Cuando revisamos en la historia del padre de la fe Abraham, podemos notar que de parte de Abraham la razón de su relación con Dios era obtener las cosas que él necesitaba para vivir bien en la tierra. Para cumplir sus sueños: Necesitaba una tierra que evidentemente le fue entregada, pero también necesitaba una descendencia que ocupará esa tierra después de su muerte, y eso también le fue entregado.
Eso me hace recordar un texto de la escritura que dice:
Oseas 11.4 Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.
Al hombre perdido le es difícil entender el amor de Dios… Por eso las cuerdas humanas…
Estas son las palabras de Dios hechas a estos descendientes de Abraham el pueblo de Israel, que a pesar de la insistencia de Dios para que le siguieran ellos insistían enseguir a los dioses paganos… sin embargo Dios se las ingenio para que en su necesidad humana ellos pusiera sus ojos en el.
La escritura no nos cuenta la historia completa respecto de Abraham pero hay un detalle supremamente importante que dice de él, y es el siguiente:
Hebreos 11.9–10 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; 10porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
El problema con nosotros los cristianos que podemos ver también en Abraham, es que Abraham insistió con Dios para conseguir las cosas materiales que necesitaba para vivir en la tierra, porque no le preocupaba en lo absoluto su salvación eterna: no tenían ningún temor de ir a parar al infierno, ni ninguna motivación de querer estar en el cielo. Igual estmucha gente.
Lo bueno es que Dios en su misericordia, no sabemos como, le hizo entender lo importante de la salvación, y por eso es que podemos leer que aunque recibió todo lo que materialmente necesitaba vivió como extranjero en medio de sus posesiones porque esperaba llegar a vivir en la Jerusalén celestial.
Ese mismo problema tiene que ser solucionado en nosotros, porque desafortunadamente a veces nuestra relación con Dios está basada en recibir las cosas que necesitamos para vivir, pero al igual que Abraham no estamos muy conscientes de la importancia de la salvación.
En el viejo pacto no se habla mucho de este asunto, pero en el nuevo pacto es uno de los énfasis más importantes.
