PARA QUE SOY BUENO

ETAPAS EN EL CAMINO HACIA DIOS

PARTE 2

I. INTRODUCCIÓN

Veíamos en el estudio anterior que el Señor Jesús después de dar ciertos mensajes supremamente importantes, es decir mensajes que pueden determinar todo el curso de nuestra existencia, al final decía: ”El que tiene oídos para oír oiga” Y al decir esta frase lo que está haciendo es hacernos responsables de la forma como recibimos su palabra, donde lo correcto es entender y por supuesto aceptar la verdad que está comunicando.

Una de las cuatro ocasiones en que dijo esta frase, fue cuando enseño acerca de la parábola parábola del sembrador, donde la evaluación qué debemos hacer tiene que ver con la forma como aceptamos el mensaje de Dios.

Lo normal, lo correcto y lo bueno para todos los hombres, es que recibamos de muy buena manera el mensaje que proviene de Dios. Y debería ser de esta manera porque todos los hombres estamos predestinados para salvación, y como la salvación depende de oír con fe, es obvio que estamos predestinados para aceptar el mensaje.

Es por esta razón que la palabra de Dios en más de una ocasión dice:

1 Timoteo 2.4   El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

2 Pedro 3.9  El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Siendo esto así quienes enseñan lo contrario, quienes enseñan que algunos han sido predestinados para ser condenados entonces están negando el deseo de Dios, y además están haciendo a Dios mentiroso porque a lo largo de su palabra, Dios nos insiste en que debemos escoger el buen camino, y si alguien estuviera predestinado para condenación entonces no tendría opción de elegir.

Pero a pesar de estar predestinados para salvación, también es cierto que muchísimos se van a condenar, y se van a condenar porque aunque Dios es soberano, todopoderoso, y nadie puede resistir a su voluntad… Dios mismo le ha dado al hombre la libertad de escoger creerle o no creerle, y muchos han decidido no creerle, al final de los tiempos dice la Escritura que sólo un tercio de los hombres le creerán.

Ese mismo error hacer malas elecciones lo podemos seguir cometiendo siendo ya cristianos, es decir aunque estemos predestinados para cosas muy grandes como hijos de Dios, (Dios tiene un plan espectacular para cada persona) todavía tenemos la libertad de tomar buenas o malas decisiones.

Sin embargo el deseo de Dios sigue siendo que tomemos buenas decisiones. Es por eso que la escritura dice:

Efesios 2.10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Estas buenas decisiones, esas buenas obras para las que hemos sido creados, ya están preparadas…  Y lo que Dios desea es que al enfrentarnos a esas diferentes situaciones hagamos lo que él nos ha enseñado.

Pero no sólo prepara esas buenas obras sino que además nos promete, no colocarnos en una situación en la que no podamos obedecerle. Su promesa dice:

1 Corintios 10.13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

Eso quiere decir que estamos predestinados para buenas obras, pero no las obras que nosotros escogemos sino las que Dios ha escogido para nosotros, Y aunque Dios ha diseñado todo para que hagamos lo correcto… Es nuestra responsabilidad hacer lo correcto, porque podemos gracias a  la libertad que tenemos tomar otro camino y perdernos la bendición.

Es Dios quien hace que en nuestro camino nos encontremos con aquel que necesita oír en el mensaje de salvación, o que nos encontremos con aquel que tiene una necesidad económica, o con aquel que necesita una palabra de aliento… Y somos nosotros los que en esos momentos decidimos hacer o no su voluntad.

Y también es Dios quien prepara esa situación donde nos sentimos tentados hacer lo incorrecto, a mentir, a exagerar, a no ser fieles, a no ser honestos, a ser tacaños, a ser inmisericordes, etc. Y somos nosotros los que decidimos cómo respondemos en medio de estas situaciones predestinadas para que hagamos lo correcto.

Eso quiere decir que hay dos cosas supremamente importantes que no podemos perder en ningún momento de vista, qué son: La soberanía de Dios, es decir absolutamente todas las cosas que pasan a nuestro alrededor y nos afectan, porque allí como leímos están las buenas obras que Dios ha preparado, y la palabra de Dios, qué es la que me dice cómo responder o que hacer en medio de cada una de esas situaciones.

Huir de la fornicación; dad y se os dará; poner la otra mejilla; perdonar 70 veces siete; que vuestro si sea si;  no mentir; estar siempre gozosos; orad sin cesar; sujetarse a la autoridad; amad a vuestras esposas; la mujer respete a su marido…etc.

Pero cuando alguien ignora la palabra de Dios, o cuando alguien ignora la soberanía es como si estuviera completamente sordo y como consecuencia sin oportunidad de hacer lo correcto.

Y por eso frente a la “voz” de Dios, es decir frente al mensaje que recibimos a través de su soberanía y a través de su palabra, la escritura, es que debemos tener en cuenta las palabras de Jesús: “El que tiene oídos para oír oiga

Pero: ¿Cuál es la clave para que los hombres puedan oír a Dios y vivir dando respuesta correcta en cada situación?

Vimos que la respuesta ante la palabra y la soberanía de Dios, a pesar de los muchos factores que pueden afectar en algo nuestra manera pensar; los genes, la crianza, el ambiente, las oportunidades, etc.  De todos modos la clave está en nuestro corazón, la clave está en la imagen que tenemos de Dios. La escritura dice:

Salmo 14.1  Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.

Creo que es evidente lo que está pasando en la humanidad donde los hombres cada vez atacan más, no sólo el cristianismo sino las religiones, ya que estas aún con sus diferentes dioses son un estorbo para lo que los hombres quieren hacer.

Por eso el primer paso para llegar a vivir lo que Dios ha predestinado para cada uno de nosotros, es reconocer la existencia de Dios.

Negar la existencia de Dios es el principio de todo mal y de una corrupción absoluta, y uso la palabra “negar” porque no es que el hombre no pueda conocer a Dios, si así fuera entonces sería falso que Dios desea que todos se salven, por eso la verdad es, que Dios se manifiesta a TODOS los hombres, y los hombres niegan esta manifestación. La escritura dice así:

Romanos 1:19 al 20.  Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

Siendo entendidas por medio de las cosas hechas” Quiere decir que cuando se mira de manera inteligente, razonable y honesta la creación de Dios, es imposible negar su existencia. Por eso es que dice que no tienen excusa, es decir no hay una sola razón válida para decir que Dios no existe! Todo lo contrario. La escritura también dice:

Salmo 19.1–3  Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. 2 Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. 3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz.

Pero no sólo la creación nos habla con claridad de la existencia de Dios, sino que la revelación de la creación también nos permite comenzar a confiar en ese Dios que reconocemos que existe.

Por eso escuchamos que muchos que no han aceptado a Jesús como su salvador, de todos modos tienen cierta confianza en Dios, le agradecen por lo recibido, le hacen peticiones en momentos de crisis, y aun llegan a pelear con él cuando las cosas no salen como confiaban que iban a salir.

Eso es lo que debe pasar en la vida de cualquiera, que no cometa la necedad tan grande de negar la existencia de Dios.

Por que es la conclusión a la que llega toda persona con un triz de sentido común, al igual que las personas supremamente inteligentes y sabías, cómo fue el escritor del libro de Eclesiastés el cual dice:

Eclesiastés 3:10 al 11.  Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. 11Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

Reconoce la existencia de Dios, pero cuando leemos el libro nos damos cuenta que este hombre no conoce a Dios. (O habla como si no lo conociera)  Sin embargo acepta que hay un plan diseñado por Dios para los hombres, pero por no conocer a Dios, termina diciendo que el hombre no entiende qué que es lo que Dios pretende hacer….

Así es la vida de muchos hombres que creen en Dios pero no lo conocen, los cuales en los buenos momentos de su vida dan gracias a Dios, pero en los momentos de crisis les asaltan serias dudas acerca de las buenas intenciones de Dios…

Esta manera precaria de relacionarse con Dios es un buen comienzo, pero no es suficiente, porque es necesario aceptar a Jesús como Señor y Salvador para poder conocerlo, y poder entender ese plan perfecto de Dios, para el que hemos sido predestinados cada uno de nosotros.

Pero: ¿Cómo pueden los hombres que creen en Dios conocer a Jesús como su Señor y Salvador?

Si volvemos al salmo que nos habla de cómo Dios se revela través de la creación vemos que dice:

Salmo 19.3–4  No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz… 4 Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras….

En el verso tres dice que Dios declara su sabiduría, sin lenguaje, ni palabras, ni algún tipo de voz, pero en el verso cuatro dice lo contrario. “Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras” Es decir parece haber allí una contradicción. ¿Cuál es la explicación?

El apóstol Pablo menciona este mismo texto cuando nos exhorta a compartir el Evangelio. Y dice así:

Romanos 10.15–17 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! 16Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? 17Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Dice el apóstol Pablo qué los creyentes deben ser enviados a predicar… que es una labor hermosísima. Las buenas obras que Dios ha preparado para nosotros incluyen aquellas personas, que Dios ha preparado para que nosotros les hablemos del Señor.

Pero como dice el pasaje, no todos obedecen, es decir no todos reciben la semilla porque tienen la libertad de rechazar la predestinación que Dios a hecho de ellos.  Y cuando dice que la fe es por el oír la palabra de Dios, por supuesto se refiere a la verdadera fe.

¿Cuál es la fe verdadera? La fe verdadera o poca fe, es aquella confianza que tenemos en la verdad. La fe muerta, la fe fingida, y la fe débil, es la confianza que colocamos en malas doctrinas o en las personas.

Por eso es necesario primero oir la verdad del Evangelio, para poder tomar la decisión de creer.  Y es allí donde entendemos que el verso cuatro del salmo, es un verso profético, que anunciaba lo que iba a suceder con la predicación del Evangelio. Pablo continúa:

Romanos 10.17–18 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. 18Pero digo: ¿No han oído? Antes bien, Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y hasta los fines de la tierra sus palabras.

El apóstol Pablo añade ”de ellos  refiriéndose a todos aquellos que han obedecido el mandato de predicar el evangelio, razón por la cual no hay disculpa para no tener fe en Jesucristo, porque todos han oído el Evangelio.

Ciertamente Jesucristo ha sido predicado en todas las generaciones, de manera que los que ha tenido un corazón dispuesto lo han podido reconocer como su verdadero Dios.

Y por supuesto hay que seguir predicando a las nuevas generaciones, para que todos tengan la oportunidad de creer en Jesús, el Dios verdadero.

ASIMILANDO LA PALABRA

Una es la comunicación que Dios hace a través de la creación, donde puede mostrar su sabiduría, su poder, su divinidad. Otra es la comunicación que hace a través de su soberanía, que incluye sus juicios como el diluvio, la torre de Babel, Sodoma y Gomorra, Armero, las torres gemelas, etc. Y otra es la comunicación que hace a través de su Hijo; y que sigue haciendo a través de nosotros, sus hijos.

Esta comunicación a través de “la palabra” no comenzó con Jesucristo, pues antes de su venida los “hombres de Dios ” ya estaban comunicando un mensaje claro acerca de Dios.

Y cuando digo un mensaje claro, me refiero a un mensaje en que con claridad se le dice al hombre que hacer y que esperar de parte de Dios. La escritura Dice:

Hebreos 1:1-2. Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

En el evangelio de San Juan nos cuenta más explícitamente:

Juan 1:1, 9,14.  En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. . . ..9Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. . .. 14Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Sabemos con claridad que se refiere al mensaje dado por Jesús; El Nuevo Pacto, el cual algunos aceptaron pero otros rechazaron.

Ya mencionamos brevemente las diferentes reacciones a la siembra de la semilla que nos muéstra la parábola del sembrador; en el siguiente pasaje la escritura nos muestra las dos reacciones básicas:

Juan 3:19 21.  Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Volvemos a lo mismo; la condenación no se origina en la incapacidad del hombre de conocer la luz. La condenación es el resultado de aborrecer la luz y no acercarse a ella para no ser reprendido.

Pero: ¿Quiénes son los que practican la verdad que si aceptan el mensaje?  No podemos decir que los que practican la verdad son los buenos, y por eso se acercan a Dios, porque la escritura dice que absolutamente todos somos pecadores y todos hemos fallado.

Eso quiere decir que siendo todos pecadores, algunos se acercan a Dios cuando escuchan su mensaje mientras que otros huyen para no ser reprendidos.

Y siendo el perdón lo primero que Dios nos ofrece a través de la muerte en la cruz, creo que podemos decir que hay pecadores que no les interesa ser perdonados, porque tampoco quieren cambiar.  Y hay pecadores que aceptamos el perdón de Dios, porque reconocemos que hemos hecho mal y queremos cambiar.

El pecador que no le interesa el perdón de Dios cada vez se va a corromper más, mientras que el pecador que quiere el perdón de Dios, va a tener cierto freno en su vida, y esta actitud es la que le permite recibir la luz.

Lo otro que a veces sucede es que el pecador que no le interesa el perdón de Dios normalmente se cree bueno, por eso rechaza el mensaje de salvación mientras que pecador que reconoce su maldad, desea el perdón de Dios y lo acepta cuando le es ofrecido.

Suena bastante contradictorio pero es verdad, los buenos no reciben a Dios, los malos si!  Por eso  jesús fue criticado constantemente, porque se reunía con los pecadores…

Mateo 21.32  Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

Fijemonos que en ambos casos la respuesta al recibir la luz de Dios depende del comportamiento y de la forma de vida del hombre.

Es decir ya hay un concepto prefijado acerca de Dios, ese concepto precario de Dios de todos modos a afectado la forma en que viven…  Y esa clase vida y sus creencias hacen que el hombre rechace o acepte la revelación de Dios que viene a través de su palabra.

CREYENDOLA CADA VEZ MÁS

En el caso de aceptar esta revelación llamémosla verbal, la forma en que cada uno va a creer más y más en la palabra, tiene íntima relación con la importancia que cada persona da a las diferentes áreas de su vida.

Lo que se espera es que cada persona a través de su relación con Dios, a través de sus experiencias, pueda cada ves creer más a Dios, hasta llegar a creer en El respecto de todo, no sólo en los aspectos que no tienen importancia para el hombre, en los cuales es fácil seguir sus instrucciones.

Me explico; para algunos la fornicación es algo muy importante en su vida y cuando escuchan que Dios dice; no fornicar. Es complicado para ellos; pero para otros que no les interesa mucho el asunto sexual será fácil obedecer lo que Dios manda.

Para otro el problema puede ser el dinero, y su amor al dinero le hace muy difícil creer y obedecer a Dios en lo que nos pide, para otro el problema es su orgullo, para otro el rencor, etc.

Eso quiere decir que en algunas cosas con facilidad le creemos a Dios y comenzamos a obedecer, pero en otras no. Y por esta razón vemos que Jesús le dijo a un grupo de judíos que habían creído en El.

Juan 8:31-32  Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Ya había comenzado a creer en Jesús…  Pero como todos al comenzar, en algunas cosas si le creemos mientras que en otras no.

¿Qué entonces debemos hacer?  Permanecer en su palabra

   

Permanecer en la palabra significa que le hacemos caso una y otra vez en el mismo aspecto, de tal manera que nuestra fe crece.

Pero la permanencia en la palabra (la obediencia) también nos permite conocer cada vez más de una manera progresiva la palabra de Dios.

Mirando los comentarios que han hecho algunos personajes de los estudios están en la página de la iglesia, es notorio que algunos no entienden nada. Y la razón, es porque como ocurre en las universidades hay materias básicas que si no se pasan no les permiten tomar algo más avanzado.

En la escritura hay verdades básicas muy importantes que si no acepto y no comienzo a obedecerlas, esa desobediencia no nos permitirá conocer con mayor profundidad la palabra de Dios.

Dicho de otra forma, entre más desobediente sea una persona más barreras tienes para entender la palabra de Dios.

Y por esta razón quien se queda atascado en un pecado, llega el momento en que siendo las cosas supremamente claras, esta persona comienza a tener dudas acerca de lo que debe hacer. Y puede llegar a ser tan grave su situación espiritual que la escritura dice:

2 Pedro 2.21–22 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 22Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

Por eso es urgente que cada persona que cree en Jesús comience a permanecer en la palabra, es decir comiencen a obedecer lo que entienden que debe hacer.

Muchos no lo hacen, porque en ciertas áreas que están muy corrompidas no entienden nada, porque tienen miedo a la persecución, porque su amor al mundo no les deja tiempo…(Son las diferentes reacciones a la semilla sembrada)

Por esto vamos a encontrar a muchos creyentes que continuamente reciben beneficios de parte de Dios producto de su fe y su obediencia, y otras muchas veces producto de la pura misericordia de Dios, es decir a pesar de las desobediencias, a veces Dios de todos modos da al hombre las cosas de manera generosa, aunque el hombre se niegue en ciertos aspectos de su vida a obedecerle.

Esto para ellos, para los que reciben puede parecer mejor que nada, y ciertamente es mejor que nada, pero si no se llega al objetivo final, termina siendo peor que los que no hicieron nada.

Explico: Es mejor que nada porque producto de esa poca obediencia, puedo terminar creyendo completamente en Dios. Pero si no logró el objetivo de creer completamente en Dios entonces resulta que es peor, porque me hara creer medio bueno, medio salvo, medio redimido, cuando en realidad esos medio al final de cuentas, no cuentan.

No sé si me están entendiendo pero lo que quiero decirles es que: Ser medio cristiano, no sirve!

Podemos engañarnos pensando que es mejor ser medio cristiano que no hacer nada, pero no es lo que dice la escritura. Por ejemplo:

Santiago 1.6–8 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. 8El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

Dice: No recibirá cosa alguna del Señor. Y por supuesto no se refiere a las cosas materiales que todos los pecadores recibimos… si no ha su vida espiritual. No recibirá el perdón ni la salvación.

El ejemplo que usamos para aclarar esto es: ¿Que es mejor ahogarse a 100 metros de profundidad o a 10 cm?

Podíamos decir que el que se ahoga a 100 metros de profundidad es aquel que vive su vida en completa desobediencia a Dios, haciendo daño, recibiendo daño y terminando en el lago de fuego.

Y el que se ahoga a 10 cm es aquel que ha tomado la decisión de obedecer a Dios en ciertos aspectos, pero en otros no. Por lo cual no es tan malo como el otro pero también se ahoga.

Sé que esto puede sonar fuerte para algunos que han decidido no creer ni obedecer a Dios en ciertos aspectos, pero no es mi opinión, es la de Dios. En otra parte dice:

Apocalipsis 3.15–16 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

¿Quiere decir esto que la salvación es por obras? No. Absolutamente no, la salvación es por fe, pero quien no tiene fe suficiente para tomar la decisión de obedecer a Dios en todo… Sí no va a recibir nada y si va a ser vomitado por el Señor, entonces es porque no ha recibido la salvación a causa de su poca fe.

Cuando la escritura dice:

Romanos 8:1  Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Está diciendo que no hay ninguna condenación, ni presente, ni futura, para los que están en Cristo Jesús, cuya característica es andar conforme al Espíritu y no conforme a la carne.

¿Creen ustedes que una persona que ande conforme al Espíritu, tomará la decisión de andar en contra de lo que la escritura enseña? Por supuesto que no.

No estoy hablando de no pecar jamás, estoy hablando de no practicar el pecado, que es en realidad tomar la decisión de salir de todo pecado conocido.

¿Dónde está colocada la fe de una persona que escoge en que hacerle caso a Dios y en que no?

¿Qué hace que las personas a pesar de llevar bastante tiempo como creyentes, obedezcan a Dios en ciertos aspectos, mientras deliberadamente en otros aspectos no le obedecen?

Unos deciden no sujetarse a la autoridad, otros no perdonar, otros no dejar los pecados sexuales, otros no dejar el chisme, otros no ser fieles en los diezmos… etc

Cuando esto sucede, la confianza de la persona no está en Dios sino en ella misma, en lo que ella considera acertado o desacertado respecto de los que Dios manda.

Cuando actuamos así que estamos juzgando a Dios, y decidiendo que de lo que Dios dice nos parece bueno y que nos parece malo… Y entonces:

¿Una persona que actúa así conoce y cree en el Dios verdadero? La respuesta es: No es posible.

Si yo le preguntó a un creyente de estos, ¿Usted porque da sus diezmos con fidelidad, e igual fielmente fornica? … ¿O por que obedeciendo a Dios no fornica, pero tampoco diezma?

¿Qué clase de respuesta puede dar? Será que Dios cuando Dios dio la orden de no fornicar, Dios estaba mareado, no supo lo que decía, o estaba mareado cuando hablo del diezmo… Y por eso yo obedezco una orden pero la otra no.

El mandato de Jesús es permanecer en la palabra y eso no significa que en unas cosas le hago caso a Dios y en otras no.

Quienes al pasar el tiempo siguen actuando de esta manera necesitan ser ayudados, para lo cual la escritura nos da las siguientes instrucciones:

Santiago 5:19 al 20.  Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, 20sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.

Si usted hace volver a aquel que se a extraviado, por su falta de Fe, el resultado será que al final usted estará salvando de muerte su alma.

¿Pero acaso esta persona al ser creyente ya no era salva?

La respuesta es no, los creyentes no son salvos mientras no lleguen a nacer de nuevo, pero si tienen fe suficiente, lo cual los hará permanecer en la palabra llegarán a nacer de nuevo.

Precisamente por eso la insistencia de buscar corregir el comportamiento pecaminoso, especialmente en aquellos que llevando tiempo insisten en pecar. Esta reprensión debe llegar si es necesario ha ser hecha con dureza para tratar de que funcione.

Tito 1:12 al 13.  Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos. 13Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe,

Ciertamente la ESCRITÚRA nos plantea un orden:

Mateo 18:15 al 17.  Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.

Primero solos, cuando a pesar de recibir enseñanza en las predicaciones la persona insiste, llega el momento de sentarse con ella y decirle.

Usted porque insiste después de tanto tiempo en seguir fornicando, usted porque insiste en no sujetarse a su marido, usted porque a pesar de la provisión que Dios le da insiste en quejarse, usted porque a pesar de la misericordia de Dios insiste en robarle, usted por que no edifica y corrige a sus hijos sabiendo que están pecando, etc.

Dependiendo del deseo que tengan de hacer la voluntad de Dios, habrá quienes acepten la corrección y habrá quienes no la acepten, y aún terminen yéndose de la iglesia… Sin embargo es una obligación de los hermanos mayores en la fe de hacer estas correcciones, con sabiduría, con ternura, con insistencia, con misericordia y con dureza si es necesario.

Si el asunto no funciona, continúa enseñándonos la escritura:

1 Timoteo 5:20  A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman.

Y entonces toca hacer una reunión con los ancianos de la iglesia, y delante de ellos reprenderlo, decirle que confiese su pecado, pedirle que se arrepienta, orar por el…. Y si tampoco funciona.

Mateo 18: 17. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

Para terminar con el siguiente.

1 Corintios 5:11  Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.

¿Cuál es la razón de hacer esto que resulta bastante incómodo para ambas partes?

Hebreos 6:4 al 8.  Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. 7Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; 8pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.

Aunque es un pasaje un poco complicado por las diferentes interpretaciones que se le ha dado, podemos decir que aquí habla de personas que fueron iluminados, mas no tenían la luz adentro, gustaron de los regalos de Dios, participaron de las revelaciones que el Espíritu Santo da, escucharon buenas predicaciones de la palabra de Dios… Pero no quisieron aceptar el Señorío de Jesucristo y al final se echaron para atrás.

Y el escritor aclara que hacer esto es rechazar a Cristo, y que no es posible volverlo a crucificar, porque algunos por su necedad no aprovecharon lo que Dios les dio, y prefirieron seguir haciendo lo que su carne dice.

El escritor dice que Cristo no será crucificado nuevamente y que ellos están prontos a ser malditos y terminar siendo quemados.

Otro pasaje dice:

2 Juan 8 al 9.  Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. 9Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo

¿En donde está depositada la fe?… ¿Quién dirige realmente nuestra vida si en algunas cosas hacemos caso y en otras no?… ¿Quién es nuestro Señor? ¿Nosotros mismos o el Dios verdaderor?

Pero contrario a todo esto, si hay verdadera fe, si hay permanencia en la palabra, el resultado que se puede esperar es recibir de parte de Dios el nuevo nacimiento.

C. NACIENDO DE NUEVO (viviendo la palabra)

Romanos 10:8 al 9.  Esta es la palabra de fe que predicamos: 9que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

¿Será posible que alguien confiese aún públicamente que Jesús es su Señor y decida no hacerle caso, o decida vivir como tibio, o como las olas del mar siendo inconstante?

Pero cuando se han nacido de nuevo se cumple la palabra que dice:

1 Juan 5:18  Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.

También dice:

1 Juan 3:8 al 9.  El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

La pregunta que nos debemos hacer es: ¿Aunque todavía cometemos pecados, hay en nosotros por causa del Espíritu Santo una continua intención, de un continuo caminar, para dejar de cometer el pecado? O ¿Todavía practicamos el pecado?….” El que tiene oídos para oir oiga

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