EL CAMINO A LA SANTIDAD – PARTE 1
SIEMPRE GOZOSOS
I. INTRODUCCIÓN
Una de las razones por las cuales muchos dudan de la existencia de Dios, es la maldad tan grande que ven en el mundo. Las preguntas que se hacen son: ¿Si Dios creo a los hombres para que vivieran de esta manera, con toda esta maldad, entonces Dios no puede ser bueno? O ¿Si Dios existiera no permitiría que pasaran estas cosas tan espantosas? Sin embargo los que esto piensan, ignoran que en realidad Dios creó al hombre bueno, para vivir una vida maravillosa sobre la tierra, pero el hombre uso mal el privilegio de poder elegir qué camino tomar. Y tristemente como dice el escritor del libro de Eclesiastés…
Eclesiastés 7.28–29 lo que aún busca mi alma, y no lo encuentra: un hombre entre mil he hallado, pero mujer entre todas éstas nunca hallé. 29He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.
Saltándonos la parte donde este hombre parece decir que las mujeres son más malas que los hombres, lo que es importante es no ignorar, que después de que el hombre abandonó a Dios, Dios comenzó un plan de rescate para restaurar el plan original, y regresar al hombre a vivir una vida maravillosa, donde por supuesto es imprescindible que el hombre se aleje del pecado.
Dios prueba de varias formas que no funcionan, pero no porque fueran malos los métodos impuestos por Dios, sino porque los hombres en su gran mayoría decidieron seguir viviendo en pecado.
Uno de estos métodos que es muy importante, porque es la ante sala a la solución perfecta, es el viejo pacto, o pacto de la ley, que fue dado por Moisés en el desierto al pueblo de Israel. De este pacto dice la escritura:
Gálatas 3.24–26 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
La ley a la que se refiere es a la del viejo pacto. Y cuando dice que no estamos bajo esa ley, la razón es que ahora al ser hijos de Dios por medio de la fe, hemos sido involucrados en el Nuevo Pacto, que como Pablo decía es otra ley.
1 Corintios 9.21 a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.
Este cambio de pacto por supuesto implica un cambio tanto de los mandamientos o ley. Como lo menciona Pablo. Y un cambio en las promesas.
Si hacemos una comparación entre los mandamientos del viejo pacto y los del Nuevo Pacto, podemos ver que los del viejo pacto que según algunos son 613, algunos aparentemente son más complicados para cumplirlos que los sencillos mandamientos del Nuevo Pacto.
Sin embargo, hay una enorme diferencia en el resultado obtenido entre cumplir los unos y los otros.
Y la diferencia es importantísima porque como dice la escritura, los mandamientos del viejo pacto no lograron dar solución, es decir no lograron cambiar el corazón de las personas, razón por la cual siguieron viviendo en pecado hasta el día de hoy, trayendo sobre si la consecuencia del pecado, que es muchísimo sufrimiento para ellos y para sus semejantes. Es por esto, porque no funcionó, que este viejo pacto ha sido abrogado. Dice así:
Hebreos 7.18–19 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.
La definición de abrogado es: “La derogación total de una ley por una disposición de igual o mayor jerarquía que la sustituya”.
Es decir; la escritura esta diciendo que el viejo pacto fue sustituido por uno de mayor jerarquía… Lo cual confirma el libro de hebreos, al hablar de Jesús como superior a todos los sacerdotes que había existido hasta ese tiempo. Que es lo mismo que fue mostrado en la transfiguración, donde claramente Jesús aparece como superior a la ley y a los profetas.
Sin embargo hay un movimiento bastante grande que son los judaizantes, que en la época de la Iglesia primitiva atacaron muchísimo al apóstol Pablo, por hablar de la superioridad del Nuevo Pacto. Y que en la actualidad están arrastrando a muchos cristianos, con la mentira de que solo algunas partes de la ley fueron excluidas.
Y con este pretexto dicen que la ley de los sacrificios fue eliminada pero las otras leyes no. Sin embargo eso no lo dice en ninguna parte de la escritura. Es una suposición o acomodacion que hacen para poder engañar y motivar a las personas a seguir las leyes del viejo pacto.
Pero como la escritura dice que el viejo pacto no funciona, eso quiere decir que el resultado para quienes intenten cumplir con estas leyes será la condenación eterna. Lo cual obvio es gravísimo.
Sin embargo; los versos que les acabo de leer si son claros, y al decir que la ley del viejo pacto ha sido eliminada, usa la palabra abrogar.
La terminología jurídica y técnica distingue una diferencia básica entre abrogar y derogar. Derogar es la renovación de alguno de los preceptos de la ley, código o reglamento. Pero esa no es la palabra usada. La palabra usada fue abrogar, que implica la anulación de la eficacia jurídica de un mandato legal en su conjunto o totalidad.
Sé que a algunos les parece terrible que yo mencione lo que la escritura enseña, que la ley del viejo pacto a sido abrogada o totalmente eliminada. Y pareciera que yo les estuviera diciendo que al quitar la ley dada por Moisés, entonces pueden hacer lo que les venga en gana. Pero no es eso lo que dice la escritura, mucho menos yo.
Porque la verdad completa es; que la ley del viejo pacto a sido reemplazada por completo por el Nuevo Pacto. Que como dije al comienzo parece tener mandatos mucho más fáciles de cumplir que los de la ley, lo cual en realidad no es cierto. Pero lo que sí es cierto, son los buenos resultados que produce guardar estos mandatos del Nuevo Pacto.
Además me causa curiosidad que cuando hablo de los mandamientos del Nuevo Pacto o como dice Pablo: “La ley de Cristo”. Muchos cristianos quedan completamente despistados, y me preguntan: ¿Cuales mandamientos?
Lo cual me hace pensar que hay como un velo que no les permite ver la verdad, o que no están tomando en serio lo que ellos mismos pueden leer en la escritura. Un ejemplo de estos mandatos que parecen ser muy sencillos es el siguiente:
1 Tesalonicenses 5.16–24 Estad siempre gozosos. 17Orad sin cesar. 18Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 19No apaguéis al Espíritu. 20No menospreciéis las profecías. 21Examinadlo todo; retened lo bueno. 22Absteneos de toda especie de mal.
En siete versículos que he leído, hay siete mandamientos. Todos muy importantes. Y donde el beneficio de obedecerlos es espectacular, pues continúa diciendo:
1 Tesalonicenses 5.23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
El resultado es que Dios nos santificará por completo. Por supuesto si confiamos, y si confiamos también por supuesto que le haremos caso.
Y aquí también hay una enorme diferencia con el viejo pacto, donde la obediencia dependía de la capacidad del hombre, mientras que bajo el Nuevo Pacto como hemos visto, es Dios quien nos lleva a obedecer, cuando confiamos en él.
Eso quiere decir que llegar a ser Santos está al alcance de todos los auténticos creyentes, porque no depende de nuestra capacidad sino de la capacidad de Dios, y él, obviamente podrá cumplir lo prometido. Y el objetivo es: Que nos santificara por completo.
Sin embargo también he visto; que esto de ser Santos no parece ser llamativo para muchos, que quisieran mas bien, vivir cometiendo algunos pecadillos, según ellos no muy serios, para poder vivir algo así como la vida loca, para gozar de muchas cosas, para divertirse muchísimo, para ser según ellos realmente muy felices.
Y este pensamiento, de que la abundancia de las cosas permite una vida muy feliz, hace que muchos, inclusive llamados cristianos, no deseen ser Santos.
El problema es; que los que así piensan no han entendido cuáles son las verdaderas consecuencias del pecado, por pequeño que este sea. Si miramos otro pasaje que también habla de que el objetivo es la santificación, podemos leer lo siguiente:
Romanos 6.22–23 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
En este que vimos la semana pasada, podemos ver que somos libres para obedecer a Dios, pues tenemos tanto su dirección como el poder necesario para hacerlo. Y el resultado que es nombrado en este pasaje como el fruto, será la santificación.
Cuando se piensa en el fruto, alguien decía que usted no ve a un árbol de naranjas haciendo fuerza para que le salgan las naranjas, sino que es algo que sale naturalmente producto de la naturaleza del árbol.
Teniendo a Jesucristo en nuestra vida y obedeciendo los mandamientos del Nuevo Pacto, el resultado o el fruto de esa obediencia será la santificación, Y este proceso de santificación es el que nos permite experimentar la vida eterna. El pasaje de continua diciendo:
Romanos 6.23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
La paga, el salario, o el resultado del pecado es la muerte. Y esta palabra muerte que describe la consecuencia del pecado implica sufrimiento. Desde el sufrimiento que una persona vive día a día producto de no ser Santo, hasta el sufrimiento que puede llegar a vivir por toda una eternidad producto de no haber aceptado la salvación.
Esta muerte, que es en realidad la ausencia de la vida eterna, es lo que hace que los hombres nos sintamos aburridos, tristes, decepcionados, resentidos, amargados, asustados, negativos, celosos, rencorosos, furiosos, y toda una serie de sentimientos todos muy dañinos… A los cuales la ciencia en la actualidad le atribuye serios daños en la salud.
El mandato que leímos dice que debemos estar siempre gozosos, siempre muy felices. Y por supuesto cuando se está aburrido, triste, decepcionado, resentido, asustado, negativo, celoso, rencoroso… No se está cumpliendo con este mandamiento, y por lo tanto la consecuencia de la desobediencia al final trae sufrimiento.
Pero el problema no es sólo que suframos. El asunto se complica más, porque estos malos sentimientos producen serios problemas en nuestras relaciones con los demás, pues son precisamente los sentimientos que nos llevan a cometer maldad contra los demás, maldad que sembramos, y que en determinado momento se devuelve hacia nosotros, produciendo todavía más dolor, angustia y desolación a nuestra vida.
Completamente opuesto a esto, está la Santidad, a la que Dios nos llevará a través de guardar sus mandamientos.
Esa santidad es la que nos permite experimentar vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Donde el fruto de experimentar esa vida eterna es:
Gálatas 5.22–23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
La pregunta que nos debemos hacer es: ¿Vale la pena disfrutar de los deleites temporales del pecado, para luego vivir en desolación?… O: ¿Será mejor vivir haciendo la voluntad de Dios para experimentar una vida sobrenatural, llena del amor de Dios, del gozo, de la paz, de la paciencia… Y de todas esas buenas actitudes que no sólo nos harán felices, sino que nos motivaran a hacer bien a nuestros semejantes, y además nos harán inmensamente ricos para la eternidad?
La escritura nos cuenta acerca de la elección que hizo Moisés…
Hebreos 11.25–26 escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, 26teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.
Sin embargo muchos toman la decisión de disfrutar de los deleites temporales del pecado, ignorando la recompensa ofrecida por Dios. Y entonces viven felices hasta que llega esta plandemia.
No me estoy equivocando, yo sé que se dice pandemia pero uso la palabra plandemia, porque lo que estamos viviendo que un predicador muy acertadamente llamo, el síndrome del rebaño, no es como los medios de comunicación nos lo están presentando.
Actualmente está ocurriendo lo mismo que hizo Hitler en su época, el cual monopolizó los medios de comunicación, y lo único que el pueblo escuchaba era sólo lo que el quería que el pueblo escuchara.
Así logro someter al país a una guerra, que no sólo trajo muerte y desolación para el pueblo alemán, sino además el exterminio de 6 millones de judíos, algo de una maldad impensable para muchos alemanes, y qué ocurrió bajo sus narices sin que se dieran cuenta.
Por eso se llama el síndrome del rebaño, porque todos siguen una sola voz, y donde el objetivo presente ha sido llenar de miedo a la gente para luego poderla controlar con más facilidad.
Uno de los objetivos que tiene esta gente con esta pandemia es lograr un control total para un gobierno mundial… Lo cual me emociona, porque es necesario que esto ocurra para que el Señor venga por nosotros, y para que derrame su ira contra todos estos que están planeando todas estas cosas, que no han querido reconocer a Jesús como su Señor y Salvador. (En otras palabras ellos están trabajando para acelerar su propia condenación.)
La pregunta es: ¿Cuántos cristianos que saben que si mueren van a la presencia de Dios a gozar de una eternidad espectacular, se llenaron de miedo ante esta plandemía? Y la respuesta es: Que se llenaron de miedo aquellos que no viven para Dios, y por esto no experimentan la vida eterna como deben experimentarla, ni experimentan que el Espíritu Santo controle sus vidas…
Y como el Espíritu Santo no controla sus vidas, por la falta de santidad, entonces terminan siendo controlados por su carne, por sus miedos, por otras personas que resultan tener intereses muy perversos sobre ellos.
Mientras que una persona Santa… Sólo escucha la voz de Dios, y eso es lo que le permite en medio de circunstancias supremamente difíciles, a un a riesgo de perder la vida, poder seguir haciendo la voluntad de Dios. Es por eso que los cristianos del primer siglo murieron como mártires predicando el evangelio, aun sabiendo que eso les traería la muerte.
¿Y qué es lo que hay que hacer para llegar experimentar esa clase de vida? Guardar los mandamientos del Nuevo Pacto. Los que leímos, que por supuesto no son los únicos:
1 Tesalonicenses 5.16–24 Estad siempre gozosos. 17Orad sin cesar. 18Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 19No apaguéis al Espíritu. 20No menospreciéis las profecías. 21Examinadlo todo; retened lo bueno. 22Absteneos de toda especie de mal.
Este objetivo de ser santos marca una enorme diferencia con lo que el pueblo quería como consecuencia de guardar los mandamientos del viejo pacto, porque uno de los resultados que más buscaba la gente al obedecer a Dios, era obtener todo tipo de prosperidad.
Aunque el objetivo de Dios a través de todos los tiempos ha sido el mismo, que los hombres seamos Santos, que vivamos sólo para El, bajo el viejo pacto les ofreció como consecuencia de su obediencia, muchísimas bendiciones materiales. Como podemos leer:
Deuteronomio 28.1–2 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. 2Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios…
Lo prometido eran riquezas, abundancia de cosechas, de animales, protección contra los enemigos, contra las enfermedades, es decir todo lo necesario para ser la nación más poderosa de la tierra.
Por supuesto el otro lado de la moneda, era que si no obedecían entonces serían destruidos después de haber sufrido muchísimo… Y si usted le este capítulo completo, podrá ver que las maldiciones eran algo terriblemente espantoso.
¿Qué pasó? Pues no obedecieron, y por eso la historia tan cruel del pueblo de Israel. Sin embargo Dios prometió sostener un remanente, y por esa razón es que todavía el pueblo de Israel existe.
Este encierro y estas cosas que están pasando con esta plandemia son nada, comparado con lo que este pueblo ha tenido que sufrir durante siglos. Y lo terrible es que estando sufriendo de una manera espantosa, en lugar de arrepentirse y buscar obedecer a Dios, terminaron haciendo sacrificios a otros dioses, como a Moloc al cual le entregaban sus hijos para ser quemados, a cambio de obtener prosperidad. La escritura nos cuenta:
2º Reyes 17.16–17 Dejaron todos los mandamientos de Jehová su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal; 17e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y agüeros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, provocándole a ira.
2º Crónicas 28.3 Quemó también incienso en el valle de los hijos de Hinom, e hizo pasar a sus hijos por fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había arrojado de la presencia de los hijos de Israel.
Jeremías 32.35 Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.
En Roma actualmente según algunos, con permiso del papa, se está exhibiendo la estatua de Molok a la cual el “pueblo de Dios” sacrificó a sus hijos por buscar prosperidad. Sin embargo en la actualidad hay una forma más sutil en la cual Satanás está logrando que se sacrifiquen niños, también por la misma razón, por buscar prosperidad o comodidad, y lo hace a través del aborto, que entre mas pasa el tiempo parece lo más normal. “Si te estorba, si daña tus planes, sácalo, es tu derecho, es tu cuerpo”
Se dice que el fondo monetario internacional presta dinero a los países con la condición de que ellos dejen promocionar entre otras cosas, el aborto como un derecho fundamental para las mujeres… Y los países aceptan hacer algo totalmente en contra de lo deseado por Dios, con tal de obtener ganancias materiales.
Pero no sólo los gobiernos están permitiendo el pecado por buscar prosperidad, también ocurre en los hogares donde los padres traen hijos al mundo, pero están tan ocupados trabajando por ganar dinero, que sus hijos quedan en manos del mundo gobernado por Satanás, el cual los destruye.
Igual ocurrió con el pueblo de Dios que en lugar de entender, que lo que los haría muy felices era la santidad, que además traería prosperidad en todo sentido. Decidieron no ser santos, y hacer todo lo que fuera, no importa lo malo que fuera, con tal de obtener prosperidad, porque estaban convencidos que la abundancia de las cosas era lo que los llenaría de felicidad.
Este es el mismo pensamiento que vemos en la actualidad en los mafiosos, en los políticos, en los gobernantes del mundo, en muchos millonarios, y tristemente también en muchas iglesias llamadas cristianas, donde están convencidos que la clave para ser felices y asegurar su futuro es la prosperidad.
Estas iglesias parecen cristianas, porque usan las escrituras del viejo pacto para dar sus enseñanzas. Pero usan solo las partes que ellos creen que les conviene, porque no hablan de todas las maldiciones que le puede llegar a una persona, si no obedeciera a Dios estando vigente ese viejo pacto.
Afortunadamente para ellos, no están vigentes ni las promesas de prosperidad, ni las promesas de maldición, porque entonces estos creyentes estarían viviendo cosas tan terribles como las que le tocó vivir al pueblo de Israel.
Para contrarrestar toda esta maldad, todo este amor al mundo que está trayendo tanto sufrimiento, es que el viejo pacto fue eliminado y reemplazado por el Nuevo Pacto.
Y así como fueron cambiados los mandatos, también las promesas fueron cambiadas por unas promesas muy superiores… La escritura dice:
Hebreos 8.6–7 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
Y por esto en lugar de ofrecernos prosperidad en todo sentido, que es lo que ofrecía en el viejo pacto, lo que Dios nos ofrece a través del Nuevo Pacto, es llegar a ser Santos.
Pero esto no quiere decir que si Dios bajo el viejo pacto se encargaba de darle las provisiones materiales, ahora bajo Nuevo Pacto no lo haga. Es decir para ser santo no es necesario ser bien pobre, o vivir en la calle, o morirse de hambre, porque una de las promesas muy claras del Nuevo Pacto dice:
Mateo 6.32–33 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Las cosas a las que se refiere que nos serán añadidas, son aquellas por las cuales los que no conocen a Dios se afanan. Cosas como el alimento, la bebida, el vestido, qué son las cosas básicas que un hombre necesita para vivir. Pero Dios asegura que si buscamos hacer su voluntad, Él se encargará de darnos esas cosas como una añadidura.
La razón por la cual asegura qué nos dará lo necesario para mantenernos vivos, es para que podamos vivir haciendo su voluntad, y podamos llegar a ser Santos, y ser inmensamente felices, y al final vivir una eternidad gloriosa en su presencia.
Eso quiere decir que: La condición para tener lo necesario para vivir… Es tener como objetivo hacer su voluntad.
Si esa es la intención del corazón de un creyente, Dios asegura que le dará las cosas necesarias para vivir.
Sin embargo esto no es nuevo, en la escritura podemos ver que aquel profeta que servía a Dios, cuando vino un hambre como consecuencia del pecado del pueblo, Dios le dijo que fuera a cierto arroyo y allí… nos cuenta la escritura:
1º Reyes 17.6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.
Así recibió la provisión hasta que pasado un tiempo se seco el arroyo, y Dios lo envió a una viuda, a la que le pidió que lo mantuviera y de esta manera, es decir haciendo caso a Dios, es que el y la viuda aseguraron su provisión durante toda la sequía.
Si Dios en el desierto hizo milagros Durante 40 años para dar protección y provisión a un pueblo necio y rebelde como ha sido el pueblo de Israel…
¿Será que Dios no podrá cumplir su promesa de dar lo necesario a aquellos creyentes que desean hacer su voluntad en este tiempo de plandemia?
Porque déjenme decirles algo muy importante respecto de esta plandemia. El método para lograr sus objetivos evidentemente es el miedo. Y aunque parte del objetivo es que mucha gente muera producto de malos tratamientos, el objetivo principal es traer pobreza a nuestros países.
Esa pobreza y la dificultad para conseguir el sustento traerá más afán, el afán y todos los sentimientos que lo acompañan traerán más maldad, pues la gente se va a enfocar en conseguir lo que necesita sin importar el método que tenga que utilizar. Y los que tiene muchísimo buscarán tener todavía más, lo cual también aumentará su maldad para conseguir lo que desean.
En otras palabras el verdadero objetivo de satanás con esta plandemia es aumentar la maldad en el mundo. Y allí es donde nosotros los hijos de Dios debemos preguntarnos:
¿Será que Dios no podrá cumplir su promesa de dar lo necesario a aquellos creyentes que desean hacer su voluntad en este tiempo de plandemia?
Yo no tengo la menor duda de que Dios cumplirá. El problema para algunos, es que no viven para hacer la voluntad de Dios, y ahí si Dios podrá en su misericordia, darles de todos modos lo necesario, como puede que decida no hacerlo, para probar su fe y motivarlos a acercarse genuinamente a El.
Ahora: El mandato que hemos recibido es el de estar gozosos aún en medio de esta situación, pero por la falta de fe, algunos están asustados, y ese temor los puede paralizar, no haciendo lo que tienen que hacer y sufrir escasez… Menciono esto porque también la escritura dice:
Proverbios 6.9–11 Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? 10 Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo; 11Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado.
Hay gente perezosa a la cual esta plandemia le da una buena disculpa para no hacer nada, y es posible que experimenten necesidad. Pero por desobedecer a Dios que nos manda ser diligentes.
Pero también hay otros, que por no creer en Dios buscarán obtener lo que necesitan a si sea desobedeciendo a Dios, que es lo que normalmente han hecho.
Asi es de que tenemos dos métodos para conseguir lo que necesitamos para vivir. Creyéndole a Dios y siguiendo sus instrucciones, lo cual no sólo nos dará la provisión necesaria, sino más importante aún nos hará Santos. Y eso nos dará verdadera felicidad, para al final terminar en la presencia de Dios.
O no creyéndole a Dios y buscando lo que necesitamos así sea a través del pecado, lo cual puede que nos permita obtener, como puede que no nos de buenos resultados. Pero lo que sí es seguro, es que cada vez el alma se va a corromper mas, lo cual asegurará que cada vez sufriremos con más facilidad, para al final si no somos auténticos creyentes terminar condenados eternamente.
Cuando uno analiza el porque los hombres cometemos pecados, la razón es que todos los pecados que los hombres cometemos los cometemos para obtener más…
Pero déjeme decirles algo más respecto de la provisión de Dios. A través de los años he visto muchas personas angustiadas por su provisión. No sólo incrédulos también creyentes que andan preocupados y angustiados por su provisión, los cuales han estado orando al Señor, y al no obtener la respuesta que desean terminan en un serio conflicto, dudando de Dios, al pensar que ni escucha, ni contesta sus peticiones.
Sin embargo con los que tenido oportunidad de hablar yo les pregunto: ¿Has comido y haz tenido alimento para tu familia? La respuesta es sí. Les pregunto: ¿Es evidente que tienes ropa porque estás vestido y tu familia también está vestida? La respuesta nuevamente si. También les pregunto: ¿Tienes donde vivir, es decir un lugar para dormir? Y también la respuesta es si.
Y entonces les digo. Hay gente que no tiene qué comer, qué mueren de hambre, que no tienen con qué vestirse, que no tienen donde vivir, pero tú teniendo esas cosas no eres feliz por causa de tu afán y preocupación.
Es decir; si has tenido lo suficiente para vivir, en realidad tu único problema ha sido tu afán y angustia.
Como quien dice: Si no te afanaras y angustiaras estarías viviendo feliz. Pero no vives feliz. Y en esa situación, habiendo tenido lo necesario para vivir, la pregunta más importante es: ¿Porque no vives feliz?
¿Cuál creen ustedes que sea la respuesta? ¿Por qué si haz tenido lo necesario para vivir acaso no debería estar feliz? La escritura nos confirma que así debería ser pues dice:
1 Timoteo 6.6–8 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
En este texto la piedad significa un deseo genuino de hacer la voluntad de Dios. Eso quiere decir que la clave para tener contentamiento, es vivir para hacer la voluntad de Dios.
Por lo tanto podemos decir; que cuando un cristiano está angustiado por sus finanzas, es porque no está viviendo para hacer la voluntad de Dios.
Y si no está viviendo para hacer la voluntad de Dios, si le va mal en las finanzas, por supuesto no puede quejarse, porque no está cumpliendo con el requisito para que Dios le de lo que necesita para vivir.
El pasaje continúa diciendo:
1 Timoteo 6.8-9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
Lo normal en un hombre de Dios, es que teniendo sustento y abrigo viva contento. Pero si le cree al mundo, si cree en la gran mentira de que teniendo más y más serás feliz, con sólo creer eso ya comenzará a perder su felicidad.
¿Por qué? Porque ya no le está creyendo a Dios. Y ese es sólo el comienzo, porque lo que seguirá es que alimentara su deseo de enriquecerse, caerá en tentación, en lazo, y en codicias que lo destruiran.
En otras palabras: ¿Qué que es lo que hace que las personas sufran? La respuesta es: Que no desean ser Santas, no quieren hacer la voluntad de Dios, no creen en sus promesas… Pero eso si, cuando están bien mal culpan a Dios, añadiendo pecado a pecado.
Recuerdo que hace tiempo yo decía, que la gente no disfruta su caldito de pollo por estar envidiado el faisán que otro está comiendo. Y resulta muy triste y absurdo que teniendo lo necesario para vivir no vivan contentos porque quieren más. Peor aún cuando ese “mas” tampoco los hará felices.
Y así le sucede a la mayoría, que teniendo lo suficiente para vivir, no son felices porque no comen lo que quisieran, no son felices porque no se visten como quisieran, no son felices porque no viven donde quisieran… ¿Y cómo quieren comer, vestirse y vivir? Lo quieren hacer como otros que tienen más que ellos.
Si esa fuera la solución correcta, si tener más es lo que realmente necesita alguien para ser feliz, entonces eso quiere decir que como lo que usted tiene no lo hace feliz, entonces todos los que tengan menos que usted, están destinados ha ser infelices… Pero: ¿Es eso cierto?
No, eso no es cierto. En estos días un indigente me pidió limosna, le di $5.000 y ustedes vieran la alegría de ese hombre, miraba el cielo y agradecía una y otra vez mostrando cara de felicidad.
Si usted no es feliz con lo que tiene, yo le aseguro que puede haber muchísimos que con gusto cambiaría lo poco que tienen, con lo mucho que usted tiene, y estarían felices. ¿Le gustaría hacer ese cambio?
Si usted tiene un negocio con algunos empleados y no es feliz, y se preocupa, y se angustia. Entonces eso quiere decir que sus empleados están destinados a vivir en preocupación y angustia permanente, porque tienen menos que usted. Pero: ¿Es eso cierto? Por supuesto que no.
La otra parte de esta gran mentira es: ¿Cree usted que aquellos que tienen más que lo que usted tiene, ellos si son felices, y por eso usted desea tener tanto o más que ellos para poder ser feliz? La respuesta también es no.
Porque todos aquellos que tengan mas que usted, si también desean tener más, tampoco serán felices.
Recuerdo que un discípulo nos pidió oración porque necesitaba $100.000 urgente para pagar algo… A los pocos días apareció una discípula que pedía oración pues necesitaba 10.000 millones para la próxima semana. Que afortunadamente sólo necesitaba 10.000 millonesporque ya había pagado otros 5.000 millones que debía. La escritura dice:
Eclesiastés 5.10–12 El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad. 11Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos? 12Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia.
Hablando con algunos millonarios yo preguntaba…¿Qué más puede querer una persona que tiene suficiente dinero para vivir hasta el resto de sus días? Y la respuesta de uno de ellos fue; “más, mucho más dinero”.
Parte del engaño es llegar a pensar, que al llegar a cierto tope de ingresos o a cierto nivel de vida allí estarán felices. Pero la verdad que enseña la escritura, es que si no aprendemos a vivir felices con lo que tenemos en la actualidad, no importa lo mucho que consigamos jamás seremos felices… Porque ese no es el camino correcto. El camino correcto esta en la búsqueda de la santidad.
Algunos creen haber superado esa etapa de querer más cosas materiales, porque para ellos el problema tiene que ver con las cosas del alma, con los asuntos sentimentales… Entonces no quieren más dinero, lo que quieren es un marido o una esposa.
Pero a la hora de la verdad es el mismo engaño. Y es por eso que podemos ver qué hay esposas que han menospreciado toda la vida al buen marido que tienen, y sueñan con uno mejor. Pero la verdad es que con ese marido que ellas menosprecian, muchas otras mujeres estarían felices de tenerlo.
Asimismo hay hombres que han menospreciado a la buena mujer que tienen, mujer con la que otros hombres estarían felices.
Y entonces volvemos a lo mismo. No son felices con lo que tienen porque quieren más y mejor. Sin darse cuenta que muchas veces, por querer más y mejor, es que están metidas con ese marido que es una calavera, o con esa mujer que como gotera continua les amarga la vida.
Y por eso con toda certeza les digo a algunos. Que es muchísimo mejor una buena soltería que un mal matrimonio… Algunos no me han creído. Y ahora no saben qué hacer con el cónyuge que consiguieron… Digo consiguieron porque no parece ser el que Dios quería darles.
Cuando uno como cristiano piensa con sensatez e inteligencia en estas cosas, tiene que llegar a la conclusión que el problema no es la cantidad o la calidad… El problema realmente es la falta de santidad.
Cómo obtenerla? Según lo que comenzamos a ver, el camino a la santidad comienza con esos sencillos mandamientos del Nuevo Pacto, donde el primero de la lista, es estar siempre gozosos.
Si comparamos este mandamiento con los del viejo pacto, por ejemplo con no mentir, no robar, no dar falso testimonio, santificar las fiestas, no matar… Pues esos son fáciles de cumplir comparados con, coger una persona que está angustiada, preocupada, deprimida, aburrida. A la cual uno le ordene que debe estar gozosa ya, y en todo tiempo.
¿Cómo podría una persona que cree que su vida es una desgracia estar feliz ya? ¿Cómo podría lograr una persona que cree que se casó con el peor hombre que existe, o que tiene la hija más mala y desagradecida de toda la familia? ¿Cómo podrían estas personas que según ellos viven en desgracia, cumplir con este mandamiento de estar gozosos todo el tiempo?
La respuesta es: Conociendo a Dios, a través de su palabra, de la obediencia a su palabra, para que llegue el momento en que confíe lo suficiente para creerle.
Porque sólo la confianza en Dios nos permitirá vivir gozosos todo el tiempo.
En otras palabras si no estamos gozosos todo el tiempo, debemos pasar al siguiente mandamiento de la lista que leímos, que dice:
1 Tesalonicenses 5.16–17 Estad siempre gozosos. 17Orad sin cesar….
La oración bien entendida, entre las varias cosas que incluye hay una que es muy importante, y es hablar con Dios. La oración no es un monólogo. Y en lo personal pienso que cuando oramos la parte más importante de la oración no es lo que yo le digo a Dios, sino lo que él me contesta.
Pienso esto, porque así no oremos el sabe lo que pensamos, lo que deseamos, lo que soñamos… Sin embargo cuando le hacemos una petición, en primer lugar esa petición puede darnos a nosotros, no a Dios pues El ya lo sabe todo. Puede darnos a nosotros una idea de quienes somos, de qué estamos pensando, de que anhelamos…
!Las peticiones que hacemos muestran la clase de persona que somos!
Y tal vez por esta razón es que Dios en cierta ocasión le dijo a cierto hombre…
1 Reyes 3:5 Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé.
Si Dios te dijera esto en este momento.¿Qué pedirías? Seguramente por el mensaje que acabas de escuchar pienses en lo que deberías pedir… ¿Pero de qué sirve saber lo que deberías pedir si en realidad deseas pedir algo diferente?
Como la oración debe ser sincera para que sea efectiva… Piensa en qué es lo que más deseas que Dios te de en este tiempo.
No estoy diciendo que lo pidas, porque no sé qué estarás deseando. Pero piensa con sinceridad en lo que más te gustaría que Dios te diera o hiciera por ti. Ojalá lo pensarás toda la semana, para continuar con nuestro estudio de la escritura la próxima semana.
Y no olvides lo visto hoy… !!La única razón por la cual no estamos verdaderamente felices es porque no estamos viviendo para hacer la voluntad de Dios!!
Y por otro lado no olvidemos que Dios asegura que nos dará lo necesario, por supuesto con la condición de buscar hacer su voluntad, lo cual también nos beneficia.
Así que no dejen que la crisis de esta época que terminara siendo una crisis económica muy fuerte, los haga dudar de la promesa de Dios, dejando de ser fieles con el.
Oremos…