PARA QUE SEPÁIS – PARTE 2

PARA QUE SEPÁIS 2

I. INTRODUCCIÓN

Las ciencia, la tecnología, los descubrimientos, los inventos que el hombre ha hecho, le han permitido dar solución a muchas cosas que en la antigüedad no tenían solución, dándole comodidad, una vida más eficiente, muchas más oportunidades de diversión y del progreso.

El promedio de vida de los hombres ha aumentado gracias a esto. En estos días leí acerca de un pequeño dispositivo que le lee a los ciegos lo que está al frente de ellos… Y así muchas cosas que nos pueden asombrar, sin embargo todavía hay otras para las cuales le es imposible al hombre dar solución.

Hay ciertas enfermedades contra las que no hay cura, y por supuesto el gran enemigo del hombre, la vejes y la muerte, es algo que el hombre no ha podido derrotar. Muerte prematura que puede llegar por diversas causas, o la muerte que simplemente tendrá que llegar por causa de la vejes.

Uno de los problemas que el hombre tiene al enfrentar la muerte, es que no entiende qué esta tiene íntima relación con la muerte espiritual.

Y el problema se vuelve más grave porque no sólo no entiende que la muerte física es consecuencia de la muerte espiritual, sino que además ignora por completo la muerte espiritual. Al hacer esto, al ignorarla, no sólo no le preocupa sino que no busca soluciones para ella.

Ignorar esto lleva a los hombres a un callejón sin salida, pues la muerte espiritual es la causante de todos los pecados que comete el hombre dañándose asimismo, a sus próximos, y al mundo que Dios nos ha dado por hogar.

La codicia, la tacañería, la deshonestidad, la falta de afecto natural, el desenfreno sexual, y otros muchos pecados, es lo que hace que los hombres sean capaces de esclavizar, torturar y matar a los demás por el deseo innecesario, de satisfacer con avidez incontrolable sus apetitos.

Hablar de la maldad del hombre contra el hombre sería algo interminable… Es tan grande y tan grave la consecuencia de la muerte espiritual, y de los pecados que esta produce, que Dios se quedó corto para describir la maldad del hombre. En cierta ocasión hablando de su pueblo que supuestamente lo conocía y lo seguía, Dios dijo:

Jeremías 19.4–5 Porque me dejaron, y enajenaron este lugar, y ofrecieron en él incienso a dioses ajenos, los cuales no habían conocido ellos, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes. 5Y edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento.

El lugar destinado para adorar a Dios, fue destinado para asesinar a sus hijos a cambio de buscar llenar sus apetitos pecaminosos, por su codicia, por un mejor bienestar, por satisfacer su locura…

Lo terrible de esto, es que a pesar de toda la capacidad que el hombre tiene para progresar en la ciencia, la tecnología, la economía y aun la salud… de todos modos el hombre, ha sido incapaz de solucionar el problema del pecado. Y cuando gobiernan tratando de parar o disminuir los pecados de los hombres que afectan a la sociedad… Cada vez es mayor el pecado de los gobernantes, cada vez es mayor la falta de justicia de aquellos elegidos para impartirla…

Esta muerte espiritual y los pecados que produce obviamente es el resultado de negar a Dios.

Y es algo grave qué este desconocimiento de Dios llevará al hombre a destruir al mundo como lo conocemos, y sin importar todo los esfuerzos que el hombre haga para detenerlo, el apocalipsis vendrá, y va a exterminar a 2/3 tercios de la población mundial.

Y si nos preguntamos: ¿Quiénes serán exterminados? La escritura nos cuenta quienes y como:

Apocalipsis 9.15–19 Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. 16Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número. 17Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre. 18Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca. 19Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban.

Es la descripción que un hombre del primer siglo hace de lo que Dios le mostró que iba a suceder. En esta guerra, cuyo ejército,(200 millones) ha sido identificado como del pueblo chino, muere un tercio de la humanidad es decir unos dos mil a dos mil quinientos millones de personas.

¿Por qué? Por no buscar solución para el pecado del hombre. Más claro aún: Por no aceptar la solución que Dios da para el pecado del hombre.

El otro tercio de la población que será exterminado, de el nos cuenta la escritura:

Apocalipsis 9.20–21 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; 21y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.

Este otro tercio también es exterminado por no arrepentirse, por insistir en adorar las cosas materiales, por no entender la gravedad de su pecado. Y eso a pesar de que en ese tiempo, Dios a través del pueblo de Israel, de los 144.000 estará dando una última oportunidad pues será predicado el mensaje de salvación.

La forma como morirán será terriblemente espantosa…

Apocalipsis 15.1 Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios.

Luego de las siete plagas…

Apocalipsis 16.1–2 Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios. 2Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen.

Les recomiendo leer el apocalipsis porque la escritura dice que hay bendición para aquel que lee guarda en Su corazón las cosas que van a suceder.

Si tenemos claro lo que va a pasar seguramente tendremos más compasión, por aquellos amigos y familiares que no han entendido la gravedad del pecado.

El problema es que allí no para el asunto, es decir las plagas y las copas de la ira son apenas la cuota inicial, porque después de que sean muertos, allí comenzará para ellos lo más terrible de todo, que es algo que jamás terminará. La escritura dice:

Apocalipsis 20.10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

Apocalipsis 20.15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

Romanos 6.23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Toda una eternidad sufriendo por no haber querido aceptar ni entender la gravedad del pecado, pero sobre todo por haber desperdiciado la oportunidad de salvación.

Pero lo más absurdo de todo esto, es cuando uno entiende que en realidad: El pecado a pesar de traer terribles consecuencias eternas, no es el problema, porque Dios ha dado solución para el pecado.

La escritura dice:

1 Juan 1.9–10 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Por supuesto para que esto sea verdad en nuestra vida, lo primero que debemos hacer, como vimos en el estudio anterior, es aceptar el mensaje de salvación, pues creyendo en él llegaremos a estar en comunión con Dios.

Y esa comunión con Dios, es decir; el tener en nosotros su Espíritu, su Gloria, su Paz y su Amor, nos permitirá andar en luz…

1 Juan 1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

El que está en comunión con Dios andará en luz, y así mismo el andar en luz será una evidencia de estar en comunión con él… Y el resultado será que la sangre de Jesucristo su hijo nos limpia de todo pecado.

Pero ojo, esto sólo es verdad para aquel que de verdad está en comunión… porque la comunión, el tener su Espíritu, su Gloria, su Paz y su Amor, produce en nosotros el deseo de dejar el pecado.

Y si alguien que dice ser cristiano, no quiere dejar sus pecados… La escritura dice:

1 Juan 1.6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;

Si alguien que dice ser cristiano no quiere dejar sus pecados, es porque no está en comunión, no ha nacido de nuevo, sigue siendo cizaña…

Recordemos que el propósito de esta carta, es darnos pautas para definir quién es un auténtico cristiano y quien es un falso cristiano. Y una señal muy importante según lo que estamos leyendo, está en si quiere dejar o no el pecado.

Dicho de otra forma, aunque puede sonar extraño para muchos, la gente no se condena por cometer pecados. Nadie se condena por ser pecador, los que se condenan lo hacen porque teniendo con Dios la oportunidad de dejar el pecado, no lo quieren dejar.

Déjeme insistir: No importa la cantidad de pecados, no importa la gravedad del pecado, lo único que importa es que la actitud de no querer dejarlos es evidencia de condenación, mientras que la actitud de querer salir de ellos, es evidencia de salvación. La clave está en si hay o no un deseo genuino de dejar el pecado.

Y es tan importante entender este asunto, que por eso después de explicarlo el apóstol Juan escribe:

1 Juan 2.1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis…

¿Qué cosas nos escribió? Que si no queremos dejar nuestros pecados es porque no somos hijos de Dios.

Pero que si estamos en comunión con El, confesaremos nuestros pecados, seremos perdonados y limpiados… Y continúa diciendo:

1 Juan 2.1–2 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo

Dice: “Y si alguno hubiere pecado” tenemos a Jesucristo como un abogado delante del Padre para no ser castigados, porque Jesucristo pagó por nuestros pecados.

Ahora: En el capítulo uno, otra evidencia de estar en comunión con Dios, dice el apóstol que es andar en luz… Dice así:

1 Juan 1.5–7 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 6Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

Y aunque es muy claro el mensaje, lo que para muchos puede no ser muy claro es: ¿Qué significa andar en luz? Alguien dirá; pues sencillo, no andar en tinieblas. Y entonces la siguiente pregunta es: ¿Qué es a andar en tinieblas?

Esto me recuerda que hay un salmo que dice:

Salmo 36.9 Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz.

Donde es claro que necesitamos la luz de Dios para no andar y tinieblas, y disfrutar del gozo prometido. Luego Jesús dijo:

Juan 8.12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

También Jesús dijo:

Juan 12.35–36 Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. 36Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.

Porque él que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entonces la pregunta es:

Todas esas cosas que te están sucediendo porque Dios es soberano, y lo que tú estás haciendo como respuesta a todas esas situaciones… ¿Sabes a donde te van a conducir? O ¿Andas en tinieblas?

GUARDANDO SUS MANDAMIENTOS

A lo largo de mi vida cristiana he notado como con una facilidad a que a veces me asombra, como los cristianos se alejan de los principios y mandamientos de la palabra de Dios, con la motivación de hacer las cosas bien.

Repito: Con la motivación de hacer las cosas bien, dejamos de obedecer los principios y mandatos de la palabra de Dios.

La pregunta es: ¿Cuándo esto hacemos, cuando no obedecemos a Dios por dar solución a ciertos asuntos, de verdad sabemos para dónde vamos?

Respecto de esto la escritura dice:

Gálatas 6.7–8 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

Si sólo se puede sembrar para el espíritu cuando se obedece a Dios, y la consecuencia de no obedecerle para sembrar en la carne nos llevará a cosechar corrupción… ¿Porque pensamos que sabemos para dónde vamos?

Lo que yo entiendo es que todo el que desobedece a Dios no sabe para dónde va. Anda en tinieblas!

En cierta organización cuando hubo abuso en el liderazgo espiritual, los integrantes clamaron por un manual de normas y políticas que sirviera para detener estos abusos. En esa época me opuse a la creación de este manual pues consideraba que era un desprecio a Dios, al pensar que la escritura no era suficiente para decirnos cómo debíamos relacionarnos adecuadamente.

Más aún, Dios confirmando el sentir que había colocado en mi corazón me recordó cómo cuando los hijos de Samuel gobernaban, y gobernaban mal, por esta razón el pueblo pidió un rey como tenían todas las naciones.

La respuesta de Dios a esta petición fue:

1 Samuel 8:7 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.

En la lógica humana uno pensaría en apoyar la petición del pueblo: “Porque cómo va a querer Dios que estos perversos abusen de su autoridad sobre nosotros”

Pero bajo la luz de Dios el asunto no funciona de la misma manera, pues Dios en su sabiduría puede permitir un mal liderazgo, para a través de eso formar cualidades espectaculares en sus hijos.

La escritura nos muestra que ocurrió con José, con Moisés, con David, con Pablo, etc. Todos estos siervos de Dios fueron formados y bendecidos aun a través de un mal liderazgo, y un mal gobierno que tuvieron que soportar.

Pero: ¿Quiere Dios que la injusticia reine? Por supuesto que no, por esto vendrá el apocalipsis.

Sin embargo la maldad de unos, se convierte en la herramienta de Dios para santificar a otros, pero su maldad no quedará impune, pues la escritura dice:

Mateo 18.7 ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!

¿Qué quiere decir todo esto? Que el pueblo de Dios andaba en tinieblas, y por andar en tinieblas no fueron capaces de ver el claro propósito de Dios… Y por no ver el claro propósito de Dios tomaron decisiones que resultaron en un desprecio a Dios… Y todo esto lo hicieron queriendo mejorar la situación.

La pregunta es: ¿Cuántas situaciones complicadas, difíciles o de escases pensamos solucionar desobedeciendo a Dios?

Si ante una situación que consideremos difícil, un tropiezo, una escasez, un ataque, es decir una prueba o tentación porque en realidad eso es; en lugar de seguir ceñidos a la palabra de Dios, comenzamos a hacer cosas que consideramos buenas… ¿Será que estamos viviendo bajo la luz de Dios?

Ahora: ¿Por qué no seguimos ceñidos a la palabra de Dios? Sencillo: Porque nos parece que obedecer a Dios no va a traer solución.

Pero la realidad es, que nos vemos la bendición de hacer lo que Dios dice en su palabra, porque estamos en tinieblas y no sabemos para donde vamos.

Usted tiene un mal marido, y en lugar de seguir sujeta a él, comienza a manifestar actitudes rebeldes para no dejarse de el. ¿Porqué? Porque no sabe a dónde va, y por eso, no cree que siguiendo sujeta a él Dios le dé bendición a tu vida.

Usted tiene una mala mujer, y en lugar de insistir en edificarla y corregirla para que haga la voluntad de Dios, prefiere no hacerlo para no tener problemas… ¿Por qué? Porque no sabe a dónde va, y porque no cree que al insistir en lo que Dios le ordena Dios le bendecirá.

Usted tiene unos hijos que no hacen lo correcto, y en lugar de aplicar los principios de la palabra de Dios, en lugar de disciplinarlos, les alcahuetea, les soporta su rebeldía, no les enseña responsabilidad, no les enseña respeto, no les enseña la importancia de buscar a Dios. ¿Por que? Porque no sabe adonde va y porque está convencido que esa es una mejor solución, que hacer la voluntad de Dios para ser bendecido.

Usted tiene problemas económicos, y en lugar de seguir fiel a los principios, comienza a hacer cosas que no debe, trabajos ilegales, pequeñas mentiras, deja de ser fiel con Dios, y todo eso lo hace convencido que esas acciones son una mejor solución que hacerle caso a Dios.

En esa organización que pidió un manual de normas y políticas, el manual de normas y políticas termino prohibiendo hacer cosas que la escritura ordenaba hacer. En resumen paso, lo que más de una vez ha pasado con aquellos que se acercan a Dios, pero todavía no saben a dónde van porque andan en tinieblas.

Lo tremendo es que cuando esto hacen, a veces llegan a convencerse qué es lo que Dios quiere, y son capaces de enseñar esas malas prácticas como si fuera un mandato de Dios. Por eso, porque el pueblo de Israel había hecho lo mismo, en cierta ocasión Jesús les dijo:

Marcos 7:7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.

Esos mandamientos de hombres, son la respuesta o el resultado de nuestra ceguera, de no entender para donde vamos. De no entender los tratos de Dios para nosotros, de no entender como esas situaciones apuntan a sacar el pecado de nuestra vida, de no entender la gravedad del pecado, y querer solucionar cosas superficiales, en lugar de dejar que Dios nos limpie de maldad.

Por ejemplo, que es más importante: ¿Que usted consiga el dinero que necesita desobedeciendo a Dios, o que haciéndole caso aprenda a confiar en Dios? Qué es más importante para una buena vida: ¿El dinero en abundancia más el pecado, o la confianza en Dios más el sustento necesario?

El problema es que podemos llegar a estar tan ciegos, que desobedeciendo a Dios, somos capaces de pensar que estamos en comunión viviendo guiados por la luz de Dios…

Y es por eso, además de decir que aquel que está en comunión anda en luz, el apóstol Juan añade:

1 Juan 2.3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.

El apóstol hace una relación entre conocer a Dios y guardar sus mandamientos. Donde es evidente que quien no guarda sus mandamientos no conoce a Dios, no tiene ni idea quien realmente es él.

Porque el que conoce a Dios, sabe que obedecerle, que guardar sus mandamientos es lo mejor que puede hacer ante cualquier situación.

El que conoce a Dios, sabe que no debe añadir ni quitar a lo que Dios ha dicho que debe hacer.

El que conoce a Dios, sabe que al guardar los mandamientos, Dios traerá la respuesta que más bendecirá su propia vida…

El que conoce a Dios, no vive para hacer cosas que él piensa que son buenas, no vive para solucionar los problemas a su manera, vive para guardar sus mandamientos.

Los mandamientos y los principios son la voz de Dios. No es posible vivir ignorándolos y al mismo tiempo decir que conocemos a Dios.

El apóstol Juan está diciendo: Yo sé que conozco a Dios porque estoy guardando sus mandamientos. ¿Podemos decir lo mismo?

En este engaño los sentimientos tienen un papel muy importante. En primer lugar porque no hemos entendido que los sentimientos no son los que deben dirigir nuestra vida, pues por la falta de la renovación de nuestra mente, sentimos lo que no debemos sentir, y cuando les hacemos caso terminamos desobedeciendo Dios.
Eso fue lo mismo que hizo el apóstol Pedro… Recuerdan:

Mateo 16:22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.

De esta situación yo siempre he pensado que Pedro a lo mejor espero ser felicitado por Jesús, pues fue el único que se compadeció de la difícil situación que se avecinaba. Es decir Pedro a lo mejor pensó que era el mas sensible, el más noble, el más bueno de todos, él si pensó en Jesús. Sin embargo, en lugar de ser felicitado…

Mateo 16:23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Satanás es el más interesado en que no guardemos los mandamientos…¿Porque será?

Y muchos cristianos han caído en sus redes, pues están viviendo igual, de acuerdo a lo que les parece bueno, noble, agradable, pero no siguiendo los mandamientos de Dios. Por esto el apóstol Juan insiste:

1 Juan 2:4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;

¿Pregúntese? ¿Qué razón válida tiene una persona para no guardar los mandamientos de Dios, qué razón válida tiene un cristiano para no guardar los mandamientos de Dios?

En esta misma carta con relación a los mandamientos el apóstol escribe:

1 Juan 3:24 Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él.

1 Juan 5:3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.

1 Juan 3:22 y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.

Si guardar los mandamientos es lo que nos hace permanecer en El, si el amor a Dios es guardar sus mandamientos, si guardar sus mandamientos es la forma en que nos amamos a nosotros mismos, si guardar los mandamientos es lo que hace que el responda nuestras oraciones….

¿Como puede ser posible que alguien que no guarde los mandamientos, diga que conozca Dios?

Por eso el apóstol escribe con toda claridad:

1 Juan 2:4 al 5 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.

Ahora: No hay duda que Dios nos conoce… El rey David escribió:

Salmos 139:3 al 4 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. 4Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.

Pero: ¿Estamos conscientes de ese conocimiento continuo de Dios sobre nuestros pensamientos?…

El otro lado de la moneda es: ¿Qué tanto conocemos a Dios?

Podemos entender que tanto conocemos a Dios, cuando entendemos lo que pasa cuando una persona comienza a conocer a Dios.

Pero para entender esto es importante tener claro la diferencia que hay entre, recibir información acerca de Dios y conocer a Dios.

Cuando una persona recibe información acerca de Dios puede que gracias a esta información comience su peregrinar para llegar a conocer a Dios, como también puede que en su vida no suceda absolutamente nada.

Pero cuando una persona comienza a conocer a Dios, esta persona inevitablemente será transformada por ese conocimiento. Y una de las primeras cosas en que la persona será transformada será en el concepto que tiene de sí misma.

¿Cómo se comienza a ver el que comienza a conocer a Dios? Veamos lo que nos enseña la escritura:

¿Cuál fue la actitud de Adán y Eva cuando después de haber pecado oyeron que el Señor venía?

Génesis 3:8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

La escritura nos enseña que Dios es amor. Y el amor según tenemos entendido, es la mejor cualidad que existe en el universo. ¿Entonces cómo explicar qué cuando el Dios de amor se acerca, el hombre huye despavorido?

¿Cuál fue la actitud del pueblo cuando el Dios de amor desciende en el monte Sinaí y les entrega los mandamientos?

Éxodo 20:18 al 20 Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.

El Señor les que estaba entregando los mandamientos, y la escritura dice de ellos:

1 Juan 5:3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.

Los mandamientos son el vehículo a través del cual el amor de Dios se trasmite. ¿Porque entonces el pueblo temblaba de miedo al recibir los mandamientos?

Yo siempre pensé que era por el estruendo, los relámpagos, el sonido y el humo… Pero según la escritura el temor realmente no fue por eso. El escritor del libro de hebreos explicando el tema de la disciplina de Dios, nos aclara:

Hebreos 12:18 al 20. Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, 19al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más, 20porque no podían soportar lo que se ordenaba:

El susto y el pánico de la gente no era realmente la manifestación del poder de Dios… El susto de la gente era que estaban escuchando los mandamientos. Y era tal el susto que rogaban que no se les hablase más.

Yo vuelvo y hago la pregunta… ¿Por qué tenían miedo de recibir los mandamientos?

Y la respuesta es: Porque no los estaban cumpliendo.

Yo recuerdo cómo me sentía cuando en Bogotá iba a la olla para comprar mariguana… ¿Cómo creen que me sentía cuando saliendo con un paquete de mariguana veía que venía la policía?

¿Cómo debe sentirse la persona que está manejando el vehículo sin licencia de conducción, y ve qué más adelante hay un retén de la policía de tránsito?

Sin embargo muchísimas personas a un infringiendo la ley se sienten supremamente tranquilas… ¿Por qué?

Unos porque piensan que no serán descubiertos, otros por qué aunque piensen en la posibilidad de ser descubiertos no les preocupa pues piensan que de alguna manera saldrán del problema. Y estos últimos normalmente basan su seguridad en la corrupción de las autoridades. (Una vez me cogió un policía con mariguana y lo soborne con cinco pesos… y fiados.)

El pueblo era un pueblo pecador, recibir los mandamientos de Dios les muestra su pecado. Negar su pecado, o aun reconocerlo es cosa fácil cuando Dios no es nadie, cuando la imagen de Dios es un Dios viejo, senil, o cuando es un Dios tonto y bonachón… No hay ningún problema con nuestros pecados.

Pero cuando además de Dios darle los mandamientos que muestra que son pecadores, les hace una manifestación de su increíble poder, el asunto cambia completamente. Pues a ese Dios, ni lo puedo engañar, ni puedo huir de su terrible juicio.

El mismo Moisés dijo:

Hebreos 12:21 y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando;

Pero la verdadera razón del espanto y el temblor de Moisés, no era solamente lo que se veía, pues como él mismo dijo:

Deuteronomio 9:19 Porque temí a causa del furor y de la ira con que Jehová estaba enojado contra vosotros para destruiros.

El temor de Moisés al ver la ira, el enojo y el poder del Señor, es que sabía que Dios quería destruir el pueblo.

El problema cuando no queremos dejar el pecado, es que tenemos un Dios amoroso, pero Santo, que consume al pecador… ¿Que entonces puede pasar cuando tenemos a este Dios, frente a un pueblo pecador?… Que Dios viendo el pecado del pueblo lo consumiera en un instante. (El pueblo acababa de construir el becerro de oro) continúa la escritura:

Deuteronomio 9:19-20 Pero Jehová me escuchó aun esta vez. 20Contra Aarón también se enojó Jehová en gran manera para destruirlo; y también oré por Aarón en aquel entonces.

Moisés clamó a Dios para que no destruyera al pueblo, ni a su Hermano Aarón… Y Dios le escuchó.
Moisés es un tipo de Cristo, la salvación del pueblo no fue gracias a las acciones del pueblo sino a la Fe de Moisés.

Dije hace un momento: Cuando una persona comienza a conocer verdaderamente a Dios, lo primero que comienza a cambiar es el concepto que tiene de sí mismo. El que verdaderamente comienza a conocer a Dios inevitablemente vera lo pecador que es.

Si alguien no se ve pecador es porque no está conociendo a Dios, sólo está recibiendo información acerca de él.

El profeta Isaías nos cuenta su experiencia:

Isaías 6:5 al 7. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. 6Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; 7y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.

Nuevamente vemos el mismo proceso ante la revelación de Dios a la vida del hombre. El profeta reconociendo lo pecador que es, sabe que lo único que merece es la muerte.

Aún el apóstol Juan al final de su vida ante la manifestación de Dios dice:

Apocalipsis 1:17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;

Cuando somos confrontados con una palabra viva y eficaz, esta palabra nos hace reconocer que somos pecadores.

Por supuesto también existe el falso reconocimiento del pecado, que es el de aquel que dice “Soy pecador “. Y se nota que es un falso reconocimiento porque lo dice sin ningún temor, además no cambia, es decir sigue pecando.

El verdadero reconocimiento de que somos pecadores nos lleva a sentir temor de Dios, temor del castigo, temor a la condenación.

Si usted producto o de los mensajes que recibe reconoce que es pecador y le ha dado temor de Dios usted está vivo espiritualmente. Tal vez eso lo aflija momentáneamente, pero alégrese porque el evangelio que significa buenas noticias, siempre trae solución.

1 Juan 2.4–6 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. 6El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.

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