ESTAD SIEMPRE GOZOSOS 1
1 Tesalonicenses 5.16
I. INTRODUCCIÓN
¿Cuáles son los resultados de seguir al Señor? ¿Es decir que pasa cuando una persona reconoce su necesidad de Dios y se mete en serio con el? Creo que como respuesta a esta pregunta podremos ver dos diferentes clases de respuestas, que en cierto modo tienen algo de bíblico, pero que no son la respuesta precisa o completa de lo que realmente pasa en aquel que busca con verdadera fe a Dios.
Sin embargo en el capítulo 11 del libro de hebreos, el llamado pabellón de la fe, allí si podemos encontrar una respuesta de lo verdaderamente importante que sucede en aquel que busca a Dios.
II. DIFERENTES MÉTODOS
Y lo primero que debemos entender es que Dios usa básicamente dos métodos diferentes para lograr su objetivo en nosotros. Por un lado leemos:
Hebreos 11.32–34 Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 33que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.
Éstos son aquellos que gracias a su confianza manifestada en su obediencia a Dios, lograron todas estas victorias, donde es evidente que el poder de Dios los respaldó de forma milagrosa, para lograr ciertos objetivos que pretendían alcanzar.
Pero estos resultados en realidad son el método usado por Dios para lograr su propósito, sin embargo algunos completamente engañados pensando que estos resultados de éxito son el objetivo, han degenerado la doctrina llegando a enseñar que el deseo de Dios es la prosperidad integral, y aunque hablan de prosperidad integral la realidad es que al hacer un fuertísimo énfasis en lo material, no hay tal prosperidad integral porque en la parte espiritual se desvían por completo por causa de su amor al mundo.
Por si no me están entendiendo bien, el objetivo de Dios no es nuestro éxito en el mundo; el éxito en el mundo es uno de los métodos, que Dios usa para cumplir su propósito que es muchísimo más importante.
El apóstol Juan posiblemente buscando corregir este terrible error en su primera carta es muy fuerte cuando enseña:
1 Juan 2.15–16 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Cuando un llamado cristiano ama al mundo de tal manera que en su relación con Dios el objetivo básico es que Dios con su poder le entregue el mundo, o las cosas que él desea, el apóstol Juan dice que esta persona que tiene este pensamiento no es un auténtico cristiano, y al decir eso se refiere a que esta persona va camino a la condenación porque la prosperidad económica no es el objetivo sino el método para algo muchísimo más importante.
La carta de hebreos continúa y nos narra el otro método usado por Dios para lograr su objetivo:
Hebreos 11.36–37 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. 37Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; 38de los cuales el mundo no era digno
Para los que creen que el objetivo es la prosperidad material, está parte de la escritura los contradice por completo porque estos resultados opuestos a los anteriores, son también el resultado de haber creído, de haber confiado y a ver obedecido a Dios.
Pero también se equivocan aquellos que creen basados en este pasaje, que la clave para vivir la vida cristiana es convertirse en un mártir y sufrir mucho, para así poder entrar al cielo
Algunos pintores creyendo que esta es la verdad, ha mostrado en sus pinturas, en aquel cuadro que habla de los dos caminos; el ancho y placentero que lleva al infierno, y el angosto y tortuoso que lleva al cielo.
Y pueden apoyarse en otros pasajes bíblicos como aquella parábola que enseño Jesús donde el rico hacia banquete y el pobre comía migajas… pero al final cada uno recibió lo que merecía, sin embargo la escritura tampoco enseña que todos los ricos se condenan, ni que todos los pobres se salvan.
III. PERFECCIONARNOS ES EL VERDADERO OBJETIVO
Lo que en realidad importa es, que tengamos claro que tanto el éxito en el mundo como todos los problemas y la persecución que algún cristiano pueda padecer, no son el objetivo, sino el método para lograr algo mucho más importante. Por esto el escritor de hebreos continúa diciendo:
Hebreos 11.40 Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; 40proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.
Al decir ”y todos estos” se está refiriendo tanto a los que por fe alcanzaron victorias como a los que por fe vivieron como mártires, y dice que estos a pesar de haber tenido una vida de verdadera fe, no recibieron lo prometido…
Y aunque pareciera que Dios no les cumplió, si vamos un poquito más adelante dice, que ellos fueron perfeccionados.
Y ese si es el objetivo: Cuando los hombres con verdadera fe siguen al Señor Jesucristo, unos pueden tener una vida llena de éxito y otros una vida con muchísimas dificultades, pero lo verdaderamente importante, el verdadero propósito para ambos grupos, es que sean perfeccionados.
Podemos entonces decir: El verdadero resultado de buscar a Dios con una fe auténtica, es que esta persona será tomada por Dios, Dios producirá en ella el nacimiento espiritual, y luego trabajará con ella hasta el último día de su vida para perfeccionarla. La escritura nos confirma esto cuando dice:
Filipenses 1.3–6 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, 4siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, 5por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; 6estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo
Está buena obra no es otra cosa que tomar nuestra vida y sacar de ella absolutamente todo lo que no debe haber, incredulidad, temores, resentimientos, miedos, orgullo, prepotencia, altivez, malos deseos, etc. Y colocar en nosotros todas aquellas buenas actitudes que nos permiten vivir como Jesucristo, haciendo la voluntad de Dios en todo momento y obteniendo así tesoros para la eternidad.
Y cuando dice que estos hombres de fe que fueron perfeccionados no recibieron lo prometido, no se refiere a que Dios no cumplió o no cumplirá sus promesas, sino a que el tiempo de recibirlas es más adelante, para que nosotros también pudiéramos ser incluidos en este plan de perfeccionamiento.
Es decir; si el Señor Jesucristo hubiese venido hace 1000 años ninguno de nosotros podría gozar del privilegio de ser salvos. La carta del apóstol Pedro habla de este mismo tema cuando dice:
2 Pedro 3.9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento
Y el contexto de este pasaje habla de la destrucción del mundo por completo, para crear uno nuevo para aquellos que han reconocido al Señor Jesús como su Señor y su Salvador y han recibido el nacimiento espiritual.
A veces los cristianos deseamos que el mundo se acabe, con toda su maldad y venga el Señor a darnos nuestro premio… pero el Señor nos sorprende con su amor y su misericordia diciéndonos que; entre más se demore en llegar el fin, más oportunidad tendrán algunos de arrepentirse y salvarse, y no se refiere sólo a la gente que está en el mundo, sino a muchos que están dentro de las iglesias, que todavía no se han arrepentido.
Y después de explicar que lo verdaderamente importante es ser transformado, sin importar si es a través del éxito o las dificultades, y que además Dios está dándonos tiempo para seguir arrepintiéndonos, continúa diciendo:
Hebreos 12.1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante…
Que debemos aprovechar esa gran cantidad de testimonios y despojándonos de todo lo que nos estorbe, para correr… no caminar, si no correr… Y correr no hay duda que se refiere a recorrer cierta distancia en el tiempo menos posible, lo cual quiere decir que debemos ir a toda velocidad haciendo la voluntad de Dios, para ser trasformados en su semejanza.
Por supuesto los beneficios de esa trasformación para el hombre son de lo más grande que le pueda suceder, y con valor para esta vida y para la eternidad.
Por eso la pregunta importante es: ¿Cómo vas tu en la carrera? ¿Estás corriendo, estás viendo la transformación de tu carácter que Dios está realizando en tu vida?
IV. LA TRANSFORMACIÓN NO TIENE RELACIÓN CON LAS COSAS MATERIALES
Y ojo al responder: No se te ocurra pensar que como has mejorado tu salud, o económicamente, entonces estás avanzando, porque eso quería decir que los que les tocó a través de dificultades están mal y eso no es cierto.
En el mundo hay creyentes que están bien económicamente pero no están siento trasformados, y también hay algunos que están mal económicamente y tampoco están siendo trasformados, y hay los que estando bien económicamente si están siendo trasformados y los que están mal económicamente y también están siendo trasformados….
La escritura es muy clara en que bajo el Nuevo Pacto, el asunto material tiene muy poca importancia, ya veces no tiene ninguna relación con el crecimiento espiritual, con nuestra verdadera transformación, por esto el apóstol Pablo escribe lo siguiente que debe ser tomado en cuenta al hacer la evaluación de nuestra vida espiritual:
2 Corintios 4.17–18 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Menciona que está pasando por una serie de dificultades que el clasifica como leves, aunque para muchos esas cosas serían terribles, y para otros sería una evidencia de su mala relación con Dios, pero para él, lo importante es que esas situaciones están produciendo la transformación en su vida, trasformación que el menciona como: “Un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”
Es decir ni está viviendo una vida terrible como pareciera, ni está en una mala relación con Dios, todo lo contrario, está viendo como estas diferentes situaciones están produciendo en el este excelente y eterno peso de gloria, que no tiene relación con las cosas que se ven, es decir no tiene relación con la riqueza, pobreza, salud, enfermedad…
V. MUCHO MÁS DE LO QUE HACEMOS ES LO QUE SENTIMOS
Pero si vamos un poco más profundo en este tema, tenemos que decir que a veces ese excelente y eterno peso de gloria, tampoco tiene relación con lo que hacemos o dejamos de hacer, porque la clave no está solo en lo que hacemos, sino en lo que sentimos cuando hacemos.
Eso quiere decir que usted y yo podemos ser muy correctos en todo lo que hacemos, pero lo que a Dios realmente le importa es lo que sentimos.
De tal manera que: Es mejor sentir lo correcto aunque no tengamos oportunidad de hacerlo, que hacer lo correcto, sin sentir lo correcto
Por ejemplo:
Números 15.30 Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el natural como el extranjero, ultraja a Jehová; esa persona será cortada de en medio de su pueblo.
Notemos que el problema no fue lo que hizo, sino el haberlo hecho con una actitud de soberbia, y es tan grave que dice que ultraja a Dios, y es tan grave lo que sentía esta persona que debia ser separada del pueblo.
El caso contrario es:
2 Corintios 8.11 Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene.
El apóstol Pablo enseña que habiendo una gran necesidad en los hermanos en la fe, lo importante es que haya la disposición de ayudar así lo que tenga para dar sea muy poco o aún así no tenga nada para dar.
Por eso lo importante no es lo que hacemos, si no lo que sentimos cuando hacemos.
Esto no es difícil de entender por ejemplo:
¿Le gustaría a usted que su mujer hiciera absolutamente todo lo que usted le pide al pie de la letra, pero llena de rencor y odio contra usted?
O: ¿Le gustaría a usted tener un marido que hiciera todo lo correcto pero que en su corazón la despreciara a usted como mujer?
Ciertamente no nos gustaría, y entonces la pregunta es: ¿Al Señor le gusta que le hagamos caso sin sentir lo correcto? Por supuesto que no.
El Señor Jesús explicó la importancia de lo que sentimos al obedecer, cuando encontrándose con algunos que jactándose de su obediencia, él les enseñó:
Mateo 5.27–28 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. 28Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
Donde es muy claro que lo verdaderamente importante, no es si estamos obedeciendo lo que Señor nos dice que debemos hacer, sino lo que estamos sintiendo cuando estamos obedeciendo.
¿Cuántos hombres pueden sacar pecho diciendo que han sido fieles en su matrimonio… pero no están disfrutando de lo que hacen?
¿Cuántas mujeres pueden dar testimonio de lo obedientes que han sido con sus maridos… pero no cuentan la amargura y aburrimiento que hay en su corazón por causa de esa obediencia?
¿Cuántos hijos puede ser obedientes a sus padres, pero con un corazón resentido porque creen que no han recibido lo necesario de sus padres, o qué han perdido su libertad y la oportunidad de disfrutar de la vida?
Es por esto, que la transformación interior, la que no se ve, el eterno peso de gloria, es lo importante.
Cuando ésta se opera, cuando Dios cambia nuestros sentimientos equivocados por los correctos, como consecuencia vendrán las acciones correctas.
Y cuando esto ocurre en nuestra vida, entonces vivimos felices nuestro cristianismo, sin importar si está rodeado de éxito o de dificultades.
VI. LA REVELACIÓN CAMBIA NUESTRA VIDA
Estos cambios en nuestra manera de sentir son el resultado de conocer cada vez más profundamente a Dios.
Es lo que llamamos revelación, que cuando llega a nuestra vida esta revelación cambia por completo nuestra manera de pensar, de sentir y como consecuencia nuestras acciones.
Pero a veces puede ocurrir, y creo que es muy común, que primero entendemos como debe ser nuestro comportamiento y nuestras acciones… Y sólo después de comenzar a obedecer, al pasar el tiempo, recibimos la revelación que cambia nuestro corazón.
Esto es similar a lo que pasa cuando comenzamos a buscar a Dios, que nunca lo hacemos con la actitud correcta, pero al pasar el tiempo Dios nos va mostrando la verdad, y en la medida en que lo vamos creyendo nos vamos enfocando en la verdadera razón por la cual le buscamos.
La misma manera al continuar caminando con el señor un día entendemos que debemos ser generosos… pero no hay generosidad en nuestro corazón.
¿Qué entonces debemos hacer en este momento? Debemos obedecer aunque no tengamos los sentimientos correctos, o debemos quedarnos quietos hasta que Dios coloque los sentimientos correctos?
Algunos equivocadamente tomar la opción de no hacer, porque no sienten deseos de hacerlo. Y digo que equivocadamente porque: ¿si usted tiene un mal matrimonio por causa de sus sentimientos, debe separarse de su cónyuge o debe buscar cambiar sus sentimientos?
¿O si usted tiene problemas de salud por su mala alimentación, debe dejar de alimentarse o debe mejorar su alimentación?
El apóstol Pablo respecto de esto, nos enseña con su testimonio lo siguiente:
1 Corintios 9.16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!
El apóstol Pablo entiende que todo lo que Dios nos manda a hacer, aunque pareciera estar enfocado en beneficiar a los demás, la verdad es que somos nosotros los que necesitamos hacer la voluntad de Dios, y si no hacemos la voluntad de Dios somos nosotros los que perdemos.
Por eso dice: “ay de mí si no anunciare el evangelio”
Y entendiendo que la necesidad de hacer la voluntad de Dios es en primer lugar para el, continúa diciendo:
1 Corintios 9.17 Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada.
Sí obedezco con los sentimientos correctos seré bendecido… pero si no tengo los sentimientos correctos de todos modos debo hacerlo.
Por supuesto que hacer las cosas que Dios nos manda a hacer sin sentir ganas de hacerlas es un problema para nosotros, es mas, es lo que consideramos que daña nuestra vida, que no nos deja ser felices.
Y esta es una de las poderosas razones por las cuales muchos cristianos no hacen lo correcto.
¿Por qué no vienen con juicio a la iglesia? Por falta de ganas, o que es lo mismo, por ganas de hacer otras cosas… ¿Por qué no estudia con diligencia la escritura? Por falta de ganas. ¿Porque no tiene discípulos? Por falta de ganas. ¿Porque no es fiel con el diezmo? Por falta de ganas. ¿Por qué no es puntual y las cosas que hace? Por falta de ganas. ¿Porqué no cumple con su esposo? Por falta de ganas
Y entonces la pregunta es: ¿Qué es más importante: Que vivas de acuerdo a tus malos sentimientos, o que vivas de acuerdo a lo que Dios en su palabra te enseña?
Cuando vivimos de acuerdo a nuestros malos sentimientos indudablemente perdemos, y aún nos estamos preparando para sufrir mucho y a veces innecesariamente.
¿Qué entonces debemos hacer? Lo primero que debemos entender es que no debemos desobedecer, y es por esto que el escritor de la carta hebreos, después de hablar que lo importante es la transformación en nuestra vida, continúa diciendo, como ya leímos:
Hebreos 12.1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante…
Y correr en este contexto significa, que no debemos demorarnos en obedecer lo que entendemos que Dios nos está pidiendo, porque la desobediencia no es ni siquiera ir despacio, la desobediencia es echar para atrás, por lo tanto debemos obedecer; que es hacer lo que Dios nos manda, en el momento en que Dios nos lo manda…
VII. LA IMPORTANCIA DE LA PACIENCIA
Pero también menciona la paciencia. Y la paciencia no es necesaria cuando lo que estamos haciendo es agradable para nosotros; todo lo contrario, la paciencia es necesaria cuando no soportamos lo que sentimos o lo que está sucediendo.
Hacer la voluntad de Dios sin sentir lo correcto, sin gozarnos, sin deleitarnos, molesta, incómoda e impacienta nuestra vida.
Y entonces la paciencia se hace necesaria para que sin importar lo que sintamos, sigamos haciendo lo que debemos.
Pero también dice la escritura:
Santiago 1.4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
La paciencia en medio de esta situación donde estamos obedeciendo sin sentir lo que es correcto sentir, trasformarán nuestra vida, y el resultado será que nuestra obediencia será acompañada de buenos sentimientos, de tal manera que disfrutaremos de una manera enorme nuestra vida cristiana.
Pero por favor no olviden: Para que la paciencia pueda completar su obra la obediencia debe ser mantenida.
La desobediencia es impaciencia y la impaciencia echa el proceso de transformación para atrás, es decir contamina más tu alma, la llena de más malos sentimientos.
Un poco más adelante en esta misma carta de Santiago, explica lo grave que es desobedecer a Diós por obedecer aquellos malos sentimientos. Dice:
Santiago 1.15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
La concupiscencia o esos deseos de hacer mal, brotan del corazón enfermo, y lo correcto es no obedecerlos… Para que de esta manera, con paciencia, es decir a través de la obediencia al Señor, más tiempo, ese sentimiento sea eliminado y reemplazarlo por un buen sentimiento.
Pero si en lugar de obedecer lo que Dios nos dice, tomamos la decisión de obedecer esos malos deseos, ya pecamos, y si cometemos la acción eso produce muerte en nuestra vida.
Es por esto que Dios a través de la carta de hebreos nos insiste en que nos despojemos del peso y del pecado y corramos en obediencia el camino que Dios tiene delante de nosotros. Y si en algún momento pensamos en desfallecer por causa de esos malos sentimientos… continúa diciendo:
Hebreos 12.3–4 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. 4Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;
En otra versión dice:
Hebreos 12.4 Pues ustedes aún no han tenido que llegar hasta la muerte en su lucha contra el pecado…
Es tan importante permanecer en obediencia para que la transformación se opere, que si es necesario morir luchando contra el pecado, debemos morir luchando contra él.
VIII. ¿ES LA VIDA CRISTIANA UNA CONTINUA TORTURA?
Pero ojo; al escuchar esto que estoy diciendo debemos tener cuidado de no volver a malinterpretar la vida cristiana, por qué puede ocurrir que usted se forme la imagen de que la vida cristiana entonces es terrible, porque toca estar obedeciendo y haciendo cosas que son desagradables para nuestra vida.
Y por supuesto este tipo de pensamientos seguramente lo llevarán a desmayar antes de que Dios complete el proceso en su vida.
Sin embargo las cosas no son como parecen, y aquí está lo milagroso de la vida cristiana, la vida cristiana aunque a veces lo pareciera, no es una vida de sufrimiento, porque Dios nos ha dado lo que necesitamos para poder vivir gozosos la vida cristiana.
Y es por esto, que este mismo pasaje que habla de la prueba y la paciencia, que es lo que puede darnos una imagen equivocada de lo difícil que es ser cristiano, el pasaje comienza diciendo:
Santiago 1.2–4 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
Y está diciendo que medio de las pruebas, donde debemos obedecer en contra de nuestros sentimientos y esperar con paciencia que Dios coloque los sentimientos correctos… aún en medio de este proceso debemos experimentar sumo gozo.
Y por supuesto no es el único texto que nos habla de esto, hay varios textos en los cuales se nos ordena:
1 Tesalonicenses 5.16–18 Estad siempre gozosos. 17Orad sin cesar. 18Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Es una orden para el cristiano, que está corriendo con paciencia en la voluntad de Dios, que lo haga gozoso, y que en las pruebas tenga todavía mucho más gozo.
Eso quiere decir que si ha habido o hay quejas en nuestra vida, que si hemos dejado de hablar con Dios, o que si no estamos contentos con todo lo que nos sucede, entonces no estamos viviendo la vida cristiana de la manera correcta, porque lo correcto, lo ordenado por Dios es que sintamos gozo y sumo gozo, en todo lo que hagamos.
Y la pregunta podría ser: ¿será que al vivir de manera incorrecta la vida cristiana seremos perfeccionados?
Es tan importante vivir la vida cristiana gozosos que si por ejemplo leemos lo que el Señor le dijo al pueblo de Israel:
Deuteronomio 28.47–48 Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, 48servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.
¿Cuál fue la razón de castigo profetizado: ¿No servir al Señor o no servirlo con gozo?
Tú puedes dirigir una Iglesia, trabajar en un ministerio, tener grupos de oración, ser el padre, esposo o esposa perfecta… pero si no vives siempre gozoso, agradecido con Dios, y hablando con el, entonces estás viviendo en desobediencia…. Y Dios no bendice la desobediencia.
Tal vez esto resuelva la pregunta de algunos que llevan mucho tiempo obedeciendo, y no ven que su corazón cambie, si usted es de los que su corazón no ha cambiado a través de la obediencia, revise si ha estado obedeciendo con sumo gozo, o si además de los malos sentimientos ha vivido aburrido la vida cristiana.
Hay una cantidad de textos bíblicos que nos muestra que la vida cristiana tiene que ser vivida con gozo, por ejemplo:
Salmo 16.11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.
Salmo 21.1 El rey se alegra en tu poder, oh Jehová; Y en tu salvación, ¡cómo se goza!
Salmo 43.4 Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
Salmo 118.24 Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él.
Hay muchísimos más además el Señor Jesús dijo:
Juan 15.10–11 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 11Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
El apóstol Pablo aún cuando se le anunciaron una serie tribulaciones, el dijo:
Hech 20.24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
¿Creen ustedes que Dios nos ordenaría vivir la vida cristiana con gozo… si no fuera posible con su ayuda vivirla de esa manera?
¿Por qué entonces no hay gozo continuo en tu vida?