EL NUEVO PACTO – PROMESAS CON CORONA 2 – PARTE 22

NUEVO PACTO

 

2. CORONA DE VIDA PARA LOS QUE SOPORTAN LAS PRUEBAS

Explicamos en el estudio anterior que las coronas que ganemos nos dan autoridad para reinar, porque esas coronas las recibimos como consecuencia de haber obtenido conocimiento de Dios y haber creído en ese conocimiento… Cuando esto sucede, cuando “oímos con fe”, el resultado es la transformación de nuestro carácter y por supuesto nuestro comportamiento.
Veámoslo desde otro punto de vista: No hay la menor duda que Dios no quiere criminales reinando en el cielo, Dios no quiere gente deshonesta reinado en el cielo, Dios no quiere tranposos, ni mentirosos, ni tacaños, ni infieles, ni incumplidos, ni faltos de palabra, ni idolatras del trabajo o de los hijos o de cualquier cosa reinando en el cielo… Dios desesa hijos con el conocimiento y el carácter de Jesucristo, para instaurar un reinado perfecto, incorruptible, incontaminado e inmarcesible.
Y para lograr esto otra de las coronas que Dios ofrece, que nos darán mas autoridad y que debemos buscar obtener, es la corona de vida. ¿Cómo se obtiene? Dice su palabra:

Santiago 1:12 Bienaventurado el hombre que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman.

Es una corona que recibimos en la medida en que resistimos la prueba de la tentación, lo cual quiere decir que entre más tentaciones pasamos de manera victoriosa, es decir sin caer en pecado, esa fe que se va fortaleciendo, porque pasar las pruebas es sólo cuestión de fe, esa fe es la que nos permite experimentar desde ahora y cada vez más la vida abundante, la vida eterna que Dios nos prometió llena de justicia, paz y gozos.
Porque la vida eterna es un estilo de vida sobrenatural, desconocida para los hombres, espectacular, llena de paz y de un gozo profundo y continuo, pero que sólo puede ser vivida por fe, de allí la necesidad de las pruebas y las tentaciones que como ya vimos, son las herramientas que Dios utiliza para hacer crecer, probar y fortalecer nuestra fe.
El apóstol Pedro hablando de esa necesidad, escribe:

1 Pedro 1.6–9 aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, 8a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; 9obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

La idea es que lleguemos a tener una fe que sea alabada… Y una fe que se alaba es aquella que en las situaciones más difíciles nos permite vivir haciendo lo correcto y manteniendo la paz y el gozo en el Espíritu.
Es necesario llegar a ese crecimiento en la fe pues la vida cristiana se define de la siguiente manera:

Romanos 14.17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

La vida cristiana no tiene relación con la cantidad de las cosas materiales que poseemos, sino con la justicia que es hacer la voluntad de Dios, y la paz y el gozo que esto produce en nuestra vida. Y eso es imposible vivirlo sin fe, o con una fe muerta, fingida, débil o microscópica.

También dice que nuestra fe debe glorificar a Dios… y es evidente que hay más gloria para Dios cuando como hijos, en situaciones complicadas hacemos y sentimos lo correcto, manteniendo la paz y el gozo, que cuando caemos en pecado.
Y esa fe es también la que nos va a dar honra, porque esa confianza en el conocimiento de Dios es lo que nos dará autoridad para gobernar

a. ¿NECESITAS SER PROBADO?
Debemos tener en cuenta, que cualquiera que no esté disfrutando de la vida eterna o la vida abundante, que es igual a decir; cualquiera que todavía se preocupe por las cosas de esta vida y pierda por causa de ellas la paz y el gozo, indiscutiblemente necesita ser tratado.
Porque cuando un cristiano no está disfrutando del gozo de la salvación de una manera continua, es porque su alma no ha sido completamente salvada, que es igual a decir que todavía, en su mente es esclavo de las cosas del mundo.
Si volvemos a la carta del apóstol Santiago, podemos ver que comienza hablando de que las pruebas son necesarias para hacernos perfectos, y luego en el verso nueve habla de la Corona de vida que recibirá el que soporte la tentación o la prueba. Pero en medio de esos pasajes que hablan de las pruebas está el siguiente:

Santiago 1.9–11 El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; 10pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. 11Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.

¿Por qué Dios colocó este mensaje en medio de la enseñanza acerca de las pruebas y la corona de vida? Y la respuesta es conociendo a Dios, que este mensaje está en el lugar preciso porque tiene íntima relación con las pruebas y las tentaciones.
Eso quiere decir que respecto de las pruebas y las tentaciones que nos permitirán obtener la corona de vida, es muy importante que entendamos: ¿Cuál es el mensaje de este pasaje?
Y no hay duda que está diciendo que, es mejor ser de humilde condición que ser una persona rica. La pregunta es: ¿Cuántos lo creen?
¿Cuántos están convencidos que buscar ser ricos es una mala decisión, que además limitará la exaltación que Dios nos quiere dar?
¿Cuántos están convencidos que teniendo sustento y abrigo es suficiente, pero que buscar tener más de lo necesario es un error porque le quita tiempo para conocer a Dios?
¿Para cuantos el trabajo siempre a sido, y aún ahora como cristiano es más importante que su crecimiento espiritual?
¿Qué es lo que buscas con más ganas en tu vida: Tu crecimiento espiritual o tu crecimiento financiero? ¿A cuál de los dos le estás dedicando más tiempo dinero y energías?
Por supuesto no es el único pasaje que da esta enseñanza. Jesús dijo: La vida del hombre no depende de la cantidad de cosas que pueda poseer
No aceptar esta verdad es la razón básica por la cual las personas son esclavas del mundo, y también es por esta razón que los ricos serán humillados pero los pobres exaltados.
Este pasaje también me recuerda las palabras de Jesús cuando dijo:

Lucas 6.20 Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.

Otras versiones dicen que Jesús mirando fijamente sus discípulos les dijo esas palabras. Por lo cual no hay duda que los discípulos del Señor, aquellos escogidos para transmitir el mensaje más importante para la humanidad eran pobres. (Y el apóstol Pablo que era rico término como pobre)
Y al continuar leyendo el pasaje, después de mencionar a los que tienen hambre y los que son perseguidos les dice:

Lucas 6.23 ¡Alegraos cuando suceda eso, sí bailad de gozo! Porque grande será vuestra recompensa en los cielos porque así es como sus padres trataron a los profetas..

Y luego, evidentemente ya no hablando con sus discípulos si no al parecer con algunos ricos que estaban allí, porque los ricos también se acercaban a Jesús, les dice:

Lucas 6.24–26 ¡Pero ay de vosotros los que sois ricos, porque ya habéis tenido todo el consuelo que vais a recibir!25 “¡Ay de vosotros los que ahora estáis llenos, porque pasaréis hambre! “¡Ay de vosotros los que ahora os reís, porque lamentaréis y lloraréis! 26 “¡Ay de vosotros cuando la gente habla bien de vosotros, porque es así como sus padres trataron a los falsos profetas!

Si leemos estos pasajes sin tener en cuenta al resto de las escrituras tenemos que decir y no hay duda, que es mejor ser pobre que rico….
Sin embargo sabemos por la escritura que, no todos los pobres serán exaltados y no todos los ricos serán humillados, porque el problema no es la riqueza, sino la mala actitud del corazón que ama y confía en la riqueza. Y el que confía y ama las riquezas, como ya mencione, por supuesto que es esclavo del mundo. Por eso Jesús también dijo:

Marcos 10.23–25 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! 25Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.

En estos textos que acabo de leer es el Señor Jesucristo quién habla; en la carta del apóstol Santiago lo hace el Espíritu Santo exhortándolos por causa del pecado de rendirle pleitesía a los ricos y menospreciar a los pobres… Que desafortunadamente es un pecado muy común en muchas iglesias y muestra el amor al mundo de quienes lo hacen. Y por eso dice:

Santiago 2.5 Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?

Y ese “Oíd” es como si fuera algo que se estuviera repitiendo una y otra vez pero que no quieren oír.

Por esto sinceramente creo que éste mensaje es para los cristianos, que están desenfocados y quieren ser ricos, menospreciando la salvación y el reino prometido.

b. ¿TENTADOS PARA DEJAR QUE?
El la carta del apóstol Santiago después de mostrar la diferencia a los ojos de Dios, entre los pobres y los ricos, continúa diciendo:

Santiago 1.12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

La pregunta importante aquí es: ¿En la prueba o tentación que es lo que realmente está siendo probado?
En esta corona, la corona de vida, ya no se trata de dejar cosas que nos estorban la vida espiritual, como vimos en la corona incorruptible, sino de no caer en pecado.
¿Y cuál es el gran motivador para que la gente del mundo y para que los cristianos caigan en pecado?

1 Juan 2.15–17 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

El amor al mundo, por eso la orden es no amar al mundo, pero por nuestra incredulidad todavía hay cosas del mundo que amamos. Y las amamos tanto que todavía podemos caer en pecado por obtenerlas o por no perderlas.
Y Dios para probarnos nos coloca en situaciones donde, al hacer la voluntad de Dios podemos perder o dejar de ganar algo del mundo que apreciamos.
A través de una pequeña mentira puedo obtener un beneficio del mundo, o por causa de decir la verdad, perder este beneficio.
Por ejemplo cuantos no son puntuales y no cumplen su palabra y sus compromisos por obtener beneficios del mundo… Por dormir un tiempo mas no cumplen, por verse con cierta persona, porque estuvo haciendo algo que le gusta más que cumplir sus compromisos y ser puntual… Y eso indudablemente es pecado.
Te comprometes con alguien, luego te sale un mejor negocio, y por ganar mas caes en pecado al no cumplir tu compromiso.
Te comprometes a ir a cierto lado con alguien, sale un programa mejor y caes en pecado para obtener un beneficio del mundo.
La gente del mundo por dinero, por placer, por orgullo, puede llegar al homicidio, al genocidio porque su amor al mundo por supuesto sobrepasa ampliamente el amor que tienen hacia Dios, que evidentemente no tienen.

De este mundo venimos, y las pruebas y tentaciones son para enseñarnos a desprendernos del mundo.

5. CORONA DE JUSTICIA PARA EL QUE ANHELA SU VENIDA
El apóstol Pablo en su última carta a Timoteo, de acuerdo a lo que hemos visto, es decir a la importancia del discipulado hecho conforme a la palabra de Dios, le insiste a su discípulo diciéndole:

2 Timoteo 4.1–2 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

Es tan importante este asunto de enseñar la palabra de Dios que apóstol nombra el juicio de Dios como una motivación para hacer lo correcto, entendiendo por supuesto que si se hace de manera indebida el juicio de Dios estará sobre aquellos que lo hagan mal.
Pero no sólo debía hacerlo comunicando una sana doctrina, sino que además debía ser muy insistente, exhortando, por supuesto teniendo tanto la paciencia como la sabiduría (una sana doctrina) porque…

2 Timoteo 4.3–5 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

Un pastor me contaba la experiencia de ir a un colegio a compartir la palabra de Dios, donde la mayoría de los estudiantes son hijos de cristianos y de pastores… Pero contrario a hallar una buena actitud para recibir la palabra lo que encontraron fue una gran dureza.
Otro pastor me contaba que en su barrio han evangelizado tanto, que ahora lo que se ve es una dureza muy grande respecto de la palabra.
Pero si alguien viene y les echa cuentos y fábulas que según ellos salen de la palabra de Dios, eso si lo escuchan y además se amontonan como dice la palabra.
En la parábola de la semilla dada por Jesús, la semilla que cayó junto al camino, la que cayó en pedregales y la que cayó entre espinos no dio ningún fruto. Y la que cayó en la buena tierra si dio fruto pero:

Mateo 13.8–9 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 9El que tiene oídos para oír, oiga.

Según los estudiosos, interpretan que de manera profética se están anunciando que cada vez será más difícil que la palabra produzca fruto, porque en la medida que pasa el tiempo los hombres cada vez tendrán el corazón más duro respecto de la palabra.
Sin embargo a pesar de lo que pase en el mundo, el apóstol le dice a su discípulo Timoteo:

2 Timoteo 4.5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

Por lo tanto no importa lo duro que esté el mundo, de todos modos debemos continuar evangelizando para buscar tener discípulos para el Señor. Pero además hay otra motivación por la cual le insiste en que cumpla con su ministerio, y es:

2 Timoteo 4.6–7 Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. 7He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

El apóstol sabe que el momento de su muerte y su partida está cerca… Y por supuesto hay que dejar a alguien que continúe lo que Dios ha comenzado con nosotros. Eso es discípulado.
Y allí es cuando nombra la corona de justicia.

2 Timoteo 4:8 Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

A ¿CÓMO SE OBTIENE LA CORONA?
El apóstol dice que amando su venida. Y no hay duda que eso en primer lugar quiere decir que debemos desear que el Señor regrese por nosotros. Pero: ¿Cuál es la razón por la cual deseamos que venga por nosotros?
Esta pregunta es importante porque es posible que desemos que venga por nosotros por razones equivocadas:
Por ejemplo existen aquellos que están tan aburridos de la vida que desean morirse o que el Señor venga, porque ya no creen ser capaces de soportar lo que están viviendo.
Esto es entendible, algunos han llegado al suicidio, pero por supuesto esa no es la motivación correcta para querer encontrarse con el Señor, porque lo correcto es que nos estemos gozando de vivir haciendo la voluntad de Dios.(Esa es la vida cristiana normal)
Hay otros que no están tan aburridos pero están tan resentidos que quieren que el juicio Dios extermine toda la tierra… Y pues tampoco es la mejor motivación para el regreso del Señor.
No. En realidad se trata de aquel que camina con el Señor porque le cree, que hace su voluntad y se goza en ella, pero que está tan enamorado y tan consciente de que en la presencia del Señor su vida será muchísimo mejor, que quisiera estar ya con él.
Un buen ejemplo de esto lo encontramos en el apóstol Pablo que escribió:

Filipenses 1:21 al 26 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; 24pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. 25Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, 26para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.

Varias cosas muy claras podemos sacar de este texto.
Lo primero: Si para nosotros realmente el vivir es Cristo… Si ya hemos madurado lo suficiente para desprendernos del mundo y vivimos sólo para hacer la voluntad de Dios, entonces ese amor por el cual trabajamos, nos llevará a creer de corazon que morir para estar con Cristo es ganancia.
Pero si todavía estamos enredados con nuestro amor al mundo, morir no lo veremos como algo muy lindo, sino que más bien aunque estemos gozosos, estaremos tratando de pedir tiempos extras para terminar ciertos proyectos, cómo educar a los hijos o dejar patrimonio, un legado, o no dejar a la esposa o al marido solito porque pobrecito, etc.
En segundo lugar sí para nosotros el vivir es Cristo, aunque el morir sea ganancia, tendremos la paciencia suficiente para esperar el tiempo de Dios, tiempo que tiene relación con la obra que Dios a través de nosotros está realizando en el ministerio.
El amor por su obra, por los discípulos y aún por los perdidos, nos dará paciencia para esperar aunque deseemos estar con Cristo.
Lo tercero que vemos es que el apóstol entiende que cuando trabaja en la obra, la gloria de Cristo en el aumenta, precisamente por la oportunidad de seguir trabajando en la obra.
Esto en otras palabras quiere decir que hay cosas que Dios está terminando en nosotros, puliéndonos cada día más, fortaleciéndonos cada día más, para ser cada vez más semejantes a El.
En otras palabras; sería una contradicción amar su venida y no estar viviendo en su voluntad.
Si no estamos viviendo en su voluntad esperar su venida o querer morir para encontrarnos con el, entonces sería un escape a una vida aburrida o peor a una vida llena de aflicción por causa de nuestros pecados.
Esa mala motivación no nos ayudará, pues en realidad está producida por la derrota, por el fracaso de nuestro cristianismo… Y por supuesto esa motivación no será mejor que la de aquellos que no creen que el señor vaya a volver.
Anhelar que Cristo venga por razones equivocadas es igual a no creer en su venida. Este principio de que no ahelan la venida del Señor los que no están haciendo su voluntad, es enseñado en el siguiente pasaje:

Mateo 24.45–51 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 47De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 48Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; 49y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 50vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 51y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Además de lo que ya es muy claro en este pasaje… Respecto de que al siervo fiel sobre sus bienes le pondrá y al infiel lo castigará duramente, podemos ver que la lección o el asunto central que hace buenos o malos ciervos es la convicción de que el Señor vendrá… o no vendrá.
s por esto que cuando el apóstol Pablo le insiste a su discípulo, respecto de su responsabilidad en el ministerio, lo hace mencionando el juicio del Señor, que aunque no llegue en el momento en que lo esperamos, no hay duda que será un juicio inminente.
Este otro pasaje nos muestra esta misma verdad acerca de la motivación y la clase de vida que vive aquel que realmente espera su venida:

1 Juan 3.2–3 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Tener certeza de la manifestación de Dios para recibir lo que es nuestro, es lo que nos motiva a ser como El es.
Pero cuando no hay certeza el regreso de Dios, esto es similar a lo que hacen las personas con su vida pensando que la muerte quien sabe cuando llegara… Si el cristiano que anda en pecado supiera que en pocos días va a morir, o que el Señor va a regresar en pocos días, seguramente se portaría juicioso esos pocos días que le faltan.
Pero respecto del momento lo que el Señor ha dicho es:

Marcos 13.32–37 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. 33Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.34 Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. 35Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; 36para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. 37Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.

La pregunta podría ser: ¿Por qué el Señor no nos da una fecha concreta acerca de su regreso?
Porque no se trata de enderezar nuestra vida en el último momento ya que eso nos haría perder muchísimas bendiciones, más aún, quien piensa en enderezar su vida a última hora no está creyendo en el amor de Dios, si no que es el miedo al juicio lo que lo haría cambiar…
Cuando lo correcto es que estando convencidos del amor de Dios, comencemos desde ya a caminar en sus caminos, Y no importa cuánto se demore debemos persistir gracias a su amor, por eso también dice:.

Lucas 12.37–38 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. 38Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.

Pero tampoco podemos ignorar que estos pasajes que hablan de la recompensa para el que está velando hasta el regreso del Señor… También están hablando del juicio de Dios sobre aquellos que no le creyeron. Por ejemplo:

Mateo 21.40–41 Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? 41Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.

También la escritura enseña:
1 Corintios 4.5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

La inminencia del juicio sobre los que se condenan debería motivarnos a hablar más de Cristo, ya que su palabra dice que uno de los motivos de Dios es esperar…

2 Pedro 3.8–9 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Pero no sólo la conversión de los que nosotros llamamos incrédulos, porque si miramos bien este texto en realidad está diciendo que; muchos que se creen cristianos necesitan arrepentirse, dando a entender que todavía no han sido salvos, y por eso Dios está teniendo paciencia para que haya un arrepentimiento verdadero.
Lo cual nuevamente debe motivarnos, si amamos al Señor, a dejarnos formar como verdaderos hijos de Dios y a servir a Dios en su obra haciendo su voluntad.

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