LA NECESIDAD DE LOS DONES ESPIRITUALES

LA NECESIDAD DE LOS DONES ESPIRITUALES

I. INTRODUCCIÓN

Vimos en el sermón anterior, los que no lo escucharon por favor no dejen de hacerlo, que no hay nada tan importante como la salvación. Esta salvación la escritura nos muestra que tiene dos etapas básicas, donde la primera es un perdón absoluto de todos nuestros pecados, lo cual nos convierte en personas justas delante de Dios, y esto es lo que nos libra del castigo del infierno, asegurando que al momento de nuestra muerte iremos a su presencia.

Hay muchos textos que hablan de esta bendición, por ejemplo hablando de Jesucristo la escritura dice:

Hechos de los Apóstoles 10:43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

Por supuesto se requiere de una fe auténtica, es decir una fe real que nos lleve a tener en cuenta el mensaje de Dios para obedecerlo. Este perdón es tan real y tan importante qué el apóstol Pablo escribió:

Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

No puede haber bendición más grande para el hombre, que siendo un pecador, gracias a la fe en Jesucristo pueda estar en completa paz con Dios.

Pero cuando esto se enseña algunos no entendiendo lo que realmente significa una fe auténtica, piensan que por qué Dios en su paciencia no tuvo en cuenta nuestros pecados, que pueden seguir cometiendo pecados y al mismo tiempo seguir recibiendo esa gracia de Dios que nos otorgo el perdón.

Y es por esta mala interpretación de la gracia de Dios que el apóstol para corregir esto escribió:

Romanos 6:1–2 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

Cuando una persona ha recibido la salvación, y se ha convertido en hijo de Dios, hay muchas cosas que Dios ha cambiado para que este nuevo creyente pueda vivir haciendo la voluntad de Dios. Éstos cambios son tan radicales que es imposible que un auténtico cristiano siga viviendo en el pecado.

Esta transformación que Dios produce en el creyente que realmente se ha salvado, por qué hay muchos creyentes que todavía no se han salvado, la explica la escritura de la siguiente manera:

2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Hace muchos años recuerdo que explicaba este texto de la siguiente manera. Imaginemos que tomamos un pez y lo sacamos del acuario y lo convertimos en una nueva criatura, es decir lo convertimos en un gato. La pregunta es: ¿Podemos volver a meter el gato bajo el agua en el acuario? Y la respuesta es no, es una nueva criatura, ya no puede vivir haciendo lo mismo que hacía antes.

Y eso es lo que el apóstol está explicando cuando dice que habiendo muerto al pecado ya no podemos vivir en el. Podemos añadir que si alguien cree ser salvo; cree ser nueva criatura pero todavía practica el pecado, pues obviamente se está engañando, todavía sigue siendo un hijo del diablo.

Y aquí es donde es necesario entender esta segunda parte de la salvación, que es la salvación del alma, donde el propósito de Dios es sacar todas aquellas malas actitudes que hay en nosotros para que sea el Espíritu Santo formando en cada uno de nosotros el carácter de Jesucristo.

El apóstol Pedro resume este proceso diciendo:

1 Pedro 1:22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;

Purificar nuestra alma es sacar de allí todas aquellas malas actitudes pecaminosas, como el rencor, la falta de perdón, la envidia, la codicia, la mentira, etc. Donde tal vez lo más importante que hay que sacar es nuestra gran incredulidad frente a la palabra y las promesas de Dios.

Este proceso se realiza a través de la obediencia a la verdad, es decir obediencia a la voluntad de Dios, pero no en nuestro poder sino con el poder del Espíritu Santo, y esa obediencia en medio de todas esas circunstancias que Dios controla a la perfección, darán como resultado una transformación en nuestro ser que nos permitirá amar con un amor fraternal no fingido.

Y es por eso que se nos ordena que debemos amarnos unos a otros de manera entrañable y con un corazón puro.

Y es esa transformación de nuestro carácter la que hace prácticamente imposible que vivamos en el pecado, porque sí un creyente producto de su crecimiento espiritual y de los tratos de Dios, ha aprendido a ser tan honesto como lo es Jesucristo… ¿Hará cosas deshonestas? O si hemos aprendido a ser tan fieles como lo es Cristo: ¿Acaso cometeremos infidelidades? O si hemos aprendido a amar con el amor de Cristo: ¿Acaso haremos cosas en contra del amor?

Ahora; si el resultado de esa transformación es que llegaremos a amar a los demás con el mismo amor con que Dios nos ama… Eso quiere decir que una correcta evaluación de nuestra madurez espiritual, de nuestro cambio, de nuestra transformación, se hace revisando que estamos haciendo con la gente a nuestro alrededor.

Y es por eso que en la escritura encontramos textos como el siguiente:

Santiago 2:15–17 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.

El amor más que expresarse en palabras se expresa en hechos. Cuando no hay estas acciones ese amor termina siendo falso, lo cual muestra que no ha habido crecimiento espiritual. O este otro:

1 Timoteo 5:8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.

Qué quiere decir que un buen cristiano fuera de su casa, es decir, aquel que se muestra como buen cristiano frente a los extraños pero que no trata bien a los de su casa, dice que es peor que ser incrédulo, y creo que una de las razones de decir esto, es que hay algunos que no son cristianos y que tratan a su esposa y a sus hijos, mejor que como los tratan algunos cristianos.

Ademas, esto también quiere decir que no es necesario ser cristiano para tratar bien a la familia. De hecho conocemos a muchos mafiosos y gente muy desalmada que con su familia son muy especiales, y es por esta razón que aunque sería terrible que un cristiano no tratara bien a su familia, de todos modos, tratar bien a la familia no hace de quien lo haga un buen cristiano.

Esto que acabo de decir puede parecer extraño, pero el respaldo bíblico para decir esto es que el Señor Jesús dijo:

Lucas 6:32 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.

Que no hay mérito en tratar bien a quienes nos tratan bien. Es mas; si sólo tratamos bien a los que nos tratan bien, entonces el Señor Jesús en la cruz a debido mandar al infierno a todo el mundo, porque no estaba siendo bien tratado por el mundo por el cual moría.

Y es por esto que el mérito está en tratar bien a los enemigos. Por supuesto sin dejar de tratar bien a los amigos y a los que nos aman. Pero insisto en que no hay mérito en tratar bien a los que nos tratan bien, si no en tratar bien a los enemigos, lo cual es muy claro si nos devolvemos unos versículos de este que acabamos de leer, pues el Señor Jesús dijo así:

Lucas 6:27–32 Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; 28bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. 29Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. 30A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. 31Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. 32Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.

Es más, debemos entender que este es uno de los cambios fundamentales al eliminar el viejo pacto, para vivir relacionándonos con Dios a través del Nuevo Pacto. Mateo en su evangelio menciona esta diferencia cuando nos cuenta lo que el Señor Jesús dijo:

Mateo 5:43–45 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. 44Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Y es en este asunto donde creo que los cristianos nos rajamos, porque seguramente podemos hablar de cómo hemos tratado de bien a muchas personas: ¿Pero cuántas de esas han sido nuestros enemigos?

Y si no tenemos en esa lista a algunos enemigos a los cuales hemos tratado con el amor de Dios, entonces definitivamente no hemos aprendido amar con el amor de Dios, lo cual es muy grave, porque amar con el amor de Dios es el resultado del crecimiento espiritual, de la salvación del alma, de la transformación de nuestro carácter.

Ahora; cuándo vamos a seleccionar cuáles son nuestros enemigos para poder amarlos con el amor de Dios, debemos tener cuidado porque puede ocurrir que haya algunos que nosotros consideremos enemigos pero que no lo sean.

Es decir; la envidia, la falta de perdón, el resentimiento, la amargura, la codicia, la vanidad, el orgullo, la rebeldía, la falta de santidad, y otras malas actitudes hacen que veamos como enemigos a quienes realmente no lo son.

El ejemplo más claro de esto es la reacción de muchos hijos, que han llegado a odiar a sus padres porque tratan de corregirlos para que anden por el buen camino. Igual puede pasar con algunos creyentes cuyo comportamiento hace brotar el pecado en nosotros, y en lugar de reconocer nuestro pecado comenzamos a verlos como enemigos para así justificar nuestro mal comportamiento.

Por otro lado podemos encontrar personas que aún siendo incrédulas que nos tratan muy bien… Bien en términos humanos, pero tratando de mantenernos lejos de la presencia de Dios. Es más, tristemente a veces encontramos a creyentes que dicen que los incrédulos los han tratado con más misericordia que los creyentes, o con más generosidad que los creyentes, y digo tristemente porque tienen razón.

Sin embargo, y por encima de esto debemos tener muy claro que a pesar del mal comportamiento de algunos cristianos, o del buen comportamiento de algunos incrédulos, nuestros verdaderos enemigos según la escritura son:

Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Sin embargo a estos enemigos no debemos amarlos pues estos ya han sido juzgados por Dios y su condenación no se tarda, sin embargo estos verdaderos enemigos usan a los incrédulos para así hacernos la guerra. Por eso la escritura dice:

1 Juan 3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

Y estos hijos del diablo que por supuesto están siendo usados por estas huestes de maldad, entonces son nuestros enemigos, pero a estos si debemos amarlos con el amor de Dios.

Y si no aprendemos a amar a nuestros enemigos entonces estamos muy mal espiritualmente, nuestra alma no ha sido sanada, hay mucho pecado en nuestra vida, y es precisamente por eso que no tomamos la decisión de amar con el amor de Dios a todos, aún a nuestros enemigos.

No nos dejemos engañar por el amor que el mundo enseña, el cristianismo es en realidad una lucha entre lo que el mundo llama amor y el verdadero amor de Dios.

Y cuando digo que no nos debemos dejar engañar, es porque no es suficiente amar con el amor del mundo, ni siquiera es suficiente amar con el amor de Dios a los que nos aman, es necesario si queremos hacer la voluntad de Dios, que amemos a nuestros enemigos, y al hacerlo estaremos mostrando que realmente el amor de Dios se a perfeccionado en nosotros.

La escritura hablando del amor de Dios dice:

Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

No son sólo palabras, Dios demostró su amor a un mundo pecador, a sus enemigos entregando a su hijo para que todo aquel que crea en él obtenga la salvación.

Pero ojo con esto que es muy importante. El amor de Dios no sólo está expresado a través de la muerte de su hijo, el amor de Dios también se manifiesta al mundo a través de sus hijos, es decir de nosotros, y por esto es que antes de partir el Señor Jesús nos dio un mandamiento supremamente importante, un mandamiento de amor, un mandamiento que si no cumplimos entonces estamos colocando una barrera para impedir que el amor de Dios se manifieste. Este mandamiento fue el siguiente:

Mateo 28:18–20 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones… 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Es importantísimo que entendamos que no hay mayor mandamiento de amor que este, porque tampoco hay un mayor beneficio para el hombre que recibir la salvación, y nosotros somos los que hemos sido designados por Dios para que amando a los hombres qué son enemigos de Dios, compartamos el mensaje de salvación.

Más aún, debemos recordar que alguien obedeciendo este mandato del amor, nos amó a nosotros que éramos enemigos de Dios… La escritura dice así:

Romanos 5:10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

Y si nosotros hemos recibido el beneficio gracias a que otros creyentes se dispusieron a amar a sus enemigos, es decir a nosotros. ¿Cómo se nos puede ocurrir que desobedecer este mandato de amor sea una muestra de nuestro buen cristianismo?

Por supuesto este mandato de amor no termina cuando compartimos el mensaje de salvación, más bien allí comienza, porque según lo que leímos debemos continuar amándolos al enseñarles todas las cosas que Dios nos ha mandado guardar.

Es tan importante esto que por eso es que los discípulos se convierten en nuestra corona…

Filipenses 4:1. Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.

1 Tesalonicenses 2:19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?

Y entonces la pregunta para nosotros es: ¿Estamos dispuestos a obedecer al Señor amando a nuestros enemigos y por eso les compartiremos el mensaje de salvación, y a los que lo acepten les vamos a enseñar todo lo que Dios nos ha enseñado?

Cuándo los discípulos recibieron el mandato de comunicar el mensaje de salvación a todo el mundo, con lo precarias que eran las comunicaciones, con lo demorado que eran los viajes, obviamente sería visto como una empresa muy, pero muy difícil de cumplir.

Hoy podríamos pensar que el asunto es más fácil, sin embargo cuando tenemos en cuenta que esto es una guerra espiritual, y que el enemigo busca por todos los medios que no comuniquemos el mensaje, o que si comunicamos el mensaje este sea distorsionado para que la gente no pueda comprender el amor de Dios… Ciertamente debemos considerar esta empresa no sólo como algo muy difícil de cumplir sino como algo imposible de cumplir en nuestras fuerzas.

Y es allí donde debemos entender y no perder de vista que la vida cristiana es una vida sobrenatural, lo cual quiere decir con toda claridad que la vida cristiana tiene un elemento poderoso que no tiene el mundo natural… Y que sin ese elemento sería totalmente imposible vivir la vida cristiana.

Ese elemento sobrenatural no es nada más, ni nada menos que Dios. Lo cual debe llevarnos a entender que sin la ayuda, la dirección, el poder y respaldo de Dios es totalmente imposible vivir la vida cristiana, para poder cumplir con el mandato de amor.

Esto que acabo de decir seguramente lo hemos escuchado muchas veces; ¿pero qué tan conscientes somos en nuestro día a día que esto es una realidad?

Me llama la atención que cuando el apóstol Pablo le escribe a Timoteo en medio de una serie de recomendaciones (esfuérzate, sufre penalidades, siembre como labrador, luche como soldado, trabaje, etc.) Le dice:

2 Timoteo 2:8 Acuérdate de Jesucristo, descendiente de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio,

Y parece tonto que le diga que se acuerde de Jesucristo cuando todas la recomendaciones son para que extienda el mensaje de Jesucristo… Sin embargo suele ocurrir. Nos olvidamos de Jesucristo aún al hacer su obra.

No sólo en eso, continuamente tanto en las circunstancias difíciles y tratos como en las circunstancias fáciles también nos olvidamos de Dios.

Y cuando esto ocurre, ni hacemos la obra de Dios como debiéramos, ni tampoco vivimos la vida cristiana sino una imitación barata y enredada de la vida cristiana. El Señor Jesús dijo:

Juan 15:5 »Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.

El apóstol Pablo comprendiendo con claridad este principio escribió aún respecto de El mismo

2 Corintios 3:4 al 6. Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,6el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.

Cuando revisamos en la escritura la historia del pueblo de Dios notamos que de principio a fin siempre estuvo rodeado de eventos sobrenaturales, de eventos en los que el hombre natural no tenía participación por su incapacidad y pequeñez

LOS MILAGROS

Por supuesto siempre hay que colocar como decía alguien, el burro adelante y la carreta detrás. Y quiero decir con esto que los milagros físicos eran casi siempre la consecuencia de un milagro espiritual.

En otras palabras, para que se realice un milagro, una acción sobrenatural casi siempre es necesario que un hombre u hombres crean primero a Dios. Lo cual resulta en un milagro entendiendo la condición del hombre.

Abraham cree a Dios… y Dios se realiza el milagro de Isaac. Usted puede pensar que Isaac no vino fruto de la fe de Abrahán… Lo cual posiblemente es cierto, pero eso lo corrigió Dios cuando Abrahán fue capaz de ofrecer a Isaac en sacrificio. (Lo hizo porque creyó en un Dios milagroso)

Y así, desde su inicio hasta el final de los tiempos el pueblo de Dios ha estado, esta, y estará rodeado de los milagros que le permiten sobrevivir.

Los milagros en Egipto… las plagas, el paso del Mar Rojo, el maná, agua de la roca, el paso del Jordán, la toma de Jericó, el sol se detuvo en Gabaon, los milagros de Elías, los milagros de Eliseo, etc.

Los milagros de Jesús… Expulsiones de demonios, sanidades de leprosos, de fiebre, de parálisis, de flujo de sangre, de sordomudos, de ciegos, de mujeres encorvadas, curaciones a distancia, resurrecciones, multiplicación de alimentos y bebidas…

Los milagros de los discípulos…

Sanidades, paños, disciplinas, aún la sombra de Pedro sanaba…

Los milagros en la actualidad…

Resurrecciones, multiplicación de alimentos, liberaciones, sanidades, discernimiento, profecías, don de ciencia, etc.

Dentro de lo milagroso de la vida cristiana, de la realmente y auténtica vida espiritual hay unas herramientas indispensables que nos han sido dadas por Dios, precisamente para habilitarnos y poder cumplir con este mandato de amor…. Éstas herramientas son:

LOS DONES ESPIRITUALES

El apóstol Pablo producto de lo que había visto a lo largo de su ministerio escribió:

1 Corintios 12:4 al 11. Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6Y hay diversidad de actividades, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. 7Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para el bien de todos. 8A uno es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; 9a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas. 11Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

A. DIOS HACE TODAS LAS COSAS

Lo primero que el apóstol Pablo hace es recalcar que en la diversidad de dones, de ministerios y de actividades, es Dios quien hace todas las cosas.

B. PERO A CADA UNO LE ES DADA LA MANIFESTACIÓN

Antes de continuar quiero que usted entienda… o se pregunte respecto de esta verdad, donde está usted.

Porque lo que dice el pasaje es que a cada cristiano Dios le da ” la manifestación del Espíritu ” para el bien de todos. Lo cual quiere decir que cada cristiano tiene de parte de Dios el regalo de al menos un don espiritual… Que debe descubrir… Desarrollar… Y aprender a usar para el provecho de todos.

Es como si en este salón repartiéramos a cada uno una parte de algo que necesitamos construir para el beneficio de todos… Y por supuesto necesitamos de la disposición de cada uno para colocar en el lugar y momento oportuno la pieza que le fue entregada… O todos salimos perjudicados.

La lista de los dones que incluye el apóstol en este pasaje son:

Palabra de sabiduría
Palabra de conocimiento
Fe
Dones de sanidades
Hacer milagros
Profecía
Discernimiento de espíritus
Diversos géneros de lenguas
Interpretación de lenguas

En otros pasajes del apóstol menciona más dones:

De servicio
De enseñanza
De exhortación
De repartir
De presidir
De hacer misericordia

Y en otro pasaje habla de personas con varios dones que se constituyen en algo así como un regalo o algo especial para el cuerpo de Cristo.

Efesios 4:11 al 13. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

Apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros.

C. PARA EL BIEN DE TODOS

1. Perfeccionar a los santos… Ajuste y preparación completa de cada cristiano que le permite vivir manifestando el carácter de Jesucristo.

Esto es importantísimo no perderlo de vista, los dones espirituales son una herramienta necesaria para que cada uno de nosotros sea transformado en su interior, hasta llegar a la estatura de Jesucristo.

Esto implica que gracias a los dones espirituales llegaremos a vivir manifestando el fruto del Espíritu Santo.

Gálatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Cuando un creyente y comienza a manifestar el fruto del Espíritu Santo… Ese fruto se convierte en una herramienta poderosa para ir y ayudar a otros a conocer y a crecer en Cristo.

De allí la importancia y el énfasis que la escritura hace respecto de dar buen testimonio para que la palabra de Dios no sea blasfemada.

2. Para la obra del ministerio… Los dones son herramientas indispensables para el cumplimiento de la gran comisión…. A veces por la falta de ellos algunas iglesias terminan haciendo infinidad de programas… forzando estrategias… usando de señorío.. Para lograr engrosar las filas de la iglesia.

No vemos en ningún lugar de la escritura que Jesús haga algo similar… Lo que creemos es que él manifestó los dones espirituales… Como hicieron sus discípulos después de El… Y como debemos hacer nosotros en este tiempo.

No olvidemos que producto del engaño tan tenaz que hay en el mundo, es un verdadero milagro cuando alguien acepta al Señor Jesucristo como su Señor y su Salvador… Ese milagro del nacimiento espiritual es producido por otro milagro… Y es el milagro de la manifestación de Dios a través de sus hijos, tanto con el fruto del Espíritu como con los dones espirituales.

3. Para edificar el cuerpo de cristo…. Edificación que produce solidez, estabilidad, y además le permite funcionar en armonía.

D. ¿HASTA CUANDO HABRÁ DONES EN LA IGLESIA?

Algunos han querido restarle importancia al asunto de los dones, y aún se han inventado doctrinas que dicen que su manifestación corresponde sólo al tiempo de los apóstoles.

Creo que los testigos de Jehová ni siquiera creen en milagros…

Sin embargo por causa del propósito para el cual fueron dados los dones, podemos tener la certeza de que Dios seguirá dando a los creyentes los dones espirituales… Hasta que toda la iglesia llegue a la estatura y plenitud de cristo.

E. ¿PUEDEN LOS DONES ESPIRITUALES SER MAL USADOS?

La respuesta es sí. Si pueden ser mal usados, cómo puede ser mal usado todo aquello que Dios ha dado al hombre…. Su inteligencia… Su fortaleza… Su belleza… La riqueza… etc.

Esta es la razón por la cual algunos han desarrollado desconfianza respecto de este tipo de manifestaciones… Y no sólo desconfianza.

Una vez escuché a un señor, como en un corrillo de hombres hacía una burla de lo mas espantosa respecto de un pastor y la sanidades… Diciendo aun que eran programadas e inventadas para estafar a la gente.

He oído testimonios de cómo a través de profecía se ha manipulado a los creyentes para hacer cosas que no están dentro de la voluntad de Dios.

He visto cómo a través del respaldo que dan los milagros… Se enseña doctrina contraria a la escritura.

Pero aunque es verdad que los dones espirituales pueden ser mal usados… No podemos a ese mal añadirle otro… Que es el que dejar de usarlos… Pues la escritura dice que son necesarios para cumplir el propósito de Dios.

Sin los dones espirituales, sin su correcto ejercicio, no podemos lograr hacer la perfecta voluntad de Dios.

DEBEMOS APROVECHARLOS

Algunos por ignorancia… Otros por miedo, toman una actitud negligente respecto de los dones espirituales.

No aceptar la importancia de los dones espirituales sería similar a decir que Dios dio algo inútil… O que está mintiendo respecto a la necesidad de ellos. Por eso…

A. DEBEMOS ANHELARLOS

1 corintios 14: 12 Así pues, ya que anheláis los dones espirituales, procurad abundar en aquellos que sirvan para la edificación de la iglesia.

B. SON IMPARTIDOS POR EL ESPÍRITU SANTO

V 11. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

Como él quiere… no como nosotros queremos.

Esto tiene relación con las características que ha permitido Dios que tú recibas por herencia, temperamento y cosas por este estilo… Y sobre todo con un plan que Dios ha diseñado para cada uno en nosotros, donde los dones son las herramientas que nos permitirán concretarlo.

C. SON IRREVOCABLES

Romanos 11: 29 porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

Los dones jamás son quitados… Lo que puede suceder es que por causa de no querer obedecer a Dios en este mandato de amor jamás se descubran, o habiendo sido descubiertos no se ejerciten adecuadamente.

D. ¿COMO SE MANIFIESTAN?

1. Los vientos de Dios, o su visitación.

2. La instrucción de la palabra. Lo que se comienza a enseñar el pueblo cristiano tiene la oportunidad de vivir.

3. La fe, obediencia y responsabilidad de los creyentes que buscan administrar adecuadamente lo que Dios les ha dado.

4. A través de la ministración que el Espíritu Santo hace en las reuniones.

E. NO SON SEÑAL DE ESPIRITUALIDAD

Con esto quiero decir que aún abundando los dones espirituales, en cualquier momento podemos actuar dirigidos con la más horrible carnalidad.

Sin embargo descubrir los dones espirituales, desarrollarlos, y ser usado por Dios con bendición para el cuerpo, es un asunto de espiritualidad.

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