LA BATALLA DE LA VIDA ETERNA – PARTE 3
I. INTRODUCCIÓN
Cuando la escritura dice:
1 Corintios 2.9–10 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
Nos está diciendo que el auténtico cristianismo, que sólo puede ser revelado por el Espíritu de Dios, es decir no es algo qué el hombre pueda entender en su propia capacidad por sabio que sea, es por esta misma razón, algo completamente desconocido en el mundo.
Y eso quiere decir que no se parece a ninguna religión de las que hay y hay muchas, y por lo que conozco me atrevo a decir que el auténtico cristianismo, es también muy diferente a lo que muchas Iglesias cristianas o evangélicas están enseñando, porque en una gran mayoría de ellas el Evangelio se a pervertido…
Es decir no han cumplido con aquel requisito súper importante que vimos la semana pasada, que dice:
1 Juan 2.24 Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
Este primer Evangelio, o más bien debería decir ese único evangelio enseñado por Jesús y por sus discípulos es el evangelio que debemos creer, porque no hay en nadie la más mínima autoridad para cambiar lo que Jesús enseño.(Aunque algunos creen que tienen esa autoridad)
Pero allí es donde muchos han perdido la batalla, porque han dejado que de una u otra forma el evangelio poco a poco sea contaminado y pervertido, de tal manera que ya no es el mismo evangelio que enseñó Jesús.
Esta batalla como ya hemos dicho, en realidad se desarrolla en nuestro corazón, donde continuamente somos cuestionados respecto de a quién le vamos a creer: ¿Al mundo con todas sus creencias y enseñanzas acerca de cómo vivir la vida… o a lo que Dios nos dice acerca de la vida eterna a través de su palabra?
Por supuesto que es una batalla donde no interviene la capacidad humana, ni la inteligencia o la determinación… pues es una batalla de fe. Por eso el mandato es:
Efesios 6.16–17 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
Éstos dardos de fuego son aquellos pensamientos con los cuales Satanás pretende hacernos dudar de lo que Dios nos ha dicho. Este mal mensaje puede llegar de varias maneras pero las huestes de maldad usan principalmente a las personas…
Hasta a Jesús satanás trató de desviarlo del camino correcto, cuando usando a Pedro le decía que se cuidara asimismo… a lo que Jesús respondió:
Mateo 16.23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Si el apóstol Pedro pudo ser usado por por Satanás, por colocar la mira en las cosas de los hombres, por supuesto que Satanás podría usar a cualquiera que cometa el mismo error.
Pero lo que este mismo pasaje nos muestra es que el problema no era principalmente Pedro, sino Satanás que lo estaba usando. Y por ser muy común que satanás use a las personas, es que el apóstol Pablo nos dice que nuestra lucha no es contra la gente, sino contra las potestades que están detrás de las personas que usan para tratar de detenernos. Dice así:
Efesios 6.12–13 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Y esa es una de las razones por la cual el mundo nos ataca, porque están bajo el maligno, pero la otra razón por la cual somos atacados por el mundo, es porque somos ”Verdaderos hijos de Dios”. Alguien decía: “Un cazador no le sigue disparando los conejos que ya están muertos… le dispara a los que están vivos”
Es por esta misma razón que en cierta ocasión Jesús dijo:
Lucas 6.26 ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.
Si somos cristianos, auténticamente cristianos y todos hablan bien de nosotros, hay algo que no está funcionando muy bien en nuestro cristianismo. Pero por supuesto no se trata de que hablen mal de nosotros por cosas malas que hayamos hecho, sino porque el auténtico cristianismo es algo que el mundo detesta.
Esta verdad la podemos confirmar, al revisar las palabras de Jesús dichas a sus hermanos, cuando ellos todavía no creían en él. Y si usted se pregunta cuáles hermanos, déjeme leerle lo que decía la gente cuando Jesús comenzó a hacer milagros y a predicar:
Marcos 6.2–4 Y llegado el día de reposo,* comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? 3¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él. 4Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
Estos cuatro hermanos y sus hermanas de las cuales no se dicen sus nombres por cuestiones de cultura judía, cuando Jesús comenzó a enseñar que era el hijo de Dios por supuesto que no le creyeron.
Si nos colocamos en la posición de la familia de Jesús, debió resultar muy complicado para ellos, que al crecer Jesús comenzará a decir que era el hijo de Dios, Dios mismo. Y por eso aunque no podían negar los milagros que estaba sucediendo, no entendían que esas señales mostraban que el (Su hermano) era el hijo de Dios, y por eso así como aquellos que pedían más pan, sus hermanos querían que hiciese muchos milagros para que se hiciese famoso.
La escritura nos cuenta que Jesús les dijo:
Juan 7.5–6 Porque ni aun sus hermanos creían en él. 6Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto.
Jesús responde que no era el tiempo, yo imagino que si el poder de Jesús se manifestara como ellos lo querían, hubiera sido imposible que llevaran a Jesús a la Cruz y el plan de salvación sufriría tropiezos, pues aún con lo poco que se manifestó, quisieron hacerlo rey creo que en dos ocasiones, petición que por supuesto Jesús rechazó.
Pero la parte que quiero que miremos, es que por causa de la incredulidad de ellos les dice:
Juan 7.7 No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.
Aun siendo los hermanos de Jesús, al no haberse convertido todavía formaban parte del mundo, un mundo que de una u otra forma quería destruir el misterio de la salvación, y es por eso que Jesús les dice a sus propios hermanos que el mundo a ellos no los aborrece, mientras que a El sí, porque testifica la maldad del mundo.
Esto se aplica a todos los incrédulos. El mundo no aborrece al que no cree en Jesús porque todavía sigue siendo parte del mundo que quiere atacar a Jesús, pero todo aquel que verdaderamente cree en Jesús se constituye en enemigo del mundo, y una de las razones que Jesús da es, porque el auténtico cristianismo muestra al mundo que son pecadores, y que si siguen así por supuesto recibirán el castigo de Dios.
Es por esta razón que entre las cosas que el mundo hace para legalizar la maldad y la corrupción, tiene que incluir el eliminar el auténtico cristianismo.
Y cuando digo auténtico cristianismo, es porque como ya mencioné el Evangelio se ha pervertido y por eso podemos encontrar algunos que se llaman cristianos, que están hablando de que la homosexualidad no es un pecado, y otras barbaridades por el estilo…
Hoy me llegó un mensaje donde en la celebración del 20 de julio decidieron reunir a un cristiano, un musulmán y un Judío, para pedir por la paz como si todos fuera del mismo paquete. Esta es una forma de ataque sutil a través de la cual se desprecia el cristianismo y la muerte de Jesús en la cruz.
De forma sutil o de forma muy directa el mundo quiere destruir el cristianismo, y es por eso es que Jesús nos advierte:
Juan 15.18–19 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. 19Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.
No sólo porque el auténtico cristianismo revela la maldad del mundo, también porque ya no somos de este mundo es que el mundo nos aborrece.
Esto bien entendido quiere decir que no podemos esperar que la gente del mundo nos felicite por estar viniendo a la iglesia, o por compartir el Evangelio, o por tener discípulos, o por abrir un grupo de oración. Por estas cosas el mundo no nos va a felicitar.
El mundo nos felicita porque terminamos el colegio, porque hicimos una carrera, porque conseguimos un buen puesto, o un buen negocio… pero cuando ven que estamos involucrados en la obra de Dios, nos ven como tontos, como borregos manipulados por otros. Y unos nos atacan agrediéndonos y otros nos atacan tratando de desviarnos.
Pero ya también hemos visto que esta mala actitud del mundo, es usada por Dios para bendecir nuestra vida dándonos crecimiento espiritual que nos permite disfrutar cada vez más de la vida eterna…
Y por eso no debemos sentir ningún temor por lo que el mundo nos pueda hacer, porque aunque el mundo nos aborrezca y aunque parezca tener mucho poder, de todos modos nosotros podemos estar completamente confiados en la absoluta soberanía de Dios. El Señor Jesús dijo:
Mateo 10.29–31 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30Pues aun vuestros cabellos están todos contados. 31Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
No nos va a suceder absolutamente nada, que no esté aprobado por Dios como algo que traerá verdadera bendición a nuestra vida.
Es por eso que, nuestra confianza en Dios y en su absoluta soberanía debe eliminar el temor en nuestra vida, pues sólo sucederán aquellas cosas que ayudarán a que el maravilloso plan de Dios de transformarnos y llevarnos a su gloria, se realice.
Y por eso, sabemos que si la voluntad de Dios es que pasemos por situaciones difíciles, por difíciles que sean tenemos hermosas y poderosas promesas como las que hemos visto:
2 Timoteo 2.11–13 Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; 12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo.
Si somos muertos… tenemos vida eterna, viviremos eternamente con el.
Si sufrimos… ese sufrimiento transformará nuestra vida capacitándonos para gobernar en el milenio lo cual es una gran ganancia.
Si le negaremos… bueno no hay duda que no debemos negarle.
Y por último dice:
SI FUÉRAMOS INFIELES EL PERMANECE FIEL…. ¿Qué significa esto?
Cuando comparto de Jesucristo a otras personas, una de las cosas que normalmente digo es que: ”Aunque yo le he fallado a Dios muchísimas veces, el jamás me ha fallado”
Y digo esta frase para hacer énfasis en varias cosas, la primera (no en orden de importancia) es reconocer que no soy una buena persona, que mucho menos soy un santo, y que si siendo así he podido vivir el cristianismo, entonces cualquiera lo puede vivir porque no se trata de tener las capacidades necesarias, si no de… Y ese es el otro énfasis que me gusta hacer, “Dios es fiel”
Es decir los hombres no somos muy fieles con Dios, pero podemos vivir el cristianismo gracias a la fidelidad de Dios, porque el no puede negar lo que el es!!!
Pero esta verdad como muchas otras verdades del cristianismo no es aceptada en el mundo. Si pensamos en los matrimonios o en las relaciones de pareja, la infidelidad no recibe como respuesta fidelidad, pues normalmente la consecuencia de la infidelidad es el abandono y a veces otra infidelidad.
Aunque ciertamente las cosas están cambiando mucho, ya algunos hablan de relaciones abiertas, es decir viven juntos pero tienen relaciones sexuales con cualquiera. Otros hablan de intercambios de pareja, etc.
Sin embargo todavía una gran mayoría espera que haya fidelidad en sus relaciones, es decir lejos de decir “no me importa que seas infiel yo seguiré siendo fiel”, lo que más bien se escucha es parejas que se amenazan diciendo: “Si me eres infiel olvídate de mi” o “Si me la vuelves a hacer esta vez si no te la perdono”
¿Por qué? Porque nos parece muy obvio, sobre todo si estamos enamorados, que ninguno quiera compartir a su pareja con otro… a no ser que en realidad no se quieran o sean muy pervertidos.
Ahora, ciertamente también algunos hablan así: ”Si mi marido se va con otra, bien ido” “Si mi mujer se va con otro, bien ida”
Pero esas no son las palabras de alguien que está profundamente enamorado… es más, entre más enamorado se esté, más difícil es aceptar la infidelidad.
Otra de las razones por las cuales no se acepta con facilidad la infidelidad es la dignidad. Nadie quiere ser el tonto que está supeditado a una relación donde continuamente su pareja le es infiel… Es más, algunas mujeres quieren saber con quien fue, y si resulta que la mujer es fea, más ofendidas se sienten.
Hay otras varias razones por las cuales no se acepta la infidelidad, para algunas es un problema económico… no tienen la más mínima intención de compartir lo que juntos han construido…
Y una última que quiero mencionar, es que muchos después de varias infidelidades ya no quieren caer en el pecado de terminar alcahueteando el pecado… Y entonces preferimos abandonar al otro en su suerte.
Al pensar en estas razones que nos da a entender que no debemos responder con fidelidad ante la infidelidad, creo que la pregunta importante para entender el proceder de Dios es: ¿Por qué ante la infidelidad Dios si responde con fidelidad?
¿Será porque Dios no nos ama y no le importa que le seamos infieles con los ídolos? O ¿Será porque Dios es un alcahuete con sus hijos pero a los incrédulos si los manda al infierno?
Ninguno de estos pensamientos son correctos, pues sabemos por la escritura que Dios nos ama con amor eterno, y también sabemos qué precisamente por el amor que Dios tiene por nosotros, no alcahuetea el pecado ya que el pecado nos destruye, y eso no sería amor.
Por lo tanto las razones por las cuales Dios sigue siendo fiel a pesar de nuestras infidelidades son otras.
LA FIDELIDAD DE DIOS
Cuando pienso en la fidelidad de Dios lo primero encuentro en la escritura es Génesis 3.15. Donde el hombre después de haber recibido absolutamente todo de Dios, sin ninguna razón justa deja de creer en El para creer en Satanás, lo cual implicaba comenzar a pensar que Dios era maligno, qué tenía planes malignos y que por lo tanto debía ser desobedecido.
Ante este pecado, el hombre y la mujer en lugar de reconocer su maldad se justifican en las cosas que sucedieron a su alrededor… Eso es prácticamente lo mismo que echarle la culpa a Dios. “Yo peque, porque la situación que tú permitiste, me obligó a pecar, por lo tanto el culpable no soy yo sino usted Dios, que no está haciendo las cosas bien.”
Como consecuencia de este pecado de incredulidad ellos reciben las consecuencias, pero aunque les impone ciertas disciplinas muy duras de todos modos les anuncia un plan de salvación.
Y es allí donde esta representada la misericordia de Dios para con el hombre, y la fidelidad de Dios, más que con el hombre consigo mismo, pues a pesar de que el hombre merece la condenación eterna, Dios abre una puerta para que el hombre se pueda salvar. La escritura nos cuenta:
Génesis 3.15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Esta promesa de salvación es el Nuevo Pacto. La herida en el calcañar representa la muerte en la cruz de donde Jesús resucita. Y la herida en la cabeza representa la destrucción del misterio de la muerte gobernado por Satanás.
Sin embargo, la oportunidad de salvación no es algo que sólo se pueda obtener después de la muerte y resurrección de Jesús, pues aún bajo el viejo pacto la salvación por fe era una opción abierta a todos los hombres. Por eso podemos leer:
Habacuc 2.4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.
Este pasaje me parece espectacular, tal vez por la claridad con que habla acerca de aquel que se cree bueno, porque lo que explica es; que aquel que se cree bueno lo hace porque tiene un alma tan corrompida que no percibe su maldad, y por eso se llena de orgullo pensando que merece ser salvado por Dios.
Pero en el otro lado de la balanza está aquel, que sabe qué es pecador, pero confía en que Dios en su misericordia lo salvará. El rey David viviendo bajo el Viejo Pacto escribió:
Salmo 32.1–2 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. 2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.
Es decir: que felicidad para aquel que siendo honesto y reconociendo que es pecador recibe el perdón de Dios. Y un poco más adelante escribe:
Salmo 32.5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
¿Según esto qué necesita el hombre para ser salvado? Reconocer su maldad y creer en la misericordia de Dios.
Esto en otras palabras quiere decir que; Dios sigue siendo fiel a su propósito de que el hombre experimente su amor, no importa cuántas veces o cuánto tiempo el hombre se aleje de El.
Mientras el hombre este vivo, Dios por su fidelidad dará siempre oportunidad al hombre para acercarse a él.
La infidelidad del hombre con Dios reside en confiar en dioses falsos desconfiando del Dios verdadero. Este fue el camino que tomó el pueblo de Israel, pero a pesar de esto Dios le dice a su pueblo:
Deuteronomio 4.28–29 Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. 29Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.
Allí está nuevamente la fidelidad de Dios, que sin importar en cuantos dioses haya confiado, en el momento en que el hombre busque de todo corazón a Dios lo va encontrar, porque Dios permanece fiel en su propósito de amar y bendecir al hombre.
Eso quiere decir que lo que mantiene a los hombres lejos de Dios, no es el rechazo de Dios porque Dios sigue siendo fiel, sino la dureza de corazón que no deja que el hombre reconozca su pecado ni la necesidad que tiene de Dios.
Pero ante este problema, nuevamente Dios en su fidelidad le provee un mecanismo para que el hombre pueda reconocer la verdad, y entonces les da el pacto de la ley.
Es como si Dios dijera: “Si tú crees que eres bueno y mereces vivir bien, cumple la ley y vivirás bien”
Y es por eso que en la ley encontramos que las promesas de Dios para aquel que obedecía eran de salud, de protección, de abundancia…. pero sin no obedecían, las promesas eran de maldición.
Deuteronomio 28.2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios…. 15Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.
¿Qué pasó? Pues pasó lo que tenía que pasar, el hombre no cumplió, por lo tanto recibió las consecuencias de su desobediencia, pero aún así gracias a la misericordia y fidelidad de Dios, Dios siguió sosteniéndolos y dándoles oportunidad de regresar a el.
Esta historia de la infidelidad del hombre y la fidelidad de Dios, la podemos ver en el libro de Ezequiel donde hay un relato conmovedor que muestra, usando la figura del matrimonio, la infidelidad del pueblo de Israel y la fidelidad de Dios.
Es un pasaje bastante largo, espero que después lo lean completo, pero hoy sólo quiero que miremos algunos detalles. Comienza diciendo:
Ezequiel 16.1–5 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones, 3y di: Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea. 4Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. 5No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste.
Sin ningún origen importante de acuerdo al pensamiento de los hombres, y el día de su nacimiento fue despreciada hasta el punto de ser abandonarla para que muriese.
Si recordamos la historia de Abraham, de Jacobo, de los hijos de Israel en Egipto… Veremos que el mundo no apreció al pueblo de Israel, ni todavía lo hace. Pero Dios si por eso, continúa:
Ezequiel 16.6 Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive!
Dios la cuido, la vistió, la adorno con las más finas joyas, la alimento de manera exquisita y el resultado de todo ese cuidado de Dios fue:
Ezequiel 16.14 Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor.
El Señor hizo de ella algo perfecto y hermoso. Sí reconocemos la soberanía de Dios tendremos que reconocer que es la misma historia de todos y cada uno de nosotros, a los cuales Dios ha cuidado con esmero usando las diferentes circunstancias de la vida, y respecto de las cosas que nos han sucedido que no nos parecen buenas, debemos tener claro que él ha organizado aquellas cosas porque el sabe que con el tiempo será de muchísima bendición en nuestra vida.
¿Pero qué pasó después de tanto amor y tanta dedicación? La escritura continua:
Ezequiel 16.15 Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras.
Usando las cosas que Dios le había dado, aprovechando el renombre por causa de la hermosura que Dios puso en ella, se prostituyo y fórmico con cuantos pasaron… (La gracia y la hermosura que Dios da a una mujer, o a un hombre, puede convertirse en su miseria.) Y no siendo suficiente:
Ezequiel 16.17 Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con ellas;
No sólo uso mal la hermosura que Dios le dio, también las riquezas. Este mal uso de lo que Dios nos ha dado, para construir ídolos, para luego confiar en esos ídolos y no en Dios, es lo que Dios llama fornicación.
Pero la historia continua, y el pueblo hace cosas todavía peores que simplemente ser infiel a Dios:
Ezequiel 16.20–21 Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus fornicaciones, 21para que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a aquellas imágenes como ofrenda que el fuego consumía?
Ciertamente el pueblo Israel llegó al extremo de sacrificar a sus hijos, a sus bebés a los Baales con el objetivo de obtener prosperidad… Y no paro de fornicar, pues siguió confiando en Egipto, luego fornico con los de Asiria, luego con los Caldeos… Es tal la maldad del pueblo de Israel que Dios dice que es peor que una prostituta…
Ezequiel 16.33–34 A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones. 34Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente.
Y si seguimos leyendo veremos qué la maldad de ellos fue peor que la de muchos otros pueblos, razón por la cual recibieron las consecuencias de su maldad, teniendo grandes, largos y terribles sufrimientos…. Sin embargo a pesar de toda esa terrible maldad, Dios mantiene su fidelidad pues les dice:
Ezequiel 16.59–60 Pero más ha dicho Jehová el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno.
Es tal la fidelidad de Dios, que no sólo se va a sostener en el pacto aunque ellos no cumplieron, sino mejor aún va establecer otro pacto que sabemos por la escritura que es muchísimo mejor!
¿Con qué propósito hará Dios que esto? Con el propósito de salvarlos! Por eso les dice:
Ezequiel 16.61-63 Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, 62sino por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jehová; 63para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jehová el Señor.
Este pacto que menciona el Señor es el Nuevo Pacto, y de este Nuevo Pacto puede participar no sólo el pueblo de Israel, sino todos los pueblos de la tierra ya que todos los pueblos de la tierra ha menospreciado al Señor… Por eso dice la escritura:
Juan 3.16–17 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
La fidelidad de Dios sigue intacta, las puertas están abiertas absolutamente todo el mundo, además aclara que no envió a su hijo para condenar sino para salvar al mundo.
El requisito sigue siendo el mismo, es decir debemos confiar en el Señor Jesús, pero este pacto como había sido anunciado es muchísimo mejor que el anterior, porque tiene mejores promesas, y en especial porque después de haber ingresado en el por por gracia por medio de la fe, Dios hará absolutamente todo lo necesario para que permanezcamos en el.
Y esta es la razón por la cual decimos con toda certeza que la salvación obtenida, jamás se podrá perder. El Señor Jesús dijo:
Juan 10.27–30 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30Yo y el Padre uno somos.
Y ante esta preciosa verdad, nuevamente la reacción del mundo fue:
Juan 10.31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
Pero es tan grande la fidelidad de Dios, que aun estando en la Cruz y siendo insultado por aquellos por los cuales estaba muriendo… La oración de Jesús fue:
Lucas 23.34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Pero: ¿Quiere decir esto que como Dios va ser fiel a pesar de nuestra infidelidad, entonces podemos dedicarnos a ser infieles porque de todos modos seremos salvados?
Es decir si la infidelidad es desconfianza, si la desconfianza nos lleva a pecar… ¿Como Dios va a ser fiel a su promesa, podemos dedicarnos a pecar porque ya nos salvamos?
La respuesta es depende. ¿Depende de que? Depende de si somos o no somos verdaderos hijos de Dios. Cuando la escritura dice:
1 Juan 3.8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
Está diciendo que si una persona cree que es hijo de Dios, pero se dedica a practicar el pecado, esta persona se está engañando, porque si practica el pecado es porque no es un hijo de Dios, por lo tanto tampoco tiene la salvación, y aunque Dios sea fiel, esta fidelidad no beneficiará a esta persona porque por su deseo de seguir pecando no se ha involucrado en el Nuevo Pacto.
Creo que para que no haya confusión a este respecto, el pasaje continúa e insiste:
1 Juan 3.9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
Confirma nuevamente que aquel que no ha nacido de nuevo, que no tiene salvación, si puede practicar el pecado, mientras que el que ha nacido de nuevo no puede practicar el pecado porque Dios no lo deja.
Es decir Dios es fiel manteniendo la puerta abierta, para que todo aquel que crea se pueda salvar. Y después de ser salvados Dios sigue siendo fiel en su propósito de salvarnos del pecado.
¿Qué quiere decir esto? Pues es lo que menciona el pasaje de hebreos cuando dice:
Hebreos 12.6–8 Porque el Señor corrige a quien él ama, y castiga a aquel a quien recibe como hijo.” 7Ustedes están sufriendo para su corrección: Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija? 8Pero si Dios no los corrige a ustedes como corrige a todos sus hijos, entonces ustedes no son hijos legítimos.
Cuando una persona que cree ser cristiana, se dedica a practicar el pecado y lo puede practicar a sus anchas sin ningún tipo de disciplina, es porque es un hijo del demonio que va para el infierno.
Pero cuando un auténtico hijo de Dios quiere practicar el pecado, entonces Dios en su fidelidad y con una gran paciencia y misericordia, aplicará las disciplinas necesarias para impedir que practiquemos el pecado.
La pregunta que nos podemos hacer es: ¿Siempre las disciplinas de Dios lograran su cometido?
Ante este tipo de preguntas hay algunos que citando ciertos versículos, por ejemplo:
Romanos 9.19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?
Isaías 43.13 Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?
Ciertamente Dios es poderoso, y cuando Dios quiere hacer algo no hay absolutamente nadie que se lo puede impedir, prueba de esto es que el plan de salvación seguirá su curso a pesar de la oposición del maligno, las huestes de maldad y los hombres, porque aún las profecías se cumplirá por mano de los incrédulos, porque así de grande es el poder de Dios.
Sin embargo este Dios poderoso ha dado libertad al hombre para escoger si cree o no en Dios. Y Dios respeta esa libertad.
Dios siempre permanecerá fiel. Cuando él dice a través de su palabra:
1 Timoteo 2.4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
El por su fidelidad mantendrá la puerta abierta para que así sea en el último momento como el ladrón en la Cruz, cualquier que creen él se pueda salvar.
E igualmente por su fidelidad, seguirá tratando nuestras vidas para llevarnos a la santidad… Tratamiento ante el cual podemos responder, o al cual nos podemos negar… Lo cual traerá pérdida para nuestra vida pero no por falta de fidelidad de Dios sino por nuestra infidelidad.
Y con esto quiero decir que si pretendemos practicar el pecado, y Dios nos disciplina para que no lo hagamos, pero a pesar de eso seguimos pretendiendo practicar el pecado… creo que si Dios sabe que no vamos a volver a estar sujetos a su voluntad, tomara la decisión de llevarlos a su presencia.
Por esto podemos encontrar pasajes que dicen lo siguiente:
1 Corintios 3.11–15 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
Dos cosas muy importantes para revisar frente a la fidelidad de Dios…
¿Ya somos verdaderos hijos de Dios? La segunda es: ¿Estamos aprovechando los tratos de Dios?