NUEVO PACTO
L. SEGURIDAD DE RECIBIR LA PROVISIÓN MATERIAL QUE NOS APROVECHE
Las últimas dos promesas que hemos estudiado, la seguridad de recibir la disciplina de parte Dios si es necesario, y la seguridad de que nuestra fe, también si es necesario, será probada, tienen íntima relación con el crecimiento en la fe, y el crecimiento en la fe es en realidad crecer en salvación. La escritura lo dice de la siguiente manera:
2 Corintios 1.6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.
Las aflicciones y las tribulaciones son usadas por Dios para cambiar nuestros valores, de tal manera que cada vez al amar menos al mundo y al apreciar más la salvación, experimentemos cada vez más la consolación, el gozo y la paz de Dios, como resultado del crecimiento de nuestra fe. Por eso es importantísimo que entendamos que todas las cosas que vivimos en esta vida, sólo son importantes en la medida en que traigan más crecimiento en salvación. Esto que acabo de mencionar es básico y supremamente importante para poder entender la vida y los tratos que Dios en su soberanía ordene para cada uno de nosotros, si no entendemos o si perdemos de vista la importancia de la salvación, estaremos desenfocados por completo, sufriendo innecesariamente, perdiendo tiempo, y desaprovechando muchas bendiciones La gente del mundo que se va a perder eternamente, es aquella que cree que la clave de la vida tiene que ver con las cosas que logren hacer y poseer… Por eso se dedican a tener y a disfrutar cada vez más y más, sin aprender prácticamente nada de Dios. Sin embargo la escritura advierte para quienes piensan que la vida se trata sólo de eso. Y dice:
Mateo 24.37–39 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Notemos que aunque en otros pasajes la escritura nos confirma que en esa época había mucha maldad en la tierra, no es lo que el Señor menciona como la razón de su perdición. Más aún, las cosas que menciona que la gente estaba haciendo, qué es lo mismo Que hace la mayoría del mundo hoy, no están prohibidas en la escritura. ¿Cuál es entonces el problema? El problema es que pensaron que la vida era solamente eso, y por eso centraron su existencia en las cosas de este mundo, perdiendo por completo la oportunidad de conocer a su Salvador y de crecer en salvación. Su ignorancia e incredulidad acerca de la importancia de la salvación y del Salvador los condenó y condenará a todo el que viva igual. Es por eso que nosotros no podemos perder de vista, que todo lo que ordena Dios que nos suceda es sólo para aumentar nuestro conocimiento y nuestra confianza en El. Es decir para crecer en salvación. Por eso dice la escritura: Filipenses 2.12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, Ocuparse con temor y temblor entendiendo que no hay absolutamente nada más importante que la salvación, en la práctica se traduce a que debemos estar pendientes para discernir y entender las lecciones espirituales, que Dios nos está dando a través de todo lo que sucede a nuestro alrededor. Siendo esto así la pregunta que surge ante esta importante realidad es: ¿Está bien que dediquemos nuestra vida a hacernos ricos? Y la respuesta por supuesto es no;; a lo que debemos dedicarnos con temor y temblor es a aprender todas esas lecciones espirituales que Dios nos quiere enseñar. Sin embargo todos tenemos necesidades materiales básicas que deben ser atendidas, para lo cual la escritura nos enseña que debemos ser diligentes y debemos aprovechar las oportunidades que Dios nos da. Su palabra dice:
Proverbios 13.23 En el barbecho de los pobres hay mucho pan; Mas se pierde por falta de juicio.
Proverbios 12.27 El indolente ni aun asará lo que ha cazado; Pero haber precioso del hombre es la diligencia.
Proverbios 10.4 La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece.
El problema con este asunto del sustento es la falta de equilibrio, que lleva a algunos a no ser diligentes e su trabajo desperdiciando las oportunidades que Dios les da para proveerle su sustento, y a otros por causa de su desconfianza en la provisión de Dios o por su codicia, a caer en el pecado de dedicarse casi por completo a su trabajo para lograr ser ricos, menospreciando por completo la salvación, las lecciones espirituales y el crecimiento espiritual que son la verdadera riqueza.
LA PROMESA
Y precisamente para solucionar este problema el Señor Jesús nos ha dado una promesa que dice:
Mateo 6:30 al 32 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Quiero resaltar varios asuntos de este pasaje;; el primero como ya mencioné, es que cuando hay poca fe el resultado es afanarse por el sustento que necesitamos para vivir. Lo segundo que quiero resaltar es;; que los que no conocen a Dios están enfocados básicamente en conseguir las cosas para vivir, excluyendo de su vida el asunto espiritual y su relación con Dios. Y lo tercero que veo es, que para que los creyentes no nos afanemos nos dice: “vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.” Y entonces: ¿Cuál debe ser el resultado para un creyente que confía en el Dios todo poderoso, cuando le dice que el sabe exactamente lo que necesita? El resultado debería ser una confianza absoluta, que debe llevarnos a seguir cuidadosamente sus instrucciones, para recibir la provisión que necesitamos. El apóstol Pablo en la carta a los romanos hace un planteamiento que debería dejarnos absolutamente tranquilos respecto de las cosas que necesitamos pues dice:
Romanos 8.31–32 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
Es decir si Dios sabe que yo tengo necesidad de esas cosas, habiéndome entregado a su hijo Jesús, me negará algo que en comparación no vale absolutamente nada y que Dios no tiene ningún problema en suplir. La respuesta obviamente es que no, Dios no nos negará absolutamente nada que en realidad necesitemos. Es por esto que el apóstol Pablo asegura:
Filipenses 4:19 al 20 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. 20Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
En esta promesa, el apóstol Pablo dice que;; Dios suplirá nuestras necesidades, y no se está refiriendo como vimos en otra promesa a nuestras necesidades espirituales, sino que está hablando del asunto material, entendiendo por esto que Dios suplirá cosas como el alimento, vestido, vivienda y todo lo que en realidad necesitemos para vivir. Si revisamos el contexto veremos que el apóstol Pablo al decir estas palabras está hablando de cómo en medio de la tribulación, es decir aún en medio de situaciones difíciles recibió, ( de parte de Dios,) a través de ellos el sustento que necesitaba. Y les dice que hicieron bien, pero el énfasis que hace no es que él haya recibido, sino que ellos van a recibir de parte de Dios, y entonces asegura: Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Al decir esto, aunque ciertamente está asegurando que ellos recibirán la provisión material conforme a la riqueza del Señor, debemos tener en cuenta que él se los dice, porque ve que ellos están haciendo lo correcto. Porque si el viera que su actitud respecto de la riqueza fuera una mala actitud, seguramente no les diría lo mismo. Ya leímos algunos textos que muestran como el indolente, el negligente y el falto de juicio experimenta pobreza, y por esta razón en cierta ocasión viendo el apóstol que algunos creyentes no quería trabajar, les escribe:
2 Tesalonicenses 3.10–12 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. 12A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. 13Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.
Sin embargo al trabajar hay que tener en cuenta que debemos hacer confiando en el señor, para no caer en el afán y en el desequilibrio de Ignorar la importancia de la bendición espiritual que nos hace crecer en salvación. Eso en otras palabras es lo mismo que el Señor Jesús dijo que debía ser nuestra prioridad:
Mateo 6.33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
De tal manera que podemos tener la absoluta seguridad de que si seguimos las instrucciones de Dios, el nos dará las cosas que necesitamos, para poder vivir haciendo su voluntad. Respecto de esta promesa hay bastantes cosas que debemos tener bien claras.
PARA LAS NECESIDADES
Podemos comenzar por decir que Dios promete darnos para nuestras necesidades, no para nuestras necedades. No tener claro que puede haber una enorme diferencia entre lo que realmente necesitamos y lo que nosotros creemos necesitar, puede llevarnos a pensar que Dios no está cumpliendo con su promesa. La escritura hablando de aquellos que se condenan dice: Salmo 73.7 Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón. Y en otra parte dice:
Salmo 92.7 7 Cuando brotan los impíos como la hierba, Y florecen todos los que hacen iniquidad, Es para ser destruidos eternamente.
Y como obviamente de eso es que nos quiere librar Dios, por eso su mandato respecto de las riquezas para nosotros es:
1 Timoteo 6:11 al 19 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 18Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; 19atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.
En otra versión dice que Dios nos dará las cosas en abundancia para nuestro provecho. Lo cual nos permite entender que si la abundancia material no es provechosa a nuestra vida, Dios dará escasez. El pasaje también menciona dos cosas que podrían traer escases, la primera es poner la esperanza en las riquezas y no en Dios, y la segunda no ser generosos. Estas dos malas actitudes pueden traer pobreza, porque la pobreza es lo que puede llevarnos a depositar nuestra confianza verdaderamente en Dios, y la pobreza también puede mostrarnos lo importante que es ser generosos. (Quien necesitando algo sufre por la tacañería de quienes pueden ayudarlo podrá entender lo importante de la generosidad) Esta traducción;; “En abundancia para nuestro provecho” es más acorde con la sana doctrina, pues pensar que Dios a todos los cristianos les dará “todas las cosas en abundancia para disfrutar” sin importar las malas actitudes, esto podría reforzar esas malas actitudes, y por supuesto sería falta de amor de parte de Dios, el darnos algo que nos haga daño. Esto nos lleva a la conclusión de que es muy posible que lo que Dios nos provea no alcance para hacer nuestra voluntad, pero;; para hacer la voluntad de Dios siempre tendremos lo necesario. Sin embargo esto no quiere decir que siempre habrá abundancia, pues puede ser necesario para nuestra vida experimentar tiempos de escasez, pues hay muchísimas lecciones que podemos y debemos aprender a través de tiempos de escases o de abundancia. (Las vacas gordas y las vacas flacas) Hay que ejemplos muy claros en la escritura de como Dios para dar ciertas lecciones espirituales muy importantes ha quitado algo aún más valioso que el dinero, como lo es la salud y aún la vida. Por ejemplo:
1 Corintios 11:29 al 30 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
Si Dios es capaz de debilitar, enfermar y llevarse a su presencia a algunos, para que sus hijos sean disciplinados, por qué no podría mandar escases material a aquel que la necesita para ser disciplinado o probado y crecer espiritualmente.
NO ES INCONDICIONAL
Todas estas variantes y aún las palabras de Jesús nos muestra con claridad que esta promesa de suplir nuestras necesidades materiales en abundancia no es una promesa incondicional, como lo son otras promesas del Nuevo Pacto que por ser incondicionales se cumplen siempre. Que nada nos podrá separar del amor de Cristo es una promesa incondicional;; que nuestra fe será probada es una promesa incondicional;; que no practicaremos el pecado es una promesa incondicional;; que Dios suplirá todas nuestras necesidades espirituales es una promesa incondicional, pero la promesa de sustento si tiene ciertas condiciones. Si revisamos nuevamente las palabras de Jesús:
Mateo 6:31 al 33 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Lo primero que podemos pensar es que Dios, no quiere que invirtamos el mismo tiempo y energía que los incrédulos invierten en buscar su sustento, y por eso promete que si buscamos su reino y su justicia nos dará las cosas que necesitamos. Pero esto no quiere decir que el cristiano no debe trabajar, sino que debe aprender a hacerlo con medida, es decir debe aprender a trabajar con un límite de tiempo para dejar tiempo para cosas poder cumplir con otras responsabilidades como por ejemplo con su esposa, sus hijos, su familia, la iglesia, etc. Pero además de administrar bien el tiempo es muy importante que nosotros cambiemos el sentido o la motivación de porque hacemos cada cosa, de tal manera qué no perdamos de vista que la prioridad número uno es conocer, creer y servir a Dios. Si ese es el sentido que llegamos a nuestro trabajo y a las cosas que hacemos, estaremos buscando el reino de Dios y su justicia y el resultado será que Dios suplirá todo lo que necesitemos. Pero sí por ejemplo al trabajar lo hacemos por idolatría al dinero, peor aún si lo hacemos de forma deshonesta, o cambiando las prioridades delegando a Dios y a la familia al último lugar;; eso no es buscar el reino de Dios y su justicia y Dios podrá para corregir nuestro caminar apretarnos financieramente. Este asunto del dinero es para muchos un asunto crucial que prueba que tanto confían en Dios, y muchos pierden el examen, pues para ellos es más importante el Dios dinero que el Dios real. El Señor Jesús advirtió acerca de este dilema cuando dijo:
Mateo 6:24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro.
No podéis servir a Dios y a las riquezas. Y el asunto se complica aún más, porque el corazón del hombre es tan perverso y engañoso que a llegado a convencerse que es posible lo que Dios dice que no es posible, y por eso creen;; que sí es posible servir a Dios y a las riquezas. Cuando Jesús dijo estas palabras, había allí algunos de los fariseos que se habían hecho ricos según ellos a través de su ”servicio a Dios”. Sin embargo el Señor les dijo:
Lucas 16.14–15 Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él. 15Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.
Y estaban tan lejos de servir verdaderamente a Dios, que Jesús estando enfrente de ellos no lo reconocían como Dios, peor aún llegaron a pensar que era un endemoniado. Todo aquel que diga que hay que buscar a Dios para ser rico está metido en este mismo engaño, y aunque digan ser cristianos y aunque hablen supuestamente basados en las escrituras, no están sirviendo verdaderamente a Dios sino a las riquezas. Y cuando una persona de éstas recibe el mensaje del verdadero evangelio, no es capaz de aceptarlo como no fueron capaces los fariseos avaros de reconocer al Señor. El Evangelio verdadero dice con toda claridad: 1 Timoteo 6:9 al 10 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 10porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. El solo deseo de ser rico es pecado, porque es un deseo que se origina en la falta de confianza en Dios. Falta confianza en la promesa de que nos dará las cosas que son necesarias, y falta de confianza en creer lo que Dios ha enseñado que es necesario para vivir una vida completamente feliz. Es decir, Dios dice que para ser feliz se necesitan ciertas cosas y otras cosas no son importantes, pero el hombre al no creer en la palabra de Dios, anhela ser rico porque cree que eso lo hará feliz. Yo veo tres males que se desprenden de este asunto, El primero: Hay muchos a los que el solo deseo de ser ricos ha impedido que busquen a Dios… Hay otros que están peor;; y son los que buscan a Dios para obtener riquezas… (Éstos han dado a luz un falso cristianismo) Y de éstos han surgido otros todavía peores;; que son los que enseñan que Jesucristo fue a la Cruz para que nosotros pudiéramos ser ricos… Y me parecen peores, porque precisamente, ese deseo de ser rico, y las codicias que vienen con esos deseos, dice el texto que, hace que los hombres se extravíen de la fe lo cual por supuesto impide el crecimiento espiritual. Por lo tanto tenemos que decir que;; estos que enseñan esta mala doctrina son realmente los motivadores y los responsables en gran parte, de que muchos no lleguen a conocer a Dios y se pierdan eternamente.
MENOSPRECIANDO EL NUEVO PACTO
¿Por qué siendo el Evangelio tan claro hay quienes enseñan semejantes barbaridades? El error de quienes enseñan esto procede del menosprecio y la ignorancia respecto del Nuevo Pacto, pues aquellos que creen en la importancia del dinero para ser felices, se apoyan en textos y promesas del viejo pacto, aunque éste haya sido reemplazado por el Nuevo Pacto. La escritura dice respecto de este Nuevo Pacto:
Hebreos 8.6–7 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
Ciertamente bajo el viejo pacto Dios ofrecía prosperidad para que el que hacía su voluntad, el problema es que los hombres por amor al dinero menospreciaban la voluntad de Dios, la torcían, y haciendo lo que Dios no había mandado hacer, de todos modos esperaban ser prosperados. Esto que ellos hacían en ese tiempo, es similar a lo que muchos hacen en este tiempo. Con esto quiero decir que;; usted puede luchar por su sustento no buscando el reino de Dios, sino haciendo las cosas a su manera, y seguramente si Dios lo permite lo conseguirá junto con dolor, tristeza, perdida espiritual, posiblemente perdida familiar y muchas cosas más. Y digo que si Dios lo permite porque la escritura también dice:
Salmo Salmo 127.1–2 Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. 2Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño. No importa los grandes esfuerzos de los hombres… pues sólo podrán tener prosperidad si Dios así lo ordena. La otra opción es que;; usted puede cambiar el carácter del porque hace cada cosa, para buscar el reino de Dios y su justicia, y Dios promete que le será añadido todo lo que realmente necesite, recibiendo además la bendición espiritual, el conocimiento de Dios, la limpieza de su corazón, una vida de paz y tranquilidad en el Espíritu, y al final una mejor resurrección.
APRENDIENDO A VIVIR EL PRESENTE
Si continuamos leyendo él pasaje de Mateo, veremos qué hay otro cambio fundamental en la forma de relacionarnos con la riqueza. La escritura dice:
Mateo 6:34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
¿Cuál es? Lo que Jesús plantea es que si tuvimos para comer hoy, no debemos afanarnos acerca de qué comeremos mañana. Sin embargo este planteamiento dado por Jesús, es una locura a los ojos del mundo. Pero también lo es a muchos cristianos que no han logrado entender que Dios ha prometido darnos la provisión, y estos por su falta de confianza en Dios, por su falta de contentamiento, o peor aún por su codicia, no pueden sentirse tranquilos con la provisión diaria y quieren asegurar si fuera posible el sustento para el resto de su vida. ¿Quiere esto decir que hacer un buen negocio y ganarse una buena plata es pecado? No. Por supuesto que no. Lo que Dios realmente quiere es que vivamos confiando en que si buscamos su reino el sustento está asegurado. Y quien cree, que Dios suplirá para sus necesidades, no tendrá problemas aún si la provisión le llega diariamente. No mantuvo Dios a su pueblo en el desierto dándoles diariamente de manera milagrosa durante 40 años, no mantuvo Dios a su siervo dándole diariamente de manera milagrosa a través de un cuervo, no multiplicó Jesús los panes para las multitudes… ¿Crees que si tú buscas vivir haciendo su voluntad, Dios te dejará morir de hambre? Por supuesto que no.
SER CANALES DE BENDICIÓN O VIVIR ACUMULANDO
El plan de Dios para las finanzas es vivir confiando en la provisión de Dios, el plan del mundo para las finanzas que es vivir confiando en las riquezas, por eso pretenden acumularlas, pues su seguridad está en la cantidad que puedan poseer. Pero: ¿Qué piensa Dios del plan de acumulación que practican los hombres en la tierra? Santiago 5:1 al 3 ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. 2Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. 3Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego.
Habéis acumulado tesoros para los días postreros… ¿Por qué creen que sea el moho lo que testificará contra los ricos? Porque cuando Dios da riquezas, el objetivo es utilizarlas dando oportunidades para que otros puedan también obtener su sustento, creando fuentes de empleo, financiándolos en sus empresas, y aún regalando a los necesitados. Sí pusieron atención a las protestas que a nivel mundial realizaron los indignados en nueva York, Londres y otras ciudades;; ellos protestan por la codicia del capitalismo, que hace que poco a poco los ricos sean menos teniendo más y los pobres sean más teniendo menos. Esa es una cultura financiera de esclavitud, muerte y exterminio. Contrario a esta cultura de muerte, Dios quiere, y coloca también como condición para suplir nuestras necesidades, que seamos canales para que su riqueza (de todo tipo) pase a través de nosotros. Por eso dice:
2 Corintios 9:6 al 8 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 7Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.8Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;
La generosidad con nuestro prójimo, especialmente cuando esta en situación difícil es una de las condiciones que Dios quiere que cumplamos, para el suplir generosamente a nuestra vida lo que nosotros necesitamos. El que cierra su mano hacia los necesitados está cerrando la ventana del cielo para que Dios le provea. Y entonces los cristianos somos probados respecto de estas dos formas diferentes de vivir. ¿Es nuestro objetivo vivir para acumular o es nuestro objetivo ser un canal de Dios para que la abundancia de unos supla la escasez de otros? Porque es muy claro lo que la escritura enseña:
2 Corintios 8.13–14 Porque no digo esto para que haya para otros holgura, y para vosotros estrechez, 14sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad,
Y:¿Qué dice el pasaje que Dios hará si sembramos generosamente?
2 Corintios 9:8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;
Que Dios hará que abunde toda gracia… no está hablando sólo de dinero, y por supuesto esa abundancia será como ya vimos de acuerdo a nuestra verdadera necesidad. Por todo esto es importante entonces que administremos bien nuestro tiempo respecto del trabajo;; debemos también cambiar el carácter y el sentido del por qué hacemos las cosas buscando el reino de Dios y su justicia;; y sobre todo debemos confiar en la provisión así llegue diariamente;; debemos abandonar el plan de acumular por temor o codicia y convertirnos en canales de la bendición de Dios.
LA HONRA A DIÓS
Hay otro asunto que también es determinante para que Dios supla nuestra necesidad financiera, y es el asunto de la honra a Dios. El pasaje que habla de sembrar generosamente es un pasaje que está dentro del contexto de ayudar a los Hermanos en la fe.(Las ofrendas) Pero algunos lo han desviado enseñando que es de esa manera que la iglesia debe ser sostenida, y entonces enseñan que entren más dinero de una persona a la iglesia más bendición económica recibirá de parte de Dios. (De allí han salido una serie de doctrinas espantosas acerca de pagar o pactar para que Dios conteste ciertas oraciones lo cual es prácticamente abominable a los ojos de Dios) Lo cierto es que Dios desde tiempos muy antiguos, mucho antes de la ley estableció el principio del diezmo como una forma de sostener su iglesia. Cuando se habla del diezmo aparecen mil interpretaciones, unas para obligar a todo el mundo a diezmar bajo pena de caer sobre el la maldición de Dios;; y otros para decir que aquel que está diezmando está tratando de pagar su salvación a través de las obras de la ley y se va ir para el infierno. (Para los que tengan dudas en este asunto hay un estudio en la página, palabra dura, en temas básicos.) Sin embargo lo cierto es que aquel que no crea que el diezmo sea de Dios, o aquel que creyendo no lo entregue, acéptelo o no, según la escritura está robando a Dios. Y entonces la pregunta es: ¿Qué cree usted que Dios hará con aquel que le roba de una manera consciente? Algunos para dar respuesta a esta pregunta usan el siguiente pasaje:
Malaquías 3:8 al 12 Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
Otros contestan que éste es un pasaje de la ley por lo tanto no se aplica a nosotros. Es decir, Dios bajo la ley de Moisés a actuaba de esta manera pero ahora bajo el Nuevo Pacto no es de la misma manera. Déjeme ponerlo de esta manera: ¿Que pasa si un hijo suyo va y se mete a un almacén y se roba algunas cosas? Pues lo correcto es que venga la ley y lo meta la cárcel por ladrón. ¿Pero qué pasa si ese hijo suyo no roba un almacén, sino que lo roba a usted en su casa? Usted dirá que como no está bajo la ley, como no fue a robar a un extraño en su casa: ¿Si es permitido hacer esas cosas? Es decir cuál es la diferencia de robar a Dios bajo la ley o de robar a Dios bajo el Nuevo Pacto. El que roba a Dios está manifestando que no confía en Dios, el que roba a Dios está colocando primero las riquezas materiales que a Dios mismo, el que roba a Dios no aprecia su obra por eso no le ve problema a dejar de dar para su obra, quien roba a Dios no reconoce que Dios es su proveedor por eso no le interesa honrarlo con sus bienes, etc. Y entonces la pregunta es;; ¿Con todas estas malas actitudes que se manifiestan cuando una persona no es fiel con los diezmos, debe Dios bendecirla con su provisión, aun de manera abundante? Pienso que no, pienso que Dios para enseñarle a confiar podrá disciplinar económicamente a esta persona, para que reconozca su incredulidad y pueda hacer los cambios necesarios para vivir recibiendo la bendición de Dios.
CONTENTAMIENTO
Y por último no podemos dejar de mencionar que hay otro objetivo en los tratos de Dios para con nuestra vida respecto del asunto financiero, que es el de enseñarnos contentamiento. El apóstol Pablo escribió:
Filipenses 4:12 al 13 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 13Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Este hombre que era adinerado y con una posición muy importante, llegó a ser pobre por causa del ministerio, y aún a experimentar grandes necesidades… sin embargo asegura que no importa cuál sea la situación, Cristo lo fortalece, no precisamente para aguantar sino para seguir viviendo haciendo la voluntad de Dios. Por eso en otra carta también escribe:
2 Corintios 11:27 en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;
Pero ninguna de esas difíciles situaciones le impidió seguir haciendo la voluntad de Dios. Y no fue el único, muchos otros que fueron mártires tuvieron serios problemas con su sustento, pero eso no los detuvo de seguir viviendo haciendo la voluntad de Dios. El contentamiento es el resultado de saber que Dios nos dará la provisión necesaria para hacer su voluntad. Timoteo 6:6 al 8 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Cuando no hay contentamiento, no importa la cantidad siempre experimentaremos escases