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APACIENTA MIS OVEJAS – PARTE 1

I. INTRODUCCIÓN

Lucas 19:1–6 Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. 2Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, 3procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. 4Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. 5Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. 6Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.

Los publicanos eran ciudadanos judíos que participaban de una licitación con el gobierno opresor Romano para encargarse de cobrar los impuestos al pueblo judío. Por esta razón no eran vistos con agrado por los de su pueblo, y en este caso él, era jefe de los publicanos y por supuesto debía ser muy rico.

Seguramente no se consideraba digno de acercarse a Jesús, sin embargo quería conocerle, y el hecho de qué se subiese a un árbol para solamente verlo pasar, muestra que su deseo de conocerlo era genuino… Y lo que hace el Señor Jesús, es lo que hace nuestro buen Dios con todo ser humano que se dispone de una manera genuina a conocerle. La escritura dice:

Jeremías 29:13–14 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. 14Y seré hallado por vosotros, dice Jehová…

Aunque esta promesa fue dada al pueblo de Israel, se aplica perfectamente a todo ser humano porque Dios dice que no hace acepción de personas, eso quiere decir que toda persona que busque de manera sincera a Dios, puede tener la certeza de que Dios hará lo que sea necesario para que le encuentre.

Y no importa si le llevan a una iglesia torcida, o conoce cristianos falsos que tratan de enredarlo, porque si hay un genuino deseo en su corazón el Espíritu Santo lo guiará a la verdad y lo llevara a un sitio donde reciba una sana doctrina.

Pues bien, Jesús va a casa de este hombre, siendo consciente de que él no era apreciado por los demás, y siendo consciente de la necesidad que tienen los hombres de ser perdonados. Y Zaqueo al ver que Jesús posa en su casa le recibe con gozo. Pero; qué pensaron los demás que conocían a Zaqueo. La escritura nos cuenta:

Lucas 19:7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.

Allí está manifiesta la naturaleza corrupta del hombre que se cree bueno. Dice que todos murmuraban, no algunos, todos. Y este tipo de críticas ante el comportamiento de Jesús fue algo que se repitió a lo largo de su ministerio, y obviamente es hecha por aquellos que, o se creen buenos, o no creen necesitar de Dios, y por eso no están dispuestos a confiar y a vivir de acuerdo a su voluntad.

Y entonces encuentran en la crítica una disculpa para no creer en Él. En este caso por entrar a casa de un hombre pecador están diciendo que Jesús está equivocado, y eso es razón suficiente para no seguirlo, porque: ¿Cómo seguir a alguien que anda en semejantes compañías?

Estas personas a las que les gusta criticar lo que otros hacen, personas que encontramos aún dentro de las iglesias, normalmente se creen mejores que aquellos a quienes juzgan y critican. Y aunque al confrontarnos también les toque reconocer que son pecadores, no creen ser tan pecadores como aquellos a quienes critican, y por eso creen que tienen tanto la autoridad como el conocimiento para hacerlo.

El apóstol Pablo hace una severa advertencia para este pecado, pues dice que las personas que siendo pecadores juzgan a los demás se enfrentarán a la ira de Dios. dice así:

Romanos 2:5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,

Sabemos que los auténticos hijos de Dios somos completamente perdonados y por lo tanto no sufriremos la ira de Dios… Lo que hay que revisar es que esa actitud de juzgar y criticar puede ser una evidencia de que tiene fe, pero no es un verdadero hijo de Dios que ha experimentado el perdón por sus pecados.

Cómo mencioné, estas críticas acompañaron a Jesús durante prácticamente todo su ministerio, y eso que tenemos la absoluta certeza de que jamás Jesús se equivocó. Si esto es así, que podemos esperar nosotros cristianos que a pesar de tener la mejor actitud, por nuestra falta de confianza todavía cometemos ciertos pecados. Es decir si Jesús no se salvó de las críticas siendo perfecto, pues creo que tenemos que acostumbrarnos a que nos critiquen, pero lo importante es lo que Dios diga de lo que estamos haciendo.

En otra ocasión que ocurrió lo mismo, Jesús fue criticado cuando se acercó a Mateo, el cual era otro cobrador de impuestos, es decir para los judíos era un bandido. En esta ocasión el Señor Jesús les dijo:

Mateo 9:11 al 12 Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? 12Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.

Aquí nuevamente se manifiesta la naturaleza corrupta del hombre, donde no sólo critican sino que no lo hacen con la persona en cuestión, sino que van a otras personas a su alrededor.

Sin embargo el Señor Jesús en su respuesta, al decir que los enfermos tienen necesidad del médico, está reconociendo que se está acercando a gente pecadora… La pregunta es: ¿Qué habrán entendido estos criticones? ¿Será que se sintieron orgullosos porque ellos no necesitaban del médico?

A veces he oído la crítica que se hace a los cristianos, diciendo que los que se vuelven cristianos son los que les está yendo muy mal en el mundo, y entonces reconociendo su mala situación y no pudiendo salir de ella, su última opción es buscar a Jesucristo. Esto es en parte cierto. Pero la pregunta es: ¿Los que están bien en el mundo no necesitan de Jesucristo?

Y la respuesta es que posiblemente no necesitan que Jesucristo les ayude con sus asuntos financieros, o con su salud, o aún con su familia, porque todo parece estar muy bien, sin embargo la pregunta es: ¿Acaso no son pecadores?

Y la pregunta no es sólo para aquellos que están bien respecto de su dinero, su salud o sus asuntos familiares, la pregunta es para todos en la tierra: ¿Habrá al menos una sola persona en la tierra que no sea pecador y no necesite del perdón de Jesucristo para ser salvado?

Es muy importante al estudiar la escritura no quitarle ni añadirle, porque en el libro de apocalipsis hay una severa advertencia para el que añade o el que quita a la palabra de Dios. En este caso es claro que Jesús dijo que los sanos no necesitaban del médico, pero eso no quiere decir que entre los hombres había gente sana que no necesitaba ser salvada por el Señor.

El apóstol Pablo explica este asunto de la culpabilidad del hombre de la siguiente manera, y lo hace refiriéndose a los que no conocen la ley de Dios. Es decir quien conoce la ley de Dios puede evaluarse con esta ley si está haciendo lo correcto o no, pero quien no la conoce, como debe hacer la evaluación de qué tan pecador es o no es. Y dice lo siguiente:

Romanos 2:14 al 16 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

Resumiendo este asunto podemos decir que todas las personas conozcan o no la ley de Dios, se les haya hablado o no acerca de Jesucristo, el juicio será hecho de acuerdo a la conciencia de cada uno.

Podemos imaginarnos algo así como Dios preguntando: ¿Usted ha robado o ha mentido alguna vez? Y si la persona dice que si la siguiente pregunta podría ser: ¿A usted le gustaba que lo robaran o que le mintieran? Y como la respuesta indudablemente es no, la siguiente pregunta podría ser: ¿Y si no le gustaba entonces porque hacia cosas que usted mismo califica como malas?

Y así podemos hacer muchas preguntas como por ejemplo: ¿A usted le gustaba que lo dejaran esperando… Y si no le gustaba, porque usted llegaba tarde a sus compromisos? ¿A usted le gustaba que no le pagaran a tiempo… Y si no le gustaba porque usted no era cumplido con sus compromisos financieros? ¿ A usted le gustaba que le fueran infiel… Y si no le gustaba porque usted fue infiel? ¿A usted le gustaba que lo juzgaran injustamente y lo criticaran… Y si no le gustaba porque usted hacía lo mismo?

Sin embargo creo que la pregunta más importante que todos los seres humanos tendrán que responder, es decir la pregunta clave va a ser: ¿Usted porque no creyó en el testimonio que Dios ha dado acerca de Jesucristo? Y esa es la pregunta más importante que define la salvación o la condenación, pues la escritura dice:

1 Juan 5:10 el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo

No es inteligente, no es sensato, es muy absurdo que la gente crea en los testimonios de muchas personas, en las filosofías de muchas personas, que si las comparamos con Jesucristo no son absolutamente nada ni nadie. Porque nadie ha vivido una vida tan espectacular, tan poderosa, tan llena de verdad como la de Jesucristo, por lo tanto no creer que Jesucristo es el hijo de Dios es el peor de los pecados.

Pero en el caso de qué alguien jamás haya oido hablar de Jesucristo, el juicio será de acuerdo a su conciencia, y esto quiere decir qué toda persona que en algún momento de su vida haya actuado en contra de su conciencia, es culpable de no vivir ni siquiera de acuerdo su propia norma, por lo tanto, también es culpable delante de Dios y merece la condenación eterna.

Aclaro: Esa es la norma de Dios, no es la norma del mundo, pues el mundo ha estigmatizado ciertos pecados como los más horrorosos, pero ha dado plena aprobación a pecados que son horrorosos.

Lo triste es que este mismo error lo están cometiendo algunos cristianos, que también toman ciertos pecados y los colocan como los más graves, mientras que otras cosas que son muy graves dentro del cristianismo, pero normales en el mundo, son aprobadas como buenas.

El orgullo, la prepotencia, la avaricia, la acepción de personas, la falta de misericordia, el deseo de ser rico, la gula, etc. No son considerados pecados graves en muchas iglesias, ni para muchos cristianos.

Ahora: Es verdad qué la escritura nos muestra que hay pecados más graves que otros, pero cuando se trata de la salvación, no importa el tamaño o la gravedad de los pecados, pues la escritura dice:

Santiago 2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.

Sin embargo en muchas iglesias pasando por alto esta verdad no toman como pecado ciertos pecados, mientras que hacen énfasis en lo malo que son otros pecados como por ejemplo el homosexualismo o la prostitución, o lo malo que es ir a la discoteca a emborracharse, cuando el verdadero problema no es por ejemplo el homosexualismo, pues si un homosexual dejara de serlo, eso no solucionaría el problema de su condenación. O si una prostituta deja de serlo eso tampoco soluciona el problema de su condenación.

Lo único que puede solucionar el problema de la condenación de cualquiera, es que se arrepienta y reconozca a Jesucristo como su Señor y Salvador, y reciba así el perdón de pecados por su nombre.

Si un homosexual, o una prostituta, o un sicario recibe a Jesucristo junto con el perdón ofrecido por él, terminarían en la presencia de Dios, aún aunque no tuvieran tiempo suficiente para dejar de ser lo pecadores que son. El ladrón que murió al lado de Jesús en la cruz, recibió el perdón y la salvación, pero no tuvo tiempo de cambiar su vida.

Lo que debemos entender con todo esto es que absolutamente todos en la tierra somos pecadores, pero estamos dividirnos en tres grupos; los pecadores que reconocemos que somos pecadores y hemos aceptado al Salvador; los pecadores que reconocen que son pecadores pero no creen en el amor y el perdón de Dios; y los pecadores que no reconocen que son pecadores porque creen que no son como los demás, o que creen que no tendrán problemas si son juzgados por Dios, o que creen que como Dios no existe pues no importa, y no se van a dejar condicionar por una religión que pretende manipularlos y esclavizarlos.

Pero sin importar lo que piensen todos, la verdad es que todos necesitamos del Salvador, pero sólo aquellos que reconocen ser pecadores, y desean acercarse a él recibirán la salvación. El Señor Jesús a estos pecadores que no reconocían ser pecadores les dijo:

Mateo 9:13 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.

La frase misericordia quiero y no sacrificio está en el libro del profeta Oseas, y son las palabras del Señor cuando está regañando al pueblo porque su busqueda de Dios es algo falso.

De hecho quienes están criticando a Jesús eran precisamente los más religiosos, pero su falsa relación con Dios los convierte en personas sin misericordia, que además creen que con cumplir ciertos rituales el asunto está bien, aunque su vida personal esté llena de otros pecados.

Éste falso cristianismo se evidencia en el énfasis de cumplir con todas las cosas sin importar cómo está el corazón, y entonces se agarran de esos pequeños detalles o pequeñas desobediencias para poder criticar a los demás, evidenciando que no tienen una relación con Dios, porque si la tuvieran entenderían que ellos son aún más pecadores que aquellos que están criticando.

Por esto a estos religiosos el Señor Jesús les dijo:

Mateo 23:24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!

Pues bien, después de hablar sobre la necesidad que tienen los que critican de entender la misericordia, Jesus vuelve insiste que vino a llamar a los pecadores al arrepentimiento.

Lo cual quiere decir que vino a llamar a absolutamente todos los hombres, pero solamente escucharán el llamado y lo aceptaran aquellos que sean capaces de reconocer sus pecados y su falta de misericordia.

Y eso fue precisamente lo que ocurrió con Zaqueo, pues producto de su encuentro con el Señor reconoció ser pecador, decidió cambiar, por esto se comprometió a ser generoso, a restituir lo robado y a hacer las cosas bien, por lo cual Jesús dijo:

Lucas 19:9 al 10 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. 10Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

No hay duda, son las palabras de Jesús, el vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Y no hay que hacer ninguna exégesis profunda para entender que el Señor Jesús vino a salvar a los hombres, o podemos decir, al hombre que después de haber sido creado y colocado en el paraíso se perdió.

Y si nos preguntamos: ¿Qué gana Dios con salvar a los hombres? Pues la verdad no creo que haya nada sobre la tierra que Dios necesite, pues siendo él, el creador del universo, creo que podemos decir que ni siquiera los hombres le hacen falta, pues podría crear nuevos hombres.

De hecho vimos que en ese fue uno de los ofrecimientos a Moisés, cuando el pueblo rebelde no quería caminar….

Éxodo 32:9–10 Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. 10Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.

Pero Moisés decidió seguir luchando con el mismo pueblo, aún pensando en no dejar mal a Dios, y es que en esa historia Moisés en cierto modo representa la misericordia de Dios, la cual se ve claramente expresada en la persona de Jesucristo, quien por causa de su amor al hombre, dice la escritura:

Filipenses 2:6 al 8 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Jesús fue capaz de entregarse por completo para salvar al hombre. La pregunta es:

Romanos 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

No suena nada sensato que después de que Dios Padre haya entregado a su hijo, le dé por portarse tacaño con algo que nosotros realmente necesitáramos. Por esto la pregunta es: ¿Entendemos cuál es el verdadero problema, entendemos cuál es nuestra verdadera necesidad?

Por ejemplo: En cierta ocasión un hombre se acercó a Jesús con la siguiente petición:

Lucas 12:13 Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.

Este hombre creía tener un problema económico, como muchos, y lo que Jesús respondió fue:

Lucas 12:14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor

Esta respuesta de Jesús parece algo contradictoria. Es decir: ¿Por que Jesús le dice que no vino a arreglar ese tipo de conflictos? No parece esa ser la respuesta de un Dios todopoderoso, que además es generoso, justo, y que fue capaz de entregarse asimismo nosotros cuando éramos sus enemigos.

Es decir; si la escritura dice que Dios está pendiente de nuestras necesidades, si leemos que él entregó a su hijo y por eso no nos negará lo que necesitemos… ¿Acaso no podemos ir a él a pedirle por nuestras necesidades? Es decir, si clamamos como este hombre clamó será posible que como respuesta recibamos un: “Ese no es problema mío”

Igualmente si la gente está atribulada por la injusticia social, porque la mayoría de los ricos se aprovechan de los pobres, o por las enfermedades o las inclemencias del tiempo… ¿Qué podemos esperar como respuesta de parte de Dios si clamamos por esas necesidades? Acaso también nos dirá: Eso no es problema mío.

Es más, si vamos a la escritura vamos a encontrar que Dios muchas veces ha suplido ese tipo de necesidades económicas, de salud, de conflictos… Y no hay duda que entre los cristianos tenemos también muchos testimonios de ese tipo de provisión de Dios a ese tipo de necesidades, y por eso es muy importante que entendamos porque en esta ocasión Jesús contestó de esta manera.

Lo primero que quiero que no ignoremos es que aunque el Señor Jesús no respondió de acuerdo a lo que se le pedía, si dio una clara respuesta. Esta fue:

Lucas 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

La respuesta de Jesús nos muestra que no es que el pensara que la situación de este hombre no era un asunto suyo, lo que la respuesta nos muestra es el verdadero problema de este hombre, que por la respuesta de Jesús entendemos que él pensaba que la vida consistía en obtener bienes materiales… Cuando su verdadero problema era la avaricia que había en su corazón.

Y lo más grave de esto, es qué aunque estaba en la presencia del mismísimo Dios, eso no le pareció importante, es decir; lo menosprecio a tal grado, que pensaba que era obligación de el ayudarle con su proyecto de vida, aunque estaba completamente desenfocado.

Porque este nombre ni siquiera menciona: “Sí es tu voluntad por favor Señor.” Sino que atrevidamente le ordena al Señor, que le diga a su hermano que comparta la herencia.

Es importantísimo que al hacer nuestras peticiones a Dios nos preguntemos lo que este hombre no se preguntó. Porque si no nos hacemos esas preguntas entonces fácilmente caeremos el engaño de pensar que necesitamos ciertas cosas, cuando en realidad lo que necesitamos es que Dios a través de esas circunstancias cambie nuestro corazón, saque el pecado de nuestra, vida de tal manera que podamos ver lo importante que es para nuestra vida aprender a confiar cada vez más en Dios.

Debemos preguntarnos cosas como que es más importante: ¿Tener la presencia de Dios en nuestra vida con la salvación y la sanidad que necesitamos o tener dinero, o salud, o familia, etc.? Y si nos tocara decidir entre lo uno y lo otro: ¿Qué haríamos? ¿Qué tiene más valor para nosotros?

Esto en otras palabras quiere decir qué cuando Dios no responde afirmativamente ese tipo de peticiones que le hacemos, es esa la forma en que él nos dice: Tu proyecto de vida está equivocado, estás mal enfocado, me estás menospreciando, no estás valorando la salvación que te he ofrecido, por qué no estás reconociendo que el problema que tienes es que estás enfermo, y que eso te lleva a portarte como pecador.

Por esto en lugar de pensar que Dios no me escucha, o que Dios no me ama, o que Dios tiene favoritos a los cuales si les responde ciertas peticiones, lo que debemos entender es que cuando Dios nos da esta clase de respuestas, nos está mostrando que está decidido a buscar y a salvar al hombre que se ha perdido.

Déjenme insistir. Todas las respuestas que Dios da a nuestras oraciones son perfectas, y cuando él dice no a una petición es porque la petición está equivocada, por lo cual deberíamos alegrarnos por él no que recibimos a nuestra petición, pero para poder hacerlo es necesario primero reconocer que el verdadero problema es el pecado en nuestra vida, y no aquella otra cosa que creemos necesitar y estamos pidiendo.

Entender este asunto, y creerlo de todo corazón nos permitiría ver la vida de una manera muy diferente.

Nos permitirá ver la eficacia de Dios trabajando a favor de nosotros, y también nos permitiría tomar responsabilidad sobre este asunto. ¿A qué me estoy refiriendo? Si volvemos a un pasaje que ya vimos y retrocedemos un versículo, leemos:

Filipenses 2:5 al 7 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo,

Nosotros debemos tener el mismo sentir, el mismo deseo, el mismo proyecto, el mismo objetivo que tuvo Jesús cuando se despojó a sí mismo. Y si no lo hay, con toda seguridad tendremos serios problemas en nuestra vida cristiana. ¿Cuál es ese sentir y objetivo? Ya lo leímos:

Lucas 19: 10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Siendo ese el objetivo básico y primordial del Señor Jesús, por el cual se despojó y fue capaz de entregar la vida, ese mismo objetivo básico y primordial debe estar incluido como algo de alta prioridad en nuestra vida.

Esto puede sonar un poco exigente o difícil para aquel que comienza la vida cristiana, pero con el tiempo en la medida que Dios transforme sus vidas y vayan obteniendo el carácter de Jesucristo, ese carácter, esa personalidad que obtendrán producto de que Dios limpie su vida de pecado, los llevará a buscar y a salvar lo que se ha perdido, y será una experiencia maravillosa.

Esto es tan importante en la vida de todo auténtico creyente, que este deseo del Señor no fue dejado como algo trivial o como algo que los cristianos podían tomar o dejar a nuestro antojo, sino que vemos que de una y otra forma el Señor insistió en sembrar esto en el corazón de aquellos que ya le habían conocido.

Más aun, si revisamos la oración que Jesús hace que está registrada en el evangelio de San Juan, podemos ver que él le hace a su Padre una serie de peticiones en las cuales estamos involucrados o comprometidos al 100% pues dice así:

Juan 17:18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo

Y si el Señor Jesucristo entregó su vida para cumplir con el propósito por el cual fue enviado; ¿cuál creen que sea el precio que nosotros debemos estar dispuestos a pagar para obedecer a su mandato?

Cuando uno entiende que ese es el verdadero propósito, transformar nuestra vida haciendo de nosotros hijos que manifiesten la gloria de Dios, para poder ser testigos de nuestro Salvador, lo cual insisto llenará nuestra vida de un gozo y una alegría que sólo los cristianos podemos experimentar, uno ve con más claridad la necesidad de cumplir con ciertos requisitos o advertencias, por ejemplo:

Mateo 10:39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.

Perder la vida por causa del Señor es tener el mismo propósito que él tuvo en su venida, y el resultado de hacerlo será hallar la vida para la cual fuimos creados, y no me refiero sólo a nuestro tiempo en esta tierra sino a la eternidad.

Fuimos creados para gobernar con él en el milenio y luego estar con él en la eternidad, y sólo quien pierda su vida por causa de él podrá participar de esta inimaginable bendición. Y quien no participa no es que se queda sin nada… Quién no participa tendrá que soportar la condenación por toda la eternidad.

En otra ocasión repite lo mismo pero añadiendo lo que menciono acerca de la condenación:

Mateo 16:25 al 26 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Cuando vemos todo esto es importantísimo que entendamos, que un cristiano que no siente amor por los perdidos, es un cristiano que todavía está supremamente enfermo en su alma, y por lo tanto imposibilitado para amar con el amor de Cristo.

Que esto pase en un cristiano que lleva poco tiempo es entendible, pero un cristiano que lleva un par de años y que todavía no haya entendido que el propósito de Dios con el no es darle dinero, salud, prosperidad o éxito, sino sanar su alma para que el amor de Dios sea manifiesto en él y a través de él, está completamente desenfocado.

En otra ocasión dijo:

Mateo 20:28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Y esto que acabo de leer tiene que ser parte del sentir que debe haber en cada uno de nosotros. Y es por esto, por lo importante de este deseo de Dios para con la humanidad, que después de que Jesús resucitó reunió a sus discípulos en cierto monte para ascender a los cielos, y lo último que les dijo fue:

Mateo 28:18 al 20 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones… 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Tienen todo mi poder respaldándolos, por lo tanto vayan a todas las naciones, no sólo a evangelizar sino a hacer discípulos que aprendan a guardar todas las cosas que Él nos ha mandado guardar.

No hay duda que podemos decir que es el mandato más importante que hemos recibido, que por supuesto no se puede cumplir si no vivimos un cristianismo auténtico, a través del cual Dios limpie nuestra vida de pecado, para que con un alma sana amemos con el amor de Dios. Y luego seamos inmensamente recompensados por toda la eternidad.

Lo otro que es muy importante entender es: ¿Cuál es el tiempo correcto para cumplir con este mandato? Si esto tan importante ha quedado claro en nuestra mente y en nuestro corazón, la pregunta que sigue es esa: ¿Cuándo? ¿Cuándo es el momento en que cada uno de nosotros comience a compartir su conocimiento de Dios a los demás?

La respuesta a esta pregunta es: Cuanto antes. Y esto lo podemos ver en el siguiente pasaje donde Jesús después de haber compartido a la samaritana, lo cual implico derribar una serie de barreras sociales y religiosas, cuando los discípulos de trajeron de comer él les dijo:

Juan 4:34 al 35 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 35¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.

Las palabras de Jesús pueden parecernos un poco exageradas, pues lo primero que les dice es qué lo que lo mantiene a él vivo no es la comida física, sino el privilegio de hacer la voluntad de Dios.

Y es que ciertamente la vida, la verdadera vida está en hacer la voluntad de Dios, quién no está haciendo la voluntad de Dios no está viviendo la vida. Pero cuando se vive haciendo la voluntad de Dios entonces se cumple la promesa, de que aquel que busca el reino de Dios y su justicia, todas las cosas que necesite, su alimento, su vestido, su vivienda le serán suplidas por Dios.

Y estas cosas necesarias para la vida física que Dios promete darnos, son la añadidura, es decir no son la vida, son la ñapa que Dios nos da por vivir haciendo su voluntad.

Lo otro que menciona el Señor Jesús cuando le llevaron de comer, es que aunque los discípulos pensaban que no era el tiempo de la cosecha, porque faltaban cuatro meses, el Señor Jesús les dice que no hay que esperar, que ya es el tiempo de hacerlo.

Es como si dijéramos que no hay ninguna razón válida para dejar de compartir el evangelio, que es igual a decir que no nos dejemos engañar por las apariencias, de que no es el tiempo, de que la gente no está lista, de que la gente no necesita de Cristo, y por supuesto también, de que no estamos listos para hablar del Señor a los demás, que es por lo general una de las disculpas más comunes.

Este mismo énfasis de la urgencia de hacerlo ya, lo podemos ver en las palabras de Pablo a Timoteo cuando le dice:

2 Timoteo 4:1 al 2 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

Dice que debemos insistir a tiempo y fuera de tiempo, y no se trata sólo de evangelizar, sino de algo que implica un compromiso que requiere mucho más dedicación. Predicar, reprender, exhortar… Con toda paciencia, y de acuerdo a la doctrina para hacer discípulos de Cristo. (Muchos se dedican a dar mensajes motivacionales con doctrinas equivocadas)

¿Y Por qué la urgencia? Por varias razones: La primera que voy a mencionar, no en su orden de importancia es; porque cuando no lo hacemos desde el comienzo, luego se vuelve más difícil de hacer.

Y es por eso que hay cristianos que se acostumbran a nunca hablar de Jesucristo a los demás, mucho menos se van a comprometer a con paciencia a discipularlos.

Una segunda razón para hacerlo con urgencia es que no tenemos ni idea cuánto va a durar la vida de una persona. De esto hay testimonios de personas que fueron salvadas poco tiempo antes de morir, y otras que se murieron a las que habiendo oportunidad de hablarles, quien tuvo esa oportunidad no la aprovechó.

Y una tercera razón es explicada al continuar con él pasaje:

2 Timoteo 4:3 al 4 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

No sólo en este pasaje sino en otros pasajes de la escritura, se nos muestra que entre mas se acerque el final de los tiempos, cada vez será más difícil que las personas acepten el verdadero mensaje del evangelio.

Algunos interpretan el pasaje de la semilla que da fruto:

Mateo 13:8 al 9 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 9El que tiene oídos para oír, oiga.

Como una proyección de que cada vez menos gente estará dispuesta a conocer el Señor.

También la apostasía, es decir cuando muchos llamados cristianos comiencen a renunciar al Evangelio, o lo que es lo mismo, perviertan de tal manera el Evangelio que se vuelva un evangelio mundano. Cuando esto ocurra, y ya está ocurriendo, es una señal de que la venida del Señor por nosotros se acerca. Sin embargo antes de su venida la escritura nos dice lo que ha de suceder:

2 Tesalonicenses 2:3-4 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 4el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto;

Y tampoco hay duda que el mundo ya se está preparando para este evento, pues cada vez en todo el mundo se está rechazando más y más el cristianismo, aún en Israel están colocando problema a los cristianos que comparten su fe.

Los países gobernados por comunistas detestan el cristianismo porque evidencia lo que hacen mal, también las ideologías de género y este tipo de perversiones detestan el cristianismo por la misma razón.

Por supuesto entre los cristianos tenemos varias opiniones de cuánto tiempo creemos que falta para nuestro encuentro con el Señor y el fin del tiempo, porque este asunto de qué tanto el mundo rechaza a Dios es un poco difícil de evaluar.

Cuando pensamos que la maldad está llegando a su límite, pasa el tiempo y nos enteramos de qué están sucediendo cosas todavía mucho peores… Ya en los colegios en Estados Unidos están colocando clubes de Satánistas, para que los muchachos puedan asistir, y allí les dicen que Satanás los ama, que Satanás respeta sus deseos, que Satanás no rechaza a nadie, y que por supuesto a nadie va a castigar…

Sin embargo Dios a pesar de qué cada vez las personas están más duras respecto del Evangelio, Dios sigue caminando en pos de su propósito y nosotros debemos hacer lo mismo:

Lucas 19: 10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

¿Por qué habla de buscar? ¿Será porque es difícil encontrar a las personas para compartirles de Cristo?

Pienso que no, pienso que habla de buscar porque entre las muchas personas a las cuales les podemos hablar del Señor, sólo pocas reciben el mensaje. Respecto de esto la escritura dice:

Mateo 7:13 al 14 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Y esos pocos son los que hay que buscar para compartir con ellos lo que conocemos de nuestro precioso Señor.

En esta búsqueda es importante ser sensibles a la dirección del Espíritu Santo, ya que la escritura nos advierte de que hay personas a las que no se les pueden dar perlas, como también puede ocurrir que nos quedemos demasiado tiempo insistiéndole a alguien que al final lo único que el logra es que nosotros no comportamos el evangelio a quienes si están dispuestos. Cuando Jesús dijo:

Juan 10:14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

Nos da a entender que aunque la oportunidad de salvarse es para todos, no todos van aceptar el amor del Señor para ser salvos, y por eso él habla de “sus ovejas”, pues con anterioridad él sabe cuáles son los que se han de salvar.

Y entonces sabiendo que no tenemos tiempo para todos, porque les insisto no se trata sólo de evangelizar y hacerles hacer una oración, sino de continuar con ellos hasta que nazcan de nuevo, y luego continuar hasta llegar a la unidad de la fe, lo cual no es fácil, y es por eso que necesitamos la dirección del Espíritu Santo para saber a quienes hablar.

Y para terminar por hoy quiero que tengamos en cuenta, que en esto en que Dios espera que nosotros nos enfoquemos, como una parte preciosa de nuestra vida, que nos permitirá edificar a otros en el Señor mientras nosotros somos edificados, la actitud que debemos tener tiene que ser el amor.

Pero no el amor al mundo, no el amor a nuestro ego o a nuestro orgullo, no es para mostrar que buen cristiano y que tan espiritual soy, y como iglesia no por amor al dinero, ni para mostrar lo grandes que somos, ni para escalar posiciones en la iglesia según el número discípulos, ni para ganarse el privilegio de ser el discípulo del pastor, ni ninguna otra motivación mundana de las que se han metido en muchas iglesias, que ponen a la gente a trabajar con una alta motivación pero que no es del Señor.

El Señor Jesús después de resucitar le dijo a Pedro:

Juan 21:13 Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado. 14Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.15Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. 16Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

Pongámonos en el lugar de Pedro, y oigamos la voz del Sr. Preguntándonos por nombre propio por nombre propio… Alonzo, Tamara, Hector, Virginia, Marcia, Rocío, Alejandra, Jazly, David, Adriana, Durley, Carolina, Richar, Elizabeth, Isabel, José, Diana… ¿Me amas?

Y si la respuesta es que amamos a Dios porque él nos amó primero, lo que él desea es que apacentemos sus corderos, y pastoreemos y apacentemos sus ovejas.

Hebreos 13:20 al 21 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

¿Sabías qué?

La iglesia es una entidad sin ánimo de lucro, por esta razón para funcionar dependemos primeramente de Dios, y de las ofrendas, donaciones o contribuciones que sus miembros, amigos o simpatizantes quieran hacer, lo cual, si Dios lo coloca en tu corazón puedes hacer a través de las siguientes opciones.

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