Related media

Listen

SI OYEREIS HOY SU VOZ – PARTE 4

I. INTRODUCCIÓN

En términos generales podemos decir que hay dos formas de vivir la vida; Creyendo y haciendo lo que los hombres dicen, o creyendo y haciendo lo que Dios dice. Esos son los dos extremos posibles; es decir cada pensamiento, cada plan, cada acción que realizamos en la vida, o se origina en el corazón de los hombres, o tiene su origen en el corazón de Dios.

Por supuesto también existe la vida combinada con estos dos tipos de pensamiento y es la vida de aquellos, tal vez una gran mayoría, que al no vivir completamente dirigidos por alguna de estas dos fuentes de información, viven su vida dirigidos en parte por los hombres y en parte por Dios.

El problema que creo que la mayoría ignora, es que esta clase de vida que puede según algunos catalogarse como regular, es decir no está bien pero tampoco está tan mal, es algo que Dios definitivamente no acepta, y esto es muy claro cuando leemos lo que Dios dirá a quienes viven así:

Apocalipsis 3:15–16 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Aún desde el viejo pacto el Señor fue claro al mostrar que vivir dirigidos por estas dos clases de pensamientos es algo que no trae buenos resultados para nuestra vida, y por eso a Jeremías que estaba en esa situación le dijo:

Jeremías 15:19 Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.

Lo precioso era la dirección de Dios para su vida, lo vil lo que los hombres dicen que se debe hacer, el profeta hacía parte y parte y eso hacía no sólo que estuviera viviendo muy mal, sino que Dios le dijera que se convirtiera, es decir como si no estuviera haciendo nada bueno.

Es por esto que sin lugar a dudas debemos tomar la determinación de ser guiados por el Espíritu de Dios en todos los aspectos de nuestra vida. Además esa es una evidencia verdadera de qué somos hijos de Dios, y por eso bajo el Nuevo Pacto dice:

Romanos 8:14 al 15 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

El texto no sólo aclara que sólo quien es dirigido por Dios es un verdadero hijo de Dios, también nos muestra que el Espíritu de Dios y la dirección de Dios en nuestra vida nos libra de la esclavitud, nos hace libres del temor y nos permite experimentar una relación de hijo a Padre. Hablando de este mismo tema el Señor Jesús aclaró:

Juan 8:34 al 36 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. 35Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 36Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Aquí Jesús aclara que aquel que es esclavo del pecado se perderá, por lo tanto hay que convertirse en Hijo de Dios para ser salvo, y eso ocurre cuando depositamos nuestra fe en él como Señor y Salvador, y el produce en nosotros el nacimiento espiritual que nos permite ser dirigidos por su Santo Espíritu.

No sé cuántos de ustedes han tenido un buen padre o cuántos de ustedes son buenos padres, y menciono este asunto porque si ustedes comprenden lo que es ser un buen padre, entenderán que relacionarse con Dios de hijo a Padre que me ama, es una relación llena de seguridad, de buenos propósitos, cariño, paciencia y por supuesto llena del amor de Dios, un amor que según la escritura es tan grande que es imposible llegar a comprenderlo totalmente.

Es tan importante ésta relación de amor con Dios nuestro Padre, que la escritura define la vida cristiana como el proceso para conocer el amor de Dios. Y cuando eso sucede cuando conocemos cada vez más y más el amor de Dios, entonces el resultado será ser llenos de su plenitud. La escritura dice así:

Efesios 3:19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Hay dos cosas muy claras en este texto: En primer lugar que el amor de Dios es un amor de una inmensidad tan grande que todavía nos falta muchísimo por conocer, y que excede en su valor a cualquier otra cosa que podamos conocer… Es decir no hay nada tan importante como conocer el amor de Dios. Y en segundo lugar dice que el resultado de conocer este amor cambia por completo nuestra manera de pensar y nos permite ser cada vez más llenos de la plenitud de Dios.

Eso quiere decir que si nos falta sabiduría, dominio propio, paciencia, amor por el prójimo, o cualquier otra cosa buena en nuestra vida, es porque todavía nos falta conocer más el amor de Dios.

Y eso es una buena noticia, porque si ya hemos comenzado a ver los beneficios de su amor con lo poco que conocemos, eso quiere decir que es mucho más grande lo que Dios tiene para nosotros, y lo iremos comprendiendo en la medida en que comprendamos su amor.

También por esa falta del conocimiento de Dios y de lo que él tiene para nosotros, es que su palabra nos asegura que las respuestas que Dios dará a nuestras peticiones, van a ser muchísimo mejores de lo que nosotros deseamos, y aún de lo que logramos entender. El pasaje dice:

Efesios 3:20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros

Esta promesa me parece maravillosa, porque quiere decir que cuando nosotros le pedimos a Dios que solucione ciertos asuntos de la mejor manera que logramos imaginar, la respuesta que Dios dará será mucho mejor de lo que nosotros pedimos.

Pero más increíble aún, es que dice que esas respuestas vendrán gracias al poder de Dios que actúa en nosotros. Lo cual implica que debemos creerle y actuar en fe dirigidos por el Espíritu Santo, es decir: Escuchando la voz de Dios para poder ver hecho realidad lo que Dios nos está ofreciendo.

Y entonces la pregunta es: ¿Estamos viviendo escuchando y obedeciendo la voz de Dios?

Porque si no estamos viviendo con la dirección de Dios, tampoco estaremos viviendo ese cristianismo espectacular que describe la escritura, y simplemente se estará cumpliendo en nosotros la advertencia que la escritura nos hace cuando dice:

Gálatas 6:8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

Por lo tanto cuando alguien, quien quiera que sea piensa que la vida cristiana no es maravillosa, la razón por la cual piensa así es porque no está haciendo caso a la dirección de Dios, sino que viviendo gobernado por su carne está cosechando el fruto que es corrupción. (Una vida normal como la vida de cualquier persona que no conoce a Dios)

Pero quien vive bajo la dirección de Dios experimentará lo maravilloso que es la vida eterna. Una vida llena del fruto del Espíritu Santo…

Hay que poner mucho cuidado a esta verdad porque a pesar de ser claro lo que dice allí, en nuestra incredulidad pensamos que podemos evadir las consecuencias de tomar malas decisiones.

Pensamos que vivir dirigidos por nuestra carne no va a traer malas consecuencias, y entonces ignoramos la voz de Dios. Y es por eso que en el versículo anterior a éste se nos advierte…

Gálatas 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará…

El problema con las cosechas, es que se requiere de un tiempo para recibir el fruto, y por eso a veces cuando andamos en la carne y no vemos las malas consecuencias de manera inmediata, pensamos que no ha pasado nada, pero con el tiempo indudablemente cosecharemos, y por eso dice no nos podemos burlar de Dios.

Y a esto debemos añadirle que cuando llegan esas malas consecuencias, hasta nos hemos olvidado de esas malas decisiones que hemos tomado en la carne, y entonces terminamos pensando que estamos haciendo la voluntad de Dios pero que la vida cristiana no es maravillosa.

Y allí nuevamente nos engañamos, porque la realidad es que es una completa necedad que alguien que no vive bajo la dirección de Dios, se atreva a decir que la vida cristiana no es maravillosa. Eso es algo así como si alguien dijera: Esa dieta no sirve. Y otro le contesta; ¿Pero si no estás haciendo la dieta por qué dices que no sirve?

Lo cierto es que hay muchos que creen que la vida cristiana no es una maravilla, pero no hay duda que piensan así porque están desobedeciendo a Dios… Por varias razones: Unos porque en su rebeldía no quieren obedecer a Dios, y aún así se atreven a decir que la vida cristiana no sirve.

Otros porque su amor al mundo no les permite entender que lo que Dios ofrece es muchísimo mejor, y por esta razón no se disponen obedecer, o lo hacen sólo a medias y ya vimos que tampoco sirve.

Y otros porque piensan que están haciendo lo que Dios dice, pero están engañados por las malas iglesias y las malas doctrinas que les han sido enseñadas.

Y como por una u otra razón no están viviendo verdaderamente bajo la dirección de Dios, el resultado inevitable es que al pasar el tiempo cosecharán corrupción, tristeza, dolor, esclavitud, temor y quebranto en su vida.

Y luego por aquella necedad tan grande que hay en los hombres de no reconocer sus pecados, terminan diciendo que seguir al Señor no sirve: Cuando la realidad es que no lo están siguiendo.

Pero la verdad es qué Dios es infalible y siempre cumple lo que promete. Y gracias a Dios teniendo esto claro, hace muchos años entendí que si la vida cristiana no le funciona a alguien, lo que en realidad está pasando es que esa persona no está creyendo y no está haciendo lo que debe hacer.

Y llegue a esa importantísima conclusión, porque si no es el hombre el que está equivocado, entonces el que está equivocado es Dios, y si pensamos que Dios está equivocado entonces no estamos siguiendo al Dios verdadero, por qué el Dios verdadero jamás se equivoca y siempre cumple lo que promete.

Gracias a esa convicción las crisis con Dios duran poco tiempo, mientras que escucho que otros pasan semanas peleando con Dios respecto de ciertos asuntos, creyéndose tan grandes o pensando que Dios es tan insignificante, que creen que pueden discutir con él. Pero sin leer la escritura entendí lo que luego leí en ella. Pues la escritura dice:

Job 40:2 ¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto.

Esas fueron las palabras de Dios a Job cuando éste le alegaba, y lo que Dios le está diciendo es que así como no es sabio enfrentarse a un león enfurecido con las manos, o no es sabio enfrentarse a un elefante enfurecido, y no es sabio atravesársele a un camión que viene a toda velocidad, ni es sabio detener con el pecho las balas de una ametralladora, ni acostarse sobre una bomba atómica cuándo va a explotar. De la misma manera pelear con Dios es la más grande muestra de falta de inteligencia.

Corroborando todo esto que estoy diciendo, la escritura dice acerca de Jesús y del Nuevo Pacto lo siguiente:

2 Corintios 1:18 al 20 Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No. 19Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; 20porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.

El apóstol apegado a la fidelidad de Dios dice que su palabra no es sí y no, como quien dice no es quién sabe, o de golpe se cumple, o no se cumple. Y la razón por la cual asegura que sus palabras no son sí y no, sino que son sólo si, es porque todas las promesas de Dios en Jesucristo siempre se cumplen.

Con esto vuelvo a lo mismo: Si Dios es absolutamente verás y sus promesas en el Nuevo Pacto son sí y amén, entonces no debe haber duda de qué cuando alguien no está experimentando una maravillosa vida cristiana, es porque no está haciendo la voluntad de Dios.

Porque si estuviera haciendo la voluntad de Dios, si estuviera viviendo dirigido por Dios, Dios cumpliría sus promesas y la persona experimentaría una maravillosa vida cristiana.

Otras voces… Ante este planteamiento que indudablemente es cierto, es posible que muchos piensen: ¿Pero si yo estoy creyendo y haciendo lo que me enseñaron qué debía hacer?

Respecto de esto estudiamos la semana pasada, que es una terrible equivocación cuestionar lo que Dios dice, por qué Dios jamás se equivoca, pero también vimos que es muy grave no cuestionar lo que los hombres dicen.

Eso quiere decir que cuando alguien dice: “Estoy haciendo lo que me enseñaron qué debía hacer”.

Aunque esta persona pueda estar hablando con sinceridad, lo primero que hay que revisar es si puso atención a lo que le enseñaron, porque como vimos la semana pasada, muchas veces por tener ya una agenda predeterminada no entendemos lo que nos dicen, si no lo que queremos oír, y terminamos como Saul pensando que hicimos todavía mejor de lo que nos fue ordenado, cuando en realidad estamos en contra de lo que Dios desea que hagamos.

Lo segundo que puede pasar con aquel que cree que está haciendo la voluntad de Dios, es que la instrucción qué ha recibido acerca del cristianismo es completamente equivocada, y precisamente por cumplir esas instrucciones al pie de la letra es que la vida cristiana no les funciona.

Están haciendo pactos con Dios que Dios no les ha pedido, están creyendo en maldiciones generacionales, están creyendo en cristianos poseídos por demonios, están creyendo que el ofrecimiento de Dios es dinero, están creyendo en una serie de promesas que no les corresponden, y todas estas creencias equivocadas los llevan a confiar en lo que no deben confiar y como consecuencia a desobedecer a Dios, y al final por causa de lo que cosechan terminan pensando que el cristianismo no sirve… Lo cual no es cierto.

En cierta organización cristiana en la que estuve muchos años, hasta que me echaron, hubo un tiempo en que el siguiente pasaje, era el pasaje bandera en las relaciones de liderazgo. Este dice:

2 Crónicas 20:20 Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.

Y efectivamente salieron a la guerra y los enemigos se mataron entre sí, y entonces el pueblo se dedicó a recoger los despojos que eran tantos que duraron tres días recogiendo el botín, y producto de esta tremenda derrota los enemigos se llenaron de pavor, y entonces el reinado de Josafat tuvo paz en todas partes: ¿Cómo resultado de qué? De creer en Dios y de creer en los profetas de Dios.

Con este pasaje los líderes de esta organización nos insistían que nuestra confianza en Dios debía llevarnos a confiar en la dirección de nuestros líderes, como si ellos fueran infalibles, porque sus instrucciones traerían prosperidad a nuestras vidas.

Ciertamente algunos pocos experimentaron prosperidad, como mucha gente del mundo también experimenta prosperidad, pero también hubo muchos que por hacer caso a sus profetas o líderes tuvieron serios problemas económicos, perdieron casas y negocios.

Sin embargo aunque muchos experimentaron ruina en el aspecto económico lo más grave no era eso, lo más grave es que no podían experimentar el fruto del Espíritu Santo, no había paz en sus corazones, no había gozo, sino más bien una serie de actitudes que hacían que la situación económica fuera todavía más difícil.

Entonces muchos de ellos escuchando lo que sus líderes les enseñaban y mirando la escritura no entendían porque su situación lejos de ser de prosperidad era de ruina tanto económica como espiritual, y ese resultado hacía tambalear la fe de muchos de ellos, pues estaban convencidos de estar haciendo la voluntad de Dios: ¿Pero era cierto? ¿Era verdaderamente cierto que estaban haciendo la voluntad de Dios?

En aquel tiempo al ver la situación de estos cristianos Dios me llevo al siguiente pasaje el cual dice:

Jeremías 23:16 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.

En este pasaje, al igual que el anterior lo primero que debemos hacer es creer en lo que Dios dice, pues el pasaje comienza diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, por lo cual es indudable que lo que dice este pasaje también es palabra de Dios.

Y Dios aquí está diciendo que no debían creer lo que los profetas les estaban enseñando, porque esos profetas no habían escuchado la voz de Dios, por lo tanto no habían entendido la voluntad de Dios y estaban diciendo cosas que no eran ciertas. Estaban dando vanas esperanzas. El Señor Continúa diciendo:

Jeremías 23:17 Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros.

Y en lugar de estar corrigiendo la maldad del pueblo, estaban respaldando al pueblo con sus pecados diciéndoles que les iría bien… Que disfrutarían de paz, que no vendría mal sobre sus vidas. Pero opuesto a lo que ellos decían, el Señor les dijo:

Jeremías 23:19 al 20 He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos. 20No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente.

Al ver estas dos situaciones que nos plantea con claridad la escritura, donde primero leemos que sí creemos en Dios y en sus profetas seremos prosperados, y luego leemos que sí creemos en Dios no debemos creer en esos profetas, es evidente que el problema no está en creer en Dios, si no en poder discernir si el profeta realmente está hablando lo que sale de la boca de Dios, o está hablando la visión de su propio y obstinado corazón.

Si como cristianos no aprendemos a discernir lo que sale de Dios y lo que sale de los hombres que dicen hablar en nombre de Dios, vamos a enfrentar un grave problema, porque en la actualidad igual que ocurrió en tiempos pasados, existen estos falsos profetas que en nombre de Dios están enseñando y motivando al pueblo a hacer cosas que desagradan a Dios, como si fueran la voluntad de Dios.

Y por esta razón, por la falta de discernimiento que permita saber cuándo un mensaje es de Dios o no es de Dios, es que vemos en la actualidad a muchos llamados cristianos, o que están dando un pésimo testimonio como cristianos, o que están pensando que el cristianismo no ha sido solución para sus vidas. Es decir están comunicando al mundo y a sus hermanos en la fe, que Dios no sirve.

Pero la realidad es; que por las malas enseñanzas que han recibido no están viviendo el cristianismo, algunos de ellos ni siquiera son cristianos, y lo que están cosechando es la consecuencia de vivir en pecado, aunque piensan que están haciendo la voluntad de Dios.

EL NUEVO PACTO

En la actualidad una de las poderosas razones por la cual la gente es engañada con enseñanzas que no corresponden, es que no han entendido o no se les han enseñado que hay una enorme diferencia entre el viejo pacto de la ley y el Nuevo Pacto, al no entender esta diferencia, ellos creen que cualquier parte de la escritura, que cualquier promesa puede aplicarse a la vida cristiana y no es cierto.

Por eso es importantísimo entender que cuando Dios nos presenta el Nuevo Pacto, un pacto ratificado con la muerte y la resurrección de Jesucristo, creer en este Nuevo Pacto implica aceptar los cambios o diferencias entre este Nuevo Pacto y el viejo pacto de la ley.

Podría darles muchísimos pasajes y muchísimas enseñanzas que muestran esta enorme diferencia, pero hoy solamente quiero leer estos tres textos:

Hebreos 7:22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

Hebreos 8:6 al 7 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.

Hebreos 8:13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.

Este Nuevo Pacto tiene diferencias fundamentales en comparación con el viejo, y son tan grandes las diferencias que quien viva o quien insista en vivir de acuerdo al viejo pacto, vivirá en oposición al Nuevo Pacto y por lo tanto en oposición al Señor Jesús.

Estas iglesias que ignoran o rechasan este Nuevo Pacto, aunque nombran a Jesús aún en sus predicaciones el énfasis no es ser como Jesús, sino de ser como los grandes hombres de Dios del antiguo testamento… es decir como Abraham que era riquísimo, como David que era rey, como Salomón y cuando hablan de los discípulos de Jesús que eran pescadores dicen que ellos tenían era una empresa naviera impresionante… Porque el énfasis de quienes rechazan el Nuevo Pacto está en la prosperidad material.

Pero contrario a lo que estas iglesias y estos extraños cristianos hacen, en la escritura leemos que Jesús dijo:

Juan 13:15 al 17 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

Juan 15:12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado

Juan 20:21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.

Nos dio ejemplo de servicio, nos dio ejemplo de amor, y nos dio ejemplo de cómo ir al mundo.

Y no hay duda que ese es el ejemplo que debemos seguir, y no sólo por las palabras de Jesús, aunque sus palabras son suficientes para darnos dirección, también tenemos el testimonio de sus discípulos que siguieron su ejemplo a excepción de judas, y también tenemos el testimonio de los discípulos de los discípulos como Pablo, quien también siguió el ejemplo que Jesús nos dio.

Por lo tanto para no caer en el error de aquellos que creyendo ser cristianos andan completamente equivocados debemos preguntarnos: ¿Tenemos en nuestra vida como objetivo seguir el ejemplo de Jesús?

Déjeme hacer la pregunta de una manera diferente y tal vez más fácil de entender: ¿Estás seguro que Jesús haría lo que tú estás haciendo con tu vida?

Es más: Las promesas del viejo pacto no sirven para seguir el ejemplo de Jesús, sólo las promesas del Nuevo Pacto sirven para vivir y seguir el ejemplo de Jesús.

Es tan importante este Nuevo Pacto, que por eso estoy convencido que Satanás está haciendo todo lo que esté a su alcance para que la gente, aún los creyentes ignoren este pacto.

Bueno en realidad Satanás quiere que la gente ignore por completo la escritura, pero en aquellos creyentes que ya están metidos en la escritura, su énfasis está en llevarlos a vivir de acuerdo al viejo pacto, para que de esta manera ignoren este Nuevo Pacto.

En cierta ocasión un par de personajes en esta iglesia convencieron a cerca de 30 personas para irse de la iglesia, porque aquí no estábamos cumpliendo con las exigencias del viejo pacto. Luego otro grupo más pequeño también se fue por la misma razón.

Esta estrategia le ha funcionado muy bien a Satanás, pues aquellos que ignoran el Nuevo Pacto lo hacen por estar metidos en la escritura insistiendo en el viejo pacto, de tal manera que creen estar haciendo lo correcto.

Además es normal que a la gente le guste más escuchar acerca de promesas de prosperidad material, de la protección de Dios contra los enemigos, de cómo Dios nos sanará de toda enfermedad, de cómo Dios nos colocara como cabeza y no cola, y de que seamos importantes en el mundo, en fin de todas aquellas promesas del viejo pacto.

El interés de Satanás de qué se predique de la obediencia y las promesas del viejo pacto, es porque los que se relacionen con Dios a través del viejo pacto se van a condenar, así reciban prosperidad, salud, bienestar, poder, de todos modos se van a condenar, porque los que se relacionan con Dios a través del viejo pacto, están menospreciando a Jesús.

Y lo mejor o mas bien lo peor de este plan satánico, es que como estos creyentes creen que se están relacionando con Dios a través de las escrituras, creen que su relación con Dios está bien, y no se dan cuenta que a través de esto Satanás los ha llevado a menospreciar a Jesús.

Para entender esto que estoy diciendo no se requiere un estudio profundo de las escrituras, las palabras de Jesús son tan claras que confirman que viejo pacto ya no está funcionando. Por ejemplo:

Lucas 14:33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

Si el viejo pacto estuviera vigente para nosotros, como las promesas de este pacto son de prosperidad, salud, riqueza, poder, ocupar el primer lugar, ser cabeza y no cola, etc. Eso es entonces lo que deberíamos reclamar por seguir a Jesús, pero contrario a reclamar ese tipo de cosas lo que Jesús nos dice es que debemos renunciar a todo lo que poseemos para poder ser sus discípulos.

Y no hay duda que los discípulos de Jesús hicieron esto, renunciaron a todo aún a su propia vida, porque sabían que la verdadera bendición no estaba en las cosas de este mundo sino en lo que recibirían después de esta vida.

Es decir la vida de los discípulos de Jesús muestra con claridad que el viejo pacto no funciona, lo que funciona es el Nuevo Pacto, y por eso la insistencia tan fuerte de Satanás para que los creyentes insistan en reclamar las promesas del viejo pacto, porque a través de esto los aleja del Señor Jesús, impidiendo de esta manera que se salven.

EL OFRECIMIENTO QUE SATANÁS HACE A LOS HOMBRES… Si revisamos la primera vez que Satanás se acerca a los hombres y vemos su ofrecimiento…

Génesis 3:1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto

Podemos ver que su estrategia es muy sencilla: Satanás tiene como objetivo principal negar la palabra de Dios, negar lo que Dios ha dicho, colocar duda en el corazón del hombre acerca de lo que Dios dice, y de lo que Dios hace.

Adán y Eva están viviendo de acuerdo a lo que Dios les ha dicho, pero Satanás viene a decirles que lo que están haciendo está mal hecho, y que Dios no está haciendo las cosas bien, pero que el, Satanás obviamente si los quiere ayudar y por eso les recomienda desobedecer a Dios.

Satanás está representado en una serpiente astuta. Pero: ¿Cómo andan las serpientes? Escondidas, arrastrándose, sigilosas, no se dejan ver hasta qué atacando ya ha mordido dejando su veneno mortal.

Así es Satanás, la escritura nos dice que llega a disfrazarse como ángel de luz, es decir se presenta como bueno, se presenta como salvador y efectivamente la gente lo recibe como salvador. Adán y Eva lo recibieron como salvador, como aquel que los venía a salvar de esa vida limitada que Dios les había dado, y lo que en realidad recibieron fue muerte espiritual.

Pues allí Satanás salió victorioso de su primer encuentro con el primer Adán, pues éste le creyó, pero enfrentándose al segundo Adán que es Cristo: ¿Qué es lo que Satanás le dice?

Lucas 4:1 al 3 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto 2por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. 3Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.

Es prácticamente lo mismo. Jesús está haciendo la voluntad de su Padre, como consecuencia de hacerlo está ayunando, y Satanás aparece cómo salvador para decirle que lo que está haciendo está mal hecho, que en lugar de estar haciendo la voluntad de Dios y estar aguantando hambre debería trabajar en su propio beneficio convirtiendo las piedras en pan.

Pero no sólo le está diciendo que está haciendo mal, sino que si eso es lo que le toca vivir a un hijo de Dios entonces no vale la pena ser un hijo de Dios.

Este mismo mensaje de Satanás tiene muchas variaciones, por ejemplo: ¿Cómo es posible que un hijo de Dios, siendo Dios tan inmensamente rico pueda tener problemas económicos? Si usted es un hijo de Dios y tiene problemas económicos entonces Dios no es tan bueno como dice ser, ni tan poderoso, por lo tanto: ¿Qué hace usted confiando en él?

O: ¿Cómo es posible que un hijo de Dios, siendo Dios todopoderoso tenga que sufrir por causa de sus enfermedades? Si usted es un hijo de Dios y tiene problemas de salud, entonces Dios pues no lo ama, o no tiene poder, o le ha mentido… Es decir no vale la pena seguir a Dios.

Si lo pensamos bien lo que Satanás está diciendo es que un hijo de Dios debería reclamar las promesas del viejo pacto, donde Dios prometió que por la obediencia el pueblo recibiría protección contra los enemigos, sacar toda la enfermedad, enriquecerlos, prosperarlos, etc.

Pero: ¿Quiere decir esto que un hijo de Dios debe vivir en pésimas condiciones para poder hacer la voluntad de Dios?

No, y mucha atención a lo que voy a decir no dejen que Satanás los engañe.

¿A qué me refiero? A que la escritura no enseña que el cristiano debe vivir como pobre. No enseña la escritura que el cristiano debe vivir enfermo. No enseña la escritura que el cristiano no debe ser de éxito. No enseña la escritura que el cristiano debe vivir sin familia.

No es ése el mensaje que yo estoy dando hoy, lo que la escritura nos enseña es que vivir dirigidos por Dios es tan, tan importante, que no importa sí por vivir haciendo la voluntad de Dios, terminamos siendo pobres, o nos enfermamos, o nos atacan, o nos abandona la familia.

Es decir; no hay espiritualidad en la pobreza, o en la enfermedad, o en vivir abandonado. Pero tampoco es espiritual dejar de hacer la voluntad de Dios para conquistar el mundo.

Y eso es lo que muchos están haciendo, y aunque creen que lo hacen con la ayuda de Dios por causa de las promesas del viejo pacto, en realidad está menospreciando a Jesús y su Nuevo Pacto.

Otra de las enseñanzas peligrosas de quienes desprecian el Nuevo Pacto es enseñar que si una persona cristiana, es pobre, o está enferma, o no ha logrado casarse, o su familia lo abandonó es porque está en pecado…

Ciertamente algunos pasan por estas situaciones por causa de sus pecados, pero no siempre es cierto, porque si lo fuera, entonces tendríamos que decir que Jesús estaba allí en el desierto y no tenía que comer por causa de su pecado, lo cual sabemos que no es cierto.

Y ese es el mismo mensaje que Satanás les da a los cristianos que están haciendo la voluntad de Dios, y son pobres, o están enfermos, o tienen problemas familiares. A estos llega Satanás y les dice: ¿Cómo es posible que un hijo de Dios esté viviendo de esa manera?

Y a través de ese planteamiento, o logra que los cristianos piensen que Dios es malo, o logra acusarles y hacerles pensar que Dios está enojado con ellos y por eso no provee para sus necesidades.

Pero ya hemos estudiado muchas veces que no se trata de ser infalibles para que Dios provea para nuestras necesidades, por qué si así lo fuera como todos somos pecadores todos moriríamos de hambre.

Lo que realmente se requiere es que haya en nosotros un deseo genuino de hacer la voluntad de Dios, y Dios promete darnos lo que necesitamos, no sólo pensando en el asunto material sino en nuestras necesidades espirituales, las lecciones que necesitamos aprender para disfrutar plenamente de la vida cristiana.

Y para aquellos que en su obstinación creen que lo más importante son las cosas materiales el Señor ha dicho lo siguiente. A Satanás le dijo…

Lucas 4:4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.

La confianza en la palabra de Dios, en sus promesas es lo que realmente nos permite vivir una vida maravillosa, hay quienes tienen muchísimas cosas materiales pero la falta de la palabra de Dios hace sus vidas miserables.

Y esa es más o menos la misma respuesta que luego Jesús le da a un hombre que lo busco para que le ayude a conseguir dinero:

Lucas 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

La vida de los hombres, la buena vida que los hombres vivan no depende de la abundancia de los bienes que posean. Pero que duro es esto para las personas que tienen el problema de la avaricia la cual nos lleva a hacer lo que sea por conseguir cada vez más, y lo único que harán será más dolor.

Y esa es también más o menos la misma respuesta que les dio a un grupo de personas que lo buscaron para obtener cosas materiales:

Juan 6:27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

¿Porque? Por qué lo que realmente necesitamos para vivir una vida maravillosa es oír, creer y hacer la voluntad de Dios, sin ignorar como ya mencioné, que cuando buscamos hacer la voluntad de Dios, Dios ha prometido darnos lo que necesitamos en la cantidad que él considere necesario.

Además un día nos vamos a morir y lo único que nos llevaremos serán las cosas eternas.

Y esas cosas eternas tienen que ver por un lado con todas aquellas obras que hicimos de acuerdo a la voluntad de Dios…. Compartir de Cristo a los demás trae premio a nuestra vida, es de valor eterno, cuidar y discipular a otras personas también trae premio, anhelar el regreso del Señor para que este tiempo de maldad termine también trae premio, el dominio del viejo hombre trae premio eterno, y a esas cosas es a lo que verdaderamente debemos apuntar.

Pero Satanás no quiere eso. Satanás quiere que vivas feliz con tu familia tratándola bien y los demás es problema de ellos, y para que vivas bien feliz, Satanás hace a los hombres el mismo ofrecimiento que le hizo a Jesús:

Lucas 4:5–7 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. 6Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. 7Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.

Quién es el que si está ofreciendo riquezas y gloria a quien le adore? Satanás. Por eso no es extraño escuchar de muchos artistas y de mucha gente de mucho poder y riquezas que realizan rituales satánicos, porque ese si es el ofrecimiento de Satanás para quien le sigua.

Pero diferente a ese ofrecimiento, lo cierto es que cuando vivimos haciendo verdaderamente la voluntad de Dios por qué hemos escuchado su voz, vivimos una vida abundante, una vida donde el amor de Dios se convierte en nuestra columna principal.

Y sí nuestra vida cristiana no es así, debemos revisar si nos falta fe, si por esa falta de fe no nos llama la atención lo que él nos ofrece y por eso no caminamos con él, o si estamos haciendo cosas que pensamos que Dios nos ha mandado hacer y no es cierto, porque ha habido malas enseñanzas en nuestra vida.

Pero eso sí, lo que nunca nos podemos permitirnos ni siquiera pensar, es que Dios no cumple, o qué el ofrecimiento de Dios no vale la pena, porque tenemos el testimonio de Jesús, de sus discípulos, y de cientos de miles de personas que prefirieron la muerte a salirse del camino, a dejar de vivir en la voluntad de Dios. Oremos.

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

Estamos en spotify
Síguenos