SON POCOS LOS QUE SE SALVAN – PARTE 1
I. INTRODUCCIÓN
Lucas 13:22 al 24 Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén. 23Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: 24Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
Al leer esto lo primero que pienso es; ¿qué clase de persona es la que pregunta esto? Y creo que lo más seguro es que sea una persona que lleva tiempo pensando o relacionándose con Dios, porque en el mundo esa pregunta creo que prácticamente nadie se la hace. Es más: Cómo cristianos ustedes se han hecho alguna vez esta pregunta… ¿Serán pocos los que se salvan?
Quien pregunta algo como esto creo que debe tener una cierta idea de lo que pasó en el paraíso. Y lo que la escritura nos cuenta es que después de crear los cielos y la tierra Dios, creó al hombre para que éste creyendo en El, disfrutara de una vida maravillosa teniendo a su alcance toda la provisión necesaria, para cumplir con el mandato de multiplicarse, de señorear sobre la tierra. La vida del hombre en ese entonces podía llegar con facilidad a los 1.000 años, pero tenía la posibilidad de comer del árbol de la vida y vivir para siempre sobre la tierra.
No hay duda que la vida del hombre en el paraíso tenía todo lo que los hombres sueñan… Vivir eternamente, con la provisión necesaria para multiplicarse y ser los señores de la tierra.
Pero el hombre y su mujer sin una razón válida desconfiaron de Dios, le desobedecieron y tomaron su propio camino.
Por supuesto fueron muchísimas las cosas que perdieron por causa de su desconfianza, y esta pérdida es la consecuencia de qué el mundo esté como está, pues la tierra fue maldita por causa del pecado del hombre, y más grave aún, el hombre cambió su paternidad por una paternidad maligna, corrompida, degradada, altiva y rebelde, que hace que el hombre viva de manera insaciable, lo cual lo convierte en esclavo de Satanás el cual usa el mundo para esclavizarlo y controlarlo.
Hay muchísimas cosas que faltaría mencionar para hacer un cuadro completo de la realidad del hombre sobre la tierra después del pecado, pero esto es suficiente para lo que quiero que veamos hoy.
La escritura nos cuenta que cuando Dios confronta al hombre con su pecado, allí mismo en su gran misericordia le hace una promesa de salvación, que dice:
Génesis 3:15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
El Señor está hablando a Satanás, y le dice que la mujer, la cual aunque puede representar a la iglesia, la esposa del Cordero, es más preciso que representa a la virgen María ya que a través de ella viene la simiente que es Cristo, el cual destruirá el imperio de Satanás para liberar al hombre y poder otorgarle salvación.
La salvación por fe es un asunto que debería ser muy fácil de entender, puesto que la falta de fe hizo que el hombre se alejara de Dios, por lo tanto la solución es que el hombre vuelva a confiar en Dios.
Eso en otras palabras quiere decir que: Los que se salvan son aquellos que Dios escoge porque han decidido confiar en El. Ahora; este proceso de selección ha estado vigente prácticamente desde el comienzo… Pero el hombre ha insistido en vivir a su manera, y cuando el hombre no tiene en cuenta Dios es inevitable que el hombre se corrompa en extremo, y eso fue lo que pasó en aquella época, la escritura dice:
Génesis 6:5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
La descripción de este texto es aterradora, el hombre se convirtió en una máquina de hacer maldad de manera continua, y por esta razón Dios tomó la siguiente decisión:
Génesis 6:13-14… Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. 14Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y…
Noe hallo gracia a los ojos de Dios, y podemos entender el por qué, pues la orden que recibió de hacer un arca, que según algunos se demoró como 100 años en construir, era una locura que sólo la confianza en Dios les permitiría concluirla. Es decir la fe, la confianza qué les llevó a obedecer a Dios fue lo que salvó a Noé y su familia, en total ocho personas. Los muchos que se burlaron de la forma de vida y de los propósitos de Noé, murieron.
Si tenemos en cuenta la pregunta del primer texto que leímos, podemos ver que ocho personas son prácticamente nada, con la cantidad de gente que se cree que había en aquella época. Pues según algunos científicos en la época de Noé ya había 2.000 millones de personas.
Ese dato me asombró, porque nunca me había puesto a pensar en cuánta gente habría en aquella época sobre la tierra, pero resulta que si los hombres podían vivir cerca de mil años, tener 50 hijos a lo largo de toda su vida sería poco, si hacemos una progresión donde cada generación se multiplicara solo por 15, en siete generaciones habría sobre la tierra 2.562 millones de personas.
Pero aun sin tomar en cuenta esas cifras, es inevitable pensar que el que se hayan salvado solo ocho personas es una proporción supremamente baja… Y aunque en las siguientes elecciones que Dios hizo la proporción aumento, de todos modos la escritura nos muestra que son pocos los que confían en Dios, le obedecen y son salvados por El.
Uno de los términos que usa la escritura para hablar de los escogidos de Dios, es remanente, y sobre ese remanente es que se hacen promesas de una valiosa, grandísima e infalible salvación.
Lo que voy a leer es la verdad, los arqueólogos cristianos tienen evidencia de que el diluvio fue una realidad. El arca ha sido encontrada en los montes de Turquía, pero así como la gente no ha querido confiar en Dios, tampoco quiere creer en los juicios de Dios, sin embargo la verdad es:
Génesis 7:11 al 14, 16 El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, 12y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. 13En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca; 14ellos, y todos los animales silvestres según sus especies…., 16como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.
Es posible que una de las razones por las cuales la gente no quiere aceptar esta verdad, es porque una decisión como esta, de acabar con 2.000 millones de personas por causa de su maldad no parece dar una buena imagen de Dios.
Sin embargo cuándo vemos las profecías bíblicas, vemos que el hombre por causa de su maldad tomará decisiones que los llevarán al exterminio. Actualmente la situación con Rusia se está complicando pues Putin ya está diciendo que la guerra no es sólo contra Ucrania, sino con la Unión Europea y los Americanos, y está amenazando con defenderse con armas nucleares.
Sin embargo lo cierto es que el hombre apunta a su total destrucción, la cual ocurriría inevitablemente si no fuera porque Dios de manera milagrosa salvará a la tercera parte de la humanidad.
Entendiendo esto, lo más sensato es pensar que si Dios no hubiera destruido el mundo de aquella época, por causa de la maldad tan grande ni siquiera nosotros existiríamos, porque la maldad del hombre hubiera acabado con la humanidad hace rato. En otras palabras,ese juicio nos ha dado la oportunidad de llegar a ser hoy los 8.000 millones de personas que estamos en el mundo.
Es decir no sólo fue un juicio de Dios por la incredulidad del hombre, también fue una nueva oportunidad para que el hombre por fin decida confiar en Dios.
Efectivamente los hombres continuaron reproduciéndose y la tierra fue nuevamente poblada, pero nuevamente los hombres vivieron en completa incredulidad, y como existía la promesa de no volver a destruir al hombre como lo había hecho en el diluvio, Dios para dar una nueva oportunidad de qué los hombres creyeran en él, escoge nuevamente a un hombre y a su descendencia… Ese hombre del que hemos estado estudiando es Abraham.
Abraham vimos que gracias a su fe fue justificado por Dios, es decir obtuvo la salvación. Luego tuvo la descendencia de la cual surgió el pueblo de Israel, las 12 tribus, las cuales también por su incredulidad terminaron esclavas en Egipto. De allí el Señor al oír su clamor los libra, los lleva rumbo a la tierra prometida, pero en el camino en el desierto fue tal su incredulidad que construyeron un becerro de oro para adorarlo, diciendo que él era el que los había librado…
Por causa de este rechazo a confiar en Dios, Dios hace una nueva selección de los que quiere que estén con él, y para esto los prueba a través de un mandato para que aquellos que confíen lo suficiente en Dios y obedezcan sean elegidos. La escritura nos cuenta:
Éxodo 32:26 al 29 se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví. 27Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. 28Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres. 29Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros.
Esto nos puede parecer otra locura parecida a la del diluvio, más lo correcto es que entendamos la importancia de la confianza en Dios. Pero ojo, esta confianza en Dios no puede ser valorada correctamente si no entendemos que el hombre es un ser eterno, y qué lo que está viviendo aquí en la tierra es algo infinitamente corto con lo que vivirá en la eternidad, y sólo la fe definirá la clase de eternidad que cada uno recibirá… Unos salvación eterna y otros condenación eterna.
¿Qué es lo que nos narra el pasaje? El pasaje nos dice que los que decidieron confiar en Dios que se hicieron allí con Moisés, luego tuvieron que pasar por todo el campamento para matar a todos los amigos, familiares y conocidos que no quisieron servir a Dios.
Eso quiere decir que si de una familia sólo uno o dos quisieron servir a Dios, luego tuvieron que volver a matar a sus familiares que no quisieron servir a Dios.
¿Verdad que suena terrible? Pero lo terrible que nos parece debe llevarnos nuevamente a ver la importancia de la fe. Los que tuvieron fe fueron escogidos para estar con el Señor, y los que no tuvieron fe algunos de ellos murieron.
A la pregunta: ¿Por qué no todos los que no confiaron murieron? Pues la respuesta a esta pregunta nos da otra importantísima lección, pues solamente murieron los conocidos de los que si tuvieron fe, y la razón de qué esto fuera así, es que cuando el Señor le pregunta a Aaron que por que construyó el becerro él responde que el pueblo lo influenció.
Si nos preguntamos qué tipo de personas pueden afectar nuestra fe, qué tipo de personas pueden motivarnos o desmotivarnos a seguir con Dios. La respuesta es, que no son los desconocidos los que nos motivan o nos desmotivan, sino precisamente los conocidos, las personas que más amamos pueden ser las personas que más insistan en que no sigamos a Dios, y es por esta razón que Dios a aquellos que querían verdaderamente servirle les pidió que se consagraran, separándose por completo de aquellos que no querían servir a Dios, que los podrían influenciar.
Esta misma lección o la importancia de este principio lo leemos bajo el Nuevo Pacto cuando dice:
2 Corintios 6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
Y por la desobediencia a este mandato es que hay muchos cristianos mediocres, tibios, que dicen creer en Dios pero que por andar con compañías que no los motivan, sino que los desmotivan a andar con Dios, es que su vida espiritual no progresa como debiera.
Y entonces el Señor lo que hizo allí en el desierto fue; vengan a mí los que creen en mí y sepárense por completo de los que no creen en mí, para que no los influencien a dudar de mí.
Así es de que si nuestra vida cristiana no es lo maravillosa que Dios ofrece, revisemos qué clase de compañerismo, qué clase de amigos y en qué clase de actividades andamos que no nos dejan confiar verdaderamente en Dios… Y por supuesto tomemos la decisión de alejarnos de ellos, o no creceremos espiritualmente como Dios lo desea.
Después de escoger a la tribu de Levy y a su descendencia para que sirvieran al Señor, el Señor hace una nueva selección cuando al pasar el tiempo Dios escoge a David para que sea rey sobre Israel, pero el pueblo se reveló motivado por el hijo del rey, Absalón, y por esta razón David tuvo que salir huyendo para conservar la vida.
Lo que ocurrió en ese momento es que la mayoría de los sacerdotes de la tribu de Levy, aquella tribu que Dios había escogido santificándola al apartarla de toda persona que fuera mala influencia para ellos… Al ocurrir esta rebelión contra el rey que Dios había colocado, estos sacerdotes se dejaron influenciar por Absalón, por el gobierno rebelde y se apartaron de David.
En esta ocasión Dios no pidió la muerte de aquellos que se habían rebelado, pero sí organizó dos clases de servicio haciendo la separación entre los que fueron fieles y los infieles. La escritura nos cuenta:
Ezequiel 44:10 al 11 Y los levitas que se apartaron de mí cuando Israel se alejó de mí, yéndose tras sus ídolos, llevarán su iniquidad. 11Y servirán en mi santuario como porteros a las puertas de la casa y sirvientes en la casa; ellos matarán el holocausto y la víctima para el pueblo, y estarán ante él para servirle.
La rebelión contra David, el apoyo de los sacerdotes al rey rebelde Dios lo toma como una ofensa personal, por eso dice, “que se apartaron de mí” y la razón por la cual lo hicieron es por los ídolos de la comodidad, el bienestar, la prosperidad, gozar del apoyo de los gobernantes, tener una buena vida en el mundo, etc.
Actuaron de esa manera por su falta de confianza en Dios, porque desconfiaron de la protección y provisión de Dios, y por esta razón Dios limita el servicio de estos sacerdotes a porteros, a sirvientes, y a los que sacrificaban el holocausto para el pueblo, es decir; el trabajo permitido a estos hombres era sólo para servir al pueblo.
Esta clase de sacerdotes rebeldes, que no confían, que no dependen de Dios, en realidad representan a los líderes cristianos, pastores, apóstoles, etc. Que al menospreciar el Nuevo Pacto su relación con Dios tiene como prioridad buscar favorecerse de los gobiernos, de los ricos, de los poderosos, para poder según ellos también favorecer a los cristianos materialmente.
Estos son los que han dado origen a ciertas doctrinas extrañas siendo la principal de ellas la doctrina de la prosperidad material, y junto a ella un ataque de apostólitis. Y por todo esto dice Dios que sólo servirán para servir a los hombres. (Eso en el mejor de los casos porque la mayoría terminan saqueando al pueblo)
Matar la víctima para el pueblo era un ritual que daba tranquilidad al pueblo, y puede entenderse hoy como convencer al pueblo de que es la voluntad de Dios, de qué es lo correcto buscar a Dios para obtener prosperidad.
Por eso muchos de ellos al ver que sus riquezas aumentan se sienten amados y bendecidos por Dios… Y no piensan que los más malos del planeta son los que son más ricos, lo cual entonces también implicaría que son los más bendecidos, y no es cierto.
Pero pensar de esa manera es en realidad uno de los grandes pecados del hombre, que por causa de su incredulidad no acepta las palabras de Jesús cuando dijo:
Lucas 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
Éstos al no creer en las palabras de Jesús, piensan precisamente todo lo contrario. Que la vida depende de la cantidad de cosas que logren obtener, y entonces han comenzado a ver a la iglesia como una empresa de Dios, como un negocio, que debe administrarse buscando todo tipo de prosperidad.
Por eso insisten en enseñar la doctrina de la prosperidad, que los cristianos deben ser todos sanos, prósperos, influyentes, importantes, etc. Y buscan, o al menos invitan a sus feligreses a acercarse a recibir la misma unción de prosperidad que ellos tienen, para que sus feligreses disfruten de la misma prosperidad que ellos disfrutan…
Y todo eso ellos lo llaman la bendición de Dios, el verdadero servicio a Dios, pero contrario a lo que ellos piensan Dios dice:
Ezequiel 44:13-14 No se acercarán a mí para servirme como sacerdotes, ni se acercarán a ninguna de mis cosas santas, a mis cosas santísimas, sino que llevarán su vergüenza y las abominaciones que hicieron. 14Les pondré, pues, por guardas encargados de la custodia de la casa, para todo el servicio de ella, y para todo lo que en ella haya de hacerse.
Dios dice que no se acercaran a Él, ni a sus cosas santas, ni santísimas. Podrán realizar los trabajos que la casa necesite, es decir podrán hacer su reuniones, sus alabanzas, sus predicaciones y todas aquellas cosas para ministrar a los hombres, para ayudarle al pueblo a mantener sus ídolos, su prosperidad, su salud, su deseo de hacer su propia voluntad, su anhelo de cumplir sus sueños… Pero no tendrán el privilegio de ministrar a Dios.
Como no podrán tener esa intimidad con Dios no podrán ofrecer las cosas preciosas de Dios, sólo podrán ofrecer el cristianismo humanista, el cristianismo donde hay que ser buen padre, buen empresario, buen hijo, el cristianismo que maneja la psicología, la metafísica, la religiosidad, con sus legalismos, sus manipulaciones, su presión sobre los feligreses para obtener resultados que se puedan contar.
En fin un cristianismo cuyos valores y objetivos son prácticamente los mismos que el mundo tiene, donde la única diferencia con el mundo es que le piden ayuda a Dios para lograr sus objetivos.
Ahora: Cuando esta rebelión contra David ocurrió hubo un grupo de sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que fueron fieles al Señor y como consecuencia al rey escogido por Dios, que no se aliaron al mundo ni a sus objetivos, sino que escogieron vivir perseguidos, posiblemente en escasez, sin comodidades… Y Dios dijo que estos sacerdotes que por su fe fueron fieles tendrán el privilegio de servirle a Él. Dice la escritura:
Ezequiel 44:15-16 Mas los sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que guardaron el ordenamiento del santuario cuando los hijos de Israel se apartaron de mí, ellos se acercarán para ministrar ante mí, y delante de mí estarán para ofrecerme la grosura y la sangre, dice Jehová el Señor. 16Ellos entrarán en mi santuario, y se acercarán a mi mesa para servirme, y guardarán mis ordenanzas.
Una cosa era estar en el atrio exterior atendiendo a los hombres, de porteros y sirvientes, aún sacrificando el holocausto para el pueblo. Otra cosa muy diferente era, entrar en el santuario y sentarse en la mesa con el Señor. Y este privilegio fue dado solo a aquellos que por haber creído fueron fieles. Los muchos podrán servir a los hombres, pero solo los pocos, los fieles podrán servir a Dios.
Aquí es importante tener muy claro que los muchos no entenderán la diferencia entre servir a los hombres o a Dios, los pocos si entenderán la enorme diferencia entre servir a los hombres y servir a Dios.
También hay una notable diferencia en la forma como los muchos sirven a los hombres y como los pocos sirven a Dios. La escritura dice de los pocos:
Ezequiel 44:17 al 18 Y cuando entren por las puertas del atrio interior, se vestirán vestiduras de lino; no llevarán sobre ellos cosa de lana, cuando ministren en las puertas del atrio interior y dentro de la casa. 18Turbantes de lino tendrán sobre sus cabezas, y calzoncillos de lino sobre sus lomos; no se ceñirán cosa que los haga sudar.
Los que sirven a Dios no deben sudar, los que sirven a los hombres si sudaran: ¿Qué significa esto? Que los que realmente sirven a Dios sabiéndose perdonados y aceptados completamente por Dios, viven la vida en el Espíritu y no en la carne, y por eso su servicio a Dios está exento de preocupación, angustia, temor, ambición, y todas aquellas actitudes que hacen sudar, que implican esfuerzo personal y por lo tanto afán, preocupación, y sufrimiento para el hombre.
Y por supuesto la pregunta más importante frente a esto es: ¿A quien estamos sirviendo nosotros, a los hombres… O a a Dios?
¿Nos relacionamos de manera continua con Dios llenos de peticiones, llenos de afán, preocupación, deseos incumplidos… O estamos haciendo la voluntad de Dios confiando plenamente en su soberanía, en que las cosas están en su mano, y él hará cada cosa como él ve que es mejor para nosotros, y por lo tanto descansamos, tenemos paz, tenemos gozo porque sabemos que nuestra vida está en manos del todopoderoso?
Aunque ambos pueden parecer estar haciendo las mismas cosas, la enorme diferencia está en la confianza en Dios… Por eso a quienes les falta fe, viven con los mismos afanes de la gente del mundo, mientras que los que confían en Dios disfrutan de la paz y el gozo que sólo Dios puede dar.
Y es tan grande la diferencia entre los unos y los otros que el Señor continúa diciéndoles:
Ezequiel 44:19 Cuando salgan al atrio exterior, al atrio de afuera, al pueblo, se quitarán las vestiduras con que ministraron, y las dejarán en las cámaras del santuario, y se vestirán de otros vestidos, para no santificar al pueblo con sus vestiduras.
Puede parecer extraño que el Señor diga que no debían salir con sus vestiduras para no santificar al pueblo, que debían cambiarlas… Es como si dijéramos que lo que en el secreto nos ha enseñado Dios, sus cosas preciosas, no debemos enseñarlas a los otros… Y eso es precisamente lo que nos confirma la escritura bajo el Nuevo Pacto pues podemos leer:
Mateo 7:6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
Al decir el Señor Jesús eso se refería a aquellas verdades que se conocen en la intimidad con Dios, que no pueden ser compartidas por todo el mundo, que sólo pueden ser entendidas cuando hay fe suficiente, para entender otras verdades que nos permiten entender esas verdades más profundas y creerlas de todo corazón.
Por ejemplo, cuando hablamos de la absoluta soberanía de Dios los incrédulos se rasgan las vestiduras porque no pueden entender qué pase lo que pase en el mundo, no pueden entender porque hay maldad si Dios tiene el control, y no pueden creer que al final el plan de Dios se concluira a la perfección.
Mientras que el cristiano que vive para Dios, si puede entender y confiar en la soberanía de Dios y por eso puede aprender todavía más de lo que pasa su alrededor, mientras que continúa haciendo la voluntad de Dios.
Cuando hablamos de la absoluta justicia de Dios, donde El enseña que él no se ha equivocado con absolutamente ninguna persona sobre la tierra, es decir que a la hora de la verdad ninguna persona ha sido tratada con injusticia porque lo que Dios pretende salvarlos… Los incrédulos y los que sirven a los hombres tampoco pueden entender esta preciosa verdad, porque por su falta de fe no saben evaluar de manera correcta lo que Dios está haciendo.
Lo vimos en el estudio anterior. La falta de fe en Dios embrutece… mientras que la verdadera fe nos permite entender…
Hebreos 11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
El pasaje continúa hablando de qué aquellos que verdaderamente sirven a Dios pueden enseñar cuál es verdaderamente la voluntad de Dios. dice así:
Ezequiel 44:23 Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio.
El encargo que estos hombres de Dios tienen, es enseñar a hacer todo de acuerdo a la voluntad de Dios, que en otras palabras quiere decir llevar al pueblo a confiar y a depender verdaderamente de Dios. Porque saben que sólo la confianza en Dios hará posible vivir una vida completamente diferente manifestando el fruto del Espíritu Santo.
También tiene la capacidad como lo haría el Señor…
Ezequiel 44:24 En los casos de pleito ellos estarán para juzgar; conforme a mis juicios juzgarán;
El encargo que estos hombres de Dios tienen es enseñar a los hombres a entender los tratos de Dios, a discernir porque Dios les da o no les da, los disciplina o los premia, los consciente o los exhorta, para que los hombres puedan crecer en el conocimiento y en la fe de su Señor.
Cuando hay problemas estos tienen la capacidad de ver dónde realmente está el problema, porque han entendido que el problema siempre es el pecado que se produce por la falta de confianza en Dios.
Y por último estos hombres tienen una recompensa muy especial y diferente de la de los demás
Ezequiel 44:28 Y habrá para ellos heredad; yo seré su heredad, pero no les daréis posesión en Israel; yo soy su posesión.
En aquella época ellos no recibirían tierras, ni poseciones porque no tendrían tiempo de trabajarlas, Dios estipuló que el pueblo debía sostener a estos sacerdotes. Y cuando vamos al nuevo pacto vemos que el Señor sigue siendo la heredad de los que realmente le sirven a él, pues la escritura dice:
2 Corintios 4:7; Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros… Colosenses 1:27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
LA ELECCIÓN DE HOY
¿Cómo se hace la selección o la elección hoy en día? Faltan otras dos selecciones más, una será la de la gran tribulación y otra la del milenio, pero la que Dios hace en este tiempo presente es la que nos muestra este pasaje:
Lucas 13: 23 al 27. Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien preguntó: -Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: 24Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. 25Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. 26Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 27Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad.
Hay varias cosas que podemos aprender de este pasaje acerca de la selección de hoy en día.
Ante la pregunta Jesús contesta; “Esforzaos” porque muchos procurarán entrar y no podrán entrar.
¿Qué significa esforzarnos y respecto de qué o en que nos debemos esforzar para poder entrar?
Si tenemos en cuenta que a través de toda la historia de la humanidad lo único que puede relacionar al hombre adecuadamente con Dios es la confianza en Dios… Es fácil entender que en lo que debemos esforzarnos es en confiar en Dios. Esto lo confirma el siguiente pasaje que muestra lo inútil de las obras para acercarse a Dios. Por supuesto obras que no proceden de fe. dice así:
Gálatas 3:10-11 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
Definitivamente, no hay duda, el hombre no puede entrar al reino de Dios por medio de las obras, porque la exigencia es tan, tan alta que nadie jamás podría lograrlo. Pero también aclara el apóstol que la clave es como hemos visto en estas últimas semanas, la fe.
Eso quiere decir que debemos entender que Jesús pidió esforzarnos en la fe. Ya que la fe es el único método válido para poder entrar al reino de Dios. Si volvemos al pasaje, lo que ellos dicen después de ser rechazados:
Lucas 13: 26-27 Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 27Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad.
Podemos ver que estos hombres estuvieron con él, participaron de actividades con él, escucharon sus enseñanzas, pero sí lo único que nos posibilita entrar al reino de Dios es la fe y estos hombres fueron rechazados, es porque hicieron estas cosas sin fe, o sin verdadera fe.
Hoy una persona puede ir a una iglesia, puede participar de las actividades de la iglesia, puede oír todas las enseñanzas que se dan en la iglesia, puede además ser una muy buena persona, una persona respetuosa, culta, generosa, pero todas esas cosas pueden ser hechas sin confiar en Dios, todas esas cosas pueden ser hechas por el poder de la carne, por aquello de creerse bueno, por aquel buscar aceptación, aún por tratar de ganarse el cielo con su comportamiento, pero no será válido ya que la única puerta de entrada a la presencia de Dios es la fe.
Y si nos preguntamos: ¿Cómo es posible que hoy anden metidos en las iglesias pero no crean en él?
La respuesta es; que arrepentirse de no creer en Dios o de no creer lo suficiente en Dios, es de las cosas más difíciles de lograr.
La gente puede arrepentirse de muchas cosas, y aún puede llegar a hacerlo con relativa facilidad. Algunos se arrepienten de no haberse casado, otros se arrepienten de haberse casado, otros de no haber aprovechado el tiempo cuando eran estudiantes, otros se arrepienten de haber sido tan parranderos, y aún podemos encontrar gente que es capaz de arrepentirse de no haber hecho más maldad en su vida.
Es decir; lo que trato de comunicar es que la gente con una buena exhortación o un buen discurso es capaz de arrepentirse de su comportamiento, son capaces de arrepentirse de no haber sido buenos padres, de no haber sido buenos hijos, empleados, jefes. Pero una cosa es arrepentirse de haber sido malo, y otra cosa muy diferente es arrepentirse de no haber confiado en el Señor.
Yo creo que esto es similar lo que pasan algunos matrimonios donde ella continuamente se queja del comportamiento de su marido. El de tanto oir las quejas decide cambiar su comportamiento, pero pasa el tiempo y ella sigue quejándose tal vez por cosas más insignificantes, pero sigue quejándose.
Y entonces llega un momento donde el desesperado le dice: ¿Qué más quieres que haga? Es decir; el esta esperando que le den una lista de las cosas que tiene que hacer, o que tiene que darle a su mujer para que ella esté contenta en su matrimonio… Y aún si ella le diera una lista de cosas por hacer, la situación no mejoraría: ¿Por qué?
Porque mucho más allá de una lista de cosas que el hombre deba cumplir con su mujer, ella necesita sentirse amada por él. Cuando una mujer se siente verdaderamente amada por su esposo no tiene lista de cosas que su marido deba cumplir, porque sabe que si su marido verdaderamente la ama, sin que le exija la tratará de manera que ella se sentirá agradada.
Lo que quiere ver Dios en nosotros no solo es que cambiamos nuestro comportamiento y nos volvamos buenos, Dios quiere que confiemos en el. El objetivo de Dios no es darnos una lista de cosas para que cumplamos con ellas… El objetivo es que confiemos en él, y por supuesto cuando confiamos en él haremos las cosas que a él le agradan.
Pero allí precisamente está el problema, el hombre puede ver cómo malas muchas cosas, pero el hombre no ha entendido la inmensa maldad que implica no confiar en Dios, y por eso trata de mejorar en todas aquellas cosas en que sabe que está mal, y trata de obtener las cosas que cree que harán su vida feliz, pero no se ocupa en aprender a confiar cada vez más en Dios.
Sin embargo cuando uno les pregunta respecto de sí confían o no en Dios, rápidamente contestan que sí. Pero la escritura al describir la fe dice:
Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Y si tú les preguntas: ¿Tú tienes certeza de lo que Dios ha prometido? O se quedan mudos, o contestan cosas como por ejemplo; Dios quiere que yo tenga una linda familia, Dios quiere que vivamos bien, etc.
Y uno podría entonces preguntarles: Si Dios quiere que uno tenga una linda familia, y que vivan bien, porque Jesús dijo:
Mateo 10:34 al 36 No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. 35Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36y los enemigos del hombre serán los de su casa.
Y Jesús precisamente lo dijo porque ellos pensaban que él venía a traer paz, bienestar, prosperidad, pero para ayudarles a entrar al reino de los cielos les aclaró, que ese no era su verdadero propósito.
Recuerdan, lo vimos… Los que insisten en que Dios quiere darnos todas esas cosas fueron los sacerdotes que se rebelaron porque pensaban que sí se iban con David, el asunto iba a ser complicado, pero sí se quedan con el rey a Absalón iban a gozar de bienestar.
A esos sacerdotes Dios los llamo idólatras, promotores y cómplices del pecado del pueblo, pues en lugar de ser fieles y aprender a confiar y enseñar a confiar al pueblo, prefirieron cuidar sus cosas que hacer la voluntad de Dios.
Contrario a eso Jesús vino a expresarnos su voluntad, y si confiamos en él seremos capaces de hacer su voluntad aun a costa del trabajo, de la salud, del bienestar, de la familia y de cualquier cosa que quiera interponerse entre nosotros y la voluntad de Dios.
Es importante que entendamos qué es muchísimo más fácil portarse bien que confiar en Dios.
Es por eso que Jesús les dijo:
Lucas 13:24 Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán
También por eso es que Jesús alabó grandemente el trabajo hecho por Juan el bautista, el cual le decía a la gente que se acercaba a él:
Mateo 3:7 al 10 ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
¿Buscando qué? Buscando erradicar esa falsa fe de muchísimos que dicen creer en Dios pero no confían en lo que él ha dicho, y por lo tanto no lo tienen en cuenta a la hora de vivir. Por eso les insiste en que se deben portar como verdaderos creyentes y no escudarse en ser hijos de Abraham o pertenecer a alguna iglesias, denominación o religión.
Aún como cristianos es casi seguro que nos falta reconocer como un verdadero acto de maldad no confiar con una fe absoluta y sin pizca de duda.
Es decir nos la pasamos dudando de Dios, y en lugar de pedir perdón por esa falta de fe y pedir ayuda para que la fe crezca y sea fortalecida, oramos para qué Dios cambie las situaciones que nos hacen sufrir, precisamente por no confiar en Dios.
Cada vez que algo nos preocupe y oremos para que Dios arregle la situación, sin primero haber pedido perdón por nuestra incredulidad, hacer eso es evidencia de que nos falta arrepentirnos de nuestro pecado de incredulidad y de nuestro apego a las cosas del mundo.
Lo correcto ante una situación que nos produce angustia, o temor, o estrés, como queramos llamar el pecado, es clamar y suplicar a Dios para que Dios nos limpie del pecado de la incredulidad.
Y por supuesto después de haber orado así, es bueno prepararse porque seguramente vendrán situaciones más difíciles para poder limpiarnos del pecado de la incredulidad.
Creo que la pregunta importante para definir cómo está nuestra fe en Dios debe ser: ¿Queremos ser buenos buenos hombres o queremos vivir confiando en Dios?
En otro de los evangelios encontramos que dice:
Mateo 7:13 al 14 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Y aquí no se habla de la puerta estrecha como si fuera difícil entrar en ella, se habla de que hay muchos caminos que llevan a la puerta ancha que termina en la perdición, y que contrario a esto la puerta estrecha es el camino angosto que es necesario seguir para recibir la vida. Y son pocos los que lo hayan.
Ser bueno implica hacer muchas cosas, tener muchos proyectos, tener muchos sueños, pero confiar en Dios sólo significa vivir día a día confiando y como consecuencia obedeciéndole.
¿Qué es necesario para que los hombres entiendan la importancia de esta verdad?….