LA IMPORTANCIA DE LA ALABANZA – PARTE 3

LA IMPORTANCIA DE LA ALABANZA
PARTE 3

I. INTRODUCCIÓN

El libro de apocalipsis o la revelación de Jesucristo, se nos comunican las cosas que van a suceder en un futuro; espero no muy lejano. Donde el primer evento es que el Señor Jesucristo regresara por nosotros sus hijos, los que hemos nacido de nuevo. Dice así:

Apocalipsis 1.5–7 Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 6y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. 7He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.

Nosotros los que le conocemos daremos gloria a su nombre por los siglos de los siglos, mientras que los que le traspasaron, se entiende, los judíos, y todos los linajes de la tierra que le rechazaron, harán lamentación por El… Es decir; se lamentarán de que Jesucristo sea Dios, y que ellos no lo hayan querido reconocer.

A veces el mensaje que doy a los incrédulos cuando veo su terquedad, es: ¿Sólo piensa en la posibilidad de que sea cierto todo lo que yo te digo, y cuando venga el Señor Todo Poderoso tu tengas que lamentarte de no haberle querido reconocer, y termines condenado por la eternidad en el infierno?

Una amiga de la adolescencia a la que compartí, como 10 años después me dijo: “Ustéd me daño la cabeza con eso de que; qué tal que sea verdad y yo me condene”

Pero no sólo los incrédulos se lamentaran, pues es muy posible que muchos cristianos que están perdiendo muchísimo tiempo, también tengan que reconocer que una cosa es lo que llegaron a ser, y otra mucho más grande lo que Dios quería hacer en ellos, por no haber creído en la bendición de negarse a sí mismos para hacer la voluntad de Dios. Respecto de esto la escritura dice:

1 Juan 2.28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.

Y cuando habla de permanecer en él, en el contexto se refiere a que sigamos la dirección del Espíritu Santo en nuestra vida.

Luego del anuncio de la venida del Señor, el apóstol Juan cuenta la visión que tuvo acerca de Jesucristo, una visión espectacular. Y luego cuenta el mensaje que recibió para las siete iglesias, donde tristemente prácticamente todas tenían algo que corregir… Esos mensajes terminaban diciendo:

Apocalipsis 2.7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

El que tiene oido oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Como en realidad todos tienen oidos, esta frase se refiere a oir con fe, a creer en la dirección dada por el Espíritu Santo, y como consecuencia obedecerle. Y al los que vencieren… Dando a entender que no sólo hay que tomar la decisión de obedecer sino hay que resistir hasta el final. Los que lo hagan…

Recibirán una serie de premios que son: Comer del árbol de la vida; no sufrir el daño de la muerte segunda; comer del maná escondido; un nuevo nombre; autoridad sobre las naciones para gobernarlas con vara de hierro; recibir la estrella de la mañana; recibir vestiduras blancas; no ser borrado su nombre del libro de la vida; ser presentado delante del Padre; ser columna en el templo de Dios. Y por último.

Apocalipsis 3.21–22 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 22El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Sentarse en el trono de Dios junto al Señor Jesucristo y su Padre… ¿Puede imaginarse semejante evento?

Y después de semejante ofrecimiento, el apóstol fue llevado en espíritu al trono de Dios. Es decir al lugar donde vamos a estar sentados con El… ¿Tienen ustedes una imagen de cómo es el trono de Dios donde vamos a estar sentados? No sé si ustedes sabían, pero gracias a la salvación es tal la posición que Dios nos va a dar en el cielo, que estaremos por encima de los Angeles…

Allí en el trono el apóstol vio a los seres vivientes, a los 24 ancianos, y vio como del trono salían truenos, relámpagos y voces… Dice así:

Apocalipsis 4.8 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos…

Algunos han interpretado que estar llenos de ojos es para poder apreciar la grandeza de nuestro Dios… Y estos seres vivientes…

Apocalipsis 4.8–11; … no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. 9Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Estos seres espectaculares creados por Dios no paran de dar gloria, honra, y acción de gracias al todopoderoso, y los ancianos postrados de manera continua adoran al que vive por los siglos.

Pero déjenme preguntarles algo muy importante: ¿Cree usted que alguno de estos seres espectaculares, o estos 24 ancianos, o los millones y millones de ángeles que se mencionan mas adelante, están obligados a rendir esa alabanza y adoración al Señor? ¿Es decir cree usted que es algo que ellos no quieren hacer pero por obligación lo hacen?

La respuesta es NO. Ellos lo hacen porque reconocen la gloria, la honra, y el poder que le llevo crear todas las cosas y las sostiene.

Y reconocer la realidad de lo que Dios es y ha hecho, es algo tan maravilloso y tan espectacular que el resultado de reconocer la verdad es que de ellos brota un genuino agradecimiento, y una genuina y continua alabanza y adoración. Y es por esto que podemos leer:

Apocalipsis 5.11–14  ¡Luego miré y oí el sonido de una enorme cantidad de ángeles, miles y miles, millones y millones de ellos! Todos ellos estaban alrededor del trono, los seres vivientes y los ancianos; 12 y gritaron: 13 Y oí a todas las criaturas en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra y en el mar, sí, todo cuanto hay en ellos, decir: “¡Al que está sentado en el trono y al Cordero pertenecen la alabanza, el honor, la gloria y el poder eternamente y para siempre!” 14 Los cuatro seres vivientes dijeron: “¡Amén!” y los ancianos se postraron y le alabaron.

No hay duda, que llegará el momento en que absolutamente todos los seres creados reconocerán, que a Dios pertenece la alabanza, honor, la gloria, y el poder eternamente y para siempre.

A él les pertenecen… Pero: ¿Quiénes son aquellos que NO le dan a Dios lo que sólo Él es es digno de recibir?

Son aquellos que en lugar de reconocerle le niegan. Y lo hacen para poder vivir la vida a su antojo, y para sentirse tranquilos deciden darle la gloria a quíen no le pertenece. La escritura los describe así:

Romanos 1.21–23 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

En lugar de reconocerle como el creador de absolutamente todas las cosas que existen, se inventaron una gran cantidad de bobadas, y prefirieron darle la gloria a cosas inanimadas y muertas… La gente, y a veces los cristianos no son conscientes que la teoría de la evolución, es además de un cuento inverosímil, el mejor invento de Satanás para robarle la gloria a Dios.

¿Y cuál es el resultado de robarle la gloria Dios, de no darle gracias? Pues como dice el texto el resultado es que el corazón, es decir el entendimiento es entenebrecido. La escritura dice acerca de los que se condenan:

2 Pedro 3.5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,

Cuando uno ignora voluntariamente una verdad, cuando uno no acepta como cierto lo que es evidente, esa decisión va acompañada de un deseo de hacer algo que no está bien, y ese daño moral auto infringido, y digo daño porque el Hombre pierde su integridad y además le embrutece de una manera tan drástica, que no logra ver ni siquiera lo insensato de sus pensamientos.

Negar que Dios es el creador es prácticamente igual a negar que somos pecadores, y quien niega que es pecador está tratando de convencerse o convencer a los demás, que lo que está haciendo que es malo, en realidad es bueno…

Por eso quien niega que Dios es su creador, no logra ver lo insensato de sus pensamientos y se cree sabio… Y como consecuencia de siendo tan burro creerse sabio, termina viviendo una vida como la describe el texto que sigue:

Romanos 1.24–25 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Así de terrible y espantosa a los ojos de Dios, termina siendo la vida de aquel que honra y da culto a las criaturas en lugar de honrar a su Creador.

Y digo que sus vidas son degradantes en gran manera pero ”a los ojos de Dios”, porque a sus propios ojos, y a los del mundo igual de corrompido que ellos les parece que son una maravilla, hasta que venga el Señor y hagan lamentación por la vida que decidieron vivir.

Todo esto en otras palabras quiere decir, qué no se trata de que usted sin saber porque, le de gracias a Dios, o que sin saber porque lo alabe por sus maravillas que no conoce.

Pues alabarle simplemente porque otros le halaban, o porque en la Iglesia le dicen que lo debe alabar, no sirve para nada.

Porque eso seria alabarlo sin integridad, es decir; sin estar convencido que realmente Dios merece la alabanza, sin estar convencido que hay razones de sobra para agradecerle. Y como la escritura dice:

Proverbios 28.9 El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable.

Si la oración de aquel que no quiere hacer la voluntad de Dios, que no quiere escuchar la palabra de Dios para recibir dirección, es una oración abominable… ¿Sabía usted eso? ¿Sabía que si usted no quiere hacer la voluntad de Dios su oración es abominable?

Es decír si en algún momento no queremos hacer la voluntad de Dios, la única oración aceptable sería la de pedir perdón, si es que de corazón estamos dispuestos a hacer su voluntad.

Y así como la oración del que no quiere hacer la voluntad de Dios es abominable, también lo es la alabanza del que no reconoce que Dios es digno de ser alabado, pues para que la alabanza sea agradable al Señor, tiene que ser de todo corazón. La escritura dice:

Salmo 9.1–2 Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas. 2 Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, oh Altísimo.

Con TODO el corazon. Contando TODAS sus maravillas. ALEGRANDOSE, REGOCIJANDOSE…

Pero: ¿Y cómo es posible eso?

Solo siendo conciente de lo que Dios ha hecho por nosotros… Y si recuerdan los premios ofrecidos a la iglesia para los que vencieren, y el privilegio tan enorme de sentarse en el trono con El, entonces el solo hecho de haber sido salvados es razón más que de sobra para alabarle de todo corazón, alegrandose y regocijandose en Él.

Confirmando esto que digo, dice la escritura:

Salmo 33.1 Alegraos, oh justos, en Jehová; En los íntegros es hermosa la alabanza.

Sabemos que la escritura dice que no hay justo ni uno solo… Por lo tanto, los justos son sólo aquellos que han sido perdonados, justificados y salvados por el Señor. Pero además de ser justos, el otro requisito es que la persona sea íntegra, para que su alabanza sea agradable a Dios.

Una persona íntegra, de una sola pieza, sin dobles de corazón, sin malas intenciones, es la que esta realmente convencida de que nuestro Dios merece toda nuestra alabanza. ¿Pero:

¿Cómo podemos llegar a tener esa integridad o rectitud de corazón, que nos da además de la certeza de que Dios merece nuestra alabanza la motivación para hacerlo? La escritura nos responde:

Salmo 119.7 Te alabaré con rectitud de corazón Cuando aprendiere tus justos juicios.

Nuevamente vemos que la alabanza no es algo que hacemos porque toca, sino que es el resultado de entender la absoluta y preciosa justicia de Dios, en todo lo que hace.

En otras versiones los; “justos juicios” es traducido como; “justos decretos” Y la palabra rectitud es cambiada por sinceridad. Dice así:

Salmo 119.7 Te alabaré con corazón sincero cuando haya aprendido tus justos decretos.

Ambas son válidas, porque los juicios de Dios son hechos en base a las leyes de Dios… Y como las leyes de Dios apuntan al propósito que Dios tiene, entonces sus juicios tiene como objetivo el cumplimiento de la voluntad de Dios.

Eso quiere decir que podemos reconocer la grandeza de Dios y alabarle de corazón, en la medida en que entendamos la razón de sus leyes, leyes que son la herramienta para el cumplimiento de sus propósitos. Nuestro agradecimiento respecto de esto debe ser…

“Señor gracias porque a pesar de ser una criatura insignificante, por medio de tus leyes quieres llevarme a sentarme en el trono contigo”

No entender esto, no entender el buen propósito de sus leyes es lo que nos lleva a desobedecerlas, pues no vemos lo que nos estamos perdiendo, peor aún, engañados creemos que ganamos algo al desobedecer.

Pero la otra razón por la cual puedo con sinceridad alabar a Dios, es cuando entiendo lo justo de sus juicios. Estos juicios son las decisiones que Dios toma como consecuencia de ver el comportamiento de los hombres.

Sin embargo respecto de los juicios de Dios, es más fácil ver su justicia cuando somos premiados, es decir cuando hacemos su voluntad y vemos la recompensa que ella trae a nuestra vida.

Pero cuando desobedecemos, y a causa de nuestra continua desobediencia Dios nos juzga a través de las cosas que organiza que nos sucedan, para buscar corregir nuestro comportamiento, en esos momentos es más difícil que veamos la justicia de Dios.

Y es más difícil ver su justicia en esos casos, porque la desobediencia de hecho está mostrando que nos falta sabiduría, y esta sabiduría qué nos falta es precisamente la que necesitamos para ver lo justo de sus juicios.

Les pregunto: ¿Cuándo Dios te juzga por no estar haciendo su voluntad y manda un juicio sobre usted? ¿Puedes ver allí con facilidad el amor de Dios y su justicia, y eso te lleva a alabar a Dios de todo corazón, y a corregir lo que está mal?

O: ¿En lugar de reconocer que lo que te está sucediendo es un juicio de Dios, le robas la gloria a Dios, al culpar a otros de lo que sucede, y al no reconocer que la razón de lo que te sucede no son los demás, no son las circunstancias, no es la naturaleza, sino que la razón es lo que te sucede es tu pecado.

Déjenme darles un ejemplo de uno de los muchos juicios de Dios… Y con sinceridad respondan si les parece justo o no.

2º Reyes 2.23–24 Después subió de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡calvo, sube! 24Y mirando él atrás, los vio, y los maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos.

Estos muchachos se estaban burlando del profeta Eliseo. Y como cuando Elias fue arrebatado por el Señor al cielo, Eliseo lo estuvo buscando… los muchachos se burlaban diciéndole; ”Calvo sube”

En respuesta a esto el profeta los maldijo. Y Dios respaldando su maldición mando un par de osos que mataron a 42 de ellos…

Eso es un pequeñísimo juicio de Dios comparado con el diluvio, con la destrucción de Sodoma y Gomorra, con la destrucción del ejército Egipcio bajo el mar… Y la pregunta es:

¿Puedes ver el amor de Dios, sus buenos propósitos y su justicia a través de este juicio?

O… Será que pensamos que esos pobres muchachos no sabían lo que estaban haciendo, y por eso el castigo fue demasiado severo, no sólo para ellos, sino para sus padres que tuvieron que ir a recoger los pedazos para poderlos enterrar…

Si eso pensamos… Es decir si no estamos de acuerdo con lo que Dios ha hecho, con su juicio, y no sólo en esta situación, sino en las muchas cosas que pueden pasar en nuestra vida… La razón de no poder ver justo y bueno el proceder de Dios, según la escritura es que nos falta sabiduría. Su palabra dice:

Proverbios 8.8–9 Justas son todas las razones de mi boca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida. 9 Todas ellas son rectas al que entiende, y razonables a los que han hallado sabiduría.

Todo lo que Dios hace es justo. Todo lo que Dios hace es recto y además razonable.. Pero sólo quien ha hallado sabiduría puede entender las buenas y justas razones del proceder de Dios.

Si creemos en lo que la palabra de Dios dice, cuando no veamos justa una situación lo primero que tenemos que hacer es reconocer nuestra ignorancia, ignorancia que no nos permite ver la bondad de Dios al hacer lo correcto.

Lo opuesto a esto y por supuesto totalmente equivocado, es pensar que nosotros tenemos razón y no Dios, lo que nos llevará a concluir que Dios se equivocó, que no fue sabio, que fue injusto…. Pero cuando un hombre se cree mejor que Dios… Traten de imaginar lo pervertido que esta su corazón.

Volviendo al asunto de los osos; imaginen que hay una Ciudad en peligro de ser totalmente aniquilada de la forma más espantosa y cruel. Donde los padres serán torturados, aserrados y descuartizados hasta morir, las madres violadas y a las embarazadas les van a abrir sus vientres para botar sus bebes al despeñadero, y dónde los jóvenes también serán mutilados Y castrados para llevarlos a la esclavitud… Es decir algo terriblemente espantoso.

Sin embargo en esa ciudad hay un solo hombre que tiede la sabiduría para salvarlos a todos. El problema es que la gente la ciudad no reconoce la autoridad y la sabiduría que él tiene…. Por lo tanto aunque el les está advirtiendo y dando las instrucciones para que no sean exterminados. Ellos lo menosprecian y además se burlan de el… Y entonces la pregunta es: ¿Qué es necesario que suceda para que ellos lo tengan en cuenta y toda la ciudad se pueda salvar?

Usted podrá pensar que este es un ejemplo muy reforzado pero la escritura dice:

Eclesiastés 9.13–16 También vi esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande: 14una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta contra ella grandes baluartes; 15y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre. 16Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.

También podíamos pensar que no era necesario matar a 42 muchachos para que la gente entendiera la autoridad del profeta. Y que sería mucho más fácil y menos cruel que el profeta hiciera algunos milagros para que lo reconocieran como la autoridad de Dios… Sin embargo el profeta ya había hecho varios milagros y aún así no lo reconocían como un auténtico profeta de Dios.

Es similar a aquellos que buscan a Dios por un milagro y luego del milagro se desentienden… Y entonces con el tiempo Dios puede hacer algo para llamar su atención acerca de la importancia de Dios.

Los milagros de Eliseo no le valieron el respeto de estos muchachos, pero después de este evento de los osos: ¿Qué cree usted que pensaban el resto de muchachos que se salvaron, y todos los del pueblo que conocieron lo que pasó?

¿Será que después de esto se atrevieron a volver a burlarse del profeta, o entendieron que este hombre estaba respaldado por Dios, y que por lo tanto debían poner mucha atención a sus palabras?

Además recordemos que en esa época la escritura no existía y la voz de profeta era la voz de Dios, y era necesario confirmar de alguna manera que el, Eliseo era realmente un profeta de Dios.

Los muchachos murieron por no entender esta valiosa verdad, los padres perdieron a sus hijos por no enseñarles esa valiosa verdad… Y eso que sólo hablamos de la muerte física, no de la muerte eterna que van a recibir muchos por no atender a los profetas de Dios.

Hoy no creo necesario que Dios respalde de esa manera sus profetas, pues ya existe la escritura, y en ella los hombres sinceros podrán encontrar la verdad de Dios para salvarse… Pero en ese tiempo el profeta era como la escritura, y por eso Dios de manera especial respaldada a sus profetas que eran fieles.

Pero seguramente también hubo muchos que no entendieron la importancia de esta lección recibida través de este juicio, y lejos de alabar a Dios por la importante lección recibida, seguramente aunque no lo confesaron por miedo, se quedaron pensando que el profeta era un miserable, desgraciado, asesino, falto de misericordia. Y lo que seguramente saldría de su corazón lejos de ser alabanza, serian muchas quejas.

Igual puede pasar en nuestra vida, cuando Dios nos juzgue. Y no me refiero al juicio al final de nuestra vida sino a esos juicios que recibimos mientras vivimos, pues … La Escritura dice:

1 Corintios 11.31–32 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

El juicio o lo que Dios hiso para corregir el pecado de ellos fue:

1 Corintios 11.30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.

Debilidad, enfermedad y muerte para algunos… Y lo que estamos leyendo es que aún ante estas circunstancias donde Dios nos disciplina, podemos de todos modos alabarle, pero sólo si…

Salmo 119.7 Te alabaré con rectitud de corazón Cuando aprendiere tus justos juicios.

Tenemos la sabiduría suficiente y la integridad suficiente para reconocer que eso que Dios ha hecho, pues Dios lo ha hecho, y que es lo que necesitamos para corregir nuestras malas actitudes y comportamientos, que no nos dejan disfrutar de la bendición de Dios.

Pero qué pasa si viene la queja en lugar del reconocimiento del buen juicio de Dios para bendecirnos… La queja es el gran enemigo de la alabanza y adoración.

Pongan muchísima atención y memoricen, porque esto que voy a decir es muy importante.

Las quejas son el resultado de que Dios haga lo perfecto… Cuando Satanás logra hacer que los hombres vean lo perfecto como maligno.

Como Dios es soberano, podemos tener la absoluta certeza de que todo lo que sucede a nuestro alrededor es exactamente lo que necesitamos para ser bendecidos, y por lo tanto debemos alabar a Dios…

Pero Satanás es el príncipe de este mundo, y eso quiere decir que el controla la manera de pensar de los hombres. Y por eso cambiado los valores y como consecuencia los objetivos de los hombres, logra que los hombres se quejen contra lo perfecto que Dios hace.

Era una tremenda bendición la prohibición de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal… Pero Satanás hizo ver la prohibición como algo malo, y la desobediencia como algo bueno… Y con estos pensamientos pues era lógico que el hombre desobedeciera.

Puede sonar muy fuerte, pero quien no alaba a Dios de todo corazón es porque le cree a Satanás…

Y si es un cristiano el que no lo alaba de corazón, es porque no hay entresacado lo precioso de vil y por eso lejos de alabar a Dios todavía hay quejas en su corazón.

Y las quejas, la falta de motivación, el aburrimiento y otras muchas malas actitudes que se desprenden de no creerle a Dios, impiden que disfrutemos de la bendición de alabar a nuestro buen Dios.

Siendo ese el origen de las quejas, es apenas razonable que ante las quejas a veces Dios actúe de manera muy drástica… La escritura nos cuenta que después de haber sido liberado el pueblo Israel de una esclavitud espantosa…

Números 11.1–3 Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento. 2Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió. 3Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió en ellos.

En Egipto estaban destinados a morir como esclavos, ahora eran libres, iban rumbo la tierra prometida, su tierra para siempre, ya sus hijos no serían asesinados, sus hijas ya no serían esclavas… Pero como necesitaban FE para disfrutar de la bendición de Dios, y Dios a través de diferentes pruebas buscaba hacerlos crecer… Sin embargo en lugar de entender, agradecer y alabar a Dios por las circunstancias, escuchando y dando crédito a las razones de Satanás cada rato se quejaban.

Lo hicieron, vieron como vino la disciplina de Dios, y entonces allí si clamaron a Dios… Pero al poco tiempo:

Números 11.4–6 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! 5Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; 6y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.

Se dejaron contaminar de los extranjeros que de Egipto habían salido con ellos… Comenzaron a desear las mismas cosas que ellos deseaban, de tal manera que…

Números 11.10 Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira de Jehová se encendió en gran manera; también le pareció mal a Moisés.

La ira Dios se encendió en gran manera… ¿Cómo te sentirías tú si Dios te dijera, que su ira se ha encendido contra ti?

El problema es que también Moises también comenzó a quejarse, pero no por la falta de carne, sino por ese pueblo tan terco, tan incrédulo, tan duro de corazón… Y peor aún, pensando que debía complacerlos en su antojo, comenzó a quejarse porque: ¿Cómo conseguiría carne para todos?

Dios para ayudarlo deposito su espíritu en 70 varones para que le ayudarán a llevar la carga de ese pueblo tan incredulo y tan terco… En la iglesia necesitamos gente con el Espíritu de Dios que ayude a llevar la carga. ¿Eres tú de los que ayudan…?

Números 11.31–32 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra. 32Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron codornices; el que menos, recogió diez montones; y las tendieron para sí a lo largo alrededor del campamento.

Dios los complació en su antojo, ese fue el primer resultado de sus quejas… Obtuvieron lo que querían… Pero…

Números 11.33 Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió Jehová al pueblo con una plaga muy grande.

El problema es que esto se repetía una y otra vez. Su falta de sabiduría y el creer en las mentiras del diablo los llevada de manera continua a quejarse a tentar a Dios, y recibían las consecuencias de su pecado una y otra vez.

En otra ocasión:

Números 21.4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.

La razón de su desánimo es que las cosas no salieron como pensaban, el rey de Edon no los dejo pasar y les tocaba dar una vuelta… ¿Te ha sucedido que las cosas no salen como tú piensas? Pero: ¿Qué haces cuando eso pasa?

Dices: ”Dios mío muchas gracias por que esto no sucedió como yo pensaba sino como Tú lo pensaste que es muchísimo mejor, por eso te alabo porque tu plan siempre es muchísimo mejor que el mío”

Pues el pueblo en lugar de agradecer porque el plan de Dios es mejor que nuestro… Se desanimaron. El lugar de creerle a Dios y alabarlo le creyeron al diablo y se desanimaron.

¿Cuál fue el resultado de su desánimo? Las quejas.

Números 21.5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.

Y: ¿Cuál fue el resultado de sus quejas?

Números 21.6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.

El resultado de la queja fue la muerte. Cuando los hijos de Dios nos quejamos traemos muerte espiritual a nuestra vida.

El desánimo, las quejas, el mal genio, las respuestas ásperas, son evidencia de falta de sabiduría, de confianza en la justicia de Dios, y por supuesto impiden que haya una alabanza íntegra de todo corazón a Dios por su amor y su justicia.

Números 21.7 Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.

Se arrepintieron al ver los malos resultados de sus quejas… no tenían fe para alabar a Dios por las circunstancias que veían difícil cuando sólo era dar una vuelta… pero cuando se estaban muriendo si tuvieron fe.

Qué triste que en las cosas pequeñas no confiemos en Dios, pero cuando el problema imposible de arreglar, entonces Dios si es nuestro auxilio.

Salmo 111.1 Alabaré a Jehová con todo el corazón En la compañía y congregación de los rectos.

En medio de las alabanzas hemos visto como Dios hace milagros, algunos reciben sanidad, otros reciben revelación, otros reciben a Cristo y nacen de nuevo, otros reciben dones espirituales… Y cuando la escritura dice que debemos hacerlo en compañía de los rectos, es porque los resultados son mejores.

Es decir cuando en medio de la alabanza hay personas con un espíritu o una actitud que no es de Dios se experimenta resistencia para alabar a Dios y su manifestación no es tan efectiva.

Los que tienen discernimiento espiritual sienten esa resistencia, al igual que cuando se predica la palabra, y la persona en su engaño y rebeldía rechaza la palabra, se siente esa resistencia espiritual.

Más aún cuando de la iglesia han salido personas o grupos de personas rebeldes se siente un ambiente mucho más agradable…

Hebreos 13.15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.

La alabanza de todo corazón a nuestro buen Dios, no sólo es una señal de nuestro conocimiento de Dios, qué es un conocimiento Que va mucho más allá de conocer las escrituras, la vida de alabanza también es lo que nos motiva a confesar su nombre a los demás.

1º Crónicas 16.8–9 Alabad a Jehová, invocad su nombre, Dad a conocer en los pueblos sus obras. 9 Cantad a él, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas.

Apocalipsis 19.3–7 Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. 4Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! 5Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. 6Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! 7Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.

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