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EL PADRE DE LA FÉ – PARTE 4

I. INTRODUCCIÓN

Esta semana he visto dos noticias… La primera es qué el 25 de diciembre del año 2021 a las 7:20 de la mañana fue lanzado el telescopio espacial James webb. Dicen que está funcionando muchísimo mejor de lo que esperaban y han logrado tomar imágenes del universo con una claridad impresionante… Pero esas imágenes han planteado un problema serio porque las imágenes del telescopio muestran que la teoría del Big Bang está equivocada.

Alison Kirkpatrick profesora asistente de física y astronomía de la Universidad de Kansas experta en agujeros negros supermasivos y polvo espacial dijo lo siguiente: “Ahora mismo me encuentro a mi misma tumbada despierta a las tres de la mañana preguntándome si todo lo que hecho en mi vida estaba equivocado”

Por supuesto no quieren reconocer que la teoría es completamente equivocada pero si les ha tocado aceptar que los nuevos descubrimientos muestran que hay cosas que la física, en la cual se basan para sustentar la creación del universo está completamente equivocada. (Alguien que explicaba esto decía que del Big Bang para adelante la física lo explica pero del Big Bang para atrás no hay explicación alguna…)

La otra noticia es el descubrimiento en el año 2014 de unos fósiles humanos que fueron datados en 200 millones de años, y son 100% humanos, es decir nada parecido a los primates, lo cual hecha por tierra la ridícula teoría de la evolución. El artículo también cuenta que en el año 1900 el Instituto de antropología Smithsoniano compró los esqueletos iguales al que tienen ahora y los destruyó para poder salvar así la teoría de la evolución. (Estaban haciendo dinero con esta teoría)

Contrario a esta forma de ver la realidad la escritura dice:

Hebreos 11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

Lo que quiero que tengamos claro, es que cuando no le creemos a Dios vemos la realidad de una forma muy diferente a como la vemos cuando creemos en Dios. Los incrédulos no pueden aceptar que todo fue creado por Dios, no sólo el universo sino la tierra la naturaleza y el hombre, y entonces les toca inventarse teorías para tratar de explicar lo que están viendo.

Sólo confiando verdaderamente en Dios podemos ver la verdad, cuando no hay fe nos toca inventar o argumentar una serie de cosas para poder entender lo que estamos viendo, o lo que estamos enfrentando. Esto mismo lo podemos ver en la forma como los hombres veían a Jesús.

Lo cierto es que las palabras de Jesús confrontaban a los religiosos de su época, y al ser desenmascarados frente al pueblo tenían deseos de matar a Jesús. Cómo no querían cambiar no podían soportar la verdad, y para autoridad frente al pueblo decían ser hijos de Abraham, el padre de la fe. Dice así:

Juan 8:39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.

Jesús les dice que no son hijos de Abraham porque no actúan como Abraham lo hizo… La conversación sigue, y ellos no queriendo reconocer su error, y no teniendo argumentos validos para defenderse… Hacen lo que hace la gran mayoría cuando son confrontados con una verdad que no quieren reconocer…

Juan 8:48 Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?

Por sus palabras, aunque la escritura dice que habían creído en Jesús, como muchos dicen creer, tenían serias dudas acerca de Jesús, pues antes de esta conversación ya habían hablado entre ellos diciendo que era samaritano y que además tenía un demonio.

Puede parecernos muy extraño que habiendo creído en Jesús pensaran que Jesús tenía un demonio… Pero insisto en que es similar a lo que ocurre con muchos que dicen creer en Jesús, mas no están de acuerdo con lo que la escritura dice, porque piensan que lo que dice está mal, y si alguien cree que la voluntad de Dios expresada en su palabra está mal… Entonces no hay duda que está diciendo que Dios está equivocado, aunque diga que cree en Jesús.

Cuando éstos hombres mencionan que Jesús es samaritano, están diciendo que él viene de una condición socio-religiosa mala, pues los samaritanos se habían mezclado con otros pueblos y eran tenidos como traidores del pueblo y de la religión del pueblo judío. Y cuando dicen que tiene un demonio, es porque piensan que las palabras de Jesús van completamente en contra de lo que Dios dice.

La estrategia para negar la verdad está en acusar a quien me acusa, porque si yo hago creer que quien me acusa está equivocado, o que está cometiendo pecados… Eso le quita autoridad a esa persona y por lo tanto puedo ignorar lo que dice de mí.

Esta es la forma cómo muchos aun hasta el día de hoy están viendo a Jesús, pues niegan la autoridad que el como el hijo de Dios, como Dios mismo tiene. Y si no tiene autoridad entonces sus palabras tampoco son importantes.

Pero la otra forma de ver esta situación es creyendo que Jesús si es el hijo de Dios, Dios mismo, y que por lo tanto sus palabras son verdad y son la máxima autoridad, lo cual muestra sin lugar a dudas que los que estamos mal somos los hombres y no Dios.

A eso me refiero al decir que hay dos formas completamente diferentes de ver la vida; una es la forma humana, religiosa, llena de incredulidad, que llega a concluir que Jesús es un endemoniado o como mínimo alguien sin importancia, y la otra es la forma como Dios ve las cosas, que nosotros podemos ver de la misma manera, pero solo si deseamos hacer su voluntad.

Ahora: No les parece a ustedes que sí Dios mismo se presenta en medio de los hombres, como dice este evangelio al comienzo:

Juan 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

No les parece a ustedes, que algo tiene que estar supremamente mal en el hombre, para que al ver a Dios, lo identifique como si fuera un demonio.

Si alguien ve algo muy hermoso y le parece horrible, si ve un hombre o una mujer muy hermosa y le parece horrible, o si ve una casa espectacular y le parece horrible, no hay duda que esa persona tiene un problema en la forma como está percibiendo la realidad, o tiene un concepto totalmente distorsionado de lo que es hermoso.

Y eso está pasando con la mayoría de los hombres, que perciben la realidad bajo cierto filtro que les hace ver lo más Santo del universo, Dios mismo, con un demonio, como lo más perverso del universo, lo cual sin lugar a dudas muestra, que algo tiene que estar supremamente mal en el hombre.

Pero también ocurre lo contrario, y entonces cosas que tienen que ver con los demonios, que proceden del mismo infierno las ven como si fuera algo bueno, justo, maravilloso, como si procedieran de Dios, y es lo que estamos viendo en el mundo en la actualidad. El pasaje continúa:

Juan 8:49-50 Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis. 50Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga.

El Señor Jesús les dice que lejos de ser un endemoniado él está honrando a su Padre, al vivir y hablar como lo hace, mientras que ellos que dicen ser hijos de Abraham, que se supone que quiere decir que están de parte de Dios, le están deshonrando.

Igual ocurre hoy con muchas iglesias y muchos cristianos que tienen unas doctrinas terriblemente equivocadas, por lo cual también están deshonrando a Dios… Pues la gente piensa que así son todos los cristianos.

Eso, gracias a Dios llevo años viviéndolo, no sólo por causa del normal discipulado en la iglesia donde cuando alguien no está de acuerdo, dice que nosotros estamos equivocados, lo cual tiene derecho a decir.

Y para dar fuerza a su argumento entonces comienzan a buscar en nuestro comportamiento errores para menoscabar la autoridad que tenemos de parte de Dios, y así hacer inválido el mensaje que comunicamos así esté respaldado por la escritura…. Pero eso también lo he vivido por causa del ministerio especial que Dios me ha dado corrigiendo las malas doctrinas de muchos de los pastores.

Cada vez que no tienen argumentos bíblicos se salen de las escrituras y comienzan a decir de mí; es como rebelde, es contradictor y problemático, tiene mala actitud, fue grosero, llegando aun a mentir para justificarse y no revisar, aquello en lo que los confronto con un claro respaldo bíblico.

Es importante no perder de vista que estas grandes diferencias no tienen que ver ni con la inteligencia ni con el estudio de las escrituras… Sino con la fe, con la confianza en el amor de Dios, qué es el requisito que nos permite entender y hacer su voluntad, y por eso, creo que para confrontar mas a estos hombres incrédulos que decían tener fe, Jesús les dice algo que resalta aún más su mala actitud:

Juan 8:51 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.

Trate de imaginarse la situación; por las cosas que él venía diciendo ellos lo juzgan como si tuviera un demonio, y Jesús en lugar de hablar conforme a lo que ellos creían, les dice que hay que guardar su palabra para no morir…

Juan 8:52-53 Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte. 53¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? ¡Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo?

Según ellos con semejante locura ahora si confirmaron que Jesús estaba endemoniado, pues ellos sabían que si Abraham y los profetas murieron siendo unos santos hombres de Dios, como se le ocurría a Jesús ofrecer vida eterna por sólo guardar su palabra. Y por eso también le dicen: ¿Quién te haces a ti mismo? Dando a entender que está ofreciendo algo que sólo Dios puede dar.

Juan 8:54-55 Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios. 55Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra.

La respuesta de Jesús nos enseña varias cosas. Lo primero es que lo importante no es lo que nosotros pensamos acerca de nosotros mismos, tampoco lo que la gente piense de nosotros, lo verdaderamente importante es lo que Dios piensa de nosotros y de nuestro proceder.

Lo segundo es que quién asimismo se exalta, se echa flores o se cree bueno, al alabarse asimismo está mostrando que nada es. ¿Fuerte verdad? La gente que se echa flores y busca su propia gloria está demostrando que no es nadie, y por supuesto que no conoce a Dios.

Y eso es precisamente lo que hacían los religiosos de aquella época, que llegaron al extremo de colocarse campanillas en los flecos de sus vestidos para que al pasar la gente los viera, y les hicieran reverencias dándoles la importancia que ellos creían merecer. Igualmente tenían la costumbre de orar en las esquinas de las calles para ser vistos de los hombres, pero todas estas cosas según Jesús eran evidencia de que no conocían a Dios.

Algo similar está sucediendo con cierta clase de creyentes que hay en las iglesias, donde están buscando títulos para presentarse como super profetas o super apóstoles, buscando el reconocimiento y la pleitesía de los hombres, pero seguramente al igual que aquellos religiosos de la época de Jesús, hacen todas estas cosas porque no conocen a Dios.

Por esta razón, porque estos hombres no conocían a Dios es que el Señor les dice que son mentirosos. Y luego les dice algo más, que nuevamente resulta para ellos muy difícil de entender y creer. Pues dijo:

Juan 8:56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

¿A qué se refiere Jesús? Comencemos aclarando que la palabra día no siempre significa día en la escritura, depende del pasaje. Igual ocurre con la palabra siglo, que no siempre está hablando de 100 años, sino de un lapso de tiempo determinado. (Por ejemplo una dispensación) Igual sucede con la palabra eterno, donde en ciertos pasajes Dios pide que se guarde cierto ritual eternamente, pero no significa por la eternidad sino solo por un lapso determinado de tiempo… Por esto estas palabras hay que saberlas interpretar de acuerdo al contexto.

Respecto de esta frase dicha por Jesús se hacen algunas diferentes interpretaciones, pero no hay duda que la venida de Jesús, su testimonio, sus milagros, todas sus enseñanzas, todas sus predicaciones, no tendrían sentido, es decir no servirían para nada, si Jesús no va a la cruz a morir por nuestros pecados, dándonos oportunidad de salvación.

Insisto: No hay duda de que absolutamente todo lo que hizo Jesús a lo largo de su vida no tendría ningún sentido, si él no hubiera ido a la cruz a morir y resucitar para darnos la oportunidad de ser salvos a través del Nuevo Pacto.

Cuándo Dios dio la ley a través de Moisés, el viejo pacto, y les dijo que la cumplieran, el verdadero propósito era que el hombre reconociera que ni desea, ni tiene la capacidad para obedecer a Dios… Para que reconociendo su incapacidad aceptára la salvación ofrecida por Jesús.

Es por eso que la muerte y la resurrección de Jesús son la columna principal e irremplazable para poder obtener todo lo ofrecido por Dios, a través del Nuevo Pacto. Por esto cuando Jesús dice que Abraham vio su día y se gozó, creo que no hay duda que se está refiriendo al sacrificio de Jesus.

Esta salvación ofrecida es tan importante, que Jesús sabiendo el castigo tan enorme que recibiría sobre la cruz, del cual la parte física no es precisamente la parte más dolorosa, el encontró la fortaleza para ir a la Cruz porque sabía cuál iba a ser el resultado de su sacrificio. De hecho la escritura dice que debemos tener esa misma visión. dice así:

Hebreos 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Algunos han dicho y con toda razón, que no fueron los clavos los que sujetaron a Jesús en la cruz pues el con el poder que tenía hubiera podido bajarse en cualquier momento, pero no lo hizo porque su amor lo mantuvo allí, sabiendo que gracias a su muerte y resurrección nos estaba proveyendo la oportunidad de salvación.

Si la escritura dice que hay fiesta en el cielo cuando una persona se convierte, con más razón el saber que su sacrificio iba a proveer salvación para muchos, le llevo a menospreciar algo tan terrible como fue la muerte en la cruz. Hay otros pasajes que nos muestran esta misma verdad, por ejemplo:

Isaías 53:11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

Al ver el resultado de la salvación que muchos aprovecharian, quedaría satisfecho.

¿Que significo este sacrificio? Hace muchísimos años en una obra de teatro cristiana, estaban representando la muerte de Jesús por el pecado de los hombres, y me impresionó sobremanera que mientras se representaba la crucifixión de Jesús, cada vez que uno de los actores daba un golpe con el martillo sobre los clavos, en cada golpe el Padre se estremecía, se sacudía, como sí el mismo estuviera recibiendo los golpes.

Esa fue la primera vez en mi vida que pensé; ¿Qué habrá sentido Dios Padre al ver a su hijo menospreciado, tratado como un criminal y ser asesinado de manera tan cruel… Por mano de aquellos por los que moría?

¿Qué sentiría usted si entregara a su único hijo amado para ser sacrificado de manera muy cruel, para salvar a unos criminales, y si usted viera a esos criminales burlándose de él, mientras al mismo tiempo ayudan a asesinarlo?

La otra cara de la moneda es: No sé si usted lo ha pensado seriamente, pero usted y yo fuimos los que en realidad colocamos los clavos en las manos de Jesús y lo tuvimos allí crucificado hasta la muerte. No fueron los judíos, fuimos todos nosotros los que lo colocamos allí. Pero: ¿Somos conscientes de esta terrible verdad?

Cuando uno revisa la escritura uno descubre que Dios no es ajeno y no es impasible ante las injusticias que se cometen. Su palabra dice:

Nahúm 1:3 Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable.

Un ejemplo de ello es lo que pasó en cierta ocasión con el profeta Eliseo. La escritura nos cuenta:

2 Reyes 2:23 al 24 Después subió de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡calvo, sube! 24Y mirando él atrás, los vio, y los maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos.

Si ese fue el respaldo de Dios a uno de sus profetas del que se burlaban, diciéndole: !calvo sube! … Si en más de una ocasión Dios destruyó a aquéllos que no le creían… Los espías que dieron malas noticias acerca de la tierra prometida murieron de plaga delante del Señor, y como fueron cuarenta días que estuvieron reconociendo la tierra y no creyeron que Dios les daba el poder para conquistarla, entonces Dios los dejó cuarenta años en el desierto, uno por cada día de su incredulidad.

Igual nos cuenta la escritura el deseo de Dios contra aquellos que se robaban los diezmos de los sacerdotes…

Malaquías 3:6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.

Está diciendo que merecían ser destruidos pero por ser el fiel a sus promesas no lo habia hecho. Pero un poco más adelante les dice:

Malaquías 3:9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.

Si esas son las respuestas de Dios ante las injusticias de los hombres contra los hombres: ¿Qué creen ustedes que sintió Dios el Padre cuando vio lo que estaban haciendo con su hijo amado, perfecto en santidad, por estar haciendo la perfecta voluntad de Dios Padre? La escritura nos cuenta:

Lucas 23:33, 35 al 37 Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda…. 35 Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios. 36Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, 37y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo….

Insisto: ¿Qué creen que sintió Dios el Padre contra aquellos qué estaban burlándose, insultando, escarneciendo a su hijo, que voluntariamente fue a la cruz precisamente por aquellos que lo estaban maltratando? ¿Qué haría usted si tuviera todo el poder que Dios tiene en una situación como esa?

(No se ustedes pero yo en mi mente si pienso en hacer cosas terribles con aquellas personas que veo cometiendo crímenes contra los niños, las niñas, el pueblo etc.…)

Y si nos preguntamos porque Dios en ese momento no hizo nada… La respuesta está en un versículo que me salté intencionalmente, el cual muestra el carácter misericordioso de Dios, pues dice:

Lucas 23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen….

Su hijo Jesús en el momento del castigo pidió perdón para aquellos que lo estaban asesinando.

Además, sabemos que aquellos que acepten este sacrificio hecho por Jesús para perdón de sus pecados, Dios los perdonará, les permitirá experimentar su amor y los sanara para tenerlos para siempre a su lado.

Mientras que aquellos que continúen despreciando a Jesús y a su sacrificio, por qué han decidido creer en el mensaje que el hijo de perdición dará al mundo, la escritura dice:

Apocalipsis 14:10-11 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; 11y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.

Pues bien, Abraham entendió el perdón y el amor de Dios gracias al dolor tan grande que el mismo experimento cuando fue a sacrificar a su hijo a quien amaba, por eso el Señor Jesús dijo:

Juan 8:56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

La escritura es muy clara en muchos pasajes al enseñar, que la clave para una vida cristiana victoriosa, llena de gozo, llena de poder, es el resultado de conocer y creer en el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros.

Si absolutamente todos los eventos y todos los mandatos los filtráramos a través del eterno amor de Dios por nosotros, tendríamos una óptica muy diferente acerca de todo lo que está pasando, y viviríamos llenos y manifestando el fruto del Espíritu Santo.

Siendo la confianza en el amor de Dios la clave para poder vivir una vida cristiana victoriosa… Entonces es fácil entender cuál es el estorbo para una vida cristiana victoriosa… Y es: No confiar en el amor de Dios… Y no confiamos en el amor de Dios cada vez que nos quejamos, no confiamos en el amor de Dios cada vez que vemos sus mandamientos como gravosos o inalcanzables.

Luego de que Abraham pasó esta prueba gracias a su confianza en el amor y en la fidelidad de las promesas de Dios… Dios le dijo:

Génesis 22:15 al 17 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; 17de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

De las palabras de Dios a Abraham vemos que por estar dispuesto a entregar a su hijo, recibió de parte de Dios la confirmación de muchísima bendición, que por supuesto es para Abraham, pero también gracias a esta confianza del Padre de la fe, nosotros también hemos recibido la bendición, pues Dios también le dijo…

Génesis 22:18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.

La escritura nos enseña que hay dos clases de simiente en Abraham. La de la carne que recibio las promesas que fueron hechas Abraham de prosperidad, de la tierra Israel, de un gobierno, etc. Y la simiente de Abraham en el Espíritu la cual es Cristo. Por eso dice la escritura:

Gálatas 3:16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

Eso quiere decir que el pueblo judío recibe las bendiciones materiales que Dios prometió a Abraham, hay que tener cuidado con esto no son promesas para los cristianos son para el pueblo de Israel, que son la simiente de Abraham, pero todas las naciones si tienen la oportunidad de recibir la justificación por fe y la promesa del Espíritu a través de Jesucristo.

Cuando recibimos estas promesas por haber creído en Jesucristo, el apóstol Pablo dice lo siguiente:

Romanos 8: 1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

La escritura nos habla de estar en Cristo y de que Cristo está en nosotros, una doble unión que no puede romperse jamás.

PERDON. Pero para que Cristo pudiese vivir en nosotros era indispensable que primero fuéramos perdonados de todos nuestros pecados. Y es por eso que cuando una persona está en Cristo Jesús, es porque ya fue completamente perdonada, y por eso el apóstol dice que no hay ninguna condenación para el que está en Cristo que es igual a decir que tiene a Cristo en su vida.

Es muy importante entender que este perdón no lo recibimos por dejar de pecar, este perdón lo recibimos cuando Nacemos de Nuevo, PARA que podamos dejar de pecar.

Y para poder dejar de pecar, lo primero que necesitamos es el deseo, y ese deseo también Dios lo coloca en nosotros cuando nacemos de nuevo. Y por eso la escritura dice:

Filipenses 2:13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Ahora: Si es Dios quien coloca en nosotros el deseo de hacer su voluntad, cuando no tenemos el deseo de vivir haciendo la voluntad de Dios, lo más probable es que tampoco hemos nacido de nuevo, lo cual también significa que tampoco hemos sido perdonados. (Aunque hay otra opción y es que estamos oprimidos por Satanás)

Así es de que hagámonos esas dos preguntas. La primera: ¿Reconocemos de todo corazón a Jesús como nuestro Señor y nuestro Salvador? Si la respuesta es sí, entonces tiene que haber un temor reverente, y aún un miedo de no obedecerle.

Y por esto la segunda pregunta es: ¿Deseamos vivir haciendo la voluntad de Dios en todos los aspectos de nuestra vida? (No estoy diciendo que estamos sino que deseamos lo cual implica que estamos luchando en fe para hacerle caso en todo)

Pero no sólo Dios produce el deseo de vivir haciendo su voluntad, también dice el versículo que él produce el hacer, es decir; él también nos provee el poder para hacer su voluntad.

Es por esto que el cristianismo es completamente diferente a cualquier religión, donde los creyentes deben esforzarse por cumplir con su Dios. En nuestro caso, lo que debemos hacer es creer que Dios lo hará, y así sucederá. Hay un pasaje que me gusta mucho que hablando de esto dice:

Hebreos 13:20–21Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Si volvemos a la carta los romanos allí vemos la explicación de cómo Dios lo hace, y dice:

Romanos 8: 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Notemos que no se está hablando de que nosotros debemos esforzarnos por dejar el pecado, pues lo que está diciendo es que hay una ley que me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Eso quiere decir que si estás pensando que ciertos pecados no los puedes dejar, déjame decirte que tienes razón, porque en tus fuerzas no puedes dejar ningún pecado, pero Dios si puede librarte de todos los pecados… Pero solo si le crees.

Y es por esto que el apóstol lejos de hablar de la capacidad humana, está hablando de que hay dos leyes: La ley del espíritu de vida que nos ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Alguien lo explicaba diciendo; existe la ley de la gravedad, si nos lanzamos al vacío la ley cumplirá su función y nos atraerá hacía la tierra. Pero podemos aprovecharnos de otras leyes que existen, nos colocamos alas y gracias a las leyes de la aerodinámica, la resistencia, la física… contrarrestamos la ley de la gravedad y no sólo evitamos la caída, sino que podemos volar. En otra parte la escritura dice:

Isaías 40:30 al 31 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Aquí está hablando del mismo tema. Por un lado están los que creen que en su fuerza, con su poder, con su sabiduría podrán dejar el pecado, y el resultado será: Fatiga, cansancio, debilidad y pecado.

Y el resultado de los que confían en Dios, y por lo tanto esperan que Dios sea el que haga, el resultado será: No habrá fatiga, no habrá cansancio, volarán como águilas.

Ahora: Sí no se trata de cuanta capacidad tenemos para dejar de pecar para hacer la voluntad de Dios, porque ya Dios nos ha sido dada la solución, tenemos que hacer dos cosas:

1. Debemos tomar la decisión de creer que gracias a la presencia de Dios en nuestra vida, tenemos el poder para dejar de pecar y vivir en la voluntad de Dios.

Es muy común pero también es muy equivocado cuando los cristianos dicen porque así lo creen, que no pueden dejar ciertos pecados.

Y lo grave del asunto es que si creen que no pueden dejarlos pues no los van a poder dejar, porque al creer que no los pueden dejar, no están creyendo en lo que Dios les ha prometido.

Muchos de los que creen esto, lo hacen porque todavía están mirando el pasado donde el pecado los derroto, y no están poniendo atención a las promesas que Dios bajo el Nuevo Pacto nos ha dado. Por lo tanto deben tomar la decisión de creer en lo que Dios ha prometido.

Cuándo entendí y decidí creer en esta verdad, también entendí que de allí en adelante si no dejaba el pecado, no era porque no pudiera dejarlo, sino porque no quería dejarlo.

Y ese es también el problema de muchos que han llegado a creer en el poder de Dios, pero todavía no han tomado la decisión de hacer caso a eso que el Espíritu Santo les está diciendo que hagan, que es dejar el pecado.

Por esto lo segundo que debemos hacer después de creer en el poder de Dios en y a través de nosotros es:

2. Debemos tomar la decisión de vivir para Dios.

Y si no tomamos esta decisión entonces también va a haber serias dudas acerca de si hemos nacido o no espiritualmente, porque el apóstol un poco más adelante dice lo siguiente:

Romanos 8:5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.

Por un lado están los que son de la carne, los que viven sin controlar sus malos deseos, los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil…

Y por otro lado los que son del Espíritu, los que viven obedeciendo al Espíritu Santo, los que viven conforme al Espíritu…

Ahora como el apóstol lo plantea yo no creo que la pregunta sea: ¿Cuál de los dos caminos quieres tomar? Lo que el apóstol en realidad está planteando es:

¿Qué ocupa tu mente? ¿Lo que tú quieres o lo que Dios quiere para ti?

Y la respuesta a estas preguntas debe llevarnos a entender: ¿Nosotros de donde somos? ¿Somos de la carne o somos del Espíritu?

Porque según como él lo plantea, lo que deseamos es simplemente el resultado de lo que somos. De tal manera que si quiero cambiar mis deseos, tengo que cambiar de donde soy.

Eso quiere decir que si usted es una persona que vive pensando en las cosas que la gente que no conoce a Dios piensa, si usted anhela las mismas cosas que la gente que no conoce a Dios anhela, lo más seguro es que usted tampoco conoce a Dios. ¿Por qué? Porque si conociera a Dios y fuera del Espíritu estaría pensando en las cosas del Espíritu.

Es decir; lo que usted debe hacer después de revisar su comportamiento, y en qué ocupa su mente, no es tratar de cambiar su comportamiento y su manera de pensar, si no preguntarse si Jesucristo es realmente su Señor y su Salvador.

Y cuando usted de verdad le acepte como su Señor y su Salvador, entonces comenzará a pensar en las cosas del Espíritu. Si no toma esta decisión de reconocerlo como su verdadero Señor, continúa el apóstol:

Romanos 8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

Recuerdan lo que consiguió Abraham por actuar en la carne y traer a Ismael al mundo. Cuando nosotros vivimos en la carne lo que logramos conseguir, es llenar nuestra alma de una serie de actitudes que cada vez nos alejan más de Dios. Yo las clasificó en tres grupos:

1. Las que me hacen creerme bueno y por lo tanto merecedor de una buena vida.

Usted es amable, es generoso, es comprensivo, ayuda a los demás, es honesto, etc. Pero al pasar el tiempo usted descubre que la gente no paga bien, que el marido no responde adecuadamente, que le esposa no responde adecuadamente, que los hijos no responden adecuadamente, que el trabajo son unos tramposos también y por lo tanto cosechará tristeza y desilusión.

2. Las que me hacen volverme malo. Los que están en esta categoría algunos comenzaron tratando de ser buenos, pero llegaron a concluir que como la gente no paga bien es mejor ser orgulloso, soberbio, terco, ambicioso, insensible, cruel, ventajoso, inmisericorde, y otras muchas actitudes que hacen sufrir a la gente.

3. Las que me hacen sufrir. La gente cuando es buena humanamente sufre, la gente cuando es mala sufre, pero hay sentimientos producidos por la carne que se ganan el premio en hacernos sufrir; miedo, desconfianza, resentimiento, falta de perdón, amargura, odio, soledad, etc.

Todas las personas que viven de acuerdo a la carne tarde o temprano experimentarán una o todas estas cosas que he mencionado, que la escritura las clasifica como muerte. ¿Por qué? Continúa el apóstol:

Romanos 8:7 al 8 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

Las personas que viven en la carne al vivir en enemistad contra Dios no pueden sujetarse a sus leyes, no lo pueden agradar… Y al final terminarán cosechando la corrupción que se cosecha cuando vivimos en la carne.

Y entonces la pregunta puede ser: ¿Será un verdadero cristiano aquel que viva de esta manera? El apóstol Pablo dice que no, por eso continúa diciendo:

Romanos 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

El apóstol asegura que un verdadero cristiano no vive según la carne, porque si vive según la carne es porque el Espíritu de Dios no vive en el… Y si el espíritu de Dios no vive en él, no ha sido perdonado por Dios y por más sabrosa y fructífera que pueda ser su existencia sobre la tierra, si no arregla ese asunto terminará en el infierno.

Hacer las cosas en la carne tiene que ver con dos cosas en particular: La primera es tener objetivos que no son la voluntad de Dios. Y la segunda es tener objetivos qué si son la voluntad de Dios pero qué trata de realizarlos en el esfuerzo personal. El apóstol continúa:

Romanos 8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Si al descubrir que andamos en la carne ya sea por nuestros objetivos o por nuestros métodos, no tomamos la decisión de hacer morir las obras de la carne, entonces dice que moriremos…

Pero si cuando Dios nos muestra que estamos andando en la carne, tomamos la decisión de hacer morir las obras de la carne, entonces cada vez la carne tendrá menos fuerza y el Espíritu tendrá más control de nuestra vida. Y vivir así es vivir guiado por el Espíritu de Dios y la escritura dice:

Romanos 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

Ser guiado por el Epíritu de Dios es hacerle caso a una conciencia renovada por el Espíritu Santo; Ser guiado por el Espíritu de Dios es ser guiado por su palabra que nos da claras instrucciones acerca de muchas cosas;
Ser guiado por el Espíritu de Dios es hacer caso a lo que el Espíritu Santo coloca en nuestra vida, entendiendo que su dirección no nos hace ni rebeldes, ni ir en contra de sus claros principios enseñados en su palabra.

Y llegando a éste punto el apóstol vuelve a mencionar la clave de todo esto:

Romanos 8:15 al 17 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

Donde nuevamente el amor de Dios es la clave de todo esto. Un amor que llevó a Jesús a menospreciar un castigo espantoso para proveer salvación. Un amor que debe llevarnos a pagar el precio, a renunciar aquellas cosas de la carne que sabemos que no son de bendición para nuestra vida, para luego poder gozar de una más amplia y gloriosa recompensa en su presencia.

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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