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EL QUERER COMO EL HACER

Hay una vieja serie en televisión llamada viaje a las estrellas donde un personaje de otro mundo llamado Spoc, se caracteriza por que no tiene sentimientos, no se alegra, no sé entristece, no se entusiasma ni se asusta ni siquiera por su muerte, lo cual le da la libertad de vivir gobernado sin la influencia de los sentimientos, es decir tomando decisiones con una lógica pura, decisiones razonables, prácticas, efectivas para lograr su objetivo, teniendo en cuenta toda la información que tiene acerca de la realidad.

Contrario a este extraterrestre los seres humanos si tenemos sentimientos, nos podemos alegrar de tal manera que lloramos de la alegría, pero también nos podemos entristecer de tal manera que por causa de nuestros fuertes sentimientos, seamos arrastrados a tomar malas decisiones. Por qué no hay duda que estos sentimientos tienen un poder muy grande sobre nuestras vidas, nuestros objetivos, nuestro comportamiento y nuestras decisiones.

Por supuesto los cristianos no estamos exentos de la influencia de nuestros sentimientos, y esto lo podemos ver aun en ciertos siervos de Dios, que en circunstancias difíciles han llegado a desear la muerte producto de las emociones resultantes en medio de situaciones críticas.

Un ejemplo de esto es la historia de Amnón uno de los hijos de David, que estaba enamorado de Tamar otra de las hijas de David, su medio hermana. La escritura nos cuenta:

2 Samuel 13:1-2 se enamoró de ella Amnón hijo de David. 2Y estaba Amnón angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna.

Eran tan fuertes los sentimientos de amor y deseo hacia Tamar, que este hombre se enfermo de pensar que no podría estar con ella, y por esto estaba adelgazándose cada día mas, tanto que la escritura nos cuenta:

2º Samuel 13:3–4 Y Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y Jonadab era hombre muy astuto. 4Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué de día en día vas enflaqueciendo así? ¿No me lo descubrirás a mí? Y Amnón le respondió: Yo amo a Tamar la hermana de Absalón mi hermano.

Pero su primo Jonadab siendo hombre astuto le dio la estrategia para poder acostarse con ella, y el siguiendo el mal consejo terminó abusando de ella, a pesar de qué ella le dijo que hicieran las cosas bien, que le pidieran permiso al rey, en fin no lo rechazó en el sentido en que ella aceptaría ser su esposa, pero haciendo las cosas de manera correcta. Pero por causa de los fuertes sentimientos de Amnón el termino tomándola a la fuerza. El resultado de esta acción:

2º Samuel 13:15–16 Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate, y vete. 16Y ella le respondió: No hay razón; mayor mal es este de arrojarme, que el que me has hecho. Mas él no la quiso oír…

El dicho popular… Del amor al odio sólo hay un paso. Y en este caso dice que llegó a aborrecerla muchísimo más de lo que la había amado, tanto que inmediatamente tomó la decisión de echarla, lo cual la perjudicaría todavía más.

En la actualidad he escuchado historias parecidas, no de enfermarse pero sí de estar obsesionado con la muchacha hasta que logra como decimos hacerle el daño, y luego sí, con cabeza fría toman la decisión de; hasta aquí te vi, yo no respondo por esto, no quiero nada serio.

La realidad es que podemos ser empujados por fuertes sentimientos a hacer cosas que no convienen, y luego sí como dicen algunos, ponerle cabeza al corazón y tomar las decisiones correctas, el problema es que ya es tarde.

Pero nuestra historia no terminó allí, pues cuando Absalón se enteró de lo que había sucedido con su hermana, también fuertes sentimientos comenzaron a tomar control de su vida. La escritura nos cuenta:

2 Samuel 13:22 Mas Absalón no habló con Amnón ni malo ni bueno; aunque Absalón aborrecía a Amnón, porque había forzado a Tamar su hermana.

Sólo que Absalón ocultó sus sentimientos, su aborrecimiento, y dos años después también preparó como Amnón cierta situación, en la cual también gobernado por sus sentimientos y deseos de venganza lo asesinó, aunque él sabía que al hacer eso tendría que huir de la presencia de su padre el rey David, y efectivamente así sucedió.

Historias como éstas en el mundo debe haber muchísimas, porque ciertamente los sentimientos tienen un poder muy grande sobre los seres humanos. La ira y el intenso dolor son capaces de llevar a los hombres a asesinar a sus cónyuges, inclusive padres han asesinado a sus hijos para vengarse de sus esposas, y también a veces ante la justicia de los hombres los crímenes cometidos por causa de alguna infidelidad a veces reciben menos castigo.

Ante todo esto la pregunta que es importante hacer es: ¿Acaso eso es lo que Dios esperaba que sucediera con nuestros sentimientos… Que tuvieran tanto poder sobre nosotros, que nos llevaran a hacer cosas que sabemos que son incorrectas? Y por supuesto la respuesta es no.

La verdad es que los sentimientos son un precioso regalo de Dios para nosotros, y sin ellos nuestra vida no podría funcionaria. Si no nos pudiéramos alegrar de tantas cosas o si no nos pudiéramos entristecer por otras muchas, nuestra vida sería algo muy extraño, me atrevo a decir que nuestra vida perdería toda motivación, pues al ser insensibles lo mismo nos daría un asunto que otro.

Por lo tanto los sentimientos o deseos son necesarios, pero el problema es que el hombre ignora por completo, porque también ha ignorado por completo que fue creado por Dios, que los sentimientos no fueron dados por Dios para dirigir nuestra vida, pues para dirigir nuestra vida Dios nos ha dado la razón y la conciencia, que cuando tenemos buena actitud con Dios nos permiten entender su voluntad.

El ejemplo del tren. Hace muchos años cuando le hablábamos por primera vez a una persona de Jesucristo, y esta persona tomaba la decisión de aceptarle en su vida, una de las primeras cosas que le aclarábamos era precisamente el papel de los sentimientos en esta nueva relación con Dios.

Para explicarlo usábamos el ejemplo de un tren donde la locomotora representa la verdad de Dios, el vagón del carbón representa nuestra fe, que debe ser depositada en la caldera de la locomotora para que el tren se mueva, y donde los vagones de pasajeros representan los sentimientos que de estación en estación, subían unos y bajaban otros.

El propósito de la enseñanza era dejar bien claro que debemos vivir dirigidos por Dios, por su palabra, por la verdad, y no por nuestros sentimientos o deseos.

Por supuesto cuando nuestros sentimientos o deseos son acordes a la voluntad de Dios no hay ningún problema. Por ejemplo; si Dios te dice que debes amar a tu esposa y tú estás tremendamente enamorado de ella, pues no creo que tengas ninguna dificultad en cumplir con la voluntad de Dios.

Sin embargo aun en esas ocasiones es importante tener en cuenta que estamos haciendo las cosas no siguiendo a nuestros sentimientos sino a la voluntad de Dios, para que si en algún momento nuestros sentimientos cambian oponiéndose a la voluntad de Dios, de todos modos sigamos haciendo la voluntad de Dios aún en contra de nuestros sentimientos.

Tener eso claro es de una enorme bendición pues permite comenzar la batalla de la fe. ¿A qué me refiero? La escritura nos explica:

1 Pedro 1:22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;

Cuando la escritura habla de la necesidad de purificar nuestras almas, está dando por sentado que en nuestra alma hay impureza, hay malos pensamientos y malos deseos, y cuando damos rienda suelta a estos deseos el resultado es que caemos en pecado.

Y lo que este texto enseña, es que esa purificación se realiza a través de la obediencia a la verdad, es decir a Dios, cuando esta obediencia se hace en el Espíritu, es decir por fe, dando como resultado un alma tan sana que podrá amar a todos de manera entrañable y pura.

Por ejemplo: Puede ocurrir que alguien por causa de los malos padres que ha tenido, éste tan traumatizado, tan golpeado emocionalmente que cuando le hablan del amor de Dios como su Padre, no logra creer esto pues transmite los malos sentimientos adquiridos en la relación con su padre a su relación con Dios, entonces piensa y siente que Dios no lo ama, y por esta razón no le cree ni le obedece.

Y con la enseñanza del tren lo que buscamos aclarar es: No importa lo que usted por causa de sus sentimientos piense, si Dios dice que lo ama, lo ama. Confíe en eso para que pueda obedecer, pues la obediencia y los resultados que vendrán, irán cambiando la imagen de Dios hasta llegar a comprender de corazón que si lo ama.

Pero esto sólo es posible conociendo a Dios, su palabra, la verdad, porque para pelear esta batalla de la fe necesitamos ser conscientes de que lo que sentimos no está de acuerdo con lo que Dios ha prometido darnos.

Pero esta batalla de la fe no sólo se aplica a lo que Dios quiere darnos, a su amor, su paciencia, su misericordia, su provisión y protección que son cosas que algunos no logran creer por causa de sus traumas emocionales…

También debemos tener muy claro que cuando Dios nos pide hacer algo y descubrimos que nuestros sentimientos van en contra de los deseos de Dios, allí también debemos pelear esta buena batalla de la fe, para poder obedecer y ser cada vez más sanados en nuestra alma. La escritura dice:

1 Timoteo 6:12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna…

La vida eterna también es el conocimiento de Dios, y entonces si Dios dice que el hombre debe amar a su enemigo, pero la realidad es que el hombre lo odia, y por causa de este fuerte sentimiento pues obviamente no quiere amar a este enemigo y tampoco lo quiere perdonar.

De todos modos debemos aferrarnos a lo que Dios dice que debemos hacer, porque no creo que si alguien por su resentimiento o su odio no quiere perdonar a su enemigo, con toda seguridad Dios no va a decir, “A no fresco si lo odia dejemos así.”

No. A pesar de todo lo que sintamos o deseemos, Dios dice que tenemos que perdonar, que no es si queremos, pues es un mandato que debemos obedecer y por ser un mandato si no hacemos caso las consecuencias vendrán…

Mateo 6:15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

¿Qué quiere decir eso? Qué tenemos que tomar toda nuestra amargura, todo nuestro odio, todo nuestro rencor y malos deseos, y echar todos esos sentimientos a la caneca, y tomar la decisión de perdonar de todo corazón a ese enemigo para no recibir la consecuencia de nuestra desobediencia.

El problema es que algunos no entendiendo con claridad este asunto, han tratado de darle solución de manera equivocada al conflicto entre los sentimientos y la obediencia. Recuerdo que hace muchos años escuchaba el siguiente consejo:

“No piense. Si se pone a pensar se pone mal, por eso lo mejor es no pensar y obedecer”

A lo mejor ese consejo a muchas personas les ha servido, para ante ciertas circunstancias o situaciones no explotar y terminar haciendo cosas que serían peores, y que seguramente causarían más problemas y mas malos sentimientos que los que está teniendo. Es decir la idea al aplicar este consejo era no complicar todavía más la vida y las situaciones.

¿Qué situaciones? Por ejemplo; un esposo le está pidiendo a su mujer hacer ciertas cosas que no tienen mucho sentido, y que cuando ella trata de entender las buenas razones en la petición de su esposo, pues la cosa se ve muy mal, pues las posibles razones para ordenar lo que él está ordenando, ninguna es buena.

Pero como el marido es bien complicado y además es la cabeza, el consejo que algunas recibieron es: “No piense, si lo piensa termina no haciendo caso, y si no le hace caso a su marido el asunto es mucho más serio”.

El problema con este consejo es que cuando hacemos algo que a nuestra conciencia nos parece que no debe ser hecho, o no pensar en el asunto para no terminar desobedeciendo, no es algo que ayude a nuestra vida espiritual, y tampoco a nuestra relación con los demás.

Sin embargo para evitar conflicto hay muchos que toman este camino, porque piensan que si se ponen a meditar en la situación, al ver que es injusta, absurda o egoísta, sus sentimientos se van alborotar de tal manera que podrían tomar el control de su vida, y podrían terminar haciendo algo qué no está bien, y para evitar todo eso entonces lo mejor es no pensar y hacer caso.

Lo malo de esto es que esta forma de actuar ha dado origen a un estilo de “cristianismo” donde los cristianos no entienden nada, pero hacen lo que sus autoridades espirituales les digan, a veces bajo pena de algún tipo de maldición, y entonces obedecen a lo mandado aun en contra de sus sentimientos, porque si no obedecen caen en desgracia frente a esas autoridades.

Y estar en una iglesia con el propósito de qué Dios sane nuestra vida y que nos haga santos, pero recibir el menosprecio de los líderes de la iglesia es algo supremamente complicado, por no decir que es un pecado muy grave de los pastores o líderes, qué puede afectar muy negativamente a los discípulos.

Y es por esto que muchos cristianos aún cuando su autoridad espiritual actúa de mala manera, se aguantan esos malos sentimientos y no dicen nada por miedo y por falta de amor, pero lo hacen para qué que no haya peores sentimientos de rechazo.

Ese comportamiento además de dañar su vida espiritual, no permite que aquellos que se portan mal sean conscientes y puedan corregir… Y peor aún cuando en lugar de hablar con la persona que los ofendió, en lugar de hacerlo comienzan a contar a los demás lo sucedido.

El problema es que al pasar los años el resultado es un cúmulo de malos sentimientos producto de todas las cosas injustas o que no entienden, hasta que llega el día en que explotan con todo lo que hay en su corazón, y la persona termina desistiendo del cristianismo por qué piensa no sólo que no ha recibido buen testimonio de sus líderes o pastores, sino que además no está funcionando.

¿Por qué? Porque no soportan vivir bajo las órdenes de un Dios que da tratos u ordena cosas que entristecen la vida del hombre. Y entonces toman la decisión de vivir de tal manera que puedan sentirse contentos, para lo cual lo más sencillo es vivir de acuerdo a los sentimientos y deseos.

El Señor en cierta ocasión al ver el pecado del pueblo lo llamo al arrepentimiento, pero el resultado fue:

Isaías 22:12 al 13 Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio; 13y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.

Dios los llamó al arrepentimiento pero como sus sentimientos no estaban de acuerdo con el mandato de Dios, entonces más bien tomaron la decisión de seguir viviendo gozando de la vida, porque la vida es solo una y hay que gozarla pensaban ellos.

Eso es lo que muchos han determinado hacer con su vida, al escuchar de Dios ciertos mandatos o prohibiciones, y entonces deciden no obedecer y mas bien pasarla bien, complacerse a sí mismos, hacer lo que realmente ellos quieren hacer, y no sujetarse más a ningún tipo de yugo o prohibición, porque si se van a morir para que desperdiciar la vida.

Pero para vivir de esa manera hay que ignorar por completo los buenos deseos de Dios, por eso el profeta continúa diciendo:

Isaías 22:14 Esto fue revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

Quien viva de esa manera difícilmente podrá ser una persona que ha recibido la salvación… Pues la escritura dice:

Judas 17–20 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 18los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 19Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu. 20Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,

En los últimos años eso es lo que esta aumentando cada vez mas en el mundo, ésa es por ejemplo la base de tanta corrupción, pues partiendo de eso, es que enseñan que lo importante no es lo que eres, no importa si eres hombre o mujer, lo importante es lo que sientas y como te percibes.

Esta semana escuché la noticia de qué ahora el concurso de belleza, mis mundo, admitirá todo tipo de personas, hombres mujeres divorciadas solteras lo que sea… Y esto es porque quien compró los derechos de este evento es un hombre que ahora aparece como mujer y quiere según el, empoderar a las mujeres… Ni idea qué significa eso cuando lo que está haciendo es quitarle valor a la mujer, pues según ella cualquier hombre puede ser mujer, de tal manera que ya no se necesitan las mujeres.

Igualmente se esta enseñando qué lo importante no es si estamos pervirtiendo al niño, porque a los que les gustan los niños no se les debe llamar pedófilos, sino simplemente hombres con gustos diferentes, y si eso es lo que sienten eso es lo que deben hacer. En España ya están diciendo que si el niño dice que si, entonces si es sí, y por lo tanto allí no hay ningún delito.

Y en Colombia esta semana comenzaron a tramitar una ley que despenaliza el incesto, es decir si los padres quieren tener relaciones con los hijos o las hijas eso ya no será corrupción o abuso de menores, no será ningún delito, sino simplemente la libertad de hacer lo que los hombres sienten que deben hacer.

Ya no se siente bien con la esposa entonces se busca otra; no se siente bien con sus ingresos económicos busca mejorarlos aprovechándose y robando a los demás; no se siente contento con la vida busca drogas para mejorarla; no se siente bien con ser lo que es delante de la gente entonces se vuelve mentiroso e hipócrita; no se siente bien como hombre o mujer, no hay problema diga que quiere ser.

Pero claro, esto de vivir guiado por los sentimientos o deseos no es algo que los seres humanos apliquen a todas sus decisiones, porque hay decisiones que saben que los perjudicarán en gran manera, entonces de manera selectiva en unos casos hacen lo que les viene en gana, y en otros lo correcto que saben que deben hacer.

Me explico: A algunos cristianos podemos preguntarles: ¿Por qué no viniste el sábado pasado? Y si son sinceros algunos contestaran; “me dio pereza, no me dieron ganas, tenía algo mejor que hacer”. O si preguntamos: ¿Estás estudiando las escrituras? También habrá muchos que dirán que no han sentido ganas y por eso no lo han hecho.

Pero cuando se trata de un trabajo en la universidad, de algo ordenado por su jefe en la empresa que trabaja, es más difícil encontrar a alguien que diga: “no me dieron ganas de hacer el trabajo” y todavía es más difícil encontrar a alguien que teniendo el dinero para pagar el arriendo, no lo pague por qué no sintió ganas.

Habiendo mencionado estos ejemplos hágase la pregunta: ¿Estará bien que usted no venga a una reunión porque le dio pereza? O ¿Estará bien que usted no escudriñe las escrituras porque no siente ganas de hacerlo? O ¿Estará bien que usted no perdone a su hermano porque no siente ganas? O ¿Estará bien que usted no le comparta a nadie de Cristo porque en no se siente motivado?

Es decir: ¿Estará bien que nuestra vida sea dirigida por nuestros deseos y nuestros sentimientos?

Y si alguien piensa que si es correcto que vivamos de acuerdo a lo que sentimos, entonces porque el arriendo si lo paga con o sin ganas, o porque da para el mercado con o sin ganas, o porque paga el recibo de la luz aunque no tenía ganas, y qué decir de las multas de tránsito; ¿Quien las paga con alegría?

¿Qué quiero que entendamos con esto? En primer lugar, que definitivamente está mal cuando nuestra vida está gobernada por nuestros sentimientos, y no sólo me estoy refiriendo a los malos sentimientos, también a los buenos sentimientos que nos llevan a actuar fuera de la voluntad de Dios.

Como en el caso de las madres que alcahuetean el mal comportamiento de los hijos porque según ellas los aman… Cuando la verdad, esto no es amor a los ojos de Dios, aunque el sentimiento les haga pensar que sí.

Déjeme decirle algo que puede sonar fuerte especialmente a los jóvenes: ¿Cree usted que lo correcto casarse con la persona que ama? Me explico con más claridad: ¿Si aquella persona que usted ama es perezosa o es cochina, no le gustan las cosas de Dios, es tacaña, pero de todos modos usted la ama, cree que debe casarse con esa persona?

La respuesta es no, y la experiencia ha demostrado que tomar ese tipo de decisiones es tan malo que algunos han llegado a odiar a aquella persona que amaban, producto de ver su mal comportamiento que al pasar los años cada vez daña más la relación.

Creo que con todo esto no hay dudas que los sentimientos no son la herramienta que debemos usar para dirigir nuestras vidas. El camino correcto es dirigir nuestra vida teniendo el conocimiento de la verdad.

Y entonces llegamos al punto crítico que algunos ya hemos resuelto pero que a otros les falta resolver y es: ¿Cuál es la verdad? Y ojo, la pregunta no es cual es tú verdad, sino cuál es la verdad, porque tú verdad si no es la verdad, estar convencido de ella no la convertirá en verdad, seguirá siendo mentira. El Señor Jesús dijo:

Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Sólo él es la verdad absoluta, otras filosofías y religiones podrán tener algunas cosas que son verdad pero están mezcladas con muchísimas mentiras, sabiendo esto el apóstol Juan escribió a sus discípulos…

2 Juan 4 Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre.

Y entre vivir guiado por sentimientos o por la mentira, sale mejor guiarse por los sentimientos, porque si de todos modos se va a perder, es menos peor perderse habiendo pasado feliz, que perderse habiendo sufrido toda la vida. (Aunque la diferencia es mínima porque perderse es de tal gravedad que no importa lo feliz que haya pasado.)

A un testigo de Jehová alguna vez le dije que por estar viviendo basado en la mentira terminaría en el infierno, y la respuesta que me dio, es que seria muy injusto que Dios lo mandara para el infierno, porque él ya vivía un infierno aquí en la tierra.

Estaba viviendo por miedo a condenarse bajo las reglas de una religión absurda, que por supuesto no disfrutaba, y por eso le parecía injusto lo que yo le decía.

Pero nosotros hemos reconocido que Jesús es la verdad, y eso nos da la oportunidad de ya no vivir más de acuerdo a nuestros sentimientos o deseos, sino de acuerdo a la voluntad de Dios expresada en su palabra.

Es decir; un buen cristiano no hace las cosas porque quiere o no quiere, sino por obediencia a la voluntad de Dios, independiente de que quiera o no quiera hacerlas.

Para alguien que ha entendido esto la pregunta frente a muchas decisiones no es si quiere o no quiere hacerlo, sino si debe o no debe hacerlo, de acuerdo a la voluntad de Dios.

¿Qué ha llevado a los hombres a vivir de manera tan equivocada?

Podemos entender esto al ver las palabras del Señor a Caín, el cual cuando no hizo lo correcto al ser confrontado por Dios se sintió muy mal. Al ver su reacción el Señor le dijo:

Génesis 4:6 al 7 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? 7Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.

Este hombre se sintió mal porque siendo una persona muy religiosa que creía estar actuando muy bien para poder agradar a Dios, cayó en el error en que caen los religiosos, y es el de querer agradar a Dios haciendo lo que a ellos les parece y no lo que Dios ha ordenado.

Alguna vez mi pastor me pidió que le hiciera una caneca para la basura de su oficina (Hace como 40 años) y que la tuviera lista cuando el regresara de viaje. Pero su esposa me pidió el favor de que le ayudara a pintar su cuarto, y en eso se fueron esos dos o tres días de tal manera que el cuarto quedó muy lindo pero el cesto para la basura no tuve tiempo de hacerlo.

Esperando que él estuviera muy agradecido por todo el trabajo de pintar su cuarto, me pegó delante de todos una vaciada por rebelde, por desobediente, por no haber cumplido con lo ordenado. Y por supuesto la molestia fue muy grande.

Eso fue lo que le pasó a Caín, el hombre se entristeció cuando el Señor le mostró su desagrado por su desobediencia, pero Dios le aclaró:

Si haces lo correcto serás felicitado y te sentirás bien, pero sí no haces lo correcto… El pecado está a la puerta buscando dominarte para que no hagas lo correcto sino lo que tú deseas… Sin embargo le aclara; tú puedes dominarlo. En otra versión dice:

Génesis 4:6 al 7 Entonces el Señor le dijo: “¿Por qué te enojas y pones tan mala cara? 7Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él.”

Y hace muchos años meditando en este mismo pasaje me pareció terrible lo que entendí: ¿A qué me refiero? A que en la escritura podemos leer:

Romanos 3:10 al 12 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

Esto quiere decir que si Caín tenía la capacidad de decir no al pecado, entonces todos los hombres tienen esa misma capacidad, pero cuando a través del apóstol Pablo Dios dice que no hay absolutamente ni uno bueno, entonces la conclusión es que todos los hombres hemos tomado la decisión de vivir en pecado, y por eso la declaración de Dios es que no hay, ni ha habido, ni habrá, ni siquiera una sola persona buena en la tierra.

Por esta razón cuando alguna vez le dijeron a Jesús “maestro bueno” el contestó:

Marcos 10:18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.

A través de esta respuesta no sólo Jesús está aclarando que no ha habido, no hay, ni habrá ninguno bueno sobre la tierra, sino que también está diciendo que si una persona le dice a Jesús que es bueno, es porque en realidad está reconociendo que es el hijo de Dios, Dios mismo.

La consecuencia de que no haya ninguno bueno sobre la tierra, continúa el pasaje de romanos:

Romanos 3:13 al 18 Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; 14Su boca está llena de maldición y de amargura. 15Sus pies se apresuran para derramar sangre; 16Quebranto y desventura hay en sus caminos; 17y no conocieron camino de paz. 18No hay temor de Dios delante de sus ojos.

La verdad que me parece terrible, es que la razón por la cual no hay ni uno solo bueno sobre la tierra, no es que no podamos ser buenos, si no que no se nos da la gana. Es igual a decir; el hombre es malo hasta los tuétanos porque le da la gana de ser malo, pudiendo ser bueno.

Y entonces la historia completa es que el hombre que pudiendo ser bueno decide ser malo, contamina a otros con sus deseos de maldad, igualmente es retro alimentado por otros hombres, de tal manera que tenemos una humanidad que desea hacer el mal. En esa humanidad nacen las personas y por supuesto hay mucha empatía entre la maldad de la humanidad y el deseo de ser malo en el corazón de cada persona, y ese es el mundo que tenemos.

La palabra que el Señor usa con Caín es “deseo” y podemos entender que por un lado está lo que Dios desea que el hombre haga, lo cual es conocido como su voluntad, y por otro lado está el deseo del hombre, que es el de hacer maldad. Este conflicto lo podemos entender en el siguiente pasaje:

Santiago 1:14 al 15 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 15Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.

Este pasaje de la escritura aclara que la tentación no procede de Dios, sino que son nuestros malos deseos los que frente a ciertas circunstancias nos seducen a hacer lo malo.

Y cuando dice que la concupiscencia después que ha concedido da luz al pecado, lo que debemos entender es que en lugar de hacer lo correcto, tomamos la decisión de hacer lo que deseamos, y al tomar esa decisión ya estamos pecando, y al realizar la acción estamos corrompiendo más nuestra alma, es decir aumentamos nuestros malos sentimientos.

Si una persona solamente se guía por sus deseos, esta persona nunca va a experimentar lo que los cristianos llamamos la tentación. ¿Por qué? Porqué estar tentado significa recibir una influencia para tratar de sacarnos del camino correcto. Por lo tanto, si una persona no entiende que hay un camino correcto, todo lo que desee le parecerá que es correcto, y entonces insisto; no experimentara la tentación.

Algunos cristianos no experimentan o experimentan muy poca tentación, porque no han entendido que no deben vivir de acuerdo a lo que desean, sino de acuerdo a la perfecta voluntad de Dios.

La escritura dice que el esposo o padre es el responsable de dar testimonio de lo importante que es vivir la vida cristiana, pero a algunos no les da la gana.

También la escritura habla de la mujer que se sujeta respaldando a su marido, pero algunas no les da la gana, y sí le preguntan, ¿por qué? dice: No quiero, no deseo, no me siento bien.

Igualmente la escritura dice que los hijos deben honrar a los padres y también aparecen los que no quieren, los que no desean, los que ni siquiera los respetan.

¿Qué hacemos entonces con nuestros sentimientos que se oponen a la voluntad de dios?

La tentación y por supuesto la oportunidad de pelear la buena batalla de la fe comienza cuando entendemos y creemos que la voluntad de Dios es lo perfecto, lo que debemos hacer, de tal manera que deseamos hacerla, pero al mismo tiempo cuando la vamos a hacer nos estrellamos con los deseos de pecar que todavía hay en nuestra vida…

Cuándo el apóstol Pablo entendió que la ley era buena, que la voluntad de Dios era lo perfecto y decidió hacerla, se encontró con esta batalla espiritual, donde por un lado deseaba hacer la voluntad de Dios, pero por otro lado encuentra que los deseos de su carne son completamente opuestos. El describe la situación así:

Romanos 7:15 al 21 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

La buena noticia es que al final del pasaje el manifiesta que gracias a su confianza en Jesucristo obtuvo la victoria, y pudo comenzar a vivir haciendo lo que debía, la voluntad de Dios y no seguir dando rienda suelta a sus deseos.

Pasando el tiempo el escribe:

Filipenses 2:12 al 13 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Menciona la importancia de la obediencia, menciona la importancia de ocuparse en la salvación con temor y temblor, y también menciona que es Dios el que cambia nuestros sentimientos o deseos y nos permite hacer su voluntad.

La salvación a la que aquí se refiere, no es a salvarnos del infierno para ir al cielo porque de esa salvación no debemos ocuparnos, pues por el solo hecho de haber reconocido a Jesús como Señor y Salvador, ese perdón y el regalo del Nuevo Nacimiento nos asegura la salvación.

La salvación a la que se refiere aquí, es al proceso de coger nuestros sentimientos que están torcidos, es decir nos alegramos por lo que debería entristecernos, y nos entristecemos por lo que debería alegrarnos, y enderezar todo el asunto de tal manera que nos alegremos por lo que Dios se alegra y nos de tristeza lo que a Dios le da tristeza.

Cuando ese objetivo sea logrado en nuestras vidas, haremos la voluntad de Dios porque hemos decidido obedecerle, pero lo bueno del asunto es que, nos fascinará obedecer a Dios porque sentimos el deseo de hacerlo.

La escritura nos dice que es Dios quien produce ese cambio. La pregunta es: ¿Cómo se realiza?

Y entonces llegamos al mismo punto de siempre. Depositando nuestra confianza en Jesús nuestro Salvador. Si de verdad depositamos nuestra confianza en Jesús nuestro Salvador, el cambio se realizará precisamente como resultado de confiar verdaderamente en él.

En el libro de judas encontramos la descripción de aquellos que viven dirigidos por sus sentimientos.

Judas 17 al 18 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 18los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 19Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.

Contrario a vivir como ellos la recomendación es:

Judas 20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

Edificar sobre la fe significa que debemos seguir confiando en la palabra de Dios que ya conocemos, y que debemos seguir conociendo su palabra para seguir confiando en ella.

Orando en el Espíritu Santo significa orar de acuerdo a la dirección de Dios, que siempre será de acuerdo a la dirección dada por su palabra.

Conservarse en el amor de Dios es seguir creyendo su palabra que dice que nos ama de manera entrañable, seguir creyendo su palabra que dice que todo lo que hace es para bendecirnos…

El apóstol Pablo hablando del mismo tema lo dice la siguiente manera:

Romanos 12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.

Igual que en el pasaje anterior el asunto comienza con la fe, donde lo primero que debe haber es esa decisión de entregarle nuestra vida Dios, no porque sea eso lo que sintamos o lo que deseemos, sino porque es lo más razonable y lo más inteligente que una persona pueda hacer.

Después de entregar nuestra vida el proceso continúa:

Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Al cambiar nuestra manera de pensar producto de sacar todos esos conceptos equivocados renovándolos por la palabra de Dios, podemos comprobar que la voluntad de Dios es agradable y es perfecta.

Es decir; no está hablando de hacer la terrible voluntad de Dios que destroza el alma y nos hace vivir afligidos todo el tiempo, hasta que al final de tanto sufrir en el cielo nos den un premio.

Digámoslo de esta manera: Cuando a cualquiera le parece que la voluntad de Dios es terrible, es porque no ha entendido nada. Lo cual quiere decir que está analizando la voluntad de Dios con pensamientos, parámetros y valores completamente equivocados, por eso la ve terrible.

Todos esos pensamientos controlan sus emociones, sus sentimientos y sus deseos, por eso es que le cuesta tanto trabajo hacer la voluntad de Dios. Pero: ¿Qué hacer en ese momento?

Quien ha determinado ocuparse de su salvación con temor y temblor buscará en la escritura las razones por las cuales él siente o piensa que es terrible hacer la voluntad de Dios, que es lo mismo a decir que buscarán en la escritura las buenas razones por las cuales obedecer debe traer una gran alegría a su vida.

Es decir; el que verdaderamente conoce a Dios y su verdad se gozará de hacer la voluntad de Dios, pero el que no conoce la verdad obviamente actuará de acuerdo a sus sentimientos y deseos y vivirá en pecado. El apóstol Santiago dice esto de la siguiente manera:

Santiago 3:13 al 18 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. 17Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

Entre más verdaderamente sabios seamos mucho más gusto hallaremos en hacer la voluntad de Dios, pero entre más conservemos la terrible ignorancia que trajimos del mundo, más difícil y más en contra de nuestros sentimientos nos parecerá la voluntad de Dios.

Por lo tanto lo sabio es: hagamos lo que tenemos que hacer sin importar nuestros sentimientos, porque ellos no fueron dados para dirigir nuestras vidas, y si nuestros sentimientos van en contra de la voluntad de Dios, reconozcamos nuestra ignorancia y busquemos la sabiduría de Dios para poder ver la voluntad de Dios como algo delicioso.

Es decir; no es no piense y obedezca, sino obedezca y piense, piense muy bien dónde está el engaño que te hace ver como mala la voluntad de Dios, por supuesto usando la palabra de Dios como referencia.

Y por último déjeme añadirle, ese proceso duele, por que al conocer la verdad poco a poco nuestros ídolos irán cayendo, las cosas que consideramos valiosas las veremos como realmente son, las cosas que nos parecían poco importantes las veremos con gran importancia, y destruir toda esta manera de pensar nos duele, porque a pesar de nuestra maldad nos hemos creído buenos… Pero la verdad es que si no se realiza este proceso, habrá muchísimo más dolor que el necesario para sanar nuestra alma. El Señor en su palabra nos advierte:

1 Pedro 4:17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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