LA VOLUNTAD DE DIOS – PARTE 4 UN MENSAJE DE BENDICION
I. INTRODUCCIÓN
El escritor del libro de Eclesiastés después de revisar de manera detallada todo lo que los hombres hacen en la tierra llegó a la siguiente conclusión:
Eclesiastés 2:17 Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.
Y qué es lo qué pasa para que una persona llegue a esta conclusión? Creo que puede haber varias razones, una de ellas es ver toda la injusticia y la aflicción que esta injusticia produce en los seres humanos, y sentirse totalmente impotente ante los poderosos que cometen estas injusticias.
Y no hay duda que en esta época cada vez las cosas están peor… La gran mayoría de los que tienen autoridad para juzgar están completamente comprados y corrompidos y por eso favorecen a los malvados…
Me entristece ver las leyes sobre el aborto, me entristece oír noticias de cómo se roban la comida de los ancianos o de los niños, me entristece que en los colegios estén corrompiendo a los niños con este cuento de la identidad de género, me entristece oír noticias de tráfico sexual con niños, me entristece el negocio que tienen las farmacéuticas cuándo la clave del negocio es mantener a la gente enferma de por vida… etc.
Otra de las razones de ver la vida completamente inútil y sufrida, es enfrentarse a la muerte, entendiendo que es el fin de todo lo que se pueda construir en la tierra, y como nada nos podemos llevar, el escritor dice que no sabemos quién tomará todo lo que hemos logrado hacer, no sabemos si se merezca recibir la herencia, y tampoco sabemos si la aprovechará o la destruirá por completo.
Una tercera razón son nuestros conflictos, nuestros traumas, nuestros problemas que pueden llegar a ahogarnos de tal manera que deseemos no vivir más, por lo terrible de nuestra situación.
Antes de conocer de a Dios yo estaba entre los de este tercer grupo, donde por causa de malas decisiones estaba viviendo una mala vida, con malas relaciones y con un futuro bastante oscuro… Hasta que conocí una niña cristiana que me llevó a la iglesia y allí me compartieron el siguiente mensaje:
Me explicaron que Dios me amaba y me había creado para vivir una vida maravillosa, y que si no la estaba experimentando era por ser pecador, es decir; porque a causa de mi incredulidad no le estaba haciendo caso a él, y eso era lo que hacía que mi vida fuera bastante complicada y llena de aflicción.
Y por supuesto era evidente que no le estaba haciendo caso, es decir; no tuve ningún problema para reconocer que era pecador, pero reconocer esto tampoco me estaba ayudando, y entonces fue cuando me dieron la buena noticia.
Que gracias a la muerte de Jesucristo en la cruz y a su resurrección, tenía la oportunidad de comenzar una relación con Dios, a través de la cual el haría que mi vida fuera mucho mejor. Su palabra dice:
Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Por supuesto en esa época lo que yo pensaba que necesitaba para una vida mejor, eran cosas como un buen trabajo, que esa relación con la muchacha prosperara, que mi salud, es decir mi adicción a las drogas desapareciera… En otras palabras estaba convencido que necesitaba que las cosas en mi cuerpo y a mi alrededor mejoraran… Qué es lo mismo que piensa mucha gente que se acerca a Dios.
Pero ya vimos en el primer tema de esta serie, que cuándo nos acercamos a Dios para que él haga todas aquellas cosas que nosotros creemos necesitar… Esa actitud hace muy difícil encontrarse con Dios, entenderlo y crecer espiritualmente.
Y es por esta razón, para ayudar a un grupo de personas que lo buscaban con esta motivación que el Señor Jesús les dijo lo siguiente:
Juan 6:26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.
Estuvieron presentes en el milagro de la multiplicación de los panes, se alimentaron… Y entonces pensaron que debían seguir a Jesús para seguir recibiendo el favor de sus milagros.
He conocido muchas personas que al comenzar su vida cristiana las cosas comienzan a cambiar de forma muy favorable. Se sanan milagrosamente; consiguen un buen trabajo; consiguen un buen cónyuge; reciben por fin el hijo esperado por años. Y no hay duda que en todas estas cosas es Dios quien en su soberanía los favorece.
Y cuando comencé a notar que Dios hacía estas cosas, me atreví a desafiar a algunas personas que comenzaban su vida cristiana, a que le hicieran peticiones a Dios, peticiones que a la final no eran importantes… Pero que cuando Dios las respondiera, les mostrara a ellos que si había un Dios interesado en su vida, y de esta manera se acercaran mas a él.
En mi caso además de la novia tan anhelada, terminé de gerente en un broker de seguros, sin tener ni idea de seguros, y fue tal el respaldo de Dios que al cabo de dos años el dueño quería que me quedara con la empresa.
Sin embargo si miramos la exhortación de Jesús, debemos entender que cuando Dios nos favorece, hace milagros, multiplica nuestros bienes o cualquier cosa de estas, no lo hace porque eso sea realmente lo que necesitamos, lo que si necesitamos es que a través de esas manifestaciones, reconozcamos que Jesús es Nuestro Señor y Nuestro Salvador.
Recuerdo un empresario que dijo que no creía en Dios, pero que iba a probar con el diezmo, y al hacerlo fue tal la prosperidad que recibió que al final terminó reconociendo a Jesús como su Señor y Salvador.
Y eso es precisamente lo que Jesús desea para estas personas que recibieron su favor, pero que por estar tan obsesionadas o apegadas a las cosas materiales, no se han puesto a pensar que mucho más importante que lo recibido a través de milagro, es quien es el personaje que hizo el milagro…
Y en el caso de los judíos es más grave poner los ojos en lo recibido en lugar de ponerlos en quien hizo el milagro, porque ellos conocían las profecías que decían que Jesús haría toda esa clase de milagros para ser reconocido como el hijo de Dios. La escritura nos cuenta:
Mateo 8:14–17 Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre. 15Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía. 16Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; 17para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Y efectivamente en ese tiempo Jesús tomó todas las enfermedades todas las dolencias ya todos los sano… Y a pesar de eso, en su obstinación de querer hacer su voluntad y no la de Dios no lo quisieron reconocer.
Hasta el día de hoy sucede igual, muchos en su incredulidad no reconocen los beneficios dados por Dios, no sólo cuando comienzan su vida cristiana sino a lo largo de toda su vida. Otros cuando reciben esta clase de beneficios le agradecen a la virgen, a los santos, a la bruja a la cual le compraron el riego, o a sus propias capacidades, inteligencia, poder, sagacidad, etc..
Sin embargo lo correcto es reconocer el favor de Dios, y al hacerlo hay un cambio muy importante que debemos hacer respecto de nuestros objetivos, respecto de la razón por la cual lo buscamos a él. Ese nuevo objetivo lo manifestó Jesús a estos hombres que lo buscaban y por esto les dijo:
Juan 6:27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.
Normalmente escojo uno o dos mendigos para ayudarles económicamente. Les hablo del Señor, de cómo si lo buscaran su vida podría ser mucho mejor… Pero al pasar el tiempo ha sucedido con ellos lo mismo que le pasa a muchos cuando se acercan a Dios, y es que se quedan con lo que no vale, con la provisión material, con la comida que perece, y menosprecian la comida que a vida eterna permanece.
Cuando la escritura dice que Dios hace llover sobre buenos y malos lo que está diciendo es que a todos Dios les ofrece estas dos clases de comida, la comida que perece y la comida que permanece hasta la eternidad… Tristemente muchos se quedan sólo con la comida que perece, sin entender que su obsesión, su preocupación, su codicia por este tipo de cosas les impiden recibir las cosas eternas.
Y más absurdo termina siendo este comportamiento, cuando Dios ha prometido que si buscamos las cosas que permanecen por la eternidad, El nos dará como añadidura las cosas materiales que podamos necesitar. Las palabras de Jesús respecto de esto fueron:
Mateo 6:30–33 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Y la pregunta que el Señor nos hace es: “¿No hará mucho más a vosotros hombres de poca fe?”
Si no confiamos en que al hacer la voluntad de Dios vamos a recibir las cosas materiales que necesitamos… El resultado será que no haremos la voluntad de Dios, y aunque obtengamos las cosas materiales nos perderemos de las cosas eternas.
Por esto es importante que nos preguntemos: ¿Tenemos suficiente fe en el Señor Jesucristo para hacerle caso, para buscar las cosas eternas?
Esta es la misma pregunta que vengo haciendo hace varias semanas: ¿Confiamos en el ofrecimiento que Dios nos ha hecho de una vida y una eternidad maravillosa en su presencia o no confiamos?
Si verdaderamente confiamos, el resultado será que dedicaremos nuestra vida a hacer la voluntad de Dios… Y para hacer la voluntad de Dios hemos visto con claridad que necesitamos dejar de hacer nuestra voluntad, cuando ella es opuesta a la voluntad de Dios.
Por qué no es posible hacer ambas cosas al mismo tiempo, a no ser que nuestro corazón haya cambiado tanto, que confiamos tanto en Dios, que deseemos de todo corazón hacer la voluntad de Dios… Es decir que rico cuando nuestra autoridad nos ordena hacer lo que nosotros nos morimos de ganas por hacer.
En el salmo 84 podemos leer las palabras de alguien que comprendiendo el amor de Dios desea vivir en su presencia, es decir haciendo su voluntad de manera continua. Dice así:
Salmo 84:1–12 ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! 2Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.3Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío. 4Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. 5Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. 6Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques. 7 Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion.8 Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración; Escucha, oh Dios de Jacob. 9Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de tu ungido. 10Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad. 11Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad. 12Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.
De formas diferentes manifiesta que anhela hacer la voluntad de Dios, que los caminos de Dios están en su corazón, que su fuerza depende de Dios, que ha experimentado como las situaciones difíciles se vuelven bendición, y por estas razones dice que es mejor un solo día en la presencia de Dios que vivir lejos de ella, por qué además está convencido que Dios no quitará el bien a los que son íntegros delante de El. Es decir, está seguro de lo ofrecido por Dios.
Pero: ¿Es eso lo que hay en nuestros corazones? Acaso hay en nosotros un anhelo ferviente de hacer la voluntad de Dios en todo momento, porque estamos convencidos del amor de Dios… O todavía hay ciertas circunstancias donde nos negamos hacer la voluntad de Dios, porque no estamos muy convencidos de lo bueno que tiene para nosotros.
Me parece terrible cuando alguien contando algún testimonio dice; “Dios es bueno y me ayudó”… porque esa frase me hace pensar que si esta persona no hubiera recibido lo que desea, entonces se quedaría pensando que Dios no es tan bueno porque no le respondió afirmativamente.
Y me parece terrible porque todas la respuestas de Dios, ya sea que responda afirmativamente o que responda negativamente de todos modos la única motivación de parte de Dios es el amor que tiene por nosotros.
Estamos tan engañados pensando que lo que nosotros queremos es lo perfecto, que cuando Dios nos dice que no, somos capaces de pensar mal de Dios.
Y es por esta razón que Dios quiere que renunciemos a todo, especialmente a hacer nuestra voluntad para que podamos disfrutar de la salvación, del poder, del amor de Dios.
Ahora: ¿Si nosotros no dudaremos en lo absoluto del amor de Dios, cuál sería nuestra reacción al siguiente mensaje?
Lucas 14: 33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
No hay duda que este es un mensaje lleno de sabiduría y de amor, porque va a traer muchísimo bien a nuestra vida presente y a nuestra eternidad si hacemos caso… ¿Pero lo vemos así, o lo vemos como un mensaje duro y fuerte?
Es importante que pensemos bien en esto y que nos preguntemos: ¿Cuándo la verdad se vuelve un mensaje duro?
Alguna vez vi en un programa de televisión a una señora que estaba llena de gusanos en los brazos y en las piernas… Y cuando en el hospital se los estaban sacando, ella lloraba por sus hijitos, por sus gusanos, y no quería que se los sacaran.
La imagen de esa situación es una imagen supremamente fuerte y le hace pensar a uno, en la locura tan grande de esa señora. ¿Cómo estaría de chiflada que no le veía problema a que unos gusanos se estuvieran comiendo sus carnes?
No hay duda que esto nos tiene que parecer una locura, porque tenemos claridad acerca del perjuicio que recibe esta señora… Ella está dispuesta a pagar con sus carnes, con su vida, por algo que no vale absolutamente nada, por un montón de gusanos… Es completamente absurdo y no tiene sentido que alguien quiera perder su vida por algo así.
La pregunta es: ¿Tenemos la misma claridad de lo que pasaría con nuestra vida y eternidad, si no renunciamos a todo lo que poseemos? Es decir: ¿Somos conscientes de las graves consecuencias de amar al mundo, y que por esta razón no renunciamos a nuestra voluntad para hacer la voluntad de Dios?
Por qué según la escritura los que aman el mundo al no ser hijos de Dios se condenaran eternamente. Y como en el caso de la señora que estaba exponiendo su vida por unos gusanos, en nuestro caso estaríamos exponiendo nuestra eternidad en la presencia de Dios, por las cosas del mundo que perecen.
Y precisamente por lo grave que sería tomar esta posición es que el Señor Jesús dijo:
Marcos 9:43 al 44 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, 44donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Aquellos que no renuncian al mundo, mas claro; aquellos que por su amor al mundo no viven para hacer la voluntad de Dios, al final terminarán siendo comida de gusanos. El profeta Isaías lo describe así:
Isaías 14:11 Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.
Siendo esta la realidad de lo que puede pasar si insistimos en hacer nuestra voluntad y no la de Dios… ¿Cualquier mensaje que nos den para animarnos a hacer la voluntad de Dios será un mensaje duro o será un mensaje claro pero lleno de amor?
Igualmente; cualquier corrección que nos hagan por causa de nuestro mal comportamiento… ¿Cómo debemos recibirlo? ¿Debemos recibirlo como un duro mensaje o como un mensaje de amor?
Me mostraron un vídeo de un estrellón contra una grúa de esas que bajan la cama, y en una de las fotos la cabeza estaba cortada por la mitad como una rebanada… El mensaje: “La velocidad mata”
No hay duda que el mensaje es fuerte… Pero: ¿Recibir un mensaje de esos acaso muestra la falta de misericordia de quién está hablando? ¿Será que mostrarle una manito mutilada a un niño advirtiéndole que no puede meter los dedos en la licuadora, ya que eso es lo que él desea hacer, será un mensaje falto de amor? ¿Si esa fuera la situación con alguno de nuestros hijos acaso no seríamos muy enérgicos al decirle que no lo puede hacer?
Sin embargo cómo vimos la semana pasada, a causa de que el concepto del bien y del mal está al revés, el mundo también está al revés, y por esta razón algunos consideran que decir la verdad no es una muestra de amor. Piensan que decir la verdad es falta de misericordia, y por lo tanto prefieren engañar a la gente o vivir en sus mentiras que consideran verdad. Ejemplo esto lo vemos en la escritura:
Isaías 30:9 al 11 Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; 10que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; 11dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel.
Lo que es evidente de esta actitud es que están contentos con lo que están haciendo y no quieren dejar de hacerlo, y por eso no les importa lo que les puedan decir, más aún han tomado la decisión de ni siquiera escuchar la verdad, porque están obstinados en hacer su voluntad por encima de cualquier cosa, aún por encima de Dios.
Y lo triste y grave de la situación, es que lograron que sus profetas y sus predicadores dejaran de decirles la verdad. Y estos profetas y predicadores comenzaron a decirle mentiras, a cambiar la doctrina, a profetizarles mentiras, donde básicamente el mensaje es que no importa que esté haciendo las cosas a su manera de todos modos Dios los va a bendecir.
El siguiente paso fue usar el cristianismo o más bien deberíamos decir la religión, como un instrumento para justificar toda clase de barbaridades… Ejemplo espantoso de esto es la inquisición y todas las supuestas guerras santas a través de las cuales se han asesinado millones de personas, y a cambio, comenzaron a decirles que gracias a lo que estaban haciendo, (que no era la voluntad de Dios) serían bendecidos y prosperados por Dios…
Esto no sólo ocurrió bajo el viejo pacto, también la actualidad bajo el Nuevo Pacto encontramos este mismo terrible pecado, y por eso el apóstol Pablo escribió diciendo:
2 Corintios 2:17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.
La palabra “medran” quiere decir; vender baratijas por lucro. Lo que Pablo está diciendo es que hay muchos predicadores que están predicando baratijas, mentiras, por obtener el lucro, porque como dice en otro pasaje, los discípulos se han vuelto mercadería y hay que tenerlos contentos así toque mentirles y no decirles la verdad, para poder recibir beneficios de ellos.
En cierta ocasión un discípulo le sirvió de fiador a otro discípulo y luego le tocó pagar… Y entonces el que tuvo que pagar las cuentas me dijo, que porque yo no le había avisado de los malos hábitos financieros del fulano… Que si él hubiera sabido no hubiera salido de fiador. Ciertamente le hubiera ayudado que yo le contara, el problema es que tampoco me preguntó.
La pregunta es: ¿Nos gustaría que no nos avisaran de los peligros que se acercan a nuestra vida si seguimos haciendo lo que estamos haciendo?
Alguien se soñó que el Señor venía por él, y que cuando él se estaba elevando, se acercaba mucha gente conocida que le gritaban desesperados; “¿Por qué no nos avisaste? ¿Por qué no nos advertiste? ¿Por qué no nos hablaste del Señor? ”
Bueno… ¿Qué pensaríamos si fuéramos de los que estuviéramos gritando por qué no nos avisaste… O que pensaríamos si fuéramos de los que nos estamos elevando y la gente reclamándonos?
Por todo esto: ¿Será un mensaje duro decir la verdad que puede salvar las almas de quienes lo escuchen?
¿Saben ustedes qué es un mensaje duro? En primer lugar debemos entender que hay mensajes muy muy duros disfrazados de muy muy bondadosos, tiernos y comprensivos… Pero como dice la escritura.
Salmo 55:21 Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla, Pero guerra hay en su corazón; Suaviza sus palabras más que el aceite,Mas ellas son espadas desnudas.
Y entonces el mensaje de algunos para los que andan metidos en pecado es: Tranquilo Dios entiende; Dios es misericordioso no nos va a castigar; no el infierno no existe; como va a ser Dios tan malo de castigar a la gente por la eternidad; al final Dios a todos los perdona… Y los que reciben el mensaje convencidos de qué ese sí es un mensaje de amor… Pero como dice el versículo sus palabras son espadas desnudas que al fin lo que producen es muchísimo daño.
Un mensaje duro y sin misericordia es un mensaje que no dice la verdad.
Un mensaje duro es un mensaje que no da esperanza.
Un mensaje duro es aquel que da una falsa esperanza.
Un mensaje duro y sin misericordia es el mensaje que sale de una mala doctrina.
Un mensaje duro es aquella verdad que podía salvar, pero que llega tarde.
Pero no podemos llamar un mensaje duro a un mensaje que puede traer vida y salvación…
Tampoco podemos llamar un mensaje duro aquel que dice que hay que dejarlo todo para salvarse, si esa es la verdad…
Ni tampoco podemos decir que es un mensaje duro aquel que dice que no debemos amar al mundo, ni practicar el pecado, porque si lo hacemos nos vamos a condenar.
El Señor Jesús en dos ocasiones, nos cuenta la escritura que entro al templo, y con un azote de cuerdas sacó a todos los que estaban haciendo negocio con la religión y les dijo:
Mateo 21:13 y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
A través de esta acción el Señor está tratando de liberar a aquellos que han convertido su relación con Dios en una cueva de ladrones. Si alguien me dice que el Señor fue muy duro con ellos, yo le diría que fue muy amoroso con ellos, al manifestarles la verdad con claridad para darles la oportunidad de salvarse…
De igual manera, el mensaje de renunciar a todo para vivir haciendo la voluntad de Dios es un mensaje de amor y bendición, pero solo lo podrá reconocer así aquel que confía en Dios.
¿QUÉ SIGNIFICA RENUNCIAR A TODO LO QUE POSEEMOS?
Lucas 14: 33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
El mensaje dice con claridad, y no hay duda, que hay que renunciar a todo lo que se posee, sin embargo en lo que no hay mucha claridad para algunos es; ¿qué significa renunciar?
En primer lugar; cuidado con esos mensajes que dan algunas iglesias donde dicen que Dios está hablando y quiere que usted entregue todo lo que posee, su dinero, su reloj, sus joyas, su carro, su finca porque la obra de Dios necesita ese dinero … Y peor aún si tratan de hacerlo sentir mal si usted no entrega las cosas. (Alguien que conozco entregó joyas muy finas si luego vio que las usaba la pastora…)
Y tenga más cuidado aún si ese mensaje va acompañado de: “Dios te va a dar cien veces más”. Y sí cuentan testimonios de cómo Dios los prosperó para convencerte que tú también serás prosperado, póngale la firma, eso no es de Dios. O si le dicen que debe comprometerse a dar de lo que no tiene, tampoco es de Dios.
Eso no es renunciar a lo que poseemos, peor aún si lo hacemos para recibir 100 veces más.
En segundo lugar a renunciar a todo tampoco es volverse irresponsable con las cosas que tenemos. Con la vida, con el cuerpo, la familia, trabajo, ministerio, posesiones, el tiempo y el corazón.
¿Y qué pasó con tu carro? Dios me dijo que renunciará a él y entonces lo deje parqueado en algún lado y no lo he vuelto a ver. ¿Y cómo haces para ir a la finca? No hay problema también renuncie a la finca. ¿Y qué pasó con tu familia y tus hijos no se molestaron? No sé, como renuncie a ellos no los he vuelto a ver. Pero eso parece que te tiene muy triste pues estás muy flaco, te invito a comer. No muchas gracias también por amor a Dios renuncie a la comida.
Renunciar no es abandonar o volverse irresponsable con las cosas que Dios nos ha dado. Las parábolas de los talentos nos muestran con claridad, que los cristianos como administradores debemos administrar bien las cosas que Dios nos ha dado, pues Dios nos va a pedir cuentas. El apóstol Pablo también advirtió:
1 Corintios 4:1 al 2 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. 2Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.
Y entonces contrario a abandonar o administrar mal las cosas que Dios nos ha dado, renunciar a todo significa administrar cada cosa que tenemos como Dios dice que debe ser administrada.
RECONOCIENDO AL VERDADERO DUEÑO
Cuando dictamos cursos sobre finanzas, y hacemos conscientes a las personas de todos los malos hábitos financieros que producen esclavitud financiera, les enseñamos que el primer paso para corregir todos esos malos hábitos de es: “Transfiera todas sus posesiones a Dios”
Y se le enseña a la persona que si ella no es capaz de tomar absolutamente todo lo que tiene y entregárselo a Dios, no va a ser capaz de manejar esos recursos como Dios dice que deben ser manejados.
El concepto es muy sencillo, no es lo mismo que el vecino le dé a usted cien millones de pesos y le pida el favor de que salga a la calle y regale esa plata a los pobres, a que usted regale a los pobres cien millones de pesos que son suyos.
Si creemos que lo que poseemos es nuestro, entonces pensaremos que tenemos derecho a manejarlo como nos plazca… Pero si reconocemos que todo le pertenece a Dios, y que solamente somos administradores, nos será más fácil seguir las instrucciones que Dios nos ha dado.
Por supuesto hay que aclarar algo, no es verdad que haya que transferir las posesiones a Dios… La verdad es que debemos devolver lo que nos hemos robado, porque las posesiones son de Dios.
El que ama el mundo no renuncia a administrar como a él le parece, el que renuncia a todo y no ama al mundo administra como Dios le dice.
Y eso no sólo se aplica al dinero, sino a absolutamente todo lo que Dios le ha dado para administrar, su vida, su familia, su trabajo, su ministerio, sus posesiones, su tiempo, su cuerpo y su corazón, todo debe ser administrado como Dios dice.
Renunciar no es deshacerse de las cosas, renunciar es administrar al pie de la letra como Dios nos indica. Esto mismo lo podemos decir de la siguiente manera….
RENUNCIAR A TODO ES RENUNCIAR A TODO PECADO CONOCIDO
El problema no es tener poco o mucho dinero, el problema es pecar en la forma cómo manejamos el dinero. El problema no es tener o no tener talentos, posesiones o cualquier cosa, el problema es pecar en la forma en que administramos esas cosas que Dios nos ha dado.
Por lo tanto renunciar a todo lo que poseemos y no amar al mundo, es en realidad renunciar a pecar con las cosas que tenemos. Es renunciar a manejar las cosas como el mundo las maneja y manejarlas como Dios dice que deben ser manejadas.
¿Y cómo debemos manejar todas las cosas que tenemos? La respuesta que es que debemos hacerlo de acuerdo a lo que las escrituras nos enseñan, por supuesto bien interpretadas, por supuesto teniendo en cuenta los tiempos de Dios, y que para nosotros lo que aplica es el Nuevo Pacto.
Dentro de lo que la escritura nos enseña acerca de cómo administrar nuestra vida para Dios debemos hacer una distinción entre la acción y la actitud en todo lo que hacemos. El apóstol Pablo escribió:
1 Corintios 4:5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.
¿A que se refiere el apóstol Pablo con esto? A que una cosa es que sigamos las instrucciones de Dios y hagamos lo que él nos dice, y otra cosa es que lo hagamos con la actitud correcta. Un poco más adelante él explica esto mismo cuando dice:
1 Corintios 13:1 al 3 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
Cualquier cosa que se haga por buena que parezca, por cristiana que parezca, si no estaba motivada por la fe en Dios, por su amor en cada uno de nosotros, entonces no sirve para nada.
Alguna vez dando temas para las parejas pregunté: ¿Usted porque cuida su esposa… Porque su esposa es maravillosa o porque Dios le ha dicho que la cuide?
¿Usted como esposa porque se sujeta a su marido? Porque su esposo es un marido excelente o porque Dios le ha dicho que se sujete.
¿Usted por qué viene la iglesia? Por el ambiente, por el mensaje, por la gente o porque Dios le ha dicho que no deben dejar de congregarse.
¿Ustedes hijos porque se sujetan a sus Padres? Porque sus Padres son chéveres, o porque son furiosos, o porque Dios les ha dicho que se sujeten y los respeten.
¿Qué quiere decir esto? Que nuestras acciones tienen que estar llenas de fe, que nuestras acciones tienen que están llenas del amor de Dios, que nuestras acciones deben también ser motivadas por la esperanza de lo que él nos ha prometido.
RENUNCIAR AL MUNDO Y DEJARLO TODO ES EN REALIDAD VIVIR PARA HACER SÓLO LA VOLUNTAD DE DIOS NO DEJANDO QUE NADA NI NADIE NOS ESTORBE.
Pero: ¿Es eso posible? La respuesta es sí porque la relación con Dios es personal. Es decir algo que depende exclusivamente de nosotros… Y por eso podemos ver que algunos teniendo todas las ayudas necesarias no caminan con Dios mientras que otros que no reciben ayuda si lo hacen.
La otra razón por la cual podemos tener la certeza que podemos vivir haciendo la voluntad de Dios es porque Dios a través de su soberanía nos ayuda de manera continua. Esta es la real interpretación de la promesa que dice:
Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Esta promesa dice que todas las cosas, aun las más difíciles son las que nos ayudan a que el propósito de Dios se cumpla en nuestra vida. ¿Es el deseo de Dios que andemos espirituales todo el tiempo? Por supuesto que sí, por eso lo ordena.
Y entonces quien se disculpa en las situaciones para no andar espiritual, lleno de gozo y lleno de paz, o peor aún quien se disculpa en las situaciones para pecar desobedeciendo los principios de Dios, lo más seguro, es que la situación se ponga más difícil.
En la escritura encontramos que cuando el profeta se queja de que la situación no le permite andar bien, Dios le dice:
Jeremías 12:5 al 6 Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con los caballos? Y si en la tierra de paz no estabas seguro, ¿cómo harás en la espesura del Jordán? 6Porque aun tus hermanos y la casa de tu padre, aun ellos se levantaron contra ti, aun ellos dieron grito en pos de ti. No los creas cuando bien te hablen.
Estas son las palabras del Señor al profeta Jeremías cuando se estaba quejando de la situación, de cómo los injustos cometían injusticias y los justos eran apabullados por ellos, y la respuesta del Señor fue esa.
Y en lugar de decirle que la situación se va a mejorar, le cuenta algo que todavía no sabe y es que su familia también están contra de él. ¿Para qué? Para que pelee con su familia; No para que renuncie a su familia y se pegue al Señor.
Dios no se ha equivocado con la situación que tú estás viviendo, esa es la que necesitas para ponerte espiritual.
TODOS PUEDEN ARREPENTIRSE AHORA
Siendo esto cierto, y lo es. ¿Cuánto tiempo necesita una persona para ponerse en paz con Dios y comenzar a caminar espiritual? El salmo 95 dice:
Salmos 95:6 al 8 Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. 7Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz, 8No endurezcáis vuestro corazón
El escritor del libro de hebreos toma esta misma porción y añade:
Hebreos 3:7 al 8, 12 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones… 12Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Lo que hay que hacer es renunciar a nuestra forma de ver la vida, a la confianza que tenemos en la forma en que vemos la vida y confiar en lo que Dios dice, porque no confiar en lo que Dios dice y es tener un corazón malo de incredulidad que nos aparta del Dios vivo.