NUEVO PACTO
J. SEGURIDAD DE QUE RECIBIREMOS LA DISCIPLINA DE DIOS SI ES NECESARIO
El Nuevo Pacto es un paquete completo de objetivos y de promesas que son necesarias para que Dios cumpla su propósito en cada uno de nosotros, es por eso que insisto que entre más conscientes seamos de todas estas promesas y de su relación entre ellas, más fácil, será para nosotros vivir la auténtica vida cristiana. He separado estas promesas para poder estudiarlas de una manera más amplia, y he tratado de ordenarlas de tal manera que podamos ver como entre ellas nos proveen todo el poder necesario para una excelente relación con Dios. Por ejemplo, aunque no las voy a mencionar todas, tenemos;; la seguridad de que la salvación no la vamos a perder, la seguridad de que no practicaremos el pecado, la seguridad de que ninguna tentación ira más allá de nuestra fe o capacidad de resistir, la seguridad de que Satanás no puede obligarlos a pecar, y la última que vimos es la seguridad de que Dios siempre nos dará la dirección necesaria para poder hacer en cada momento su voluntad. En esta última promesa estuvimos viendo que recibir la revelación de Dios para hacer su voluntad, es un asunto completamente milagroso, que tiene relación directa con nuestra disposición de querer hacer la voluntad de Dios. Es decir;; sólo los que genuinamente quieren hacer la voluntad de Dios recibirán la revelación necesaria para hacerla. Sin embargo tenemos que reconocer que en algunas áreas de nuestra vida estamos dispuestos a hacer la voluntad de Dios, pero en otras no, por causa de nuestro pecado e idolatría. El asunto es que si Dios no hace nada, entonces lo más seguro es que el proceso de salvación en nuestra vida se estancaría, y eso es algo que Dios no puede permitir, porque precisamente el Nuevo Pacto promete que Dios es quién se encargará de que nosotros hagamos su voluntad. Recordando la promesa dice:
Ezequiel 36.27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Esta es una de las razones por las cuales Dios, en el Nuevo Pacto nos hace la siguiente promesa:
Hebreos 12:4 al 6 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; 5y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él;6Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.
Esto puede sonar fuerte para algunos, sobre todo cuando no confían en el amor y en las promesas de Dios, porque lo que está diciendo es;; que si en algún momento nos encontramos en una difícil situación donde sólo hay dos opciones, la de caer en pecado para salvar la vida o la de hacer la voluntad de Dios aunque perdamos la vida, la respuesta correcta es que debemos perder la vida combatiendo contra el pecado. Si no estamos dispuestos a vivir de esta manera, reconociendo la importancia de hacer la voluntad de Dios y menospreciando las cosas del mundo, entonces por su gran amor Dios nos disciplinará, lo cual es muy bueno, pues es prueba de que somos verdaderos hijos de Dios ya que los bastardos no son disciplinados. Cuando un llamado cristiano se desvía y pasando el tiempo no es disciplinado por Dios, es muy posible que no sea un verdadero hijo de Dios, porque el Señor asegura que a todos sus hijos los disciplina, para que aprendamos a ver la importancia de hacer su voluntad y lo destructivo que es caer en pecado. Y ojo;; si es ese el propósito de Dios, debemos ser conscientes de que Dios no falla en alcanzar sus objetivos, por eso también dice su palabra:
Isaías 43:12 al 13 Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios. 13Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?
Tenemos testimonios de como los cristianos del primer siglo fueron verdaderos testigos del Señor y apreciaron tanto la voluntad de Dios que por hacerla murieron, pero no fue algo único que no se repitió en la historia, pues a través de los tiempos y aún en estos días estamos viendo como en Irak los cristianos están ante esta misma situación, es decir que por no negar su fe están perdiendo la vida. Y su palabra dice:
2 Timoteo 2.12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.
Pero aquellos a los que el escritor dirigía su carta, (Hebreos) no estaban resistiendo hasta la sangre, es decir preferían pecar que perder la vida, o aún que perder cosas mucho menos valiosas. (A veces se peca por tan poca cosa) Esa actitud como vimos en el tema anterior, tiene que ver con la idolatría hacia ciertas cosas que nos indisponen y producen sordera para escuchar la voz de Dios, y como consecuencia de esa sordera se cae inevitablemente en pecado. El problema es que esa idolatría, aunque los hombres no lo reconozcan, es en realidad una forma de esclavitud que los lleva a pecar. El Señor Jesús dijo:
Juan 8:34 al 36 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. 35Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 36Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
En este caso en particular, los judíos si habían sido esclavos aun físicamente más de una vez y en ese momento eran prácticamente esclavos de los romanos, pero era tal su necedad que lo negaban. Y si eran capaces de negar la evidente esclavitud física a la que estaban sometidos, con mucho más facilidad negarían la esclavitud espiritual, a la cual realmente Jesús se estaba refiriendo: Nosotros, gracias a la misericordia de Dios, aunque hemos aceptado al Señor Jesús como nuestro Señor y nuestro Salvador, todavía al igual que muchos hombres no hemos aceptado toda la verdad;; algunas cosas que nos faltan aprender será sólo cuestión de tiempo, la vida cristiana es un proceso, pero hay otras que no hemos aprendido por causa de nuestra incredulidad, nuestros ídolos, nuestra terquedad u obstinación, por lo cual Dios se ve obligado por su amor a tratar nuestras vidas para que podamos asimilar esas verdades, que cambiaran nuestra vida haciéndonos verdaderamente libres.
Ese trato que recibimos de parte de Dios para que podamos entender creer y vivir de acuerdo a su verdad, recibe diferentes nombres en la escritura, como por ejemplo: tentación, prueba, disciplina, quebranto, tribulación, aflicción, castigo, etc. No voy a hacer un estudio detallado de que exactamente significa cada palabra de estas, pero sí veo que los diferentes nombres que reciben los tratos de Dios, muestran situaciones diferentes, de diferente intensidad, ante los cuales también hay que dar diferentes respuestas. No es lo mismo hablar de una tentación, que hablar de un quebrantamiento, o de una tribulación. Por eso, sin hacer mucho énfasis en el nombre que reciba el trato que estamos recibiendo, sí quiero que miremos algunas diferencias en cuanto a la forma en que Dios nos trata dependiendo de nuestra respuestas, de cómo va subiendo la intensidad del trato y de lo que Dios espera que nosotros hagamos. Ya hemos visto acerca de la tentación y la prueba, (En la promesa de;; no seremos tentados más allá de nuestra capacidad) por lo cual las pasaré por alto para enfocarnos en las demás.
1. EL PRINCIPIO BÁSICO DE LOS TRATOS DE DIOS
Si nos preguntamos: ¿Qué es lo que Dios tiene que hacer en nuestra vida para que podamos escuchar su voz? La respuesta es que Dios debe disminuir la confianza que tenemos en nuestra forma de pensar. Por ejemplo;; si nos preguntamos: ¿ Hacemos siempre lo que Dios nos ordena no importan las circunstancias? ¿No importa la circunstancia sentimos como él nos dice que debemos sentir? Y sobre todo… ¿Hemos aprendido a esperar que la paciencia cumpla con el propósito de cambiar nuestro corazón erradicando de allí el pecado? Creo que respecto de estas preguntas todos fallamos, unos más otros menos, y lo que nos hace fallar son nuestros pensamientos y la fuerte determinación de no abandonarlos. Pero: ¿De dónde sale esa determinación de no abandonar nuestros pensamientos? De la confianza que tenemos en nuestra forma de pensar, que es en realidad confianza en nosotros mismos, en nuestra sabiduría, experiencia, fortaleza, etc. Entonces para que sigamos fallando es necesario un proceso de quebrantamiento, que produzca una fuerte disminución de la confianza en nosotros mismos, en nuestros argumentos y en nuestras fortalezas, para que cuando reconozcamos nuestra debilidad podamos con facilidad escuchar lo que Dios tiene que decirnos, y elegir confiar en Dios. El quebrantamiento es en realidad un reconocimiento de lo que somos delante de Dios. Es decir;; no se trata de hacernos sentir miserables frente a los seres humanos, como si no valiéramos nada, sino de reconocer nuestra realidad y nuestra pequeñez delante de la grandeza de Dios.
Ya estando en esa condición es fácil apropiarse de la dirección y el poder de Dios, por eso el apóstol escribió:
2 Corintios 12:8 al 10 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Lo normal es que en las áreas en que nos creemos muy sabios o capaces, son precisamente las áreas donde no aceptamos la dirección de nadie, ni siquiera la de Dios. Pero cuando a través de las circunstancias experimentamos el fracaso, a veces, una y otra vez… Llega el momento en que comenzamos a reconocer que no somos tan fuertes como pensábamos, o que aunque somos fuertes eso no sirve para obtener victoria en medio de las situaciones. El apóstol Pablo dice que esa es la clave, el reconocimiento de nuestra incapacidad, para que el poder de Dios repose sobre nosotros permitiéndonos hacer la voluntad de Dios, de tal manera que en todas aquellas áreas en que somos débiles podemos con más facilidad aceptar la dirección y el poder de Dios. Digo podemos, porque hay quienes reconocen su fragilidad, pero esto no los lleva a descansar en Dios.
2. LAS TENTACIONES
Cuando estudiamos las pruebas o las tentaciones vimos que lo básico en ellas es:
Mateo 4:1 al 3 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. 2Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 3Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
El Señor Jesús está haciendo la voluntad de Dios, y ante una circunstancia normal (tener hambre es normal) aparece Satanás tratando de sacarlo del camino de Dios, ofreciéndole un camino más fácil, o más corto, o más productivo;; pero fuera de la voluntad de Dios. Eso es básicamente la tentación, venimos haciendo las cosas bien, estamos haciendo la voluntad de Dios y entonces aparece la opción de tomar un camino más fácil, más sabroso, más cómodo, o de mayor ganancia, sólo qué para tomar ese camino que hay que dejar de ser fiel a Dios, hay que pasar por alto algún principio aunque sea pequeño, hay que faltar al amor con alguna persona, o hay que cometer algún pecado que nos puede parecer insignificante ante la ganancia prometida. Está usted en su negocio trabajando normalmente ganando lo suficiente, pero el ofrecen un negocio medio torcido para tener buenas ganancias, eso le alborota la codicia, comienza a soñar en como invertirá lo ganado… ¿Qué decisión tomará? Está usted en su matrimonio teniendo una bonita relación con su esposa pero aparece una mujer dispuesta a todo sin ningún compromiso, se le alborotan las hormonas, comienza a ver defectos en su mujer, argumenta que todos los hombres a la final han sido infieles, piensa que nadie se va a dar cuenta… ¿Qué decisión tomará?
Está usted como joven viviendo una vida normal sujeto a sus padres, pero aparece el chico o la chica liberal ofreciendo sexo, drogas, súper fiestas;; y entonces piensa que lleva demasiado tiempo espiritual, que sus padres a la final cuando no eran cristianos hicieron lo mismo, además no se pueden quejar porque ustedes buen hijo, y no va a hacer nada raro sino sólo lo que todos los jóvenes hacen, y entonces porque negarse a vivir sabroso… ¿qué decisión tomara? Tiene usted programado venir a la iglesia y aparece una invitación que por supuesto le impediría venir, y entonces piensa que no hay que ser legalista, todo el mundo falta, luego ve el tema por internet, etc.… ¿Qué decisión tomara? Tiene usted apartado su diezmo para llevar a la iglesia, pero pasa por una vitrina y ve los zapatos que siempre ha querido, además están rebajados, si no aprovecha ahora luego costará más caros, o no los podrá tener, porque no comprarlos si luego puedo reponer el diezmo… ¿Qué decisión tomara? La vida, por decirlo así, le da oportunidad de desquitarse de aquella persona que le hizo tanto daño, le brillan los ojos y se alegra imaginándose lo que el otro sentirá cuando usted se desquite, se justifica pensando que esa persona nunca pidió perdón y a lo mejor lo que usted le va hacer hará que se arrepienta… ¿Qué decisión tomara? Esos son las tentaciones, vamos viviendo de manera normal haciendo la voluntad de Dios y aparece la oportunidad de obtener algo a través del pecado. Cuando confiamos en las promesas de Dios Y pasamos victoriosos las tentaciones entonces tenemos crecimiento espiritual, pero cuando de manera continua y repetitiva caemos en la tentación… Entonces viene..
3. LA DISCIPLINA
Y la diferencia con las pruebas, es que en las disciplinas ya no es posible tomar decisiones para evadir situaciones difíciles. En las tentaciones sí, en las pruebas también, pero en las disciplinas ya no tenemos opción de evadir la situación. Por ejemplo: Hebreos 12:4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado Cuando el apóstol menciona que no hemos resistido hasta la sangre combatiendo contra el pecado, se refiere a que ante situaciones difíciles hemos decidido no pagar el precio y hemos desobedecido a Dios para huir de esa situación. Es decir pecamos y no pasamos la prueba. Pasa el tiempo, Dios insiste en darnos oportunidad de pasar la prueba, a veces lo hacemos, otras veces volvemos a retroceder, pero sí Dios ve que no lo vamos a lograr por nuestra necedad entonces viene la disciplina, que es en realidad un trato más fuerte para tratar de corregir nuestra falta de fe que origina nuestro mal comportamiento. Hebreos 12:6 Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. De acuerdo al pasaje podemos ver que una cosa es tomar a nuestro hijo y advertirle cuando ha fallado una prueba, diciéndole que sí lo vuelve a hacer recibirá castigo, y otra muy diferente es cogerlo y castigarlo. Cuando lo cogemos y lo castigamos él ya no tiene opción para evadir el castigo, él lo que le queda es la opción de cambiar la actitud ante el castigo recibido. Como cuando los hijos se están quejando por nada y los padres cansados de la queja lo azotan para que se quejen por algo. En la escritura vemos que Dios toma a Nabucodonosor, quien por causa de su orgullo pensaba que él era él que había construido esa gran ciudad, y Dios le anunció:
Daniel 4:25 Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere.
Doce meses después, aunque había sido advertido, este hombre declaró que él había construido Babilonia con su poder, y no había terminado sus palabras cuando una voz del cielo le recordó lo anunciado por Dios. Y…
Daniel 4:33 al 34 En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves.34Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades.
Es decir, sólo hasta cuando este hombre cambio la actitud de su corazón Dios cambió la situación. En la tentación o en la prueba usted puede escoger caer en ellas o no aunque Dios promete darle el poder suficiente para pasar victorioso. En la disciplina usted no puede hacer nada para salir de la situación, y Dios lo mete en esa situación y lo mantendrá en esa situación, hasta que usted cambie la actitud de su corazón. Y entonces Dios lo enferma, o lo mantiene económicamente a pan y agua, o su relación matrimonial es un asco porque su cónyuge no tiene la más mínima intención de hacer la voluntad de Dios, o cualquier otra situación en la que usted no logra salir, porque Dios no lo dejara salir hasta que su corazón cambie. Ojo en especial a las personas que les fascina quejarse por todo, hacerse las víctimas, justificar sus pecados para magnificar los de los demás, hacer obstinadamente su voluntad atropellando a otros, y que además piensan que no va a pasar nada… En cualquier momento Dios puede meterlos en una disciplina en la que si siguen con sus malas actitudes, se van a sentir muchísimo peor porque la única opción que tendrán es rendirse ante el Señor y cambiar la actitud. La expresión siete tiempos en el pasaje de Nabucodonosor significa hasta que el tiempo produzca lo que Dios quiere ver en ese corazón. Hay muchos ejemplos en la escritura, como el pueblo de Moab, quien por causa de su orgullo y de su obstinación, Dios le anuncia que sobre el vendrá muerte y destrucción, y el Señor usa la siguiente figura para anunciarles lo que les va a suceder:
Jeremías 48:11 al 13 Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento ha estado reposado, y no fue vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha cambiado. 12Por eso vienen días, ha dicho Jehová, en que yo le enviaré trasvasadores que le trasvasarán; y vaciarán sus vasijas, y romperán sus odres. 13Y se avergonzará Moab de Quemos, como la casa de Israel se avergonzó de Bet-‐el, su confianza.
Lo que está mencionando es el proceso para elaborar el vino, el cual se echa en una vasija, se espera hasta que las impurezas bajen formando el sedimento, y luego con cuidado se echa en otra vasija dejando el sedimento en la primera, y repitiendo así el proceso hasta que el vino va siendo purificado y su sabor va mejorando. Pero respecto de Moab dice: Sobre su sedimento ha estado reposado y no fue vaciado de vasija en vasija por lo tanto, su sabor y su olor no ha cambiado. ¿Qué entonces le va a suceder? Dice que vendrán y lo cambiarán de vasija. Y es algo así como que usted está acostumbrado a cierta situación y a cierto comportamiento que no agrada a Dios, Dios le habla, vuelve y le habla, le insiste y usted no hace caso, y entonces Dios por causa de su necedad lo disciplina poniéndolo en una situación ante la que usted no puede hacer nada para liberarse de la situación. Por eso dice que romperán sus vasijas para que no se pueda devolver. Si no se puede devolver sólo le queda una opción;; ¿cuál es? Soportar esa situación de disciplina hasta que todo el sedimento baje y se decante. ¿Es usted una persona quejumbrosa, Dios ya le ha hablado muchas veces acerca de este asunto y todavía se sigue quejando frente a cada situación que no le agrada? Para que aprenda a no quejarse, Dios puede colocarlo a usted en una situación de la cual usted no se puede salir y entonces puede matar su vida espiritual llenándose amargura resentimiento y muchas quejas o puede… Pedirle perdón a Dios por su mala actitud y por sus malos pensamientos que lo llevan a pecar;; darle gracias de todo corazón por esta situación que le ayudara a cambiar su actitud;; y esperar con paciencia hasta que su corazón cambie. Y cuando haya aprendido la lección, vendrá una nueva enseñanza, o la misma enseñanza en otro nivel y entonces volverán las tentaciones y las pruebas para enseñarle esa lección, pero si no aprende, entonces volverá nuevamente la disciplina. Y entonces Dios lo cambiarán de vasija, romperá la vasija anterior para que no se pueda devolver y lo dejara allí hasta que usted aprenda la nueva lección, se decante lo malo que hay en su corazón y pueda trasladarlo a otra vasija. ¿Pero qué pasa si las disciplinas no le aprovechan? Es muy posible, sí Dios así lo decide dependiendo de cuánto el vea que tú entiendes tú necedad, que vendrá algo que se llama quebrantamiento.
4. EL QUEBRANTAMIENTO
En el quebrantamiento vendrá como resultado de ser disciplinado y endurecer el corazón en lugar de reconocer el pecado. Dice la escritura: Proverbios 29:1 El hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado, y no habrá para él medicina. 1 Crónicas 15:13 pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza.
Deuteronomio 28:20 Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a causa de la maldad de tus obras por las cuales me habrás dejado.
1 Corintios 5:4 al 5 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
De acuerdo a estos pasajes el quebrantamiento viene a ser la respuesta de Dios para aquel que a pesar de Dios haberle dado muchas oportunidades de corregirse, el insiste en sostenerse en su pecado, aun a pesar de las disciplinas.
Proverbios 23.35 Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; Me azotaron, mas no lo sentí; Cuando despertare, aún lo volveré a buscar.
Una de las características del quebrantamiento es perdida irremediable, sin embargo como dije al comienzo, no quiero hacer una descripción profunda de lo que cada una de estas palabras involucra o significa, porque veo que lo que para algunos parece una prueba para otros pareciera una disciplina, y lo que para unos significa quebrantamiento para otros parece prueba, pues cada uno de acuerdo a su condición lo experimenta de manera diferente. Por ejemplo una persona puede perder a su marido y eso ser una prueba, pero otra persona podría perder su marido y eso ser un quebrantamiento. ¿Por qué la diferencia? Porque una mujer puede perder su marido y a través de eso conocer al Señor, mientras que otra mujer que sí conoce al Señor puede perderlo por causa de su necedad y obstinación de no sujetarse a él. Y entonces la primera sabrá que perdió su marido por ignorancia pero la segunda sabrá que perdió a su marido por su tenaz rebeldía contra Dios. Es más, a la primera Dios puede darle otro marido mejor, mientras que a la segunda no, y si se obstina en conseguir marido por encima de la voluntad de Dios seguro que conseguirá uno que la hará sufrir mucho… Y peor aún, a lo mejor evidencia que ni siquiera es hija de Dios y terminará en el infierno. Todo esto que hemos visto acerca de la disciplina tiene íntima relación con la siguiente promesa:
K. SEGURIDAD DE QUE NUESTRA FE SERÁ PROBADA
Ya vimos la promesa en que Dios asegura que nos dará la dirección necesaria para hacer su voluntad. Esa promesa es maravillosa porque es la salida al pecado, ya que el pecado es en realidad vivir sin la dirección de Dios por causa de nuestra incredulidad. Sin embargo una cosa es que la promesa sea real y otra que nosotros la aprovechemos, y esta promesa sólo se puede aprovechar cuando hay un deseo genuino de hacer la voluntad de Dios. Pero no lo que nosotros creemos que es la voluntad de Dios, sino cuando realmente estamos dispuestos a hacer su voluntad. Si recordamos nuestra condición antes de haber nacido de nuevo, dice la escritura:
Mateo 6.22–23 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; 23pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas.
Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? Antes de nacer de nuevo por supuesto nuestro ojo no era bueno, como lo es el ojo de todos aquellos que por no haber nacido de nuevo, tienen una conexión y una influencia de parte de Satanás, sin embargo como muchos de ellos nosotros pensábamos que veíamos bien, que teníamos luz. Por esto es muy posible que ahora habiendo nacido de nuevo, por falta de una renovación completa de nuestro entendimiento, caigamos en el engaño de pensar que algunas cosas que estamos haciendo o que deseamos son la voluntad de Dios, sin que sea cierto. Esta convicción y deseo de hacer o seguir haciendo eso que pensamos que es bueno, puede bloquear la revelación que viene de parte de Dios. La escritura enseña:
Juan 8.43–44 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. 44Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer.
Ciertamente ya no somos hijos del diablo, pero algunos de los deseos aprendidos en ese tiempo puede permanecer en nosotros bloqueando la revelación de Dios, (por ejemplo el deseo de ser ricos, el deseo de ser famosos, etc ) y en esos casos es necesario que nuestra fe sea probada.
1. LA PROMESA
Dice la escritura:
1 Pedro 1:6 al 7 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,
El pasaje viene hablando de cuanto nos alegramos en la salvación que hemos recibido gracias a la fe, pero aclara que si es necesario, y por supuesto que si es necesario, que nuestra fe sea probada. Y es por esta necesidad de que nuestra fe sea probada y aprobada, que nuestra vida siempre va a estar rodeada de tentaciones, pruebas, disciplinas, tribulaciones, desiertos y otras palabras similares que describen las diferentes formas en que Dios de una manera básica prueba nuestra fe. Sin embargo cada una de estas palabras también muestra ciertas diferencias en las razones o circunstancias por las cuales Dios prueba nuestra fe. Por ejemplo;; vimos que las disciplinas las recibimos para corregir malas actitudes producto de nuestra incredulidad que nos llevan a desobedecer a Dios de una manera conciente. Es decir somos disciplinados porque ya entendemos lo que debemos o no debemos hacer, y no estamos siendo obedientes.
No ocurre igual con las pruebas, pues las pruebas normalmente llegan cuando creemos estar haciendo lo correcto, cuando creemos que estamos confiando en Dios, sin ser cierto. Las disciplinas nos llegan por desobedientes y rebeldes mientras que las pruebas por inocentes, sinples o ignorantes. Por ejemplo;; usted puede tener una relación matrimonial correcta de acuerdo a la fe que usted tiene, y no ser consciente de cuanta idolatria hay en su matrimonio, es decir usted estará convencido que está haciendo las cosas de manera correcta delante de Dios, y esa es precisamente la razón por la cual será probado por Dios, para que descubra la realidad de su fe. También usted puede estar trabajando para el Señor, pero lo está haciendo sin humildad y usted no es conciente del orgullo que siente cuando Dios lo usa, pero a través de las pruebas Dios puede mostrarle la realidad del pecado que hay en su corazón.
2. EL EJEMPLO DE JOB
Es por esto que podemos leer que la escritura dice:
Job 1.1 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
Para los que no entienden este asunto, la vida y la ”desgracia de Job” son mencionadas a las personas, cuando están viviendo situaciones trágicas, irremediables pero sobre todo injustas, porque esas desgracias, piensan ellos, deberían sucederle a los malos, los corruptos, a los rebeldes, y no a personas perfectas, rectas, temerosas de Dios y apartadas del mal. Pero contrario a lo que estas personas que no entienden la importancia de la fe y el conocimiento de Dios, la escritura dice:
Salmo 11.5 Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
Dios prueba a los justos, porque aunque tengan una buena actitud, de todos modos hay muchas otras cosas que necesitamos aprender, y en las ya aprendidas, hay muchas en las cuales debemos creer con una fe más profunda. Esto es muy claro en la vida de Job, quién al comienzo de la prueba responde de manera correcta, pues dice:
Job 1.20–22 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, 21y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. 22En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
La escritura misma atestigua Job recibió todas esas pérdidas sin pecar, y que aceptó lo sucedido creyendo que Dios tenía un propósito de bendición. Hasta alli la fe lo sostuvo, pero al pasar el tiempo cuando la situación empeoró y no parecía haber mejoría, la confianza que tenía en Dios no fue suficiente, y esa incredulidad se manifestó a través de los pensamientos que albergo en su corazón. Que luego manifiestó:
Job 3.1–3 Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su día. 2Y exclamó Job, y dijo:3 Perezca el día en que yo nací
Ya no estaba contento con que Dios diera o quitara, más aún llegó a pensar que Dios lo estaba tratando de manera injusta, como lo manifiesta con claridad más adelante.
Job 9.22–24 Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume. 23 Si azote mata de repente, Se ríe del sufrimiento de los inocentes. 24 La tierra es entregada en manos de los impíos, Y él cubre el rostro de sus jueces.
Si no es él, ¿quién es? ¿Dónde está? Llegar a pensar que Dios es injusto y que se ríe el sufrimiento de los inocentes es una evidencia clara de la poca fe que hay en Dios. La incredulidad corrompe nuestro corazón llevándonos a pensar las cosas más malignas y absurdas de Dios. Pero al final de la prueba podemos por la respuesta de Job, no sólo ver la necesidad de ser probado, sino también la perfección del trato que recibió de parte de Dios. Y es Job quien lo manifiesta:
Job 42.3–6 ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. 4Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. 5De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. 6Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza.
Este hombre que creia estar andando de manera correcta en su vida, reconoce su gran ignorancia, reconoce su falta de humildad, reconoce su poca fe y se dispone a seguir aprendiendo, reconoce también que la imagen que tenía de Dios erá algo ridícula comparada con la grandeza que ahora ve en El, por esto manifiesta que se aborrece (al ver su pecado) y que se arrepiente en polvo y ceniza. Al comienzo de la prueba se duele grandemente por todo lo que perdió, pero al final de la prueba se duele grandemente por su pecado de ignorancia e incredulidad. Recuerdan que siempre insisto: no sufrimos por el pecado de los demás, ni por las cosas que suceden a nuestro alrededor, sufrimos por nuestro propio pecado, y ese va siendo eliminado en la medida en que crecemos a través de las pruebas, en conocimiento y fe.
3. LA NECESIDAD DE SER PROBADO
Es por esto que la necesidad de ser probado por Dios no es una mala noticia, no para que el que entiende lo preciosa que es la fe. Por eso dice la escritura:
Santiago 1.2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas…
Y si a alguien le parece una mala noticia, está evidenciando la necesidad de que su fe en Dios sea probada, pues es tal su mala imagen de Dios que no lo aprecia verdaderamente. Pero: ¿Qué creen ustedes que signifique para una persona normal, no como nosotros, que le digan que a través de esas difíciles circunstancias Dios está probando su fe? O más claro aún, que le digan que todas las desgracias en la vida de Job era para hacerlo crecer espiritualmente. ¿Creen ustedes que se sentirían motivados a vivir la vida cristiana? Por supuesto que no, al no apreciar la importancia de la fe ellos simplemente pensarían que hay injusticia en Dios, que es lo mismo que ocurre en algunos cristianos cuando son probados porque no aprecian la importancia de la fe. Ahora;; cuando Dios dice que nuestra fe debe ser probada, lo que realmente está diciendo es que nosotros debemos conocer qué tanta fe o qué tanta incredulidad hay en nuestra vida, respecto de Dios, sus planes para con nosotros, sus promesas, la forma de tratarnos, etc. Eso quiere decir;; que en ciertos aspectos de la vida, nosotros no tenemos ni idea de que tanto confiamos en Dios, pero peor aún, podemos estar convencidos de nuestra confianza en Dios, y aun contar testimonios, estando completamente equivocados al evaluar nuestra fe.
4. EVIDENCIAS DE NUESTRA INCREDULIDAD
Dios sabe con perfección que pensamos y creemos cada uno de nosotros. Pero como somos nosotros los que necesitamos saber qué tanto confiamos en Dios, para poder hacer las correcciones necesarias, Dios nos da la oportunidad de conocer, precisamente a través de las tentaciones, pruebas, disciplinas, tribulaciones y quebrantos. El problema es que algunos insisten en no dejar de confiar en sí mismos y hacen lo siguiente:
2 Corintios 10:12 Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.
Cuando están viviendo situaciones difíciles que los obligan a hacer una revisión de sí mismos, de cuánto confían en Dios, cometen el error de medirse a sí mismos, con su propia regla, y el resultado es que salen aprobados y Dios sigue siendo desaprobado. Ellos se están portando bien, Dios no los está tratando bien. Contrario a esta manera absurda de hundirse cada vez más, el apóstol dice:
2 Corintios 10:13, 18 Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida…. 18porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.
¿Cuál es la regla que Dios nos ha dado por medida? Su palabra. La verdad es que todos estos estudios, todos estos mensajes, tienen como objetivo que evaluemos nuestra vida a la luz de su palabra. La palabra de Dios dice acerca de la palabra de Dios:
Hebreos 4:12 al 13 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. 13Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Déjeme preguntarle: ¿Juzga usted a la luz de la palabra de Dios cada cosa que desea, cada cosa que hace, cada objetivo que tiene, cada método que utiliza, cada relación, cada esperanza, y cuando hace estos juicios encuentra usted que la palabra Dios confirma que Dios desea para usted lo mismo que usted desea? Por ejemplo: Colosenses 3:1 al 2 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
¿Qué pasa cuando los objetivos son equivocados? Cuando los objetivos son equivocados Dios por el amor que tiene por nosotros ha prometido no contestar. (A no ser que en una absurda obstinación insistamos en lo que deseamos y Dios conteste afirmativamente para mostrarnos el error) Igualmente juzga usted a la luz de la palabra de Dios, la confianza que usted cree tener en Dios. Por ejemplo:
Santiago 2:17, 26 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma… 26Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Millones de personas dicen tener fe pero no son obedientes a los principios ni a los mandatos de la palabra de Dios. Millones de llamados cristianos dicen tener fe pero desprecian el Nuevo Pacto y viven con base en promesas del viejo pacto que ya no corresponden a nosotros. ¿Acaso puede haber fe verdadera donde no hay obediencia? Igualmente millones de cristianos le hacen caso Dios pero no lo hacen confiando en El… Y la escritura dice: Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Por otro lado cual es la evidencia según su palabra de que hay obediencia con fe:
Isaías 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
Y si no hay esa completa paz, que según otros textos guarda nuestro corazón y nuestros pensamientos, Job la perdió y la incredulidad corrompió sus pensamientos;; aunque los objetivos sean los correctos esa falta de confianza en Dios podrá detener su respuesta hasta que aprendamos a confiar verdaderamente en él. Con sólo ver este par de pasajes creo que todos debemos reconocer que necesitamos que nuestra fe sea probada, de allí la necesidad de las tentaciones y las pruebas. Las disciplinas y los quebrantos no considero que sean parte normal del proceso de crecimiento, sino medidas extremas por causa de nuestra necedad en confiar en nosotros mismos y no confiar en Dios. Pero el ser probado por Dios es en realidad el cumplimiento de su promesa del Nuevo Pacto que se cumple en cada uno de los auténticos hijos de Dios, aunque no lo creamos, porque no sólo es necesario por causa de nuestra poca fe que no reconocemos, sino porque además manejamos diferentes clases de fe que no son válidas a los ojos de Dios, entre las cuales están;; la fe muerta, la fe fingida, la fe débil.
5. EL CORAZÓN ENGAÑOZO Y PERVERSO
Esta misma promesa es mencionada en el libro de jeremías cuando dice:
Jeremías 17:9 al 10 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? 10Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
Si revisamos el contexto en el cual Dios dice que el corazón del hombre es más engañoso que todas las cosas y además perverso, veremos qué se refiere precisamente a la confianza que decimos tener en Dios. El pasaje habla de que una cosa es vivir confiando en el hombre y otra cosa muy diferente vivir confiando en Dios. Y el engaño y la perversidad del corazón estan, en que al hombre lo engaña su propio corazón, haciéndole tomar decisiones equivocadas y engañandolo acerca del verdadero carácter de esas decisiones. Es decir;; pensamos estar tomando decisiones porque creemos en Dios, cuando en realidad las hemos tomado producto de nuestra desconfianza en él. Ahora;; ¿porque es importante que el hombre conozca el verdadero carácter de sus decisiones respecto de su confianza en Dios? En primer lugar porque como ya leímos, sin fe es imposible agradar a Dios, y la razón por la cual no podemos serle agradables sin fe, es porque la escritura también dice:
Romanos 14.23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.
Que cualquier cosa que hagamos sin la convicción que da la fe es pecado. Y vivir pecando por su puesto que trae mucha pérdida de bendición a nuestra vida. En segundo lugar porque la buena vida y la eternidad del hombre, no depende de sus capacidades, talentos, oportunidades, ni tampoco depende de lo buena o mala que sea una persona, la buena vida del hombre depende básicamente de sí confía o no en Dios. Y cuando no se confía en Dios no hay otra opción, es porque estamos confiando en nosotros mismos, muchas veces sin saber que aquello en que confiamos realmente proviene del diablo. Este concepto que acabo de emitir es prácticamente cien por ciento opuesto a lo que el mundo enseña, pues según el mundo, la clave para vivir una buena vida tiene que ver con la sabiduría, riqueza y valentía que alguien pueda poseer, pues estos elementos son los que le permiten confiar al hombre en sí mismo, y son el motor para tomar las decisiones necesarias para aprovechar las oportunidades y vivir una vida de éxito. Pero insisto;; esto que acabo de mencionar que es fácilmente aceptado y creído en el mundo es completamente opuesto a lo que Dios dice que es necesario para vivir una buena vida y sobretodo una buena eternidad. A través del profeta jeremías Dios declaró:
Jeremías 9:23 al 24 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. 24Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.
Para qué alabarse de cosas que no son las que determinan el buen resultado de nuestra vida y nuestra eternidad. Mas sí debemos alabarnos de conocer y entender cómo funciona Dios, (eso es fe) porque eso sí determinará la clase de vida y la clase de eternidad que viviremos. Volviendo al pasaje que revela el autoengaño respecto de nuestra fe, en que caemos por causa de nuestro corazón, el Señor describe la clase de vida que tendremos si vivimos confiando en el hombre.
6. LA CONFIANZA EN EL HOMBRE
El verso cinco dice así:
Jeremías 17:5 Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
No hay duda que son palabras fuertes, y aquí nuevamente podemos ver que lo que Dios dice es completamente opuesto a lo que el mundo enseña. En el mundo se enseña y se hace todo lo posible para que los hombres obtengan confianza en sí mismos, (esta confianza estar basada como dije, en la sabiduría, riqueza y valentía que poseen) y es esta confianza la que les dará el valor necesario para enfrentar la vida. Es decir;; en el mundo una persona que no confía en sí misma está muerta en vida, pues no se animará precisamente por la falta de confianza a hacer muchas cosas que seguramente lograría hacer si se animara. Por eso existen tantos seminarios de superación personal, porque están convencidos que el hombre tiene que convencerse que puede, para que se anime a vivir la vida, y si se anima entonces logrará tener una vida de éxito. Esta creencia de la importancia de creer en nosotros mismos es algo tan aceptado y tan común que aún los cristianos cuando educamos a nuestros hijos caemos en el error de animarlos a confiar en sí mismos. “Tú puedes” “Tú eres capaz”, en lugar de decirles desde pequeños tú puedes con la ayuda de Dios, si lo que pretendes alcanzar es realmente lo que Dios quiere . Y cuando logramos convencerlos de que ellos pueden y son capaces, al crecer toman un camino diferente del de Dios, porque ya están convencidos que sin Dios también pueden. Pero completamente contrario a esta manera de pensar, Dios dice que el que confía en el hombre, lo cual incluye la confianza en nosotros mismos, hará que su vida sea una vida de maldición. Quiero insistir en que el pasaje no habla de si la persona tiene buenos o malos objetivos, ni siquiera de si es una buena o una mala persona, que son los conceptos que normalmente traemos a colación para decir;; por buena persona Dios lo bendijo, por mala persona Dios lo maldijo. No, Dios se está centrando en un asunto que aunque al final tiene relación con la bondad y la maldad, es muchísimo más importante y es: Sí usted confía en Dios vivirá con la bendición de Dios, pero sí confía en si mismo vivía con la maldición de Dios. El pasaje continúa describiendo lo que es la maldición: Jeremías 17:6 Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.
Al leer esto me imagino esas bolas de matas secas que a veces muestran las películas del oeste que son arrastradas por el viento. ¿Qué futuro puede tener un chamizo dando vueltas en el polvo? La respuesta es ninguno. Esa retama en el desierto representa una vida exenta de todo verdadero valor. Y la razón que Dios da por la cual el hombre que confía en el hombre no podrá jamás tener un buen futuro, es que cuando se confía en el hombre, en su escala de valores, objetivos, y en sus métodos para alcanzarlos, la confianza en todo eso le impide ver la bendición de Dios. “No vera cuando viene el bien” Ojo con lo que estoy diciendo: La confianza del hombre en sí mismo le impide ver la bendición de Dios. Es decir la vida del hombre que confía en sí mismo es como la vida de un ciego que no puede ver la bendición de Dios. Algo así como que el ciego está con un hambre espantosa y Dios le coloca una gran cantidad de alimentos y manjares, pero como él no puede ver entonces tampoco puede comer y termina muriéndose de hambre y terriblemente amargado en su corazón pensando que Dios no le proveyó. Sin embargo el ejemplo es incompleto, porque otros textos de la escritura nos muestran que no sólo no ve la bendición de Dios, si no peor aún, ve la bendición de Dios como si fuese una maldición y huye de ella despavorido. ¿Cuántos cristianos ven los tratos o las pruebas de nuestra fe como si fueran problemas? Cuando no nos gozamos en los tratos y en las pruebas que estamos recibiendo, es porque los estamos viendo como si fueran una maldición. La escritura dice:
Isaías 5:20 al 21 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! 21¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!
¿Qué piensa mucha gente con el simple hecho de que lo inviten a una iglesia? Que le van a amargar la vida, que lo van a llenar de prohibiciones, que le van a sacar la plata, etc. Algo así como que el ciego está con hambre y cuando vienen a traerle comida y oye los pasos sale corriendo pensando que lo van a matar, y por salir corriendo asustado, como no ve entonces se golpea en la cabeza, y producto del golpe ahora queda sordo, y como no oye nada se anima a cruzar la calle porque no oye el camión que viene y lo aplasta. Y si usted cree que estoy exagerando el ejemplo, mire lo que Dios asegura en el siguiente pasaje:
Isaías 50:11 He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.
El Señor Jesús dijo ser la luz del mundo, los hombres debemos caminar bajo la luz de Dios pero por no creer en él, preferimos caminar bajo nuestra propia luz, bajo nuestras propias antorchas: ¿Cuál será el resultado de caminar bajo nuestra propia luz? Dios asegura que será una vida del dolor hasta que llegue a la tumba. Y no es por desquite, es que la luz del hombre no puede alumbrar la bendición de Dios, por lo tanto no le queda otra que luchar toda la vida sin hallar verdaderas respuestas hasta que muera. Y a toda esta desgracia, porque es una desgracia vivir de esa manera, añádale que el corazón del hombre le hace creer que la cosa va por buen camino. Le hace creer que sí confía en Dios. Y el resultado de todo esto es que el hombre queda convencido de que cuando logre el siguiente objetivo su vida mejorará, y así se la pasan de objetivo en objetivo viviendo anestesiados hasta que mueren perdiendo allí la oportunidad de salvación
7. BENDICIONES QUE NO LLEGAN
Pero también puede suceder, que producto de esa gran dificultad para definir el grado de confianza que tenemos en Dios o en los hombres, que una persona que está convencida que confía en Dios, esa certeza le haga esperar bendiciones de parte de Dios. Como está engañado la bendición no vendrá. ¿Cuál será entonces la conclusión que sacara de este asunto? Pues usted dirá: “Señor tú has prometido que quien confía en ti recibirá tu bendición y yo he confiado en ti y tu no me has bendecido” ¿Qué pasa cuando una persona llega a esta conclusión? Sí está persona insiste en decir que confía en Dios, es decir si insiste en que quien ha fallado es Dios, está persona se alejara de Dios y seguirá su propio camino, es decir reafirmará su confianza en sí misma alejándose cada vez más de Dios. Y el final de esta persona que seguirá confiando en sí misma, porque cree que Dios le ha fallado, es que terminará en el infierno.
8. LA CONFIANZA EN DIOS
Contrario a todo esto la vida del hombre que confía en Dios se describe así:
Jeremías 17:7 al 8 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. 8Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.
Una mejor traducción de la primera frase sería;; “bendito el hombre que confía en Dios y pone en el su esperanza” Dios asegura que el resultado será completamente opuesto al del hombre que confía en el hombre. Aquel no puede ver la bendición de Dios, pero el que confía en Dios, que obviamente vera y aprovechará la bendición de Dios, lo que no verá es cuando viene el calor. Esta bendición por supuesto estás enterada en la transformación de nuestra vida para que seamos semejantes a El. No puede haber mayor bendición, tanto que la escritura dice: Romanos 8.18–19 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. 19Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
Y mientras Dios va haciendo la obra nosotros podremos vivir en la tierra de la siguiente manera:
Romanos 14.17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Lo único justo es vivir haciendo la voluntad de Dios, la paz es una paz que sobrepasa todo entendimiento que guarda nuestro corazón y pensamientos en Cristo Jesús, y el gozo es esa alegría sobrenatural que experimentamos a través de todas las circunstancias que hacen crecer nuestra fe.