LA SANTIDAD 4 – MIRANDO AL INVISIBLE
I. INTRODUCCIÓN
Mateo 6:5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Ciertamente hay una gran diferencia entre vivir haciendo las cosas para ser vistos de los hombres, lo cual implica dependiendo de ellos, a vivir dependiendo verdaderamente de Dios.
Pero la diferencia solo la puede notar aquel que verdaderamente conoce a Dios, quien no lo conoce vivir para los hombres para recibir de los hombres les parece no sólo suficiente sino normal, y por supuesto nosotros si debemos entender que hay una enorme diferencia entre estar dependiendo y recibiendo de Dios a recibir solo de los hombres.
Si por ejemplo fueras un deportista o un empresario y se te ofreciera un respaldo: ¿Qué clase de respaldo en gustaría el de un pobre hombre o el de un hombre millonario y muy poderoso?
Y a esto debemos añadirle, que el respaldo de los hombres termina o con nuestra muerte o con la muerte del que nos respalda, mientras que el respaldo de Dios no termina con la muerte sino que sigue por la eternidad… por eso no tener su respaldo indudablemente acarreará la pérdida más grande que pueda tener un hombre en toda su existencia.
Cuando revisamos la historia de Moisés de el dice la escritura:
Hechos de los Apóstoles 7.22 Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras.
Moisés fue criado en un imperio poderoso y se convirtió en un nombre poderoso… Sin embargo después de un tiempo cuando conoce a Dios, al recibir el encargo de liberar al pueblo de Israel, de aquel imperio que él conocía, de Egipto, el dice:
Éxodo 33.15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.
¿Cuántas veces cuando vamos a hacer algo pensamos, deseamos, o pedimos el respaldo de Dios para lo que vamos a hacer: Es decir qué tan conscientes somos de la necesidad de la presencia de Dios?
Por supuesto si en nuestros planes no está el hacer la voluntad de Dios tendríamos que ser muy burros para pedir su respaldo, (Los hay) contrario a eso lo que vamos a querer es vivir a escondidas de Dios pero por supuesto eso no es santidad y al final no traerá beneficios.
El punto clave de este asunto es que no puede haber santidad al vivir para los hombres… mucho menos cuando en nuestro corazón tratamos de aparecer como buenos delante de ellos…
Porque la realidad es que como todos somos pecadores, quien así vive, quién está pendiente de lo que los hombres piensan de él, terminara inevitablemente desarrollando hipocresía…
Y una persona hipócrita es en realidad el resultado de aprender a vivir al ojo, de volverse experto en justificaciones, de aprender a mentir cada vez con más eficacia, y por supuesto todo esto en lugar de restaurar la conciencia la corrompe cada vez más.
Y según la escritura, vivir sin fe, sin una conciencia clara de la presencia de Dios en todo lugar, y el corromper la conciencia para aparentar ser bueno delante de los hombres, traera como resultado final:
1 Timoteo 1.19–20 manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, 20de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.
Vivir para los hombres hace naufragar en la fe, corrompe la conciencia, y es evidenciade un falso cristianismo que lleva a la condenación. Como podemos ver vivir para los hombres es algo supremamente serio.
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