EL PRECIOSO CRISTIANISMO – PARTE 6 ENTREGÁNDOSE A DIOS
I. INTRODUCCIÓN
No hay duda que nuestro país está pasando por una época muy difícil. Hay una guerra en las calles que tristemente a llevado la tragedia a muchas familias, pero creo que hay una guerra peor que esa, y es la guerra de la información, donde cada bando, cada grupo, cada partido acomoda, suprime o inventa noticias que le convienen para afirmar su posición… Y el resultado de esto es que es prácticamente imposible poder reconocer cuál es la verdad.
Y si hay eso le añadimos lo que está pasando en el mundo, se hace todavía más difícil saber cuál es la verdad. Y cuando no se conoce la verdad tampoco se pueden dar soluciones acertadas.
Cuando pienso en lo que está sucediendo no sólo en el país sino en el mundo, recuerdo la sentencia de Dios al pueblo de Israel, cuando no quiso seguir siendo gobernado por Dios, y prefirió tener un rey como tenían las otras naciones… La escritura dice:
1º Samuel 8.7,9 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos…. 9Ahora, pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos.
Samuel le explicó al pueblo todos los abusos y todas las riquezas que el rey exigiría para sostenerse él, su familia, su gobierno, su ejército… Pero a pesar de haber sido advertidos de la esclavitud que vendría sobre ellos, ellos insistieron en tener un rey, pues confiaron en que era mejor ser siervos de los hombres que servir a Dios. Y entonces el Señor les advirtió:
1º Samuel 8.18–19 Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día. 19Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros;
Pero aún sabiendo que cuando estuvieran sufriendo por esos malos gobiernos, si clamaban a Dios, Dios no les iba a escuchar. Aún así insistieron en confiar en los hombres.
No tengo dudas de que muchos creen estar seguros acerca de cuál es el gobierno que Colombia necesita… Respeto sus opiniones. Pero de lo que yo estoy absolutamente seguro, es que; debemos dejar de confiar en los hombres para confiar verdaderamente en Dios.
Por eso creo que la oración más importante que podemos hacer por nuestra tierra en este y en todo momento, es que esta difícil situación haga que los hombres coloquen sus ojos en Dios, no sólo para poder vivir quieta y reposadamente como dice la escritura, sino muchísimo más importante, para que los hombres obtengan su salvación.
Porque aunque a muchos la fe no les alcance para entender lo que voy a decir, la difícil situación o aún el moriste no es el problema, el verdadero problema es perderse eternamente.
Y allí es donde nosotros los hijos de Dios, debemos hacer lo que nos corresponde para dar más y más oportunidades de salvación a los hombres.
Sin embargo para que eso ocurra, es necesario que nosotros entendamos y aprovechemos la salvación que hemos recibido, porque si no la apreciamos, tampoco veremos la importancia de que otros conozcan al Señor.
Y precisamente en estas semanas hemos estado estudiando, cómo aprovechar está espectacular salvación que Dios nos ha dado. El pasaje que hemos tomado como base es el siguiente:
2 Pedro 1:3 Dios utilizó su poder para darnos todo lo que necesitamos, para que vivamos como él quiere. Dios nos dio todo eso cuando nos hizo conocer a Jesucristo.
Muy claro verdad. El nacimiento espiritual es lo que nos permite conocer a Cristo, recibir su Espíritu, y todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios quiere. Continua diciendo:
2 Pedro 1:3-4 Por medio de él nos eligió para que seamos parte de su reino maravilloso. 4 Además, nos ha dado todas las cosas importantes y valiosas que nos prometió. Por medio de ellas, ustedes podrán ser como Dios y no como la gente *pecadora de este mundo, porque los malos deseos de esa gente destruyen a los demás.
Fuimos elegidos por Jesucristo para ser parte de su reino, ese privilegio que nos ha dado nos permitirá ser como Dios, obviamente se refiere al carácter.
Y ese cambio de carácter, implica cambiar esos malos deseos que destruyen la vida de los demás. El pasaje continúa mencionando algunas cosas que ya hemos explicado detalladamente.
2 Pedro 1:5-6 Por eso, mi consejo es que pongan todo su empeño en: Afirmar su confianza en Dios, esforzarse por hacer el bien, procurar conocer mejor a Dios, 6 y dominar sus malos deseos. Además, deben ser pacientes…
De la paciencia ya vimos, no sólo ayuda a cambiar nuestros malos deseos, sino que es un ingrediente necesario para toda la vida cristiana, pues en medio de un mundo anti Dios vivimos.
Y el cambiar los malos deseos por unos buenos deseos es supremamente importante, porque por un lado eso aumenta los tesoros en el cielo, y por otro, un corazón transformado nos permite aprovechar todas las bendiciones, de la vida que Dios nos está ayudando a vivir.
Porque una verdad muy importante que en ningún momento debemos olvidar es:
Isaías 26.12 Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras.
Este es un pasaje del viejo pacto, que muestra como cuando los hombres hacemos realmente la voluntad de Dios, lo que en realidad ocurre, es que el mismo Dios vive a través de nosotros, gracias a la fe que depositamos en el.
Y cuando digo que no debemos olvidar esto, es para no ser engañados pensando qué vivir la vida cristiana depende de nuestro esfuerzo, porque cuando así pensamos, llegamos a la errónea conclusión de que hay cosas que no podemos hacer.
Pero cuando reconocemos que es Dios por fe viviendo a través de nosotros, sabemos que si es posible hacer su voluntad, y no nos envanecemos por haberla hecho, sino que agradecemos que Dios nos haya usado.
Esta misma verdad es muy clara en las escrituras que enseñan acerca del Nuevo Pacto. Dice así:
Hebreos 13.20–21 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cuando dejamos que Cristo viva a través de nosotros, podemos tener la certeza de que Dios cumplirá sus propósitos, entre los cuales esta trasformar nuestro corazón, sacando esos malos deseos y colocando los buenos.
Alguien alguna vez me preguntaba qué si el ya había obtenido la salvación, porque Dios no se lo llevaba de una vez a su presencia, para descansar de lo que vivía aquí y comenzar a disfrutar allá.
La pregunta la hacía por estar viviendo una situación difícil de la cual quería descansar. Pero lo que no entendía al hacer esta pregunta, es que cuando nuestro corazón cambia, también cambia por completo la forma como vivimos la vida.
Por ejemplo él rey David acerca de esto escribió lo siguiente:
Salmo 16.6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha tocado.
Estas cuerdas son los límites que Dios coloca a nuestra vida, con sus principios, sus leyes, sus deseos… Pero cuando se tiene un corazón lleno de malos deseos, esos límites colocados por Dios, se ven como herramientas para oprimirnos, para limitarnos o esclavizarnos.
Pero con un corazón conforme a Dios esos límites se ven como lo que son. Una grandísima bendición. Y el rey David lo manifestaban diciendo que era una delicia.
Y al decir que; “es hermosa la heredad que le ha tocado” Esta manifestando que la situación en la que está, que las responsabilidades que tiene, que el lugar donde Dios lo ha colocado, todo eso es el hermoso amor de Dios para su vida.
Porque: Un corazón conforme a Dios encuentra delicioso hacer la voluntad de Dios, y horrible no hacerla… Y entonces la pregunta es: ¿Es eso lo que está pasando en nuestra vida?
Y si no hemos llegado a ese nivel, es muy importante que al menos podamos decir como el apóstol Pablo…
Filipenses 3.13–14 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Que estamos mejorando, que cada día nos es más fácil obedecerle, y que cada día nos es más fácil asumir las diferentes situaciones, con gozo y con paz en nuestro corazón.
Continuando nuestro estudio podemos ver qué después de la paciencia, lo siguiente que debemos hacer dice el apóstol, es entregar nuestra vida a Dios. Leemos:
2 Pedro 1:5 al 6 Por eso, mi consejo es que pongan todo su empeño en: Afirmar su confianza en Dios, esforzarse por hacer el bien, procurar conocer mejor a Dios, 6 y dominar sus malos deseos. Además, deben ser pacientes…. entregar su vida a Dios…
Este requisito a veces pensamos que ya lo hemos cumplido, porque en más de una ocasión hemos dicho al Señor que le entregamos nuestra vida. Sin embargo al madurar en la vida cristiana nos damos cuenta de que la entrega no ha sido completa, que hay áreas que nos hemos reservado para nosotros.
Y por esto debemos entender que la entrega de nuestra vida a Dios debe ser algo diario, y qué la entrega cada vez será mayor, de acuerdo a la conciencia que tengamos de lo que es realmente la vida cristiana.
Unos comienzan entregando su vida familiar, otros comienzan con su área laboral, otros con su área financiera, otros con sus deportes, su salud… Otros comienzan entregando sus grandes traumas o conflictos.
Este requisito de entregarle nuestra vida a Dios, en otras versiones de la escritura es traducido como piedad. Dice así:
2 Pedro 1:6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad…
Pero la palabra piedad dependiendo del contexto donde este, tiene diferente significado. Por ejemplo, en el siguiente texto la palabra piedad se refiere a la paciencia y la misericordia que Dios tiene con el hombre. Dice así:
Isaías 26:9 al 10 …porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia. 10 Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová
Este pasaje muestra una realidad en muchos seres humanos que es absurda y triste. Y es que a los hombres pareciera que les gusta ser tratados mal. A las patadas como dicen algunos.
Esposos o esposas que las tratan mal durante años, y allí se quedan. Inclusive a veces hemos visto como en ciertas iglesia, la gente es tratada muy mal. Se abusa de ellas de diferente forma, enseñoreándose sobre ellos y aprovechándose de ellos, pero allí permanecen fieles y obedientes al liderazgo, porque en serio; pareciera que les gusta ser tratados mal.
Y por eso dice el pasaje que cuando hay juicios sobre la tierra, y se refiere a situaciones dolorosas como calamidades, terremotos, masacres y cosas por el estilo, dice que en medio de esas situaciones los hombres aprenden justicia.
Lo cual quiere decir que es en esas situaciones cuando reconocen que está haciendo cosas mal, y hacen propósitos de corregir su comportamiento, para buscar que estas situaciones cambien o no se vuelvan a repetir.
Pero no todos. Porque otros frente a estas situaciones comienzan a preguntarse: ¿Por qué Dios permite tal cosa? ¿Porque Dios no hace algo? Y en lugar de revisar su comportamiento se atreven a juzgar a Dios, y a condenarlo como si estuviera fallando con la humanidad.
Esto quiere decir que el duro trato dado por Dios, no hace que todos se corrijan.
Y cuando la escritura dice…”Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia”
Quiere decir; que si Dios tiene piedad, es decir si Dios a pesar de la maldad tiene paciencia y misericordia y no los disciplina… Eso tampoco funciona, y peor aún hay quienes se dedican a hacer más maldad.
Y por esto, no por gusto, sino porque resulta más efectivo para que aprendemos justicia, es que Dios organiza estas situaciones muy complicadas o dolorosas, para que nos acerquemos a el.
En el mundo dicen: “La letra con sangre entra” Refiriéndose a las fuertes disciplinas que algunos dan a sus hijos para que estudien… Que por supuesto no a todos les funciona.
Pero muchas veces si. Por esto el Señor hizo eso más de una vez con su pueblo. Y en cierta ocasión les dijo:
Isaías 30:18 Por tanto, el Señor esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque el Señor es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.
La razón de tratarlos así, era una serie de ídolos que ellos tenían de los cuales no se querían deshacer.
Y cuando Dios les dice que va a esperar para tener piedad, lo que les está diciendo es que esa situación va a seguir igual o aún a empeorar, hasta que ellos saquen los ídolos de su vida.… Y cuando ellos lo hagan el tendrá piedad de ellos, multiplicando sus cosechas y sus ganados de tal manera que Dios será exaltado.
Creo que muchos de nosotros estando en situaciones complicadas, le hemos clamado al Señor por una pronta respuesta. Algunos lo hacen completamente ciegos respecto de lo que Dios les quiere enseñar, lo cual puede alargar el proceso…
Mientras que otros teniendo claridad de lo que Dios les quiere enseñar, llegan a decirle al Señor que ya aprendieron la lección, y aún aseguran que no lo van a volver hacer. Y sin embargo la respuesta a veces no llega.
El asunto es que podemos ser muy honestos en lo que pensamos y decimos, pero Dios que conoce nuestro corazón, sabe realmente cuánto tiempo necesitamos vivir en medio de esas difíciles situaciones, para que nuestro corazón sea transformado…
Pregunto: ¿Cuánto tiempo necesitamos que esté paro permanezca, para aprender las cosas que Dios quiere enseñarnos, para reforzar nuestra confianza en él, para ver la importancia de la salvación, para entregar nuestra vida de todo corazón a él?
Algunos pensarán que ya es suficiente. Que Dios ya debería dar solución a este asunto, pero ignoran que Dios dice, que cuando se trata con piedad al malvado lo único que se consigue es que se vuelva más malvado.
Por esto es importantísimo que entendamos, que el problema jamás ha sido la forma como Dios ha tratado a los hombres.
Repito: El problema no es la situación que Dios está organizando a nuestro alrededor para tratar nuestras vidas buscando bendecirnos. Porque Dios jamás se ha equivocado ni lo hará.
El problema está en el corazón del hombre, que no quiere entregar su vida a Dios, y por eso no importa como Dios lo trate, si no quiere entregar su vida, siempre a su parecer encontrará razones para no hacerlo. Jesús habló de esto en cierta ocasión cuando dijo:
Mateo 11.16–19 Mas ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros, 17diciendo: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis. 18Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene. 19Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.
Cuando alguien no quiere… No importa como Dios le hable, tampoco importa cómo Dios lo trate, no importa si le manda tremendos juicios, o si le tiene una piedad sin límites y lo enriquece y próspera en todo sentido.
Por eso para nosotros que ya conocemos a Dios, que ya estamos encaminados, es muy importante que de manera continua, en las buenas y en las malas, insistamos en entregarle nuestra vida a Dios.
Ese es el significado de la piedad del pasaje que estamos estudiando, por eso en otras traducciones en lugar de decir piedad, dice que entreguemos nuestra vida a Dios.
El problema es que como decía alguien: Que es más fácil en determinado momento morir por Cristo… Que levantarse cada día a vivir para él… Y podemos ver la confirmación de esta verdad, al leer lo que el Señor en cierta ocasión dijo a su pueblo:
Oseas 6:4 al 5 ¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece. 5Por esta causa los corté por medio de los profetas…
En este pasaje en la palabra piedad se refiere a la decisión que debemos tomar de vivir para Dios.
Y el Señor les pregunta que, qué debe hacer con ellos porque entregan su vida a Dios por la mañana, pero un poco más tarde esta entrega se desvanece como el rocío… Y por eso, por esa falta de una entrega continua, a través de los profetas anuncio juicio y calamidades para ellos.
Sin embargo tengo la convicción de que en este tiempo Dios no nos trata como a su pueblo en aquella época, sino que en este tiempo la paciencia y misericordia de Dios es mucho más abundante para nosotros. Su palabra dice:
Juan 1.17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
Y este trato más misericordioso es gracias a que estamos en la época de la gracia y no de la ley.
Y también tengo muy claro que en este tiempo las verdaderas bendiciones o las bendiciones más valiosas, no tienen que ver con las cosas materiales, sino con nuestra vida espiritual.
Porque también tengo muy claro que la única razón por la cual sufrimos es por nuestro pecado, no por el pecado de los demás, sino por nuestros pecados, por nuestra forma completamente equivocada de reaccionar ante las cosas que suceden.
Por esto también consideró que es completamente equivocado, cuando algún pastor o líder espiritual lanza juicios contra las personas que están haciendo las cosas mal.
Ese comportamiento pareciera estar respaldado por las escrituras del viejo pacto, pero bajo el nuevo pacto tengo la convicción de que el trato de Dios es mucho más misericordioso.
Por esta misma razón creo que es muy equivocado ir adonde los incrédulos a decirles que si no se convierten se van para el infierno. Por supuesto que es verdad, pero veo en las escrituras que enseñan acerca del Nuevo Pacto, que en lo debemos hacer énfasis, es en manifestar el amor de Dios. El apóstol Pablo escribió:
2 Corintios 5.14–15 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Y para aquellos que en lugar de anunciar el amor de Dios anuncian el juicio les dijo:
Romanos 2.1–6 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. 3¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? 5Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
Fuertes palabras para aquel que en lugar de mirarse asimismo, se la pasa criticando y juzgando a los demás, en lugar de compartirles del amor de Dios.
Queridos hermanos la verdadera razón para entregarle nuestra vida Dios, no son las amenazas, sino el querer disfrutar de su amor y de toda la bendición que tiene para nosotros.
Por supuesto aquí la pregunta es: ¿Estamos decididos a vivir para hacer solo la voluntad de Dios?
Algunos ante esta pregunta responden que sí, y que por eso se visten como debe vestirse un cristiano, especialmente las mujeres… Y toman como referencia el siguiente texto:
1 Timoteo 2:9 al 10 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, 10sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
No hay duda que debe ser ropa decorosa, con pudor y modestia… Sin embargo algunas de estas normas tienen relación con el nivel social en que el cristiano viva. Porque no creo que se trate de que un millonario reciba a Cristo y entonces cambie su carro lujoso por uno barato, igualmente pues que ya no compre zapatos caros sino baratos…
Yo creo que debemos entenderlo, como que la actitud de la persona no sea la de ostentar con su riqueza… Sino más bien, como continúa diciendo, que haga buenas obras. Y no hay duda que las únicas buenas obras son las que se hacen de acuerdo a la voluntad de Dios.
Otros piensan que lo más importante es lo que están comiendo o bebiendo, y entonces se abstienen de alimentos que como dice la escritura, con acción de gracias podemos consumir los creyentes.
Otros han vuelto su vida cristiana un ritual… Con ciertas actividades que no pueden ser movidas por ninguna razón… Y si un día por cierta circunstancia apremiante no pudieron realizar alguna de estas actividades, entonces consideran que están pecando…
Por estas cosas es que la escritura dice que debemos recibir al débil de la fe… Pero no para contender sobre este tipo de cosas. Porque en la medida en que pase el tiempo y conozcamos cada vez más al Señor y su palabra, habrá más unidad en nuestra forma de pensar…
Lo que sí es importante, es que entregar nuestra vida a Dios en realidad significa que estemos dispuestos a hacer su voluntad. Y esto lo podemos evaluar preguntándonos:
¿Que deseamos hacer nosotros como creyentes con nuestra vida?
¿Acaso queremos hacer nuestra voluntad con el respaldo de Dios? O ¿Vivir como nos gusta con la ayuda de Dios? O ¿Ser librados de todas las circunstancias difíciles por las que no queremos pasar?
Desear esas cosas como lo más importante para nuestra vida no está bien. Tampoco se trata de que anhelemos morir como mártires sufriendo, o que si tenemos un mal matrimonio desear morir con ese mal matrimonio. O si el trabajo que tenemos nos parece espantoso pues desear trabajar hasta la muerte allí. No.
No se trata de eso, pero sí de estar dispuestos a lo que Dios quiera para nosotros. Por eso en su palabra encontramos las palabras del profeta Jeremías, quien después de muchas quejas y de muchos tratos, término diciendo:
Jeremías 10.23 Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos.
Lo mismo entendió el rey David… Quien dijo:
Salmo 37.23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino.
Y en la carta del apóstol Santiago hay un tremendo regaño para el que cree que puede decidir qué hacer con su vida… Dios dice que eso es soberbia. Y que…
Santiago 4.15–16 ¡En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala…
En otras palabras, debemos asegurarnos que las cosas que deseamos, la deseamos porque hemos estado dialogando con Dios, y entendemos que eso es lo que El tiene para nosotros.
Porque si simplemente deseamos muchas cosas y no hemos hablado con Dios, pues obviamente no estamos mostrando confianza en él, ni confianza en su plan para nosotros.
Además debo recordar que el Señor en su palabra nos dice, que nosotros nos engañamos respecto de que tanto confiamos en él. Por ejemplo algunos con base en textos como el siguiente:
Salmo 37.4-5 Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.5Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
Dicen que ellos no sólo quieren hacer su voluntad, sino que también la voluntad del Señor. Y terminan pensando que es como un trueque, donde ellos hacen la voluntad de Dios, y Dios como recompensa hace la de ellos.
“Si ando bien obediente el Señor me va a dar ese trabajo que quiero “ “Si ando bien obediente el Señor me va permitir cambiar el carro” “Si ando bien obediente la iglesia va a crecer mucho”… etc.
Pero esa tampoco es la autentica vida cristiana. ¿Y sabe por qué? Por lo que realmente significa ese pasaje, es que cuando nos deleitamos en Dios, cuando de verdad nos deleitamos en Dios también nos deleitamos en su perfecta voluntad para nosotros.
Y entonces como consecuencia de verdaderamente deleitarnos en Dios, no deseamos nada diferente de lo que Dios quiera para nosotros.
Además si insistimos en obedecer a Dios para que nos complazca en las cosas que nos otros queremos, eso en realidad es ser tibio. Y los tibios según las escrituras serán vomitados de la boca del Señor. Por lo tanto no podemos pensar que eso sea correcto.
No quiere decir esto que no podemos en ningún momento orar por cosas que deseamos. De hecho si oramos, es porque estamos pidiendo permiso Dios para poderlas realizar. Y por eso al hacer este tipo de peticiones la oración debe terminar con una frase que debemos creer de todo corazón, y es…”Si es tu voluntad Señor”
Esto puede parecer duro para muchos por su falta de fe, pero la verdad es que un auténtico hijo de Dios que entrega su vida a Dios, sólo debe desear hacer la voluntad de Dios, en todas las áreas de su vida, en todo momento… Esa es la entrega que Dios quiere que hagamos de nuestra vida a el.
Y eso no es perder como piensan algunos. Todo lo contrario, pues la petición más ambiciosa que podemos hacer a Dios, es que nos permita entregarle nuestra vida por completo.
Pues a mayor entrega, mayor recompensa. Saben cual es la recompensa para los discípulos del Señor que estuvieron con él, que le entregaron sus vidas… Jesús les dijo:
Lucas 22.28–30 Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. 29Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, 30para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
¿DESEAMOS HACER SOLAMENTE LA VOLUNTAD DE DIOS?
Ya cumplí 44 años de vida cristiana y a lo largo de ellos son muchas las veces que he encontrado muchas razones a través de los cuales los cristianos quieren justificar no vivir haciendo sólo la voluntad de Dios. Algunas de ellas son: (Cuales de esas ha usado usted)
“Dios no nos quita la personalidad” “No hay que ser fanático” “La Biblia es un libro que hay que actualizar está fuera de contexto” “Las palabras de Jesús han sido mitificadas, El realmente no dijo lo que ahora dicen que dijo” “Es imposible vivir la vida cristiana” “Todos los pastores son ladrones”
“Órgano que no se usa se atrofia” “Yo también sé cuál es la voluntad de Dios”
Y cada una de estas frases se usa para justificar no hacer la voluntad de Dios en algún asunto. Por supuesto las más elaboradas de todas, tienen que ver con todos estos vientos de doctrina que han aparecido para justificar el pecado. Y entonces se ha justificado la codicia, el amor al dinero, la promiscuidad sexual, el orgullo, la prepotencia y altivez, y hasta se ha justificado la falta de estudio de las escrituras.
Por supuesto que con el tiempo necesario para hacerlo, podemos tomar cada una de estas frases y mostrar lo equivocado de ellas frente a la palabra de Dios. Sin embargo déjeme mostrarle es un camino más corto para entender este asunto.
ES CUESTIÓN DE PROPORCIONES
Uno de los aspectos que nos dificulta aceptar, que la vida cristiana es solamente hacer la voluntad de Dios, es no tener una perspectiva adecuada de las proporciones.
Recuerdo en un viaje a Bogotá, yo iba manejando por mi carril y en una curva apareció un bus gigantesco, un S26 ocupando mi carril… E inmediatamente sin pensarlo lo esquivé dándole la vía.
¿Creen ustedes que en ese momento he debido prensar; este es mi carril, tengo derecho, no me voy a quitar? Si hubiese hecho eso, aunque ciertamente tenía la razón, pues no estaría aquí.
Lo que quiero mostrarles es que cuando vamos a tomar una decisión, es muy importante ver no sólo quien nos respalda, sino contra quien estamos yendo. Esto es precisamente lo que dice el escritor de Eclesiastés, que es un hombre que cree en Dios pero que no le conoce:
Eclesiastés 7:16 al 17 No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de destruirte? 17No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo?
Según él, si ser muy justo o ser muy malo me va destruir, no debo tomar esos caminos, porque lo importante es conservar la vida…
Y por eso la mayoría de la gente si ven que están robando a alguien, no miran. Si un sicario está ejecutando a otro, no miran. Si un señor está dándole patadas a una mujer, no miran o miran pero de lejos.
Y si nos preguntamos: ¿Es correcto tomar esa actitud ante estas situaciones de la vida? El asunto no es tan sencillo de resolver, aunque en términos generales podemos decir que no es correcto.
Más de una vez alguien ha dicho, si los pacíficos nos unimos en contra de los violentos, los acabamos porque los pacíficos somos muchísimos más. Que cada vez que sucediera un atraco o algo en la calle todo el mundo cayera en contra de este delincuente y se creara una cultura donde los delincuentes fueran conscientes de que si algo hacen les caen encima, el asunto mejoraría.
La razón y la lógica dice que eso debe funcionar. El problema es que como los seres humanos son egoístas, todos estarán pensando; Que se meta otro, yo no me voy a arriesgar.
Lo que quiero que veamos con todo este asunto es que cuando el hombre ve un poder más grande que le puede hacer daño, el hombre en términos generales por miedo o por prudencia (para que no suene a cobardía) SE SOMETE A ESE PODER.
En este momento estamos en Colombia sometidos al poder de los que están haciendo el paro… porque pensamos que no hacerlo, que ir contra los manifestantes puede ser cuestión de vida o muerte.
Es más, si no somos conscientes del poder ante el cual nos enfrentamos, indudablemente vamos a salir perdiendo. Y seguramente muchos pensarán que estamos actuando de manera muy tonta.
Recuerdo la película en que un espadachín muy, pero muy hábil se enfrenta a Indiana Jones, pero resulta que indiana tiene un revólver. Y cuando el espadachín está mostrando su destreza con la espada, el le pega un tiro y asunto concluido.
El caso contrario, el de un hombre que está siendo desafiado a pelear contra un gigante, y los amigos le dicen; “cobarde vaya a pelear”. El responde diciendo; “Yo no soy cobarde pero tampoco soy un bruto”
Nos sometemos a otros cuando somos conscientes de que tienen poder suficiente para hacernos daño, y que no nos podemos defender.
Y puede que la gente en esos momentos le digan al otro, que es injusto, que no es correcto, que no es bueno, que está abuzando… Pero al final bajo la presión por miedo se somete o muere.
¿Por qué? Porque los hombres no quieren perder la vida.
LA GRANDEZA DE DIOS
Entonces: Si la gente es capaz de sujetarse a vivir vidas miserables por que otro más poderoso los amenaza o los obliga… ¿Qué pasaría si ellos conocieran a alguien más poderoso que los pudiera defender de ese que los está esclavizando?
Cuantos cuando niños dijimos: “Le voy a traer a mi papá o le voy a traer a mi hermano que ese si pega duro” Y muchos basados en esto sentían confianza, aunque luego su papá o su hermano no hicieran nada.
No hay duda que los hombres son capaces de confiar en los hombres, y sentirse tranquilos por su respaldo… Sin embargo la escritura dice:
Salmos 62:9 al 11 El hombre es pura ilusión, tanto el pobre como el rico; si en una balanza los pesaran juntos, pesarían menos que nada. (11)No confíen en la violencia; ¡no se endiosen con el pillaje! Si llegan a ser ricos, no pongan su confianza en el dinero.
Todo este asunto es sólo cuestión de proporción. Los hombres endiosan a los hombres, los hombres endiosan a los ricos y colocan en ellos su confianza, y siguen su dirección y sus consejos.
Pero déjenme mostrarles un pasaje, en el que Dios trata de mostrarnos quien realmente es El. Dice así:
Isaías 40:12 ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? 13¿Quién enseñó al Espíritu del Señor, o le aconsejó enseñándole? 14¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia?
15He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo.16Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. 17Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es
Piensen lo siguiente: Si todo el universo colocado a un lado de la balanza en comparación con Dios es menos que nada. Y menos que nada quiere decir que no solamente es nada, sino que queda debiendo.
Y si el hombre es un microbio de infinita pequeñez comparado con el universo, y el universo comparado con Dios ni siquiera existe y le queda debiendo, entonces: ¿Que será entonces un hombre comparado con Dios?
Creo que comparar al hombre con Dios es imposible porque es tal la grandeza de Dios que el hombre es como si no existiera y quedara debiendo. Y a esa ínfima pequeñez del hombre añadámosle una característica nada buena, y es que, el hombre es pecador.
¿Qué quiere decir que el hombre es pecador? La escritura dice:
Isaías 1:4 al 6 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. 5¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 6Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
Cuando decimos que el hombre es pecador estamos diciendo que el hombre en lo básico de su ser está corrompido, tiene una escala de valores completamente absurda y corrompida, tiene por supuesto unos objetivos igualmente torcidos y llenos de maldad, y utiliza unos métodos iguales de torcidos a todo lo que el es.
Y lo peor de todo es, que si sigue viviendo de esa manera y no entrega su vida a Dios terminara en los profundos infiernos.
Un hombre pecador, sin querer ofender a nadie, es algo así como un enajenado mental que no tiene ni idea, ni de dónde viene ni para dónde va.
Todo el asunto es asunto de proporciones.
Y entonces la pregunta es: ¿A quién le va usted a confiar su vida y su eternidad? ¿A Dios todopoderoso el creador de los cielos y de la tierra, o a un enajenado mental?
Es decir entendemos que cuando no le estamos entregando nuestra vida a Dios todo poderoso, se la estamos entregando a hombres enajenados mentales… Es por esta razón que en la escritura leemos:
Jeremías 17:5 al 6 Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. 6Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.
¿Si me entienden lo que trato de decir cuando habló de que es un asunto de proporciones?
Usted está a punto de morir, y llega la más grande eminencia en la medicina con una jeringa y le dice que si usted no se pone esta inyección ya, en diez minutos usted se muere. ¿Qué hace usted? Hágale doctor.
Tiene el brazo partido se le sale la punta del hueso, el médico le dice que se lo tiene enderezar, que le va a doler, porque si no lo cuadra no lo podrá utilizar de por vida. ¿Qué hace usted? Hágale Doctor. ¿Y luego de que se lo endereza que dice usted? “Muchas gracias Dr. Cuando le debo”
Si somos capaces de sujetarnos, perdóneme no es por ser ofensivo, a seres microscópicos a basuras de tamaño infinito… ¿No es más sensato entregarle nuestra vida a Dios?
Si nos hemos sujetado muchísimas veces y por razones equivocadas, a seres infinitamente pequeños, no es acaso más sensato sujetarnos al todopoderoso por amor.
LA INCREDULIDAD NO ES UNA RAZÓN VÁLIDA
El argumento es muy claro. Tan claro que cualquier persona con dos dedos de frente tomaría la decisión de entregarle por completo su vida a Dios.
Pero: ¿Por qué siendo algo tan claro, tan obvio, los seres humanos y aun los cristianos no le entregan su vida al Señor?
Porque aunque la lógica es irrebatible… Los hombres no creen en Dios, ni en su amor ni en su grandeza.
La razón dice que debemos entregarle nuestra vida, nuestra incredulidad dice que no.
Imagínese que usted vive en una ladera, y vienen los vecinos y le dicen que se está viniendo la montaña, que salga corriendo para salvar su vida. Y usted les dice. No les creo. Y se queda en su casa y lo aplasta la montaña.
¿Tenía usted un comportamiento razonable, inteligente, lógico? Por supuesto que no. Pero su incredulidad le hace pensar que usted tiene la razón. El problema es que esa incredulidad que le da razones para hacer lo que hace, no lo libra de las malas consecuencias de no ver la verdad.
Usted puede tirarse de un edificio o de un avión sin paracaídas, pensando que va a volar. Su ignorancia le hace parecer tener la razón, pero esa razón no lo librara del golpe.
La gente no le cree a Dios, siguen viviendo su vida sin entregársela a Dios. Van a perderse la salvación. ¿Tiene sentido que la gente haga eso? Para ellos si. Pero eso no los librara de perderse eternamente.
Nosotros podemos desobedecer a Dios porque no le creemos, nuestra incredulidad nos da la razón, pero eso no evitara ni nos librara de las consecuencias del pecado.
¿Y cuál es la verdad que nuestra incredulidad no nos deja ver? Pues además de la grandeza de Dios que nos negamos a creer, también ignoramos que somos hijos de Dios.
Y ser hijos de Dios significa que somos propiedad de Dios. La escritura dice:
1 Corintios 6:19 al 20 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20Porque habéis sido comprados por precio;
No somos dueños de nosotros, tampoco podemos decidir qué hacer con nuestra vida. A lo mucho podemos decidir obedecer o no obedecer a Dios… Y recibir las consecuencias de nuestra decisión.
También dice la escritura:
Romanos 14:7 al 9 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. 9Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.
Listo. Somos propiedad de Dios; ¿Pero vivimos como si fuéramos propiedad de Dios?
¿Y si nuestra vida es propiedad de Dios, que podemos decir que las cosas que tenemos?
¿Cómo sabemos que estamos viviendo como verdadera propiedad de Dios?
La respuesta es, porque estamos obedeciendo a Dios en todo. Y cuando no hay obediencia a Dios esto es lo que está pasando:
2 Corintios 11:19 al 20 porque de buena gana toleráis a los necios, siendo vosotros cuerdos. 20Pues toleráis si alguno os esclaviza, si alguno os devora, si alguno toma lo vuestro, si alguno se enaltece, si alguno os da de bofetadas.
Y la pregunta nuevamente es: ¿Porque no más bien nos sujetamos a alguien que tiene absolutamente todo el poder del universo, y que además nos ama y desea y puede darnos absolutamente todo lo mejor?
Entregar nuestra vida Dios nos da poder contar a Satanás. Y si nos da poder contra Satanás entonces nos da poder contra cualquier cosa.
La joven que siendo oprimida, Satanás la amenazaba con quitarle las cosas, y ella oraba al Señor diciendo: Señor mi vida es tuya, etc. Es decir todo el poder de Satanás desaparecía cuando ella entregaba su vida y sus cosas a Dios.
Romanos 8:31 al 32 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?