porque si la oración es conversar con Dios, como me va a decir que Dios es tan burro, que la conversación con él no cambia, no progresa, no se desarrolla.
Se imagina todos los días diciendo: Sr. Dame trabajo. Y luego mes tras mes, Sr. Dame trabajo. Y luego año tras año, Sr. Dame trabajo.
Y usted puede pensar: ¿Pero si la persona sigue sin trabajo entonces como debe orar? Pues bien será que; ¿sí la persona sigue sin trabajo es porque Dios no le PUEDE dar trabajo? ¿Sera verdad que Dios no tiene poder para darle trabajo?
Por supuesto que no. Si la persona pide por un trabajo y Dios no le da trabajo es porque Dios no le QUIERE dar trabajo. Si la persona pide por su salud y Dios no le mejora la salud es porque Dios no le quiere mejorar la salud. Si la persona pide por mejoría en su relación familiar y Dios no mejora su relación familiar es porque Dios no le quiere mejorar su relación familiar.
Y si es Dios quien no le quiere dar trabajo. De que servirá volver a pedir trabajo, o volver a pedir salud, o volver a pedir por la familia.
Por lo tanto la siguiente oración no puede ser igual; Sr. Dame trabajo. La siguiente oración debe ser: ¿Sr. Porque no me quieres dar trabajo? Y entonces Dios contestara, y si tu escuchas harás lo que te pide hacer, y si no te da trabajo después de seguir sus instrucciones, entonces vuelves a preguntar; y Dios volverá a responder dando más instrucciones, y tú las seguirás. Eso es la oración.
Y más aún, déjeme preguntarle qué es más importante: ¿orar por mi familia o escuchar lo que Dios dice que debo hacer por mi familia? ¿Orar por mi trabajo o seguir las instrucciones que Dios me da para trabajar como un verdadero hijo de Dios? ¿Orar por mi salud o seguir las instrucciones para tener una vida saludable?
Ojo con aquellos expertos que gastan mucho tiempo en ayunos y oración pero no escuchan lo que Dios les dice, eso es religiosidad, eso ni siquiera es oración, es sólo un monólogo de aquel que solo ve importante lo que quiere y lo que él piensa y… lo de Dios no vale nada.
Si aplicamos esta buena oración al tema que estamos hablando, lo que necesitamos hacer para poder apreciar y disfrutar de las espectaculares promesas de dios, es escuchar a dios, y renovar nuestra mente para tener claridad acerca de lo que realmente es valioso y de los objetivos de dios para nuestra vida, y luego de tener claridad en este asunto al obedecer disfrutaremos de las bendiciones de Dios.
Por ejemplo; ¿Sabes cómo será tu vida después de la muerte? ¿Qué clase de cuerpo tendrás? ¿Dónde vivirás? ¿Qué te va a tocar hacer allá? ¿Por cuánto tiempo? Y muy importante también; ¿Sabes que debes hacer para tener una mejor vida en el más allá?¿Sabes cuánto tiempo falta para que llegues allá? ¿Cuáles son las señales que marcan el fin de este tiempo?
Y luego de saber todas estas cosas, ponte a hablar con Dios acerca del tema. Es decir dile; Señor la vida que tú me ofreces es de esta manera y no me gusta, o si me gusta, y lo que me vas a poner a hacer allá tampoco me gusta o si me gusta, etc.

4. ¿HAY FALTA DE INTERÉS?
Y si a usted toda esta temática que he mencionado no le interesa conocerla, es por la sencilla razón de que no quiere que suceda de esa manera, o no cree, que es prácticamente lo mismo.
Alguien podría preguntarse; ¿y cómo hago yo para obtener toda esa información de lo que Dios tiene en el futuro para mí? Es decir, a algunos les parece muy complicado obtener esa información. Sin embargo déjeme responderle leyéndole otra promesa del Nuevo Pacto que dice:

Juan 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

Sólo piense en esto: ¿Se puede dirigir a una persona hacia cierto destino cuando ella no quiere moverse? El Señor promete guiar nuestros pasos… Pero eso implica estar en movimiento.
La vida que Dios nos ofrece después de la muerte es superior a cualquier fantasía, yo no me imagino que a usted lo inviten a un viaje de lo más espectacular que el mundo logrará diseñar y que usted no se prepare para viajar, que no saque pasaporte, que no aliste la maleta, que no se informe de que se va a tratar. A no ser que no quiera ir o que definitivamente no crea en lo ofrecido.
Hablando del tema de la otra vida el apóstol Pablo escribió:

1 Corintios 15:16 al 19 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; 17y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. 18Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. 19Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.

Lo que el apóstol está diciendo es que si no hay una vida después de nuestra muerte, nosotros los cristianos somos los más burros de todo el planeta y por lo tanto los más dignos de lástima. Ojo; si usted ha visto personas dignas de lástima por su situación miserable, el apóstol dice que si no hay otra vida, nosotros los cristianos somos los más dignos de lástima de todos los hombres sobre la tierra.
¿Por qué? Porque la vida después de la muerte es muchísimo, muchísimo más importante y larga que la vida en la tierra. Es como comparar un grano de arena con el tamaño del sol.
Y por esta razón si a usted no le interesa, no le importa, no se informa de lo que va a vivir en la otra vida, usted será un cristiano que no tendrá visión ni motivación para obedecer y ser transformado.
Y éste desenfoque es el que no le permite apreciar la belleza de la vida cristiana, mucho menos gozarse de las promesas que Dios bajo el Nuevo Pacto ha hecho para tu vida.
¿Qué haría usted si le llega a su casa por correo un equipo completo, un traje de astronauta? Si usted nunca ha pensado en meterse en la carrera espacial; ¿Qué haría usted con ese traje? ¿Lo usaría como maleta? ¿Dentro del casco colocaría una luz y lo pondría en la mesa de noche como lámpara, o tal vez sea mejor como matera? ¿Usaría los guantes para sacar la comida del horno? ¿Se imaginan lo costoso que debe ser un traje de esos para usarlo esa manera?   Insisto: Esa es la razón por la cual muchos cristianos aunque tienen todo lo necesario para vivir una vida cristiana de obediencia, con paz, con muchísimo gozo y contentamiento, no están disfrutando de la vida cristiana, porque están desenfocados buscando cosas que no tienen ningún valor comparado con lo que realmente Dios les quiere dar.
Peor aún muchos están felices con la olla de barro, y tienen muchos planes para la olla, quieren pintarla, quieren hacer un ajiaco o un sancocho, además quieren que el tiempo se detenga sobre ella para que no se haga vieja, etc. Pero primero tienen que deshacerse del polvo amarillo que les estorba… Porque no saben el valor de lo que les ha sido entregado.
Pero si a través del conocimiento y la oración hemos aprendido a apreciar lo que Dios tiene para nosotros, entonces la promesa que leimos al comienzo, junto con las otras del Nuevo Pacto nos parecerá maravillosa. La promesa dice así:

Filipenses 1:6 Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo

Cuando veo esta promesa y pienso en su cumplimiento veo como ya mencione, que es la suma y/o resultado de las otras promesas incondicionales hechas por Dios a sus hijos.
El Nuevo Pacto está lleno de promesas incondicionales cuyo cumplimiento sólo depende de Dios, pero también tiene algunas promesas condicionales, lo cual quiere decir que lo ofrecido lo recibiremos si cumplimos con la condición.
Ya hablamos de la provisión financiera que Dios promete darnos, y vimos que esa provisión está condicionada a ciertas actitudes que Dios espera ver en nosotros; Dependencia de Dios, obediencia a Dios en esta área, generosidad, fidelidad con Dios, etc.

 

5. MALINTERPRETANDO LA PROMESA
Esta promesa de Dios trabajando en nosotros hasta el día de Jesucristo, durante muchos años la entendí como que Dios cuando ha recibido a alguno de sus hijos, pase lo que pase culminaría la obra que comenzó.
Pero creer esto complica un poco una gran cantidad de textos en los que la escritura, por ejemplo:

1 Corintios 9.26–27 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.

¿Porque si Dios de todos modos va a terminar la obra en nosotros, el apóstol Pablo habla de tener la actitud correcta para no ser eliminado?
Entiendo por la escritura que esto es absolutamente cierto cuando se habla de la seguridad de salvación, es decir; el que ha nacido de nuevo jamás se perderá. Lo cual quiere decir que sin ninguna duda entrará al cielo.   Pero respecto de llegar a la perfección, podemos ver en la escritura una serie de pasajes que nos muestran que aunque todos vamos a llegar al cielo, vamos a llegar de manera diferente dependiendo de varias cosas, por ejemplo:

Hebreos 11:35 Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.

Este pasaje nos enseña que algunos no aceptaron cierto rescate con el fin de obtener una mejor resurrección. Una mejor resurrección podemos resumirla en un mejor premio.

2 Timoteo 4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

Este otro pasaje muestra que el Señor va a dar una corona de justicia a todos aquellos que amén su venida. Y creo que es obvio que no todos los cristianos aman la venida del Señor. Todavía hay muchos muy enamorados del mundo y lo que quieren es todo lo contrario, que el Señor todavía no venga. Lo cual querría decir que no todos van a recibir esa corona de justicia.
Igualmente dice la escritura:

1 Pedro 5:2 al 4 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 4Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria

Que hay otra corona para aquellos que cuidan a las ovejas de la manera adecuada. Y también sabemos que hay muchos cristianos que no son buenos cuidando las ovejas.
Estas coronas más que un adorno significan autoridad para gobernar. Y quien manifiesta estas buenas actitudes es porque se acerca cada vez más a tener el carácter de Jesucristo. Y entre más tenga una persona el carácter de Jesucristo más autoridad tiene en la tierra como en el cielo.
Por esta misma razón, para obtener una mejor resurrección es que el apóstol Pablo escribió a su discípulo Timoteo:

2 Timoteo 2:4 al 7 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 6El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 7Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.

Notemos que cada uno de estos ejemplos implica hacer algo o dejar algo para obtener un mejor resultado.   Y esto en otras palabras significa que; hay cierto grado de elección respecto de que tanto o con qué tanta pasión caminamos con Dios y el resultado en cada persona va a ser diferente precisamente dependiendo de ese grado de compromiso que produce la fe.
Y de la forma como caminemos nuestra vida cristiana por supuesto que tendremos que dar cuentas. La escritura dice:

Romanos 14:10-12 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. 12De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

En este tribunal de Cristo no se decidirá si entramos o no al cielo, se decidirá la forma en que vamos a entrar, los galardones y las coronas dependiendo de que tanto aprovechamos el tiempo o lo desperdiciamos respecto del trato y la formación de Dios en nuestra vida.   Estas diferencias producidas por nuestros diferentes comportamientos y las diferentes lecciones aprendidas de parte de Dios, son las que me hace pensar que no puedo entender esta promesa:

Filipenses 1:6 Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo

Como que Dios en todos va a completar la obra hasta que todos lleguemos a la misma perfección: La de Jesucristo. (Al menos no en esta época en la tierra) Pues si eso fuera así, entonces absolutamente todos recibiríamos lo mismo y ni siquiera habría necesidad de un tribunal para dar premios a aquellos que por su fe fueron más esforzados
Ahora; ciertamente hay pasajes, como cierta parábola en que los trabajadores fueron llegando cada uno a una hora diferente y al final del día, todos recibieron el mismo salario.
Pero también hay parábolas donde se habla de que a cada uno se le digo algo diferente y dependiendo de la forma en que lo invirtió así será su recompensa.
Y entonces unas las debemos aplicar a la salvación, pues sabemos que a última hora como el ladrón en la cruz las personas se pueden salvar, pero otras las debemos aplicar a las diferentes recompensas que dependen de la buena disposición a servir y a hacer la voluntad de Dios.
Si esto no fuera de esta manera, lo mismo daría recibir a Cristo a los ocho años que a los 80, y entonces los incrédulos tendrían razón porque ellos dicen precisamente eso; que después de que hayan disfrutado de la vida van a recibir a Jesucristo y se van ajuiciar.
Pero sinceramente no creo que el premio para aquel que a última hora aceptó al Señor sea igual a aquel que desde los ocho años le recibió y camino de manera espiritual toda su vida.
También existen otros que interpretando esta promesa como que Dios en todos va a completar la obra independiente del hombre, han tomado la decisión de vivir licenciosamente porque al fin y al cabo Dios, no importa cómo me porté va a terminar su obra en mí. Haciendo de esta promesa un permiso para vivir en la carne.
Y entonces uno piensa que personas como Anas y zafira que fueron disciplinados con la muerte por su hipocresía… ¿En qué momento Dios culmino la obra en ellos? Ciertamente Dios trabajo hasta el final de sus días como dice la promesa pero no hay muestras de que ellos haya llegado la estatura de Jesucristo.
Contrario a esta forma de interpretar esta promesa encontramos que en la escritura se nos exhorta a ser diligentes en la forma en que vivimos la vida cristiana, por ejemplo:

Efesios 5:15 al 17 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 17Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.

Y entonces supongamos que Dios le quiere enseñar cierta lección a usted y él tiene programado que en seis meses usted aprenda, pero usted se demora seis años porque no oraba adecuadamente; no estudio las escrituras; no puso atención a los mensajes; de tal manera que usted desperdicia cinco años y medio.
¿Qué cree que pase entonces con lo que Dios tiene programado para usted? Sí él planeó que en 70 años iba a hacer una obra, y usted se demora cinco veces más en aprender cada lección entonces Dios tendrá que dejarlo vivir 500 años para poder completar el proceso.   Pero como no es así, como no va a vivir 500 años, quiere decir que Dios planeó hacer con usted algo de cierto tamaño, pero solamente va llegar a la mitad, o a la tercera parte. Para que no suceda eso, debemos con diligencia revisar como estamos andando para no perder el tiempo. Y Dios pueda completar lo que ha planeado para nosotros.
Siendo esto cierto quiero que se grave lo siguiente, y ojalá nunca lo olvide.  Véalo de esta manera, cada pecado que cometemos es una perdida irremediable. Ojo no estoy diciendo que Dios no perdona sus pecados, lo que estoy diciendo es que si el edificio era de 500 pisos, cada pecado cometido baja el número de pisos, y no hay forma de recuperar lo perdido.  ¿Usted dirá? Y si pido perdón. Por supuesto que debe pedir perdón, pero eso no le permitirá recuperar el tiempo que ya desperdició, y eso quiere decir que seguirá Dios trabajando en usted pero no podrá llegar hasta donde llegaría si confiara mas y fuera más obediente.
Esto que estoy diciendo la escritura nos lo enseña de varias maneras, por ejemplo:

1 Corintios 3:11 al 13 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13la obra

de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.  La construcción de cada uno de nosotros ser probada por el fuego, que representa la palabra de Dios.

Jeremías 23:29 ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?

Y entonces las obras hechas en la carne no pasarán mientras que las obras hechas en el Espíritu si serán tenidas en cuenta. Continúa diciendo:

1 Corintios 3:14 al 15 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

Ahora, sí al escuchar esto usted es de los que piensa; “no me importa cómo entre lo importante es que voy a entrar” aunque desde cierto punto de vista es cierto, esta frase también está diciendo que las recompensas ofrecidas por Dios no son valiosas, por lo tanto no vale la pena trabajar por ellas.  ¿Será esto cierto? ¿Será que las recompensas de Dios son tan malas que no motivan a nadie a caminar espiritual?
Estoy absolutamente convencido de que no. Lo que pasa es que la gente no conoce las promesas de Dios o no cree en ellas, y a eso le añaden que como las ovejas no ven sino escasamente lo que está delante de sus narices, viven ignorando que un día estarán en la presencia de Dios.

6. ¿QUÉ DEBEMOS HACER?
2 Timoteo 2:1 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús

Estas palabras dichas por el apóstol Pablo a su discípulo Timoteo están antes de hablar del soldado el atleta y el labrador, y tienen como propósito que él tome la decisión de caminar de manera diligente en la voluntad de Dios.
Sin embargo las palabras que aparecen allí son contradictorias, me refiero a que esfuérzate es opuesto a la gracia. Otra traducción dice:
2 Timoteo 2:1 Hijo mío, Dios te ama mucho porque has creído en Jesucristo. Pídele fuerzas para soportar cualquier cosa.
2 Timoteo 2:1 Y tú, hijo mío, saca fuerzas de la bondad que Dios te ha mostrado por medio de Cristo Jesús

Y un complemento de esta verdad expresada es:
2 Timoteo 1:6 al 7 Por eso te recomiendo que no dejes de usar esa capacidad especial que Dios te dio cuando puse mis manos sobre tu cabeza. 7Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana.

Debemos tomar la férrea decisión de caminar con Dios sin perder el tiempo, y junto a eso debemos recordar la promesa de que Dios va a trabajar sin detenerse hasta el día de nuestra muerte para buscar completar lo que planeó para nosotros.

Filipenses 1:6 Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo

Ante esto, lo normal es que un verdadero hijo de Dios tome la decisión de fortalecer su decisión de caminar con Dios, de alimentarse adecuadamente, de ejercitarse en la obediencia, para si es que ha perdido tiempo, no lo pierda más.   Esta promesa para la iglesia es similar a la promesa de Dios con el pueblo de Israel cuando les dijo:

Isaías 46.3-4 Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. 4Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.

Y si Dios no va a parar de trabajar en nuestra vida para formar a su hijo en nosotros, se puede tener dos resultados dependiendo de nuestra actitud.
Si nosotros queremos seguir caminando en la voluntad de Dios es la mejor promesa que podemos recibir, porque a pesar de toda nuestra terquedad y pecados, sabemos que Dios siempre nos estara dando la oportunidad de seguir creciendo y creciendo el Señor.   Es decir mientras Dios nos conserve con vida es porque Dios sabe que podrá lograr llegar más y más lejos en el plan que tiene para nosotros. Y como su plan es maravilloso entonces la promesa resulta ser maravillosa.   Sin embargo la otra cara de la moneda es que si Dios va a insistir en trabajar con nosotros, y nos ponemos tercos, entonces lo que estamos asegurando es que los tratos fuertes de parte de Dios y las disciplinas serán nuestras compañeras por el resto de nuestra vida, hasta que cambiemos la actitud y aprovechemos el tiempo, o hasta que Dios decida llevarnos a su presencia.

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La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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