Hay quienes plantean la vida cristiana como si fuera un proceso en el cual, para poder salvarse estamos obligados a vivir una vida muy sufrida. Tan fuerte es este pensamiento que algunos con el objetivo de crecer espiritualmente y así dejar sus pecados, han llegado a la flagelación y el auto sacrificio, según ellos para agradar, o recibir el favor de Dios.
Sin embargo hemos estado leyendo en la escritura que Dios nos da una orden muy clara en la cual nos dice que debemos vivir contentos todo el tiempo… “Estad siempre gozosos”
El asunto es que cuando Dios da una orden, debemos creer que bajo el Nuevo Pacto, esa o esas órdenes las podemos cumplir, por supuesto con la ayuda del Espíritu Santo.
Sin embargo, a veces llegamos a pensar que ciertas ordenes, al menos para nosotros es imposible cumplirlas. Y cuando llegamos a esta conclusión, no estamos siendo conscientes que si fuera cierto que Dios nos pide cosas que es imposible cumplir, lo que en realidad estamos diciendo es que Dios es injusto, tramposo, falto de amor y que al final lo que desea es hacernos mal.
Pero Dios no es así. Dios es amor, y para ser un Dios de amor, es obligatorio que haya también perfección absoluta, justicia, misericordia, paciencia y muchas cosas más.
Por lo tanto debemos desechar de nuestra mente la idea de que no podemos obedecer a Dios, porque esa sola idea que es equivocada, nos va a impedir obedecerle.
Contrario a esto, aunque ciertamente en nuestro poder no podemos obedecer a Dios… Y eso en realidad significa que con nuestra manera de pensar no podemos obedecer a Dios, lo cierto es que con el poder del Espíritu Santo, que en cierto modo significa aprendiendo a pensar como Dios dice que debemos pensar, si es posible obedecerle.
Eso quiere decir que si podemos cumplir con la orden que Dios nos ha dado de:
1 Tesalonicenses 5.16–18 Estad siempre gozosos. 17Orad sin cesar. 18Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
