EL PODER DE LA MUERTE Y RESURRECCIÓN

EL PODER DE LA MUERTE Y RESURRECCIÓN

I. INTRODUCCIÓN

Anhelar un mundo mejor es por así decirlo un deseo legítimo en el corazón de muchas personas. Para muchos esto tiene relación con el asunto de la política, los gobernantes, los otros gobiernos, actualmente yo creo que tiene que ver con las multinacionales y los ricos del planeta, qué son los que están decidiendo, conforme a sus capacidades lo que pasa en la tierra.

Sin embargo las cosas van de mal en peor, donde la constante a mi modo de ver es qué los pocos que quieren gobernar, están usando el dinero y le están dando mucho más valor a este que a la vida de los hombres, razón por la cual hay cada vez más injusticias, más miseria, más hambre, más muerte.

Recuerdo cuando escuchaba a los voceros de cierto país justificando acciones militares, la invasión sobre otro país… Según ellos porque; “Ese pueblo tiene el derecho a vivir de una manera digna” Y según ellos esto está bien porque ellos lo hacen, si otros lo hacen entonces no está bien y lo califican como criminales de guerra.

Pero al escuchar semejantes declaraciones vino a mi mente lo que pasó en Ruanda, donde gobiernos poderosos y aún las naciones unidas retiraron sus ejércitos, y dejaron que fuera asesinado casi un millón de personas a machetazos… La tribu oprimida cuando tomo el poder se desquitó de los opresores con esta matanza, y los cadáveres flotaban por miles y miles en los ríos.

Y si nos preguntamos por qué no hubo ninguna intervención, parece que la única respuesta es que allí no había nada de valor, allí solo había hombres.

No ha ocurrido lo mismo en naciones donde al haber conflictos ha habido petróleo, minerales preciosos, pues en estos países los países poderosos si han intervenido con guerras, golpes de estado y lo que sea necesario para tomar el control, de tal manera que sigan siendo beneficiados

Si pensamos en este tipo de injusticias, es evidente, no hay ninguna duda, que nunca ha habido un pueblo sobre la tierra que haya sido tratado con tanta injusticia como lo ha sido el pueblo de Israel. Aclaro: Injusticia de parte de los hombres, no de Dios.

Por lo tanto si hay un pueblo que sueñe con un nuevo orden mundial es el pueblo de Israel. Y no sólo por la situación de sufrimiento por la cual han pasado durante tanto tiempo, sino por las promesas que de parte de Dios han recibido que están consignadas en la escritura.

Es por esta razón que cuando vino Jesús se encontró con hombres que anhelaba este reino, reino del cual por supuesto Jesús habló en más de una ocasión. Sin embargo uno de los problemas que enfrentó Jesús cuando habló acerca del rey y del reino venidero, es que las profecías no habían sido bien interpretadas y estaban mezcladas.

En lo básico la profecía habla de dos venidas de Jesús, una como cordero de Dios y otra como el rey de Reyes, pero al no ver la diferencia creyeron que sería una sola venida en la cual su salvador a través de una revolución o una guerra tomaría el control sobre las otras naciones, y entonces el pueblo de Israel reinaría de allí en adelante, con un gobernante que sería descendiente de David.

En la actualidad hay varias naciones donde la gente se está quejando por los malos gobiernos… Y no hay duda que son malos gobiernos. Pero como ha ocurrido en Cuba, Venezuela, Nicaragua, que queriendo vivir mejor han votado por un cambio de gobierno… Pues el cambio ha ocurrido y ahora están muchísimo peor.

¿Porque? Porque el problema de la humanidad siempre ha sido el pecado, el pecado trastorna todo lo demás y eso traerá inevitablemente gobiernos injustos, por esta razón cualquier revolución que busque un cambio siempre terminará mal, porque serán hombres pecadores las que la dirijan…

Es por esta razón que para disfrutar de este nuevo reino prometido, lo primero que tiene que ser arreglado es el pecado en la vida de los hombres que participarán de este reinado.

El problema es que el pueblo judío, así como muchos cristianos creen que la solución está en un cambio de gobierno mientras ignoran que son sus pecados los que no les dejan vivir bien. Y por esta razón ellos esperaban en ese tiempo derrotar a los romanos, Y creían qué Jesús venia a liderar esa revolución. Pero eso no era cierto y fue algo que poco a poco el Señor Jesús fue aclarándoles al enseñarles qué clase de reino era, y cómo llegaría. Por ejemplo:

Mateo 24:1 al 2 Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. 2Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.

En lugar de decirles que la nación de Israel comenzaría a gobernar sobre otras naciones, comienza hablándoles de la destrucción del templo, que era considerado el edificio desde donde el rey los gobernaría… Y por supuesto hablar de la destrucción del sitio más importante para el pueblo implicaba también desgracias para el pueblo de Israel.

Éste mensaje era tan opuesto a lo que ellos esperaban, que cuando Jesús habló de la destrucción de este templo eso luego fue usado para acusarlo de traición a la nación y a la religión judía.

Sin embargo como vimos la semana pasada sus palabras se cumplieron al pie de la letra, y el templo fue destruido y no quedó piedra sobre piedra. (Fue incendiado y para sacar el oro y los cosas preciosas que allí había, desmantelaron hasta el piso.)

Poco tiempo después, seguramente habiendo oído de qué el Señor se iba a ir para luego volver como el mesías reinante, después de qué los reinos de la tierra fueran destruidos para instaurar este nuevo reino, vemos que los discípulos le preguntan:

Mateo 24:3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

¿Qué señal habrá de tu venida?… Y ¿Del fin del siglo?…. El Señor Jesús comienza a responderles, pero lo primero que les advierte es que antes de qué el regrese aparecerán muchos en su nombre engañando a la gente.

Mateo 24:4-5 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.

Esto ya se ha cumplido, en más de una ocasión ha aparecido alguien que dice ser el Cristo, y también se cumple de cierta manera cuando otros el nombre de Cristo enseñan doctrinas completamente contrarias al verdadero cristianismo, y por esto una de las señales del fin del siglo es la apostasía, que ocurre cuando se enseñan falsas doctrinas dentro del cristianismo de tal manera que ya no están siguiendo a Jesucristo sino a una nueva religión que ellos llaman cristianismo pero no lo es.

Respecto de la pregunta de el fin del siglo donde todo será destruido, él les contesta:

Mateo 24:6 al 8 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8Y todo esto será principio de dolores.

Al leer esto reconocemos que estas cosas ya están pasando, sin embargo lo que Jesús sigue narrando que es muchísimo más serio, y corresponde al periodo de los últimos siete años llamado la gran tribulación. Donde prácticamente la tierra será destruida, para ser restaurada y comenzar el nuevo reinado tan esperado.

Donde Jesús como descendiente de David reinara, y nosotros la iglesia que está conformada de gentiles y judíos que hemos nacido de nuevo, reinaremos con él desde la ciudad de Jerusalén.

Luego de estas explicaciones el Señor comienza a hablar de los que participaran de este reino, y a través de varias parábolas muestra que participarán los que hayan sido fieles.

Mateo 24:45 al 47 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 47De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.

Si el Señor en su venida te encuentra haciendo lo que debes hacer, y me llama la atención el énfasis de alimentar a los de su casa, qué no creo que deba entenderse como aquel padre que alimenta a los de su casa, porque eso lo hacen todos, sino que se está refiriendo a la evangelización y el discipulado, es decir a dar este alimento espiritual, y si nos halla en eso, dice que nos recompensará colocándonos sobre los bienes de su casa.

Y sigue haciendo este mismo énfasis de fidelidad y buena administración hablando de las vírgenes necias y las vírgenes prudentes, de la parábola de los talentos, y termina con el juicio de las naciones cuyo último versículo dice:

Mateo 25:46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Definiendo allí dos eternidades completamente diferentes.

Al terminar este mensaje donde habla del fin del siglo y de los que participarán en el reinado, Jesús les dice algo que es supremamente importante, tan importante que si no sucediera sería imposible la llegada de ese nuevo reino, que es en realidad el reino de Dios. Dice así:

Mateo 26:1 al 2 Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos: 2Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado.

Les recomiendo ver la película de Mel Gibson sobre la crucifixión de Jesús, aunque es demasiado fuerte, no creo que en realidad muestre la magnitud del castigo que recibió no sólo en su cuerpo… Y lo grande de este castigo en realidad muestra la magnitud del amor de Dios por nosotros, amor qué le llevó a estar voluntariamente colgado en esa cruz hasta la muerte.

Cuando leo que Jesús les dijo que sería crucificado, y trató de colocarme en el lugar de los discípulos, después de tres años de andar con Jesús… ¿Si hubiésemos estado allí cuál hubiera sido nuestra reacción ante semejantes palabras?

Ahora: En ese pasaje no se hacen ningún comentario acerca de la reacción de los discípulos, sino que continúa contando del complot que tenían los sacerdotes para asesinarlo. Sin embargo creo que no hay comentarios acerca de la reacción de los discípulos, porque la escritura nos narra que 10 capítulos atrás, cuando él comenzó a mencionar el asunto de su muerte, la escritura nos cuenta del tremendo regaño que Jesús le dio a Pedro, cuando al mencionar este asunto él comenzó a reconvenirle para que evitará que sucediera. El pasaje dice lo siguiente:

Mateo 16:21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.

Lo primero que debemos ver aquí es la razón por la cual Jesús comenzó a declarar este mensaje a sus discípulos. Las palabras ”desde entonces comenzó” indican que hubo un evento anterior que llevo a Jesús a comenzar a anunciar su muerte y su resurrección.

Al revisar el evento al que se refiere descubrimos que fue el reconocimiento que hace Pedro acerca de Jesús cuando él les pregunta:

Mateo 16:15 al 17 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

Sólo cuando ellos entienden que Jesús es el Cristo, el hijo del Dios viviente. El decir no una persona común y corriente sino Dios mismo encarnado en un hombre. Sólo allí él comienza a anunciar su muerte y su resurrección.

Es decir no se trataba de un hombre común y corriente pecador que va a morir. Eso se ve todos los días. Lo que quiero decir es que a pesar de nosotros ser pecadores, creo que conservamos cierto sentido de justicia que nos lleva a pensar que la muerte de un pecador pues es algo aceptable, más no la muerte de un justo.

Cuando pienso en aquel hombre violador y asesino parece que de más de 150 niños, si nos hubieran dicho que lo iban a castigar con la muerte creo que muchos estaríamos de acuerdo. Y aún cuando lo vi en televisión hablando de su conversión al cristianismo, sigo pensando igual, y si es un auténtico cristiano muchísimo mejor, se iría directo a la presencia de Dios.

Por ese mismo sentido de justicia es que en Colombia muchos se indignaron al ver que en Venezuela le hicieron una estatua a un guerrillero como si fuera un héroe, siendo el responsable de muchísimos crímenes. Niños mutilados, familias asesinadas, mujeres violadas y obligadas a abortar, jóvenes secuestrados, traficantes de drogas… Su injusticia y su maldad es evidente y por eso que en otro país los aplaudan como héroes pues no suena muy bien.

Pero que nos cuenten que a un niño que consideramos inocente lo torturen, violen y asesinen. Lo normal es que eso nos indigne.

Y ese es precisamente el mensaje que Jesús da, cuando ellos por revelación comprenden que él es el Santo de los Santos, y Jesús les dice que va a ir a morir como un criminal. El asunto no suena bien.

Lo correcto debería ser más bien que el Santo de los Santos juzgue a todo el mundo, y le dé a cada uno lo que merecen sus hechos, no que él sea castigado como un criminal.

Ya conocemos la reacción del apóstol Pedro ante estas palabras:

Mateo 16:22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.

El bueno de Pedro dándole su mejor consejo al Señor Jesús. Quién sabe, a lo mejor esperando de parte de Jesús su agradecimiento por haber pensado en él, tal vez no como los demás que no dijeron nada.

Y si pienso humanamente, sin entender las implicaciones espirituales de este asunto, yo estaría dando exactamente el mismo consejo que el apóstol Pedro le dio a Jesús.

Sin embargo por la respuesta de Jesús entendemos que fue un error gravísimo el dar tán aparente maravilloso consejo.

Mateo 16:23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

No deberíamos olvidar que cuando ponemos la mira en las cosas de los hombres incluidas las nuestras, prácticamente estamos dejando que Satanás actué a través nuestro en contra del reino de Dios… Y no hay duda que aunque lo ignoremos los más perjudicados seremos nosotros mismos.

El consejo del apóstol Pedro muestra sin lugar a dudas que él, y posiblemente los discípulos no entendían los daños tan grandes que el pecado había producido en ellos, pues si lo entendieran en lugar de tratar de detenerlo lo que haría era agradecerle por lo que iba a hacer.

La pregunta es: ¿El mundo conoce las graves consecuencias del pecado?… Y para no ir tan lejos:¿Entendemos nosotros las grandes consecuencias del pecado que hacían indispensable que Jesús fuera de la cruz para ayudarnos?

Veamos algo de esto de manera resumida porque cada asunto podríamos estudiarlo por bastante tiempo. Lo primero es que:

HABÍAMOS OFENDIDO A DIOS Y NECESITÁBAMOS EL PERDÓN.

Ya he mencionado más de una vez que uno de los tremendos engaños de Satanás es minimizar la gravedad del pecado, y lo ha logrado de tal manera que al hombre no le importa ser pecador, no les angustia y aún se justifican diciendo: “todos somos iguales, todos cometemos pecados”.

Pero el hecho de que todos cometemos pecados no quiere decir que no es grave. Sin embargo los hombres en lugar de tomar la medida de justicia de Dios, lo que ha hecho es rebajar a Dios a la justicia de los hombres, y esto los a llevado a pensar que a la final, si es que son juzgados, serán juzgados de acuerdo a lo que ellos piensan, ignorando lo que Dios dice. Pero la escritura dice:

Salmos 50:21 Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.

Eso en otras palabras quiere decir que el que nosotros estemos convencidos de algo, no hace la diferencia. Pues si Dios dice blanco y nosotros estamos convencidos que es negro… Sigue siendo blanco. Si Dios dice que debe ser de esta manera pero estamos convencido que debe ser de esta otra… Dios sigue teniendo razón.

Ese comportamiento es muy normal en muchísima gente y tristemente en muchos cristianos también, y no logran percibir la ofensa que cometen contra Dios, ni el daño para su propia vida.

Pero allí no para el asunto, aun frente a la ley de Dios, a pesar de que ella muestra el gravísimo error de presentarse ante Dios como justo… Lo seguimos haciendo, porque tenemos la tendencia de considerarnos justos, o que estamos haciendo todo bien, y por eso somos tan buenos dando excusas y aún culpando a los demás por nuestros errores.

Un ejemplo de este engaño lo podemos tomar del joven rico, quien cuando Jesús le coloca como norma los mandamientos para salvarse, el responde:

Marcos 10:19 al 20 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud.

Respuesta equivocada. La razón por la cual Dios le dio la ley al hombre y le pidió cumplirla, fue para que al fallar en su cumplimiento el hombre lograra reconocer la inmensidad de su pecado.

Es decir Dios sabía que el hombre no sería capaz de cumplirla, y por eso podemos leer que por medio de la ley nadie sería salvo. El apóstol Pablo a pesar de ser muy religioso cuando entendió este asunto escribió lo siguiente:

Romanos 3:20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

¿Por qué es imposible salvarse a través del cumplimiento de la ley? Porque como ya mencioné, no hay ser humano que pueda cumplir con toda la ley de Dios. Y si leemos el siguiente pasaje entenderemos porque aún cumplir con el 99% de la ley no sirve, por qué la exigencia es:

Santiago 2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.

Es tan imposible salvarse a través de las buenas obras o de cumplimiento de la ley, que el solo intento de hacerlo hace que el hombre caiga bajo la maldición de Dios… Porque no está creyendo lo que Dios dice acerca de este asunto. Lo dice así:

Gálatas 3:10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

Para salvarse por medio de la ley hay que cumplir con los 613 mandamientos, sin faltar uno de ellos, y debe cumplirlos durante toda la vida… Esto por supuesto es imposible, el único que ha podido cumplir esto es el Señor Jesús, pero nosotros en nuestra maldad hemos aprendido a contentarnos con lo regular, con hacer las cosas de manera incompleta, con medio cumplir, de tal manera que pensamos que así el asunto está solucionado pero no. Dios es justicia absoluta y sólo aceptará perfección absoluta.

Por lo tanto al joven rico como a cualquier ser humano su conciencia debería acusarlo de ser pecador. Y cuando él contesta que ya ha cumplido, o está mintiendo o peor aún ha trabajado toda su vida para embrutecerse, endurecer su conciencia y ser completamente insensible ante el pecado. El apóstol Pablo explica este proceso en los hombres:

Efesios 4:18 al 19 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.

Esto es evidente cuando pensamos en el trago o en el cigarrillo, donde por supuesto no son cosas agradables cuando se hacen por primera vez, pero somos capaces de acostumbrar a nuestro organismo hasta el punto de volverlo adicto. Volviendo a Gálatas vemos que continúa diciendo:

Gálatas 3:11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;

Y como ninguno tiene la más mínima oportunidad de salvarse cumpliendo la ley es que Dios en su misericordia nos ha dado la otra opción que es la fe, y por eso es indispensable e irreemplazable que aceptemos a Jesús como nuestro Señor y nuestro Salvador, gracias al sacrificio que hizo por nosotros en la cruz para poder perdonar nuestros pecados. Y por eso en la escritura podemos leer:

Hechos de los Apóstoles 10:43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

Pero ojo, ese perdón que es absolutamente gratis para nosotros, el Señor Jesús pagó un costo que nos es imposible entender, porque no sólo se trató de morir en la cruz sino de mucho más…

Salmos 85:10 La misericordia y la verdad se encontraron; La justicia y la paz se besaron.

HABÍAMOS QUEDADO ESCLAVOS DE SATANÁS Y NECESITÁBAMOS SER LIBERADOS.

Pero no sólo habíamos ofendido a Dios con nuestros pecados haciéndonos merecedores del castigo eterno, además el pecado también nos hizo esclavos. Esta esclavitud tiene relación con una paternidad, y como consecuencia de ella un comportamiento de acuerdo a esa paternidad. La escritura respecto de eso dice:

1 Juan 3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

Lo único justo es hacer la voluntad de Dios, y el verdadero amor es hacer la voluntad de Dios y el apóstol está diciendo que cada uno según lo que sea, hijo de Dios o hijo del diablo, va a tener un comportamiento de acuerdo a esa paternidad. O actuamos como hijos de Dios o como hijos de Satanás.

Porqué esto de ser hijo del diablo no es algo reservado para cierta clase de personas supremamente malas. Los asesinos, los satanistas, las brujas, los endemoniados, etc. También son hijos del diablo aquellos que parecen supremamente buenos. De hecho la escritura los denuncia pues dice:

2 Corintios 11:13 al 14 Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. 14Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

Creo que hay a quienes esto les parece exagerado pero lo que está diciendo el texto es que hay iglesias cristianas y pastores cristianos que en realidad son hijos de Satanás, que se presentan como los santos, los ungidos, los profetas pero están enseñando doctrinas opuestas al verdadero cristianismo lo cual es muy peligroso porque los feligreses piensan que están en el camino estando muy lejos de él.

Y lo grave de este asunto que gracias a Dios ya sido solucionado en nuestra vida si es que somos hijos de Dios… Es que nosotros también éramos hijos del diablo, y por eso la escritura dice de nosotros:

Efesios 2:1–4 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Y ojo, no éramos hijos de Satanás porque anduviéramos en cosas malignas como acostumbramos a clasificarlas. Es aterrador pero el solo hecho de satisfacer los deseos de nuestra carne ya mostraba de parte de nosotros una muy dedicada obediencia a Satanás. Aunque lo ignorásemos por completo.

Y entonces la pregunta es: ¿Podíamos nosotros por nuestros medios liberarnos de la esclavitud de Satanás? La respuesta es no.

Las leyes sobre esclavos enseñaban que jamás un esclavo podía redimir a otro esclavo, ni aunque tuviese el dinero del pago. El hecho de ser esclavo le quitaba todo derecho. Tan cierto era esto que aún los hijos de un esclavo, nacían esclavos y sin ningún derecho.

Sólo alguien que fuera completamente libre podía redimir a un esclavo. Y el único libre de pecado y de esclavitud era Jesús, y para los que se inventan que negamos la realidad de la virgen María, pues resulta que sólo el nacimiento de una virgen sin la intervención de un hombre podría traer alguien libre a este mundo. Y ése fue Jesús. Y gracias a su obra en la cruz es que podemos leer:

Colosenses 1:12 al 14 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Hemos sido libres de la esclavitud de Satanás y además hemos sido perdonados de todos nuestros pecados. Pero también…

HABÍAMOS MUERTO ESPIRITUALMENTE Y NECESITÁBAMOS SER REGENERADOS.

Estar muerto espiritualmente o ser esclavo de Satanás es prácticamente lo mismo, pues la muerte espiritual es una conexión de nuestro espíritu con el espíritu de Satanás… Y por esto el hecho de qué seamos librados de la esclavitud, todavía presenta un problema y es que seguimos muertos espiritualmente y por lo tanto incapaces de obedecer a Dios. Pero Dios solucionó esto dándonos vida espiritual. La escritura dice:

1 Juan 5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

La confianza en Satanás fue lo que hizo que en el paraíso el hombre se convirtiera en hijo de Satanás… Estando el mundo completo bajo los deseos del maligno, cuando confiamos en el mundo en realidad estamos confiando en Satanás. Siendo esto así es completamente lógico recibir el siguiente mandato:

1 Juan 2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

Cuándo dice que el amor del Padre no está en el hombre, sabiendo que este amor se recibe con el Espíritu de Dios, entonces quiere decir que quien ama al mundo no tiene el Espíritu de Dios en su vida que le podría dar vida y por lo tanto sigue muerto espiritualmente. Y es por eso que cuando uno de sus discípulos le pidió tiempo para sepultar a su padre el Señor Jesús le dijo:

Mateo 8:21-22 Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. 22Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

Y esas palabras no eran una figura… Es una realidad absoluta, todo aquel que no ha creído en Jesús y no ha recibido el nuevo nacimiento está muerto espiritualmente…

Y aquel que está muerto si no recibe el milagro de la vida, no puede hacer absolutamente nada porque los muertos no pueden hacer absolutamente nada bueno, ni los muertos físicos ni los muertos espirituales, a no ser que reciban el milagro de la regeneración.

Además… Estando muertos; ¿qué podíamos ofrecer a Dios en pago por nuestros pecados?… La escritura dice:

Isaías 64:6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.

Aún las cosas que los hombres consideramos justas, a los ojos de Dios son como trapos de inmundicia, los cuales parece que tenían relación con los leprosos que se envolvían para que no se cayeran los pedazos de su carne… Y por supuesto que valor puede tener para Dios ofrecerle algo como esto. La realidad es que como muertos no podíamos hacer absolutamente nada para obtener vida…. Sin embargo la escritura dice de nosotros:

Efesios 2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados…

Y con esa vida espiritual, comenzamos una relación con Dios, no de creador a creatura sino de Padre a hijo. Nos convertimos en hijos de Dios.

¿CUÁNDO OCURRIÓ O CUANDO OCURRE TODO ESTO EN LA VIDA DE UNA PERSONA?

Ocurre cuando creemos en Jesucristo como nuestro Señor y nuestro Salvador.

Romanos 10:8–9 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Al hacer esto se opera en el hombre el nacimiento espiritual, de tal manera que es completa y absolutamente perdonado de todos sus pecados, es completamente el liberado de todo el poder de Satanás, y le es dada una vida espiritual que le permitirá caminar con Dios por el resto de su vida.

Ahora, volvamos al pasaje donde el Señor Jesús anuncia su muerte:

Mateo 16:21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.

Tengo la impresión de que el apóstol Pedro, al igual que el resto de los discípulos al oír esto que Jesús dijo centraron su atención en la muerte, e ignoraron el de la resurrección.

Por supuesto humanamente el asunto es entendible. Si nos hablan de muerte sabemos lo que es la muerte. Y si nos dicen que un día vamos a morir a no ser que el Señor venga antes a recogernos, aceptamos que vamos a morir. Es un hecho de la vida diaria en este planeta.

No ocurre lo mismo con el concepto de resurrección. El decir no creemos con la misma facilidad con que creemos en la muerte.

Esto es tan cierto que cuando Jesús resucitó, hasta sus discípulos pensaron que se habían robado el cadáver. Y aún cuando todos lo vieron, Tomas no creyó.

Si los discípulos al oír hablar a Jesús de su muerte hubieran colocado esta misma confianza en la resurrección, seguramente Pedro no hubiera reaccionado de la misma manera.

Mateo 16:22 al 23 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 23Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Repito lo que dije antes cuando leí este pasaje: Cuando ponemos la mira en las cosas de los hombres, incluidas las nuestras, estamos dejando que Satanás actúe a través nuestro, y sin saberlo por supuesto somos los más perjudicados.

Teniendo eso claro miremos lo que Jesús continúo diciendo:

Mateo 16:24 al 26 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Podemos comenzar diciendo que si una persona no renuncia a su estilo de pensar del mundo, no puede aceptar a Jesús como su Señor y Salvador.

Sin embargo esta misma actitud de renunciar a lo nuestro, es la actitud que nos permitirá disfrutar de lo ganado por Jesucristo en la cruz para nosotros.

Pero pongamos cuidado, la razón de la negación no es un auto castigo o algo por el estilo. La razón de renunciar a lo nuestro es para tomar la cruz y seguirle a él.

Dejó de vivir para mí y comienzo a vivir para él. Si no hago esto no disfrutare de la victoria obtenida en la cruz… Ni del reino prometido.

En la carta a los hebreos nos habla bien claro de este asunto cuando dice:

Hebreos 5:8 al 9 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;

El Señor Jesús tuvo que obedecer para calificar como nuestro salvador… Y nosotros sólo podemos disfrutar de esa salvación si gracias a la confianza que tenemos en él le obedecemos… Si no hay obediencia tampoco hay fe y mucho menos salvación.

Y en la pregunta en esta noche debe ser: ¿Qué tanto estamos confiando en Jesús, en el poder de su sacrificio y en lo ofrecido a nosotros?

Por supuesto tiene que ser una evaluación basada no sólo en lo que pensamos, sino en las cosas que hacemos de manera consecuente con eso que creemos.

¿Cómo está nuestra obediencia?
¿Qué cosas están estorbando esta obediencia?
¿Qué cosas o actitudes buscamos proteger, defender, y no entregarle el Señor?
¿Acaso sólo estamos pensando en la muerte… No tenemos fe en la resurrección?

Será que ya podemos decir como el apóstol Pablo:

Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

¿Será que ya podemos decir que estamos viviendo con el poder de la resurrección?

Si no podemos decir que estamos viviendo con el poder de la resurrección es porque todavía retenemos cosas, todavía luchamos por salvar nuestra vida, y eso nos impide experimentar el poder de Dios.

Qué bueno que en este tiempo en que el mundo celebra la muerte y la resurrección del Señor Jesús, aunque el mundo lo hace ignorando una cantidad de cosas supremamente importantes, nosotros si debemos revisar si estamos disfrutando de lo que el Señor Jesús obtuvo en la cruz para nosotros. ¿Estamos disfrutando de la salvación?… ¿Estamos viviendo gozosos todo el tiempo, con paz y con esperanza de participar de este nuevo reino?

Hay un mandato que recibimos del Señor Jesús para recordar este asunto… La escritura dice:

1 Corintios 11:23–25 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.

El pan que representa el cuerpo del Señor Jesús que es partido, representa la palabra de Dios la cual es indispensable para poder vivir en este mundo que es un desierto espiritual… El hecho de comer el pan implica que aceptamos la importancia de su palabra y el deseo de alimentar nuestra vida de manera continua con ella. Uno no come pan una sola vez en la vida, uno tiene que seguirse alimentando día tras día y eso debemos hacer con la palabra de Dios.

La sangre la sangre es la evidencia del sacrificio de Cristo por nosotros que no sólo nos perdona absolutamente todos nuestros pecados sino que también nos permite ignorar el viejo pacto el pacto de la ley que no puede salvar a nadie, para comenzar a relacionarnos con él a través del Nuevo Pacto donde somos involucrados.

1 Corintios 11:26. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

Lucas 22:14–16 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. 15Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! 16Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.

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