LA IMPORTANCIA DE LA SALVACIÓN

LA IMPORTANCIA DE LA SALVACIÓN

I. INTRODUCCIÓN

Es la realidad, es un absurdo, es una locura, pero las cosas más importantes de la vida que tenemos a nuestra disposición son las cosas que menos apreciamos, y sólo en cuando estas llegan a faltar es que entendemos la importancia de ellas.

Algunos aplican esto a la esposa o al esposo que; hasta que no lo pierden no saben lo que tenían; o a algún trabajo del cual se quejaban pero ahora sin trabajo o con uno realmente malo logran entender que tenían un buen trabajo. Otros lo han experimentado con un empleado o persona que les ayuda y cuando ésta persona se va y tienen que reemplazarla con varias, luego dicen: “Como era de útil o de buena gente”

Pero no; yo quiero hablarles de algo todavía mucho más importante que todas estas cosas, que como dije las tenemos todo el tiempo pero no reconocemos su importancia hasta que nos faltan.

Por ejemplo: ¿Qué tan importante es el agua para usted? Y ¿Qué pasaría si usted no tuviera acceso al agua? Pues ciertamente moriría. Pero a pesar de lo importante del agua en el proceso de la vida, a los hombres en general no les importa desperdiciar y aún contaminar el agua.

¿Qué tan importante es la luz para usted? ¿Si de la noche a la mañana la luz desapareciera, el problema no sólo sería no poder ver, sino cuántos procesos vitales en la tierra funcionan gracias a la luz, sin los cuales ni siquiera la vida en la tierra podría existir. Está calculada tan precisamente la velocidad de rotación de la tierra para que reciba la cantidad de luz adecuada, que si la tierra girará más despacio todo el planeta se cocinaría, y si girará más rapido se congelaría…. ¿Será importante la luz?

O: ¿Qué tan importante es el pan de cada día? Cómo acostumbramos a decir los padres a los hijos… “No desperdicie la comida hijo que hay mucha gente muriéndose de hambre.” Sin embargo de forma cómo automatica se come todo los días pero no se valora, hasta que llega la época donde no hay que comer.

Pero a pesar de la importancia de estos elementos de los cuales cuando a alguien le faltan, se muere, de todos modos podemos encontrar personas que disfrutan del agua, de la luz, y del pan de cada día, y sin embargo consideran sus vidas una desgracia.

¿Y porque la gente teniendo estas cosas llega a considerar que su vida es una desgracia, algunos a tal grado que desean morirse o están pensando en suicidarse?

La razón de ese comportamiento tan absurdo, tan loco, tan fuera de razón, es porque los hombres están enfocados en obtener cosas que ellos consideran muy importantes, tan importantes que aunque no pudieran vivir sin el agua, ni la luz, ni el alimento, estos elementos básicos e indispensables no les parecen importantes, es como si la certeza de que esas cosas las van a tener siempre, hiciera que esas cosas no fueran importantes.

Pero la realidad es que esas otras cosas que buscan los hombres, así no las lograran conseguir de todos modos seguirían viviendo, mientras que si faltara el agua, la luz o el alimento sin duda morirían… Siendo esto así: ¿Qué es realmente lo importante?

Una lógica sana, un pensamiento sano nos lleva a concluir que las cosas más importantes son las que nos permiten seguir viviendo. Y creo que esa es la razón por la cual la escritura dice lo siguiente para mostrarnos lo que realmente es importante:
1 Timoteo 6:7 al 8 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.

Nada trajimos, nada nos llevaremos, es decir no importa cuánto logremos conseguir, cuánto logremos acumular, de cuantas cosas nos hagamos dueños, al final no nos llevaremos absolutamente nada, y por eso el solo hecho de estar vivos, de tener sustento y abrigo es razón suficiente para estar contentos.

Y si miramos el contexto de este versículo notaremos que está hablando del gran pecado de la codicia, de la avaricia, del deseo de enriquecerse que destruye por completo la vida de los hombres y por supuesto su eternidad. Contrario a este deseo destructivo, el contentamiento es la clave para poder disfrutar de la vida, y por supuesto poder cumplir con el plan que Dios tiene para cada uno de nosotros.

Pero este es otro de los grandísimos problemas que tiene el hombre, que al no tener en cuenta a Dios por supuesto no sabe, y no le interesa ni siquiera conocer cuál puede ser el plan que Dios tiene para su vida.

Y este problema es más grande que el de menospreciar las cosas básicas que necesitamos para sostener la vida física. ¿De qué estoy hablando? El Señor Jesucristo lo dijo de la siguiente manera:

Mateo 16:25 al 26 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

La salvación. No hay duda que no hay absolutamente nada más importante para el hombre que la salvación, tan valiosa es que si el hombre lograra obtener todo lo que considera valioso, así conquistara absolutamente todo el mundo para él, si no obtiene su salvación, al final de su vida en la tierra sufrirá una perdida irremediable y de magnitudes eternas inimaginables.

Y nuevamente confirmando ese comportamiento absurdo del hombre, como en el caso del alimento o el agua que sólo valoramos su importancia cuando no las tenemos, sólo cuando el hombre se condene vera la suprema importancia que tenían la salvación, que no quiso obtener por estar buscando cosas que en realidad no sólo no necesitan, sino que no se pueden llevar.

El Señor Jesús contó la parábola de un hombre que tuvo un éxito tan grande en el mundo, que llegó el momento en que decidió reposar y disfrutar de toda su riqueza, pero en lugar de alabar la buena vida de este hombre lo que el Señor le dijo fue:

Lucas 12:20–21 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? 21Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.

Necio… Es la persona que insiste en los propios errores o se aferra a ideas o posturas equivocadas, demostrando con ello poca inteligencia. Es similar a incapaz, tonto, simple, ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber. Qué actúa sin prudencia.

El término necio es sinónimo de torpe, porfiado, terco, obtuso, es decir es una persona que con el fin de llevar a cabo sus ideas o planes, no escucha los consejos de las demás personas, y las consecuencias negativas que puede acarrear su comportamiento, es decir, de ninguna manera se logra convencer…

Y por supuesto no hay necedad más grande que no aprovechar la oportunidad de salvación que Dios nos da, que es en primer lugar recibir la justificación o perdón de Dios para no terminar en el infierno, y luego de ello la salvación o sanidad de nuestra alma, para que se realice el mayor milagro que puede realizarse en un hombre, que es la transformación de su carácter llegando a ser como el de su hijo Jesús, y estar así habilitado para vivir y gobernar en la presencia de Dios.

¿Cómo creen ustedes que sería el mundo si todas las personas tuvieran el mismo carácter que tiene el Señor Jesucristo?… Que todas las personas fueran amorosas, justas, pacientes, generosas, fieles, veraces, cumplidas…etc. Sería casi como si el cielo estuviera en la tierra.

Ahora: esta salvación sólo puede ser otorgada por Jesucristo, de allí la frase de que; el que pierda su vida por causa de él, por seguirlo a él, porque confía en él, hallará su salvación. Y para mostrar la imperiosa necesidad de acercarnos a él y obtener la salvación, Jesús compara lo que es él para nosotros, con lo que es el agua, la luz, o el alimento para el hombre.

Donde no debe haber la menor duda de que sin él nos es imposible disfrutar de la vida eterna. Por ejemplo a la mujer samaritana le dijo:

Juan 4:10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.

Indudablemente hay lugares donde el agua se aprecia más que en otros lugares, e Israel es uno de esos sitios donde se aprecia enormemente por la gran escasez. Pero cuando Jesús le hace el ofrecimiento a la mujer samaritana, ocurrió lo que normalmente suele ocurrir, y es que hacemos una mala interpretación del ofrecimiento que estamos recibiendo, por eso es que la mujer le contesta:

Juan 4:11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?

Aunque ella menciona que el Señor Jesús le está ofreciendo el “agua viva” de todos modos ella sigue pensando en el agua común y corriente que conoce, y piensa equivocadamente que eso es lo que Jesús le está ofreciendo, y además piensa que él no tiene la capacidad de darle lo que ella cree que le está ofreciendo.

Esta mala interpretación de lo que Dios está ofreciendo a los hombres es algo que ha ocurrido y creo que seguirá ocurriendo, mientras el hombre no entienda la importancia de la eternidad.

Durante muchos años compartiendo de Cristo a los demás les decía: “Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida”… Eso es cierto, pero al igual que la mujer samaritana la gran mayoría interpreta de manera errada estas palabras, porque la gente está pensando en recibir aquellas cosas que considera fundamentales para ser feliz, cosas como prosperidad material, salud, bienestar familiar, etc.

Estas cosas por supuesto que Dios las puede dar a manos llenas, pero no es el verdadero objetivo para la vida del hombre, y es por esta razón que Satanás también ofrece estas cosas a manos llenas, para poder entretener a los hombres con todas estas cosas que a la final los esclavizan, y hacen que se olviden de la urgente necesidad de obtener la salvación.

De hecho hemos visto en semanas pasadas como Satanás ha pervertido el evangelio dando a entender que los que buscan a Dios recibirán todas estas cosas que el mundo dice que son necesarias para ser felices, esto como lo acabo de mencionar hace que se olviden de la importancia de la salvación lo cual incluye la transformación de nuestro carácter, y por eso en lugar de vivir llenos de contentamiento encontramos que la mayoría de la gente viven en una continua “quejavanza”

No sólo el ofrecimiento de la salvación es muy superior a todo lo que el hombre está buscando, y aún a todo lo que el hombre logre imaginar como valioso, sino que la salvación tiene un costo que absolutamente nadie puede pagar. Dice la escritura refiriéndose a aquellos que se sienten ricos y poderosos sobre la tierra:

Salmos 49:7 al 9 Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate 8 (Porque la redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás), 9Para que viva en adelante para siempre, y nunca vea corrupción.

Pero lo increíble del amor de Dios es que esta salvación tan valiosa e impagable para el hombre es completamente gratis, porque se recibe por medio de la fe.

Pero aquí nuevamente aparece la absurda necedad de los hombres, que porque piensan que es gratis no es valiosa, y por eso ni siquiera les importa saber del asunto. Para ellos resulta un tema como de ciencia-ficción o fantasía, y muchos para su desgracia sólo saldrán de su error cuando hayan perdido la oportunidad de salvación.

Por esta razón, aún con lo poco que logro entender el concepto de salvación y condenación, al decir esto me refiero a que me es difícil imaginar tanto el deleite de estar en la presencia de Dios, como también me es imposible imaginar el sufrimiento tan espantoso al que estarán condenados por una eternidad los que rechacen esta salvación…

Pero con lo poco que entiendo lo que significa la salvación y la condenación, hace muchos años tome la decisión de ser más claro en explicarle a la gente la verdadera razón por la cual se deben acercar a Dios, y lo que realmente significa ser cristiano.

Como imaginarán esto trae un problema, porque si lo que les estuviera ofreciendo a la gente por acercarse a Dios fuera una vida maravillosa aquí en la tierra, seguramente tendría más seguidores que los que tengo, cuando les digo que necesitan ser salvados de la condenación eterna, y del mal carácter que poseen para que puedan disfrutar de la eternidad.

Pero aunque decirles la verdad no pueda ser muy atractivo por causa de la necedad del hombre, de todos modos vemos como Jesús lo que le estaba ofreciendo a la mujer Samaritana, es algo que no es de este mundo… Aunque ella seguía pensando en el agua de este mundo, por eso el Señor Jesús le aclara:

Juan 4:13 al 14 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

El Señor le explica que las cosas del mundo con las cuales pretendemos llenar nuestra vida siempre producirán más sed, por lo cual siempre tendremos que buscar más y más, y nunca lograremos estar saciados.

Ni con el dinero, ni con la salud, ni con la familia, ni con lo hermosa que pueda ser una relación de noviazgo, ni con nada. Pero el agua de vida que Dios tiene para nosotros no sólo nos quitara la sed, sino que nos convertirá en una fuente de agua viva para los demás, lo que en realidad significa que no sólo que tendremos asegurada la salvación por la eternidad, sino que seremos canales para que otros también puedan ser salvados.

Pero el señor Jesús no sólo se comparó con el agua para mostrar la importancia de él en nuestra vida, también se comparó con la luz, y por esto dijo:

Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

No sé cuántos de ustedes han estado en lugares tan oscuros que da lo mismo tener los ojos abiertos o cerrados porque no se ven sino tinieblas. Y así como sería de complicada una vida en total oscuridad donde ciertamente nos perderíamos de muchas cosas hermosas, así dice el Señor que es la vida de los hombres cuando en lugar de vivir bajo la luz de Dios, viven bajo sus propias luces.

La luz del mundo, haciendo una comparación física, está representada por la luz del sol, y nuestra propia luz sería comparada a una antorcha, y entonces la pregunta es: ¿Qué es una antorcha por grande que ésta sea, comparada con la luz del sol? Nada, prácticamente nada. Es decir si pudiéramos construir una antorcha gigantesca y logramos apagar la luz del sol… Será que la luz de nuestra antorcha será suficiente para mantener la vida en el planeta. Por supuesto que no.

Usando esta comparación el Señor quiere que entendamos que una cosa es vivir bajo nuestra propia luz, bajo nuestra propia visión de lo que es la vida, y otra cosa es vivir bajo la luz de Dios, que si la comparamos con nuestra luz es como si nosotros anduviéramos en completas tinieblas, por eso el Señor a través del profeta le dijo a su pueblo:

Isaías 50:10 ¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios.

Si no hemos sido salvados no hay luz en nuestra vida, por eso el llamado del Señor es que nos acerquemos a él.

El problema es que nuevamente mal interpretamos el ofrecimiento, y creemos que ya tenemos esa luz a la que se refiere el Señor, sin saber que lo que en realidad tenemos no es luz sino tinieblas que llamamos luz, por eso obstinadamente rechazando el llamado de Dios, los hombres insisten en vivir bajo su propia luz, pensando que las cosas al final resultarán bien. Pero el Señor continúa y dice:

Isaías 50:11 He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.

Esa es una promesa y está vigente para todos nosotros, porque también es un principio muy claro en las escrituras, y para hacerse merecedor de esta promesa solamente hay que vivir bajo nuestra propia luz.

Vivir bajo nuestra propia luz pidiéndole a Dios que nos ayude a realizar nuestros planes, es tan malo como vivir bajo nuestra propia luz con la ayuda del diablo… Porqué el problema no es quien nos pueda ayudar para lograr nuestros objetivos, el problema son esos objetivos.

Y la sentencia de Dios para quienes viven bajo sus propios planes, es que su vida será de sufrimiento hasta la muerte, y ojo, aquí sólo está hablando de la vida de sufrimiento en este mundo, y no está mencionando la condenación o salvación en la eternidad, que es millón de veces más importante.

Querida familia, es tan, pero tan importante la salvación que en cierta ocasión cuando los discípulos llegaron felices viendo el poder que se manifestaba través de sus vidas, predicando el evangelio y haciendo milagros, el Señor Les dijo:

Lucas 10:18 al 20 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.2 0Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.

Uno fácilmente podría pensar que lo más importante es la obra que estamos haciendo en el Señor, los resultados milagrosos que estamos viendo, el derrotar a Satanás para que libere a la gente, sin embargo a pesar de estar viendo todo esto el Señor le dijo a sus discípulos, que lo que realmente debería alegrarles no era la maravillosa obra que estaban haciendo, sino que ya tenían asegurada su salvación.

Y cuando eso es una realidad, cuando la salvación está asegurada, entonces nos es fácil dejar de vivir bajo nuestra propia luz para vivir bajo la luz de Dios. En otra versión podemos leer lo que dice de aquellos que viven bajo su propia luz y no bajo la luz de Dios.

Isaías 50:11 Pero todos los que prenden fuego y preparan flechas encendidas, caerán en las llamas de su propio fuego, bajo las flechas que ustedes mismos encendieron. El Señor les enviará este castigo y quedarán tendidos en medio de tormentos.

No vivir bajo la dirección de Dios, no desear hacer genuinamente su voluntad es como trabajar para nuestra propia destrucción, desafortunadamente las consecuencias a veces no son inmediatas, pero ciertamente la escritura dice que cuando sembramos para la carne, de la carne cosechamos corrupción, y eso implica perdida y dolor para nuestra vida.

Es imposible vivir sin el agua y sólo Jesús nos puede dar el agua viva. Es imposible vivir sin la luz y sólo el Señor puede darnos la luz necesaria para poder ver lo que es importante, pero también nos es imposible vivir sin el alimento, y por eso es que Jesús cuando los religiosos de su época pensaban que por haber sido sostenidos por el maná en el desierto, eso hacia de ellos un pueblo espiritual, él les dijo:

Juan 6:32–34 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. 33Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. 34Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.

Y como es normal nuevamente mal interpretan el ofrecimiento, pues aunque piden de ese pan, sabemos que más adelante lo rechazan prefiriendo a un criminal que al Señor Jesús. Un poco más adelante el Señor les dice:

Juan 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Y luego…

Juan 6:51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

Les ofrece un pan que si lo comen vivirán para siempre… Pero al oír esto en lugar de entender que no estaba hablando de comida física, ellos comenzaron a pensar que él les estaba invitando a comer su carne… Canibalismo, una abominación para ellos. Sin embargo más adelante Señor Jesús explica:

Juan 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

El cuerpo del Señor lo que en realidad representa es la palabra de Dios, y las palabras que él ha dicho son las únicas que pueden producir y mantener esa vida espiritual en nosotros, que asegura nuestra salvación eterna.

Y nuevamente, no hay la más mínima duda que lo más importante para la vida de todo hombre es obtener su salvación.

El Señor Jesús cuenta una parábola que me gusta mucho, que es la del rico que se condena y el pobre que se salva, y me parece especial porque la enseñanza no es que hay que ser pobre para salvarse o ser rico para condenarse.

No. La verdadera enseñanza es que no importa lo magnífica que pueda ser la vida de un hombre sobre la tierra, si se condena eso es algo espantoso, terrible en gran manera, pues traerá un destino de una magnitud de sufrimiento que no podemos imaginar… Y que no tendrá fin.

Y por otro lado no importa lo espantosa que pueda ser la vida de un hombre sobre la tierra, no importa lo miserable y lo sufrida que sea, si esta persona se salva, esa vida terrible y espantosa en la tierra será insignificante comparada con la alegría eterna que esta persona experimentará en la presencia de Dios.

Siendo así de importante es la salvación, hay quienes podrían pensar que entonces debe ser muy costosa… Pero no. Esta salvación es completamente gratis, y se puede obtener cuando reconociendo nuestro pecado de no haber confiado en Dios, tomamos la decisión de confiar en él, con suficiente fe, como para disponernos de manera genuina a hacer su voluntad. Cuando esto sucede, cuando hay una genuina fe recibimos esta salvación. La escritura de muchas formas nos dice que la clave está en la fe. Por ejemplo:

Juan 6:29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

Sin embargo también la escritura dice que ninguno se puede acercar a Jesús si el Padre no le trajera. Y esto lo que quiere decir es que el hombre por sí solo jamás se acercaría a Dios, por esta razón, para poder ayudarle Dios toma el control de todas las cosas alrededor de cada hombre para animarlo, sugerirle, presionarlo, maltratarlo si es necesario, para que el hombre se acerque a Dios y obtenga su salvación.

Pero es tal la obstinación de los hombres en seguir sus propios caminos, y es tal la ceguera y el embrutecimiento que produce esta obstinación, que esta acción de Dios de tomar el control de todo lo que sucede alrededor del hombre para salvarlo, el hombre lo interpreta como maldad en Dios.

¿Y porque los hombres hacen esto? Pues la razón de tomar la acción de Dios como maldad, es porque al no apreciar la importancia de la salvación, consideran que las cosas que Dios hace para que el hombre se pueda salvar son demasiado costosas, demasiado dolorosas, y por esta razón piensan que es injusto de parte de Dios que haga lo que hace.

Es como si una madre le cortara las manos a su hijo pequeño porque no se las lavo bien… Horrible verdad. Pues así ven los hombres las acciones que Dios hace para que se acerquen a él y reciban salvación.

Algunos tienen una visión muy romántica de Dios, como la visión de una madre que no quiere disciplinar a sus hijos, y sin darse cuenta lo que está levantando es un pequeño tirano que al crecer se convertirá en un criminal… Y sin embargo su acción la considera una acción llena de amor.

Pero si la madre entendiera cuanto beneficio, cuánto bien le harían las disciplinas a su hijo, ciertamente no dejaría de aplicarlas.

Lo mismo pasa con la salvación, como los hombres no la aprecian consideran que cualquier cosa que se haga para que el hombre entienda la importancia de la salvación, es prácticamente una maldad que no debería suceder… Es decir; no creen que la condenación sea una realidad, y solo piensan que lo importante es vivir bien sobre la tierra.

Pero así no es el amor de Dios, el amor de Dios no son besos inoportunos, el amor de Dios es reprensión manifiesta, y por la importancia de la salvación Dios hace cosas como las siguientes:

1 Samuel 2:6 Jehová mata, y él da vida; El hace descender al Seol, y hace subir. 7Jehová empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece.

Pero si los hombres lograran comprender la importancia de la salvación, se darían cuenta que absolutamente todo lo que Dios hace vivir a los hombres, para encaminarlos a la salvación, por difícil que sea, por espantoso que parezca y aún por injusto que muchos piensen que es, todo ese sufrimiento que el hombre experimenta por causa de las situaciones que rodean su vida, no es sino otro acto de amor grandioso de parte de Dios, ejecutado con el propósito de salvar al hombre.

Morir en la cruz para proveer salvación es el más grande acto de amor del Señor Jesucristo por el hombre, pero este doloroso sacrificio que provee oportunidad de salvación va de la mano con el trato que Dios provee a cada hombre con el objetivo de abrir su entendimiento, para que el hombre aproveche la salvación que Dios le quiere dar.

E insisto; no importa lo doloroso que este proceso pueda ser para el hombre, siempre, absolutamente siempre será un costo irrisorio comparado con la grandeza de recibir la salvación.

Cada uno de nosotros tiene su propia historia, cada uno de nosotros puede ver en determinado momento que sus sufrimientos fueron muy grandes, que las injusticias fueron grandes, que las desigualdades fueron enormes, pero si nosotros fuéramos conscientes de qué todo lo que nos sucedió fue absolutamente necesario para que recibiéramos salvación, entonces en lugar de quejarnos o estár resentidos por la mala vida que nos tocó, por la escasez, por el hambre, por la soledad, por el maltrato, en realidad agradeceríamos por todo “lo malo” que nos pasó, porque gracias a eso conocimos a Dios y ahora somos salvos.

Pero: ¿YA SOMOS SALVOS?

El cielo y el infierno dos realidades absolutamente ciertas que los hombres se niegan a aceptar, porque si creyeran en ellas, algo harían para asegurar su salvación. La pregunta es: ¿Qué tan conscientes estamos nosotros de que ya somos salvos… si es que lo somos? Insisto: ¿Ya eres salvo, ya tienes certeza acerca de tu salvación?

En mi caso, estoy absolutamente convencido de mi salvación. Si así no fuera sería terrible para mí, y por esta razón me parece que algo está muy mal cuando le pregunto a los cristianos si están convencidos de su salvación, y encuentro dos tipos de respuestas.

Me parece grave cuando alguien no está seguro de su salvación, pero tiene la esperanza de que de golpe se salve. Igualmente me parece terrible cuándo alguien está seguro de su salvación, porque cree que se ha portado bien.

Insisto: Me parece gravísimo que alguien no tenga certeza de su salvación, e igualmente me parece gravísimo cuando alguien está seguro que se salva porque cree que se ha portado bien.

Si revisamos las palabras del Señor Jesús a sus discípulos, él les dijo:

Juan 14:2 al 3 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Lo que el Señor Jesús le está diciendo a sus discípulos es que va a preparar un lugar y que va a volver por ellos para llevarlos. Lo que Jesús no está diciendo, es que va a preparar el lugar y luego va regresar y va a ver cuales se han salvado, y entonces se llevará unos y dejara a los otros.

Lo que quiero que entendamos es que Jesús le está dando a sus discípulos la certeza de qué ya son salvos… Lo cual quiere decir que si somos discípulos del Señor entonces debemos tener la certeza de que el Señor Jesús volverá por nosotros… Pero insisto; hay muchos llamados cristianos que no tienen esta certeza y eso me parece grave.

Cuando se habla de la armadura del cristiano la escritura dice qué debemos protegernos la cabeza:

Efesios 6:17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;

Como quien dice, en nuestra mente tenemos que estar absolutamente seguros de nuestra salvación.

Además la escritura también dice, que el mismo Dios es el que nos comunica que ya somos salvos. Dice así:

Romanos 8:16 al 17 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo…

Y entonces la pregunta es: ¿Qué está pasando con aquellos creyentes que no están absolutamente seguros de su salvación?… ¿Será que en realidad todavía no son salvos y por eso Dios no les ha confirmado su salvación?

Y estos a los que Dios no les ha confirmado que ya son salvos, o viven con esa duda lo cual insisto es muy grave, pueden caer en un error peor y es el de pensar, que si son salvos por su buen comportamiento. Las palabras de Jesús nos pueden ayudar a entender este error, pues él dijo:

Mateo 7:21 al 23 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Éste puede ser el caso de aquellos que creen que porque se han portado bien merecen la salvación, sin embargo podemos ver aquí gente que predicaba en el nombre de Jesús, que echaba demonios, que hacía milagros, pero todo esto fue considerado por el Señor como maldad, tanto que al infierno van a parar.

La pregunta es: ¿Por qué si hacían tantas cosas buenas no obtuvieron la salvación? Y la respuesta de acuerdo al pasaje es, porque una cosa es hacer muchas cosas buenas, muchas obras de caridad etc. etc. Y otra cosa muy diferente es hacer la voluntad de Dios.

Otros también erróneamente creen que la clave está en el sufrimiento, y no sólo están equivocados porque el sufrimiento no es la clave, sino porque sufren por no hacer lo correcto, sufren por no disciplinar a los hijos y luego los hijos los hacen sufrir, sufren por aguantarse el maltrato del marido que no deberían haberse aguantado, sufren por desobedecer a Dios y luego cosechan las consecuencias…

Pero el sufrimiento, los sacrificios, aún el castigo físico no ayuda a la salvación y por esto es que podemos leer que la escritura dice:

1 Pedro 4:15 Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno;

Los sufrimientos por culpa de nuestro pecado no ayudan en absoluto a la salvación. Si hacemos las cosas mal, si somos infieles, si robamos, si nos metemos donde no debemos meternos y eso trae sufrimientos para nosotros, allí no estamos sufriendo por Cristo sino por tontos, o más claro por pecadores, y ese sufrimiento producido por no hacer la voluntad de Dios, lejos de confirmar que somos hijos de Dios, tal vez esté confirmando que precisamente no lo somos.

Si nos devolvemos un versículo el apóstol Pedro aclara esto cuando escribe:

1 Pedro 4:14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.

Es claro que el sufrimiento al que se refiere, es el que nos es infringido por qué nosotros hacemos la voluntad de Dios, y otras personas se oponen, nos critican, nos menosprecian y desprecian, hablan mal de nosotros, y como en aquella época al igual a lo que está ocurriendo en algunos lugares del mundo ahora, por ser cristianos eran asesinados.

Si no todos los sufrimientos confirman que somos hijos de Dios, es porque la clave no está en el sufrimiento, sino en un genuino deseo de querer hacer la voluntad de Dios.

Lo que realmente muestra que somos salvos, es nuestra determinación de hacer la voluntad de Dios en todo momento… (Y yo considero que esta es una de las señales más claras de qué realmente ya obtuvimos la salvación)

Ese deseo genuino de hacer la voluntad de Dios también va a colocar en nosotros hambre por la palabra de Dios, y asimismo nos permitirá tener un compañerismo de bendición con los auténticos hijos de Dios que ya son salvos.

Y si esa determinación de hacer la voluntad de Dios trae sufrimientos, amén. Pero si esa determinación no trae sufrimientos de todos modos la clave está en hacer la voluntad de Dios, no en los sufrimientos.

Hay muchas personas que están haciendo la voluntad de Dios y no están experimentando sufrimientos, porque la vida cristiana tampoco es una vida donde nosotros tenemos que sufrir todo el tiempo.

Más aún el Señor Jesús también habló de que seguirlo a él produciría descanso, refrigerio para nuestras almas y además dijo:

Mateo 11:29 al 30 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Dando a entender que aunque a veces nos puede doler obedecer al Señor, el sufrimiento será menor que el sufrimiento que experimentamos por causa de nuestro amor al mundo.

Además leímos que cuando el Señor Jesús rechace a aquellos que creen que tienen derecho a la salvación, porque creen estar haciendo la voluntad de Dios, no les dice que no pueden entrar porque no han sufrido, les dice que, no pueden entrar porque no están haciendo la voluntad de Dios.

Y entonces la pregunta es: ¿Deseas vivir lo que te resta de vida haciendo la voluntad de Dios?

En lo personal creo, que ese deseo genuino de querer hacer la voluntad de Dios en todas las áreas de nuestra vida, por todo el tiempo que nos queda de vida, es una de las señales más claras que muestra que ya hemos obtenido la salvación.

Las razones bíblicas para creer esto son, en primer lugar que la escritura dice:

Filipenses 2:12–13 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Que debemos ocuparnos en nuestra salvación, y no se refiere a la justificación y al perdón sino a la transformación de nuestro carácter para que llegue a ser como el del Señor Jesucristo, y que esa decisión de ocuparnos en la salvación es algo que Dios produce en los auténticos hijos de Dios que ya son salvos.

Dios produce ese deseo genuino de hacer su voluntad por el Espíritu Santo que ha colocado en nosotros, y ese mismo Espíritu asegura nuestra salvación.

Efesios 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa..

Sellados como propiedad de Dios. Por eso Jesús dijo que estábamos en la mano de su Padre y que nadie nos podía separar de él. Y como ese mismo Espíritu es el que produce el querer como el hacer, también leemos que la escritura dice:

Efesios 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Que no debemos ir en contra de lo que el Espíritu Santo nos dice que debemos hacer…

Lo otro que nos confirma que un deseo genuino de hacer la voluntad de Dios en todo momento, es una señal de que ya hemos sido salvos, es que la escritura dice respecto del pecado:

1 Juan 3:8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

Practicar el pecado, es de una forma consciente tomar la decisión de seguir cometiendo cierto pecado o pecados, y la escritura dice que quien tiene esa actitud todavía es propiedad del diablo, y que sólo el hijo de Dios puede llevarnos a tomar la decisión de no practicar ningún pecado.

Eso quiere decir que si como cristianos todavía hay pecados que seguimos cometiendo, sabiendo que son pecado, eso pone una seria duda acerca de si somos o no verdaderamente salvos. Y lo que nos confirma aún más lo que acabo de decir es que la escritura también dice:

1 Juan 3:9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

El auténtico hijo de Dios no puede practicar el pecado, por lo tanto si hay alguien que dice ser cristiano pero ha decidido seguir cometiendo ciertos pecados, si ha decidido seguir fornicando, si ha decidido seguir mintiendo, si ha decidido vivir resentido, se ha decidido no perdonar, si ha decidido seguir siendo tacaño, o ventajoso, o infiel, u orgulloso, o no ser fiel con Dios y con los hombres con sus finanzas, o cualquier otro pecado… Eso sería una fuerte señal de que no ha obtenido la salvación.

¿Quiere decir eso que los auténticos cristianos nunca cometemos pecado? No. Lo que debemos entender que una cosa es cometer un pecado para lo cual tenemos un recurso…

1 Juan 1:9–10 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Y que hay una gran diferencia entre estar cometiendo un pecado de manera continua, sin vergüenza, sin sentir ningún complejo de culpa, sin pedir perdón, sin pedir ayuda a Dios para dejar ese pecado… A cometer un pecado y reconocerlo delante de Dios, y clamarle por su ayuda para dejar de pecar.

Sé, no porque los conozca sino porque conozco la escritura, que todos cometemos pecados. Lo que no puedo saber pero que Dios si sabe es: ¿Verdaderamente deseas vivir haciendo la voluntad de Dios? Y por supuesto no espero que me contesten a mí… Eso no tiene valor, lo importante es lo que tú le dices a Dios. El Señor Jesús hablando de este tema contó una parábola:

Mateo 21:28 al 31 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. 29Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. 30Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. 31¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero.etc.

Y entonces la pregunta es: ¿De cuál eres tú? De los que se la pasa hablando de cuan obediente eres al Señor pero la realidad es otra, o de los que no busca aparentar delante de los hombres pero deseas genuinamente hacer su voluntad.

La respuesta es supremamente importante porque no hay absolutamente nada más importante para el hombre en todo el universo y en todos los tiempos, que asegurarse de su salvación.

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