LA BUENA MOTIVACION DESDE EL PRINCIPIO 2
INTRODUCCIÓN
Cuando una persona busca a Dios con la motivación correcta para ser bendecido, entendiendo que la motivación correcta no es buscarlo, como dijo el Señor Jesús por: ”La comida que perece sino por la comida que a vida eterna permanece”… ¿Cuál es el resultado que el creyente puede esperar para su vida?
La respuesta es que independiente de si Dios cambia su entorno, su economía, su salud o su relaciones personales, cuando lo buscamos por “la comida que a vida eterna permanece”, podremos con el tiempo experimentar lo mismo que vivió el apóstol Pablo, que nos lo comunica diciendo:
Filipenses 4.13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Cuando el apóstol manifiesta esto, al mirar el contexto de sus palabras notamos que está diciendo, que no importa en absoluto la situación en que pueda estar metido, gracias a su confianza en Dios puede responder haciendo lo correcto, es decir la voluntad de Dios en cada situación, lo cual lo lleva a experimentar la paz y el gozo que sólo Dios puede dar.
Este mensaje el apóstol Pablo lo repite en otro pasaje, donde define de forma muy resumida lo que es realmente la vida cristiana. Diciendo lo siguiente:
Romanos 14.17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Había una discusión acerca de cuál comida era la que Dios había ordenado consumir… la discusión la promovían aquellos que apegados a la ley no entendían el Nuevo Pacto, y por eso el apóstol concluye diciéndoles que la auténtica vida cristiana no se trata de si comes o no comes si bebes o no bebes…
Sino de ser justos, que es igual a decir que debemos vivir haciendo la voluntad de Dios que es lo único que es justo, y debe haber en nosotros la suficiente confianza en Dios para que al hacer su voluntad, experimentemos la paz y el gozo que el Espíritu Santo da.
Estos, insisto: Son los resultados del que busca Dios por la comida eterna que permanece para siempre.
Pero cuando la gente busca a Dios por la comida que perece, es decir por todos aquellos cambios que cree necesitar para ser feliz, en realidad están buscando algo del mismo resultado que Dios ofrece.
Buscan: Alegría, seguridad, tranquilidad. La enorme diferencia es que cuando el gozo y la paz son consecuencia de las cosas materiales, cuando estas desaparezcan la gente no sólo perderá la alegría, paz o seguridad, sino aún a veces la motivación para vivir.
Es por eso que en el libro de Hebreos se nos hace una exhortación acerca de nuestros objetivos, diciendo algo que aunque el mundo a veces habla de esto, en realidad la gente no lo tiene en cuenta para vivir. Dice:
Hebreos 12.27–29 Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. 28Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29porque nuestro Dios es fuego consumidor.
Llegará el momento en que absolutamente todo lo que los hombres ven y tienen por valioso sea completamente removido, para dar lugar a un reino que nunca será cambiado… Y siendo esto cierto, por supuesto que debemos prepararnos sirviéndole con temor y reverencia.
Pero no es necesario que llegue ese momento para qué muchas personas pierdan aquellas cosas que son la razón de su gozo y su alegría… (Un solo hombre, Maduro ha sido responsable de cientos de muertes, pobreza, hambre, miseria…)
Es por eso que el ofrecimiento del Señor Jesús es muchísimo mejor. El dijo:
Juan 14.27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Lo cual muestra una enorme diferencia entre la paz y el gozo que el mundo da, que en cualquier momento se puede perder, y la paz y el gozo que depende de tener el Espíritu de Dios en nuestra vida, el cual Dios asegura que nunca nos será quitado.
Esta verdad debe llevarnos a preguntarnos: ¿Dónde está el gozo y la paz de muchos cristianos que no lo experimentan de manera continua, y que además no son justos es decir no viven de acuerdo a la perfecta voluntad de Dios?
Insisto: ¿Por qué algunos llamados cristianos no experimentan esa paz sobre natural y ese gozo que no depende de las circunstancias?
En primer lugar porque algunos de esos llamados cristianos en realidad no tienen al Espíritu de Dios morando en ellos, por esta razón su experiencia de paz y alegría es como un ascensor que todavía depende de las circunstancias.
Es decir; viven engañados, pensando que porque dan gracias a Dios por cada cosa que reciben, creen que su gozo y su paz está en el Señor, pero no es cierto, porque cuando pierden estas cosas que Dios les ha dado o cuando no funcionan bien, pierden su gozo y su paz.
Esto es muy serio, porque puede ser que todavía no son trigo, siguen siendo cizaña qué parece ser trigo pero que no lo es.
La otra opción que también es bastante común, es que tener el Espíritu de Dios en nuestra vida implica obligatoriamente un cambio completo en nuestra manera de pensar… Y muchos creyentes han sido necios respecto de esta renovación de su mente, por lo cual todavía su paz y su gozo dependen de las circunstancias, y no de la presencia de Dios en sus vidas.
Eso quiere decir que les falta conocer verdaderamente a Dios. Cuando lo hagan verán con toda claridad que Dios es bueno, clemente, misericordioso, paciente, generoso, inmensamente poderoso y sabio, razón por la cual sólo desea lo mejor de lo mejor para cada uno de nosotros… Y cuando creemos esto, el resultado es experimentar no sólo un genuino deseo de obedecerle, sino el gozo y la paz prometida
Es indispensable obtener este conocimiento y creerlo, porque no es lo mismo obedecer a un Dios que no sirve para nada… a obedecer al Dios al creador del universo, al que los cielos de los cielos no pueden contener, y que está a nuestro favor.
Parte de este conocimiento que debemos obtener de Dios está en el conocimiento de las promesas del Nuevo Pacto, las cuales reforzarán esa imagen clara de un Dios perdonador e infinitamente bueno, que ha decidido amarnos con amor eterno.
Por eso, es muy importante que no menospreciemos las escrituras y el conocimiento que a través de ellas Dios nos quiere dar de sí mismo… Por ejemplo; si nos hacemos las siguientes preguntas:
¿Qué clase de Dios tiene un creyente codicioso? Pues tiene la imagen de un dios que no puede llenar sus necesidades, que no puede darle alegría ni paz, y por eso tienen que buscarlas buscando satisfacer su codicia.
¿Qué clase de Dios tiene un creyente amargado? Pues tiene la imagen de un dios injusto, qué ha permitido que en su vida sea tratado de mala forma y por eso su amargura…
¿Qué clase de Dios tiene un creyente miedoso? Pues tiene la imagen del dios cobarde, o ciego, o falto de poder para protegerlo…
Si revisamos nuestros pecados vamos a descubrir que cada uno de ellos evidencia un faltante en el conocimiento de Dios. Por eso también se enseña que los pecados de los demás nos dan una oportunidad de amarlos, no de destruirlos como aprovechan algunos.
Diferente a eso: ¿Qué clase de Dios tiene una persona que experimenta el gozo y paz de manera continua en su vida? Pues la imagen de un Dios poderoso, que le ama, que le cuida, que le tiene misericordia, y que tiene un plan espectacular que culminará cuando nos encontremos con él.
Por supuesto no es necesario que contestemos cuál es la imagen que tenemos de Dios… Porque la verdadera respuesta de cuál es el Dios en el que creemos, está en la forma como estamos viviendo nuestra vida. Y cuando no hay justicia, gozo y paz evidentemente no tenemos la imagen correcta de Dios.
A veces me encuentro con personas que niegan la obra de Jesús, al insistir en cumplir los mandamientos del viejo pacto, personas que a veces pretenden volverse judíos, que quieren celebrar las fiestas de los judíos, matrimonios al estilo judío… que cumplen con el día de reposo… Y entonces les pregunto que si conocen los mandamientos del Nuevo Pacto.
Ante la pregunta quedan como desconcertados… no sabiendo que responder… Y me preguntan: ¿Cuáles mandamientos?
Entonces le digo: Amar a los enemigos… Eso no está en el viejo pacto. No afanarse por nada; estar siempre gozosos; experimentar la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento.
Y entonces les explicó que cumplir con los mandatos del viejo pacto es supremamente fácil, comparado con amar con el amor de Dios,(aun a los enemigos) no afanarse por nada, estar siempre gozosos, experimentar la paz de Dios, que son cosas que sólo podemos cumplir conociendo verdaderamente a Dios.
Es mas, este conocimiento de Dios es el que nos permite en cualquier circunstancia, orar diciéndole a Dios de todo corazón que se haga su perfecta voluntad, precisamente por la confianza de que sólo hará lo mejor de lo mejor para cada uno de nosotros.
Si sale o no el trabajo, si se sana o no se sana, si se muere o no se muere, si se casa o no se casa, lo único importante de cada cosa que suceda en nuestra vida, es que sea de acuerdo a la voluntad de Dios.
Y esta misma disposición a qué suceda lo que él desea que suceda, es la que también nos llevará a ser obedientes a El.
Pero cuando en nuestras oraciones insistimos en que las cosas sean como nosotros queremos, cuando no suceda como queremos, seguramente desobedeceremos a Dios para lograr nuestros objetivos, y como vimos la semana pasada, de esa manera cuando pretendemos salvar nuestra vida en realidad la perdemos. Recordemos:
Marcos 8.35–37 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. 36Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 37¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Y ojo; así una sola persona lograra apoderarse de todo el mundo, estaría haciendo un pésimo negocio al perder su alma…
Y: ¿Todo esto por qué? Porque nos falta conocer verdaderamente a Dios, para lo cual es necesario que cambiemos nuestra manera de pensar, nuestros valores, y como consecuencia nuestros objetivos y métodos para lograrlos.
Y: ¿Por qué no cambiamos rápidamente nuestra manera de pensar para vivir llenos de gozo y paz?
La escritura nos enseña el por qué, diciendo:
Romanos 12.2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Según este texto, es necesario primero no conformarse a este siglo para poder cambiar nuestra manera de pensar.
La palabra siglo en la escritura no se refiere a los 100 años que conocemos como un siglo, si no a un lapso de tiempo en el programa de Dios. Y en este caso lo que nos está diciendo es que no debemos conformarnos, mucho menos a aferrarnos a la manera de pensar del mundo en esta época, pues si lo hacemos nos será imposible obtener el conocimiento de Dios.
Ahora; cuando la escritura habla de los enemigos del cristiano, básicamente menciona tres que conocemos como: El mundo, el demonio, y la carne.
Y si lo que debemos cambiar, es nuestra manera de pensar no dejando que estos enemigos interfieran en nuestra buena vida cristiana, entonces debemos desechar la manera de pensar del mundo, del demonio, y de la carne.
Y al buscar hacerlo es importante tener en cuenta, que estos tres enemigos, es decir estas tres formas de pensar no son independientes, sino que se apoyan las unas a las otras para formar una tremenda fortaleza que impida a los hombres obtener el conocimiento de Dios.
La escritura hablando de esta fortaleza nos dice lo siguiente:
2 Corintios 10.4–5 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…
Comienza diciendo que no es la carne, es decir no es la capacidad humana, no son los razonamientos humanos los que pueden derribar esa fortaleza, por la sencilla razón de que la carne es precisamente la que ayudo a formar esa fortaleza.
Si estás envenenado, más veneno no te va a curar. Si estás acalorado más calor no te va a enfriar. Si estás congelado más frío no te va a calentar. Si estás esclavo de la carne por su manera de pensar, la carne no te va a liberar.
Por eso también dice el texto que necesitamos de armas poderosas en Dios para derribar esa manera de pensar… Y en otra parte de la escritura nos explica:
1 Juan 5.4–5 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
La única arma con poder de destruir esas fortalezas es una fe genuina en Jesús como el hijo de Dios, que es igual a decir que sólo nuestra confianza en lo que Dios dice a través de su palabra puede destruir ésas fortalezas. ¿Ya llegó tu fe a ese nivel de creer en la palabra de Dios sin ninguna duda?
También la escritura nos cuenta que el mundo está en manos del maligno…
1 Juan 5.19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
Al decir ”el mundo entero” se refiere a que todo el mundo esta bajo la influencia, es decir tienen como norma una forma de pensar que les ha sido enseñada por Satanás. Es por eso que vemos y seguiremos viendo, cada vez una corrupción y degradación más grande del ser humano…
Y por supuesto esa forma de pensar lideraba por Satanás, esta diseñada para atraer a la carne. Donde el daño más grande que ha logrado producir Satanás a través del mundo en el hombre, es el deseo de gobernar su propia vida no haciendo caso a la voluntad de Dios.
Es decir allí está Satanás presentando un mundo lleno de corrupción, de pecado, de orgullo, de placer… mientras que al mismo tiempo Satanás le está diciendo al hombre que él puede gobernar su vida y hacer lo que él quiera.
Y el hombre haciendo lo que él quiere, no sólo se ha acostumbrado a gobernar su vida sino que además su alma se a enviciado al mal. Esto en la escritura se llama concupiscencia.
Lo más peligroso y a la vez efectivo, es que es tan sutil el asunto que la gente no tiene ni idea que su alma está corrompida. Por ejemplo:
Cuántas personas que han vivido una vida llamémosla normal… ¿En algún momento deciden buscar a Satanás para servirle? Pocas verdad.
Igualmente: Cuántas personas que han vivido una vida normal… ¿En algún momento o deciden satisfacer su carne por encima de toda norma?… Algo así como: No voy a respetar ninguna norma y voy a hacer siempre lo que me dé la gana.
Pocas también, pues aun la vida en el mundo tiene sus normas, (Diseñadas por Satanás) de tal manera que quienes las infringen pueden pasarla muy mal. (Hoy no voy a trabajar… no puede hacer eso porque de que va a vivir. La comedia la fiaca.)
¿Pero cuantas personas que no conocen a Dios, quieren vivir bien dentro del mundo haciendo las cosas bien? Muchísimas, y ninguna de ellas piensa que controlar su vida o que su amor al mundo pueda ser algo malo.
Ellos piensan: Cómo va a ser malo desear un carro ultimo modelo, o un marido o una esposa último modelo, o un trabajo bien remunerado en el que toque hacer muy poco, etc.
Sin embargo, y allí esta lo sutil y dañino del asunto, es que el hombre que se acostumbra a gobernar su propia vida, y que aprende a amar el mundo, aprende igualmente y sin darse cuenta a rechazar a Dios.
La escritura es muy clara en esto, pues dice de aquellos que acostumbra a mandarse así mismos:
Romanos 8.7–8 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
La carne, entre más fuerte sea, más se niega a sujetarse a Dios. Y respecto de amor al mundo dice:
1 Juan 2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Que cuando el amor de Dios no está en una persona, esta persona no puede amar a Dios. Y a la pregunta: ¿Por qué si Dios dice que ama al mundo y que demostró su amor muriendo en la Cruz por el mundo… porque las personas no pueden experimentar el amor de Dios?
Porque el amor al mundo, la carne, y los consejos de satanás que hemos creído, han levantado una fortaleza que nos vuelve completamente sordos y ciegos ante el amor de Dios.
Pero la gente, y aún muchos cristianos no tienen ni idea que el amor al mundo genera un rechazo hacia Dios, especialmente cuando Dios toca nuestras vidas buscando corregir todo aquello que está mal.
Siento esto así, imagínese a una persona que se acerque a Dios pidiéndole que le entregue el mundo en sus manos. Allí la persona está cometiendo dos grandísimos errores:
El primero es el de insistir en gobernar su propia vida diciéndole a Dios lo que tiene que hacer.
Y el segundo es el de pedirle que le entregue el mundo, cuando es precisamente ese amor al mundo el que lo tiene sordo y lejos de Dios.
¿Funcionará buscar con estas malas actitudes a Dios? Por supuesto que no.
En realidad buscar a Dios para que haga lo que yo quiero y que me entregue el mundo… es religiosidad barata que llevara a la gente al infierno.
El Señor Jesús a este respecto dijo:
Mateo 7.21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
¿Y cuál es la voluntad de Dios expresada en su palabra? Pues que le entreguemos el control de nuestra vida, y que lo busquemos por la comida que a vida eterna permanece.
Por eso desde el comienzo Jesús decía: No me busquen por las cosas materiales y también desde el comienzo decía que si no estamos dispuestos a renunciar a todo, lo cual en realidad se refiere a renunciar a la forma de pensar de la carne, del mundo y del demonio, que nos incita a tomar el control de nuestra vida, si no renunciamos a eso no podemos ser sus discípulos.
LA ESTRATEGIA
Déjeme insistir: La estrategia del mundo es muy sutil y por eso es tan efectiva.
El asunto sólo tiene que ver con una serie de recompensas, que no se ven malas, todo lo contrario se ven deseables, sólo que para alcanzarlas, de una forma gradual y sutil van corrompiendo el alma. Es por esta razón que también Jesús dijo:
Mateo 19.23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
Jesús un poco más adelante explica que el problema no es tener la riqueza sino amarla… Y por otro lado la escritura también dice:
Santiago 2.5 Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
¿Por qué? Porque la gente que está bien cómoda en el mundo no le interesa buscar a Dios, sólo les interesa seguir disfrutando, para lo cual también buscan tener cada vez más.
En estados unidos el nivel de vida es mucho mejor en ciertos aspectos, pero requiere de más trabajo, por eso en estados unidos las familias cada vez están más desintegradas. Y precisamente es de allá que nos llega toda esta doctrina torcida de la prosperidad material.
En Europa las iglesias cristianas autenticas según algunos pastores que están viajando allá continuamente, son iglesias de cinco o diez personas. La gente que está bien cómoda en el mundo no le interesa buscar a Dios.
¿Pero será que no tienen problemas familiares? Claro que sí, pero ellos en lugar de acercarse a Dios, van buscando nuevas fórmulas para arreglar la situación.
¿Como arreglan el problema de la rebeldía de los hijos? Sencillo alejándose de ellos. En estados unidos a los 18 años se echan los hijos de la casa.
¿Y qué hacen con las infidelidades?… No es problema pues cuando él le es infiel a su pareja ella también le es infiel.
Como es que llaman ahora… los Suwiger… Son parejas matrimoniales que aceptan compartir sexualmente con otras parejas de esa manera están solucionando el problema de la infidelidad… ¿Cómo? Acostumbrándose a ella.
¿Como arreglan el problema de la fornicación?… Repartiendo preservativos a todo el mundo…
¿Como arreglan el problema de los embarazos no deseados? Legalizando el aborto. Se habla de 30 millones de abortos solo en estados unidos.
¿Cómo arreglan el problema de la perversión sexual? Haciéndola ver bien, legalizándola, y aún protegiendo con leyes todo tipo de desviación sexual.
En resumen, lo que está pasando es que el hombre para vivir bien dentro del mundo, para sentirse cómodo lo que hace es corromper cada vez más su alma, cada vez se acostumbra más al mal, cada vez es más insensible al dolor y a la maldad, y de esa manera con una mente cauterizada puede vivir entre la porquería como sino pasarán nada… Y es tal la corrupción que al solo nombrar a Dios lo reciben como una amenaza.
Y a los que creemos en la escritura al pie de la letra nos llaman fundamentalistas… que según ellos es gravísimo.
Pero ésa no es mi percepción o la forma como yo lo veo, esa es la descripción que hace la escritura de la gente del mundo cuando nos dice:
Efesios 4:17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
¿Cuál es el requisito para entrar a una secta satánica?
¿Cuál es el requisito para graduarse en una escuela de sicarios?
¿Cuál es el requisito para ser de confianza en una organización al margen de la ley?
Y respecto de esto una pregunta muy importante es: ¿Donde o como comenzaron cada uno de ellos, para poder llegar a semejantes extremos?
La escritura responde diciéndonos:
Lucas 16:10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
El sicario a lo mejor pudo haber comenzado destruyendo hormigueros sin necesidad, luego aplastando mariposas, a lo mejor luego sacándole gustó a matar pájaros, luego a maltratar a los animales, a atropellar perros con el auto, luego maltratando a las personas a su alrededor, buscando pelea con ellas sin ninguna razón para poder golpearlos… hasta que su codicia le llevó a matar gente por dinero… Y seguramente más adelante sólo por el placer de matarlos.
Esto nos puede parecer terrible pero que decir de una persona que en el poder por su codicia mata cientos de personas y tiene a todo un pueblo aguantando hambre y muriendo por falta de medicinas…
Y como en el mundo todos están bajo el maligno pues: ¿Que decir de ese otro país que por el interés en el petróleo es capaz de causar una guerra para tomar el control?
HAY QUE RENUNCIAR
Es por esto que para seguir genuinamente al Señor hay que estar dispuesto a renunciar a lo que sea, por hacer su voluntad.
Pero cuando este mensaje: ”De renuncia” llegar a la mente de la persona que ama el mundo, nuevamente por causa de su forma de pensar al estilo del mundo, ve este mensaje como algo terrible.
Muchos comienzan a pensar que la vida cristiana es una vida de sufrimiento, de sacrificio, que hay que vivir como mártires… Sin embargo opuesto a eso el mensaje y promesa de Jesús dice:
Mateo 11:28 al 30 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Según esta promesa, que por supuesto es absolutamente cierta, la auténtica vida cristiana es muy fácil de vivirla…”Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”
Pero no sólo es fácil vivirla sino que trae como consecuencia descanso…”Y yo os haré descansar” y luego dice ”Y hallaréis descanso para vuestras almas”
Esto tiene íntima relación con la descripción resumida de la escritura, la que dice que la vida cristiana es hacer la voluntad de Dios, (Justicia) llenos de paz y de gozo producido por el Espíritu Santo. Esta es una vida descansada.
¿Entonces porque a veces los cristianos no experimentamos este descanso como resultado de hacer la voluntad de Dios?
Ya habíamos contestado esta pregunta diciendo que, aunque tenemos al Espíritu Santo no hemos renovado nuestra mente, no hemos sacado la manera de pensar del mundo para aprender a pensar sólo como Dios piensa.
Pues bien, lo bueno es que la escritura nos habla de lo mismo de muy diferentes maneras. Por ejemplo:
Hay dos palabras en la escritura que aparecen cada una cerca de 800 veces. La palabra muerte y la palabra vida.
Además estás dos palabras en la escritura aparecen juntas en más de cien en versículos. Una que considero de las más importantes dice:
Romanos 5:10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
La muerte de Jesucristo nos perdona y nos reconcilia con Dios, pero es gracias a su vida que podemos tener una vida completamente nueva. Otro pasaje dice:
2 Corintios 4:10 al 12 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. 11Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. 12De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida.
¿Qué significa llevar en el cuerpo la muerte de Jesús para que la vida de Jesús se manifieste?
Y por qué más adelante dice: Que nosotros siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
Llevar en el cuerpo siempre y por todas partes la muerte de Jesús… es tener la misma actitud que tuvo Jesús al vivir en la tierra. ¿Cuál es esa actitud? La escritura responde:
Filipenses 2.5–9 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
Llevar en el cuerpo siempre y por todas partes la muerte de Jesús… para que la vida sobrenatural de Jesús se manifiesten nuestra vida… es morir a nosotros mismos para solo hacer la voluntad de Dios.
Pero como ya he explicado, no muera por nada, muera a sus deseos solamente cuando estos se interpongan para que usted haga la voluntad de Dios.
Haciendo el primer curso bíblico había una chica…
Cuando Dios me llamó para servirle yo no quería…
Luego sirviéndole, al ser obediente tenía que renunciar continuamente a las iglesias que formaba para comenzar en otra…
Había que renunciar a toda esa gente que llegamos a amar muchísimo, para llegar a otra iglesia donde estaban llorando al pastor que se fue…
Más adelante cuando Dios me muestra la verdad en su palabra, al tomar la decisión de ser íntegro en la predicación de su palabra… Eso comenzó a traer muchos problemas a mi vida y como consecuencia he sido echado de cada organización cristiana a la que he pertenecido. (Donde era muy rico ser la autoridad sobre cerca de 6000 personas y 25 parejas de pastores)
Este proceso Jesús lo enseñó de forma muy sencilla:
Juan 12.24–26 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Recordemos:
El objetivo es hacer las cosas de manera justa, de acuerdo a la voluntad de Dios, con la suficiente fe para descansar en el, experimentando la paz y el gozo de saber que nuestra vida está al cuidado del Dios todopoderoso.
Si no es lo que estamos experimentando entonces necesitamos con urgencia cambiar nuestra manera de pensar rechazando lo que el mundo, Satanás y la carne piensan y desean, para poder aceptar las verdades y las preciosas promesas del Nuevo Pacto que nos aseguran que nuestra vida cristiana funcionará.
Y también debemos recordar, que así como comenzando con algo muy pequeño podemos llegar a hacer cosas que pensamos nunca hacer… de igual manera al comenzar a obedecer así sea en cosas que nos parezcan muy pequeña delante de Dios, poco a poco nuestra confianza y nuestro conocimiento de Dios aumentará, hasta llegar a experimentar de manera continua la paz y el gozo que no depende de las circunstancias, sino de saber que estamos en la tierna pero poderosa mano de Dios.
