VIVE DIOS EN CUYA PRESENCIA ESTOY – PARTE 1

VIVE DIOS EN CUYA PRESENCIA ESTOY – PARTE 1

I. INTRODUCCIÓN

No sé si a ustedes les pasó, pero al inicio de mi vida cristiana hubo una serie de enseñanzas o principios que me impresionaron sobremanera. No tengo certeza cuál era la razón, pero es posible que fuera por estar siendo confrontado con ciertas cosas en las cuales no había pensado nunca. La primera de ellas que me impresionó muchísimo, fue entender que toda la vida cristiana se vivía por fe y solo por fe. La escritura lo enseña en muchas partes, una de ellas dice:

Romanos 1:17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

Y me impresionó, porque en aquella época yo no había caído en cuenta que absolutamente todos los seres humanos vivimos por fe… Es decir creemos una gran cantidad de cosas que no podemos comprobar, simplemente porque hemos decidido depositar nuestra fe en los hombres o en las instituciones o en la ciencia. Pero insisto; son cosas que aceptamos como verdaderas sin poder comprobar su veracidad… Y eso no hay duda, es fe.

Y lo absurdo de esto es que aunque absolutamente todos los hombres vivimos por fe, los que no aceptan el cristianismo tiene la tendencia de mirarnos a nosotros los creyentes como si fuéramos de un estrato más bajo… Por estar creyendo lo que la escritura nos dice. Es decir; como si la fe de los cristianos fuera algo ridículo, comparado con la forma en que ellos viven… Ignorando que todos ellos viven por fe.

Lo otro que me impresionó sobremanera que está también enseñado en este versículo fue entender que la salvación era completamente gratis por medio de la fe. Y me impresionó por qué esta verdad es totalmente contraria a lo enseñado en muchas religiones, incluida la iglesia católica, que dice que la salvación se tiene que obtener a través del buen comportamiento es decir a través de las buenas obras.

Por esto al saber que había obtenido la salvación por fe, y que esa fe era suficiente para vivir el resto de la vida siguiendo a Dios, me parecía maravilloso.

Otro de los conceptos que me impresionó muchísimo, fue entender la grandísima diferencia que hay entre todas las personas del mundo y los auténticos cristianos. Esta diferencia la podemos ver a leer las palabras de Jesús cuando dijo:

Juan 5:25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.

En primer lugar porque no tenía ni idea que yo estaba muerto antes de conocer a Dios, lo cual mostraba la ignorancia tan grande y tan grave acerca de mi muerte espiritual.

Pero la buena noticia es que todo aquel escucha las palabras de Jesús con fe, podrá recibir vida eterna… Y entender esto fue muy importante porque las personas creen que su buen comportamiento los acerca a Dios, y que puede darles aún la salvación. Pero la verdad es que sólo aquel que nace de nuevo como un resultado de depositar su fe en Jesús podrá ser salvo.

Y cuando eso ocurre cuando nacemos de nuevo, nuestra vida cambia de una manera tan asombrosa que en mi caso a pesar de no tener ni cinco, estando solo, y con un montón de problemas, de todos modos esa vida eterna recibida me permitió comenzar a vivir feliz, teniendo la esperanza de qué Dios se haría cargo de mi vida, lo cual ha cumplido por lo tanto tengo la misma certeza respecto de mi eternidad.

Otro asunto que también me impresionó, del cual quiero hablar hoy y que tiene cierta relación con estos dos, fue leer la declaración de algunos hombres de Dios que decían:

Génesis 24:40 Entonces él me respondió: Jehová, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino;

Esas son las palabras de Abraham el Padre de la fe, cuando enviaba a su criado a buscar esposa para su hijo Isaac.

Notemos que la confianza de Abraham está basada en el conocimiento que tiene de Dios, producto de haber andado en su presencia. Y al decir esto no se refiere a que Dios está en todos lados aunque eso es cierto, si no a que él ha estado creyéndole y haciéndole caso, y esta relación le ha permitido tener confianza en el favor de Dios para su vida y para sus hijos.

Ah si es de que si frente a ciertos asuntos nos falta fe, es consecuencia de no vivir en la presencia de Dios, porque al vivir haciendo su voluntad con el tiempo nuestra fe indudablemente aumentará.

Un poco más adelante en la escritura encontramos a Jacob, el cual está dando la bendición a sus hijos, y también menciona lo mismo. Podemos leer:

Génesis 48:15 al 16 Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día, 16el Angel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes;

Jacob menciona que sus padres, Abraham e Isaac hicieron la voluntad de Dios, y que él ha sido sostenido y protegido por Dios, y esta confianza producto de su relación con Dios le permite pedir y confiar en la bendición de Dios para sus hijos.

Es importante aclarar que estos hombres vivieron antes del pacto de la ley, donde la bendición de Dios se recibía como una consecuencia del buen comportamiento, de hacer su voluntad. Es decir dónde la enseñanza es que a través de las obras se obtiene la salvación y la solución a todos los problemas.

Sin embargo respecto de esto hay algo muy pero muy importante que debemos entender, y es que la bendición de Dios no viene por nuestro buen comportamiento. La bendición de Dios viene porque él ha decidido bendecirnos independiente de nuestro comportamiento.

Para muchos esto puede sonar incomprensible o injusto, porque lo que estoy diciendo es que aunque usted se porte mal de todos modos Dios lo va a bendecir… Sin embargo esa es la verdad hasta el momento de nuestra muerte. Ya después de la muerte si vendrá el castigo por todo lo que hicieron mal para todos aquellos que no obtuvieron la salvación… Pero para los que obtuvimos la salvación por medio de la fe recibiremos el premio.

Pero para entender esto, para poder ver la justicia de Dios en esto, tenemos que entender cuál es la verdadera bendición, o podríamos decir cuál es la bendición realmente importante. Me explico:

Si hacemos lo correcto delante de Dios lo normal es que nuestra vida se va a desarrollar de una forma muy tranquila, aunque eso no evitará que si nuestra fe necesita ser probada, vengan situaciones complicadas para hacernos crecer espiritualmente. La escritura enseña que habiendo recibido la salvación, de lo cual debemos estar muy contentos…

1 Pedro 1:6–7 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,

He conocido personas inmensamente ricas que a pesar de haber recibido la salvación, cuando ha sido necesario Dios ha probado sus vidas para hacer crecer su fe, y no importa cuánto poder, cuanto sabiduría cuánto dinero puedan tener, no pueden evadir estas pruebas qué son de una grandísima bendición, porque el aumento de nuestra confianza en Dios es lo que cambia por completo nuestra manera de pensar y como consecuencia nuestro comportamiento.

La escritura enseña que ese es el proceso para salvar el alma. Porque una cosa es ser justificado por Dios y obtener la salvación, es decir evitar el castigo eterno, y otra diferente es la transformación de nuestra vida, que en la escritura se nombra como la salvación del alma. Pero también la escritura dice:

1 Pedro 4:18 Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?

El pasaje acabo de explicar no se refiere a la justificación sino a la transformación de nuestra alma, y lo que dice es que si haciendo la voluntad de Dios a veces tenemos que ser probados, y puede ser difícil… ¿Cómo será de complicado si desobedecemos de manera consciente a Dios?

No es lo mismo ser corregido por Dios cuando queremos ser corregidos y queremos hacer sendas derechas… Que ser corregido por Dios con una serie de fuertes disciplinas para primero doblegar nuestra rebeldía y obstinación, para que al decidir vivir en la presencia de Dios nuestra fe pueda crecer.

Esto explica por qué si nos portamos bien somos bendecidos por Dios, pero si nos portamos mal también somos bendecidos por Dios a través de esas fuertes disciplinas o quebrantos, para librarnos de la esclavitud del pecado y permitirnos disfrutar del amor de Dios.

Notemos que eso es exactamente lo que hace un buen padre con un hijo, ya sea obediente o desobediente. Si es obediente recibe mejores tratos que si es desobediente, y si es desobediente no hay duda que recibirá disciplinas. Pero ambas cosas la recibe porque es amado. La escritura dice:

Hebreos 12:6 Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.

Por lo tanto no hay duda que lo mejor que podemos hacer es vivir en la presencia de Dios. Y por esto más adelante en la escritura encontramos, que Dios está disciplinando a todo un pueblo por no vivir en su presencia, y para disciplinarlos usa a un hombre que si vivía en la presencia de Dios. dice así:

1 Reyes 17:1 Entonces Elías Tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.

Hay varias cosas que me parecen muy importantes. La primera es que este era un siervo de Dios no como los que se ven en estos días, y con esto me refiero a aquellos siervos de Dios que andan detrás del gobierno, o detrás de los ricos a ver qué apoyo reciben según ellos para hacer la obra de Dios, pero completamente callados respecto de lo que el gobierno o los ricos hacen mal.

Pastores cristianos unidos a organizaciones políticas que promueven el aborto, la identidad de género, y aún el ataque a las iglesias… O pastores cristianos que no les importa de donde proviene el dinero de algunos discípulos, que andan metidos en delitos como el robo o el narcotráfico…

Contrario a estos, lo que vemos es a Elías confrontando a uno de los peores reyes por su pecado, anunciándole una disciplina espantosa, que iba a traer hambre para todo el pueblo… Y esta disciplina duraría hasta que el profeta dijera lo contrario.

Andar en la presencia de Dios puede darnos una vida mucho más tranquila, gracias al aumento de nuestra fe; andar en la presencia de Dios también evitará que seamos disciplinados por nuestra incredulidad y rebeldía… Pero andar en la presencia de Dios también nos puede dar autoridad, en el sentido de qué al decir algo que sea conforme a la voluntad de Dios, sabemos que tenemos su respaldo. El señor Jesús dijo a sus discípulos que anduvieron con el:

Juan 20:21–23 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 22Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.

No hay duda de la enorme autoridad dada por Dios a estos hombres que anduvieron con él, autoridad que es dada a todo aquel que vive en la presencia de Dios.

Y es lo que vemos en la historia de Elias, pues el perverso rey tiene que humillarse delante del profeta, el profeta concreta una reunión con los 400 profetas de Baal qué el reinado auspiciaba, y después de una espectacular demostración del poder de Dios, (Hace llover fuego del cielo) el profeta de Dios mata a estos falsos profetas.

Pasa el tiempo y luego vemos a Eliseo, el discípulo de Elías diciendo las mismas palabras:

2 Reyes 5:16 Más él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso.

En esta ocasión un hombre muy poderoso recibe un milagro de Dios a través del profeta, y queriendo pagar el favor le ofrece riquezas al profeta, el cual a pesar de la insistencia de Naaman no le recibe absolutamente nada… Es más, ni siquiera salió a hablar con él. Y la verdad esto también es muy diferente a lo que muchos llamados siervos de Dios hacen en la actualidad.

Al ver esto que nos muestra la escritura debemos entender que no hay duda, que vivir en la presencia de Dios es lo más importante para todo ser humano… Sin embargo no es lo común. Lo común que ha sido entendido como lo normal, es que los hombres busquen esconderse de Dios, lo cual es absurdo, pues no es posible esconderse de la presencia de Dios aunque los hombres creen que sí.

Pero: ¿Por qué los hombres buscan alejarse de Dios? Es decir: ¿Qué hace que el hombre se aleje de un Dios tan bueno, tan misericordioso, tan poderoso y tan necesario para él? En el libro del Génesis podemos leer:

Génesis 3:8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

Por el pasaje creo que podemos asumir que ellos ya estaban acostumbrados a que Dios los visitara en el huerto sin problema… Pero el hombre cayó en pecado, y por esto antes de esconderse de Dios el hombre comenzó a esconderse de los demás hombres, por eso se vistieron…

La consecuencia es que hasta el día de hoy podemos ver que son muy comunes en los hombres las actitudes de hipocresía, de aparentar lo que no son, de mentir para no reconocer lo que se ha hecho mal, de hablar sólo medias verdades, de inventar que se ha hecho bien… Y por esta misma razón, por la maldad del hombre, el hombre teme al castigo de Dios y por eso trata de esconderse.

Por supuesto que resulta ridículo que Adán y Eva se escondan de la presencia de un Dios todopoderoso, omnisciente, lleno de sabiduría, detrás de unos matorrales… Y eso me parece tan ridículo como esconderse de Dios detrás de la teoría de la evolución, o esconderse de Dios usando como argumento las malas religiones, o aún los malos testimonios de algunos cristianos… Que son disculpas muy comunes usadas por los hombres en este tiempo, para no buscar a Dios, para no ir a las iglesias y así esconderse de Dios.

Lo que no entienden los hombres que hacen esto, es que no sólo están rechazando la misericordia y el amor de Dios, que podría darles verdadera vida y asegurar su eternidad, sino que también están propiciando su autodestrucción, que vendrá como consecuencia de los justos juicios de Dios sobre los hombres.

Uno de estos juicios fue el diluvio, que según los cálculos de un científico cuando ocurrió, en la tierra ya había 2.000 millones de personas.

Pero Dios que es misericordioso da otra oportunidad a la humanidad con Noe y su familia, pero al ver que la humanidad nuevamente se desvía, escogió un pueblo para darle la oportunidad de vivir en su presencia.

Este pueblo es el pueblo de Israel, que en aquella época fue librado de la esclavitud de los Egipcios, con una demostración de poder espectacular, que ademas mostró la inutilidad de los dioses de los Egipcios…

Pero luego en el desierto cuándo estaban siendo dirigidos por Moisés, a causa de su incredulidad y rebeldía el pueblo exige hablar directamente con Dios, y cuando llego el momento del encuentro, la escritura nos cuenta:

Éxodo 20:18 al 19 Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.

Lo que puede parecer extraño, es que aunque ciertamente la manifestación de Dios fue tremendamente poderosa, al ser Dios el Dios del pueblo de Israel, al ser su libertador, y que además ha manifestado que los amará con amor eterno y que por eso prolongará su misericordia, al ser su creador, su proveedor y su protector. ¿Por qué el pueblo temblando de miedo se alejó de él ante la grandeza de su poder?

Cosa diferente es si un hombre se enfrenta al poder de Satanás sabiendo que Satanás es su enemigo… Pero si un hombre recibe la manifestación de un Dios inmensamente poderoso que lo ama… ¿Porque ha de temer ante la manifestación de su poder?

Lo correcto es que entre más consciente sea el hombre de la grandeza del poder de Dios, pues más tranquilo, más reposado, más seguro se debe sentir respecto de todas las cosas, sabiendo que Dios está de su lado.

Esto que digo es lo que dice la escritura para nosotros los hijos de Dios. dice así:

Romanos 8:31–37 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Y la respuesta es:
Romanos 8:37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

No hay duda que entre más poderosa sea la manifestación de Dios, más confianza debemos tener al saber que él ha prometido cuidar de nosotros desde ahora y por la eternidad.

Y esa era la confianza que tenía Abraham respecto del futuro prometido por Dios, y esa confianza aumentaba en la medida en que vivía en la presencia de Dios. Y lo mismo pasaba con Elías que al vivir en la presencia de Dios obtenía la fortaleza para confrontar al rey malvado. Y lo mismo vemos en el profeta Eliseo, quien por andar en la presencia de Dios podía rechazar la oferta de la riqueza dada por un hombre que creía que podía pagar el favor de Dios.

¿Si los beneficios de andar en la presencia de Dios son invaluables, entonces porque el pueblo huía ante la manifestación de la poderosa presencia de Dios? ¿Qué era lo que había en el corazón del pueblo, que era lo que el pueblo quería, que hacía que la presencia de Dios les produjera miedo y se convirtiera en un estorbo?

La misma pregunta podemos hacer acerca de muchas personas que invitamos al iglesia para que conozcan al señor… ¿Qué hay en su corazón que hace que no quieran acercarse a un Dios que los ama?

La escritura nos muestra que después de este evento, después de huir de la presencia de Dios, el pueblo acepta nuevamente relacionarse con Dios a través de la autoridad de Moisés…

El problema es que los hombres piensan que esto es una ventaja para ellos, sin embargo la verdad es que eso no cambia prácticamente nada, porque relacionarse con Dios directamente o a través de una autoridad delegada por Dios, a la final es lo mismo. Es decir la relación del hombre sigue siendo con Dios y a Dios tiene que dar cuenta. Y por esto la escritura dice:

Romanos 13:1–2 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.

Por supuesto hay que hacer una clara diferencia entre la sujeción que debe ser absoluta y la obediencia que es relativa, pues obedecer o no, depende de si la autoridad está ordenando algo de acuerdo a la voluntad de Dios o en contra de la voluntad de Dios.

Pero el pueblo totalmente inconsciente de que su relación era directamente con Dios a pesar de tener un intermediario que era Moisés… Siguieron con su mala actitud, lo acusaron, no lo respetaron, lo culparon por las cosas malas que les sucedía, lo acusaban de dar mala dirección al pueblo… Y en cierta ocasión cuando Moisés estaba en la presencia de Dios y se demora 40 días, ellos lo ignoran por completo y hacen algo absurdo y prohibido, pues construyen un becerro de oro pretendiendo reemplazar al Dios verdadero. Y luego de construirlo dijeron:

Éxodo 32:4 al 5 Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. 5Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová

Esto que leemos en este par de versículos, es lo que muchos hombres hacen cuando Dios no hace lo que ellos desean. Y no hay duda que cuando los hombres hacen esto, aún con el poco conocimiento que tengo de Dios no puedo dejar de pensar que algo está muy mal en la cabeza de los hombres. Mas aún; en esos momentos recuerdo lo que significa estar oprimido por el enemigo.

Lo primero que hace el pueblo es negar que fue Dios, el Dios verdadero el que los sacó de Egipto a través de poderosos milagros… Y se inventan que fue el becerro de oro el que los sacó de Egipto.

Déjeme insistir; que cuando uno hace la comparación entre el poderoso Dios que con sus milagros los libró de la esclavitud y ahogó a sus enemigos en el fondo del mar, y este ridículo e insignificante becerro de oro, insisto; en que uno no puede dejar de pensar en lo absurdo del comportamiento del hombre cuando ha perdido su confianza en Dios.

Lo triste de este asunto es que hoy los hombres hacen igual. Pues en lugar de reconocer que lo poco o lo mucho que tienen es porque Dios en su misericordia se los ha dado… Comienzan a pensar que que todo lo que tienen es debido a sus capacidades, y que la riqueza que tienen es la clave para vivir felices y seguros en el mundo.

Y nuevamente contrario a esta absurda manera de pensar, leemos lo que el rey David dice después de hacer una gran obra…

1º Crónicas 29:11–12 Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. 12Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.13Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. 14Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.

Pero contrario a esto, el pueblo no reconoce que fue Dios quién los libró, quién los enriqueció, y por esto prefieren depositar su confianza en un becerro de oro, que representa la codicia, la riqueza y el poder de los hombres…. Y para que no caigamos en lo mismo podemos leer que la escritura nos advierte al decirnos:

1 Timoteo 6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

Ese es el principal becerro en la actualidad, las riquezas, las cuales los hombres codician sin medida, sin entender qué reemplazar a Dios por estas cosas, es lo peor que pueden hacer. La escritura también dice:

Proverbios 1:19 Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, la cual quita la vida de sus poseedores.

Pensar que las riquezas son las clave para una vida maravillosa, y por esta razón reemplazar al Dios verdadero por ellas, es lo que hace que los hombres pierdan su vida delante de Dios.

Pero el pueblo no sólo construye el becerro de oro diciendo que es el responsable de sus vidas, el que les va a dar lo que necesitan, sino que más absurdo y peligroso es, qué dicen que van a hacer fiesta a Jehová.

Y lo que tratan de hacer con esto es justificar un comportamiento pecaminoso y destructivo como si fuera la voluntad de Dios, como si Dios lo hubiese ordenado y estuviera complacido con lo que hacen.

Eso es igual a lo que está ocurriendo en la actualidad, donde podemos encontrar muchas iglesias llamadas cristianas animando a la gente a ser cada vez más codiciosas, enseñando que la voluntad de Dios es que todos los cristianos sean inmensamente ricos.

Y otra cosa que está sucediendo igual, es qué Aarón, el sacerdote, el encargado de mantener al pueblo en el camino correcto, es el que hace el altar al becerro y el que pregona fiesta para Jehová… Y cuando luego más adelante Moisés le pregunta porque lo hizo, la respuesta de Aaron fue, que el pueblo lo pidió.

Alguna vez mi madre se fue con su biblia a confrontar a un sacerdote por las enseñanzas que daba la iglesia acerca de los santos, el purgatorio y cosas por el estilo… Y cuando le preguntó que porque enseñaba eso que no estaba en la escritura, el sacerdote le dijo qué sabía que eso no estaba en la escritura, pero que lo enseñaba porque a los católicos le gustaban esas enseñanzas.

Eso fue lo que hizo Aaron. Y es lo que hacen muchos en la actualidad cuando al predicar el verdadero evangelio ven que son rechazados, y en lugar de insistir con la palabra de verdad, comienzan poco a poco a enseñar lo que la gente quiere oír… Y es por eso que encontramos que el apóstol Pablo le advierte a su discípulo Timoteo…

2 Timoteo 4:1–4 En presencia de Dios y de Cristo Jesús —quien un día juzgará a los vivos y a los muertos cuando venga para establecer su reino— te pido encarecidamente: 2 predica la palabra de Dios. Mantente preparado, sea o no el tiempo oportuno. Corrige, reprende y anima a tu gente con paciencia y buena enseñanza. 3 Llegará el tiempo en que la gente no escuchará más la sólida y sana enseñanza. Seguirán sus propios deseos y buscarán maestros que les digan lo que sus oídos se mueren por oír. 4 Rechazarán la verdad e irán tras de mitos.

Y entonces qué le gusta a la gente que le prediquen? Pues que le digan que se va a casar, que va a tener muchos hijos, que va a tener muchos negocios, que va a tener mucho dinero, que su salud va a ser perfecta, es decir a la gente le fascina que le prediquen que Dios les va a dar una vida llena de abundancia de felicidad de protección… Por qué la gente está convencida que eso es lo que da felicidad.

Sin embargo en el mundo podemos encontrar a muchísimos que tienen mucho más que los demás y no son felices… Como también podemos encontrar a muchísimos que tienen muchísimo menos y si son felices.

Lo triste es que muchos aspiran a tan poco en sus vidas, que las riquezas los pueden hacer felices, sin entender como dice la escritura, que la codicia les quitará la vida, es decir no conocerán, no disfrutarán de la vida eterna y se perderán eternamente, lo cual sí es verdaderamente grave e irremediable.

Por esto encontramos a una iglesia a la cual el Señor en su palabra le hace una fuerte exhortación… Precisamente por haber tomado el camino de la codicia, ignorando la verdadera bendición de Dios. Dice así:

Apocalipsis 3:17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

Estas palabras describen un ministerio inmensamente rico en dinero, cuyos feligreses están convencidos que ya no necesitan nada más… Pero Dios dice que son desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos.

Pero ignorando estas claras advertencias de la escritura hay muchos creyentes idólatras, que insisten en pensar y enseñar que la voluntad de Dios es la abundancia en todo sentido… Y por esto alguna vez escuché decir a un pastor de una de las iglesias más grandes de la ciudad, qué además estaba en la presidencia de la organización de pastores más grande de la ciudad, el cual en una de estas reuniones dijo que: “El que no quiera ser rico es porque está oprimido por Satanás”

Eso dijo este Pastor, sin embargo la escritura dice que el deseo de ser rico es lo que destruye a los hombres. dice así:

1 Timoteo 6:9 Pero los que viven con la ambición de hacerse ricos caen en tentación y quedan atrapados por muchos deseos necios y dañinos que los hunden en la ruina y la destrucción.

Desear ser rico es pecado… Trabajar haciendo la voluntad de Dios y hacerse rico es la bendición de Dios.

Por supuesto no es el único error doctrinal en que caen. Tal vez sea el primero, pero luego comienzan a llenarse de malas doctrinas que a la final terminan siendo mezclas de humanismo, metafísica, el poder de la palabra hablada, el pensamiento positivo tenaz. Y el resultado final es una mezcla de biblia con muchas otras cosas qué los lleva a la tibieza… Y por esto a esta misma iglesia Dios les dice:

Apocalipsis 3:16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Tibieza para con Dios. Ni todo verdad, ni todo mentira. Son ministerios levantados con un revuelto de falsas doctrinas y con un desenfoque tan grande, que creen que Jesucristo murió en la cruz para darles dinero, o que si pagan dinero o pactan serán escuchados por Dios…. La exhortación final que Dios le hace a esta iglesia es:

Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Lo cual quiere decir que esta iglesia descrita en el libro de Apocalipsis…No tiene al Señor y por lo tanto no ha vivido en la presencia de Dios, y es por esto que les hace la invitación de que lo dejen entrar.

Y si no tienen al Señor; ¿Quién entonces la esta dirigiendo? Para no ser muy duros digamos que él que está dirigiendo esas iglesias es el hombre, pero hombres que conocen muchos pasajes y muchos versículos pero no han entendido el mensaje de Dios que está en su palabra. Y terminan como Aarón complaciendo al pueblo llevándolo a vivir en contra de la voluntad de Dios.

Pero igual que ocurrió en el desierto, aunque esta clase de iglesias no tienen al Señor… ¿A quién cree usted que ellos agradecen por esos becerros que han construido? ¿A quién dicen que le dan la gloria? A nuestro amado Señor Jesucristo. Ellos creen que él fue a la cruz para que ellos construyeran becerros de oro.

Pero como esto no se trata de juzgar para condenarlos cosa que le corresponde al Señor, sino de aprender. La pregunta para nosotros es: ¿Qué estamos esperando recibir de parte de Dios como consecuencia de vivir en su presencia?

Alguna vez por predicar este evangelio alguien me dijo que yo era un pastor pobre, sin visión, conformista, resignado, y que a él no le interesaba esa clase de Evangelio.

Entonces le contesté que él tenía razón, que yo no anhelaba ser millonario, ni el predicador más grande, ni tener la iglesia más grande, ni ser famoso o poderoso… Lo que yo anhelaba era ser un hombre de bien, un hombre correcto, un hombre verás, un hombre cuyas palabras fueran de bendición a quienes las escucharan, un hombre cuyo testimonio motivará a otros a ser lo que yo quería ser: Es decir perfectos en todo sentido, buenos hijos, buenos hermanos, buenos esposos, buenos padres, buenos hombres en medio de esta sociedad perversa…

Es decir: Le dije. Yo solo quiero ser como Jesús, el cual jamás se equivocó, jamás tuvo que pedir disculpas, siempre cumplió su palabra, que además tenía una sabiduría espectacular que le permitía juzgar de manera adecuada a los hombres para poderlos ayudar… Si, yo sólo quiero ser como Jesús, le dije. Él se quedó callado unos momentos y luego me dijo…. “Usted es mucho pero mucho más ambicioso que yo”

Y ciertamente en el mundo podemos ver que las riquezas han corrompido a muchos, es decir tienen absolutamente todo, y todos los pecados también… Por qué no les interesa en lo más mínimo ser como Jesús, ya que creen qué sus vidas dependen de lo que tienen y no de lo que ellos son.

La codicia es algo muy engañoso, muy fuerte y muy común, tanto que no se ve como algo malo, y por esto cuando se enseña esto, muchos al preguntarles qué es lo que desean, contestan que ambas cosas. Quieren ser como Jesús, pero también quieren ser millonarios o famosos o poderosos…

Si ustedes han estado en estas iglesias de la prosperidad, notarán que no sólo se habla mucho del dinero, sino que los ejemplos son Abraham que era inmensamente rico, o David, o como Dios restauró y enriqueció a Job, pero poco se habla de la vida financiera de Jesús.

Tampoco se habla de la vida financiera de los discípulos, porque ninguno de los discípulos de Jesús se hizo millonario por seguirlo… Todo lo contrario; perdieron hasta la vida por hacer la voluntad de Dios, pero ganaron muchísimo más por haber servido al Señor.

La pregunta es: ¿Queremos vivir en la presencia de Dios para conocer lo maravilloso y espectacular que es Dios… O queremos vivir en la presencia de los ídolos, de los becerros que rogamos a Dios que nos permita construir?

Algunos al escuchar estas cosas piensan que el deseo de Dios es que todos los cristianos sean pobres. No, Dios no desea que todos los cristianos sean pobres y tampoco desea que todos los cristianos sean ricos.

Lo que Dios desea es que sus hijos deseemos de todo corazón vivir en su presencia… Y él se encargará de lo que cada uno necesitemos para vivir, de acuerdo al plan que tenga para cada uno de nosotros, donde lo más importante es que a través de hacer su voluntad lo conozcamos cada día más, y ayudemos a otros a conocerlo.

De hecho consta en la escritura que cuando Salomón pidió sabiduría para vivir y gobernar de acuerdo a los deseos de Dios, La respuesta de Dios fue…

1 Reyes 3:11 al 13 Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, 12he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. 13Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.

Le dio la sabiduría que pidió, pero además de esto le dio muchísimas riquezas, para que en esa posición de grandeza pudiese compartir de Dios a otras personas.

Pero si nos preguntamos: ¿Cómo obtuvo el pueblo de Israel el oro con el cual hizo su becerro? La escritura nos cuenta que Dios le dijo a Moisés, cuando le mandó a liberar al pueblo de la esclavitud en Egipto:

Éxodo 3:19–22 Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte. 20Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir. 21Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías; 22sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto.

Y así sucedió:

Éxodo 12:35–36 E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro, y vestidos. 36Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios.

El pueblo de Israel se hizo rico al obedecer a Dios, el problema es que con esto que Dios les dio … Cuando el pueblo al ver que Moisés se demoraba le pidió Aaron que les hiciera un ídolo, la respuesta de Aaron fue:

Éxodo 32:2–4 Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. 3Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; 4y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.

Dos cosas muy importantes veo aquí. La primera es que el mismo Aaron, el sacerdote el que debía cuidar que el camino del pueblo fuera el camino correcto, es el que les complace y les construye el becerro de oro. La escritura dice:

Oseas 4:6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento….

Las personas no pueden disfrutar del amor de Dios, de la verdadera bendición que Dios tiene para ellos porque les falta conocimiento. Y muchas veces los encargados de dar este conocimiento son precisamente los que tuercen al pueblo.

Por qué tristemente hay muchos hombres llamados hombres de Dios, pastores que en lugar de enseñar lo correcto están enseñando cosas completamente opuestas a lo que es la voluntad de Dios… Y de esto también nos advierte la escritura, de los falsos apóstoles y maestros.

Lo segundo que veo en este pasaje es que aquellas cosas que el mismo Dios nos da, porque cómo leímos El es el que en realidad da a todos todas las cosas, esas cosas recibidas de Dios si no cuidamos nuestro corazón, las podemos convertir en nuestro becerro de oro.

Y esas cosas que convertimos en nuestro becerro de oro, dañarán nuestra relación con Dios, nos alejarán de él, nos volverán cada vez más incrédulos… Y en el caso de Salomón podemos ver qué pasó lo mismo, pues la escritura nos cuenta que gracias a la sabiduría y a la inmensa riqueza que Dios le dio:

1º Reyes 11:3–8 Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. 4Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. 5Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. 7Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. 8Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.

La pregunta para cada uno de nosotros es: ¿Acaso hemos construido becerros de oro con aquellas cosas que Dios nos ha dado para que hagamos su voluntad?

También puede ser posible que no tengamos los becerros todavía pero anhelamos construirlo lo cual nos aleja de Dios, lo cual nos impide vivir en su presencia.

Un becerro de oro es aquel que me da la esperanza de una buena vida, del cual depende mi gozo, mi alegría, mi bienestar… Un becerro de oro puede ser el esposo o la esposa, los hijos, el negocio, la profesión o cualquier cosa que haga que depositemos nuestra confianza en ellos, y no confiemos verdaderamente en Dios.

Recuerdan que leímos que la escritura dice que el pueblo puede destruido porque le faltó conocimiento… El texto completo dice:

Oseas 4:6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento…. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

La razón por la cual nos falta conocimiento no es porque no haya la oportunidad de conocerlo. Aún estando en una iglesia torcida Dios nos puede guiar a salir de ella y a buscar el verdadero conocimiento de Dios… El problema es que muchas veces desechamos la oportunidad que Dios nos da de conocer, precisamente por estar aferrados y no querer soltar nuestros ídolos.

Y entonces la pregunta final es: ¿Queremos estar en la presencia de Dios o queremos vivir en la presencia de algún ídolo?

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