LA FE 4 –  LO OFRECIDO POR DIOS SIEMPRE ES MEJOR

LA FE  4  LO OFRECIDO POR DIOS SIEMPRE ES MEJOR

I. INTRODUCCIÓN

Hebreos 11.1  Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve…

Aunque lo han escuchado muchas veces, porque lo he repetido muchas veces, quiero que se pregunten: ¿Qué tan conscientes somos que el pecado más grave que podemos cometer es no creerle a Dios?… Porque no creerle a Dios es tan grave, que es la única razón por la cual la gente va a parar al infierno.

Sin embargo, a veces en las iglesias se hace énfasis en ciertos pecados mostrándolos como los más graves; el adulterio, la fornicación, el robo, no ser fiel con el diezmo, las drogas, el trago, algunos llegar a decir que escuchar música del mundo, bailar, etc. Pero así como magnifican unos, se pasan por alto otros pecados como si fueran pecados de poca importancia; como la altives, el orgullo, la soberbia, la codicia, qué son pecados graves ir que a veces son evidentes en los líderes o en los pastores de algunas congregaciones, e insisto, se aceptan como si no fueran algo grave.

Eso me recuerda palabras de Jesús a los escribas y fariseos, que por creerse tan santos por hacer ciertas cosas que ni siquiera se les había ordenado, terminaban fallando en algo muy grave que es la falta de misericordia. Por eso les dijo:

Mateo 23.24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!

Sin embargo en la actualidad hay otro pecado que pareciera no estar en ninguna clasificación de pecados, que además es cometido por muchísimos cristianos, muchísimos líderes y aun pastores.

Recuerdo una congregación cristiana en la que estuve involucrado, donde las secretarias y los asistentes del director de la organización, comenzaron a sufrir de tal preocupación o estrés por el trabajo, que tuvieron que ser llevadas a clínicas para reposar por un tiempo para poder seguir trabajando.

Y por supuesto trabajar en la obra de Dios, estresado, angustiado, triste o molesto por lo que toca hacer o por los resultados, es una severa contradicción, ya que la promesa del Señor para los estresados es que su yugo es fácil y su carga ligera.

El pecado al que me estoy refiriendo es, la falta de gozo, donde evidentemente el enemigo número uno de la falta de gozo es la preocupación o el afán, que puede desencadenar en pecados más visibles y destructivos como la ira, la venganza o la amargura.

En el caso de la amargura dice la escritura:

Hebreos 12.15–16 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; 16no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.

No disfrutar de la gracia de Dios es igual a decir que no disfrutamos de su amor, y la razón de no poder disfrutarlo es nuestra incredulidad respecto de lo que debemos esperar de parte de Dios, y cuando eso ocurre cómo vimos la semana pasada, las buenas decisiones de Dios, decisiones motivadas por su amor, las veremos como malas…

Siempre la falta de fe nos hará ver las sabias decisiones de Dios como algo absurdo… 

Siempre la falta de fe y la ignorancia nos llevara a pensar que las órdenes y los deseos de Dios son para incomodarnos, para hacernos sufrir innecesariamente o para acabar con nuestros buenos planes.

Y al no poder hacer nuestra voluntad, que insisto que de manera inconsciente creemos mejor que la voluntad de Dios, se va a llenar nuestro corazón de preocupación, tristeza y al final amargura, a tal punto que para lograr nuestra voluntad podemos terminar actuando de manera profana como Esaú, y terminemos vendiendo la bendición por algo que nos da cierta gratificación temporal… El deleite por una sola comida, el deleite por complacer su carne le llevo a Esaú a perder una enorme bendición espiritual.

Y algo tan destructivo como esto, comienza con algo considerado muy sencillo como el afán…

El afán por qué no se hace lo que yo quiero, el afán porque no logro lo que deseo, el afán porque los demás deberían actuar de otra manera, el afán porque el tiempo no alcanza…

En el desierto el pueblo de Israel comenzó a afanarse por un cambio de dirección en la ruta, que era algo prácticamente sin importancia, pero luego al afán fueron añadiendo pecado mas pecado, hasta que terminaron siendo mordidos y muriendo por causa de las serpientes.

Nosotros también podemos llegar a vivir situaciones muy complicadas por causa del afán, pero no precisamente por el afán, sino por no creer que el afán sea un pecado bastante serio, como lo enseña la palabra de Dios.

Esto hace que cuando seamos confrontados por nuestra falta de gozo, neguemos de forma sutil que el afán es pecado, y lo hacemos cuando encontramos justificaciones para perder el gozo, llegando con el tiempo aún a creer, que es imposible cumplir con la orden de Dios de estar siempre gozosos.

Sin embargo contrario a lo que podemos llegar a pensar, la escritura nos cuenta testimonios de hombres de Dios, que por predicar el evangelio sufrieron todo tipo de persecución e injusticia, y a pesar de todo eso vivieron siempre gozosos. Ellos decían:

2 Corintios 6.8–10 por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; 9como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; 10como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.

Más siempre gozosos…. (El gozo no significa estarse riendo todo el tiempo, hay quienes se ríen mucho pero no experimentan el gozo y la paz que Dios da)

Ahora: Si fuera verdad que lo que nos impide estar gozosos son las situaciones difíciles que pasamos, entonces estos hombres de Dios no hubiera podido vivir siempre gozosos, porque las situaciones que vivieron son más difíciles que las de cualquiera de nosotros.

Eso quiere decir que cuando nosotros pensamos que los problemas no nos dejan estar gozosos todo el tiempo, simplemente estamos pensando y respondiendo igualito que lo hace la gente del mundo.

Y eso es completamente falso, porque la respuesta que nos da la escritura es: ¡No hay gozo por causa de nuestra incredulidad acerca de lo prometido por Dios!

Respecto de esto el ejemplo de Jesús, y el mandato para nosotros es:

Hebreos 12.2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

El gozo puesto delante de él eran las promesas que había recibido del Padre, y por supuesto la confianza en esas promesas fue lo que le llevó a obedecer menospreciando el sufrimiento en la Cruz.

Lo ofrecido por Dios a cada uno de nosotros debe ser la razón de nuestro gozo, por supuesto si lo creemos.

Y es por esto que el apóstol Juan en su primera carta, cuando dice que nos esta dando testimonio del evangelio que el recibió de primera mano del Señor Jesús, dice que lo hace para que nosotros experimentemos una alegría completa. Dice así:

1 Juan 1.4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.

Es decir; la revelación del Evangelio debe producir en nosotros un gozo completo, cuando entendemos y creemos en lo que Dios nos ha prometido.

En el caso de estos hombres de Dios que fueron perseguidos, podemos leer que dicen: “como no teniendo nada más poseyéndolo todo”   Y si nos preguntamos porque dicen eso, pues porque en medio de la persecución y de su pobreza, estaban confiando en lo que Jesús les había dicho. Es decir tenían certeza del cumplimiento de lo ofrecido por Dios. El Señor Jesús dijo:

Mateo 5.5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

Sabían y creían que recibirían la tierra por heredad. (¿Somos conscientes de eso?) Y aún más que recibir simplemente la tierra, también sabían que recibirían un reino, (¿Somos conscientes de eso?) porque la escritura también dice:

Santiago 2.5 Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?

Cuando una persona es rica en su fe, debe serlo respecto de lo que Dios a prometido, y esa confianza le permitirá estar siempre gozoso sin importar las circunstancias, porque además sabe, o debe saber que esas circunstancias están controladas a la perfección por la poderosa y amorosa mano de Dios, para que lo prometido por El se cumpla en nuestra vida.

Y como esos ofrecimientos son para todos los auténticos hijos de Dios, por eso la escritura nos ordena a todos nosotros que debemos:

1 Tesalonicenses 5.16 Estad siempre gozosos.

¿Cómo podemos llegar a cumplir esta orden? Confiando en lo que Dios nos ha prometido, es decir: Teniendo certeza de lo que se espera.

Siendo esta una orden de Dios para todos sus hijos, por supuesto no estar siempre gozosos es estar viviendo en desobediencia.

¿Cuántos de nosotros no hemos estado obedientes al mandato de Dios esta semana?

Cuando no obedecemos en esto, nos olvidamos que no estar gozosos todo el tiempo es pecado, pareciera que no lo entendiéramos o no lo quisiéramos reconocer, porque creemos e insistimos en tener razones para preocuparnos y no vivir gozosos

La situación económica, cierta enfermedad, una relación de pareja que se acaba, un cónyuge que parece no servir sino para amargar la vida, los hijos que no caminan con Dios, los padres que no caminan con Dios…

Pero estas justificaciones además de no ser válidas a los ojos de Dios, son la prueba contundente de nuestra gran incredulidad, porque las pruebas son precisamente una de las poderosas razones para estar siempre gozosos.

Es decir: Lo que debe producirme un enorme gozo, por mi incredulidad lo veo precisamente como lo que me impide tener gozo.

Por qué no hay duda, no hay como malinterpretarlo, la escritura es muy clara cuando dice:

Santiago 1.2  Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas…

Y no habla de simple gozo, sino de muchísimo gozo en medio de las pruebas, porque a través de ellas el pecado está siendo sacado de nuestras vidas.

¿Qué entonces es lo que hace que vivamos en pecado? No creer en lo que Dios nos ha prometido.

¿PRACTICAMOS EL PECADO?

Esto nos lleva a hacernos la siguiente pregunta: ¿No vivir siempre gozoso es practicar el pecado?

La respuesta es: Si no vivimos siempre gozosos, si nos andamos preocupando, si somos conscientes que eso es pecado y no estamos haciendo nada para tratar de remediarlo, entonces si estamos practicando el pecado, y quien practica el pecado no es un hijo de Dios, es un hijo del diablo que no ha obtenido la salvación.

No lo digo yo, lo dice la escritura:

1 Juan 3.8–9 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

Aclaro: Practicar el pecado no es cometer el mismo pecado de manera continua… Practicar el pecado es cometer el pecado de manera continua, sabiendo que es pecado, pero tomando la decisión de no dejarlo.

Y como la promesa dice que el auténtico hijo de Dios no puede practicar el pecado, entonces es evidente que el que lo practica no es un hijo de Dios.

Así es que, si por algún tiempo tomamos la decisión de no dejar cierto pecado… Si somos verdaderamente hijos de Dios el Espíritu Santo actuará en nuestra vida de tal manera que nos lleve a tomar la decisión de hacer algo para dejar ese pecado.

Eso quiere decir que si no hay gozo continuo en nuestra vida, tenemos que tomar la firme determinación de confiar en Dios, y si nos falla la certeza, tenemos que intentarlo hasta que aprendamos a confiar con certeza y el resultado será GOZO CONTINUO.

Porque déjeme aclarar, que si no sentimos gozo continuo por alguna situación, y nos enfocamos en cambiar la situación para sentir gozo, en lugar de fortalecer nuestra fe, estamos muy equivocados.

¿Y por qué no confiamos en lo que Dios nos ha prometido, porque la dificultad? Porque aunque no sea muy claro para nosotros, en el fondo creemos que tenemos mejores planes que los de Dios… mejores métodos… hasta mejores recursos… sin embargo la verdad absoluta es que la fe verdadera, debe llevarnos a entender y a creer sin ninguna duda, que:

LO PROMETIDO POR DIOS ES MUCHO MEJOR QUE LO QUE LOS HOMBRES PODAMOS IMAGINAR

Vimos la historia de Marta y María con la muerte de su hermano, y como la poca fe de todos les hacía ver absurdas y  faltas de amor las decisiones de Jesús.

Por eso en el estudio anterior les decía que: Siempre que Dios haga algo, y nos parezca que no es correcto, o que no es lo mejor, o que no nos gusta, o que pensemos que es demasiado difícil para nosotros… Acordémonos… No sabemos nada…

Porque la verdad es que todo lo que Dios hace a nuestro alrededor es inmejorable… Pero sólo quien confía verdaderamente en lo prometido por Dios lo puede ver y disfrutar.

EL CAMINO DE EMAUS

Hay otra historia en la escritura que nos muestra la misma lección, y es la historia de un par de discípulos que iban camino a Emaús. Dice la escritura:

Lucas 24.13–14 Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. 14E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido.

Menciona ”el mismo día” y “hablando de las cosas que habían acontecido”… ¿Qué paso ese mismo día, de que estaban hablando?

La escritura nos cuenta que un grupo de mujeres fue al sepulcro donde habían sepultado a Jesús, con especies aromáticas para ungirlo, y cuando llegaron vieron que la piedra había sido removida…

Lucas 24.3–6 y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; 5y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 6No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea…

El Señor Jesús resucitó de acuerdo a lo que con claridad les había dicho, por eso cuando lo buscan los ángeles les hacen la pregunta: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? Y luego los ángeles les insisten en que deben acordarse de lo que Jesús les había dicho!

Otra vez lo mismo, la importancia de tener certeza de lo que se espera, certeza de lo ofrecido por Dios!

Lucas 24.8–10 Entonces ellas se acordaron de sus palabras, 9y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás. 10Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.

Entonces allí se acordaron de sus palabras…  Y fueron y le contaron a los demás, a los discípulos, a los más cercanos que debían tener muy claro que Jesús iba a resucitar, porque eso fue lo que él les insistió que iba a suceder….  Y la pregunta es: ¿Los discípulos le creyeron a las mujeres? La escritura nos cuenta:

Lucas 24.11 Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían.

Pues les parecía un mensaje de locos y no lo creyeron.   ¿Que produce la incredulidad?  La incredulidad hace que las acciones de Dios más espectaculares y de mayor beneficio para la humanidad el hombre las vea como locura y no las crea.

Y lo más grave en este asunto es que ni aun sus discípulos le creían  Por eso Pedro:

Lucas 24.12 Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.

Es evidente que si hubiera creído no hubiera tenido necesidad de ir al sepulcro.

Las cosas más espectaculares que Dios hace con un costo altísimo,  o las situaciones supremamente difíciles que Dios nos pone a vivir para darnos una enorme, pero enorme bendición, cuando no hay fe las vemos absurdas, si sentido, sin provecho, y al final podemos terminar sufriendo sin aprender absolutamente nada.

Ojo con esto, entre más difícil sea una situación que Dios te pone a vivir, más sanidad está buscando para tu vida.

Y si volvemos a los discípulos que iban hacia Emaús, por supuesto que ellos también sabían de la promesa de la resurrección, y también habían oído la noticia de que Jesús había resucitado, pues ellos mismos lo mencionan un poco más adelante:

Lucas 24.22–24 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro; 23y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. 24Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.

En otras palabras, estos hombres tenían toda la  información que debería llenarlos de un gozo inefable, porque al pie de la letra se estaba cumpliendo lo que ellos debían esperar que se cumpliera.

Pero más increíble aún es lo que sigue contando la escritura:

Lucas 24.15–17 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. 16Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen. 17Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?

El Señor Jesús estaba al lado de ellos, los ojos de ellos tenían que estar velados, porque la fe es la convicción de lo que no se ve.

Pregunto: ¿Está el Señor en este momento en este lugar? O ¿Está el Señor caminando con cada uno de sus hijos, o con algunos no camina?

Creo que hemos estudiado de manera insistente, que no podemos pedir en las canciones o en nuestras oraciones la presencia de Dios, porque Dios siempre está con nosotros. Si alguien le dice que hay que pedir al Señor que venga o que él Señor acaba de llegar a este lugar, esta persona tiene un serio problema de falta de conocimiento y falta de fe.

Es más, la confianza en su continua presencia es lo que debe ayudarme a no preocuparme jamás. Su palabra dice:

Hebreos 13.5–6 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; 6de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.

Su Santo Espíritu está en nosotros como la garantía de nuestra salvación… Pedir que su presencia venga, o no creer que esta en nosotros, es sólo consecuencia de ignorancia e incredulidad.

Pues bien, volviendo a los hombres del camino a Emaús, debemos tener en cuenta que en ese tiempo la promesa del Espíritu Santo no se  había cumplido como ya se ha cumplido en nosotros, sin embargo lo cierto es que Jesús estaba al lado, caminando con ellos y hablando con ellos… mientras ellos estaban tristes por las cosas que habían sucedido. Y cuando el Señor les pregunta por la razón de su tristeza, ellos le dicen:

Lucas 24.18–20 Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? 19Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron.

Ellos están mencionando, lo que Jesús con claridad les enseño que debía suceder para poder salvar a los hombres.

Es decir ellos tenían la información pero no tenían fe, porque si hubieran confiado, pues estarían contentos porque paso lo que debía pasar, y deberían estar esperando su resurrección.

De la misma manera hay muchas cosas que la escritura nos dice que van a pasar en el mundo y en nuestras vidas, cuando comenzamos a caminar con Dios, por lo tanto si tenemos fe, no debemos extrañarnos que suceda exactamente lo que Dios dice que va suceder. Por ejemplo:

2 Corintios 11.14–15 Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

Están tan claro que esto iba a suceder que no debe extrañarnos que las iglesias se tuerzan. Y para que las iglesias se tuerzan pues primero los líderes deben torcerse, y entonces tampoco debe extrañarnos que de vez en cuando algunos líderes se llenen de orgullo y se tuerzan…

También dice la escritura:

1 Pedro 4.12–13 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.

No debe extrañarnos que seamos probados, es una obligación de Dios hacerlo, su amor le obliga a hacer lo mejor para nosotros, por eso precisamente debemos gozarnos con gran alegría.

También dice la escritura:

1 Juan 3.13 Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.

No debe extrañarnos que el mundo haga todo lo que esté a su alcance para destruir nuestra fe, para sacarnos de la iglesia…  Es mas, las acciones del mundo para destruir nuestra fe deben hacer que nuestra fe sea más grande, porque se está cumpliendo exactamente lo que Dios dijo que se iba a cumplir.

Juan 16.2–4 Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. 3Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí. 4Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho.

Pero estos discípulos, a pesar de tener toda la información, cuando sucedió exactamente lo que debía suceder ellos terminan pensando…

Lucas 24:21   Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido

Pero nosotros esperamos  Es decir todo lo prometido por el Señor se fue a tierra porque se murió!

¿Si pueden notar lo destructiva que es la falta de fe?

Imaginen; Jesús resucitado caminando con ellos y ellos pensando que todo había acaba acabado porque Jesús se murió!

Y por esa falta de fe, el hecho más sublime que ha sucedido en la tierra, Jesús había muerto y había resucitado por la salvación del mundo…  ellos lo veían como el gran fracaso.

Parte de ver esto como un fracaso, qué tiene que ver también con la incredulidad, es que ellos esperaban un libertador… Que arreglara los asuntos políticos económicos y sociales de este mundo…. Y por estar obsesionados en que sus necesidades eran esas, y por no creer que el verdadero problema era el pecado…. El acto más sublime se convertía en la derrota más espantosa.

¿Entendemos que el único problema que tenemos y la única razón de todo nuestros sufrimientos y fracasos es nuestra incredulidad que nos hace ver las cosas tan distorsionadas y tan al revés que nos quita el gozo y nos lleva a pecar?

Ahora: Si miramos el texto notaremos que ellos recordaban que algo iba a pasar al tercer día.

“y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido”

Es decir tenían conocimiento de que al tercer día Jesús iba a resucitar… Y además de eso estaban recibiendo testimonio, pues dicen:

Lucas 24.22–24 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro; 23y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. 24Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.

Pregunto: ¿Acaso no hemos recibido testimonios de otros que han sido probados por Dios y el resultado final ha sido mejor que lo que ellos esperaban?  ¿Qué más necesitamos?

A lo mejor necesitamos el mismo regaño que estos discípulos necesitaban, pues Jesús les dijo:

Lucas 24.25–27 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

El problema…!Tardo de corazón para creer lo que está escrito, lo que debemos esperar!

¿Qué significa ser tardo de corazón para creer?

Yo entiendo como tardo de corazón para creer, una persona que se demora en tomar la decisión de creer lo que Dios le ha dicho, lo que está escrito en su palabra!

Y es que confiar o no confiar es una decisión. Y no tomar rápidamente la decisión de confiar en lo que debemos esperar es una insensatez.

De igual forma no confiar ya en que debemos hacer lo que Dios nos ordena hacer es ser cargo de corazón y es una insensatez.

Porque como he venido repitiendo lo ofrecido por Dios siempre es muchísimo mejor que lo que nosotros podamos desear o aún imaginar. Lo dice con claridad su palabra:

Efesios 3.20–21 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, 21a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.

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