FE FINGIDA – PARTE 4

FE FINGIDA – PARTE 4

I. INTRODUCCIÓN

Si en las escrituras buscamos a los que muchos han llamado los grandes hombres de Dios, al revisar sus historias, vamos a encontrar en todos ellos un común denominador, y es que la vida los golpeó de tal manera, que llegaron a perder la confianza que tenían en sí mismos. Esto le pasó a Moisés, David, José, Jacob, el apóstol Pablo, etc.

Este quebrar o perder la confianza en sí mismos, es algo que a los ojos de los humanistas, de los psicólogos, y aún de los religiosos, no es bien visto. Y es más difícil de entender cuando saben que es Dios quien a través de circunstancias muy difíciles, los trató de esa manera, para lograr ese objetivo.

¿Si son los seres humanos quienes destruyen la confianza que los hombres tienen en sí mismos, para poderlos controlar, es entendible; pero que Dios, un Dios de amor sea quien lo haga, no parece tener sentido?

¿Por qué? Pues porque los hombres creen que si algo necesita una persona para vivir una vida exitosa, es que tenga un valioso concepto de sí mismo, de tal manera que la persona crea que puede lograr los objetivos que se plantea, o de otra forma ni siquiera intentaría lograrlos.

Es por esta razón, que para remediar el problema de la falta de valía, se han creado aquellos programas de autoayuda, para recuperar la valía y poder tener el valor de enfrentar la vida logrando el éxito.

Paralelo a ésto surgen ciertas filosofías o doctrinas que hablan del positivismo y la confección positiva. Y se les escucha decir cosas como: “No uses palabras negativas en tu lenguaje, no tengas pensamientos negativos, no te juntes con los pesimistas”. Y muchas cosas similares que ellos creen que son la solución a este problema.

Por esta misma razón desde pequeños nuestros hijos han oído frases como; “tú puedes” “tú eres un campeón” “no se deje ganar de los demás” “los hombres no lloran”

Y entonces la pregunta que nos podemos hacer es: ¿Por qué los hombres insisten en creerse completamente auto suficientes, mientras que Dios insiste en mostrarle al hombre que no debe confiar en sí mismo?

Y entonces la pregunta es: ¿Te has preguntado alguna vez por qué Dios no desea que tú confíes en ti mismo?

Es más: ¿Has logrado detectar aquellas situaciones o circunstancias, a través de las cuales Dios te está diciendo con claridad, que no confíes en tus propias decisiones, ni en tu propia capacidad?

Les hago la pregunta porque hay personas a las cuales he visto que Dios ha tratado fuertemente, y son tan orgullosos y tan obstinados, que no logran entender lo que Dios les quiere enseñar.

Contrario a estos que no aprenden, podemos ver la experiencia del apóstol Pablo a través de la cual nos enseña esa valiosísima lección. Dice así:

2 Corintios 1.8–10 Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.

Producto de la persecución, cuenta de una situación tan complicada qué pensaron que allí de manera irremediable terminarían perdiendo la vida. Es decir; llegaron a reconocer su total incapacidad para poder solucionar esa situación.

Pero lo bueno de esta situación, porque la promesa dice que todas las cosas ayudan a bien, es que el apóstol entendió con claridad el propósito de Dios, y por eso continúa diciendo:

2 Corintios 1.9-10 Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; 10el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte;

Entendió con claridad que Dios no quería que confiara en su capacidad para solucionar ese problema, porque en quién debería confiar es en un Dios tan poderoso, que es capaz de hacer lo que a los hombres les es imposible hacer. Resucitar muertos. ¿Porque si Dios es capaz de resucitar muertos qué será lo que Dios no pueda hacer?

Es importante que entendamos que esta clase de lección, todos los auténticos cristianos la tenemos que aprender. Y cuando lo hacemos, vemos qué hay una enorme diferencia, entre vivir la vida confiando en nuestras capacidades o en nuestro poder, a vivir la vida confiando en el poder de Dios que es capaz de resucitar muertos.

Cuando confiamos en qué Dios está en el control entonces experimentamos una paz que sobrepasa todo entendimiento. Cuando creemos que las respuestas dependen de nosotros o de otros hombres, entonces la angustia, el estrés, el aburrimiento, el pesimismo y otros malos sentimientos serán los que controlen nuestra vida.

Esta misma importante lección nos es recordada cuando el Señor nos dice en su palabra:

Filipenses 4.6–7 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento es el resultado de no confiar en nosotros para confiar en Dios.

Sin embargo destruir esa confianza en nosotros mismos, para llegar a experimentar esta paz de Dios, tiene varias etapas. Y con esto me refiero a que esta confianza en los hombres la perdemos poco a poco.

Por ejemplo; cuando hablamos de la fe muerta, estamos hablando de hombres que confían en el poder de Dios. Pero estos hombres que dejaron de confiar en su poder para confiar en el poder de Dios, todavía no han aprendido a confiar en que los planes de Dios son mejores que los de ellos.

Es por esta razón que ellos depositan una enorme fe en Dios, pero no para que Dios haga las cosas como el ha planeado, sino para que las cosas salgan de acuerdo a los deseos de ellos.

Ya explicaba la semana pasada que estos personajes de la fe muerta, no pueden decirle a Dios con sinceridad frente a alguna circunstancia, que se haga la voluntad de Dios.

Porque en realidad les aterra que las cosas no se hagan como ellos desean. Por esto si oran por algún negocio, esperan que Dios les ayude a realizarlo. Y si oran por la sanidad de una persona, están convencidos que Dios debe responder sanando a esta persona. Y si oran por alguna pelea, entonces esperan recibir el respaldo de Dios para ganar esa pelea… Y si al final de sus oraciones llegan a decir… “Dios mío hágase tu voluntad” si lo que sucede no es como ellos desean, entran en conflicto con Dios.

El pecado de estos hombres, es que confían en que Dios haga las cosas como ellos creen que es mejor hacerlas. Y como he mencionado, vivir con esta fe muerta, es un pecado tan grave que ni siquiera les permite obtener la salvación.

Pero estos no son los únicos que tienen un problema al dividir su fe. Porque cuando confío en que Dios puede hacer las cosas como yo deseo, tengo una fe dividida. Confío en su poder, pero no confío en su voluntad.

Hay otros que tienen este mismo problema de una fe dividida, y han tratado de arreglar este problema de no confiar en la voluntad de Dios, pero de una manera que a terminado siendo un pecado mucho más grave.

Estos personajes son los de la fe fingida que el apóstol Pablo menciona en la primera carta a Timoteo. Dice así:

LA FE FINGIDA

1 Timoteo 1:3 al 4 Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, 4ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora.

El pecado de los que tienen fe fingida, comienza cuando dejan que su cristianismo se contamine con doctrinas diferentes. Y por esto el apóstol Pablo encarga a Timoteo para que vaya a detener lo que está sucediendo.

Una doctrina es en realidad las normas que una religión cualquiera pueda tener. Y bajo esta definición podemos decir que existe la doctrina cristiana, existe la doctrina musulmán, la doctrina judía, católica, y tantas doctrinas como religiones, incluida la doctrina satánica.

Este asunto no es un problema para el cristianismo, cuando esas diferentes doctrinas se enseñan aclarando que corresponden a otras religiones.

Es decir; si alguien viene acá y dice; les voy a enseñar la doctrina musulmana que los musulmanes seguimos, o la doctrina de buda, o la doctrina católica. Pues las personas van a escuchar y van a tomar la decisión, de sí creen en la doctrina cristiana o si creen en cualquier otra doctrina. Eso no tiene problema, cada uno decidirá.

Pero es muy diferente cuando esa mala doctrina se enseña de un modo camuflado, como si fuera parte de la doctrina Cristiana. Eso sí es un problema supremamente serio, especialmente para los indoctos que comienzan en la fe cristiana, y por lo que podemos seguir leyendo, eso es precisamente lo que estaba pasando. Continua el apóstol:

1 Timoteo 1:5 al 6 Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, 6de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, 7queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.

Podemos ver que la razón para ordenarle que fuera a detener las malas enseñanzas que se estaban dando, es un amor nacido de un corazón limpio, es decir un amor verdaderamente sincero, lo cual implica que hay también un deseo genuino de ayudar a estas personas.

Este amor debe incluir una buena conciencia, es decir la convicción de estar haciendo las cosas de manera recta delante de Dios. Y también una fe real, es decir una fe auténtica basada en la verdad, y por esta razón menciona que es, una fe no fingida.

Además aclara que estas buenas características, no las tienen aquellos que están contaminando el cristianismo con estas malas doctrinas. Y también que su mala actitud los ha llevado a creerse muy sabios respecto de las cosas de Dios, cuando en realidad no tienen ni idea de lo que están hablando.

Y es aquí cuando se usa por primera vez en la escritura el término de fe no fingida. Esta fe no fingida era la fe de Timoteo, mientras que la fe de aquellos que estaban enseñando esas malas doctrinas, si era una fe fingida.

Pero aquí es muy importante hacer la siguiente aclaración: ¿Qué es lo fingido?

En nuestro idioma cuando leemos de una fe fingida, como si habláramos de un dolor fingido o una alegría fingida, lo primero que pensamos es, en que se está fingiendo la fe.

Es decir alguien dice tener confianza pero como la realidad es que no la tiene, entonces finge tener esa confianza. Algo así como aparentar estar tranquilo cuando la angustia lo carcome por dentro.

Sin embargo hay que aclarar, que esta fe fingida es algo real. Es decir; no es que las personas digan tener fe y no la tengan, porque la realidad es que estas personas de fe fingida tiene mucha fe.

Esto puede sonar contradictorio pero la explicación es la siguiente. La fe de estas personas es real, pero está depositada en doctrinas que no son parte del cristianismo, pero que ellos las han añadido y por supuesto las presentan como si fuera el verdadero cristianismo.

Y allí es donde está lo fingido. Enseñan y creen en doctrinas que no son cristianas, pero que fingen ser cristianas. Es decir lo fingido no es la fe, lo fingido es el cristianismo.

En otras palabras decir que la fe es fingida es igual a decir que ellos creen en un cristianismo que es fingido. Confirmando esta interpretación, podemos leer un pasaje donde la palabra fe no es usada para mostrar la confianza que debemos tener, si no para definir el cristianismo. Dice así:

Hebreos 12.1-2 corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…

Lo que el texto en realidad está diciendo es que Jesús es: “El autor y el consumador del cristianismo. El autor de la doctrina cristiana.”

Y ese mismo uso le está dando el apóstol Pablo a la palabra fe. Por eso cuando dice que la fe es fingida, de lo que está hablando es de una doctrina cristiana falsa, pero qué finge ser verdadera.

Aunque ésta fe fingida solamente la menciona el apóstol Pablo en las cartas a Timoteo, podemos ver que las advertencias contra este cristianismo fingido aparece en otras de sus cartas.

Por ejemplo; el apóstol Pablo exhortaba a los cristianos de Corinto, porque a pesar de haber recibido una sana doctrina, ellos con facilidad permitían que otros vinieran a dar enseñanzas totalmente contrarias, por eso les escribe diciéndoles:

2 Corintios 11:4 Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis;

Notemos que el problema de estos cristianos en Corinto, es que cualquiera venía y les daba diferentes enseñanzas, y las aceptaban sin problema.

Y cuando los cristianos aceptan enseñanzas diferentes a las de una sana doctrina, lo que esto nos muestra, es que hay un problema de fondo muchísimo más serio.

¿A qué me refiero? Pues resulta que una de las promesas del Señor para nosotros los hijos de Dios, es que si nuestra actitud es la correcta, entonces podremos con facilidad gracias al Espíritu Santo, confirmar que lo que se nos está enseñando es la verdad, o descubrir el engaño de las enseñanzas que nos están dando. La promesa dice así:

1 Juan 2.27  Ustedes han recibido al Espíritu Santo, y él vive dentro de cada uno de ustedes, así que no necesitan que nadie les enseñe lo que es la verdad. Pues el Espíritu les enseña todo lo que necesitan saber, y lo que él enseña es verdad, no mentira. Así que, tal como él les ha enseñado, permanezcan en comunión con Cristo.

Está promesa es súper, pero super importante, porque gracias a ella los cristianos podemos reconocer, tanto la verdad como la mentira respecto de las enseñanzas que nos dan acerca del cristianismo.

Esto quiere decir que cuando una persona que se dice ser cristiana es engañada con malas doctrinas, lo que puede pasar es que el Espíritu de Dios no está en esa persona, y si es asi quiere decir que no es un hijo de Dios, y que no tiene salvación.

La otra opción es que si sea un auténtico hijo de Dios, pero esta siendo engañado porque su corazón no es limpio, es decir; no quiere hacer la voluntad de Dios, y por eso pone atención a doctrinas que le permiten hacer lo que el realmente quiere hacer, de tal manera que corrompe su conciencia, para terminar pensando, que eso que él quiere hacer, es realmente la voluntad de Dios.

Ahora: Imagínese que alguien sabe la receta de una torta de frambuesa deliciosa, y otro comienza a hacerle adiciones y cambios, y más cambios a la receta, y al final no le pone frambuesas sino fresas. Lo cierto es que aunque la torta tenga la misma forma y aunque el sabor sea aparecido.. Esa ya no es una torta de frambuesa.

El cristianismo fingido es eso, un cristianismo dónde los principales ingredientes ya no están, y la falta de ellos cambia tanto el mensaje, que ya no se expresan los verdaderos deseos de Dios.

Sin embargo ellos lo siguen presentando como cristianismo, y por eso la escritura lo llama fingido. Porque fingen ser auténticos cristianos pero no lo son.

Si miramos nuevamente el pasaje podemos ver algunos ingredientes muy importantes que ya no están, aunque parece que estuvieran. Dice así:

1 Timoteo 1:5 al 6 Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, 6de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, 7queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.

No hay duda que el auténtico cristianismo nos pide que amemos con el amor de Dios. Pero para poder amar con el amor de Dios son necesarios algunos ingredientes.

El primero que menciona es un corazón limpio, lo cual indica un corazón que no es afectado por intereses egoístas o mal sanos, sino que con toda sinceridad quiere trasmitir el amor de Dios.

Lo segundo que se necesita para amar con el amor de Dios es una buena conciencia. Y una buena conciencia es el resultado de un genuino deseo de hacer la voluntad de Dios, por encima de cualquier cosa.

Más aún, podemos en determinado momento pecar, pero si tenemos una buena conciencia inmediatamente pediremos perdón a Dios y a nuestros semejantes, y pediremos también la ayuda de Dios para continuar haciendo su voluntad.

Y lo tercero que menciona es una fe no fingida, es decir para amar con el amor de Dios, necesito conocer la doctrina, las enseñanzas, y el propósito del auténtico cristianismo, pues el cristianismo es en realidad la manifestación del amor de Dios para los hombres.

Es por eso que es imposible amar con el amor de Dios, si no conozco una sana doctrina que me guíe para dar ese amor.

Y estas tres cosas básicas indispensables para el auténtico cristianismo, son las que pasan por alto los de la fe fingida, de tal manera que su cristianismo no puede manifestar el amor de Dios, tampoco puede corregir las conciencias de quienes lo practican, ni tampoco pueden conocer la verdad ya que su mala actitud les impide disfrutar de la promesa del Espíritu Santo.

Y es por esto que en el verso siete dice:

1 Timoteo 1: 7 queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.

Que estos hombres con esta fe fingida no tienen ni idea de lo que hablan, ni de lo que afirman. Y aún así se creen muy versados en el conocimiento de la escritura.

Lo cual también da a entender que para dar sus enseñanzas si usan la escritura, pero por causa de su mala actitud, su mala conciencia y su ignorancia, pues la mal interpretan para poder dar sus enseñanzas.

Por ejemplo: En esta época había una fuerte influencia con el gnosticismo, que predicaba que quien tenía relaciones sexuales estaba desperdiciando energía que era necesaria para llegar a la perfección… Esto hizo que ellos se dejarán influenciar y terminaron enseñando, que tener relaciones sexuales aun dentro del matrimonio era pecado.

Pero eso no es lo que enseña la sana doctrina cristiana. Ella enseña que cumplir el deber conyugal es una obligación, que aun si deja de cumplirse porque decidieron orar y ayunar por unos días, debe ser por corto tiempo para que no los tiente Satanás.

Pero ellos en nombre del cristianismo llegaron a enseñar, que si una mujer tiene hijos entonces es porque tuvo relaciones sexuales por lo cual su salvación está en juego.

Sin embargo, lo incoherente del asunto, porque así es el cristianismo fingido, en primer lugar no toman en cuenta la orden dada de cumplir el deber conyugal. Lo cual sería suficiente para mostrar lo falso de sus enseñanzas.

Y en segundo lugar, muestra otro pecado que es la parcialidad. ¿Porque si enseñan que es pecado tener relaciones sexuales, porque acusan sólo a las mujeres y no a los hombres?

Recuerdan el pasaje donde a Jesús le traen una mujer que fue cogida en adulterio para ser apedreada… Pues bien, la mala actitud de quienes trajeron esta mujer, está en que no trajeron al hombre con el cual ella estaba. Porque según la ley ambos debían ser apedreados.

Pues así de incoherentes son las doctrinas de los de la fe fingida, de tal manera que les toca tomar solo ciertos pasajes de la escritura para que no se haga evidente su error.

En este caso para contrarrestar esta mala enseñanza de que en la abstinencia sexual dentro del matrimonio hay santidad, y para aclarar este error, encontramos que en la carta se dice respecto de la mujer:

1 Timoteo 2:15 Pero se salvará engendrando hijos, si permanece en fe, amor y santificación, con modestia.

Más aún, si no entendemos el contexto de las malas enseñanzas, alguien podría decir que la mujer que no tiene hijos no se salva, porque el apóstol está colocando como condición que debe engendrar hijos para salvarse.

Pero entendiendo el contexto, entonces sabemos qué la interpretación correcta es que la mujer se salvara aunque tenga hijos… Pero si permanece en la fe.

Este cristianismo fingido sigue abundando entre los llamados cristianos, porque hay muchos que en realidad no quieren hacer la voluntad de Dios aunque digan que si, y como pretenden ser cristianos tienen que seguir cambiando la interpretación de las escrituras para respaldar sus desvaríos.

Y por esto en esta carta, el apóstol nos advierte que al pasar el tiempo las enseñanzas cada vez serán más torcidas. Dice así:

1 Timoteo 4.1-3 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 2por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, 3prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.

En los más de 40 años de vida cristiana he podido ver la realidad de esta profecía, pues he podido ver como cada vez son más osados para predicar barbaridades, totalmente contrarias al auténtico cristianismo, pero siguen llamándose cristianos.

Y pienso que parte de lo grave del asunto, es que como ocurría en la iglesia de Corinto, hay muchos cristianos que no entienden la gravedad de esto, es decir no entienden que torcer la escritura para dar estas enseñanzas, es obra de Satanás… Y tristemente se han acostumbrado a recibir tanto buenas como malas enseñanzas, como si eso fuera lo normal en una iglesia.

Y ciertamente podrá ser normal en muchas iglesias, pero es supremamente grave porque el pasaje dice que estas personas escuchan a espíritus engañadores que los llevan a enseñar doctrinas de demonios…

Y a pesar de estar haciendo esto siguen creyéndose y llamándose cristianos, porque como ya tienen la conciencia cauterizada no son capaces de ver la gravedad de lo que están haciendo.

Es decir; ya no son sensibles al pecado que cometen, de tanto cometerlo. Y peor aún; están plenamente convencidos de estar diciendo la verdad… Por eso el apóstol advierte:

1 Timoteo 1.8 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente;

Las escrituras son una enorme bendición si se usan de la manera adecuada. Ahora; este cristianismo fingido puede conservar muchas cosas de las que está compuesto el auténtico cristianismo.

Por ejemplo siguen hablando de la fe, siguen hablando de obediencia, pero obediencia a esas nuevas doctrinas, también insisten mucho en la honra a sus dirigentes, los que se hacen llamar los ungidos de Dios, siguen hablando de milagros, de sanidades y por supuesto siguen usando nombre de Jesús, y aunque hablan del amor, es un concepto de amor totalmente equivocado y totalmente diferente del amor de Dios.

Y cuando sacamos el amor de Dios del cristianismo, esto es tan grave que todo lo demás que podamos hacer pierde por completo su valor. La Escritura dice así:

1 Corintios 13.1-3 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

La falta del amor de Dios en lo que hacemos hace que toda nuestra sabiduría sea pura bulla… si no hay amor de Dios en nosotros no importa todo los dones y talentos o milagros que podamos hacer en realidad no somos nada adelante Dios… Y la falta del amor de Dios en lo que hacemos, hace que todo lo que hagamos así serán los sacrificios más enormes, no nos sirvan de absolutamente nada.

La falta del de amor de Dios en nuestra vida descalifica por completo todo lo que hacemos. ¿Por qué? Porque donde falta el amor de Dios lo que realmente está faltando es Dios, y por lo tanto no puede haber verdadera bendición.

Ahora, además de la falta del amor de Dios: ¿Cuales son las principales características o pecados que cometen estos que viven este cristianismo fingido?

El primero es el mal uso de las escrituras que los lleva a torcer su interpretación.

A veces nos formamos un mal concepto de cierta iglesia, porque conocemos a un cristiano de esa iglesia que da un pésimo testimonio. Y entonces por un pecador pagan los justos.

Pero también ocurre que muchos dejan de creer en la escritura, al ver a cierta clase de cristianos que usan la escritura para dar sus enseñanzas, pero sus enseñanzas y su comportamiento deja mucho que desear.

Y como el mal testimonio de estos creyentes de la fe fingida, puede afectar la credibilidad que otros tienen de las escrituras por esto el apóstol aclara:

1 Timoteo 1.8 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente;

Cuando se tuerce la interpretación de un pasaje de la escritura, este luego no encaja con el resto de la escritura. Es como si usted coge la ficha de un rompecabezas y con unas tijeras le hace una modificación para que encaje en un lugar que no le corresponde. Eso puede parecer que se a colocado en el lugar correcto, pero el tiempo veremos que esa ficha no encaja con el resto del rompecabezas.

Así son las predicaciones de este cristianismo fingido, son fichas que se sacan de contexto y se acomodan para dar un mensaje que llaman cristiano sin serlo. Pero el problema de ellos es que no pueden respaldar sus enseñanzas a lo largo de toda la escritura.

Por lo tanto como ya mencioné, les toca omitir ciertos pasajes, ignorarlos por completo, interpretarlos cada vez peor, para poderse sostener en sus malas enseñanzas.

Personas en liderazgo sin la madures necesaria.

Un segundo elemento que resalta en el cristianismo fingido, es que las posiciones de liderazgo son ocupadas por personas que de acuerdo los parámetros dados en la escritura, no deben estar allí.

Es decir las razones por las cuales esas personas están en el liderazgo no son razones espirituales. Y por eso en esta carta como en ninguna otra, se hace una lista de las características que debe tener la persona que en la iglesia ocupa liderazgo. Dice así:

1 Timoteo 3.1-7 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5(pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 7También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.

Pero a pesar de todos estos requisitos es común ver en el liderazgo de estas iglesias hombres que no los cumplen, cuyas esposas no son sujetas, cuyos hijos tampoco lo son, con actitudes de orgullo, prepotencia, ambiciosos, codiciosos, aún muy ignorantes respecto de las escrituras y muchas otras cosas más.

Otro de los grandes errores de estos personajes de la fe fingida es: Un generalizado amor al dinero.

Al hablar de los requisitos de los obispos uno de ellos es:

1 Timoteo 3:3 no codicioso de ganancias deshonestas,

Cuando habla del requisito a los diáconos también dice:

1 Timoteo 3:8 ni codiciosos de ganancias deshonestas;

Cuando habla del atavío a las mujeres dice:

1 Timoteo 2:9-10 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, 10sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.

Y en términos generales advierte para todos los creyentes:

1 Timoteo 6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron atormentados con muchos dolores.

Por lo tanto la recomendación es:

1 Timoteo 6:6 al 8 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.

Al ver todo esto es obvio que lo que se quiere combatir es esa mala enseñanza del cristianismo fingido que ánima a los creyentes a ser ricos.

Esa es una de las especialidades del cristianismo fingido. Dar entender que los cristianos por ser hijos de Dios deben ser personas prósperas, pudientes, completamente sanas.

Pues torciendo las escrituras han llegado a enseñar que Jesús era millonario, que los discípulos eran millonarios y que sí nuestros pecados han sido perdonados al salir de la maldición, la riqueza debe abundar en todo sentido en nuestras vidas.

Por supuesto los pasajes que contradicen esta mala enseñanza son muchos. Sólo quiero mostrarles uno que les aseguro que ninguno de estos maestros de la prosperidad tocan en sus enseñanzas.

Santiago 5:4 al 6 He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. 5Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. 6Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia.

Aquí se está hablando de la injusticia de aquellos que estando en el gobierno, que siendo los ricos del país están matando de hambre a los pobres, y ellos no les hacen resistencia.

Pero también menciona que los clamores de aquellos que están siendo abusados por los ricos han llegado a los oídos del Señor.

La pregunta es: ¿Qué hará Dios todo poderoso por aquellos pobres cristianos que le están clamando por las injusticias que están viviendo? ¿Cuál es la respuesta que Dios dará a su clamor?

Seguramente muchos dirán, Dios hará lo mismo que hizo con el pueblo de Israel cuando estaba esclavo en Egipto. Dios los librara, Dios levantará un libertador.

Sin embargo, bajo el Nuevo Pacto, un pacto con mejores promesas y muchísima, muchísima más bendición que el viejo pacto, lo que Dios a través de esta carta responde a aquellos que le están clamando, es lo siguiente:

Santiago 5:7 al 8 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. 8Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.

¿Qué les está diciendo? Que esperen hasta que él regrese. ¿Es una respuesta igual a las del viejo pacto? No por supuesto que no. Les está diciendo que tienen que esperar hasta que El regrese o hasta que ellos vayan a la presencia del Señor…

Pero estos de cristianismo fingido no enseñan esto, ellos hacen un fuerte énfasis en la importancia de las cosas materiales como si eso fuera lo más importante, como si para eso hubiese ido Jesucristo a la cruz.

Y no entienden que el problema no son las situaciones que les rodean, no entienden que el problema del hombre está en un corazón no convertido, un corazón que no conoce a Dios, un corazón que no entiende a Dios, un corazón que no le cree a Dios.

Y son tan obtusos en su forma de pensar que no pueden ver que aunque Dios libro al pueblo de la esclavitud en Egipto, siguieron siendo igual o peor de pecadores. Tanto que Dios no dejó que ellos llegarán a la tierra prometida por no haber creído en Él.

Volviendo a la primera carta de Timoteo podemos ver en el capítulo seis:

1 Timoteo 6:1 al 2 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina. 2Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta.

Lejos de enseñarle a la gente que debe soñar con ser ricos se les está diciendo que deben tener contentamiento.

Y aclaro que no es un pecado ser rico. Tan no lo es, que si Dios quiere hacerte rico tienes que aceptarlo como la perfecta voluntad de Dios, y tienes que administrar esa riqueza según la dirección de Dios.

El pecado es que por nuestra falta de contentamiento deseemos ser ricos… Y por eso la escritura dice:

1 Timoteo 6.8–10 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 9Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 10porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

Sin embargo, contrario a esto, he escuchado algunos de estos predicadores de la fe fingida decir cosas como; “sí alguno no desea ser rico está oprimido por Satanás”

Y eso lo presentan como cristianismo, como vida de éxito. Por supuesto nombran las otras cosas pero el énfasis estará en el dinero. Contrario a todo esto sigue diciendo la carta de Timoteo:

1 Timoteo 6:3 al 5 Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, 4está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, 5disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.

Se alguno enseña otra cosa diferente del contentamiento que debemos tener… No está enseñando lo correcto, está envanecido, está privado de la verdad, tiene corrompido el entendimiento, y por esto pretende hacer del cristianismo un negocio.

Y es tan grave todo esto, que aunque la escritura nos manda a ir a los pecadores para que estos tengan la oportunidad de convertirse, cuando se trata estas personas, es tan grave lo que estos hombres están haciendo, que nos dice que nos alejemos de ellos… Es como si su corrupción fuera tan grande que no hubiera posibilidad de conversión.

Complacencia y falta de confrontación del pecado

Otro de los errores comunes del cristianismo fingido es que en su énfasis por obtener posiciones de liderazgo y riquezas materiales, se han vuelto complacientes con el pecado, y no hablan con claridad de él en la iglesia.

Alguna vez me visitó una fiscal, que fue traía por unos discípulos que estaban en el Das y la Sigin, ella quería saber cómo era el manejo de los dineros en la iglesia, pues estaba investigando a varias iglesias cristianas muy grandes, que estaban involucradas en el lavado del dinero del narcotráfico…

Cuando se han perdido los verdaderos objetivos del cristianismo, pues tampoco hace falta una exhortación bíblica para dejar el pecado.

Es por esto que en esta carta viendo este faltante, el apóstol insiste en la importancia de confrontar a los feligreses con el pecado. Dice así:

1 Timoteo 5:20 al 21 A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman. 21Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad.

Algunos de estos líderes de las iglesias fingidas han llegado a declarar públicamente que ellos del pecado no hablan, que los hombres saben que son pecadores. Sin embargo este y muchos otros textos muestran que la obligación de la iglesia, es enseñarle a los feligreses lo que es pecado y lo que no lo es, para que puedan recibir la bendición de Dios.

Pero estos en lugar de hacerlo como dice el pasaje, con imparcialidad, en primer lugar hacen una clasificación de pecados donde ciertos pecados son horribles, y donde otros ni siquiera se consideran pecado, como por ejemplo el orgullo, la codicia, la falta de misericordia, etc.

Igualmente hacen una clasificación respecto de quien los comete. Es decir a algunos por ocupar ciertos puestos de liderazgo o por ser muy ricos, lo cual les permite dar aportes generosos en la iglesia, a estos personajes los pecados se le pasan por alto, mientras que a otros prácticamente se les crucifica.

Sin embargo estos “privilegios” lejos, pero muy lejos de permitirles tener una mejor vida, lo que hace es impedirles disfrutar del amor y la sanidad que Dios quiere dar a ellos. Es decir; este comportamiento está muy lejos del amor de Dios, pues es en realidad es un amor al estilo de los hombres, enfermiso, y que hace daño.

Por eso el apóstol cuando habla de la fe fingida la une a un corazón que no es limpio y a una mala conciencia.

Por supuesto hubo más distorsiones del cristianismo en esa época, como las podemos encontrar en la actualidad formando parte de ese cristianismo fingido.

Hay por ejemplo los que se han dedicado a enseñar que en la iglesia no hay autoridad. Que en las reuniones cualquiera se puede levantar a predicar, y cualquiera puede hacer lo que sea, porque él espíritu los mueve. Ciertamente el espíritu los nueve pero: ¿Cuál espíritu?

Estos entiendo que nacen como producto de vivir siendo abusados en iglesias donde el liderazgo no era conforme los patrones de Dios. Sin embargo lo que están haciendo es tan malo como lo que hicieron con ellos.

Están también los que han torcido las enseñanzas del diezmo, y niegan que haya que cumplir con este precepto, y entiendo que salen de iglesias en las cuales han sido abusados económicamente, enseñándoles conceptos falsos acerca de pactos y siembras, que son comunes en las iglesias donde la fe es fingida. Sin embargo irse al otro extremo es igualmente equivocado a lo que hicieron con ellos.

Están también los que ahora insisten en que son los apóstoles y los profetas los que tienen que gobernar toda la iglesia, y por supuesto si quieres estar bajo la autoridad del apóstol tienes que sostenerlos económicamente.

Todas estas mal interpretaciones de la escritura que forman parte de la fe fingida, impiden que los hombres experimenten el amor y la bendición de Dios en sus vidas. Por eso la recomendación del apóstol en la carta a Timoteo es:

1 Timoteo 6:11 al 12 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 12Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

Pelea la buena batalla de la fe es aquella batalla en la cual terminamos haciendo la voluntad de Dios, y donde la clave está en el conocimiento de la vida eterna. Y la vida eterna es Jesucristo.

Tenemos revisar nuestra vida respecto de la fe, porque aunque tengamos una fe real, auténtica, que nos haya llevado a que Dios haga de nosotros sus hijos, también es posible que en algunos aspectos nuestra fe sea muerta, es decir que insistamos en que las cosas deben suceder como nosotros creemos que deben suceder, y no nos dispongamos hacer la voluntad de Dios.

Pero también hay otros asuntos donde por nuestra terquedad de querer hacer las cosas a nuestra manera, hemos negado la verdad de la palabra de Dios, y hemos creído en doctrinas equivocadas para poder seguir pecando, pero creyendonos la mentira de que estamos haciendo la voluntad de Dios.

Cuántas mujeres toman la enseñanza de la sujeción como si fuera un abuso de la palabra de Dios… O cuantos cristianos ven la enseñanza del diezmo como si fuera Dios atacándolos… O cuantos ven el asunto de la abstinencia sexual en la soltería como si fuera Dios quitándoles el privilegio de disfrutar…

No creer en estos mandatos de amor, pensar que en que la doctrina es diferente para poder desobedecer a Dios es evidencia de una fe fingida… De un corazón que no es limpio o de una conciencia que quiere corromperse para seguir creyéndose cristiano al mismo tiempo que sigue practicando ciertos pecados…

Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude al descubrir la verdad y la mentira que hay en nuestros corazones…. Para que podamos verdaderamente disfrutar del amor de Dios, para que nuestra conciencia sea cada vez más conforme a los deseos de Dios, y para que nuestra fe este basada en la verdad de Dios… Porque como he dicho; tener mucha fe en una mentira no la convierte en verdad, y tener mucha fe en una promesa que no es cierta, tampoco hará que Dios la cumpla.

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