LA NECECIDAD DE LA ADORACIÓN – PARTE 3 | CÓMO RECIBIR REVELACIÓN
I. INTRODUCCIÓN
Nos cuenta la escritura que Juan el bautista estando preso, mandó a preguntar a Jesús si él era el Mesias que había sido anunciado en las escrituras que iba a venir, o que si debía esperar a otro. La respuesta del Señor Jesús fue:
Mateo 11:4–6 Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. 5Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; 6y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.
Y evidentemente lo que estaba pasando era el cumplimiento de la profecía en la que decía que estos milagros, la sanidades, aún las resurrecciones confirmaban que Jesús era el Hijo de Dios… Y por eso Jesús termina diciendo que “bienaventurado el que no halle tropiezo en mí” lo cual da a entender que ante esta realidad algunos podían aceptarlo como el hijo de Dios mientras que otros lo negarían.
Y como Juan el Bautista era el encargado de anunciar el camino del Señor, Jesús aprovecha la situación para confrontar a los que estaban allí, acerca de lo que ellos pensaban de Juan y por esto les dice:
Mateo 11.7-9 ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 8¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están. 9Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta.
Siendo Juan el mensajero del Señor, los que habían aceptado el mensaje de Juan entonces aceptarían también a Jesús. Esto lo confirma el Señor más adelante cuando hablando de los que él ha enviado dice:
Lucas 10:16 El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.
Esto sigue siendo verdad hasta el día de hoy: El que desecha el auténtico mensaje de Dios dado por un auténtico hijo de Dios, está rechazando al Dios creador de los cielos y la tierra. Cuándo entendemos está preciosa verdad no nos preocupa en absoluto que nos rechacen, que nos critiquen o que hablen mal de nosotros mintiendo, porque sabemos que en realidad están peleando contra Dios.
Jesús pregunta que si salieron a ver a alguien importante o a alguien humilde o a un profeta. Y cuando dice que Juan fue más que un profeta lo que está diciendo es que Juan está comunicando el verdadero mensaje de Dios… Es decir: ¿Salieron a ver a alguien muy importante o salieron a ver a alguien muy humilde, o salieron porque estaban buscando oír la voz de Dios.
Tristemente la gente se deja engañar por las apariencias, y cuando ponen sus ojos en las apariencias esto hace que se desvíen de la verdadera razón por la cual deben ir a una iglesia, es decir se olvidan de que lo realmente importante es escuchar la voz de Dios.
Pero las apariencias son una razón válida para aceptar o rechazar el mensaje de Dios? Por supuesto que no, las apariencias sólo son una disculpa para justificar aceptar un mensaje torcido, o para rechazar el mensaje verdadero. Prueba de esto es lo que Jesús les sigue diciendo:
Mateo 11:18 al 19 Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene. 19Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.
Allí está… Cuando la gente no quiere aceptar la verdad del Evangelio, cuando no tiene confianza en lo que Dios pide o en sus principios, siempre va a encontrar una disculpa según ellos válida para no creer. Y ojo estoy diciendo; cuando no quieren creer, no cuando no pueden, porque todos pueden creer.
Y por esta razón, porque se trata de un asunto de voluntad, el Señor comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales predicó e hizo milagros, y a pesar de eso la gente no se convirtió. Y por eso les advirtió que la condenación o el castigo que ellos recibirían por haber oído con claridad el mensaje, sería peor que el castigo de Sodoma y Gomorra que fueron consumidas por el fuego.
Eso quiere decir que a los que les predicamos el evangelio y aceptan bienaventurados serán, y a los que no lo aceptan, por causa de nosotros haberles hablado con claridad más grande será su castigo si antes de morir no se arrepienten.
Y si se arrepienten tarde de no haber aceptado ciertas verdades de Dios, aunque no serán condenados, sí tendrán pérdidas irremediables en la eternidad, por qué no es lo mismo arrepentirse de joven y aceptar la dirección de Dios, que arrepentirse siendo viejos después de haber perdido mucho tiempo.
Pero luego de esta severa advertencia el Señor Jesús oro a su Padre, dando gracias por nosotros los que hemos creído:
Mateo 11:25 al 26 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 26Sí, Padre, porque así te agradó.
Y no debemos malinterpretar estas palabras pensando de qué ser sabio y entendido es el obstáculo, y que por lo tanto es necesario ser niño y bien ignorante para recibir el mensaje de Dios. Que es casi como si dijéramos que el mensaje de Dios es para los tontos y los ignorantes… No, no es así.
El problema no está en saber ni la facilidad está en ser ignorante, el verdadero problema está en que la mayoría de los sabios y entendidos son orgullosos, prepotentes y por lo tanto poco enseñables, mientras que las personas que reconocen su ignorancia normalmente son enseñábles, y esta humildad les permite recibir la revelación de Dios.
Por qué la verdad es que también hay sabios, ricos, y poderosos que son humildes, aunque no sean muchos. Así como también hay pobres bien ignorantes, que son orgullosos, resentidos y muy tercos.
El Señor Jesús continúa diciendo:
Mateo 11:27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Insistiendo en que no es que nosotros en nuestra capacidad podamos conocer a Dios, sino que Dios elige a quién se le quiere revelar. Y acabamos de ver qué es lo que Dios mira en el corazón del hombre para tomar la decisión de revelar de su presencia, y es humildad. Otros textos lo confirman:
Santiago 4:6 Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
Proverbios 3:34 Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, y a los humildes dará gracia.
Cuando una persona esta inflada por su soberbia y su orgullo, y cree que su conocimiento de Dios y de la vida es el correcto, cuando hable terminará escarneciendo la verdad, es decir criticando y torciendo las verdades de Dios, o aún negando la existencia de Dios, pero Dios a su tiempo mostrará la triste y horrible verdad de estas personas.
Mientras que a los humildes que reconocen su pequeñez delante de Dios y su ignorancia acerca de Dios y de la vida misma, Dios les dará gracia. Y esa gracia no es otra cosa que la revelación de las verdades de Dios para esta persona.
Y es precisamente esta revelación la que necesitamos para poder adorar a Dios de la manera correcta. Si recordamos las palabras de Jesús a la samaritana:
Juan 4:22. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
Al decirles que están adorando lo que no saben en realidad les está diciendo que no conocen verdaderamente a Dios. Y cuando dice qué “nosotros adoramos lo que sabemos”, se refiere a que a través de Jesús, y de los discípulos (todos ellos judíos) viene la revelación que el Espíritu de Dios hace, para que los hombres puedan adorar a Dios, como dijo Jesús, en espíritu y en verdad.
¿Por qué Jesús con certeza le dice a la samaritana que ellos adoran lo que no saben? Porque como hemos visto en temas anteriores, la verdadera adoración mucho más allá de expresarse con palabras bonitas o con posiciones reverentes, la verdadera adoración es un reconocimiento de la grandeza de Dios, que como consecuencia lleva al hombre a vivir sirviendo a Dios.
Y era evidente que no sólo los samaritanos sino también judíos a pesar de su religión, a pesar de tener las escrituras, y a pesar de la adoración que estaban haciendo, estaban tan lejos de conocer y servir a Dios, que por eso que cuando Dios vino en la persona de Jesucristo lo rechazaron, atreviéndose a decir que cuando echaba los demonios los echaba por el poder de Beelzebú príncipe de los demonios.
Si la revelación que la gente tiene acerca de Dios les hace ver a Jesús como un endemoniado, o le hace ver las normas de su palabra como algo que está mal… ¿Cómo puede ser esa una revelación del Dios verdadero?
Pues no lo es. Y por eso podemos decir con claridad que cada vez que tenemos una mala idea del Nuevo Pacto, del Evangelio, de los principios, de la voluntad de Dios, y aún de los tratos que recibimos de parte de Dios… Es porque tenemos una imagen equivocada o incompleta del Dios verdadero.
Cuando pensamos… “A mí que soy bueno me va mal y a estos que son malos les va bien”… Eso es evidencia de una revelación incompleta y/o equivocada de quién es Dios.
Lo irónico es que eso que pensamos que está muy mal, refiriéndonos a los tratos que estamos recibiendo, es precisamente lo que necesitamos para poder recibir la verdadera revelación. Por ejemplo:
Isaías 6:1 al 5 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. 4Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
Según los historiadores este rey Uzías era el protector del profeta Isaías, por lo tanto no es difícil imaginar los privilegios del profeta bajo la protección del rey, que le permitían vivir de forma muy diferente de aquellos profetas que profetizaron contra reyes malvados, como ocurrió en el caso de jeremías.
Pero este rey protector murió, y viéndose el profeta desamparado y seguramente en crisis, Dios aprovecha esta situación para hacerle una revelación de su grandeza, de tal manera que pueda sostenerse en su caminar con Dios, en su ministerio.
Esto parece ser una constante en la vida de los hombres. Sólo cuando la situación está tan complicada que nos hace sufrir, nos humilla y nos lleva al límite donde pensamos que no podemos más, es cuando más posibilidades tenemos de poder recibir revelación de parte de Dios. Digo podemos, porque algunos en su orgullo a pesar de sus tragedias en lugar de humillarse lo que hacen es endurecerse todavía más… Cómo vimos que fue la reacción de la esposa de Job.
¿Cuál es la visión que el profeta recibe? Un trono alto y sublime, sus faldas llenaban todo el templo, unos serafines que son seres espectaculares que no se atrevían a mirar al Señor, mientras reconocían su santidad y su influencia sobre toda la tierra, y dice que era tan poderosa la voz de estos serafines que los soportes de las puertas se estremecían, mientras la casa se llenaba de humo.
Pero: ¿Qué produce estas revelaciones en las vidas de los hijos de Dios? Pues uno de los primeros efectos de ver la grandeza de Dios, es un cambio en la actitud con la cual le servimos. En el mundo podemos ver esto, cuando una persona trabaja para otra supremamente importante y poderosa, el empleado comienza a sentirse también importante.
Por eso escuchamos qué algunos que trabajan para el gobierno en ciertas situaciones terminan diciendo: ¿Es que usted no sabe quién soy yo? O ¿Es que usted no sabe para quién trabajo? Y hasta de los niños a veces escuchamos: ¿Es que usted no sabe quién es mi papá?
Pues lo mismo nos sucede cuando entendemos la grandeza del Dios al cual servimos, porque no es lo mismo pensar que estamos sirviendo a un Dios de nicho o de camándula totalmente inútil para respaldarnos, que tener una conciencia clara de que servimos a un Dios todopoderoso.
Sin embargo una aclaración muy importante es qué cuando tenemos una revelación de la grandeza de Dios, aunque comenzamos a ser conscientes del respaldo que Dios da a nuestras vidas, eso no nos lleva a sentirnos orgullosos o prepotentes delante de la gente, por la sencilla razón de que cuando Dios nos muestra su grandeza, también nos hace conscientes de nuestra increíble pequeñez, y más grave aún de nuestra maldad. Es por esto que podemos leer que el profeta dice:
Isaías 6:5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Éste hombre se siente espantado al reconocer su maldad y la del pueblo en el que vive, pues está frente a un Dios santo ante el cual un hombre pecador no puede presentarse, porque merece ser destruido.
Cuando Dios revela su grandeza a los hombres, esta revelación crea en ellos una conciencia de pecado, de insignificancia, de pequeñez, no ante los hombres si no ante Dios. Y es de tal magnitud esta conciencia de pecado que los hombres si no conocen la obra de Cristo en la cruz, sentirán miedo y buscaran alejarse de Dios.
Por lo tanto es una completa contradicción un cristiano orgulloso, prepotente, que cree que se las sabe todas. Peor aún que se crea bueno, infalible, o mejor que los demás. Pues quien verdaderamente conoce cada vez más a Dios, conoce cada vez más su pequeñez, su insignificancia, su pecado de incredulidad, y la misericordia de Dios gracias a la cual recibe el perdón.
Es por eso; porque somos insignificantes delante de Dios y además muy pecadores, que la verdadera revelación de Dios viene unas veces con destrucción y otras con perdón. La escritura nos cuenta:
2 Tesalonicenses 2:8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
Cuando Dios se manifieste sobre la tierra su sola manifestación matará al anticristo. Pero para otros, como en el caso del profeta Isaías que pensó que iba a ser destruido por causa de su pecado, lo que recibió de parte de Dios fue:
Isaías 6:6 al 7 Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; 7y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
La manifestación de la grandeza de Dios vino acompañada de limpieza y de perdón.
Pero: ¿Será qué es indispensable tener una revelación de este tipo, es decir una visión como la que tuvo el profeta para poder entender la grandeza de Dios?
Pues no, pero de lo que sí estoy seguro es que a aquel que está dispuesto Dios le revelará lo que sea necesario, para hacerle entender a quién realmente está sirviendo, en quien realmente está confiando, para que pueda adorarlo de la manera correcta. Y esta revelación puede venir de diferentes maneras por ejemplo:
Lucas 5:8 al 10 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. 9Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él 10y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
En este caso vemos al Señor Jesús dando respuesta a una necesidad, (toda la noche habían pescado y no había obtenido nada) y lo hace de tal manera que este milagro les reveló a Pedro y a los demás, que estaban ante la presencia no de un simple profeta o de un hombre de Dios, sino en la presencia del hijo de Dios, Dios mismo.
La verdad he oído muchos testimonios cristianos que han recibido diferentes revelaciones, visiones, sueños, milagros, provisiones milagrosas, y a través de estos hechos han entendido que no se trata de seguir un código de ética o de moral, o qué están obedeciendo a las instrucciones de un pastor o un líder espiritual, sino que en realidad están siguiendo al Dios verdadero que los ama y los respalda cuando hacen su voluntad.
En este pasaje también podemos ver al igual que en los otros casos, que lo que siente Pedro y sus amigos es miedo. Un miedo que no es producido por la manifestación del poder de Dios… Porque no tenemos porque sentir miedo de estar ante la presencia de un Dios poderoso que nos ama, que nos respalda, que es nuestro amigo… El temor es producido por que la revelación de Dios también produce una clara conciencia de pecado.
Las palabras de Pedro fueron: “Apártate de mi Señor porque soy hombre pecador” y fue también la actitud de los que estaban con él, pues todos sintieron miedo.
Ahora lo importante, lo verdaderamente importante es que esa revelación produzca en nosotros un verdadero arrepentimiento.
Ese verdadero arrepentimiento que es en realidad una clara conciencia de que estamos haciendo todo mal, produce otro resultado que si le hacemos caso será de enorme bendición para nuestra vida.
En la escritura podemos verlo. Si tomamos el caso del profeta Isaías vemos que después de recibir el perdón y la limpieza, el Señor le dice:
Isaías 6:8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
Si una persona descubre que su vida estaba completamente equivocada, prácticamente rumbo al infierno y encuentra la salvación: ¿Cuál debe ser su actitud con aquellas personas que conoce, con las cuales ha vivido desenfocado? No puede ser otra que llevarles el mensaje de salvación.
Y la verdadera razón de hacerlo es como dice el apóstol Pablo, que el amor de Cristo nos empuja a hacer lo mismo que él hizo por nosotros, pues él se despojó de todo para proveernos la salvación, y nos pide estar dispuestos a dejarlo todo para que haciendo su voluntad hagamos lo mismo.
Esto mismo lo vemos en el caso del apóstol Pedro y sus amigos, que inicialmente asustados quisieron alejarse del Señor, pero el Señor les dijo:
Lucas 5:11 Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.
No temas se refiere a que ha sido perdonado. Desde ahora serás pescador es el llamado que el Señor le hace, y la respuesta es, que lo dejaron todo y le siguieron.
La pregunta puede ser: ¿Tenemos suficiente revelación de la grandeza de Dios como para adorarle, sirviéndole y siendo los canales a través de los cuales él pueda seguir buscando y salvando lo que se ha perdido? (Podemos hacerlo orando por la gente, compartiendo el link de la transmisión, invitando a la iglesia, abriendo grupos de estudio bíblico, discipulando, etc.)
La verdadera revelación de Dios nos muestra que la vida como la estábamos viviendo no tiene valor, si al entender esto no entendemos lo importante que es compartir de Jesús a los demás, entonces nos quedamos con una vida vacía. Sin objetivos en el mundo y sin objetivos en el cielo.
Repasemos: Para recibir revelación necesitamos humildad. Si no la tenemos entonces Dios a través de sus tratos lo más posible es que destruirá aquellas cosas sobre las cuales nos apoyamos, de las cuales depende nuestra seguridad y felicidad, para que al quedarnos sin piso tomemos una actitud de humildad, que es en realidad reconocer nuestra ignorancia, nuestra fragilidad, nuestra falta de poder, y entonces con estas actitudes que son agradables a Dios podamos recibir la revelación que necesitamos.
Insisto: Ser humillado no es ofender al hombre, es simplemente mostrarle quién es delante de Dios. Esto en el caso de Job Dios lo hizo a través de quitarle prácticamente todo lo que tenía, sin embargo aunque le quitó todo lo que tenía, y aunque inicialmente Job adoro a Dios… leímos:
Job 1:20 al 22 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, 21y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. 22En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
Pero cuando las cosas se complicaron aún más, este hombre no pudo mantenerse pensando bien de Dios y comenzó a culparlo de su desgracia. Ojo: Había algo que Job no había entregado, y eso era lo que hacía necesario que el trato empeorara.
Dios deja pasar un poco de tiempo, según algunos fueron cerca de nueve meses lo que duro Job en esta terrible situación, hasta que la revelación de Dios, de su grandeza, de su poder, de su sabiduría, como ha ocurrido con todos los que reciben la revelación de Dios, le mostró a Job que estaba completamente equivocado, y entonces dijo:
Job 40:3 al 5 Entonces respondió Job a Jehová, y dijo: 4He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. 5Una vez hablé, más no responderé; Aun dos veces, mas no volveré a hablar.
Es decir la revelación de la grandeza de Dios le quitó a Job lo ultimo que le quedaba, que era la obstinación de creer que sus pensamientos acerca de Dios eran los correctos. Por eso dice que no volverá a hablar, reconociendo su gran ignorancia.
A veces nos encontramos con personas que tienen ideas preconcebidas de lo que es la voluntad de Dios, y a pesar de qué son cosas que no tienen respaldo en la palabra de Dios, esas personas aunque están equivocadas creen que así es, que esa es la verdad absoluta, y por esta razón no ceden en su forma de pensar.
No me refiero a las personas que saben que están equivocadas pero no lo quieren reconocer, sino a las que estando equivocadas piensan que están en lo correcto. Ese era el caso de Job, lo cual nos muestra que hay personas íntegras pero que están torcidas, y por la falta de la revelación de la grandeza de Dios son tercas para reconocer lo que Dios les quiere mostrar.
Y es allí cuando necesitan que le sea revelada la grandeza de Dios, para que entiendan lo equivocados que están, pues si no cambian entonces vivirán fuera la voluntad de Dios, no entenderán los tratos de Dios, tendrán una mala relación con Dios, mala relación con sus semejantes… Pero todo esto fue lo que cambió cuando Job recibió la revelación de la grandeza de Dios.
Job 42:1 al 6 Respondió Job a Jehová, y dijo: 2Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. 3¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. 4Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. 5De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. 6Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza.
Al ver la grandeza de Dios entendió que Dios era poderoso, que Dios conocía lo que había en su corazón, que sus pensamientos estaban completamente oscurecidos seguramente por Satanás, y que por eso estaba hablando cosas que ni entendía… Y esto lo dispuso a escuchar la voz de Dios, a ser enseñable, no sin manifestar que se aborrecía y se arrepentía por haber tenido esa mala actitud con Dios.
Esto no quiere decir que Job dejó de ser íntegro, esto quiere decir que la integridad cuando no está acompañada de humildad, cuando no conocemos la grandeza de Dios se vuelve un estorbo para reconocer nuestro pecado.
Cuando pienso en una persona íntegra, entiendo que esta persona se sostiene en su manera de ver las cosas, porque cree en lo correcto de sus pensamientos, en lo correcto de sus argumentos, en sus valores y todo esto le hace creer que está haciendo lo correcto…
Pero a esa integridad, a esa decisión de querer hacer todas las cosas de acuerdo al deseo de Dios, tenemos que sumarle la humildad, qué es igual a decir que debemos dar cabida a que a lo mejor estamos equivocados, y por eso es que vemos a David un hombre íntegro orando de la siguiente manera:
Salmos 139:23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; 24Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.
Es decir; una persona verdaderamente integra no es la que está convencida que tiene razón o que está haciendo lo correcto. Una persona íntegra lo único que puede asegurar es que tiene un genuino deseo de hacer la voluntad de Dios, pero debe mantener una actitud enseñable, por qué ser íntegro jamás quiere decir que siempre tenemos la razón, a veces si, a veces no. Ojo: “Ser íntegro no quiere decir tener la razón siempre”
Job no había entendido eso. Y por esa falta de humildad se atreve a criticar a Dios, a criticar la forma cómo Dios hacia las cosas, es decir; esta descalificando por completo la voluntad de Dios sobre su vida.
Pero Dios lo convenció, y lo que me fascina de este asunto es que: Dios lo convence sin darle una sola razón de por qué había hecho lo que había hecho con él.
Normalmente cuando una persona está equivocada, lo que nosotros hacemos es explicarle punto por punto las razones y los argumentos del porque esta persona está equivocada.
Pero esto en determinado momento se vuelve muy difícil, porque esta persona equivocada no solamente tiene valores, pensamientos y objetivos equivocados, sino que cuando le decimos la verdad, no la cree porque no le da la gana creerla, a veces porque su seguridad está basada en cierta forma de pensar, y por eso le da miedo reconocer que está equivocada, y entonces resulta prácticamente imposible convencerla.
A Job le visitaron tres amigos que de muchas maneras trataron de convencerlo de que él estaba fallando con Dios pero a pesar de todos los argumentos que usaron no lo lograron, pero Dios convenció a Job sin darle una sola razón de porque había hecho lo que había hecho.
Dios no le explico por qué le quitó los hijos, porque le quitó su riquezas, porque le quitó sus criados, Dios no justificó en ningún momento lo que había hecho con este hombre, Dios no tiene porqué dar explicaciones. Y si las da es muy seguro que no las entendamos, peor aún si dejamos que nuestra falta de humildad nos convierta en burros.
Dios sólo le mostró su grandeza y al verla fue suficiente para que este hombre entendiera que estaba completamente equivocado.
Eso es lo que todos necesitamos, necesitamos ver cada vez más la grandeza del Dios al cual servimos. Y por esto la pregunta importante es: ¿Que necesitamos para que Dios nos muestre su grandeza?
Si revisamos en la vida de Job podemos ver los requisitos. Y el primero en la lista no hay duda es la integridad o rectitud de este hombre. La escritura dice:
Job 1:1 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
La escritura nos confirma la necesidad de esta integridad:
Salmos 7:10 Mi escudo está en Dios, Que salva a los rectos de corazón.
Salmos 112:4 Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos;
Proverbios 2:7 El provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente
Y mucho ojo con esto porque un gran enemigo de la rectitud es la hipocresía, la falsedad, la mentira.
Entendiendo la rectitud como un genuino deseo de hacer las cosas como Dios desea. Ese genuino deseo incluye que debemos mantenernos en continua comunicación con Dios, que es similar a decir que debemos mantenernos en la presencia de Dios.
¿Qué quiere decir esto? Ciertamente todos los hombres están en la presencia de Dios porque Dios está en todas partes, pero cuando me refiero a que este hombre se mantuvo en la presencia de Dios, fue porque a pesar de lo difícil de las circunstancias, en ningún momento sacó a Dios de la escena.
Job 1:21 al 22 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. 22En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
Reconoce que Dios da, Dios quita, y que Dios tiene un propósito en todo lo que hace.
El error de la mayoría, es que ante las situaciones difíciles se desconectan de Dios, no reconocen su soberanía, no entienden que es Dios dando o quitando, y mucho menos se entiende en el buen propósito de Dios en sus vidas… Y la consecuencia de hacer esto es que en lugar de pelear con Dios si no están de acuerdo con lo que está sucediendo, entonces buscan otros culpables de la mala situación y pelean contra ellos.
¿Cuáles son esos otros culpables? Prácticamente todos menos Dios. Los primeros que aparecen son otras personas, el gobierno, las autoridades, los padres, los pastores… otros comienzan a ver demonios por todos lados, hasta las fuerzas de la naturaleza terminan siendo culpadas, los animales, hasta los zancudos pueden ser los culpables de nuestra mala vida… Y el gran error es qué todos estos que equivocadamente llamamos culpables, son sólo instrumentos de bendición en las manos de Dios… Pero sólo para el que desea hacer su voluntad.
No ser conscientes que es Dios quien trata nuestra vida a través de las circunstancias es bastante perjudicial, por qué es cortar la comunicación con Dios, qué es en realidad lo único que necesitamos para pasar por esas situaciones recibiendo la bendición de Dios.
A romper la comunicación con Dios terminamos sufriendo innecesariamente mucho más tiempo del que Dios tiene planeado, y al final en lugar de aprender lo que Dios nos quiere enseñar podemos terminar muy resentidos con la gente y aún con Dios.
Y más grave aún o lo que empeora aún más la situación, es que cuando no reconocemos que Dios a través de su soberanía está tratando nuestra vida, lo que estamos haciendo es no sujetarnos a Dios, no sujetarnos ni a su palabra ni a sus tratos, y entonces quedemos en las manos de Satanás, el cual se volverá nuestro consejero, y nos motivará a aferrarnos a las mentiras que creemos ciertas, para mantenernos alejados de Dios. Es por eso que su palabra dice:
Santiago 4:7 al 8 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 8Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.
Sólo estando sometidos a Dios, sólo siendo conscientes de qué él es el que está alrededor nuestro tratando nuestras vidas, podemos resistir los engaños de Satanás. Ahora cuando no reconocemos que es Dios tratando nuestra vida, en realidad no lo hacemos porque no nos gusta lo que Dios quiere que hagamos en medio de esa situación….
Dios provee una situación económica apretada para que aprendamos contentamiento… Pero no queremos aprender eso.
Dios no provee esposa o marido porque quiere que entendamos que él es suficiente… Pero no queremos aprender eso.
Dios provee situaciones donde la gente falla con nosotros para que aprendamos a perdonar… Pero no queremos aprender eso.
Y cuando no queremos hacer lo que Dios quiere que hagamos es cuando buscamos a los baales, es decir buscamos métodos no aprobados por Dios para salir de la situación o de los problemas en que Dios nos ha metido para bendecirnos.
Pero lo triste y lo cierto es que si desobedecemos a Dios para salir de las circunstancias difíciles, sólo estaremos cavando un hoyo más profundo del cual será más doloroso salir.
Podemos resumir que para recibir la revelación de Dios hay que permanecer en la presencia de Dios, siendo integró, no buscando culpables y no siendo desobedientes a Dios. Eso mas el tiempo ablandara nuestro corazón, nos humillara, y permitirá que Dios nos muestre su grandeza. ¿Cuál fue el resultado de todo esto en la vida de Job?
Job 42:7 al 8 Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job. 8Ahora, pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job.
Estos consejeros que vinieron a ayudar a Job, dice Dios que no hablaron con rectitud, cuando uno estudia ve que dicen ciertas cosas correctas otras incorrectas, pero según Dios parece que ni ellos mismos creían lo que estaban diciendo, mientras que Job aunque en un tiempo habló barbaridades acerca de Dios, estaba siendo íntegro y por eso recibió la bendición de Dios.
Dios los mandó a ellos a donde Job para que orara por ellos para no recibir la disciplina de Dios, y cuando Job comenzó hacer esto, cuando comenzó a servir como intermediario, como sacerdote para que otros hombres recibieron la bendición de Dios, entonces Dios hizo el milagro en la vida de Hop y a pesar de su terrible situación Dios quitó la aflicción de este hombre.
Esto es muy pero muy importante. A veces pensamos que nuestra aflicción desaparecerá cuando desaparezca el problema… Pero eso no es lo valioso, porque si sentimos paz porque el problema desaparece, cuando vuelvan los problemas volveremos a estar mal.
Pero si en medio de los problemas al adorar a Dios sentimos el gozo y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, entonces cuando vuelvan los problemas también seguiremos sintiendo esa paz y ese gozo.
La verdadera adoración es en realidad servir a Dios… Cuando Job lo hizo experimentó la bendición de Dios.
Job 42:10 Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
Este texto nos muestra una verdad super importante, que es enseñada repetidas veces bajo el nuevo pacto, y es que cuando Job en medio de su difícil situación actúa como intermediario de Dios, siendo de bendición para aquellos amigos que habían hablado mal de Dios, en ese momento Dios quitó la aflicción, es decir Dios le dio el poder para que en medio de la difícil situación pudiera experimentar el gozo de la salvación.
Ojo con esto, no fue cuando Dios lo sano, o cuando Dios le dio el doble de todas las cosas que tenía, o cuando le dio otra vez muchos hijos. No, Dios quitó la aflicción de este hombre cuando en medio de una muy difícil situación se porto como un verdadero siervo de Dios…. Su aflicción terminó cuando aceptando el trato de Dios comenzó a hacer la voluntad de Dios.
Ésa es la verdadera adoración… Una obediencia en el Espíritu al Señor en medio de las circunstancias que Dios provea a nuestro alrededor… Porque sabemos que están diseñadas para bendecir nuestras vidas.
He visto a través de muchos años que cuando la gente es tratada por Dios estando en situación difícil… Lo último que piensan es en servir a Dios.
Algunos piensan que están tan mal y se sienten tan mal que hablar de Dios sería una locura… Y entonces se niegan a hacer lo único que prácticamente deben hacer que es hablar del Señor a los demás.
Ellos se quedan esperando que Dios cambie la situación para dejar de sentir aflicción, y Dios se queda esperando que ellos hablen de él para que dejen de sentir aflicción.
Son muchísimos los testimonios que he escuchado de personas que creen que están viviendo en la peor situación, y entonces comienzan a hablar del Señor a otras personas y descubren que la situación de estas personas es muchísimo peor que la de ellos, y a través de esto han logrado recuperar el gozo y la paz de la salvación, no sin antes pedir perdón a Dios por lo desagradecidos y por no entender que sus vidas dependen de Dios, y no de las situaciones que están viviendo.
Si no tienes propósitos en tu vida, si vives aburrido, si vives esperando una salvación milagrosa, lo más seguro es que no estás cumpliendo con lo que Dios desea… Busque discípulos, busque discípulas, y les aseguro que Dios hará maravillas en sus corazones.
Si no lo hacen entonces sus vidas serán problemocéntricas en lugar de Cristo céntricas, y por más de que oren, si no hacen lo que tienen que hacer con el tiempo pensarán que Dios no los ama, que Dios no sirve, es decir volverán a las manos del diablo a ser engañados.
Contrario a vivir en adoración a Dios, la escritura nos muestra lo que al final de los tiempos pasara con todos aquellos que en lugar de adorar a Dios decidan adorar a Satanás:
Apocalipsis 14:9 al 11 Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, 10él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; 11y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
Pero nosotros, permaneciendo en la presencia de Dios debemos clamarle para que nos muestre cada vez más y más no sólo su grandeza sino su gran amor por nosotros.
Apocalipsis 4:8 al 11 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. 9Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.