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¿Y EL PECADO DE LOS DEMÁS QUE? – PARTE 2

I. INTRODUCCIÓN

La semana pasada vinos acerca de la primera prohibición que Dios hizo al hombre. Cuyo incumplimiento dio origen al primer pecado, pecado que ha afectado gravemente la vida de todos los seres humanos en la tierra, no sólo por las consecuencias del juicio de Dios sobre el hombre y la tierra, sino porque todavía los hombres al seguir cometiendo este pecado, han seguido recibiendo las malas consecuencias. El mandato es:

Génesis 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

A pesar de la clara advertencia, el hombre desobedeció porque desconfío; del amor, de la bondad, de la sabiduría y el poder de Dios… Y aunque Adán y Eva, al igual que todos nosotros siempre fueron libres y responsables de las decisiones que tomaron, ellos, decidieron creer en las palabras de Satanás, quien fue el que los motivó a desobedecer a Dios.

Hoy en día en lo básico cuando los hombres cometemos este pecado, lo hacemos por las mismas razones. Lo hacemos porque desconfiamos de las instrucciones que Dios nos ha dado en su palabra, y porque tampoco confiamos en la vida que él ha planeado para nosotros…

Y entonces tomamos la única opción que nos queda, que es comer del árbol, porque confiamos en que lo que el mundo dice que es la vida, es lo correcto, y por eso nos ajustamos a los objetivos y a los métodos que el mundo enseña para lograrlos.

Pero si pensamos bien en este asunto, es absurdo que desconfiemos en el plan que Dios tiene para nosotros. ¿Por qué? Porque él nos creó, el nos conoce, él sabe lo que realmente necesitamos.

Alguien hizo el comentario de que Dios no nos hizo en serie sino en serio. Dando entender que cada uno de nosotros es diferente, y por esa razón es que el plan que Dios tiene para nosotros, aunque puede tener algunas cosas en común, de todos modos es diferente para cada ser humano. Entendiendo esto es que el rey David dijo lo siguiente:

Salmo 139:16 Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.

Esto quiere decir que Dios a cada uno de nosotros nos dotó con dones, talentos, y habilidades diferentes, así como nos colocó en diferentes familias, en diferentes tiempos, en diferentes lugares, porque como ya mencioné él tiene un plan diferente, una vida diferente para cada uno de nosotros.

Pero aquí viene la parte que menos nos gusta a los hombres, y es que como Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, entonces no podemos hacer con nuestra vida lo que nos venga en gana, sino que debemos ajustarnos a ese plan. Esto el profeta Jeremías lo expresó de la siguiente manera:

Jeremías 10:23 Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.

Dice que nosotros no mandamos sobre nuestros caminos, y que aún cuando vamos en cierta dirección, es Dios quien organiza las cosas para nosotros. Y no es el único pasaje que enseñar esto también podemos leer que la escritura dice:

Salmo 37:23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino


Ahora: ¿Si nos preguntamos porque esto parece terrible a la mayoría de los hombres? La respuesta es; porque no creen que el plan de Dios sea como él dice “Bueno en gran manera”.

Y es a esto a lo que me refiero cuando digo que los hombres siguen comiendo del árbol de la ciencia del bien y del mal… Pues por confiar en lo que el mundo enseña, los hombres rechazan el plan de Dios, ignorando que el plan que Dios tiene es tan espectacular, que es imposible mejorarlo.

Siendo esto cierto la pregunta importante es: ¿Como hacemos para vivir esa vida maravillosa que Dios planeó para cada uno de nosotros? Y la respuesta es la misma que hemos oído prácticamente a través de toda nuestra vida cristiana… Haciendo la voluntad de Dios.

Y si haciendo la voluntad de Dios vivimos lo que Dios planeó para nosotros, esto también quiere decir qué cada vez que cometemos un pecado, cada vez que no hacemos su voluntad, nos desviamos del plan de Dios.

Sin embargo es tal la paciencia y la misericordia de Dios, que si nos arrepentimos y cambiamos de actitud entonces volvemos a encaminarnos en el plan que él tiene para nosotros. Pero hay que tener mucho cuidado con esto que acabo de decir, porque algunos piensan no hay problema de caer en pecado porque pido perdón y empato.

Pero no es tan sencillo porque la verdad es; que cada vez que nos salimos del camino, ocurren pérdidas en nuestra vida que no se pueden recuperar.

Para enseñar esto acostumbro a decir: ¿Si usted se corta una mano Dios lo perdona? La respuesta es sí, claro, si usted se arrepiente Dios lo perdona, pero la mano no le vuelve a crecer.

Otra forma de entender esto es teniendo en cuenta que el tiempo no se detiene, tampoco se puede ahorrar ni estirar. Por lo tanto el tiempo perdido, perdido es, y no se puede recuperar. Y entonces lo que Dios planeó hacer con tu vida en 40 años no lo puede hacer en 20.

Y si tenemos claro que lo más importante del plan para nosotros es conocer a Dios… El tiempo que pasamos viviendo la vida sin conocer a Dios, implica una gran pérdida para nosotros, por qué es el conocimiento de Dios y sólo el conocimiento de Dios, el que nos da el poder para vivir una vida sobrenatural.

Preguntémonos: ¿Qué es lo que hace que algunos cristianos ya no se preocupen por nada? O ¿Qué es lo que hace que haya cristianos que ya no se salen de las casillas, qué no se ponen de mal genio, que no pierden el control, que nunca son groseros, que siempre tienen paciencia, qué siempre son veraces, honestos, cumplidos, que andan gozosos todo el tiempo y experimentan una paz que sobrepasa todo entendimiento? Eso sólo es posible conociendo verdaderamente a Dios, y es por eso que el tiempo que perdemos sin conocerlo es valiosísimo.

Ya he repetido bastantes veces, qué a Dios lo conocemos a través de la obediencia a sus mandatos, en medio de las diferentes situaciones que Dios coloca a nuestro alrededor. Es decir; a Dios lo conocemos al igual que conocemos a cualquier persona, a través de los tratos que tenemos con estas personas a lo largo de la vida…

Y por esto, para asegurarnos que podamos conocerlo, es que tenemos una promesa que es espectacular la cual dice:

Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

En otras palabras quiere decir que si un hijo de Dios quiere conocer a Dios, absolutamente todas las cosas que le suceden le van a ayudar a obtener ese conocimiento, pero sólo si esta persona ama a Dios, que es igual a decir; que si esta persona hace la voluntad de Dios, que como dice su palabra es buena agradable y perfecta.

Y si usted se pregunta: ¿Por qué las personas pasan por situaciones tan diferentes?… La respuesta es; porque no sólo las personas son diferentes, los planes también lo son. Pero Dios que conoce a la perfección a cada uno, sabe exactamente que organiza para cada uno, de tal manera qué al hacer la voluntad de Dios todo resulte en bendición.

Esto lo pudiéramos resumir diciendo que: Dios es bueno y tiene una buena vida y una buena eternidad para cada uno de nosotros. Y la podemos disfrutar cuando creemos que todas las cosas nos ayudan a bien, y por esta razón hacemos su voluntad, que también siempre es buena para nosotros.

Y entonces aparece Satanás, del cual la escritura dice que es el padre de la mentira. Lo cual es evidente cuando revisamos sus palabras al preguntarle a Eva. Pues le dice así:

Génesis 3:1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?

Comienza haciendo una pregunta mentirosa… Por qué Dios no les había prohibido comer de todo árbol, sino solamente del árbol de la ciencia del bien y del mal. ¿Y Porqué la prohibición? Porque si comían, eso traería la muerte y no hay duda que eso era malo para ellos.

Eva contesta algo que no parece estar bien… Le añade a la prohibición “Ni le tocaréis”. Y entonces Satanás continúa con sus mentiras. Y le dice:

Génesis 3:4–5 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

Satanás contradice por completo lo que Dios había dicho. Diciéndoles que lo que Dios dice que es malo en realidad es bueno. Por esto les asegura que no morirán.

Luego insiste en deformar la buena imagen de Dios diciéndoles qué; Dios sabe que si ellos comen serán bendecidos… Lo cual es otra mentira porque la realidad es que serían enormemente perjudicados. Pero Satanás da a entender que Dios está escondiendo algo que es bueno para ellos, para que ellos vean malo a Dios.

Esto funciona hasta el día de hoy. La mayoría de la gente cuando le va mal en la vida no culpa Satanás quien realmente tiene la culpa. Los hombres acostumbran a culpar a Dios cuando les va mal peor aún sin reconocer que no le han creído mucho menos obedecido.

Y por último Satanas le dice que ellos serán como Dios conociendo el bien y el mal, motivando en ellos el orgullo y la altivez, para que lleguen a pensar que serán como Dios, conociendo lo que es bueno y lo que es malo para cada uno de ellos.

En conclusión lo que le dice es que el plan que Dios tiene para cada ser humano, aunque Dios dice que es bueno, no es bueno, y por eso el hombre ya teniendo el conocimiento de lo que es bueno o malo, puede, gracias a ese conocimiento, desviarse del plan de Dios, para buscar lo que es bueno para él.

Pero contrario a la enseñanza de Satanás, una de las razones por las cuales Dios prohíbe comer del árbol, es porque no hay en nosotros la capacidad para decidir si algo es bueno o malo para nosotros. Y es por esta razón que Dios en su amor es quien decide, qué cosas darnos o qué cosas no darnos a cada uno de nosotros.

Pero es tal el poder de convencimiento del árbol que los hombres están convencidos que saben que es lo mejor para cada uno de ellos… Y están tan convencidos que se enfrentan a Dios, lo juzgan, le reclaman, aún llegan a insultarlo… Y por supuesto no le obedecen.

Y no se nos ocurre pensar que nosotros no conocemos el futuro, tampoco conocemos el corazón de las personas, pero en nuestra necedad llegamos a convencernos que el futuro nos ayudará, y que las personas también… Hasta que nos estrellamos.

Y aún habiéndonos estrellado, no se nos ocurre pensar que para Dios es supremamente fácil saber lo que necesitamos, porque él si conoce el futuro, El si sabe exactamente qué va a pasar cada día, en cada lugar. Además Dios conoce los corazones de cada persona, él sabe cómo van a reaccionar frente a cualquier situación, él sabe cómo van a cambiar a través del tiempo… Nosotros no tenemos ni idea de nada de eso.

Pero Dios gracias a su conocimiento y a su poder no sólo organiza lo mejor para cada uno de nosotros, sino que además nos protege. Por ejemplo; hay personas a las que el mucho dinero les hace mal, y Dios para proteger sus vidas los mantiene con lo necesario, hasta que el corazón de ellos cambia y pueden manejar mucho dinero, sin causarse daño.

A otros el matrimonio puede hacerles daño, como también a otros la soledad, la salud también puede a algunos hacerles daño… Y cuando me refiero a daño, me refiero a que hay cosas que los hombres reciben, y por causa de ellas se alejan de Dios, y por eso Dios, para proteger sus vidas y su valiosísima eternidad, se abstiene de darles estas cosas hasta que maduren lo suficiente para poder recibirlas.

Usted no le daría una cuchilla de afeitar a un bebé, ni un revólver a un niño de tres años, ni pondría a conducir un auto a otro de diez… Porque son cosas que aunque los adultos pueden utilizar con sabiduría, a otros por su corta edad les ocasionaría mucho daño.

Y exactamente igual ocurre con nuestra vida espiritual. Es lo más valioso que poseemos, es lo que Dios más cuida, y por eso, por su absoluto e inequívoco conocimiento de lo que es bueno para cada uno de nosotros, es que Dios organiza la vida de cada uno de nosotros.

Pero cuando el hombre come del árbol, y cree que tiene la capacidad de saber que es bueno y que es malo, entonces allí comienzan los problemas en su relación con Dios.

Cuándo miramos cualquier mandato que Dios nos da en su palabra, y pensamos que no es un buen mandato, es evidente que allí la influencia de Satanás con su árbol y con su supuesto conocimiento del bien y del mal, es lo que nos hace rechazar los buenos mandatos de Dios.

Y si a esto le añadimos que la estrategia de Satanás es presentarse como salvador… Esto hace que muchos creyendo sus mentiras como si fueran verdad, rechacen la verdad de Dios como si fuera mentira.

Una de las herramientas que usa Satanás para presentarse como salvador, son las religiones, que se supone que ayudan a la gente a relacionarse de manera adecuada con Dios… Y más atrevido aún, Satanás ha logrado mezclarse con los cristianos con el objetivo de torcer la verdad, y es por esto que encontramos que el apóstol Pablo nos advierte:

2 Corintios 11:13–15 Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. 14Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

Puede parecer increíble pero hay falsos cristianos que trabajan para Satanás… Y que aparecen de acuerdo a este pasaje como salvadores, como ángeles de luz, como los que realmente conocen la verdad.

Es por eso que cuando alguien se acerca a una buena iglesia cristiana, no falta quienes les digan que no deben ir, que los pastores todos son ladrones, que no hay porque obedecer lo que la Biblia dice, que no hay que ser tan tonto.

Y quienes dicen esto están convencidos que están ayudando a esta otra persona… Sin darse cuenta que están siendo usados por Satanás, convencidos que están haciendo el bien.

Pero opuesto a lo que estos hacen, la verdad es que lo más importante para todo ser humano es acercarse a Dios, para conocerlo y vivir haciendo sólo su voluntad.

Cuando esto sucede se dice que estamos sirviendo a Dios, pues al hacer su voluntad estamos trabajando en su obra que se realiza en nuestra vida, y en la vida de los demás.

Esto mismo lo podemos ver en la historia del pueblo de Israel cuando fue sacado de la tierra de Egipto, liberándolo de enemigo mucho más poderoso que ellos. Por supuesto que esto Dios lo hizo por amor, y también por amor es que Dios desea que el hombre le sirva. Las palabras de Moisés a faraón fueron:

Éxodo 7:16 y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto…

Para faraón, que es una representación de Satanás que esclaviza a los hombres, esta petición le parecía absurda. ¿Como así que ir al desierto a servir a Dios cuando hay tanto trabajo que hacer en Egipto?…

El servicio o la esclavitud normalmente es visto por el mundo como algo denigrante, por supuesto no siempre lo reconocemos así, pero entonces: ¿Porque la gente sueña con ser patrón y no empleado, independiente y no dependiente?

Pero la verdad es que no es un problema ser siervos. Lo que es un problema y muy serio, es servir a quien no debemos servir. En el caso del pueblo de Israel su servicio a faraón lo esclavizaba, lo empobrecía, estaban matando sus hijos… Mientras que si servían a Dios sucedería todo lo contrario, y además serían llevados a la tierra prometida, una tierra que fluye leche y miel… Por lo tanto sacarlos de Egipto para servir a Dios era la mayor bendición que podían recibir.

Pero hay otro asunto muy importante que hay que tener en cuenta cuando pensamos en el servicio, y es que aunque muchos lo ignoran, sólo hay dos reinos bajo el cual los hombres podemos servir. Es por esto que el Señor Jesús dijo:

Mateo 12:30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.

No hay término medio. No hay neutrales. O hacemos lo que Dios quiere o hacemos lo que Satanás quiere. También por esto es que la escritura enseña, que antes de conocer a Cristo vivíamos gobernados por el príncipe de la potestad del aire… Pero la buena noticia es que al nacer de nuevo por haber creído en Jesucristo… dice la escritura:

Colosenses 1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

Dios nos sacó de Egipto del reino de las tinieblas y nos trasladó al reino de su hijo… Y por eso ahora podemos decidir bajo qué reino queremos vivir. Pero claro para poder hacerlo tenemos que dejar de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque este árbol lo que enseña es que hay una tercera opción y es, que podemos hacer nuestra voluntad. Y no hay duda que cuando esto pensamos el diablo aplaude.

Las palabras de Jesús son claras; o con él o contra él. La cuestión es: ¿Creemos lo que dice la palabra de Dios?

Hagámonos la siguiente pregunta y contestemos con toda sinceridad… ¿Cuándo desobedecemos a Dios estamos convencidos que estamos haciendo la voluntad de Satanás?

La respuesta de la mayoría es, no. No hay esa conciencia, la gente cree que está por un lado la voluntad de Dios, por otro lado la voluntad del diablo y en el medio la voluntad de ellos, y no entienden que no hay tal cosa como la voluntad nuestra en ese sentido… Lo que nosotros realmente podemos escoger es a quien servimos.

Y si decidimos servir a Dios no es haciendo lo que nosotros queremos, sino lo que Dios nos pide. Y si decidimos servir a Satanás terminaremos haciendo lo que él quiere, no lo que nosotros queremos aunque así nos lo haga parecer. Y es por esto que cuando una persona dice: “Voy a hacer lo que me da la gana” Satanás aplaude)

El pueblo de Israel fue sacado milagrosamente de la esclavitud para servir al Señor en el desierto. Nosotros también hemos sido rescatados del mundo, para servir al Señor en este mundo actual que es un desierto en el sentido espiritual. Por eso dice la escritura:

1 Pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

No hay duda, que parte de nuestro servicio a Dios es hablarle a los demás de Jesús. Pero como ya mencioné, cada vez que hacemos la voluntad de Dios, estamos sirviendo al Señor. Es por eso que servir a Dios es lo normal para todo cristiano, y es algo que debe ser continuo en todo auténtico hijo de Dios. La escritura confirma esto al decir:

2 Corintios 5:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

Las malas doctrinas enseñan que debemos buscar a Dios para lograr nuestros propósitos. Una buena doctrina enseña que buscamos a Dios para que se cumplan los propósitos de Dios. (Y aquí nuevamente es muy importante entender que los propósitos de Dios son mejores que los nuestros, y si no lo creemos, es porque estamos comiendo del árbol prohibido.) En otra carta el apóstol Pablo hablando de lo mismo dice:

Romanos 14:7 al 9 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. 9Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.

Si somos cristianos, Él es nuestro Señor, y nosotros debemos vivir para obedecerle. ¿Es así cómo entendemos la vida cristiana? ¿Entendemos que no hay un término medio, entendemos que cuando no hacemos la voluntad de Dios hacemos la del diablo?

Teniendo claridad de esto, a no ser que deseen ir al infierno, las personas dirán; quiero vivir para servir a Dios. Quiero vivir para hacer sólo la voluntad de Dios. No quiero servir a Satanás.

La escritura enseña que si siendo enemigos de Dios fuimos reconciliados por su gran amor… La pregunta es: ¿Si habiendo servido al diablo nos ha ido más o menos bien, ahora que tomamos la decisión de sólo servir a Dios. ¿Qué podemos esperar de parte de Dios? Pues respecto de esto Jesús prometió:

Juan 12:26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.

Creo que no hay duda, que sólo los que sirven a Dios estarán con Jesús en la eternidad, además tratemos de imaginarnos lo que significa, que Dios nos honre por haberle servido, por haber hecho su voluntad, que es algo que sólo nos beneficia cada uno de nosotros.

Siendo esto tan importante quiero que te hagas dos preguntas muy importantes: ¿Qué tan firme es tu decisión de aceptar todo lo que pasa, como lo mejor para tu vida? Y ¿Qué tan firme es tu decisión de hacer sólo la voluntad de Dios en medio de estas situaciones?

Porque así como Dios habla a través de su palabra, también Dios habla a través de las situaciones, y sólo cuando aceptamos estas dos cosas como provenientes de Dios, podemos realmente hacer su voluntad, es decir servir en su reino.

Pero: ¿Quiere decir que usted no puede soñar con tener casa, o con tener un negocio, o con tener un marido o una esposa… No. Lo que quiere decir esto es que debes tener la casa que Dios quiere que tú tengas, si es lo que él desea, o el negocio qué Dios quiere que tengas, si es lo que él desea, o el esposo o la esposa que Dios quiere, si es lo que tiene para ti…

Ahora si usted se está preguntando: ¿Cómo saber cuál es el negocio, o la casa, o la esposa o el esposo que debe tener? Lo que usted me está preguntando es como saber cuál es la voluntad de Dios… Entonces le recomiendo que haga el estudio de cómo conocer la voluntad de Dios que está en los temas básicos.

Pero déjeme volver hacer las mismas dos preguntas: ¿Qué tan firme es tu decisión de aceptar todo lo que pasa, como lo mejor para tu vida? Y ¿Qué tan firme es tu decisión de hacer sólo la voluntad de Dios en medio de estas situaciones?

Cuando no estamos dispuestos a aceptar las situaciones como lo es mejor para nuestra vida, lo más seguro es que tampoco estaremos dispuestos a hacer su voluntad. Y cuando esto hacemos caemos en un pecado muy común pero muy grave. Cuándo esto hacemos tentamos al Señor.

La palabra tentación normalmente la asociamos con una situación a través de la cual estamos siendo probados o motivados a salirnos de la voluntad de Dios. Pero cuando esta palabra se usa con referencia a Dios, esta palabra “tentaron” es una palabra que muestra al hombre enfrentándose contra Dios. Veamos algunos pasajes:

Éxodo 17:1–9 Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. 2Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová? 3Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? 4Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. 5Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve. 6He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel. 7Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?

Y si Dios dice que el pueblo le tentó en el desierto, entonces quiere decir que en lugar de servirle, se enfrentaron contra El… Y esa puede ser una muy buena explicación de porque este pueblo ha pasado por situaciones tan difíciles como las que has vivido.

La pregunta para nosotros es: ¿Cuántos de nosotros hemos tentado al Señor? O ¿Cada cuánto tentamos al Señor? Para que podamos responder con la verdad miremos cómo fue que el pueblo de Israel tentó a Dios.

En primer lugar ellos no dijeron vamos a tentar a Dios, mucho menos pensaron en agredirlo… Lo que en realidad el pueblo hizo fue quejarse porque no tenía agua, y le reclamaron a Moisés diciéndole que si los iba a matar de sed. Pero eso que el pueblo hizo, Y que mucha gente hace pensando que es algo normal, a lo que además creen que tienen derecho…Fue tomado por Dios como una agresión contra él.

Cuándo se come del árbol cuesta mucho trabajo entender esto. Es más; la pregunta que nos podemos hacer es: ¿Entonces el pueblo debe aguantar que abusen de él hasta que se muera de hambre? Y por supuesto respondemos que no.

Si tenemos en cuenta que el pueblo no estaba mintiendo respecto del agua, porque en realidad no había agua… Entonces podemos entender que no tentaron a Dios por decir que no había agua, sino por preocuparse, quejarse, rebelarse, y pensar mal acerca del futuro, cuando Dios estaba encargado de cuidar a su pueblo.

Dios dijo que los iba a llevar a la tierra prometida. Si cuando hay problemas comienzan a pensar que Dios no va a cumplir, que Dios no los va a sostener, es como si pensaran que Dios no está entre ellos, y eso es tentar a Dios, es ofenderlo, es como decirle que es mentiroso, que él no va a cumplir su palabra.

La pregunta para nosotros es: ¿Cuándo tenemos ciertos faltantes en nuestra vida, que actitud tomamos? Problemas económicos, problemas de salud, problemas sentimentales falta de marido o de esposa… ¿Qué hacemos cuando enfrentamos estas realidades?

Preocuparnos, quejarnos, pensar que Dios no va a ver por nuestro futuro. Pensar que era mejor cuando no éramos cristianos. Si eso hacemos, si esa es nuestra actitud, lejos de estar sirviendo a Dios le estamos agrediendo.

Repito: Preocuparnos, quejarnos, ir contra la autoridad espiritual que Dios ha colocado, pensar que Dios no va a cuidarnos en el futuro… Es un pecado muy grave porque es tentar a Dios.

¿Qué hizo Dios? Dios en su misericordia les dio agua de la roca. ¿Por qué creen que Dios usó semejante método para darles agua? ¿Por qué no algo más normal?

Porque el asunto para Dios no era simplemente darles agua, eso era fácil, lo difícil si es que podemos decirlo así, es que el hombre entienda que la vida que ha recibido debe usarla para conocer a Dios, y estos hechos milagrosos, si el hombre quería lo harían posible.

Uno piensa que después de ver, que de manera milagrosa de una roca brota una cascada de agua, el pueblo debería entender que Dios no tiene problema para darles lo que necesiten. Y entonces al presentarse nuevas necesidades, ante ellas el hombre debería descansar, sabiendo que Dios puede proveer cualquier cosa que necesiten. ¿Pero fue eso lo que el pueblo aprendió? La escritura en un salmo que resume estos hechos nos cuenta:

Salmos 78:18 al 20 Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto. 19Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? 20He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo?

Evidentemente no aprendieron la lección. En lugar de entender el inmenso poder de Dios y su capacidad para llenar cualquier necesidad, este pueblo comienza a desear algo más, y en lugar de esperar confiadamente a ver si es la voluntad de Dios, o si es lo que conviene para recibirlo… Lo que hacen en esta ocasión es agredir a Dios (En la anterior fue a Moisés) retándolo al preguntarle si será capaz de suplir ese capricho.

¿Esta actitud en el hombre muestra su enorme deseo de servir a Dios? No. En lo absoluto, lo que muestra es que el hombre quiere ser servido por Dios. Los pájaros tirándole a las escopetas…. ¿Y qué hace Dios ante semejante actitud de rebeldía? Dios en su misericordia les dio él maná.

Otro hecho milagroso que además se repitió por 40 años… Pero: ¿Aprendió el pueblo a través de este milagro la grandeza del Dios que tenía? Seguimos leyendo:

Números 11:4 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!

Esta es una escena que nos puede parecer normal. Nuestros hijos van donde el vecino y se enteran que tienen un nuevo juguete, y entonces ellos quieren lo mismo, con tantas ganas que lloran pidiéndolo. (A veces vemos a los Padres en los supermercados arrastrando la ambulancia, es decir el niño aullando) Pero esto que nos puede parecer normal en la vida, es narrado en el salmo de la siguiente manera:

Salmos 106:14 al 15 Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad. 15Y él les dio lo que pidieron; Mas envió mortandad sobre ellos.

Pues en esta ocasión también Dios les dio lo que ellos querían, (querían carne y les envió codornices) pero manifestó su desagrado matando a algunos de ellos por el enfoque equivocado que tenían en su vida. ¿Vivían como personas que deseaban servir a Dios? No. Vivían pendientes de qué era lo que ellos querían y cómo hacer que Dios se los diera.

A los cristianos puede pasarles lo mismo. Tanto desean algo, que se rebelan contra Dios, que hacen cosas indebidas, qué se quejan, que lloran, que tanto piden, que Dios al final se los da… Pero a través de eso que reciben, también reciben muchísimo sufrimiento, para que entiendan que no hay nada mejor que hacer la voluntad de Dios…

Pero el problema es que aún pasando esas situaciones a veces no entendemos. El pueblo de Israel recibió lo que quería, pero dice que los más fuertes cuando tenían la carne en la boca comenzaron a morirse, y entonces la pregunta es: ¿Habiendo muertos de por medio ya entendieron lo erróneo de su actitud?

No. No aprendieron, y la evidencia es que luego se quejaron, porque en su recorrido hacia la tierra prometida les tocaba dar una vuelta a cierto territorio, porque el rey de allí no los dejó pasar. Y entonces, la escritura nos cuenta:

1 Corintios 10:9 Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.

Algunos se quejan por lo tedioso del trabajo, otros por lo caras que están las cosas, otros por la lluvia, o por la sequía, por lo largo de la materia a estudiar para el parcial, o por lo largo de la enfermedad, etc. Y eso que parece normal al mundo, porque todo el mundo lo hace. Dios lo toma como una agresión contra su persona.

Y entonces mandó serpientes para que parte del pueblo muriera, y ellos entendieran que la vida no es lo que ellos pensaban que era. Que la vida no nos fue dada para hacer lo que nos dé la gana, es decir lo que Satanás quiere, sino que la vida qué Dios coloca frente a nosotros es para hacer la voluntad de Dios y a través de esto conocer la grandeza del Dios que tenemos.

Mientras revisaba estos pasajes comencé a pensar que esta es la forma errónea como muchos cristianos viven la vida cristiana, es decir la viven en una continua crisis con Dios, porque están deseando agua, deseando pan, deseando carne, deseando que la vida les sea más fácil… ignorando por completo que a través de todo lo que tienen o de lo que no tienen deben conocer a Dios, y que por no hacerlo terminan tentándolo.

Producto de tentar a Dios en el desierto el pueblo de Israel que salió de Egipto no entró a la tierra prometida… Entraron sus hijos, los que eran menores de 20 años al salir de Egipto, y los que nacieron en el desierto en esos 40 años que duró la travesía, que ha debido durar un par de semanas.

¿Qué pasó cuando estos descendientes que habían oído los testimonios de Dios entraron a la tierra prometida?

Salmos 78:56 Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, y no guardaron sus testimonios;

Cuando entraron a la tierra prometida dejaron a Dios, y se fueron tras los ídolos de los pueblos de los lugares que Dios les había dado.

Cuando ya en el desierto no necesitaban el maná diario, cuando ya tenían una tierra en la que podían producir y obtener su sustento, cuando pensaron que ya no necesitaban a Dios para sostenerlos, entonces se dedicaron a hacer lo mismo que los otros pueblos y a servir a sus mismos ídolos.

¿Qué cree usted que haga un “cristiano” que vive solo pensando en tener una buena vida aquí y en la tierra, cuando llegue al milenio a gobernar?

Si seguimos el patrón de lo que sucedió con el pueblo de Israel, llegará al milenio a gobernar mal. Por lo cual yo concluyó más bien que no llegara al milenio, no al menos al gobernar.

Si no nos enfocamos en que fuimos rescatados por Dios para servirle y conocerle, no llegamos a ningún lado.

¿Podría Dios darnos absolutamente todas las cosas que necesitamos para vivir el resto de nuestra vida? Por supuesto que sí. (A una señora que necesitaba dinero Dios se lo envió a través de un desconocido que le regaló un pedazo de lotería a su hija pequeña que estaba en la calle y se lo ganó)

Si Dios podría darnos todo lo que necesitamos en nuestra vida, no me refiero sólo al dinero, sino al esposo perfecto, a la esposa maravillosa, a los hijos respetuosos obedientes y espirituales, al mejor jefe del planeta o hacerlo dueño de la empresa, la mejor salud, etc. ¿Si Dios podría darte todas esas cosas porque no te las da?

No es porque no te las merezcas, porque la salvación que vale más que todas esas cosas sin merecerla ya la tienes, si eres de los que la tiene.

Porque lo que en realidad necesitamos es conocer a Dios. Allí está toda nuestra riqueza, de eso dependerá todo nuestro futuro y eternidad. No hay absolutamente nada más valioso para el hombre que conocer a Dios.

Y entonces Dios utiliza aquellas necesidades físicas, materiales y aún emocionales, y provee situaciones a través de las cuales podemos conocerle.

Eso hizo con el pueblo de Israel pero el pueblo por rebelde, por buscar servirse asimismo en lugar de servir a Dios, no logró entender la bendición de esas situaciones, y en lugar de conocer a Dios, se hundieron en la perversión de su propio corazón y terminaron abandonándolo hasta el día de hoy.

Lo que estamos viendo es algo supremamente importante. Si usted como cristiano no entiende y no cree que debe vivir para Dios, usted no podrá conocer a Dios.

Solo los que entienden, creen y viven para Dios, pueden a través de cada evento en su vida conocer más y más a Dios, lo cual les ayuda a servirle mejor y conocerle más, y servirle mejor, etc.

Pero si vivimos como cualquier persona pensando sólo en llenar nuestras necesidades, aunque lo busquemos a él para estas cosas, si no cambiamos nuestra actitud no podemos conocer verdaderamente a Dios.

Y nos la pasaremos toda la vida como en un ascensor emocional… Contentos cuando todo va bien de acuerdo a lo que el mundo dice aburridos cuando todo va mal según el mundo, y clamándole a Dios y luego nuevamente arriba y luego abajo y esa no es la vida que Dios tiene para nosotros.

No debemos olvidar que Dios tiene un plan maravilloso para cada uno de nosotros. Un plan insuperable que podemos disfrutar si le creemos y vivimos haciendo su voluntad en medio de cualquier situación en la que él nos coloque… Por esto lo que debemos hacer es tomar la decisión de aceptar toda situación como lo mejor para nuestra vida. Y asimismo tomar la determinación de hacer la voluntad de Dios en medio de cualquier situación… Porque esa es la forma como podemos conocer a Dios y no hay mayor bendición en el universo que conocerle a él.

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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