ESTAD SIEMPRE GOZOSOS 3
1 Tesalonicenses 5.16
I. INTRODUCCIÓN
Es normal el temor que los hombres siempre han tenido hacia las cosas sobrenaturales, hay una película que ha causado mucho temor porque el tema es acerca de un espíritu que viene y jala las cobijas o los pies y los arrastra cuando están dormidos…. Por supuesto este temor no es nuevo.
En la escritura vemos que en cierta ocasión un ángel del Señor se le apareció a un grupo de pastores, y aunque estamos hablando de un mensajero que viene de parte de Dios, ellos experimentaron un gran temor… Y no venía con un mensaje de juicio como para tener temor, sino con un mensaje de amor, pues este ángel les dijo:
Lucas 2.10–11 No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
Ellos no lo sabían pero la noticia que el ángel traía era la noticia más espectacular que los seres humanos pudieran recibir, por eso no debían sentir temor, porque les estaba anunciando que habia nacido el Salvador.
Y aunque la gente pueda pensar que hay muchos salvadores, este Salvador que había nacido era tan especial, que luego junto al ángel aparecieron una multitud de huestes celestiales que alababan a Diós…
Sin embargo, aunque la escritura dice que luego al final los pastores se maravillaron de ver que las cosas eran así como el ángel les había anunciado, no hay evidencia de que ellos sintieran un gran gozo por causa de este salvador.
Pero pasa el tiempo, el niño Jesús se convierte en el hombre, y comienza a vivir como lo que es, como El Salvador, y al pasar el tiempo producto de su ministerio podemos leer:
Lucas 8.40 Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban.
Bueno; aquí el asunto y has cambiado un poco, dice que todos le esperaban… Y que le recibieron con gozo, y la razón de ese gozo, era que habían oído acerca de las maravillas que hacía, y por su puesto algo esperaban recibir…
Luego leemos que cuando Juan el Bautista tuvo dudas acerca de quién era Jesús, y mandó a preguntarle, Jesús le dijo a los mensajeros:
Lucas 7.22–23 Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; 23y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.
Esa era la razon por la que se gozaban las multitudes, porque Jesús los salvaba del hambre, de las enfermedades, de la muerte y aún del infierno, y aquellos que no hallaban tropiezo en Jesús se gozaban cuando llegaba.
Porque también había otros que andaban enfurecidos por los milagros que hacía Jesús, estos eran los líderes religiosos a los que Jesús le estaba dañando el negocio.
II.¿SALVADOS DE QUÉ?
Sin embargo al pasar el tiempo Jesús comienza a aclarar, que es lo verdaderamente importante respecto de la salvación ofrecida por el, por esto, en cierta ocasión cuando sano a diez leprosos, nos cuenta la escritura:
Lucas 17.15–18 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. 17Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
Diez fueron sanados, pero solo uno que regresó glorificando a Dios por la vida de Jesus y se postró a sus pies fue salvado. Los otros nueve parece que sólo reconocieron a Jesús como su sanador, y como ya estaban sanos pensaban que no lo necesitaban más. Y sí por estar sanos nunca más volvieron a buscar a Jesús, seguramente en este momento deben estar en el infierno.
Tristemente hoy ocurre de la misma manera, es decir; hay muchos que aprecian o se gozan de la salvación que Jesús les ha dado respecto de su salud, su economía, y aun sobre la protección de su vida para no morir… Agradecen a Dios por no haber muerto en tal o cual accidente o circunstancia…
Pero por pensar que Jesús sólo sirve para eso, no han obtenido la salvación de su alma… Y lo más grave, es que eso no les preocupa.
También por eso mismo, porque no entienden de que realmente debe ser salvados, es que hay muchos que ni siquiera se acercan a Jesús, porque no tienen problemas de salud, ni económicos, ni de peligro de muerte, entonces para ellos Jesús no les sirve, pues ya tienen lo que creen que el podía darles.
Como creen no necesitarlo, el Señor Jesús no es motivo de gozo para sus vidas, y peor aún no se acercan a él porque creen que puede ser motivo de tristezas, por las cosas que imaginan que Dios les prohibirá o les mandara a hacer.
Pero estan totalmente equivocados, la escrituras nos muestran, que los que más se gozaron fueron los que más le hicieron caso. Por ejemplo dice su palabra:
Lucas 10.17–20 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
Salir de pueblo en pueblo compartiendo el evangelio, puede no ser algo muy agradable para muchas personas; pero ellos que lo hicieron se gozaban de los resultados.
Pero allí nuevamente Jesús aprovecha la situación para hacer una importantísima aclaración respecto de la salvación que el ofrece. Diciéndoles:
Lucas 10.20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
Que a pesar del poder que tienen sobre los demonios, esa no debe ser la razón de su gozo, Sino algo muchísimo más importante: ¿Qué es? Su salvación.
Eso quiere decir con toda claridad, que la razón de nuestro gozo, no debe ser ni la salud, ni el dinero, ni el éxito en el trabajo, ni el éxito ministerial, ni la familia, etc…. Sino la salvación; tanto nuestra, como la de los que nos rodean.
Pero: ¿Realmente apreciamos y nos gozamos por la salvación recibida? Creo que aunque la respuesta que damos es que sí, hay algo que nos permite evaluar que tanto apreciamos esa salvación, y es:
¿Qué tanto nos ocupa la salvación de las personas que decimos amar, como los padres, los hermanos, los hijos, los amigos?
Es decir: le ocupa o no le ocupa en lo absoluto que su madre, su padre o sus hermanos se vayan para el infierno? Pero creo que antes debería preguntarle a algunos: ¿Usted cree en el infierno?
Porque a los que no les ocupa la salvación de sus seres queridos, es porque realmente no creen ni en el infierno, ni en el cielo como ese lugar maravilloso donde viviremos por la eternidad.
Pero para Jesús, qué sabía que moriría recibiendo el castigo de los hombres por sus pecados para darnos oportunidad de salvación, para el el asunto de la salvación era de suprema importancia, tanto que Jesús manifiesta que ese es el propósito de su venida.
Lucas 19.10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Por eso un poco más adelante, seguramente no queriendo que esta lección se olvidara, Jesús vuelve y les insiste en lo importantísimo de la salvación y lo hace cuando fue criticado por los fariseos por acercarse a los pecadores; entonces les pregunta: ¿Qué siente un hombre cuando de cien ovejas se le pierde una, y al salir a buscarla la encuentra? La respuesta obvia es que se alegran. Y entonces les dice:
Lucas 15.7 Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
No hay alegría en el cielo por aquellas cosas que los hombres nos alegramos; por una casa, por un carro, por la salud… Pero si hay gozo en el cielo cuando una persona nace de nuevo, o cuando una persona crese en salvación, que es el resultado de un continuo arrepentimiento.
Y Jesús; luego de decir esto, insiste dando el ejemplo de una mujer que pierde una moneda y luego se goza con sus amigas cuando la encuentra. Y entonces les dice:
Lucas 15.10 Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
Que los ángeles también se gozan cuando alguien por haberse arrepentido obtiene la salvación. Y luego cuenta la parábola del hijo pródigo, de cómo cuando el hijo regresa, el padre se alegra y hace fiesta para recibirlo… Mientras que aquel que estaba con su padre, que no gozaba de lo que tenía, se quejaba por lo que su hermano recibía.
Y tal vez allí está representada la triste historia de muchos, que ha sido salvados pero no se alegran de la salvación que han recibido, qué están siendo tratados por Dios para que esa salvación sea efectiva, y no se alegran por ese tratamiento recibido.
Cuando lo correcto es que la salvación que hemos recibimos, y la obra de la salvación que es la transformación de nuestra vida, es lo debería mantenernos experimentando un continuo gozo, independiente de las circunstancias.
II. EL MOMENTO DE LA TRISTEZA
Jesús continúa con sus discípulos, y para ellos la vida en compañía de Jesús era de muchísimo gozo, pero un día comienza Jesús a anunciar que se va a ir…y esto consternó a sus discípulos, sin embargo él les dijo:
Juan 16.21 La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
Tan cierto es que algunas mujeres en el momento del parto llegan a insultar a sus maridos, pero, la alegría del hijo nacido hace que olviden su dolor y luego tengan más y más hijos.
Porque la realidad es que es un momento de dolor relativamente muy corto, (exagerando 24 horas) comparado con la alegría que un hijo puede darnos. Y tomando Jesús este ejemplo continúa diciéndoles:
Juan 16.22 También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.
Y déjenme decirles que esto no se refiere a que cuando ellos murieran se encontrarían con él y vivirian siempre gozosos. No, Jesús se refería a su muerte, a su resurrección y su encuentro con ellos, que era algo que sucedería tres días después.
Y efectivamente Jesús les fue quitado y fue tiempo de angustia para todos ellos… Pero de acuerdo a lo prometido, Jesús volvió a ellos:
Lucas 24.36–43 Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. 37Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. 38Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? 39Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. 40Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. 41Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? 42Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. 43Y él lo tomó, y comió delante de ellos.
Efectivamente volvió conforme a lo prometido, ellos estaban maravillados y llenos de gozo. y sabemos por las escrituras que luego pasó 40 días con ellos…
Hech 1.3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.
Traten de imaginarse esa experiencia, estar con él tres años, luego verlo crucificado hasta morir, luego verlo resucitado y durante 40 días estar recibiendo información acerca de lo que les esperaba a ellos cuando pasaran por el mismo proceso de la muerte y la resurrección… Creo que lo que deberíamos experimentar es un gozo muy grande de saber cuál va a ser el final, junto con un anhelo de que fuera lo más pronto posible, lo cual haría que hasta el temor a la muerte fuera erradicado de nuestra vida.
Y después de este “retiro espiritual” nos cuenta la escritura:
Lucas 24.50–53 Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. 51Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo. 52Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; 53y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.
Y si recordamos la promesa de Jesús, esta fue:
Juan 16.22 También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.
Que nadie podría quitarles el gozo que experimentaban por su Salvador y por su salvación. Y si usted revisa las escrituras notará que continuamente se habla del gozo que acompañó a sus discípulos de allí en adelante, sin importar las circunstancias, y tal vez por el resto de sus vidas.
¿Pero acaso esta promesa era sólo para los que estuvieron con el físicamente? Es decir: ¿El resto de los cristianos si tenemos que vivir aburridos la mayoría del tiempo?
Por supuesto que no, esta promesa es para todos aquellos que le reconocen como su Señor y su Salvador, que han nacido de nuevo lo que les permite entrar en comunión con Dios, y esa comunión y la salvación recibida deben ser la razón de nuestra alegría completa y permanente.
El apóstol Juan nos habla de este gozo cuando nos enseña acerca de la comunión, pues dice:
1 Juan 1.3–4 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 4Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.
Esta enseñanza está en los temas básicos que en esta Iglesia se enseñan a los principiantes. Y se explica que quien no experimenta esa alegría completa y permanente es; o porque en realidad no es cristiano; o porque anda en pecado; o porque está oprimido por Satanás con pensamientos osesivos.
Pero lo normal, es que el cristiano experimente un gozo permanente desde el momento de su salvación, es por eso que el apóstol Pablo, que no estuvo con Jesús, también comenzó a experimentar en su vida esa alegría completa y permanente, que luego guiado por el Señor comienza a ordenarnos que eso debe ser lo normal en nuestra vida, y que en las pruebas todavía debe haber mucho más gozo, porque en el momento de las pruebas es cuando se hace todavía más efectiva la salvación en nuestra vida, produciendo esos cambios necesarios en nuestro corazón.
Es decir debemos andar siempre gozosos por la salvación recibida, y debemos andar gozosos por la transformación que Dios opera en nuestra vida, que como es algo continuo también debe producir un continuo gozo.
III.¿QUÉ ES Y COMO ANDAR ESPIRITUAL?
Pero también el apóstol Pablo nos enseña, que la clave para disfrutar de este gozo es andando espirituales, y con esto se refiere a vivir nuestra vida dirigidos por el Espíritu de Dios. Por eso escribe:
Romanos 8.1–2 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Si no hay ninguna comdenación para el cristiano, si ha sido justificado y sigue siendo continuamente salvado, entonces debe andar con continuo gozo, a no ser que ande la carne.
Pero si anda en el Espíritu, el apóstol explica que la ley de vida en Cristo Jesús nos da el poder de experimentar ese continuo gozo.
Según esto, no hay duda, que quien no experimenta ese continuo gozo, es porque no está viviendo conforme al Espíritu, que es igual a decir que está viviendo en la carne.
Y si recordamos la enseñanza del hombre carnal, vimos que el cristiano carnal cree que anda en el Espíritu; y mucho cuidado con esto: Es por esto que el cristiano carnal, niega la posibilidad de vivir con ese gozo continuo.
Porque como él cree que anda en el Espíritu y no lo experimenta, cree que no es posible experimentarlo, y se justifica creyendo que debe ser una mala interpretación de la escritura.
Además el gozo que experimenta el cristiano carnal no está basado en la salvación, sino en los buenos resultados en el mundo, es decir en aquellas cosas que Jesús también da, pero que no son importantes, y como no siempre Dios les da todas las cosas que desean, entonces su alegría ni es completa, ni es permanente.
La semana pasado hicimos una evaluación acerca de las características del hombre carnal y una de las primeras cosas que se mencionó es que la experiencia del hombre carnal que un vaivén espiritual, pues su vida y sus emociones son manejadas por las circunstancias.
Espero que esa evaluación les haya ayudado a reconocer que tan espirituales o carnales son.
Y después de reconocer nuestra verdadera condición, es decir; después de reconocer que andamos en pecado y por eso no hay gozo continuo, tal vez la pregunta para muchos que desean cambiar sea: ¿Qué es entonces andar Espiritual? O ¿Cómo hago para andar Espiritual?
Hace años me enseñaron que para andar Espiritual era necesario tomar la decisión de andar espiritual, porque como Dios había prometido darnos el poder, sólo hacía falta nuestra decisión, y entonces nuestra oración era algo así como: 1 2 3 ya estoy espiritual… Pero muchas veces esto no funcionaba, y a muchos no les funcionaba nunca.
La escritura nos enseña varias cosas necesarias para andar espiritual.
La primera es que la persona debe haber nacido de nuevo que es igual a decir; debe tener el Espíritu de Cristo morando en el. El apóstol Pablo dice:
Romanos 8.9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
No es posible andar espiritual sino tenemos al Espíritu de Cristo morándo en nosotros.
Los segundo necesario es que la persona tenga la disposición de ser guiada por el Espíritu de Dios.
Romanos 8.14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Y esto tiene que ver con una voluntad dispuesta a hacer la voluntad de Dios, porque Dios a diferencia de Satanás no nos obliga, sino que nos pide que voluntariamente le sirvamos.
IV. EL PROBLEMA DEL OLVIDO
Y creo que aquí es donde surge el problema para muchos, porque no están verdaderamente atentos a la dirección de Dios para su vida, y aún, estoy seguro que muchas veces Dios da cierta dirección y esa dirección se olvida…
Hay una vieja historia donde se cuenta que el rey Saúl recibió las instrucciones precisas para hacer, y luego por causa de sus deseos termina haciendo las cosas de manera equivocada, pero pensando que está haciendo aún mejor de lo ordenado, entonces Dios a través del profeta lo confronta y le dice:
1º Samuel 15.22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
Obedecer lo que Dios nos pide hacer es más importante que los más grandes sacrificios o las más grandes obras que podamos hacer, pero para obedecer primero es necesario ”prestar atención” pues no prestamos atención lo más seguro es que olvidáremos lo que nos ha sido dicho, Y así será imposible obedecer.
¿Y porque creen que esa dirección se olvida?
Antes de contestar…¿Sabemos lo grave que es olvidarnos de Dios o de lo que él nos ha ordenado?
Hay muchísimos pasajes que muestran lo grave que es olvidarse de Dios, olvidarse de sus promesas, olvidarse de lo que la hecho por nosotros, uno de ellos dice:
Salmo 50.21 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, No sea que os despedace, y no haya quien os libre.
Creo que todos hemos pasado por la experiencia de olvidar ciertos favores que alguien nos ha solicitado, y cuando esto ocurre podemos pensar en varias razones:
A. NO ES IMPORTANTE PARA NOSOTROS QUIÉN NOS HABLA
No les importa la persona que les pidió el favor, por lo tanto lo que les pidió tampoco les parece importante, pero cuando les preguntaron dijeron que si, “por quedar bien” pero sin ningún verdadero compromiso, y por eso se olvidan, pero aún acordándose a la hora de la verdad la simple pereza o comodidad hace que no cumplan.
Eso claro que está mal, nuestro si debe ser si, y nuestro no no. Y por supuesto es mucho más serio si es Dios quien nos da una instrucción y no nos parece importante.
El pueblo judío ha vivido tan perseguido y esclavizado lejos de su tierra que Jerusalén, su tierra se a vuelvo supremamente importante para ellos, estar en Jeruzalen es estar salvos para ellos, y por eso su oración delante de Dios ha sido:
Salmo 137.4–6 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová En tierra de extraños? 5Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, Pierda mi diestra su destreza. 6 Mi lengua se pegue a mi paladar, Si de ti no me acordare; Si no enalteciere a Jerusalén Como preferente asunto de mi alegría.
La historia secular cuenta que los judíos cada vez que se despedían lo hacían diciendo: “El próximo año nos vemos en Jerusalén” Y así lo hacían año tras año estando lejos o en cautiverio.
Y por la importancia de su tierra es que ellos mismos pedían que si se olvidaban de ella, o sino pensaba en ella como lo más importante en su vida, ojo, como la razón de su alegría, entonces que su brazo derecho y su lengua dejara de funcionar. (Y saben lo que significa el brazo derecho para un gerrero que maneja la espada, o no poder alzar la voz para pedir ayuda, o para avisar el peligro)
De la misma manera debemos recibir las instrucciones que Dios nos da por sencillas que parezcan, y tenerlas como lo mas importante para nuestra vida, como la razon de nuestra alegria y gozo.
Pero no sólo las instrucciones deben ser muy importantes para nuestra vida, también lo debe ser, el verdadero objetivo que Dios tiene con nosotros, que pretende cumplir si seguimos esas instrucciones.
B. HAY OTRAS COSAS QUE NOS PARECEN MUY IMPORTANTES
Otra razón del olvido puede ser, que aunque si teníamos la disposición de hacer lo que se nos pidió, nos entretuvimos con alguna otra cosa que nos gusta mucho o que también nos parece importante, y por esa razón olvidamos hacer lo que teníamos que hacer.
El papá le pide un favor al hijo, el hijo sabe que es importante hacer el favor a su padre pero llegaron los amigos y se puso a jugar fútbol y se pasó el tiempo muy entretenido… y se le olvidó.
Dios nos dice que es importante, cuál es el verdadero objetivo, pero luego nos entretenemos en la vida, y aunque seguimos haciendo caso a Dios en ciertas cosas, pero lo verdaderamente importante lo olvidamos, por estar entretenido con las cosas del mundo.
En este olvido de las cosas de Dios hay un denominador común y es el gusto o la fascinación que sentimos por las cosas del mundo.
Y entonces este gusto o fascinación logra que dediquemos tiempo a pensar en aquellas cosas que nos agradan, lo cual no sería ningún problema sino nos hiciera olvidar los asuntos de Dios. El apóstol Pablo escribe:
Romanos 8.5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Pero preguntese: ¿Hay en usted verdadera claridad de qué es pensar en las cosas de la carne y que es pensar en las cosas del Espíritu?
V. ¿QUÉ ES PENSAR EN LA CARNE O EN EL ESPÍRITU?
Algunos no entendiendo este asunto piensan, que pensar en las cosas de la carne es pensar en el trabajo, y pensar en las cosas del Espíritu es pensar en la iglesia y los discípulos, pero están completamente equivocados pues esa no es toda la verdad.
Tengo la certeza que a algunos Dios les dice que no deben dejar su trabajo, Y si estas personas a las que Dios les has dicho esto, piensan en dejar su trabajo o dejan de pensar en como hacer su trabajo cada vez mejor, entonces no están espirituales. Es decir hacer su trabajo secular es algo tan Espiritual que Dios dice a través de su palabra:
Efesios 6.5–8 Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; 6no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; 7sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, 8sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
Igualmente podemos encontrar a alguien completamente comprometido con el ministerio, pero tenemos evidencias muy claras de ministerios hechos completamente en la carne con unos resultados espirituales abominables… tanto que el Señor les dice que no se salvarán.
2 Pedro 2.1–3 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.
Es decir; la clave para pensar en las cosas del Espíritu y vivir espiritual, no es renunciar al trabajo secular y comprometerse en el ministerio, tampoco es no escuchar música del mundo y escuchar solo alabanzas, tampoco es no ponerse minifaldas o no usar leguis y usar sólo faldas anchas, dejarse crecer el cabello y no maquillarse, o no ver novelas y ponerse a orar.
A. RESPECTO DE LO QUE HACEMOS
La clave y el verdadero resultado de pensar en las cosas del Espíritu respecto de lo que hacemos:
Es no olvidar las instrucciones de Dios por sencillas que estas sean para aplicarlas, y no olvidar el objetivo que todas estas instrucciones tienen, que es: Crecer en salvación.
Filipenses 2.12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.
2 Timoteo 2.10 Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.
2 Tesalonicenses 2.13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
Insisto: Pensar las cosas del Espíritu quiere decir que absolutamente todo lo que hacemos, lo hacemos pensando en crecer en salvacion, es decir en ser trasformados cada día más a su semejanza, y en dar oportunidad a que otros obtengan y crezcan en salvación.
Si al hacer lo que hacemos, sea un trabajo secular o sea un trabajo ministerial no estamos pensando en la salvación, entonces nos hemos olvidado de lo importante, nos hemos desviado por el gusto de las cosas que hacemos, y al no apreciar la salvación, razón por la cual olvidamos que esa es la razón para vivir, no experimentaremos el gozo continuo y permanente.
B. RESPECTO DE LO QUE NOS SUCEDE
El apóstol Pablo escribe a sus discípulos:
2 Corintios 1.6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.
Todo lo que les sucede, tanto la consolación por aquellas cosas agradables como la tribulación tienen un solo objetivo… Salvación.
Pero no sólo salvación para sus discípulos, si no para ellos mismos por eso también escribe:
Romanos 8.28–30 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
No está diciendo que a los que amamos a Dios todas las cosas nos van a salir como nos gustan, o cómo nos parecería mejor que salieran.
Lo que dice es que podemos tener la certeza de que absolutamente todo lo que nos suceda, ayudará al propósito para el cual fuimos llamados y este es la salvación.
Absolutamente todas las cosas que Dios ordena a nuestro alrededor es para hacernos crecer en salvación. Allí lo dice muy claro, que él nos va a conformar a la imagen de su hijo y eso es salvación de nuestro pecado y de nuestra maldad.
Por lo tanto pensar en las cosas del Espíritu respecto de lo que sucede a nuestro alrededor, es pensar en cómo aquellas cosas que suceden están destinadas a cambiar nuestro corazón, no nuestro entorno.
Si eso hacemos, porque apreciamos la salvación, entonces nos gozaremos con absolutamente todo lo que suceda a nuestro alrededor.
Pero si olvidamos que el propósito es hacernos crecer en salvación, si olvidamos que el propósito es transformar nuestra vida, nuestro corazón, entonces notaremos que no siempre podemos dar gracias por lo que nos sucede, y que tampoco nos gozaremos por todo lo que nos sucede.
VI. EL MAL AGRADECIMIENTO
Es decir hay gente agradecida con Dios por lo que Dios les da, pero su agradecimiento no es por causa de la salvación, sino por aquellas cosas que han recibido. Entonces dicen:
Señor te doy gracias por este dinero que me das, también te agradezco por la salud que tengo, y por esos padres preciosos que tú me has dado, y por el trabajo que me gusta mucho…
Cuando una persona está agradecida por Dios por estas cosas, por las cosas en sí, no por lo que ellas aportan a su salvación, esta persona está pensando en la carne aunque le está dando gracias a Diós, y entre más agradezca a Dios por esas cosas recibidas, entre más feliz este por esas cosa recibidas, más mal estará respecto de pensar en las cosas del espíritu y mas difícil le será darle gracias a Dios cuando no tenga esas cosas.
Y la escritura dice:
1 Tesalonicenses 5.18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Efesios 5.20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Y por favor, no piensen que dar gracias a Dios sin sentirse agradecido es un acto de obediencia, porque en realidad es un acto de hipocresía que no agrada a Dios.
Cuando Dios nos pide darle gracias, la forma correcta de hacerla es sintiéndonos verdaderamente felices por las cosas que están sucediendo… “Gracias porque me robaron” “Gracias porque me echaron del trabajo” Pero debemos decirlo verdaderamente felices porque si no es eso lo que sentimos entonces en lugar de agradecer debemos pedir perdón no entender ni apreciar la salvación.
VII. LA FORMA CORRECTA DE AGRADECER A DIOS CUANDO APRECIAMOS LA SALVACIÓN ES…
“Señor te doy gracias porque la salud que me das en este momento, es lo que necesito para el crecimiento de mi vida espiritual “…
“Señor te doy gracias porque la enfermedad que me das en este momento, es lo que necesito para el crecimiento de mi vida espiritual. “…
“Señor te doy gracias porque el dinero que me das en este momento, es lo que necesito para el crecimiento de mi vida espiritual”….
“Señor te doy gracias porque el dinero que no me das, es lo que en este momento necesito para el crecimiento de mi vida espiritual”… etc.
Al dar gracias de esta forma, estamos diciendo que lo mas importante para nosotros es crecer en salvación, y por eso es que estamos dispuestos a asimilar todas las situaciones cualquiera que sean, como bendición, situaciones que pueden incluir, ser reprendidos, ser motivados, ser humillados, destruir nuestros ídolos, etc, para aumentar nuestra confianza y conocimiento de Dios y llegar a la estatura de Jesucristo, que indiscutiblemente es la perfecta y maravillosa voluntad de Dios para todos y cada uno de nosotros.
¿Es su conocimiento de Dios y la transformación que este produce en su ser, es la salvación lo mas importante para su vida, lo más importante para su familia, lo más importante para su iglesia, lo mas importante para el mundo?
Y la respuesta es sí, entonces usted vivirá gozoso todos los días porque todos los días Dios hace algo para hacernos crecer en salvación y para dar oportunidad a que otros se salven.
Si la respuesta es no, si no aparecías la salvación, esa es la razón por la cual no experimentas gozo profundo y continua a pesar de estar obedeciendo al Señor….
¿Será importante la salvación? Oremos.